12 may 2015

Destrucción pública, gratuita y de calidad

La perspectiva tiende a corregir o aumentar la realidad que aceptamos como válida. La sorprendente sucesión de desastres naturales que ha padecido nuestro país, sumado a la crisis que afecta su institucionalidad nos ha sumergido en un pesimismo profundo, que aún aguarda una barroca pluma que logre plasmarlo con una cierta fortuna.

Se alzan todo tipo de voces para explicarlo, expertas o amateurs, todas a un unísono digno de una calurosa tarde en una avícola. Tal es la cacofonía propia del descrédito de las autoridades, absortas en el vano tecnicismo que a nadie convence, mezclado con el griterío torpe y coprolálico de una ciudadanía que se siente más empoderada, -digitalmente al menos- y que se atreve, aunque sea, al desahogo ante la corrupción, y/o la inepcia, de quienes se llaman a sí mismos sus representantes.

La situación, claramente, es grave. Si bien el chileno sigue levantándose cada mañana a trabajar, el sistema está teniendo problemas para que lo siga haciendo con la docilidad acostumbrada, y hoy cruza los dedos para no deje de hacerlo de ese modo.La normalidad aparentada por las cuestionadas instituciones sólo vela actualmente por la continuidad del  consumo, convengámoslo, y la generación lo más rápido y barato posible de capital especulable. La única industria en la que nos destacamos. El resto es vacía retórica, puras challas.

Gracias a los avatares de la naturaleza, con una inquietante continuidad reciente, demasiado dada al capricho, (supuestamente), una academia científica y un estado incapaces de predecir y prevenir, quedan reducidos al mero rol de agrimensores de hechos consumados, catastróficos todos.

La improvisación y el agitar de manos propio del equilibrista a punto de caerse de estos provectos señores colman los titulares y reportajes. Nadie puede ayudarnos. La metrópoli austral, joya de la corona OCDE, tambalea en la ridiculez de sus pretensiones. La prensa europea, que tanto les duele a nuestras autoridades, ha comenzado a notar lo absurdo del traje nuevo de este reyezuelo del fin del mundo.

El derrumbe del telón y el escenario corren a parejas con el fraude del tinglado nacional: la corruptela elegante, con sabor a empanadas y vino tinto, de ambas caras de la moneda, ha sido revelada incontestablemente, se llama chanchullo al chanchullo, ya sin ambages, lejos del pretensioso maquillaje con que se la encubría en sinuosos editoriales mercuriales y de tercera.

No pueden toser los panelistas de colegios prestigiosos ni los entrevistados de extenso pedigree académico, político y familiar, recordando parentelas y contactos para cerrar debates, ya no valen ni la querella, ni la amenaza de despidos masivos o el siempre oportuno ejercicio de enlace.

Chile se inunda en el barro y quizás qué más, se quema en segundos, braman rokhianamente sus volcanes, se resquebraja hasta la médula. La desconfianza se instala, no como el recurso del ignorante, señor Gonzalo Müller, sino como la legítima duda de más y más mentes cuya desidia parece despejarse, asomando la contundencia de la razón ante tanto cantinfleo y cabriolas dignas de risa o lástima. Hasta el circo Chamorro ofrece un discurso más creíble.

Ambiciosos hasta más allá de lo aconsejable, quisimos destacarnos como los alumnos habilosos que no somos, hollamos con soberbia nuestro gallardo suelo indomable, trampeamos cifras, estadísticas, pintamos para ocultar todas las grietas y nos llenamos de asesores,ultra bien pagados, para disimular que no tenemos idea de nada.

Una que otra voz disidente (Moulian, Salazar, Maturana) lo ha advertido. Algo, alguien, o nosotros mismos nos está o estamos dando una lección de aquellas, que, mal entendida, simplemente puede erradicarnos como país de la faz del planeta.

Aquí está, todos tomamos parte con displicencia, autobombo y orgullo tontorrón, de nuestra creciente destrucción pública, gratuita y vaya que sí es de calidad.

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12 may 2015

Allende, un ciclo histórico

Tras el amplio triunfo electoral obtenido por la lista Nueva Mayoría Socialista en las elecciones internas del Partido Socialista, que culminará con la segura presidencia partidaria de la senadora Isabel Allende, se abre para el socialismo chileno un ciclo de insospechadas perspectivas de futuro.

No solo porque en el actual contexto de desconfianza ciudadana hacia la política -no hacia lo político como se encarga muy bien de precisar el último informe del Desarrollo Humano en Chile- es un desafío aun mayor hacer partido y construir opinión, propuesta y programa de cara a la ciudadanía, sino también porque como partido de gobierno, nos enfrentará a una coyuntura en que deberemos trabajar por cumplir con las reformas que comprometimos ante el país.

Sin embargo, no tenemos dudas que al término del período de la Presidenta Michelle Bachelet el escenario será distinto al actual. Habremos cumplido con hacer cambios absolutamente justos y necesarios que nuestra sociedad venía reclamando con razón desde hace ya largos años. Ahí estarán para testimoniarlo las reformas tributaria, educacional y laboral, la eliminación del sistema binominal, la creación del ministerio de la Mujer y Equidad de Género, la ley de Unión Civil y tantos otros cambios que son un avance en materias de la mayor importancia para Chile y su futuro.

Ese momento será el instante propicio para demostrar que el octogenario Partido Socialista ha seguido aprendiendo lecciones de la historia y no dedicándose a la repetición de consignas, ni a la renuncia de principios históricos, que seguirá siendo un referente y un espacio común para los trabajadores y las trabajadoras manuales e intelectuales de Chile y que seguirá estando disponible para nuevos desafíos, proyectos y sueños colectivos en pleno siglo XXI.

