13 ago 2014

Desigualdad, ética y reforma

Uno de los temas de mayor impacto en el debate político de los últimos años ha sido el tema de la desigualdad como un producto no deseado del crecimiento.Esto no ha sido sólo en Chile sino en gran parte de las economías más poderosas o emergentes, pero en Chile ha tenido un impacto mayor, a tal punto que –según los estudios internacionales- tenemos uno de los mayores niveles de esa inequidad.

Otro hecho de la causa es la discusión acerca de los mecanismos para corregirla en un nivel y profundidad razonable en el corto y largo plazo para prevenir una radicalización social.

De esta discusión han surgido tres hechos unánimemente aceptados.

La equidad en educación desde el parvulario, la creación de un modelo de acuerdo social y una reforma tributaria donde paguen quienes tienen mayor patrimonio o ganancias. Ello tiene claroscuros, pero con el grado de desigualdad existente en Chile la reforma tributaria es un problema ético y no sólo económico.

Las cifras así lo demuestran. Si consideramos el promedio patrimonial de los 10 grupos económicos familiares o unipersonales (del orden de 2.500 millones de dólares o más) colocados en un banco al interés habitual y lo comparamos con el ingreso mínimo de $250.000 pesos, éstos últimos tendrían que trabajar treinta mil años para igualar el ingreso anual de los más ricos.

Es decir, el rango es de 1/30.000, lo que resuelve cualquier duda sobre la necesidad de su rápido despacho además de los acuerdos necesarios.

Para los humanistas cristianos, reitero, no es pues un problema sólo económico sino que ético. Más aún, es una bofetada al Cristo Crucificado.

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13 ago 2014

Gracias Emilio Filippi

Cuando ingresé a la Universidad a mediados de los años ochenta el país vivía una suerte de polarización ideológica que no hacía presagiar un buen futuro en pos de reconquistar las libertades públicas en ese momento conculcadas frecuentemente con prohibiciones sutiles en algunos casos y bastante formales – por no decir arbitrarias y duras- en otros.

Bandos militares se hacían escuchar con frecuencia en las escasas radios independientes al Régimen Militar. Y en esos bandos se dejaba siempre expresa constancia de los medios a los que se les prohibía informar. Invariablemente escuchábamos entonces entre otras el nombre de esta, la querida Radio Cooperativa. Y en la prensa escrita también invariablemente era mencionada la ya hace muchos años desaparecida Revista Hoy.

El Director del mencionado medio de comunicación contaba en esos difíciles tiempos con poco menos de sesenta años de edad y la historia de su vida, ligada desde los 14 años a la prensa escrita, conformaría para bien nuestro una parte importante de la historia del periodismo chileno.

De una historia que necesitaba de la valentía y ponderación que Emilio Filippi Muratto supo entregar a través de sus editoriales semanales y que personas como quien suscribe leyeron semana a semana en busca de cordura y esperanza en momentos en que la lógica de amigos o enemigos que impregnaba el ambiente intensamente pregonada por los medios oficiales de entonces, no dejaba espacio para el pensamiento crítico ni la agudeza de la observación cuestionadora aun cuando ésta tuviera un sentido constructivo.

Emilio Filippi había comenzado trabajando en el periódico La Voz de Villa Alemana en 1942. Allí forjaría su carrera hasta ser subdirector de ese medio para ya en 1955 ser escogido como Director del vespertino Crónica en Concepción y luego, cuatro años más tarde, asumir el mismo rol en el diario El Sur.

Fue en 1967 en que Filippi se hizo cargo de la dirección para América Latina de la Agencia Inter Press Service para pasar de allí a la subgerencia periodística de editora Zig Zag donde asume un rol señero: introducir una profunda renovación sobre la histórica revista Ercilla, existente desde 1933, de cuya dirección se hace cargo en 1968.

Serán casi diez años de forjar un medio pluralista y siempre buscador de la tolerancia como un factor imprescindible que transmitir a sus lectores aún en los convulsionados tiempos de fines de los años 60 y principios de los años 70.

En esos años la libertad de prensa se percibía como un derecho inalienable y la tribuna de Ercilla fue testigo y actor privilegiado haciendo valer dicho punto. El hecho que fuese en 1972 el año en que Emilio Filippi recibió el Premio Nacional de Periodismo son una prueba indesmentible de ello.

Sin embargo el quiebre de la democracia vendría en 1973 y con el la presión insostenible y creciente sobre el medio que permanecía bajo su dirección. Una anécdota narrada por Filippi hace algunos años ilustra claramente lo que ocurría en esos años.

De acuerdo a ella el general Béjares, entonces ministro Secretario General de Gobierno, llamó al dueño de la revista Ercilla ofreciéndole tres caminos para la revista: 1. Despedir al Director, 2. Modificar el estilo “opositor” de la revista y 3. Vender la revista.

