12 jul 2015

El anti partidismo anarquizante

A medida que la alegría desbordante provocada por la obtención de la Copa América, por primera vez en la historia del fútbol profesional de Chile, va cediendo paso a los temas cotidianos de preocupación ciudadana, retorna la mirada y el análisis a la situación que cruza al sistema político del país y, de modo especial, a la severa tensión que afecta a los Partidos políticos que forman parte del mismo.

En efecto, en la situación que se ha creado las fuerzas políticas aparecen
o, intencionalmente se trata de hacerlas aparecer, como las responsables fundamentales del enorme deterioro de la legitimidad y de la credibilidad que, en la actualidad, afectan al sistema político en su conjunto.

Este no es un fenómeno nuevo, ni en Chile ni en otras naciones, que atraviesan por una etapa en que se debe revalidar el mandato de los actores que están o, que aspiran a estar, en la conducción de los asuntos del Estado en el país.

Los Partidos políticos son una tarea y un producto histórico determinado; no son ni perfectos ni inmutables, son el reflejo de las capacidades de una época, con las limitaciones y defectos de una obra humana, que debe actuar desde la voluntad, el talento, las convicciones, la potencia y fuerza organizacional de los grupos humanos que los constituyen; de la profundidad de sus ideas y la adecuada renovación de las mismas, en correspondencia con los retos y desafíos no sólo de cada época sino que también respecto de cada situación histórica concreta, que por su naturaleza es necesariamente desigual de muchas otras que se le puedan asemejar.

La acción política de los Partidos contiene aspectos objetivos, con fundamento científico, vinculados a la realidad social que tratan de transformar, así como, arte, sutileza y esfuerzos mediáticos, que desplieguen para acometer los desafíos que se proponen.

Requieren firmeza y rigor, pero también, perspicacia para captar las modificaciones que alteran la realidad que buscan cambiar, la que a su vez, influye y transforma a esos mismos Partidos, que remueven y son removidos en cada ciclo o periodo histórico.

Con vistas a este gigantesco esfuerzo, las formaciones políticas requieren una proyección estratégica que organice y oriente sus acciones; asimismo, necesitan una táctica como expresión de los pasos concretos que realizan su mirada estratégica, y deben dotarse o ir desarrollando en el tiempo, la capacidad o arte organizacional y operacional para lograr hacer coherentes entre sí sus previsiones estratégicas con sus tareas tácticas.

Sin embargo, lo esencial es que quienes abracen los ideales de una fuerza partidista nunca olviden que los Partidos políticos son hijos de una época; algunos de ellos, no todos, logran trascender en el tiempo, convirtiéndose en fuerzas precursoras de las renovaciones societales que marcan la historia; en otros casos no alcanzan tal condición y desaparecen sin que de ellos permanezca una huella mayor.

Sea como sea la historia de cada uno de ellos por separado, en una visión de largo plazo, la presencia y contribución de los Partidos políticos a la construcción democrática es un aporte esencial, irremplazable e insustituible. Sin ellos, no hay perspectiva de estabilidad institucional posible. Los Partidos no se miden por las personas que los constituyen, se miden por lo que son capaces de hacer por sus países y sus respectivas sociedades.

Para adquirir plena conciencia de lo que son los Partidos políticos deben atesorar su experiencia en una memoria colectiva, capaz de admirar sus aciertos y entrega a los ideales, como también contar con una mirada crítica hacia sus insuficiencias y yerros históricos. Ese esfuerzo obliga a que los suyos sean capaces de pensar en profundidad y no repetir consignas o caer en una retórica sectaria, de exclusiva auto afirmación.

Hoy en Chile atraviesan por una situación difícil, controvertida al máximo, en que el parlamentarismo se impone sobre ellos. Por ejemplo, cuando es evidente que debe reducirse la dieta de los honorables, los intereses de corto plazo de algunos no lo hace posible y cuando en las regiones se impone lo que quieren las oficinas parlamentarias de tales figuras y se pasa por encima de los militantes y adherentes de las fuerzas políticas. Al imponerse la demanda local por sobre el interés nacional, se atomiza la organización de las fuerzas políticas.

Luego, agravando el menoscabo de los Partidos actúan las redes subterráneas de poder, los “grupos informales”, el caso reciente más conocido es el llamado G 90, que desde una cápsula hermética y sectaria pretendió controlar el proceso político-institucional, con una tesis “refundacional” de la realidad nacional que no obedecía más que a su exclusivo saber y entender.

La práctica del grupo indica que se pensaba que lo realizado no servía, que había que dejarlo atrás, olvidar un ciclo histórico y no reflexionar y analizar lo valedero de aquel periodo, lo que de el era posible aprender para tener una acción más fecunda, con sentido de país y no de grupo.

Se ha demostrado que los pueblos y las naciones avanzan desde su propia experiencia histórica, lo que en Chile significa contar con las mayorías sociales que permitan el cambio político e institucional del país, a través de reformas sucesivas y graduales que no son simultáneas.

Se decía que llegaba una nueva época, cuyos contenidos esenciales, sus orientaciones estratégicas, acciones articuladoras y pasos prácticos se desconocían y se auto atribuían y radicaban exclusivamente en el mismo grupo que se arrogaba tal pretensión. Una acción de corte conspirativo de tal entidad no podía sino fracasar, como de hecho ocurrió.