Ciertamente la ciudadanía, la sociedad y el propio Estado de este siglo del que ya llevamos una década y media, seguirán cambiando y adaptándose a los ciclos económicos, sociales y culturales en Chile y el mundo.

El mundo será cada vez más cercano e interconectado, la expresión de las personas estará cada vez menos sujeta a los medios formales de comunicación y la exigencia hacia los representantes de cualquier índole será más exigente y horizontal. A eso aspiramos. Por eso queremos el cambio constitucional. Por eso creemos en el camino de la Asamblea Constituyente.

En este desafío, será la capacidad de articular la cada vez más heterogénea demanda social, más que la edad, un elemento central a la hora de construir mayorías que sigan avanzando en la profundización democrática que en diversos aspectos, sigue estando pendiente en nuestro país.

Hoy Chile es un país donde más allá de simpatías o adscripciones políticas, tiene certeza de que ya no quiere seguir siendo el modelo de exclusión social que surgió de los experimentos que los Chicago Boys pudieron hacer amparados en el uso de la fuerza.

En esa tarea ineludible de la que muchos hemos venido siendo parte desde hace muchos años, el Partido Socialista, siguiendo el ejemplo del Presidente Salvador Allende, su consecuencia heroica, su profunda convicción democrática y republicana, pero sobre todo su visión amplia y moderna de una sociedad más justa construida en libertad.

Y así como en su legado está la recuperación del cobre para Chile, el medio litro de leche para los niños y su vocación latinoamericanista, el desafío para los socialistas chilenos de este siglo será el respeto a los derechos de los pueblos originarios, la recuperación del Litio, la inclusión de minorías sexuales y personas con discapacidad, una opción radical por la descentralización, y una más decidida defensa del medio ambiente, todo esto en el contexto de un mundo globalizado.

Por eso, cuando estamos en medio de una efervescencia social que nos sacude de la modorra de una transición interminable, el triunfo de Isabel Allende en el Partido Socialista no es una casualidad, ni una coincidencia, sino el reflejo de un proceso interno que cristalizó, mediante una amplia unidad, en la construcción de un liderazgo de gobernabilidad partidario que hace tiempo no teníamos y que nos permite aspirar a nuevos y necesarios aires al interior del PS.

¿Qué mejor que una Allende para cristalizar y encabezar este proceso, como tantas veces en la historia partidaria lo hizo el propio Presidente?

Militar en el mismo partido que fundó Allende es un privilegio. Soñar sus mismos sueños de justicia es un honor. Compartir época y momento histórico con su hija, primera presidenta del Senado, primera presidenta del PS y la figura política mejor evaluada en la actualidad, es una coincidencia de la que podremos jactarnos ante nuestros hijos y nietos.

Pero lo importante es que como pocas veces, la historia nos da a los socialistas chilenos una segunda oportunidad: la oportunidad de cerrar un ciclo histórico, que después de más de cuatro décadas, podría llegar a permitir -quien sabe- que sea nuevamente alguien de nuestras filas, un o una socialista, o quizás una Allende, la que termine definitivamente con la Constitución de Pinochet y la reemplace por una verdadera y profundamente democrática en su origen, su forma y en su fondo.

Tal vez ese será el verdadero término de una transición, demasiado larga, a la democracia.

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11 may 2015

Los nuevos nombres del Gabinete y la confusión de mi abuela

Mi abuela ha estado permanentemente preguntándome por el cambio de gabinete.Hoy, hace apenas unos minutos, me llamó para saber quiénes dejaron sus cargos y quiénes fueron nombrados.

Abuela. Los nuevos ministros son Insunza, Valdés, Ottone… Sólo alcancé a llegar aquí y me interrumpió con gritos y algarabía.

¡¡¡Yo sabía que tendríamos nuevos ministros de peso!!!

Te dije que Juan Gabriel venía viajando desde  Estados Unidos y que no era posible perder a un político de la talla de José Miguel. Para qué decir de  Ernesto, tú sabes cuanto lo quiero y lo respeto.

¿Cuéntame José Miguel es el nuevo ministro del Interior?

No abuela, Jorge Burgos es el nuevo de Interior.

Unos segundos de silencio y luego se escuchó, “gran ministro será Jorge, es inteligente, prudente y un gran político”.

Entonces dime, ¿Ernesto es el nuevo ministro de la Presidencia.”No abuela. Ernesto Ottone es el nuevo ministro de Cultura.

Ah, de Cultura… No lo había pensado, pero es una gran idea. Ernesto está pintado para Cultura, aún cuando yo también hubiese pensado en él como ministro del Interior.

Por último, Juan Gabriel, ¿qué ministerio tendrá?…

Aquí comprendí que mi abuela tenía una confusión. Abuela no es Juan Gabriel Valdés. Es Rodrigo Valdés el economista. La presidenta lo ha nombrado ministro de Hacienda. Es doctor en economía del MIT. Estaba de Presidente Ejecutivo del Bancoestado.

Deje que se recuperara unos segundos y continué.

Abuela. Tampoco es José Miguel Insulza es Jorge Insunza. ¿Te acuerdas que te lo presenté hace no mucho? Ha sido diputado y conoce también el ámbito empresarial. Fue socio de  Max Colodro en el área de comunicaciones. Yo creo que será exitoso en su nueva labor.

Y respecto a Ernesto Ottone, es el hijo de Ernesto. Él es un experto en temas culturales.Tiene un tremendo currículum y mucha experiencia. Sin duda será un gran aporte al área cultural del gobierno y, por consiguiente, un gran ministro.