El dueño preguntó al general Béjares qué pasaría si no aceptaba ninguna de las tres opciones y la respuesta fue tajante,entonces le clausuramos la revista.

Finalmente la decisión fue vender y uno de los más importantes grupos económicos de aquellos tiempos – ciertamente partidario del Régimen – adquirió la propiedad de la revista lo que gatilló la renuncia de Emilio Filippi y con él de toda la jerarquía de Ercilla a principios de 1977.

En los días siguientes una comida en homenaje a los renunciados cuya invitación era para cien personas tiene la impensada asistencia de quinientas. Y se produce un hecho inusual en una época de prohibiciones absolutas en que era imposible una reunión de tantas personas bajo Estado de Sitio. Emilio Filippi anuncia en dicha cena que en un proceso de autogestión y valentía enormes se ha forjado la idea de crear un nuevo medio de comunicación. Nace en ese instante Revista Hoy. Su lema sería “La verdad sin compromisos”.

El mismo Filippi explicaría posteriormente en su libro “La fuerza de la verdad” que el lema con el que la revista Hoy quedaría tenía que ver con dos elementos. El primero, señalaba, el de la verdad “a cuyo servicio debemos estar todos los periodistas” según su expresión textual. El segundo, el de no someter la verdad a la tiranía de los intereses creados en cualquier ámbito de la actividad profesional.

Los editoriales de Revista Hoy lograron no sólo dar puntos de reflexión en tiempos de la Dictadura Militar sino también en un hecho no menor lograron reconocimiento internacional. El premio María Moors Cabot de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia y el Premio Rey de España – de Agencia EFE y el Instituto de Cooperación Iberoamericana –junto con el premio de la SIP Pedro Joaquín Chamorro (otorgado en su momento por “su intransigente lucha por la libertad de expresión”) son muestra de ello.

Revista Hoy, por tanto, fue parte importante de la resistencia verbal al Régimen Militar. Pero para Filippi no bastaba una revista. Los diarios de aquéllos tiempos eran muy proclives al Régimen y su idea era tener un diario que permitiese dar un nuevo ángulo cotidiano a lo que ocurría en el país.

La solicitud para crear “La Época” fue presentada en 1983 y, de acuerdo a funcionarios del ministerio del Interior del momento, dicha solicitud se perdió en alguna parte del procedimiento. Se debió pasar a una segunda instancia – cuatro años mediante – para reiterar el proceso de solicitar el permiso de publicación el cual finalmente fue autorizado en 1987.

La circulación del anhelado diario también marcaría la visión de su creador: “velar porque el poder público se desempeñe de forma transparente tanto jurídica como moralmente y ser conductores de lo que la gente piensa y necesita”.

En lo personal como asiduo lector de la prensa independiente de los años ochenta y noventa pude observar de cerca el sentido republicano, el respeto irrestricto y el valor inobjetable de la pluma de Emilio Filippi. Y con ello la necesidad de ponderación y equilibrio aún en tiempos en que nada invitaba a ello.

Sin embargo, me es imposible no hacer notar que la democracia que estrenamos en 1990 no fue necesariamente generosa con los medios independientes y con quienes se jugaron incluso en algunos casos sus vidas para informar desde otros ángulos lo que ocurría en Chile.

Entre los medios que desaparecieron –por las razones que fuese – se cuenta a la Revista Hoy y al Diario La Época. Con ellos se fue también una parte de una historia de valentía, ética y generosidad que este martes 12 de agosto ha perdido a uno de sus más ilustres integrantes.

Mi profunda admiración y mi mayor agradecimiento para quien intentamos homenajear en estas líneas por su colaboración innegable al retorno de la democracia y porque tras sus sueños cumplidos hubo los de un país entero.

Hasta siempre y muchísimas gracias Emilio Filippi Muratto.

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13 ago 2014

No nos olvidemos, mes del niño, no del consumismo

Agosto es, ciertamente, un mes especial para celebrar y compartir con nuestros niños y niñas. Debemos mimarlos, acariciarlos y halagarlos, por estos días quizás un poco más; explicarles los motivos del día 10 recién pasado, por lo que también seguro gozaron de un regalo, parecido al del cumpleaños o la navidad.Hay pocas cosas que produzcan mayor satisfacción y plenitud que ver la cara feliz de un niño/a al recibir un obsequio, y esta es una dicha de la que no nos debemos privar como adultos, ni menos a ellos como infantes.

No obstante, es conveniente incluso desde la etapa preescolar,formarles una idea acerca del significado de la palabra consumismo. Somos nosotros quienes debemos educar a los niños/as sabiendo decir que “no” cuando sea necesario, y hacerles saber que este “no” siempre es por su bien. Ser buenos padres no significa colmar de regalos y dar siempre en el gusto, sino por el contrario, esinstruiry aleccionar cualidades positivas que sirvan en el desarrollo integral del niño o niña, las que eventualmente lo irán preparando para la vida.

