16 ago 2015

Que nadie se caiga ni se hunda

A propósito del debate en el bloque de la Nueva Mayoría, en torno a la gradualidad de las reformas en curso, y cuanto de ello depende para que alguna de las fuerzas políticas siga o no siga formando parte del gobierno, se usó la metáfora de un bote o barco para indicar que aquel que se va se hunde.

Es mi convicción que nadie se tendría que ir ni debiera caer. La Nueva Mayoría hoy cumple una tarea esencial y, en una perspectiva más amplia, su permanencia es decisiva para la gobernabilidad democrática. De las mismas dificultades que se viven surge esa conclusión: no hay ninguna posibilidad de resolver la crisis del sistema político acentuando la dispersión y los roces internos que devienen en una imagen política de incapacidad y deterioro del bloque de gobierno.

Hay que reconocer de una buena vez la crisis y el descrédito que afecta al sistema político, lo que nos lleva a una sola gran conclusión: que romper o fracturar el bloque de gobierno, no hará más que acentuar los conflictos, profundizándose la distancia y el juicio crítico de las personas hacia los actores políticos.

No se trata de impedir las reformas ni tampoco de hacerlas todas de una sola vez. No es el todo o nada la disyuntiva. Se trata de encontrar el ritmo propicio, que permita alcanzar las mayorías requeridas y jerarquizar lo urgente e impostergable de aquello que no lo es. En tal sentido, el campo de convergencias es amplísimo y una coherente responsabilidad política debe apoyarse en ellas para superarlas constructivamente.

Los daños de todo quiebre, son en sí mismos inevitables, pero en este caso se potenciarían por los debates posteriores que se teñirán de recriminaciones, ya que no podrían eludir poner en tela de juicio la responsabilidad ejercida por cada cual en el curso de la experiencia de gobierno. Las descalificaciones quedarían fuera de control, con ello no se haría más que ahondar la desaprobación que reflejan diversas encuestas de opinión.

Además, las divergencias que se han conocido son tratables. El realismo no es claudicar. De lo que se trata es que el proceso reformador es una perspectiva de largo aliento, en que la simultaneidad de las reformas es inviable, no porque se renuncie a ellas, sino a que se deben sostener tanto política como materialmente, de lo contrario se desploman, no hay cambio que pueda soportar la prueba del tiempo si no cuenta con la fortaleza suficiente y la mayoría necesaria. Esa es la clave de la situación. De modo que no cabe exacerbar las diferencias.

El camino para retomar la confianza ciudadana  exige firmeza frente a las malas prácticas. Este aspecto debió ser abordado con más energía por los partidos de la Nueva Mayoría; no puede imperar la sensación de que no pasara nada ante conductas totalmente inaceptables. Con mayor razón cuando se acercan nuevas elecciones. Frente a ellas, el criterio no puede ser otro que excluir de las candidaturas a quienes incurrieron en los ilícitos que han destrozado la legitimidad del sistema de partidos políticos. El que metió la pata o las manos se queda sin cupo.

No debe olvidarse que el origen de la crisis de representación política arranca de las prácticas ilegales e irregulares de financiamiento de las campañas electorales y no de la voluntad nacional de respaldar cambios que enfrentarán la desigualdad imperante en el país.

Hoy el diálogo político es la clave; no existe una opinión que sola sea tan perfecta que pueda constituirse en depositaria exclusiva de la verdad. Cada opinión es valiosa, pero no hay que antagonizar esos puntos de vista. Dividirse es condenarse a ser minoría por tiempo indefinido.

Incluso más, la mejor manera de que las reformas sean revertidas por aquellas fuerzas conservadoras o contestatarias que las han obstaculizado es, precisamente, sumiendo el bloque de gobierno en conflictos hasta hacer inviable la comunidad de propósitos en una alternativa común.