Abuela, también esta Díaz de Ministro vocero remplazando a Elizalde y Barraza reemplazando a la ministra Villegas.

Hubo enroques. La ministra Rincón a Trabajo y la ministra Blanco a Justicia y el ministro Gómez pasó de Justicia a Defensa.

Mi abuela estaba muy golpeada con su confusión, y seguro es por eso que sólo atinó a preguntar, ¿han dicho algo del financiamiento del comando de pre campaña?Porque si no dicen algo de este tema, pronto este cambio de gabinete no servirá de mucho y estaremos de nuevo con puras preguntas sobre boletas y cosas por el estilo.

Por último, querido nieto, aquí en La Haya hay una celebración entre los periodistas bolivianos que quedan.

Abuela, ¿qué están celebrando?

Bueno, celebran que el nuevo Ministro de Defensa sea partidario de dar una salida al mar a su país. Y una salida “incluso con soberanía”.

Abuela eso debe ser un error…

Me imagino que mi abuela sigue “confundida”. ¿Serán los quequitos a los que se ha acostumbrado en Holanda?

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11 may 2015

El cambio de jinete

El clima que se ha vivido en nuestro país no ha sido nada fácil. Cuando creíamos que lograríamos estabilidad en ciertos aspectos, vuelve a ocurrir algo que nos pone en alerta. Si no es un terremoto, es un incendio, si no es un incendio, es un aluvión, si no es un aluvión, es una erupción. Parece que este 2015 lo partimos con el pie izquierdo.

Y bueno, además de la seguidilla de desastres naturales que han afectado a nuestro territorio, debemos sumar la crisis política que estamos atravesando, pues el aviso de la Presidenta Michelle Bachelet no sólo dejó asombrado a “Don Francisco”, debo asumir que al enterarme de la noticia, mi expresión fue similar a la de él.

Es que ser ministro no debe ser nada fácil, para mí su figura se asimila a la de una estatua en un pedestal de barro, ya que además de estar permanentemente expuesto, a la “primera lluvia”, esta figura se comienza a desmoronar.

Pero bueno, dentro de este ambiente cargado de negativismo, quisiera destacar dos ministerios que  hicieron una destacada labor y tuvieron una gran disposición con el sector gremial, nos escucharon y nos invitaron en sus espacios de diálogo.

De acuerdo a lo mencionado, me gustaría hacer un reconocimiento en primera instancia a la ratificación del ministro de Economía, ya que el trabajo que se hizo en conjunto a las Pymes nos permitió abrir un espacio que hace mucho tiempo habíamos perdido, pero gracias a su gestión, logramos tener más protagonismo y opinión en diferentes temas que nos afectan.

Asimismo, es digno de resaltar la relación que se tuvo con el ministerio del Trabajo. Si bien hubo discrepancias en algunos aspectos ligados al proyecto de Reforma Laboral, la disposición de esta cartera hacia el sector gremial fue muy buena.

Considerando que el ministerio del Trabajo se encuentra en medio de una discusión que puede cambiar los ejes en materias laborales, en esta ocasión no sé si lo más positivo fue “cambiar el jinete en la mitad del río”, ya que los avances pueden tomar otro rumbo o bien atrasar el proceso.

Pero ¡ojo! esto no significa que esté en contra de la nueva ministra, al contrario, creo que además de inspirar confianza, posee la experiencia y los conocimientos necesarios para asumir los desafíos que se presenten en materias de trabajo y que son esenciales para el desarrollo, la equidad y la convivencia nacional.

He dicho públicamente que me parece positiva esta “renovación” al interior de La Moneda considerando la ola de escándalos que ha afectado a muchos integrantes del mundo de la política, pero también debemos destacar  a aquellos que no estuvieron insertos en dichas polémicas.

Ahora lo mejor será que quienes asumieron la responsabilidad de los diferentes ministerios sean personas comprometidas con el desarrollo del país en todos sus aspectos y se encarguen de que la gente vuelva a creer en un sector que hasta el momento ha perdido toda credibilidad.

Y bueno, si la Presidenta decide hacer otro cambio, yo me la jugaría por un ministro sociable, de avanzada edad, un poco calvo, carismático, bien alimentado, de raíces italianas, buen humor  y cercano a las personas. Quizás estas características le pueden parecer conocidas, pero  no se engañe, es sólo coincidencia con la realidad.

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11 may 2015

La ley Zamudio a las aulas

El 24 de Abril  de este año  el Segundo Juzgado de Letras de Quillota  señaló que la condicionalidad extrema que aplicó  un  colegio privado de la ciudad a un alumno nuevo portador de un Trastorno por Déficit Atencional  vulneraba el artículo 4 del Decreto Exento N°112 del ministerio de Educación (Mineduc), el cual establece que los reglamentos de los colegios que apliquen los programas del Ministerio para primero y segundo medio deben establecer evaluaciones especiales para niños con déficit atencional u otras condiciones. Por constituir este hecho un acto discriminatorio, esgrimió el juzgado, también aplicó la Ley Antidiscriminación (conocida como Ley Zamudio) y multó al colegio en 20 UTM (unos 870 mil pesos).

Esta  situación pone  en  el tapete un  conflicto  de larga data  entre  la comunidad de alumnos con necesidades educativas especiales ( NEE) , sus padres  y los colegios, conflicto  que  es  habitualmente mal abordado,  favoreciendo que  deban ser los tribunales quienes han de  dirimir tal conflicto por la vía  judicial,  instalando en el imaginario del país  la existencia de  víctimas y victimarios, lo cual no sólo estigmatiza a quienes aparecen como victimarios y no soluciona el problema de fondo  sino que  contribuye a perpetuar conceptos  muy erróneos acerca del  conflicto .