El consumismo no sólo afecta a personas con poder adquisitivo, también arrastra hacia la insostenibilidad a familias cuyos recursos son escasos e insuficientes. Esto no es culpa exclusiva del ambiente familiar, también existen factores como el modelo social y económico que contribuyen a un estilo de vida que parece estar impuesto desde el nacimiento.

Por ello, hoy en día es una obligación enseñar tempranamente a nuestros hijos/as que lo importante es el “ser”, no el “tener”. Los niños no tienen la capacidad de decidir qué es beneficioso o perjudicial para el desarrollo de su personalidad, siendo tarea de los padres alejarlos de los estereotipos y modelos de conducta materialistas que tanto abundan en nuestra sociedad.

Regalémoslos, agasajémoslos cuando corresponda, pero igualmente enseñémosles que no hay ningún objeto material más estimable que la sencillez, la austeridad, el respeto o la tolerancia; todas virtudes que deben estar antes que cualquier juguete o prenda de ropa.

Hago un llamado a los padres y madres a crear conciencia a través del compromiso por el diálogo permanente con sus hijos, para que el día y mes del niñose conviertan–más que en una fecha concreta instaurada en el comercio-en un festejo habitual basado en el respeto y cumplimiento de sus derechos. El de recibir educación es uno de ellos, y debe empezar por casa.

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12 ago 2014

¿Son malvados los empresarios?

Hace algunos días un Senador de la República agregó una frase al agitado y confuso debate nacional sobre la reforma tributaria, asegurando que hay algunos empresarios que “buscan sabotear la economía”, con el propósito de aumentar la sensación de incertidumbre por la vía de no invertir y, de esta manera, afectar las posibilidades de éxito de la presidenta Bachelet.

Es presumible suponer que la intención tras esta declaración es endosar a ese confuso grupo que agrupa a “los empresarios” la responsabilidad por las demoras y obstáculos que puedan estar enfrentando las reformas prometidas por la actual administración.De todos modos, las generalizaciones lanzadas “a la bandada” no permiten tomarlas muy en serio, y menos si no se dan pruebas concretas.

En este sentido es inevitable comentar que, al margen de la realidad, los empresarios tienen una imagen negativa ante la opinión pública, que considera que se preocupan de la rentabilidad de sus propios negocios, que abusan de la ciudadanía cuando pueden y que no tienen un compromiso auténtico con el futuro del país.

Se pueden encontrar en la prensa diversas informaciones que permiten avalar estas sospechas, que el empresariado no se ha molestado en aclarar en la medida que no se traduzcan en amenazas para su actividad.

La lógica, sin embargo, indica otra cosa. Los empresarios en Chile, y en todo el mundo regido por las leyes del mercado, buscan optimizar sus inversiones, lo cual no es ilegal, pero la misma razón debería llevar a entender que no van a dejar de invertir si eso les significa un daño patrimonial a si mismos.

Nuestro propio país lleva más de 40 años aceptando que esas son las reglas y lo más que se ha hecho es establecer la exigencia para que el aporte empresarial sea mayor.

Por lo anterior, aunque los empresarios tengan una opinión política determinada -lo que también es legítimo-, resulta difícil suponer que vayan a abstenerse de hacer negocios para boicotear a un determinado gobierno, a menos que sea ese gobierno sea el que origine las condiciones para que el empresariado prefiera poner sus recursos en otra nación con menos exigencias y mayor rentabilidad.

En estos tiempos es relativamente sencillo trasladar los capitales de un lugar a otro e incluso emplearlos en instrumentos de rentabilidad fija que, aunque proporcionen menos beneficios, proporcionan la seguridad que no siempre da el emprendimiento.

Quienes participan en el mundo de los negocios actúan de acuerdo a las reglas del juego en cada momento e interpretan las señales de la autoridad en ese contexto.Lo concreto es que en Chile, con una reforma tributaria en tramitación parlamentaria y un debate público enredado, resulta difícil saber con exactitud cuáles serán las condiciones finales para invertir en el próximo período y es previsible, por lo tanto, que las inversiones se suspendan a la espera de contar con la información necesaria para tomar decisiones.

Sin duda, no se trata de ensalzar a los empresarios como el principal y único motor de la economía y del progreso o deterioro de los países, pero tampoco es justo responsabilizarlos de todos los males.

Si de verdad hay algunos empresarios que están postergando sus inversiones no hay que demonizarlos sino comprender sus motivos, lo que, como contrapartida, no debe entenderse tampoco como una rendición a sus exigencias.Cada país tiene el derecho de resolver las reglas del juego empresarial, pero también tiene que comprender que no se puede exigir lo imposible ni dar señales confusas y se debe reconocer que el poder económico es un actor en la sociedad.