Pero el daño ha sido profundo, gracias a la audacia mesiánica de algunos, se ha provocado una reacción anti partidaria, con efectos enormemente anarquizantes sobre el sistema político del país. Al desconocer el papel de los Partidos en democracia y debilitarse sus orgánicas, los grupos amicales y subterráneos de poder, han traído consigo el fenómeno de la corrupción y otras malas prácticas.

Ahora bien, hay que hacer un esfuerzo de grandes dimensiones para reinstalar Partidos que estén a la altura del desafío que se presenta ante la democracia chilena. En tal sentido, la propuesta hecha desde el gobierno de reinscripción de sus miembros es una buena opción, de modo que quienes formen parte de los Partidos sean personas que, de verdad, estén de acuerdo con sus postulados y perspectivas. Revisar los padrones colaboraría a reducir el clientelismo que ahoga los Partidos.

Junto a ello, decisiones que aporten más transparencia a sus actos y decisiones, como la elección directa de sus liderazgos, mesas directivas y bancadas parlamentarias, son ideas que se perfilan como pasos inaplazables de una voluntad de hacerse cargo y resolver los más graves cuestionamientos que les afectan. En el mismo sentido, se requiere que sus finanzas sean entera y totalmente públicas, tanto en su origen como en el gasto, de forma que no haya zonas opacas o de dudas, acerca de las fuentes de financiamiento.

Sin embargo, lo más importante es el cambio cultural en sus prácticas; en particular, se ha transformado en esencial el reclamo para controlar el canibalismo político que corroe y/o desgasta sus estructuras.Si se toma como tarea principal la destrucción de aquellos que piensan distinto dentro de un mismo Partido, ello está señalando que se ha trastocado, muy hondamente, el sentido de la acción política de quienes así actúan.

Pensar en una idea programática, derrotar la desigualdad como un gran objetivo-país no es compatible con un reiterado discurso público, en que lo que se intenta no es más que la descalificación humana de quienes piensan distinto. Hay que restablecer una ética de acción conjunta y servicio a la comunidad como valores fundamentales de la pertenencia a una fuerza política.

Se ha extendido un disvalor perverso: la idea que ingresar a un Partido es para medrar y enriquecerse, esta pretensión mezquina, propia de un clientelismo primitivo los está destruyendo y debe ser erradicada. La militancia es para servir y no para ser servido.

Retomar los ideales constitutivos de las fuerzas políticas, fusionar tales valores con las nuevas y grandes demandas de la hora actual, en permanente interacción con la ciudadanía, ese es el reto decisivo de la política en Chile.

Frente a ello la conclusión es simple, hay que detener el antipartidismo anarquizante que está afectando tan decisivamente la propia legitimidad del sistema político del país.

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12 jul 2015

Monseñor Camilo Vial, aquí tienes mi renuncia

Me trataste de INFAME en la reunión privada a la que me invitaste el viernes 3 de julio en tu casa. Me dijiste que la carta abierta que le envié al cardenal Ezzati días atrás, constituía una infamia y por cierto el que escribe infamias  es un INFAME.  No puedo aceptar un trato tan poco cristiano de un sacerdote, razón por la cual he decidido presentar  mi renuncia indeclinable como director de la Fundación cardenal Raúl Silva Henríquez que tu presides.

Inicialmente pensé que tendríamos una conversación fraterna y constructiva.Pensé que podríamos iniciar nuestra reunión entregándote detalles acerca del proyecto ya iniciado por la Corporación Cardenal del Pueblo, que yo presido, para llevar a cabo cuatro documentales de gran nivel audiovisual acerca de la vida y acción pastoral de mi querido y recordado amigo el cardenal Raúl Silva Henríquez.

También pensé, obviamente, que intercambiaríamos opiniones acerca de la carta abierta que yo le había enviado al cardenal Ezzati,  en donde reflexionaba acerca de algunos hechos de su gestión como pastor, carta escrita con un corazón herido como consecuencia que  algunas de sus decisiones yo no las  puedo compartir  y que las califiqué como equivocadas.

Sin embargo,  tu solo deseabas manifestarme tu profundo disgusto por mi carta, acusándome de traicionar al obispo Ezzati y también al cardenal Silva, expresándome que don Raúl jamás habría aceptado que se le dijera a un obispo que se equivocaba, de la manera abierta y franca con la que yo manifestaba mi desacuerdo con él.

Don Raúl siempre fue franco y directo. A la dictadura militar nunca le aceptó sus imposiciones autoritarias y sus múltiples equivocaciones que tanto dolor generaron en los chilenos. Por ello fue que don Raúl se ganó el corazón del pueblo que no cesaba en gritarle, voz en cuello, “Raúl, amigo, el pueblo está contigo”. Pienso que al cardenal Ezzati nunca le dirán lo mismo.

No fuiste capaz, a pesar de mis explicaciones, de entender el profundo sentido cristiano de mi carta. Yo deseaba y deseo con ansias,  una Iglesia y un pastor cercano a sus ovejas, que las escuche y las ame y que no actúe con autoritarismo queriendo imponer sus puntos de vista, causando confusión y dolor en el pueblo católico y en los sacerdotes.

No quiero eso para mí Iglesia ni para mi Arzobispo.