En primer lugar, el Trastorno por Déficit Atencional NO es una “condición que causa discapacidad en los menores para que pueden desarrollar todo su potencial como estudiantes”.

Es una condición del desarrollo  muy heterogénea  cuyas características  cognitivas  y emocionales  inadecuadamente  abordadas  crean barreras  a su derecho a una educación de calidad,  impidiendo que su potencial intelectual  pueda  ser colocado al servicio de los aprendizajes  formales escolares.  Es una condición heterogénea, mal llamada por la comunidad médica “ Trastorno por Déficit Atencional  con Hiperactividad” o  – peor  aún -  “Trastorno Hipercinético”.

Los niños  con Trastorno por Déficit de Atención  constituyen un 15% de la población infanto juvenil. De este total, la mayoría  (un 12%)  no es hiperactivo,  es  inquieto situacional,  lo cual  pone  el énfasis en lo contextual  como  desencadenante de  inquietud excesiva.

Deben denominarse Trastorno por Déficit de Atención sin Hiperactividad  y no “pasivos”  como suele decirse.  De  este 12%,  la gran mayoría presenta  Trastornos Específicos del Aprendizaje, los que no son hasta la fecha  adecuadamente identificados y oportunamente abordados, no con tratamientos, sino con medidas de apoyo que involucran a  todos los actores  educativos: familia, escuela y profesionales de apoyo.

Es  desolador comprobar  que  todavía hoy  los  profesionales  que tienen el deber de  diagnosticar a  estos niños no saben identificar los trastornos de aprendizaje  cuando no son severos. Desolador porque,  aun siendo leves, ellos  comienzan  a escribir lentamente la crónica de un fracaso escolar anunciado.

El primer capítulo se empieza a escribir  en 5° básico y el epílogo puede ser  la deserción escolar o un triste peregrinar por distintos establecimientos buscando  la comprensión de un sistema centrado excesivamente en el logro académico.  Lo  que desconsuela  es que  todos estos chicos y chicas que escriben  esta  crónica de un fracaso anunciado  son  chicos sanos y  muy talentosos,  pero  a los 15  la mayoría ya  ha perdido la fe  en “ el sistema”.  Una bomba de tiempo.

La solución está lejos de los tribunales,  debería hallarse en los mismos establecimientos educacionales,  donde  todavía hoy las medidas de  apoyo a estos alumnos se reducen a  “darle más tiempo en las pruebas, evaluarlos de manera oral” y  otras  medidas que se aplican – cuando se aplican –  sin mucha convicción porque  no hay un diagnóstico explicativo riguroso.

La posible solución está a nivel de  las universidades donde  se forma a los  educadores y profesionales de apoyo y donde, lamentablemente, la mayoría de las asignaturas  son dictadas por  profesores universitarios expertos en teorías de la educación pero sin la suficiente  experiencia de aula, sin una casuística que les haya  otorgado la necesaria experticia.

La verdadera solución  se esconde  en  la necesidad de  crear  en todos los establecimientos educacionales  sólidos equipos multidisciplinarios encargados de  llevar a cabo un diagnóstico  integral, explicativo, que  en vez  de  continuar siendo el consabido “ rótulo”,  se planta como la mejor plataforma para diseñar el programa de apoyo preciso, respetuoso del alumno como ser integral, erguido entre la Tierra ( sus debilidades)  y el Cielo  ( sus talentos y su misterio).

No es posible  que muchos  establecimientos educacionales  sigan  improvisando,  aplicando medidas  como dádivas en vez  de  entender que  ser  un alumno con TDA  es  simplemente ser un alumno  como todos pero distinto…como todos. Todos los niños y jóvenes  claman con justa razón por cambios en las metodologías pedagógicas  que  transformen en realidad la  manoseada INCLUSIÓN.

Finalmente, la solución pasa por instalar el diálogo fructífero  que busca  consenso con un objetivo: el bien común ( cautelar  los derechos del alumno y los derechos de la comunidad escolar) y que  podría  evitar que en tribunales  se  dirima una situación  que  podría solucionarse  al interior del establecimiento cuando hay voluntad  y argumentos.

Una breves palabras para el TDA  con Hiperactividad:  constituyen  un 3 a 5% de los niños,  una condición marcada por  el trastorno de conducta que pone a prueba todos  los recursos  humanos  de paciencia y tolerancia  de una escuela;  la mitad o más  de estos niños  presenta severas dificultades para aprender  que los coloca en la  condición de  niños con necesidades educativas especiales permanentes; una cantidad algo menor aprende con facilidad pero  presenta  tan severos problemas  conductuales  que  sus profesores  se transforman en  héroes  anónimos intentando  serenarlos  para que puedan aprender.

En síntesis,  las  peores  medidas para apoyar a estos chicos son   la mirada  de superficie,  la aplicación  de  apoyos  sin un programa  que los  sustente   y el no  saber  anticipar  que  la crónica de un fracaso anunciado  se va precipitando y puede acabar en tribunales, el lugar  donde  se dirimen conflictos cuando no hay claridad respecto al problema de fondo.

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11 may 2015

¿Qué le pasa a Chile? la operación Krusty

¿Por qué es tan exitosa la serie Los Simpson? Sencillamente porque luego de 1989 el mundo se convirtió en un mega Springfield, con países conquistados por el neoliberalismo, clones del pueblo de Homero y Bart.

Es la obra de arte de un hippie llamado Matt Groening, que logró instalar en Fox, un canal de ultra derecha, una serie de protesta social durísima, donde los grupos sociales de la era neoliberal están expuestos con mucho humor.