Alcanzar el cambio, siendo minoría, puede ser posible sólo a través de un gran esfuerzo de persuasión social que revierta la situación y construya las mayorías necesarias; obviamente, esa tarea no podrá ser exitosa si esta oscurecida por las disputas de los mismos que forman la base de apoyo de las reformas, que se ven sumidos en pugnas que para la ciudadanía están definitivamente fuera de lugar,

De modo que revalorar la unidad es fundamental. Ante la crisis de confianza crece el populismo en todo el escenario nacional. Las próximas elecciones estarán marcadas por ese fenómeno; si llegara a imponerse, la demagogia correría a raudales y el país sería empujado a una crisis de expectativas cuyas consecuencias son definitivamente inimaginables.

Por eso, ante un fuerte oleaje, es mejor abrazarse y colaborar el uno con el otro, para que no haya gente que caiga al agua y se hunda sin remedio. Nadie sobra, el conjunto de los protagonistas es necesario. Cada uno aporta una singularidad irrepetible. Nada de malo tiene “agarrarse” de las manos para resistir y llevar adelante el desafío que está en desarrollo. Es un gesto realista en que ninguno renuncia a nada.

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16 ago 2015

Sin olor a sangre

Hoy en Chile varios parecen estar jugando a la guerrilla, casi como si fueran miembros de los Khmer Rouge o la Rote Armee Fraktion.Parecen soñar con la violencia revolucionaria, con juicios sumarios o fusilamientos a discreción. No sólo lo hacen unos estudiantes de la Universidad Católica de Temuco,que se encapuchan para luego difundir el video por Facebook y más tarde preguntarle a la mamá qué hay de comer.

También lo hacen algunos productores de televisión, que para promover una serie titulada Guerrilleros, a modo de publicidad, interrumpen un programa de política emulando el asalto al canal o la interrupción de la transmisión, a manos de un encapuchado.

Lo que hay detrás de estas expresiones es un pueril y solapado ensalzamientodiscursivo de la violencia política, que trivializa los efectos brutales del uso de la fuerza en una sociedad.Esto denota una paradoja en un país que en las últimas semanas ha hablado mucho de los derechos humanos en los medios y las redes sociales, pero que en vez de reflexionar sobre la violencia política y cómo evitarla a toda costa, parece fantasear con la idea de aniquilar a otros bajo el cobarde anonimato de una capucha. Esa trivialidad desvergonzada frente a la violencia política es —diría Orwell— sólo posible en personas que siempre están en otra parte cuando se aprieta el gatillo.

¿Exageración? No. El discurso crea realidad. Pero en Chile tenemos una memoria frágil o muy selectiva, a pesar de los museos,los libros, los historiadores y los documentales sobre el daño que genera la violencia con fines políticos. Muchos parecen olvidar que su aceptación discursiva sólo puede terminar con algunos energúmenos ejerciendola brutalidad como “derecho” para imponer su“justicia”, ya sea socialista, reivindicativa o anti insurreccional. Da lo mismo.Es violencia igual.

Todos estos apologistas de la violencia  —conscientes e inconscientes—no son más que irresponsables que presumen jugar a la guerra, como si fueran niños con pistolas de agua.Y aplauden el patíbulo desde la comodidad de su anonimato, sin sentir el olor a sangre, los rostros desfigurados y la muerte, que es lo que abunda cuando la violencia reemplaza al diálogo, el respeto y la palabra en una sociedad.

Lo peor es que ese infantilismo cruel y desvergonzado es alimentado por algunos que probablemente perdieron a familiares, que de manera paralela a los minutos de odio ejercidos contra un violador de derechos humanos fallecido, elevan sus alabanzas a una organización que consideraba legítimo matar a otros para imponer sus fines revolucionarios. Orwell decía que “gran parte del pensamiento de izquierda consiste en jugar con fuego, pero por parte de personas que ni siquiera saben que el fuego quema“. Y tenía toda la razón.