Te leí calmadamente mi carta dirigida a monseñor Ezzati en marzo de 2011, cuando le señalaba, en esa época, a inicios de su gestión como arzobispo de Santiago, lo que un católico observante y comprometido como lo soy, esperaba de él, en relación a los escándalos  que comprometían a destacados miembros del clero y en especial al sacerdote salesiano Audín Araya, quien había sido director de nuestra  Fundación, acusado de abusar sexualmente de niños del colegio salesiano de Concepción, niños que se iniciaban en su vocación religiosa salesiana y en momentos que monseñor Ezzati era arzobispo de Concepción y presidente de la Fundación que hoy tu presides y Audín Araya era rector de ese establecimiento.

Esa carta la terminaba expresando: “Le ruego que me excuse por transmitirle estas reflexiones, pero lo menos que deseo es que su imagen y el de la Iglesia se vean perjudicados por estos hechos”.

Audín Araya fue finalmente condenado a dos años de presidio.

De nada sirvieron mis explicaciones expuestas con sinceridad y con amor a nuestra Iglesia.Estabas ofuscado y muy molesto por la carta abierta al cardenal Ezzati, hasta tal punto que con rabia indisimulada me señalaste que yo había cometido una INFAMIA, o sea, que había actuado como una persona “muy mala y vil” según la definición de la Real Academia de la Lengua.

Terminaste la reunión señalándome que solicitarías al directorio de la Fundación que tú presides, un pronunciamiento para excluirme como director de ella. No te molestes en hacerlo, esta carta es mi renuncia. Ahora, todos mis esfuerzos para mantener viva en la memoria de los chilenos el hermoso testimonio de vida del cardenal Silva los volcaré en la Corporación “Cardenal del Pueblo”, la Corporación del Cardenal Raúl Silva Henríquez.

En todos los evangelios sinópticos, Jesús muchas veces utilizó el término de hipócritas y hombres de dos caras para referirse  a los  fariseos y maestros de la ley, pero nunca trató a sus enemigos con un vocablo tan fuerte y descalificador como el de infames.

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12 jul 2015

Comisión de Productividad, ¿existen las PyME?

La Presidenta dio a conocer el nombre de los integrantes de la Comisión de Productividad.Todos ellos son profesionales con formación y experiencia que aseguran buenas contribuciones. Entre sus miembros hay propietarios de grandes empresas, varios economistas de distintas sensibilidades políticas, funcionarios del Estado y representantes de los trabajadores.

Sin embargo, la Comisión tiene un pecado de origen, sufre de una grave falla de inclusión.Nadie en la comisión representa el sentir de los propietarios de las micro, pequeñas y medianas empresas. Si bien es cierto Soledad Ovando tiene gran conocimiento del sector, como proveedora de servicios, es funcionaria de una empresa del Estado, no es empresaria.

Los que creemos en la inclusión, sabemos que no hay políticas públicas exitosas que hayan sido hechas a espaldas de la opinión y propuestas de los actores y  beneficiarios de las mismas. Por muy bien intencionadas que sean. Es grotesco hablar en Chile de aumento de productividad sin poner el foco precisamente en las micro, pequeñas y medianas empresas.

Además de las razones que todos conocen- que aportan cerca del 70% del empleo y representan más del 95% de las unidades económicas- su participación en el  PIB, inferior al 10%, explica flagrantemente que es justo allí donde se encuentran los principales yacimientos de productividad potencial del país.

Un trabajador medio de las grandes empresas es 14 veces más productivo en ventas que un trabajador de la pequeña empresa.  El desafío, obviamente, no es quitarle los patines a las grandes empresas, por el contario que los tengan cada vez mejores, sino ponerle patines a las PyME, pero patines pertinentes  a su realidad.

Algunos datos reales: en Chile hay 400.000 empresas que tienen 5 o menos trabajadores formales. En dichas empresas normalmente trabajan al menos dos familiares del o la empresario. ¿Sindicato?, ¿Huelga?, ¿Reemplazo durante la huelga? Claramente los principales problemas abordados por la Reforma Laboral son irrelevantes para la gran mayoría de las  PyME.

Estas empresas no tienen contador interno ¿50 beneficios tributarios? 14 bis, 14 PyME, 33 de la renta, 27 bis, contabilidad simplificada, sueldo patronal, ley19.518,  gasto rechazado, contingencia tributaria, IVA diferido, PPM, etc. ¿Puede alguien en su sano juicio pensar que esos son instrumentos tributarios que mejoran la productividad de las PyME? ¿Puede alguien explicar cómo la Reforma Tributaria aprobada fue pro-PyME?

Sin duda las PyME existen pero su imagen real ha estado muy debilitada en la mente de quienes han diseñado las políticas de productividad, sean autoridades de gobierno o del Congreso. Por ello que esta omisión de representantes de las PyME en la Comisión de Productividad no puede ser vista como un error casual, sino parte de la ceguera histórica que nuestro país ha tenido en la materia.

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12 jul 2015

El valor del tiempo en la empresa chilena de la OCDE

Las cifras hablan por sí solas, y sus resultados son impactantes; Chile es el quinto país de la OCDE donde más horas se trabaja al año, es decir 12% más que el promedio de la Organización para Cooperación y el Desarrollo Económico, según el reciente ranking, pero ojo, este resultado no está directamente relacionado con productividad. El estudio ubica a Latinoamérica como una de las regiones con jornada laboral más larga y una productividad relativamente baja.Entonces ¿Qué es lo que está pasando?.