Homero es el  ex ciudadano idiotizado por los medios y el consumo, hay un empresario siniestro como Burns dueño de la energía, un profesorado desmoralizado, profesionales chantas por doquier, un alcalde llamado Diamante y un líder de opinión que es Krusty, jefe de la industria del Show Business.

Krusty es un anti homenaje a Jerry Lewis, quien gobernó el espectáculo de cine y la TV por décadas en EEUU. Pelearse con Jerry era una lápida segura a tu carrera, realidad  plasmada en la célebre película El Rey de la Comedia, protagonizada por el mismo Lewis y Robert De Niro.

No simpatizar con Jerry era cerrarse también las puertas al  mundo empresarial, que corría a financiar sus “tele maratones”. ¿Les suena parecido a algo esta historia? Bueno, todos sabemos quién es nuestro Jerry Lewis.

Don Francisco, nuestro Jerry, puede hundir una carrera artística (Palmenia Pizarro, Mandolino, etc), movilizar un mercado nacional caído vía Teletón,  enlazarte o no con los acaudalados del mundo (es amigo de Carlos Slim dueño de Claro)  y ser un mesías en momentos de catástrofes naturales en un país pobre (¡Chile ayuda a Chile!).

¿Quién ha buscado esta vez al zar de los rostros, en el Springfield chileno? No ha sido la derecha. Es esta Neo Concertación, que desde el canal de un empresario poderoso, evitó el procedimiento republicano para informar algo tan importante y recuperar credibilidad.

¿Pero cuál credibilidad? pues hay dos  pérdidas de credibilidad actualmente. Una, ante lo que resta de ciudadanía y la otra frente al empresariado. El primer grupo importa poco para la Neo Concertación,  es el segundo  el importante.

La credibilidad para con los ciudadanos se perdió a poco andar los años 90, por la manera en que Diamante negoció con Burns los DDHH, evitó las reformas del amarre,  prometió no investigar el desvalijamiento al Estado,  defendió la constitución del 80 y fue a rescatar a Pinochet a Londres.

Para la Neo Concertación, es urgente rescatar la segunda credibilidad, pues fue el empresariado quien permitió en los años 90  la gobernabilidad. Burns necesita saber ahora cómo se seguirá financiando la “Penta políticaSQM”, pues los vergonzosos métodos han sido develados.

Montgomery Burns es clave, pues fue premiando a la Concertación con números azules, altas tasas de inversión, a cambio de cero fiscalizaciones, o nulo pago de impuestos. El milagro económico de Burns en Chile es mano de obra barata y no sindicalizada, AFPs, Isapres y superintendencias blandas, concentración de las fortunas, faenas todas  que la Concertación apuntaló desde el Senado.

Este empresariado Burns-pinochetista financia carreras políticas, pontifica gabinetes, y premia a la élite de la Concertación con reclutamientos hacia el mercado.

De la democracia vigilada por los militares se pasó a la democracia controlada por los grupos económicos, que infiltró el alma de una izquierda red set, experta en tragar sapos a cambio del confort, capaz de tolerar un gobierno de Piñera, antes de aceptar enmendar un rumbo.

Los empresarios de Chile armaron rápido un programa de TV (debería llamarse  “¿Qué le pasa a mi Chile?”) para las autoridades que gobiernan su país, verlas confesarse y rendir cuentas.

Diamante dio una entrevista a Krusty, para complacer a Monty Burns.

¿Qué le pasa a Chile-Springfield que varios mandatarios, más una autoridad en ejercicio, deben ir a emocionarse, sincerar  errores y horrores, e informar de políticas públicas en horario prime, ante el clon chileno de Jerry Lewis?

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11 may 2015

Precisión es la clave: Bolivia y Chile en La Haya

Ha terminado la fase oral del incidente abierto por la interposición de la excepción preliminar presentada por Chile. Dos excelentes equipos jurídicos, de nivel internacional, presentaron ante los jueces de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) los argumentos que sostienen su interpretación de los hechos y el Derecho.

Cada uno defiende la aplicación e interpretación de las normas internacionales en favor de su pretensión. Sin embargo, tengo la sensación general que Chile logró sostener y defender de mucho mejor forma su posición. Logró dejar en evidencia no sólo la fuerza del Tratado del 1904 que resolvió y rige las relaciones entre ambos países, sino también develar las falencias, ambigüedades y falta de coherencia de la defensa boliviana.

Creo que las dos preguntas formuladas en el juicio por los magistrados demuestran la principal debilidad de Bolivia en esta etapa: la falta de precisión de la argumentación en favor de la competencia del Tribunal. Pese a los esfuerzos y a la incuestionable competencia profesional de los abogados de Bolivia, chocan con una realidad, la falta de “sustancia”, de “fuerza”, de la posición boliviana. 

El cambio evidente de estrategia de Bolivia – pasar de unos “derechos expectaticios” inexistentes en el Derecho Internacional, a una obligación de negociar fundada en actos unilaterales y luego en un supuesto pacto de contrahendo, reflejan claramente que Bolivia tiene un caso difícil. Y es por lo mismo que las preguntas son pertinentes puesto que lo que demanda Bolivia es nada menos que un acceso soberano al mar por territorio chileno, un resultado con una fuerte carga política para cualquier Estado.

La pregunta del juez Greenwood pidió mayor claridad a Bolivia en cuanto a la “fecha” del “acuerdo” del cual pretenden hacer surgir la obligación de Chile de negociar una salida soberana al Océano Pacífico. La “fecha” es importante para la aplicación del art. 6 del Pacto de Bogotá. El “acuerdo” es relevante porque el juez británico dejó fuera los actos unilaterales, tan invocados por Bolivia. En estos actos autónomos no hay acuerdo, es la expresión unilateral de la voluntad de un Estado en obligarse por lo que, presumo, el juez quiere mayor definición respecto del supuesto acuerdo invocado por la parte boliviana y no sobre éstos últimos.