Hay que encontrar el equilibrio exacto entre libertad y responsabilidad social, sabiendo que los empresarios no tienen en su naturaleza ni dentro de sus deberes la solución de los problemas que le corresponden al Estado, así como tampoco este ha sabido en el pasado hacer lo necesario para que este grupo de personas actúe de otra manera.

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12 ago 2014

Llevamos al Senado nuestra preocupación por el agua

Durante el período anterior en la Cámara de Diputados logramos constituir una Comisión permanente sobre recursos hídricos, desertificación y sequía, que impulsé y presidí.

Lo hicimos convencidos, en primer término, de que el tema del agua es un asunto vital y estratégico para el país, tanto desde la perspectiva del elemental suministro para el consumo humano y subsistencia de pequeñas comunidades y también para el desarrollo de diversos sectores productivos que la usan intensivamente.

Lo hicimos, en segundo lugar, ciertos de que Chile tiene un enorme retraso en la materia.Muchas autoridades y amplios sectores políticos, empresariales y sociales parecen no haberle tomado el peso al asunto.No se aprecia la misma inquietud, por ejemplo, por la energía que por el agua, debido a la percepción de muchos de que este vital elemento es aún abundante. Como consecuencia de lo anterior nuestra institucionalidad es débil, dispersa y precaria en recursos.

Dicha instancia trabajó en forma seria y sistemática, con el interés y responsabilidad de diputados de todos los sectores. Producto de lo anterior se llevaron a cabo investigaciones sobre irregularidades en el uso, que llevó a modificaciones legislativas y también se estudiaron fórmulas acerca de cómo mejorar nuestras políticas.

Asimismo, requerimos a entidades públicas acciones específicas, como fue solicitar a la Dirección General de Aguas, DGA, un estudio acerca de los numerosos servicios y programas del sector público que desarrollan funciones referidas, de uno u otro modo, a los recursos hídricos.

También demandamos de la Contraloría una fiscalización sobre el accionar de la propia DGA en la gestión de los derechos de agua y otras obligaciones.En este último caso, sus resultados, difundidos en los últimos días por los medios de comunicación, comprueban la falta de rigurosidad en el control de las extracciones y deficiencias tanto en la oportunidad como en el orden de muchos procedimientos.

Recientemente hemos logrado que también el Senado constituya una Comisión Especial sobre el agua. Esperamos replicar el buen precedente de lo realizado por la Cámara de Diputados.

Nos mueven dos convicciones básicas. Primero, que es indispensable analizar en forma científica si la escasez de agua que hoy vivimos y que se prolonga en la zona norte por casi una década es un cambio permanente vinculado a fenómenos globales en curso o una contingencia ocasional producto de algún ciclo natural temporal.

Seguir ahondando en ello es fundamental para adoptar decisiones. La inquietud no puede depender de si alguna lluvia ocasional mejora las cosas.

Segundo, procurar que el Estado aborde de una vez el tema de los recursos hídricos con seriedad. No es posible seguir con el nivel de dispersión de acciones públicas que tenemos.

Chile debe contar con una planificación y medidas de largo plazo sobre la materia, modificar la normativa constitucional, legal y administrativa para imponer el bien común a los intereses particulares y generar una institucionalidad acorde a su relevancia, que avance hacia la creación de un ministerio del y recursos Naturales.

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12 ago 2014

Reforma al sistema político, un cambio histórico

Estamos muy cerca de que ocurra un hecho histórico, el fin del sistema binominal. En el país, somos muchos y muchas los que llevamos más de dos décadas planteando la necesidad de terminar con este sistema electoral, parte de las leyes de amarre de la dictadura, para que contemos con una democracia representativa de nuestra sociedad plural y diversa.

Son conocidos los múltiples obstáculos a este cambio, basados sin duda en el deseo de mantener el statu quo e impedir así que se realicen en Chile las transformaciones sociales que la mayoría demanda.

El programa de gobierno de la Presidenta Bachelet contó con un amplio respaldo ciudadano porque se hizo cargo, precisamente, de estas demandas: reforma tributaria, reforma en educación, nueva Constitución. Para hacer realidad este proceso de transformaciones y construir el país más justo que queremos, necesitamos que las distintas opiniones estén representadas en el Congreso.

Un sistema electoral proporcional va a dar cuenta de las mayorías y minorías y de las posturas que representan. Parte del alejamiento de las ciudadanas y ciudadanos de la política se debe precisamente al sistema binominal que no permitía su verdadera expresión.

