29 ago 2013

La “carta de los 13” a cuarenta años del golpe militar

Próximamente se conmemorarán en nuestro país los cuarenta años del golpe militar.Una fecha triste y oscura de nuestra historia que significó el comienzo de 17 años de falta de libertad, de torturas, de desapariciones, de chilenas y chilenos exiliados o relegados, en definitiva, una fecha cargada de dolor.

Este año y debido a que se cumplen ya cuatro décadas de acontecido el golpe militar el ambiente previo ha estado cargado de emotividad. A los debates habituales, con argumentos en contra y otros que todavía buscan justificaciones, algunos programas de televisión nos han mostrado nuevamente las imágenes del horror que padecimos durante la dictadura de Pinochet.

Y también, como cada año, se endosan responsabilidades de lado y lado de lo que se hizo o se dejó de hacer para haber llevado a Chile al quiebre institucional. En el caso de mi partido, la Democracia Cristiana, en días posteriores al golpe se conocieron públicamente dos declaraciones.Una, la oficial, y otra, conocida como “carta de los 13”.

La “carta de los 13” fue una declaración suscrita por igual número de camaradas, entre quienes se cuentan mis amigos Mariano Ruíz-Esquide y Belisario Velasco, donde se recogía el sentimiento de muchos democratacristianos que se opusieron a la irrupción militar pese a haber sido opositores a la gestión del gobierno de la Unidad Popular.

De hecho, en su primer punto la carta sostiene que “condenamos categóricamente el derrocamiento del Presidente Constitucional de Chile, señor Salvador Allende, de cuyo Gobierno, por decisión de la voluntad popular y de nuestro partido, fuimos invariables opositores. Nos inclinamos respetuosos ante el sacrificio que él hizo de su vida en defensa de la Autoridad Constitucional”.

Hago mención a estos hechos debido a que en cierto momento se esbozó la intención de dejar establecido que lo señalado en la “carta de los 13” fue la declaración oficial de la DC en aquel entonces. A raíz de esa propuesta Belisario Velasco dijo en medios de prensa que “quien crea que las declaraciones se pueden cambiar, comete un error profundo. La historia es como el sol, no se tapa con un dedo ni aquella con un acuerdo”.

Coincido con lo señalado por Belisario. Si bien la DC fue opositora al gobierno de la UP nadie en el Partido apoyaba la idea de una intervención militar tan brutal como la que finalmente ocurrió, ni mucho menos los horrores que vendrían después y que también afectaron a muchos de nuestros camaradas. Pero los hechos son los que son y tratar de cambiarlos no corresponde.

En este punto, me parece necesario destacar la figura de don Patricio Aylwin, quien tuvo la enorme responsabilidad de conducir el país en su retorno a la Democracia en medio de constantes amenazas y muestras de fuerza de los militares. El fue uno de los firmantes de la carta oficial del partido en los días posteriores al golpe, declaración donde junto a otros argumentos se “lamentaba lo ocurrido”.

Años más tarde en su libro “El Reencuentro de los Demócratas” el ex Presidente señaló que, a su juicio, “la carta de los 13 era la acertada”. Lo digo con total claridad, el ex Presidente Patricio Aylwin es un referente de actuación democrática tanto para el Partido como para Chile.

Pese a todo el tiempo que ha pasado desde aquel fatídico 11 de septiembre de 1973, para muchos chilenos y chilenas la herida aún sigue abierta porque la ausencia de un ser querido desaparecido no se cierra con el solo paso del tiempo. Una reconciliación verdadera exige que antes haya verdad y justicia para todos.

En nuestra última Junta Nacional se reiteró “el compromiso de la DC con la vigencia de los Derechos Humanos, con la Libertad y la Democracia”, que son los valores que han guiado nuestra historia y que seguirán marcando nuestro aporte para construir un Chile más justo donde todos tengan las mismas oportunidades.

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  • barbara

    me parece muy bien lo que usted señala, solo no comparto lo que indica de Patricio Aylwin, creo que el es responsable del rompimiento Institucional, ya que era el Presidente del Senado.
    En mi opinión el permitió que el Golpe se concretara y ahora han pasado 40 años y aun no lo superamos.
    Creo en la Verdad y la Justicia, lamentablemente estos dos valores tan fundamentales en Chile no existen.

    barbara

  • Contreras

    Podrian también comentar algo sobre la carta de Eduardo Frei a Mariano Rumor en 1973 donde señala como el gobierno de Allende había destruido la Democracia chilena y el país se aprestaba a caer en un régimen totalitario marxista. Muchos de los inculpados pertenecen a sectores de la actual oposición y ocultan esos pasajes de la historia chilena.