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15 ago 2015

La DC sí cree en el Programa

El cónclave de la Nueva Mayoría permitió ordenar la forma en que vamos a dar cumplimiento al programa de Gobierno sobre la base de una buena planificación, priorización, realismo y responsabilidad, con el norte puesto en la reactivación y el crecimiento. Asumimos un compromiso acerca de aquellas cosas que son más urgentes que otras y sobre cómo mejorar e intensificar la coordinación y unidad.

Priorizamos lo que íbamos a hacer primero y lo que quedaba para después, en el entendido de que eso nos permitiría actuar con unidad política, detrás de una hoja de ruta práctica y precisa para cerrar las brechas que aún quedan entre la implementación del programa y las expectativas de la ciudadanía.

Si hubo o no confusión con declaraciones más o menos, eso ya pasó. Ahora lo que debe guiarnos es cerrar filas detrás de la Presidenta y sus ministros, de modo de cumplir con la agenda que fijamos en el Cónclave. La DC sí cree en el programa, sí cree en el sentido de realismo que le pusimos a su implementación y sí cree en que el país puede recuperar su desempeño en materia de crecimiento, ya que esa es la condición base para que haya recursos suficientes que financien nuestra propuesta programática.

La DC sólo quiere que los cambios se hagan con oportunidad, que se hagan con eficiencia y sin voluntarismo, privilegiando siempre la coordinación y la cooperación entre el Ejecutivo y los senadores y diputados de la Nueva mayoría.

Tenemos tareas que no podemos abandonar. En materia social hay medidas que deben ser abordadas con suma responsabilidad y diligencia, como la Reforma a la Educación, carrera docente y varias otras; lo mismo en seguridad ciudadana y en transparencia, puesto que la agenda de probidad debe traducirse en medidas que se implementen cuanto antes para recuperar la confianza en el sistema político.

En el área económica hay que enfrentar la tramitación de una Reforma Laboral que sea buena para los trabajadores y que al mismo tiempo asegure la productividad y la competitividad, en especial de la pequeña empresa.

En ese sentido, es esencial trabajar por el crecimiento, dando certezas a la inversión y propiciando un clima de entendimiento con la industria. Declaraciones altisonantes que siembren desconfianza frente el mundo privado no ayuda en nada a la tarea que tiene el equipo económico de recuperar el ritmo de crecimiento de la economía.

Sabemos que en tal escenario, el aporte que puedan hacer los ministros Valdés y Burgos es de gran valor y nadie en el pacto de Gobierno está poniendo en duda ese esfuerzo, así como el del resto del equipo ministerial. El apoyo de la DC en este aspecto es cerrado ya que entendemos que si le va bien a ese equipo, le va bien al país.

Creemos en el proyecto político así como creemos en el orden y la colaboración. Hay que saber marcar la ruta, ponerse detrás de ese objetivo con desprendimiento, humildad y aceptación de las sanas diferencias, de modo de salir adelante como lo hemos hecho en innumerables situaciones del pasado.

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15 ago 2015

La identidad de género, una tarea pendiente

Días atrás, un noticiero de TV abierta presentó una historia de vida tan joven como contundente. Andy, que siempre se sintió niña, pudo, a sus cinco años, optar por desplegarse y vivir como niña aunque nació con genitalidad masculina. Al respecto, la Organización Mundial de la Salud es esclarecedora al vincular la identidad de género con “la vivencia interna e individual tal como cada persona la experimenta profundamente, la cual podría corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento”.

En este sentido, Andy parece haber tenido claridad desde siempre. Dejar atrás un comprensible equívoco social  fue posible gracias a una familia que supo verla, y a profesionales que supieron acompañar. Sin embargo, el camino abierto no está libre de dificultades: por empezar, el colegio al que asistía Andy no aceptó el avance y la niña debió abandonarlo; a su vez, ella no tendrá, por ahora, el documento de identidad que le corresponde.