La pregunta del juez Owada también busca precisión, cómo definen y en qué sentido ambas partes utilizan la expresión “acceso soberano al mar”. Personalmente tengo la impresión que ambas defensas entienden lo mismo pero que Bolivia ha evitado ser concreta para evitar “cazarse” tanto con la fecha del supuesto acuerdo como con el resultado que busca: cesión de territorio chileno que implique modificar el Tratado de 1904 (lo que dejaría fuera de la competencia de la CIJ esta cuestión por aplicación del art. 6).

En doctrina se distingue la soberanía territorial de la material. La segunda dice relación con las facultades que permite el dominio en un territorio determinado. Por el Tratado de 1904 Bolivia goza de ciertas competencias materiales como el libre tránsito. Pero no goza de soberanía territorial, no tiene territorio soberano porque así lo acordaron las partes al negociar el Tratado de 1904 y que hoy Bolivia pretende que ese tema en particular no se resolvió en aquella fecha (habló de “obligaciones paralelas”).

Eso es lo que en definitiva quiere Bolivia: territorio. El país vecino goza de acceso al mar y con garantías que superan las que otros Estados mediterráneos tienen en el mundo. Por lo que su demanda, que está justamente caratulada como “Obligación de negociar un acceso soberano al Océano Pacífico”, pretende, sin decirlo abiertamente, que nuestro país ceda el dominio de una parte del territorio chileno.

Es por todo lo anterior que creo que “precisión” es la clave. No puede ser de otra manera porque el fondo del asunto de la demanda boliviana está directamente relacionada con uno de los elementos constitutivos de un Estado y que la doctrina, la jurisprudencia y las normas internacionales por siglos han regulado de manera precisa en las relaciones internacionales.

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10 may 2015

Star Wars se destruye por Lucas

Hace un tiempo se mostró un teaser de la nueva trilogía de La Guerra de las Galaxias que George Lucas dijo que nunca iba a hacer. Hubo comprensible revuelo y alegría por volver a ver imágenes, aunque breves, de la ya clásica iconografía Star Wars. Pero créanme que a mí no se me movió un pelo, y tengo hartos.

Me considero un veterano de guerra, de la Guerra de las Galaxias. He visto todas en pantalla grande y en la época de su estreno tenía unos 5 años cuando mi padre nos llevó a mí y a mi hermana a ver “Una Nueva Esperanza” a un rotativo que creo quedaba en calle Bandera.

De ahí mi vida se definió en base a La Fuerza, el Lado Oscuro y todo lo demás, sobre todo por todo lo mítica que fue esa serie de películas para nosotros; estoy hablando de una época sin internet y ni siquiera videos, donde los recuerdos de una película eran difusos y entraban al plano de la leyenda. A eso hay que sumarle que hubo alrededor de cuatro años de espera entre una película y otra. Cuando terminó “El Imperio Contraataca” salimos angustiados del cine (en esa ocasión fue el Pedro de Valdivia), no solo por la tremenda revelación de Darth Vader a Luke, sino porque todo quedaba en suspenso y había que esperar CUATRO AÑOS para saber en qué terminaba.

“El Regreso del Jedi” cerró magistralmente esa trilogía, yo ya era un adolescente pero observante declarado. Estábamos tan felices por la derrota final del Imperio (que nosotros obviamente comparábamos con la dictadura, así eran los 80) que no vimos ciertas incoherencias del guión que se harían dolorosas más adelante.

Un presagio oscuro fue una producción realizada para la televisión a mediados de los 80 donde los personajes de Star Wars celebraban el “Día de la Vida”. Era un telefilme de corte navideño horrorosamente malo. Tan malo que un par de personajes nuevos que allí aparecieron (el hijo de Chewbacca, entre otros) nunca más volvieron a verse en pantalla. Quizá no supimos ver lo que se venía.

Los problemas se hicieron evidentes cuando se anunció, veinte años después, el relanzamiento de la trilogía pero remasterizada. La idea sonaba genial, efectos mejorados, sonido THX y la cacha de la espá. Fui al estreno intentando demostrar que no era como esos nerds que gritaban ante la aparición de cada personaje de culto. Y allí noté una perturbación en la Fuerza.

O sea, qué diablos era eso que Greedo disparaba primero a medio metro y no le acertaba a Han Solo en la taberna de Mos Esley. Solo era un aventurero audaz, vivo, estaba bien que desenfundara su pistola bajo la mesa y tostara al alien antes de que este pudiera disfrutar de su recompensa.

Qué aportaba que se le viera la cara al monstruo polar que quería comerse a Luke, era mucho más tenebroso si se sugería. Qué diablos fue ese reemplazo de la música étnica original en la escena final de la celebración con los ewoks, por un tema new age edulcorado.

La debacle vino con la trilogía-precuela. Para empezar, a nadie le importaba de dónde venía Darth Vader. Él era más malo que el natre y punto, no interesaba conocer su proceso. Esas tres películas sobraban. Y esta saga se preocupó dolorosamente de justificar, y de manera poco hábil y muy forzada, y mostrarnos el paso de Anakin Skywalker a Darth Vader.

En las buenas películas los hechos son sorprendentes y a la vez inevitables. En la serie I, II y III todo era predecible y, lo peor, injustificado. Y no sólo eso, también contradictorio con el espíritu Jedi.

