12 ago 2014

Dios ha muerto

En este retirado entorno insular que se llama Chile, donde las noticias del mundo civilizado siempre llegan con años y hasta siglos de retraso, algunos personajes públicos vinculados a la filosofía se han puesto a discutir sobre si es o no legítimo ser ateo.

Esto, dejando de lado el retroceso a la Edad Media que tal disputa denota, se parece mucho a las discusiones que se entablan entre paisanos en las plazas de provincia en las que se cruzan argumentos acerca de si el león o el tigre es el rey de los animales. Si un pensador alemán o francés se enterara de tales encontrones quedaría asombrado ante la utilización tan eficaz que hacen los intelectuales chilenos de la máquina del tiempo.

Con el ánimo de aclarar un poco las cosas – por supuesto, dentro del total escepticismo que tengo en relación con la lucidez de mis congéneres – desearía informar que el tema de Dios y del ateísmo, tal como se entiende en las discusiones citadas, hace ya tiempo que ha dejado de ser tratado por los filósofos serios. En el campo del pensamiento ha ocurrido exactamente lo mismo que en todas las demás realidades que caracterizan nuestro mundo.

No es que se crea o no en dios, simplemente se prescinde de él. Es lo que Nietzsche quiso mostrar con su famosa frase “Dios ha muerto”. No se trata de un pronunciamiento en contra de dios o de los creyentes, que seguirá habiéndolos mientras el hombre siga viviendo sobre la tierra. Es simplemente un modo de llamar la atención sobre algo que en realidad todos sabemos, pero que pocos asumen en sus radicales consecuencias.

Y es que el dios en nombre del cual los reyes dictaban sus leyes, el dios que le daba identidad a sus pueblos, el que castigaba con dureza a quienes lo desobedecían, el dios en nombre del cual se hacían las guerras, el dios que no permitía la increencia y la castigaba con cárceles, torturas y muerte, ese dios, ya no está más, ha desaparecido de la escena, como un actor que ya nada tiene que decir, que ya no participa de la acción y que se ha retirado tras las bambalinas.

Lo cierto es que la religión desde hace ya mucho tiempo se ha transformado en un asunto de mera creencia, es decir, en un asunto que depende más del que cree que del objeto de creencia. Lo que uno crea o no crea es una cuestión personal, nada más. Se puede creer o no creer, da lo mismo.

Eso no altera mayormente las relaciones humanas, no tiene incidencias en los negocios o en la bolsa, no juega un rol determinante en los amores, o en la ciencia o en la técnica. Hasta en la política creer o no creer tiene baja incidencia. Conozco demócrata-cristianos ateos y socialistas o comunistas, cristianos. Tal vez hoy día los únicos verdaderos cristianos sean los comunistas.

Por eso, la polémica suscitada sobre el ateísmo es totalmente anacrónica. Y por eso, fuera de lo curioso que resulta que de pronto un tema como este salga a la palestra, nadie le presta mayormente atención. Puede decirse que en esta circunstancia, hasta la declaración de ateísmo resulta fuera de lugar.

Es tan poco lo que dios importa, que darse el trabajo de definirse con respecto a él resulta un despropósito. Ateos y creyentes conviven en nuestra sociedad sin que nadie se de mucho cuenta qué puede significar esta definición para quienes la hacen. Así como se puede ser creyente de muchas maneras, lo mismo se puede ser ateo con diferentes connotaciones.

Para los filósofos hace ya mucho tiempo que definirse de este modo ha perdido sentido.Del mismo modo ocurre en otras disciplinas. Enterarse de que el descubridor de la penicilina, o el inventor del teléfono celular era ateo o creyente puede ser una curiosidad que sirva para entretener a los amigos en una comida, pero es algo bien poco relevante si se tratara de relacionar este hecho con dichos descubrimientos.

En la filosofía, donde los argumentos de autoridad no tienen ninguna vigencia, participar de un credo resulta más bien sospechoso. Heidegger decía que una filosofía cristiana era algo así como decir “fierro de madera” y Bertrand Russel se tomó el trabajo de explicar minuciosamente en un libro lo incoherente que le resultaba relacionar el cristianismo con la filosofía. Sartre, que le gustaba posicionarse ante todo, cayó en la trampa de definirse como un filósofo ateo.Wittgenstein pasa por místico aunque su definición de dios como “sentido de la vida” resulta bastante atea.Pero da lo mismo, la obra de ningún filósofo contemporáneo la juzgaremos tomando en cuenta sus creencias.

Por supuesto, estas cosas todavía no se saben en Chile. Aquí todavía se muestran públicamente creencias intolerantes, para las cuales el ateísmo pareciera ser considerado como una suerte de enfermedad, más que un posicionamiento legítimo frente al gran enigma que es la vida.

El periodista argentino Lanata hablando de Chile contaba que una de las cosas que más lo había asombrado en su viaje a Santiago era que en nuestra ciudad pudiera haber todavía una calle con el nombre del fundador del Opus Dei. La influencia de las ideas extremistas en cabezas por las cuales jamás ha pasado ni pasará ninguna duda tienen amplia cabida en los medios en que se ha llevado esta polémica, y lamentablemente todavía influirán durante bastante tiempo en nuestro país.