Las empresas son muy meticulosas en relación a la gestión de capital o al desarrollo de negocios para cada inversión nueva. Sin embargo, no aplican el mismo nivel de disciplina a la gestión del tiempo organizacional, y la mayoría de los ejecutivos no sabe a qué se dedica el tiempo colectivo de sus organizaciones. El problema del tiempo perdido no discrimina, por lo tanto, afecta a todas las industrias y las facetas de un negocio.

Nuestros hallazgos, muestran que la mayor parte de un día laboral típico se dedica a contestar correos electrónicos, llamadas de conferencia, realización de tareas sin valor o a reuniones poco productivas.

De acuerdo al artículo Your Scarcest Resource, publicado en Harvard Business Review, los ejecutivos reciben aproximadamente 200 correos electrónicos al día y más de 30.000 al año.Por lo tanto, con esta cantidad de correos electrónicos, pronto dedicarán por lo menos un día a la semana a administrar su comunicación electrónica.

El uso creciente de aplicaciones de mensajería instantáneay de externalización masiva (crowd sourcing) sólo empeora las cosas. Sin embargo, si estas comunicaciones frecuentes son monitoreadas, se podrían desarrollar protocolos que fomenten el uso eficiente de las aplicaciones de mensajería. La simplificación de la estructura corporativa mediante la consolidación de la gran cantidad de capas de gestión es otra manera de facilitar el flujo de la información en toda la organización.

Otro dato que arroja el estudio, es que se estima que las reuniones consumen más de dos días a la semana del tiempo de un ejecutivo, y el 15% del tiempo colectivo de una organización. Lo que generalmente vemos son organizaciones que no ejercen control sobre el proceso, lo que resulta en reuniones programadas a voluntad, con poca consideración por la duración o por quién deba asistir. Las personas deben ser responsables de las reuniones programadas y las pautas, tales como duración y cantidad de participantes, deben cumplirserigurosamente.

El informe de productividad de Alexander Proudfoot PLC, revela que hasta un 45% del tiempo total pagado en diversos sectores es dedicado a realizar tareas sin valor agregado.

La creación de una cultura sensible al tiempo comienza desde arriba. Los ejecutivos deben respetar el tiempo y considerar que tiene tanto valor como otras áreas importantes del negocio. Se debe tratar como un problema institucional y no como uno centrado en el individuo. En la mayoría de los casos, una mala gestión del tiempo proviene de causas que están tan profundamente arraigadas en los procesos centrales, que se convierten en una parte normal de la rutina diaria.

Para revertir estos índices, claramente se requiere de prácticas de planificación y de programación que agreguen transparencia al proceso de gestión del tiempo. El uso de una línea base controlada por datos como guía, sumado al liderazgo, puede impulsar el rendimiento y la responsabilidad en el trabajo mediante la asignación de montos específicos de tiempo a iniciativas claves.

La implementación de ciertos recursos, tales como informes diarios de operaciones, pueden establecer con precisión las áreas del negocio que están atrasadas. Los supervisores que trabajan junto con sus empleados son mucho más valiosos para la organización que los que están sentados detrás de un escritorio todo el día. Las habilidades de gestión activa les dará la capacidad para mejorar el desarrollo de los empleados mediante entrenamiento y capacitación.

Otros ejemplos o prácticas que parecen simples pero que definitivamente no se aplican en el desarrollo de reuniones, incluyen tener una agenda clara, preparación sólida, comenzar a tiempo y terminar temprano en caso que la productividad comience a disminuir. Un presupuesto de tiempo basado en cero, similar a una cuenta bancaria, podría usarse para “financiar” las reuniones con un monto limitado de tiempo valorado – motivando a las personas a que aprovechen cada oportunidad.

Los resultados están a la mano y los números son un indicio de que el tiempo no está del lado de las empresas. El tiempo hace la diferencia entre el éxito y el fracaso y puede ser la llave para una ventaja competitiva clave.

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11 jul 2015

La imperiosa exclusividad en la función parlamentaria

El caso del ex Diputado y ex Ministro Secretario General de la Presidencia, Jorge Insunza, dejó de manifiesto una realidad que, aparentemente,  no aparecía en el consciente mayoritario de los ciudadanos y ciudadanas: que los parlamentarios pueden realizar otros trabajos, pero con la limitación de no recibir remuneración por el Estado. Sin duda, esto no era lo que suponía la ciudadanía.

Más allá de lo cuestionado puntualmente, el haber realizado asesorías e informes a Antofagasta Minerals mientras se desempeñaba como Presidente de la Comisión de Minería de la Cámara, lo que está en cuestión, en el fondo, es la necesidad, a mi juicio imperiosa, de que exista exclusividad en el desempeño de la función parlamentaria.

Por lo anterior, elaboré una propuesta de reforma constitucional, apoyada por mi bancada y por amplios sectores, que establece que tanto los cargos de diputados y senadores sean ejercidos de forma exclusiva. El proyecto de Reforma Constitucional , que comenzó a tramitarse con urgencia en la Comisión de Constitución, apunta a despejar toda duda acerca de las incompatibilidades de la labor parlamentaria y garantiza la dedicación exclusiva en el ejercicio del cargo, como también la necesaria coherencia entre los intereses de la comunidad nacional y el parlamento, no interferido por pagos de ningún tipo, hecho por terceros privados.