El fin a este sistema es un hecho histórico. Pero adquiere mayor fuerza cuando, por voluntad de la Presidenta Michelle Bachelet la propuesta del gobierno incluye el criterio de paridad de género, de modo de avanzar de manera decidida en la representación de las mujeres en el Congreso.La perspectiva de asegurar que ningún sexo tenga una representación menor de un 40% ni mayor al 60% garantiza la equidad de género, indispensable para un verdadero desarrollo de nuestra democracia.

Esta propuesta asumió medidas concretas y efectivas para garantizar la participación de las candidaturas de mujeres: incentivo económico al colectivo partidario por candidata electa y reembolso mayor por voto a las candidatas. Por otro lado, la inclusión de que las candidaturas de mujeres y hombres se presenten de manera alternada en las listas también da prueba de mayor igualdad de oportunidades.

Muchos se preguntan cuál será la diferencia con un Congreso Nacional con mayor presencia de mujeres. Las mujeres somos, a pesar de que se olvida, un poco más de la mitad del país.

Por lo mismo, nuestras necesidades, nuestros problemas, nuestras perspectivas y realidades tienen que tener representación en los parlamentos donde se deciden las leyes que nos regirán.El largo trámite de ley sobre el femicidio dio cuenta de las barreras culturales que existían -y que perduran- para comprender realidades que vivimos las mujeres.

Sin duda que el término del sistema binominal es una gran noticia, pero que el nuevo sistema electoral proporcional sea más equitativo para mujeres y hombres constituye un cambio trascendente para nuestra democracia, dando cumplimiento al compromiso de la Presidenta Michelle Bachelet.

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12 ago 2014

La Reina, importante mejoría en Transparencia

En las democracias modernas, en buena hora, los servicios públicos y los entes que manejan recursos o hacen gestión por el Estado, deben hacerlo comunicando eficazmente cómo es su desempeño. A su vez, los ciudadanos demandan cada vez más información oportuna y ágil y condenan su ocultamiento.

A poco de asumir la alcaldía en la comuna de La Reina enfrentamos un problema complejo. Las cifras de transparencia de la gestión municipal cayeron en 25 puntos, según la evaluación periódica que realiza el Consejo para la Transparencia.

Conscientes de la necesidad de revertir rápidamente esa situación, de acuerdo a lo que ha sido nuestro compromiso de toda la vida, nos impusimos el desafío de lograr las máximas calificaciones en las evaluaciones del siguiente periodo, entre abril y junio de este año y el resultado fue positivo:logramos ascender de manera muy importante.

Según la última evaluación del Consejo, comunicada el 24 de Julio en Transparencia Pasiva (que es la manera en que el municipio informa las inquietudes de los vecinos) alcanzamos el cien por ciento del puntaje y en Transparencia Activa (o como el municipio informa vía página Web) logramos 90.9 puntos revirtiendo la significativa caída que sufrimos.

La condición humana exige un permanente proceso de aprendizaje y queremos compartir nuestra experiencia ¿cómo subimos con potencia en estos ítems? Entre otras medidas, La Reina reforzó el equipo de profesionales que trabaja en esta área y firmó un convenio con el Consejo para la Transparencia, que permitió una mejora sustantiva en los procedimientos, así como la incorporación de buenas prácticas en el día a día.

Nos propusimos trabajar con perseverancia en fortalecer la disponibilidad de información de materias sociales como son, por ejemplo, los mecanismos de participación ciudadana, los subsidios y beneficios que entrega la institución, así como la nómina de sus beneficiarios y los trámites del municipio.

Se mejoró también la información económica, dando cuenta de las contrataciones en los servicios, las compras que se realizan, el presupuesto asignado y sus modificaciones, los informes de los pasivos y las respectivas transferencias de fondos.

Otro flanco que atacamos fue poner énfasis en informar en detalle el ámbito administrativo municipal. Mejoramos las nóminas del personal y sus remuneraciones, precisamos el organigrama institucional, las facultades, funciones y atribuciones de los funcionarios en todas sus unidades, el marco normativo, los actos y resoluciones con efectos sobre terceros y una completa información del Concejo Municipal contenida en sus actas, los acuerdos y las dietas.

Esa es la fórmula para mejorar la transparencia que los ciudadanos del siglo 21 necesitan: disponer información íntegra y clara, oportuna y una descripción acabada de los protagonistas y las acciones de los entes estatales.

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12 ago 2014

Dios ha muerto

En este retirado entorno insular que se llama Chile, donde las noticias del mundo civilizado siempre llegan con años y hasta siglos de retraso, algunos personajes públicos vinculados a la filosofía se han puesto a discutir sobre si es o no legítimo ser ateo.

Esto, dejando de lado el retroceso a la Edad Media que tal disputa denota, se parece mucho a las discusiones que se entablan entre paisanos en las plazas de provincia en las que se cruzan argumentos acerca de si el león o el tigre es el rey de los animales. Si un pensador alemán o francés se enterara de tales encontrones quedaría asombrado ante la utilización tan eficaz que hacen los intelectuales chilenos de la máquina del tiempo.