Frente a ellas, parece que lo único que los filósofos debemos hacer es repetir incansablemente la famosa frase de Stendhal: “La única excusa que tiene Dios es que no existe”.

Este es un espacio de libertad, por lo que solicitamos que no lo desaproveches. Contamos con que las opiniones se remitan al contenido de las columnas y no a insultos, ataques personales, comentarios discriminatorios o spam.

Por lo mismo y buscando el buen funcionamiento de este canal de expresión, requerimos de un registro previo utilizando Twitter, Facebook, Gmail o Disqus.

Si tienes problemas para registrarte, haz click acá.

  • Alejandra Flores Vergara

    Aunque el sólo titulo de su columna me parece carente de verdad, analizándolo recononzco que quienes nos llamamos cristianos somos culpables de tal comentario. La razón, porque no vivimos de acuerdo a las leyes y normas del Dios que supuestamente decimos seguir, y que se ve reflejado en una vida egocéntrica, materialista, egoísta, desamorada y carente de empatía. En la práctica, vivimos como si Él no existiera, como si no hubieran normas que respetar y cumplir. Con nuestras manos derrumbamos e invalidamos cada letra del concepto cristiano. En resumidas cuentas vivimos como si el no existiera, o como si no le importaramos

    • Tomás Miranda

      Alejandra, has hecho una descripción precisa de lo que “Dios ha muerto” quiere decir.

  • Orlando Wong General

    Eduardo lamentablemente aún existen lugares en el mundo en que es peligroso ser ateo, un ejemplo es Arabia Saudita, en que es lo mismo que ser terrorista.

  • Pablo Carrasco

    Lo único que pareciera impulsar la creencia de que Dios “no existiese” es intentar hacerle ver a ciertas que personas que si creemos que exista, que efectivamente, no. Como puede morir alguien no que existió?. El titulo siempre debió ser otro, o por lo menos algo que se contradiga menos. El asunto seria distinto, si Dios existiese realmente en nosotros. pero no me refiero a esa creencia del Dios interno, ni alguna otra tesis ambigua. Dios murió… pero resucito.

    • Juan Contrera

      Queda claro porque crees, simplemente porque ni tú te entiendes. Quizá te refieres a jesús que los católicos dicen que es hijo de dios, pero que judíos desmienten y musulmanes aborrecen. Sabes que solo uno de cada cinco seres humanos conocen esa historia? ¿Estarán destinados al infierno los otros cuatro?

      • Pablo Carrasco

        Hola, Primeramente, sacas algo en limpio al decir que yo mismo no me entiendo?, nisiquiera es algo que puedas comprobar y es solo palabreria. segundo: Estas generalizando de una forma increíble, hay muchos Judios y musulmanes que creen en jesus. Ademas, estas hablando de algo que no tiene que ver con la publicación. Tercero: Me dices que no entiendo y terminas realizando muchas preguntas. las respuestas a tus preguntas estan al alcance de tu mano, te insto a que intentes estudiar un poco.

    • Guillermo Blanco

      “La filosofía ha muerto” – señala el físico Stephen Hawking – “por cuanto no ha sabido responder a ninguna de las grandes preguntas de la humanidad”. Comparto plenamente esto. Si, tal como dice el autor del artículo, los filósofos han dejado de tratar el tema, no ha sido precisamente por sus logros y capacidades. Siguiendo al señor Pablo Carrasco, quisiera proponer, como título alternativo para esta columna: “La filosofía ha muerto. Y Dios goza de muy buena salud”.

  • Marce Soto

    Eduardo: Comparto tu análisis y me permito agregar que el ex presidente argentino Jorge Rafael Videla, fue un católico practicante que todos los domingos concurría a misa para comulgar y, sin embargo, encabezó el genocidio más grande de la historia argentina después del de los pueblos originarios… Un abrazo desde Argentina.

    • Juan Contrera

      Y pinochet también se declaró ferviente religioso. Y jaime guzman, y van risenberguer, y piñera, y joaquín lavín, y karadima, tato, maciel, joanon, cox, errazuriz, y miles y miles de pedófilos.

    • Ignacio Andres Rebolledo Aguil

      Pero no porque haya malos cristianos Dios no va a existir.

  • LUIS GONZALEZ

    Si Dios de verdad murió, alguna vez existió… y eso ya da para dedicarle un tiempo a reflexionar el por qué murió.

    Si Dios nunca existió todavía vale la pregunta por qué le hemos dedicado tanto tiempo a reflexionar sobre su existencia o no existencia.

    Estimado Eduardo: prefiero mucho más tus canciones que tus reflexiones. Hay pocos como tú. Tus canciones me inducen a pensar que hay un espíritu humano capaz de elevarse por sobre sus
    miserias… y eso tal vez sea un reflejo aunque tenue de un Espíritu Mayor capaz de “crear” la inmensidad del universo exterior y del universo interior, ambos aún por descubrir. Hay mucho más allá ¡ánimo!