Si bien existe una iniciativa presentada el 2008 por Patricio Walker y otros, nos pareció necesario enfatizar el punto, ingresando la reforma, ya que no es lógico ni pertinente que un parlamentario tenga una dedicación adicional, remunerada o no, a la tarea de legislar que pueda interferir en sus juicios y decisiones.

El texto señala que no se podrá tener otro ejercicio profesional remunerado; la discusión parlamentaria y el trabajo de comisión puede ampliar el abanico a otras situaciones. Me parece que hay que ser muy precisos al definir actividades posibles de ejecutar, ya sea a través de sociedades o personalmente. Lo relevante es que el parlamentario sólo podrá ser parlamentario y no podrá tener otro ingreso vinculado a una profesión que él ejerza, excepto la docencia.

Pero hay que avanzar por mientras. Por eso, como miembro de la Comisión de Régimen Interno, he solicitado al Presidente de la Comisión de Ética y Transparencia, diputado Germán Verdugo Soto, que informe si los y las parlamentarias que perciben otros ingresos provenientes de otros trabajos remunerados lo han informado. Esto, porque  la Declaración de Intereses no indica si se perciben o no ingresos por otras actividades, sólo consulta si se ejercen profesiones u oficios ya sea en forma independiente o contratados por terceros. La Comisión de Etica ha fijado un plazo formal para que todos los diputados y diputadas informen.

Es importante tener claro que la situación actual del desempeño del cargo de Parlamentario se contrapone  a la situación de otros funcionarios del Estado, por ejemplo, los Alcaldes e Intendentes o como ocurre por ejemplo con las personas que son elegidas por el sistema de alta dirección pública o con los altos funcionarios de gobierno, que desempeñan funciones catalogadas como críticas,  que deben ejercerse con exclusividad.

Basta recordar el caso del Concejal UDI por las Condes Mikel Uriarte, ex Director de Fonasa y ex Presidente del Directorio de TVN en el gobierno de Sebastián Piñera, al que la Contraloría le ordenó devolver el año pasado a Fonasa 55 millones de pesos, que se determinaron como daño por la dedicación exclusiva que cobró y no cumplió.

Los parlamentarios recibimos y asumimos un mandato entregado por el pueblo.Hagámoslo con la imperiosa exclusividad que se requiere.

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11 jul 2015

La Copa América

Saludamos al Directorio de la ANFP, al Cuerpo Técnico y a los Jugadores de la Selección Chilena de Fútbol por el extraordinario título de Campeón de la Copa América 2015.La competencia y la victoria futbolística emocionó al país y nos deja con la obligación de aplaudir al fútbol porque se consolida como la más importante y movilizadora actividad social del país.

Pero a pesar que hace unos días parecía que en nuestro país todo era fútbol, podemos mirar y ver cosas muy importantes más allá de la Copa América. No podemos dejar de destacar – aunque a muchos parezca obvio- el valor de los grandes eventos por las externalidades beneficiosasque conlleva. También el comportamiento ciudadano en el estadio – sobre todo con los himnos extranjeros- y con los visitantes y la reserva cívica que ello importa y de paso reconocer que hemos estado a la altura como organizadores, espectadores, competidores y anfitriones con todo el prestigio y buena imagen-país que genera.

Pero lo más destacable es descubrir que más allá de las murallas que hemos construido para blindar a la ciudad de los fantasmas que visualizamos hay grandes talentos y que éstos son capaces de hacerle mucho bien al país.

Un mensaje para todos. Así como los dejamos jugar y representarnos en el fútbol, debemos dejar desplegar sus talentos en otros partidos nacionales a los miles de jóvenes que esperan que algún día caigan esos muros invisibles pero duros. Hay mucho talento más allá de la ciudad formal y debemos ir a buscarlo. Hay que bajar los puentes levadizos que hemos levantado para proteger nuestras posesiones y permitir que lleguen muchos que –como el Pitbull o el Rey Arturo del fútbol- nos harán más grande como país.

No sólo es una oportunidad para ellos sino que también es una necesidad para los que estamos adentro porque nuestros “héroes” se han derretido y “las élites”que se autoproclamaban salvadoras de la patria, han fracasado.

El talento no tiene rostro, origen ni situación económica determinada. El talento está oculto -quién sabe dónde- y sólo necesita cancha para mostrarse. Darles cancha, sin restricción alguna, es nuestra obligación.

Sería bueno reflexionar más allá del partido con los múltiples ejemplos que emanan de la vida personal y deportiva estos jóvenes futbolistas.Hacerlo con sentido país, nos permitiría ganar una copa más grande que América.

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11 jul 2015

Educación cívica y voto obligatorio

El pasado 12 de mayo el Ejecutivo ingresó un proyecto de ley que crea el plan de formación ciudadana para los establecimientos educacionales reconocidos por el Estado.

Esta iniciativa plantea entre sus objetivos principales formar ciudadanos activos, responsables, participativos y comprometidos con el rol que tienen en la sociedad, lo que se expresaría a través del desarrollo de un Plan Nacional de Formación Ciudadana y Derechos Humanos, participativo y de formación integral, en todos los niveles educacionales.