Con el ánimo de aclarar un poco las cosas – por supuesto, dentro del total escepticismo que tengo en relación con la lucidez de mis congéneres – desearía informar que el tema de Dios y del ateísmo, tal como se entiende en las discusiones citadas, hace ya tiempo que ha dejado de ser tratado por los filósofos serios. En el campo del pensamiento ha ocurrido exactamente lo mismo que en todas las demás realidades que caracterizan nuestro mundo.

No es que se crea o no en dios, simplemente se prescinde de él. Es lo que Nietzsche quiso mostrar con su famosa frase “Dios ha muerto”. No se trata de un pronunciamiento en contra de dios o de los creyentes, que seguirá habiéndolos mientras el hombre siga viviendo sobre la tierra. Es simplemente un modo de llamar la atención sobre algo que en realidad todos sabemos, pero que pocos asumen en sus radicales consecuencias.

Y es que el dios en nombre del cual los reyes dictaban sus leyes, el dios que le daba identidad a sus pueblos, el que castigaba con dureza a quienes lo desobedecían, el dios en nombre del cual se hacían las guerras, el dios que no permitía la increencia y la castigaba con cárceles, torturas y muerte, ese dios, ya no está más, ha desaparecido de la escena, como un actor que ya nada tiene que decir, que ya no participa de la acción y que se ha retirado tras las bambalinas.

Lo cierto es que la religión desde hace ya mucho tiempo se ha transformado en un asunto de mera creencia, es decir, en un asunto que depende más del que cree que del objeto de creencia. Lo que uno crea o no crea es una cuestión personal, nada más. Se puede creer o no creer, da lo mismo.

Eso no altera mayormente las relaciones humanas, no tiene incidencias en los negocios o en la bolsa, no juega un rol determinante en los amores, o en la ciencia o en la técnica. Hasta en la política creer o no creer tiene baja incidencia. Conozco demócrata-cristianos ateos y socialistas o comunistas, cristianos. Tal vez hoy día los únicos verdaderos cristianos sean los comunistas.

Por eso, la polémica suscitada sobre el ateísmo es totalmente anacrónica. Y por eso, fuera de lo curioso que resulta que de pronto un tema como este salga a la palestra, nadie le presta mayormente atención. Puede decirse que en esta circunstancia, hasta la declaración de ateísmo resulta fuera de lugar.

Es tan poco lo que dios importa, que darse el trabajo de definirse con respecto a él resulta un despropósito. Ateos y creyentes conviven en nuestra sociedad sin que nadie se de mucho cuenta qué puede significar esta definición para quienes la hacen. Así como se puede ser creyente de muchas maneras, lo mismo se puede ser ateo con diferentes connotaciones.

Para los filósofos hace ya mucho tiempo que definirse de este modo ha perdido sentido.Del mismo modo ocurre en otras disciplinas. Enterarse de que el descubridor de la penicilina, o el inventor del teléfono celular era ateo o creyente puede ser una curiosidad que sirva para entretener a los amigos en una comida, pero es algo bien poco relevante si se tratara de relacionar este hecho con dichos descubrimientos.

En la filosofía, donde los argumentos de autoridad no tienen ninguna vigencia, participar de un credo resulta más bien sospechoso. Heidegger decía que una filosofía cristiana era algo así como decir “fierro de madera” y Bertrand Russel se tomó el trabajo de explicar minuciosamente en un libro lo incoherente que le resultaba relacionar el cristianismo con la filosofía. Sartre, que le gustaba posicionarse ante todo, cayó en la trampa de definirse como un filósofo ateo.Wittgenstein pasa por místico aunque su definición de dios como “sentido de la vida” resulta bastante atea.Pero da lo mismo, la obra de ningún filósofo contemporáneo la juzgaremos tomando en cuenta sus creencias.

Por supuesto, estas cosas todavía no se saben en Chile. Aquí todavía se muestran públicamente creencias intolerantes, para las cuales el ateísmo pareciera ser considerado como una suerte de enfermedad, más que un posicionamiento legítimo frente al gran enigma que es la vida.

El periodista argentino Lanata hablando de Chile contaba que una de las cosas que más lo había asombrado en su viaje a Santiago era que en nuestra ciudad pudiera haber todavía una calle con el nombre del fundador del Opus Dei. La influencia de las ideas extremistas en cabezas por las cuales jamás ha pasado ni pasará ninguna duda tienen amplia cabida en los medios en que se ha llevado esta polémica, y lamentablemente todavía influirán durante bastante tiempo en nuestro país.

Frente a ellas, parece que lo único que los filósofos debemos hacer es repetir incansablemente la famosa frase de Stendhal: “La única excusa que tiene Dios es que no existe”.