¿Cómo es eso que Qui Gon Jin no pueda controlar mentalmente a un simple vendedor de cachivaches? ¿Por qué inscribe al niño cautivo Anakin en una carrera para comprar su libertad, en lugar de sacar su espada láser, desmembrar enemigos y solucionar todo por la vía rápida? En varias escenas vemos a Anakin y Obi Wan peleando contra un solo enemigo, ¿es eso caballeroso?

Y qué diablos es eso de los midiclorianos… o sea todo eso que decían Obi Wan y Yoda de creer en ti mismo, valía hongo si tus midiclorianos en la sangre no eran altos. Ser Jedi pasaba a ser un asunto de “raza” o “genética” y no de desarrollo espiritual. En ese minuto recuerdo bien que sentí como todo se iba por el retrete.

También resultó nefasta la obsesión de Lucas de cerrar el círculo de personajes, en que todos estuvieran relacionados. Que Yoda conociera a Chewbacca, que Anakin construyera a C-3PO, dedicar minutos inexplicables a mostrar el origen de Boba Fett… ¡Si estamos en la galaxia, hay miles de millones de seres! Este fue uno de los motivos por los que la nueva trilogía fue un fiasco; las continuas referencias a las películas originales que finalmente entorpecían la trama.

En los dos teaser presentados para las nuevas producciones, hemos contado más de diez referencias a la saga primigenia.  I have a bad feeling about this.

En fin, esperamos esta nueva trilogía, ahora para más remate bajo el alero de Disney, llenos de escepticismo y convencidos de que si Lucas encuentra una nueva manera de estropear el espíritu de la trilogía original, la estropeará.

De todas maneras iré con mis hijos a verla al cine, tal como lo hizo mi padre conmigo, y espero de todo corazón que Lucas me tape la boca, pero confieso que estamos en extremo escépticos.

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10 may 2015

¿Qué le pasa a Chile?

Este dilema se ha puesto en el centro de la preocupación nacional, no sólo por las entrevistas realizadas por Don Francisco en Canal 13, la última de las cuales fue el medio decidido por la Presidenta de la República para informar al país su resolución de hacer un cambio en su gabinete ministerial, sino porque además es esta una pregunta que encierra de verdad un dilema que hoy vive Chile.

Si la pregunta se hubiese referido únicamente al ámbito gubernamental, no cabría más que desear, esperar y colaborar al buen desempeño del nuevo equipo de autoridades ministeriales; pero no cabe duda que el dilema que plantea esta pregunta va mucho más allá de lo estrictamente pertinente a lo estatal, incluso va más allá de lo público, lo que indica que se trata de un desafío de la sociedad chilena como tal, de su modo de vida, del tipo de convivencia que existe hoy en nuestra comunidad nacional.

Atravesamos por una etapa de un difuso y sordo descontento social, que refleja un profundo disgusto con nuestra manera de vivir, que abarca temas que traspasan la pobreza y las injusticias sociales; hay un malestar con la avaricia, la vanidad y el egoísmo en las relaciones humanas, que han ido perdiendo cada día más el sentido de cooperación y solidaridad que debiese caracterizarlas, que ahora se ven marcadas por un arribismo social que penetra los vínculos entre las personas, que los deforma  y utiliza en función del único y exclusivo interés individual.

El modo de vida de la desigualdad es el que está en crisis. Hace un par de semanas, la Presidenta Bachelet en conversación con los medios de prensa nacionales, señaló que se vivía una “crisis de confianza”.

Ello es así, pero arranca del malestar generado por relaciones humanas perturbadas por un comportamiento en que ya no importa el engaño o una conducta inescrupulosa, lo que ahora prevalece es el enriquecimiento fácil, el forrarse de dinero, el ascender en la escala social no importa las deslealtades y traiciones que ello origine o signifique. Incluso, para algunos, el acto de traicionar ya no tiene trascendencia. Con tal idea el hombre honrado queda en ridículo y se ensalza al mafioso o al desleal.

La legítima movilidad social ha pasado a confundirse con la pérdida de la vergüenza y el pudor para trepar a como dé lugar. Es un regreso a un comportamiento social violento y agresivo, el que fuera reseñado por Víctor Hugo, Saint-Simón, Marx y otros precursores del pensamiento socialista. El extremo utilitarismo de un desmesurado capitalismo ha desfigurado la ética social.

En la política prima el canibalismo y en las relaciones sociales también se ha impuesto un fagocitismo social; una vorágine en que ya no importa ser pillo o ladrón. Hay partidos políticos que más parecen grupos financieros en que el poder radica en aquel que más dinero tiene o “consigue”. Ello hace que en esta encrucijada reponer la ética social y política sea el gran nudo o desafío a resolver como la gran tarea nacional.

Esta reflexión incluye necesariamente una mirada crítica a las políticas públicas asistenciales y paternalistas, las que alimentan las opciones populistas al promover una mentalidad en que las personas se sienten receptoras de beneficios sociales sin sentirse vinculadas a ningún tipo de deberes u obligaciones y, por cierto, estando enteramente descomprometidas de la necesaria solidaridad social que debiesen tener los ciudadanos que forman parte de un mismo país.

Este fenómeno se entronca con el ejercicio clientelístico de tantas figuras públicas, que fomentan una conducta que ve en el Estado no la contraparte solidaria de una sociedad desigual, sino que un proveedor al alcance de la mano, cuyo bolsillo debe ser permanentemente exigido, a fin de que lo que entrega no lo vayan a recibir otros, más “avivados”, más pillos y más ágiles en la captura de las prebendas estatales.