La propia Comisión Engel sugirió en su informe que “prevenir y disminuir la incidencia de actos de corrupción y de faltas a la probidad requiere un sistema educacional que forme en valores cívicos de respeto a la convivencia y fomento del bienestar común. Una educación para los desafíos que enfrenta el país debe poner la formación cívica como un eje transversal que permita preparar a niño/as y jóvenes para enfrentar dilemas éticos a lo largo de sus vidas”.

La experiencia es clara en mostrar que la educación cívica juega un rol clave en el fortalecimiento de las democracias.

Por eso, ya en junio del año pasado, un conjunto transversal de senadores habíamos presentado un proyecto de acuerdo solicitando a la Presidenta reincorporar la Educación Cívica como asignatura, programa, taller u otra forma pedagógica participativa, eficaz y permanente, para promover en la población infantil y juvenil, a la par de su formación ciudadana, el desarrollo de una opinión informada respecto de los procesos de cambio en desarrollo.

Este tema, que pareciera gozar del más amplio apoyo social y político tendrá, con toda seguridad, sus detractores. Y no es difícil adivinar de dónde provendrán dichas críticas. Se dirá que se está de acuerdo con el principio, pero que se trata de un proyecto “ideológico” que busca inducir o “concientizar” a los jóvenes, pasando a llevar su libertad y la de sus familias.

Nada más alejado de la verdad.

Lo que les preocupa a esos aun silentes cuestionadores son los contenidos de dicha educación cívica. Les preocupa que se les hable a niños y jóvenes de dictadura, de derechos humanos, de diversidad, de tolerancia, de pueblos originarios, de derechos sociales, de democracia y quizás hasta de “temas políticos”.

Este tipo de situaciones ya las vimos, por ejemplo, en el debate sobre la creación de la asignatura “Educación para la Ciudadanía” en España el 2006 y más ampliamente cuando en 2010, todos los Estados miembros de la Unión Europea adoptaron la Carta del Consejo de Europa sobre Educación para la Ciudadanía Democrática y los Derechos Humanos.

En el caso español dicha norma tenía como objetivo “favorecer el desarrollo de personas libres e íntegras a través de la consolidación de la autoestima, la dignidad personal, la libertad y la responsabilidad y la formación de futuros ciudadanos con criterio propio, respetuosos, participativos y solidarios, que conozcan sus derechos, asuman sus deberes y desarrollen hábitos cívicos para que puedan ejercer la ciudadanía de forma eficaz y responsable”. El actual gobierno del PP la dejó fuera de la ley de educación el 2013.

En el caso de la Carta de UE ésta se propone “la búsqueda de la equidad y la cohesión social ha sido una prioridad política creciente en los últimos años, tanto a escala nacional como europea. Animar a los ciudadanos, particularmente a los jóvenes, a participar activamente en la vida política y social ha sido una de las principales formas de abordar estas cuestiones; en este sentido, la educación se ha considerado un medio fundamental para alcanzar dicho objetivo”.

Esta materia, sin duda opinable y debatible, se entronca necesariamente con otra materia en discusión: si el voto es voluntario o vuelve a ser obligatorio. Porque el voto forma parte esencial de la concepción republicana de una democracia no solo representativa, sino también participativa.

Y este debate no surge del proyecto que presentamos recientemente junto a senadores de bancadas de oposición y de gobierno, sino que quedó pendiente desde la aprobación de la ley que estableció el voto voluntario, cuando diversos actores y organizaciones plantearon, como lo explicitó entonces el sociólogo Manuel Antonio Garretón, que declarar el voto voluntario es un retroceso enorme en la democratización política del país… como si el acto político democrático por excelencia no fuera un derecho y un deber sino solamente una manifestación que sirve para detectar estados de ánimos respecto de la política”.

La experiencia comparada es diversa en esta materia: hay países donde el voto es voluntario pero que registran alta participación electoral, justamente porque hay una importante educación cívica y otros donde la voluntariedad ha reducido, como en el caso de Chile, ostensiblemente la participación en las elecciones.

A estas alturas también hay países con diversas formas de votación, anticipada o electrónica, que permite facilitar el ejercicio de su derecho a los ciudadanos que viven en zonas más apartadas e, incluso, que permiten el voto de personas detenidas pero aun no condenadas, como Argentina, u otros donde en cada votación existe la opción “blanco”, como en Colombia.

Lo concreto es que se ha establecido que en aquellos países donde hay voto obligatorio la distribución del ingreso es mejor que en aquellos donde es voluntario.

En síntesis, se trata de temas que tiene con ver con la condición de ciudadano o miembro de una sociedad determinada y la participación en los asuntos de la polis, porque como también dice Garretón, “no se es ciudadano en abstracto, se es ciudadano de un país”.

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10 jul 2015

Las reales urgencias

El próximo año y en 2017, se llevarán a cabo procesos electorales que van a renovar el mapa político del país, especialmente en el Congreso donde sin duda se verá una configuración sustancialmente distinta en las fuerzas políticas respecto de la que tenemos hoy.

No hay duda de que este asunto va a marcar la agenda política del Gobierno, más aún cuando desde la propia mandataria ha quedado claro que la urgencia y la prioridad hoy es asegurar el crecimiento económico, las reformas sociales comprometidas con la ciudadanía y avanzar en los temas de larga data en el país y que deben ser abordados obligatoriamente por el Gobierno, como la seguridad ciudadana, entre otros múltiples desafíos.