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11 ago 2014

Negociación colectiva, la hora de una reforma pendiente

La legislación laboral de la dictadura limitó severamente el derecho a la negociación colectiva y menoscabó de manera importante el rol de los sindicatos en la representación de los trabajadores. Si bien desde 1990 se han efectuado modificaciones legales en el ámbito del derecho colectivo, las de mayor relevancia han sido en materia de autonomía sindical, mientras que las relativas a la negociación colectiva han sido bastante limitadas.

Estas últimas, requieren una revisión profunda, pues su actual configuración constitucional y legal es extremadamente restrictiva y, en ciertos ámbitos, vulneratoria de lo que universalmente se entiende por derechos fundamentales de libertad sindical y negociación colectiva.

Hace algún tiempo presenté un proyecto de reforma constitucional en materia de negociación colectiva, por el que se busca sustituir la concepción impuesta por la dictadura y garantizar adecuadamente este derecho fundamental en nuestro ordenamiento jurídico.

Además, el programa de Gobierno de la Presidenta Bachelet contempla una reforma al Código del Trabajo en este mismo ámbito. ¿Cuáles son algunos de los aspectos que debieran considerarse en la modificación de la legislación actual?

En mi opinión, debe revisarse la definición de trabajadores que pueden negociar colectivamente de aquellos que no pueden hacerlo, superando las restricciones actuales y teniendo en cuenta que, en tanto se trata de un derecho fundamental, las limitaciones debieran ser excepcionalísimas y razonablemente justificadas.Asimismo, se debiera garantizar este derecho tanto a los trabajadores con contrato indefinido como a aquellos que han suscrito contratos de duración determinada.

Es importante señalar que la OIT sólo admite la negociación colectiva con representantes de los trabajadores cuando no existen organizaciones sindicales en la empresa. En consideración a este antecedente, una reforma que quisiera adecuarse a los criterios de la mencionada organización internacional, debiera restringir la negociación por grupos ad hoc exclusivamente a aquellos casos en que en la empresa no exista un sindicato. De este modo, se reconocería adecuadamente la titularidad sindical en materia de negociación colectiva.

En la línea de reconocer la importancia de la negociación colectiva como una de las atribuciones propias de los sindicatos, creo que debiera terminarse con la paradoja que ocurre en ciertas empresas en las cuales, si bien se reconoce la libertad sindical para efectos de constituir tales organizaciones, se les priva del derecho a negociar colectivamente, lo que claramente constituye un perjuicio para los trabajadores al privarlos de una herramienta fundamental en este tipo de procesos.

De igual manera, es imperioso poner fin al reemplazo de los trabajadores en huelga. Si bien en la reforma del año 2001 se avanzó al explicitar en el Código del Trabajo que estará prohibido este reemplazo, tal afirmación no es concordante con lo que luego se establece en el mismo cuerpo normativo. En efecto, a pesar de dicha prohibición, se puede contratar reemplazantes de los trabajadores en huelga, en la medida que la última oferta del empleador cumpla con determinadas exigencias.

Cabe señalar que esta normativa ha sido observada por los órganos de control de la OIT, cuya Comisión de Expertos en la Aplicación de Convenios y Recomendaciones, ha solicitado de manera reiterada modificar el artículo 381 del Código del Trabajo que permite esta situación.

Nuestro ordenamiento contempla que, en principio, los contratos y convenios colectivos de trabajo se aplican sólo a los trabajadores que hayan intervenido en la negociación colectiva correspondiente.

Sin embargo, permite que el empleador pueda hacer extensivos los beneficios estipulados en el instrumento colectivo a trabajadores que no fueron parte de la misma. En este sentido, debiéramos avanzar en que la extensión de beneficios sea automática al resto de los trabajadores, si las organizaciones sindicales que negocian representan a un porcentaje significativo de los trabajadores de la empresa.

Sobre este último punto, debiera establecerse, al igual que sucede hoy con la extensión por voluntad del empleador, que los trabajadores deban pagar un porcentaje de la cuota sindical a las organizaciones sindicales que hubieren obtenido el contrato colectivo.

Finalmente, debemos recordar que con la reciente reforma en materia de “multi-rut” se ha producido un avance que permitirá a los sindicatos inter empresas negociar con varias empresas, en la medida que ellas se constituyan como un solo empleador.

Se trata de un gran paso con respecto a lo que había, pero como hemos visto, aún nos falta mucho para hablar de una verdadera simetría en los procesos de negociación entre las empresas y los trabajadores.

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11 ago 2014

Igualdad desde la cuna

El jueves 7 de agosto, último día de la Semana Mundial de Lactancia Materna, presentamos ante la Cámara de Diputados un proyecto de ley para crear Bancos de Leche Humana. A mi juicio, este proyecto tiene una relevancia en dos dimensiones: la de generar políticas públicas de igualdad social para niños y niñas y la de avanzar en una nueva mirada del rol social de la mujer.