Éste es, precisamente, el espíritu que impulsa el proyecto que modifica la ley General de Educación, para promover el respeto por la orientación sexual y la identidad de género de los niños, niñas y adolescentes en su comunidad educativa.  La aprobación de este proyecto, presentado recientemente por la diputada Denise Pascal Allende y respaldado por mi,  permitiría a los establecimientos educacionales afrontar de mejor manera estas situaciones, entregando a los responsables una herramienta que facilite la integración del niño, niña o adolescente transexual en la comunidad educativa, con todas las implicancias sociales, emocionales y prácticas que ello conlleva. En otras palabras, la materialización de este proyecto permitiría que Andy siga aprendiendo y jugando en su escuela, en lugar de verse obligada a abandonarla.

La necesidad  que los Estados consideren y regulen en sus legislaciones el derecho a respetar la identidad de género ha ganado terreno en la agenda internacional. Chile ha sido parte de un histórico adelanto en la materia, al liderar y aprobar en 2014 la presentación de la segunda resolución del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas sobre orientación sexual e identidad de género. Sin embargo, es imprescindible plasmar estos valiosos gestos en nuevas leyes y medidas que fortalezcan el cambio cultural de respeto a la diversidad.

En este contexto, existe también un proyecto de ley radicado en la Comisión de Derechos Humanos, Nacionalidad y Ciudadanía del Senado, relativo al derecho a la identidad de género, que regula un procedimiento para rectificar la partida de nacimiento y el cambio de sexo y de nombre cuando éstos no coincidan con la identidad de género de quien lo solicita.

Su aprobación permitiría contar con un marco normativo para reconocer y respetar el derecho a la identidad de género; sin embargo, el proyecto no  contempla aún el derecho a la identidad de género de los niños, niñas y adolescentes.Por lo mismo, y dado que gran parte de la vida de niños, niñas y adolescentes transcurre en la escuela, urge aportar al clima de respeto y no discriminación que debiese imperar en las comunidades educativas hacia alumnos y  alumnas transgénero.

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14 ago 2015

Los acuerdos de Unión civil

Por fin se aprobó un proyecto de ley que tenía sus antecedentes, el “Acuerdo de Unión civil” (AUC). El proyecto originalmente se enunció como un proyecto de vida o unión en pareja. Se originó para satisfacer una tendencia actual de la juventud de eludir el compromiso matrimonial y unirse sin mayores obligaciones.

Este proyecto favorecía a los homosexuales que buscaban una aprobación legal de sus uniones, pero fundamentalmente satisfacía un movimiento cultural de nuestra juventud de buscar uniones fuera del compromiso matrimonial civil o eclesial. El Congreso optó por satisfacer en cierta manera esta búsqueda de apoyo legal para estas uniones.

La Iglesia recelosa de todo lo que podría comprometer el compromiso matrimonial, sin embargo, entiendo, no se opuso a esta legislación. Satisface una mutación cultural de las juventudes no solamente chilenas sino mundiales. Esto consta por las mismas encuestas que la Iglesia ha efectuado a través del mundo con ocasión de los sínodos, el de octubre pasado y el planificado para el próximo octubre.

Las juventudes hoy en día se sienten inseguras frente al compromiso matrimonial que por cierto es un compromiso importante que pide responsabilidad y reflexión. Un noviazgo tradicional con guarda del celibato no satisface a todos. Exigen una convivencia más concreta antes de tomar un compromiso de este calibre.

A esto se añade ciertos cambios culturales, una maduración sexual que se adelanta y una maduración sicológica que se retarda. Un ambiente cultural que no favorece el desarrollo de la responsabilidad. Los mismos sacerdotes responden a veces a peticiones inmaduras: vuelvan en cinco años y los casaré. En muchos ambientes consideran como imprudentes los matrimonios efectuados sin una larga prueba anterior de convivencia.

No se trata de promover una forma de noviazgo u otra, una más tradicional o una más modernizada, por llamarla así, pero hay que saber discernir las diferentes situaciones.