Como partido leal a la conducción de la Presidenta y leal con el programa de Gobierno, creemos que esta es la hora de las certezas. La Reforma Educacional, la reforma Laboral, los temas de seguridad ciudadana, crecimiento, transparencia, salud y reconstrucción, son asuntos de la mayor urgencia y que deben ser abordados con todas las herramientas legislativas y administrativas con las que dispone el Ejecutivo, con el apoyo cerrado de los senadores y diputados de la Nueva Mayoría.

La reforma a la Constitución es necesaria, es justa e indispensable para coronar el trabajo que venimos haciendo en materia de profundizar la democracia, la equidad y la inclusión de las grandes mayorías desplazadas por la carta fundamental heredada de la dictadura.

Pero hay que saber actuar con prudencia y en los tiempos que nos permitan acometer todas las tareas que nos propusimos, sin poner en riesgo la estabilidad de largo plazo que ha sido el capital esencial de la política chilena. La renovación del Congreso es sin duda una oportunidad clara para cristalizar un proceso constituyente con nuevos bríos, miradas y que recoja las enseñanzas que dejaron las tramitaciones de las reformas tributaria, educacional y laboral.

Nadie está hablando de abandonar este proyecto de cambiar la Constitución, sólo se trata de ajustar el momento. No obstante, esta decisión debe tomarse en conjunto en el seno de la Nueva Mayoría, porque somos una coalición en la que predomina la amistad cívica, el entendimiento y la sincera idea de que todas nuestras acciones son pensadas para el beneficio del país y en especial de los que más sufren los efectos de las crisis económicas, los ciclos de desempleo o las catástrofes naturales.

Cualquiera sea la decisión, ésta debe ser adoptada pensando en lo que sea mejor para Chile y su gente.

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10 jul 2015

Nuevos desafíos del Humanismo Cristiano frente al aborto

Esta columna de opinión pretende plantear una perspectiva sobre el tema del aborto desde una mirada humanista cristiana.

Efectivamente, se ha planteado una falsa disyuntiva para enfrentar un debate, diseño y ejecución de una política pública sobre el aborto, la cual es vista desde la perspectiva de los derechos de género o desde la perspectiva de la salud pública. La realidad del aborto en Chile implica ambas perspectivas y otras tantas.

Sin duda es un problema de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, en cuanto afecta su autonomía y capacidad para autodeterminar conductas que tiene sanción penal, pero también tiene un enfoque sanitario por cuanto constituye el más masivo procedimiento sanitario clandestino con riesgos que están relacionados directamente al nivel de vulnerabilidad socio-económico de las mujeres involucradas.

Todo lo anterior bajo el debate de la vida y la conceptualización de la persona humana, la dignidad y la distinción entre la ética y la ley.

El proyecto de ley presentado por el gobierno sobre despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo —el cual comparto y apoyo— si bien está limitado a excepcionalísimas situaciones, ha abierto un debate mucho más amplio sobre el aborto. Enfrentar dicho debate es un imperativo ético que no podemos esquivar.

De hecho, por cada día que debatimos sobre el aborto se producen entre 36 y 411 abortos al día, dependiendo de la fuente o estudio que utilicemos para acercarnos a la cifra negra de abortos en Chile. Muchos de ellos en condiciones que ponen en peligro la vida y la integridad de las mujeres involucradas, con un indicador claro: a mayor vulnerabilidad socio-económica mayor riesgo de la vida e integridad de la mujer.

Los 13.000 abortos al año —por utilizar la cifra más moderada— nos exigen una intervención directa sobre el problema independiente de la posición filosófica o política sobre el aborto.

En lo personal, y en términos generales, soy contrario a la práctica del aborto por profundas convicciones personales, pero tengo serias dudas sobre el momento del inicio de la vida como persona humana que ni la filosofía ni la ciencia médica me han dado las herramientas para responder.

Pero el debate que pretendo instalar no lo quiero plantear desde dicho eje de convicciones, sino desde el eje de las políticas públicas que tienen que responder a un problema central: los 13.000 (o 150.000) abortos al año en Chile.

Si bien todos plantean el problema, el conjunto de la sociedad chilena y el Estado establecen un statu quo para enfrentarlo. Actualmente existe una norma que penaliza el aborto, que, y conforme a esa norma, existirían entre doscientos mil y dos millones de “delincuentes” por la participación, en distintos grados, en la ejecución de dichas figuras penales, con acciones no prescritas y sin ninguna política pública seria que pretenda directamente bajar las cifras negras de aborto.

Es en este punto donde se abre un nuevo eje del debate, para bajar las cifras de aborto en Chile se requiere una batería de medidas que comience por la despenalización del aborto.

Ninguna política pública que tenga por objetivo bajar las cifras negras del aborto en Chile puede comenzar con la amenaza y poder coercitivo del Estado de meter en la cárcel a la mujer embarazada que pretende interrumpir su embarazo. En forma paralela se deben trabajar propuestas que apoyen a las mujeres que bajo ciertas condiciones de riesgo o vulnerabilidad se plantean la posibilidad del aborto.

En tal sentido iniciativas como un proyecto de ley de Apoyo Integral al Embarazo Vulnerable impulsado por un grupo de diputados parecen ser la vía adecuada para enfrentar de forma integral el grave problema de las cifras negras de aborto en Chile. Pero dichas políticas públicas no se pueden desarrollar con una “espada de Damocles” sobre las cabezas de las mujeres con un embarazo vulnerable.