    • Víctor Marcelo Vergara Verdugo

      Es cierto, pero Frei se equivocó, se arrepintió, no dudó en señalarlo, se opuso a la dictadura y, finalmente, pagó con su vida (fue asesinado) por esta postura. Creo que merece nuestro respeto. Todos podemos errar, pero al final debe imponerse la fraternidad y el respeto a la vida. En eso la Democracia Cristiana tiene la autoridad, pues fue un partido capaz de reconocer su error y enmendarlo con una lucha ardua contra la dictadura, que les costó cárcel, exilio, persecusión y crimen. Fueron compañeros de ruta en esa lucha durante todos los ochenta y gran parte de los setenta.

      • Tesla Terk

        Exacto, Frei Montalva fue lo suficientemente hidalgo para deshacer el camino y enfrentar a la dictadura en condiciones desiguales. Nadie está obligado a permanecer atado a una posición bajo la amenaza de ser considerado traidor si cambia de opinión. Es lícito y justo poder cambiar de opinión una vez conocida toda la verdad y visto el actuar de quienes dicen una cosa y luego hacen otra muy distinta. La camarilla que llegó al poder a sangre y fuego fue variando progresivamente su discurso a medida que se empezaba a sentir segura y muy cómoda en el poder. Del inicial predicado “ni vencedores ni vencidos” que lanzaron apenas tomado el control, rápidamente fueron dejando evidencia de cuan diferentes eran sus verdaderas intenciones, al tenor de frases como “hay que extirpar el cáncer marxista” que Gustavo Leigh hiciera famosa a sólo unos cuantos días del golpe, dándole a entender a la ciudadanía que recién estábamos empezando a bailar al son de la muerte. Así dadas las cosas, es totalmente justo y natural que mucha gente entonces empezara a caer en la cuenta de qué se venía realmente el juego. Los militares YA tenían las manos manchadas de sangre hasta los hombros por esos días iniciales, y habían pasado hace mucho ya el punto de no retorno, pues ya tenían mucho por qué responder. Y los ingenuos y confiados, mucho que revisar y arrepentirse. Frei y muchos otros mas son el ejemplo de éstos últimos, capaces de reconsiderar las cosas a la luz de la real situación.

      • Jose

        Entonces Frei, de poder haber retrocedido el tiempo, tendría que haber luchado contra otra dictatura y se habría arrepentido de no haber apollado el golpe de estado. O sea …

      • Jose

        Es cierto que se opuso a la dictadura, pero eso no implica que se haya arrepentido de apoyar el golpe de estado, pues lo hizo porque sabía que el marxismo es una dictadura peor.

  • Tesla Terk

    Efectivamente, el ser opositor no implica para nada el desear la destrucción total o parcial del bando rival. Así piensa la gente decente, pero durante mucho tiempo ANTES que se produjera el golpe, específicamente desde el momento que Allende resulta vencedor relativo en las elecciones de 1970, hubo un bando que se empezó a preparar intencionada, sistemática y programadamente para la lucha armada y cuyo objetivo final era el derrocamiento del gobierno constitucional, sin alternativas. Y el brazo armado de ésta banda de conjurados, nada menos que las FFAA pagadas por todos los chilenos, empezó a aleccionar a lo más bajo de los efectivos disponibles: reclutas sin instrucción ni discernimiento a la altura de las circunstancias, capaces de “tragarse la pescada” del cuento del “enemigo interno” y otras menudencias bien contadas pero nunca probadas como invasiones rusas y cubanas, completa y sin cuestionamientos que demandaran algunas explicaciones incómodas. Y de lo mas bajo se valieron para hacer el trabajo mas sucio jamás encomendado a alguien: matar a sus propios compatriotas. En esto participaron de capitán, perdon, de generales a pajes, con diversos grados de responsabilidades, que aun se tiran entre ellos como papa caliente, incapaces de afrontar sus actos con la misma energía que los cometieron, y de los cuales se ufanan hasta hoy en secreto, entre los de su misma ralea que les celebra como “héroes” de una guerra inventada.