Cuando la pareja permanece abierta al matrimonio y solo busca comprobar la posibilidad de un compromiso definitivo, se le ofrecerán probablemente dos alternativas.

Una es profundizar su compromiso mutuo adquiriendo un compromiso ante la Iglesia o la ley civil. Estos compromisos tienen sus obligaciones respectivas. En la Iglesia la indisolubilidad y el compromiso “hasta que la muerte nos separe”.

La otra alternativa podría ser profundizar su compromiso mutuo sin matrimonio propiamente sino prolongando un compromiso de fidelidad y convivencia “hasta que la muerte nos separe…”. Este compromiso tiene la cualidad de no implicar una indisolubilidad como la del compromiso anterior. Si el acompañante no cumple su promesa yo quedo libre de la mía.

El camino del amor tiene sus responsabilidades, tiende a compartir la vida con el otro o la otra y eventualmente con los hijos. Y así tomar también en la vida social el camino del amor y servicio. Pero puede haber obstáculos. El compromiso puede fracasar y no obtener sus objetivos.

Para prevenir estos fracasos matrimoniales la juventud ha tomado sus precauciones entre ellas se encuentra la nueva legislación que estamos comentando.

Esperamos que la Iglesia vendrá al encuentro de las preocupaciones de la juventud expresadas en la nueva legislación AUC. Ésta al menos es la iniciativa que ha inspirado los sínodos de la familia de octubre pasado y futuro.

Ha habido al respecto pronósticos pesimistas basados en un análisis de las preguntas del “Instrumentum Laboris” recibido desde Roma. Este instrumento de trabajo, según algunos no presagia cambios realmente significativos “solo más de lo mismo”. Prefiero ser optimista y creer que con el Papa Francisco daremos pasos positivos.

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14 ago 2015

Nueva educación pública para derrotar la desigualdad

El pasado domingo 09 de agosto el alcalde de Estación Central, a través de un medio de comunicación de circulación nacional, publicó su visión ideológica contraria a la reforma educacional en lo que respecta a la desmunicipalización. En relación a ello, me parece importante comentar.

En su nota, el alcalde Delgado, habla en nombre de la Asociación de Municipalidades de Chile-AMUCH, organización que cuenta con 45 comunas asociadas y que representa a un 13% del total de los 345 municipios del país, poniendo en el centro el desarrollo de corporaciones de derecho privado o certificaciones estandarizadas por el mercado como las normas ISO entre otros mecanismos que en nada cambia el pésimo estado de la educación administrada por los gobiernos locales.

Por otra parte, no se hace cargo del debate amplio y mayoritario que ha iniciado el país y donde la Asociación Chilena de Municipalidades-AChM (que representa a 318 municipios de Chile), ha realizado un análisis más profundo sobre la necesidad de reforma que requiere el sistema de educación chilena a nivel local y nacional.

Para abordar y proyectar propuestas en temas de interés nacional es requisito sine qua non un diagnóstico objetivo de la realidad sobre la que pretendemos incidir. Si existe algo donde hay una sola opinión, que además es transversal a la sociedad, es la crisis del modelo educacional chileno, impuesto en los años ochenta en condiciones de Dictadura y terrorismo de Estado, amparado en una Constitución espuria, funcional al mercado de capitales y a los intereses foráneos.

Se impone así el Estado Subsidiario que a la luz de los hechos da cuenta de décadas de abandono sistemático de la educación pública y de sus principios, potenciando “la industria educacional” imponiendo categorías económicas por sobre las educativo pedagógicas, instalando por esta vía uno de los sistemas educativos más clasistas del mundo, según la OCDE, con una muy mala calidad de la educación, que nos tiene en los últimos lugares del ranking internacional.

La educación pública cumple una misión nacional. Está al servicio del bien común y el bienestar social y busca ofrecer, en todo el territorio, calidad y oportunidades equivalentes para todos nuestros niños, niñas y jóvenes, sin importar su origen social, lugar de nacimiento o la riqueza de sus padres.