En la primera dimensión, un Banco de Leche Humana será un aporte en establecer como un derecho el que niños y niñas reciban leche materna, más allá de la posibilidad de su madre de poder dársela.

Muchos estudios afirman que el amamantamiento es un proceso que, además de ser natural, provoca diferencias sustanciales en los pequeños, pues al mismo tiempo que fomenta el apego, es el mejor y más completo alimento que un niño o niña puede recibir en sus primeros meses de vida.

La leche materna es un alimento inmuno modulador, esto quiere decir que, además de otorgar protección contra infecciones y alergias específicas, estimula el desarrollo del sistema inmune de los menores. Así lo establece el Manual de Lactancia para Profesionales de la Salud, de la Comisión de Lactancia del ministerio de Salud en conjunto con la UNICEF.

Además, tal como lo señala el ministerio de Salud en su página oficial, “la lactancia permite un importante ahorro de recursos a nivel familiar y de la sociedad. Los productos sustitutos de la leche materna son caros y en ocasiones deben ser importados, lo que genera un gasto importante de divisas para el país. Las familias de muy bajos recursos alimentan a sus niños con mezclas diluidas de poco valor nutritivo, que no contribuyen a un crecimiento y desarrollo adecuados.”

Niños y niñas prematuras o enfermas, con la existencia de Bancos de Leche Humana tendrán un elemento más de fortalecimiento y recuperación, lo que se ha experimentado en todos los países de Sudamérica como política de salud pública, a excepción de nuestro país, que es el único de la región que no cuenta con esta herramienta.

Hay entonces razones de diversa índole para fomentar la creación de Bancos de Leche Humana: razones de salud pública, de protección de la primera infancia, de reducción de las tasas de mortalidad infantil, de economía en la salud, de equidad social, entre otras.

Por esto, hemos presentado el proyecto de ley que crea un Banco de Leche Humana, con lo que esencialmente queremos avanzar a cambiar el paradigma: de la obligación de la madre a amamantar sólo a su hijo, al derecho de todos los niños y niñas a recibir leche materna, por esto mismo proponemos que sea de exclusivo uso en el sistema de salud, siendo imposible su comercialización.

Como madre, entiendo por experiencia propia la necesidad del amamantamiento, porque además de ser vital, es un momento de apego y conexión como existen pocos y que difícilmente puede ser explicado a quien no lo ha experimentado.

Pero hay ocasiones en las que a una madre por razones médicas no puede dar leche, sea porque su pezón no está listo para amamantar, su hijo está enfermo y debe ser hospitalizado u otras circunstancias que evitan que pueda ser amamantado en sus primeros días de vida. Más allá de las razones, el derecho de los niños y niñas a recibir leche humana debe prevalecer y es lo que promovemos con el proyecto de ley.

Por otra parte -avanzando en la segunda dimensión propuesta, la de la mujer en la sociedad-, en los últimos años, diversas tendencias ideológicas han sacado la maternidad de lo privado y la han trasladado al debate público. Por años, la mujer, la crianza y la maternidad estuvieron adscritas al espacio doméstico, sin tener mayor relevancia para los debates políticos nacionales.

Pero en la actualidad tanto las redes sociales como los espacios de opinión casi a diario se debaten sobre temas de crianza, tales como amamantar en público, cuidado infantil, derecho a sala cuna, formas de educación en la casa, entre otras.

Este tránsito de lo privado a lo público, de lo doméstico a lo social, de lo poco importante a la relevancia nacional, tiene que ver con la compresión de la mujer como un ser integral, que al ingresar al mundo del trabajo y/o la participación política, no deja en casa a la mujer madre, sino que la lleva consigo y que intenta romper con estándares sociales prefabricados por un modelo ideológico imperante que visualiza a la mujer como objeto de deberes (sexuales, maternales, maritales) y no como sujeto de derechos.

En el libro “Sobre bancos de leche humana y lactancia materna” se sostiene que, “la propia existencia de los bancos de leche, con todo el dispositivo técnico que suponen, con el único objetivo de preservar y dispensar leche materna, aumenta el valor de la lactancia desde un punto de vista social”.En síntesis, avanzar hacia la creación de un Banco de Leche Humana, releva la lactancia y con esto el rol de la mujer a una situación de importancia vital de carácter nacional, que apunta a cambios culturales que debemos ir abriendo.

Así, un Banco de Leche Humana que instala el derecho de niños y niñas a recibir leche materna y posiciona al amamantamiento como un derecho, además de ser una trascendente política de salud pública, se vuelve un aporte a la transformación cultural que apunta a terminar con la discriminación de las mujeres y su anulación política y social, un camino hacia el que un país que camina en cambios profundos no puede obviar avanzar.

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