Hay que reponer el criterio de solidaridad social, de valoración del trabajo comunitario, del orgullo de ser parte  del mundo trabajador, de una ética en que prevalece el interés general por sobre los beneficios individuales. Ello, a su vez, ayudará a que los Partidos políticos se superen a sí mismos y restablezcan su sentido de país y su voluntad de transformación social y no simples asociaciones para la obtención de cargos públicos o incluso meros comentaristas de procesos en los que no influyen y menos tienen la fortaleza de orientarlos.

Ello exige una buena política; por eso, la agenda por la probidad y la transparencia es parte fundamental de cualquier esfuerzo que apunte a resolver correctamente la pregunta acerca de lo que le pasa a Chile, ya que de su implementación depende decisivamente la solución de la crisis de confianza y la convocatoria a superar el canibalismo social y avanzar hacia aquella utopía de lograr que el hombre deje de ser el lobo del hombre y se transforme en su hermano.

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10 may 2015

Crisis de valores ¡dejen que la educación parvularia haga lo suyo!

En esta grave crisis de valores que como país estamos viviendo con cuestionamientos a personas e instituciones, han aparecido múltiples llamados a “reponer la educación cívica” y a preocuparse de  la formación ética y valórica de los chilenos. Avanzar a mejores formas de vida democrática donde el respeto a las personas y sus diversidades en sana convivencia en la búsqueda del bien común, centrándose  en el “ser” más que el tener, son temas que se discuten y añoran en diversos foros y círculos familiares.

En este contexto, las miradas de quienes deben abocarse a ello, una vez más se vuelcan a la educación. Aseguran que son el colegio y la universidad los que fallan, ya que las familias parecen estar muy “ocupadas” en proveer recursos o en realizar otras actividades al parecer más importantes.

Demás está decir que la formación valórica es una de las grandes labores que la familia debe hacer y que se realiza en el diario vivir, mediante los modelos de vida que se asumen al compartir experiencias y al tratar temas surgidos de la cotidianeidad y de los ámbitos de relaciones, donde se presentan problemas éticos y sociales a resolver.

La familia debe ser la primera y permanente formadora de valores, por lo que cabe preguntarnos si damos los tiempos necesarios y si generamos las instancias para ello. Es válido que las instituciones educativas deban colaborar, pero no pueden “reemplazar”esta función.

Señalamos esto último, porque es  habitual escuchar a los profesores que reclaman que muchas familias les dicen directamente: “hágase ud. cargo de este niño o joven, yo no puedo”. Después de eso casi no se les ve más en la institución escolar donde los “dejan” cual guardería infantil o juvenil.

En toda esta difícil situación que como país enfrentamos, hay un nivel educativo donde la formación valórica y de la personalidad de los niños, en una línea de colaboración a la familia, debe volver a ser el eje de su actuar: el de educación parvularia.

El buen jardín infantil, como la buena escuela primaria, recibía niños de diversos sectores sociales en una etapa donde empezaba la socialización extra-familiar. Esos niños en ambientes acogedores y amables, traían su sana colación: fruta, pan con algo, galletas, etc, la cual se ponía en una bandeja común para compartir. Esos y otros momentos eran las instancias de encuentro donde se conversaba lo que le pasaba a cada uno y se terminaba apoyándolos, si fuese necesario, con un abrazo, un beso, una conversación.

Las situaciones de aprendizaje vinculadas a la convivencia, al “hacer juntos”, al “saber del otro”, a gozar la presencia de “iguales”, al jugar colectivamente, eran el centro de las actividades, junto con las referidas al movimiento, la expresión, la creatividad, el descubrimiento y la transformación. Todo esto y mucho más, son parte de las orientaciones que entregan las Bases Curriculares de la Educación Parvularia, currículo nacional oficial, con que cuenta aún este nivel.

No obstante, cada día llega más información de las lamentables prácticas que se están haciendo en establecimientos del nivel, en especial, en escuelas y colegios donde se aplican “proyectos” que no podemos llamar educativos. Ello porque los párvulos son sometidos a exigencias de “sobreescolarización” que entre otros, los alejan de este foco de formación social y valórica que ha sido  el eje tradicional del trabajo en esta etapa.

Los niños de hoy trabajan en ambientes rígidos, con escritorios individuales de los cuales no pueden moverse, donde hacen interminables actividades de “lápiz y papel” supuestamente preparatorias para la educación básica.

Memorizan sin entender, se les aplican pruebas y se les ponen notas, prácticas que no se corresponden con las metodologías del juego, del descubrimiento, del asombro y del encuentro con los demás, que son las estrategias básicas de trabajo en esta etapa. Lo peor de todo es que, estas actividades tremendamente individualistas, competitivas, aisladoras, enajenantes, muchas veces no sólo son aprobadas, sino solicitadas por las familias. Cabe preguntarse, ¿sabrán además que los niños y niñas lo pasan muy mal haciéndolas?

Por ello, no nos asombremos del resultado de estas  prácticas educativas, tanto en el  hogar como de ciertas instituciones educativas, ya que lamentablemente cuando una sociedad no tiene tiempo para ocuparse de estos temas llegamos a lo que estamos viviendo hoy: jóvenes y adultos egocéntricos, que no les interesan  los demás y  el medio en que viven tanto local como global.

De esta manera el desarrollo de todos está ausente de sus preocupaciones, ya que sólo se satisfacen los interminables egoísmos personales, el  aparentar y  el “tener y tener.”

Con motivo de la Reforma Educacional el ministerio de Educación ha vuelto a reinstalar la importancia del juego y del descubrimiento en educación parvularia. ¿Se podrá revertir el daño que por años se ha hecho a los párvulos en una etapa tan sensible y formadora?, ¿cómo seguirá la formación integral y valórica en el hogar y la escuela? En nosotros y en nuestro actuar está la respuesta.

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