    • Juan Contrera

      Jamás la iglesia y la religión ha compartido la idea de un universo inmenso. Asesinó y quemó a astrónomos que aseguraron aquello. Santificó a quienes encendieron las hogueras y aún son venerados en sus cultos. Es fácil hablar de las maravillas que otros nos descubrieron dando sus vidas, sin despreciar a los responsables de sus muertes.

  • Juan Contrera

    Desde que tengo uso de razón nunca fui a iglesias ni comulgue con divinidades ni santos, nunca siquiera fue tema en la familia. Sin embargo al ir conociendo la historia antigua, la reciente y la actual concluí que mientras menos se usa el cerebro y mientras menos se sabe de ciencias el ser humano mas “mira al cielo”. También, por motivos que pronto comprendí, los que mas hablan, promueven y defienden la existencia de seres celestiales y conductas de “moralidad” son las familias mas pudientes e influyentes, y generalmente ligadas políticamente a la derecha y extrema derecha. No por algo se destaca que los regímenes comunistas son ateos como si fuera un “pecado” capital. El poder, el dinero y la riqueza de algunos son los únicos motivos para imponer por la fuerza la existencia divina y la resignación a la pobreza y desvalidez de la gran mayoría con el engaño de ganar el cielo. También las grandes masacres y barbaries del ser humano han sido “en nombre de dios”, no olvidar a los que saben leer la inquisición. Lo mas reciente fue intentar prohibir a Don Stephen Hawking el estudio del Big Bang por un cura que murió hace algunos años. Pero el maestro es agnóstico… y en el cielo solo nubes…

    • Guillermo Blanco

      El físico y divulgador teísta Paul Davies ha dicho: “Tanto la religión como la ciencia están basadas en la fe de un absoluto. La búsqueda científica es comparable con la teología cristiana de Newton sobre la certeza de que hay leyes eternas impuestas por una ‘divina providencia’ “.
      “Si se quita el fundamento divino de las leyes, su existencia se convierte en un misterio profundo. ¿De dónde vienen? ¿Quién envió el mensaje? ¿Quién inventó el código?” Le aseguro, Sr. Contrera, que la pregunta de fondo no tiene ninguna respuesta facilona.

      • Juan Contrera

        Uhmmm, Newton escribió de religión en una época que sufría de locura. Pero sin hacer muchos análisis se pueden seguir a algunos próceres de acuerdo a nuestros intereses. Por ejemplo tarot=paribet, extraterrestres=salfate, catolicismo=argentino de sotana fucsia, big bang= al maestro Hawking o al premio Nobel Einstein, agnosticismo = Edison, Graham Bell, Robert Bosh, Marie Curie, Darwin, Edison, Hubble, Bill Gates, Steve Wozniak (apple). Cada cual sabe donde le aprieta el zapato.

  • RuizMnica

    En diferentes lugares del mundo , en sociedades diferentes . Dios se manifiesta a través de las persona , del compromiso consigo mismo que se ramifica hacia los demás , Es una capacidad que todos podemos desarrollar si se tiene el espíritu de hacer lo mejor que está a nuestra disposición . Si existió Dios o no existió Dios … creerlo o no creerlo es algo personal , pero poseemos muchas facultades, dones o como quieran llamarlo que nos mueve en la vida a ser personas con capacidades que van haciendo lo mejor , ser justo consigo mismo y con los demás . Eso no es fácil lograrlo pero si se va en esa búsqueda se logra y en esos momentos complejos es cuando a imagen y semejanza haces lo que indica tu conciencia y ahí podría decirse ahí está Dios , y no me había percatado de ello.

  • Juan Contrera

    Desde que tengo uso de razón nunca fui a iglesias ni comulgue con divinidades ni santos, nunca siquiera fue tema en la familia. Sin embargo al ir conociendo la historia antigua, la reciente y la actual concluí que mientras menos se usa el cerebro y mientras menos se sabe de ciencias el ser humano mas “mira al cielo”. También, por motivos que pronto comprendí, los que mas hablan, promueven y defienden la existencia de seres celestiales y conductas de “moralidad” son las familias mas pudientes e influyentes, y generalmente ligadas políticamente a la derecha y extrema derecha. No por algo se destaca que los regímenes comunistas son ateos como si fuera un “pecado” capital. El poder, el dinero y la riqueza de algunos son los únicos motivos para imponer por la fuerza la existencia divina y la resignación a la pobreza y desvalidez de la gran mayoría con el engaño de ganar el cielo. También las grandes masacres y barbaries del ser humano han sido “en nombre de dios”, no olvidar a los que saben leer la inquisición. Lo mas reciente fue intentar prohibir a Don Stephen Hawking el estudio del Big Bang por un cura que murió hace algunos años. Pero el maestro es agnóstico… y en el cielo solo nubes…

  • Guillermo Blanco

    La filosofía ha muerto. Dios goza de buena salud.

  • http://rabadillo.wordpress.com Ramón Badillo

    Muy buena columna de Eduardo Carrasco. Los invito a visitar la @sociedadatea en twitter o entrar a http://www.sociedadatea.cl para ver más columnas de este tipo. Saludos a todos.