Es una falacia cuando se pretenden argumentar que manteniendo penalizada la conducta del aborto se está protegiendo la vida del que está por nacer, por cuanto está demostrado estadísticamente que las acciones penales ejercidas para perseguir dichas conductas son ínfimas y la cantidad de sancionados son aun menores.

Para ser coherente con la propuesta de mantener el aborto como figura penal deberían proponer una serie de medidas (como fiscalías especiales, jueces de dedicación exclusiva, departamentos policiales dedicados al tema, entre otros) dado el gran volumen de abortos producidos al año.

La pena en el aborto es una figura decorativa desde la perspectiva de la política pública (tomando un concepto amplio de política pública), pero fuertemente intimidatoria para mantener un sistema clandestino de aborto con un fuerte componente de discriminación social y económica en la población chilena.

Como demócrata cristiano participaré en el VI Congreso Nacional del PDC, este es un debate que necesariamente tenemos que dar los militantes de los partidos políticos que juegan un rol insustituible dentro del Estado chileno, pero con verdadera participación de las mujeres en dicho debate.

Desde la perspectiva humanista cristiana tenemos que desarrollar una propuesta que recoja, por una parte, conceptos como la misericordia y la compasión (una de las fuentes del humanismo cristiano lo constituye la filosofía cristiana, donde se han desarrollado dichos conceptos), y por otra parte, la realidad de que la sanción penal del aborto no cumple ninguna de las funciones que debe cumplir la pena, no se está protegiendo el bien jurídico presente en la figura del aborto y constituye una norma socialmente discriminatoria (la realidad es otra de las fuentes del pensamiento humanista cristiano).

La perspectiva de la despenalización del aborto y su regulación es un debate abierto en la sociedad chilena, la realidad de la inmensa cantidad de abortos clandestinos es un imperativo ético a la acción, la respuesta de un pensamiento humanista cristiano que supere una respuesta simple de un articulado del Código Penal es un desafío del humanismo cristiano del siglo XXI.

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10 jul 2015

La nueva encíclica papal

El Papa Francisco ha dedicado su primera Carta Encíclica a llamarnos a la responsabilidad que nos cabe por la suerte del mundo

Nos pone por delante un pronóstico sombrío sobre la suerte que nos prometen los pronósticos ecológicos sobre la situación que nos cabe en el desarrollo de la naturaleza mundial. Nos pone por delante el peligroso aumento del CO2 en el mundo, el recalentamiento de la atmósfera y de los mares, el derretimiento de los hielos, la disolución del ozono, el deterioro del agua, la corrupción de los mares, el agotamiento de los recursos y del alimento, etc., etc.

Contrariamente a la opinión de quienes prefieren dudar de la objetividad de estos pronósticos, el Papa cree en esta objetividad y nos exhorta a tomarlos en serio.

El Papa cree que la Iglesia tiene delante de sí la tarea de enfrentar estas amenazas, poner en juego recursos poderosos.

La Iglesia durante siglos confió al emperador y a los príncipes cristianos el cuidado de la humanidad. Cuando la humanidad se secularizó, la Iglesia se metió en los templos. Ahora el Papa nos exhorta a salir de los templos, a enfrentar la situación del mundo y estas amenazas que hemos enumerado.

Aquí el Papa ha entrado a tallar en estos cambios. Se propone suscitar donde hay egoísmo un amor generoso. El Papa confía en que la Iglesia es capaz de enfrentar esta situación. Este enfrentamiento implica nuevas transformaciones culturales de gran alcance.

Nuestra esperanza es que la necesidad ante la amenaza de un cataclismo nos obligará a asumir los cambios que no hemos sabido asumir. Las iglesias tienen recursos y dinámicas más especiales que podrán aportar para esta tarea esencial: salvar el mundo.

No es de extrañar la reacción del gran capital frente a la encíclica Papal. Unos demócratas norteamericanos le han dicho al Papa que no se meta donde no entiende nada, que deje que los entendidos manejen la economía y busquen el progreso de la humanidad. Los religiosos que vuelvan a encerrarse en sus templos.

Entre los críticos bien posiblemente habrá también católicos chapados a la antigua. Pero el Papa Francisco ha pedido a los cristianos que salgan hacia el mundo para ayudar e incluso auxiliar al mundo en sus crisis actuales. Si la tarea es sustituir una cultura egoísta por una cultura altruista que se interese en el bien común, la iglesia ciertamente puede tener mucho qué decir. Los católicos ciertamente tendrían mucho qué hacer.

Los sistemas socialistas han pretendido efectuar este cambio radical: obtener la primacía del bien común por encima del anhelo egoísta, del provecho individual. Fracasaron estos socialismos: el chileno, el cubano y el de la Rusia soviética. Ahora el capitalismo nos está llevando al borde del cataclismo. Ahora el Papa pretende enfrentar al capitalismo, corregir los socialismos y poner los recursos religiosos del cristianismo al servicio de esta superación del amor sobre el egoísmo. El bien común sobre la primacía del bien propio.

No será la primera vez que un movimiento religioso tenga que ir en auxilio de una coyuntura crítica de la humanidad. Pero, tal vez, nunca con tal urgencia.

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