    Para los que aun acusan de traidores a quienes se restaron del apoyo a los impostores, es necesario decirles que aun hay una gran diferencia incluso en aquellos que llegaron a creer que la situación requería de una salida de emergencia, aún cuando estas personas pueden haber pecado de ingenuas o torpes, es muy posible que hallan encontrado la desgraciada verdad una vez que “los nuevos patriotas” comenzaron a dejar las huellas de sus verdaderas motivaciones, métodos y objetivos: arrasar con el Chile que no era de su propiedad ni comulgaba con sus ideas. Simple y efectivo desde la perspectiva de criminales. En éste último grupo está Eduardo Frei Montalva, quien dió muestras claras de arrepentimiento por haber equivocado el camino , y pagó con su vida el querer retomar el liderazgo para organizar la oposición a la banda de usurpadores que para inicios de los 80 ya había dado suficientes pruebas, incluso para los mas acérrimos seguidores, de sus crímenes y atropellos. La verdad, el arrepentimiento y el perdón tienen muchos caminos para llegar a ellos, pero una cosa es segura: no hay sucedáneos para ninguno.

  • Jose

    Para que algo no ocurra nunca más no basta con decir lo que pasó, sino que hay que aclarar por qué pasó.

    Declaración de P. Aylwin en 1973 en youtube

  • César

    Estimada Carolina. Primero expresarte mi alegría por su recuperación. Me pareces una mujer valiosa y consecuente, y le haces bien al senado de la nuestra República. Respecto de tu columna me permito algunas reflecciones:
    Primero me parece impresentable decir, yo era muy joven cuando ocurrió el golpe. No tengo responsabilidad. Muchos eramos niños en aquella época (yo tenía 10 años) y viviía en un pequeño poblado del sur. Mi abuelo, era DC y mi casa fue registrada por los milicos y se llevaron una escopeta que en el campo se usaba para cazar aves. SIn embargo, me di cuenta como papás de mis mejores amigos de infancia fueron secuestrados y se ausentaron por largo tiempo de nuestro pueblo. Gente de trabajo decente que creia en la política como medio de alcanzar un país mejor. Pero se comentaba que estaban presos en una isla del norte. A esa edad y aunque como niño uno asumiera rápidamente esos acontecimientos como parte de la normalidad de nuestra vida, sabiamos que esa persona no era un terrorista ni un come guagua. Sabíamos que era un buen vecino, y que más allá de la diferencias que tenían con mi abuelo, se respetaban y compartían como vecinos. Mi abuelo falleció el 81 y nunca supe que pensaba al respecto porque nunca mas se habló de politica en mi casa. Pero aun así, después en la ciudad, y luego en la Universidad uno tiene los elementos para juzgar y darse cuenta que las cosas estaban mal. Mas allá de lo mal que lo pasaba la gente por una mala gestión económica, está la dignidad de las personas. No solo del que sufre persecución, sino también del que observa, entiende y calla y luego se desentiende. Creo que muchos pusimos nuestro granito de arena en las protestas, o de distintas maneras para hacer entender a mucha gente asérrima defensora del dictador, que eso no podía seguir sucediendo. Viendo ahora, imágenes del excelente programa de Chilevisión “Las imágenes prohibidas” es posible corroborar como èramos manipulados por la TV y los diarios que no mostraban lo que realmente ocurría en Stgo o en la ciudades mas grandes de Chile. Los hechos son los hechos y están ahí. No se trata de victimizarse, por que nadie eligió ser víctima. Se trata de reclamar justicia y gestos de aquellos que teniendo influencias en esferas de poder no hicieron nada para ayudar, aunque sea de manera mínima a aminorar el sufrimiento de tanta gente inocente. SI inocente. Porque nadie es culpable de pensar distinto. Don Arturo, padre de un unmuy buen amigo falleció hace dos años, afortunadamente víctima de una enfermedad causada por su trabajo (era comunista y carpintero de los buenos) y no por la dictadura. Espero que en su encuentro con mi abuelo puedan ajustar cuentas como siempre lo hicieron antes: conversando respetuosamente. Por ello: Si hoy una candidata dice que no tiene porque pedir perdón, siendo hija de un ex comandante en jefe de la fuerza aerea de ejército, y ex miembro de la Junta MIlitar, con esas palabras está avalando lo que ocurrió, y demostrando su bajeza moral y carencia valórica. Bien por aquellos que se arrepintieron e hicieron algo al respecto. Mi mayor respeto. También a todas esas mujeres “enormes” que vencieron el miedo y se enfrentaron a los milicos con fuerza y coraje. Muchas gracias a todos ellos….