Quienes creemos que la educación pública es un pilar fundamental para derrotar la desigualdad, vemos con impaciencia que quienes defienden la municipalización de la educación impuesta en los años ochenta, evitan reconocer que bajo este formato, la matrícula escolar pública ha venido sistemáticamente cayendo y que existe una pérdida de prestigio, así como una fuga de muchas familias de “clase media”.

Del 2000 a la fecha, la educación municipalizada ha perdido casi 600.000 estudiantes y cerca del 70% de su matrícula corresponde hoy a los dos quintiles más pobres de nuestra población. En nuestra comuna de Estación Central, según datos oficiales, sólo entre 2013 y 2014 perdimos cerca de 279 estudiantes, una proporción (-3,8%) mayor que la nacional en el mismo periodo (-1,6%).

Tal como están las cosas, si lo anterior no se comienza a revertir a la brevedad, el sueño republicano de una educación pública relevante, de excelencia, con capacidad de integrar socialmente a todos y que aporte a disminuir la desigualdad, se verá irremediablemente frustrado.

Sin duda, es preciso que el nuevo modelo de educación pública comprometa a los municipios con su desarrollo; pero, a diferencia de lo que señala el alcalde Delgado, no es el municipio quien debe seguir a cargo.

Chile requiere un sistema capaz de asegurar recursos y estándares de calidad equivalentes en todo el territorio nacional. La nueva educación pública necesita ser administrada por una entidad que tenga la calidad y equidad de la educación como su única responsabilidad.

Una entidad que efectivamente rinda cuenta por ello y que, a diferencia de lo que ocurre hoy, no esté subordinada a los ciclos políticos o a los intereses y prioridades de cada autoridad municipal; que tenga capacidades técnico-pedagógicas de apoyo a sus escuelas y capacidades de gestión y administración eficientes en todo el territorio. El modelo municipal no permite nada de eso y en ello encontramos las principales causas de su actual crisis.

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14 ago 2015

Mentalidades obsoletas e inoperantes

En primera instancia viendo  y escuchando a los distintos medios de comunicación queda una sensación que atormenta y deprime, en relación a que la delincuencia está prácticamente desbordada. Sin embargo los datos técnicos, que muestra una reciente columna en un matutino dice lo contrario.

Con todo y considerando positiva la información, parece ser que la problemática delincuencial juvenil, no se ha abordado en su dimensión real y profunda.

Se ha sugerido la creación de otras instituciones administrativas de atención. Es valiosa esta propuesta, máxime cuando los adolescentes experimentan una sensación de rechazo, en particular con el Sename, haciendo refractaria  las  propuestas y acciones que el sistema les sugiere.

Esta actitud que no se ha mencionado, es muy  importante,  sobre todo cuando  descansa, aunque no en  todos, en  funcionarios  despreocupados y poco atentos  a las heridas profundas de los jóvenes.

Debo reconocer que sí  hay algunas excepciones notables, pero en general, la desidia y la actitud prepotente, descalificadora y poco amable ha generado esta impermeabilización por parte de los adolescentes, hacia toda directriz, normas y disciplina que provengan del sistema.

Este clima confrontacional, prácticamente  de  dos bandos opuestos, no conduce a nada, siendo lo más razonable eliminar al Sename, como órgano  educador y de recuperación e inserción social y familiar, ya que el fin para el cual se creó,  en la actualidad,  está muy lejos de aquello.

La Fundación Paternitas celebró el 6 de agosto un año más de su creación, día de la Transfiguración del Señor, apoyado en esta manifestación revelada hacia sus discípulos, vuelvo a inisistir en la necesidad que tienen estos jóvenes infractores,  de  transfigurar sus vidas, sus metas, sus sueños y sus frustraciones, que los han marcado desde siempre.

¿Cómo lograrlo?

Parafraseando a un gran maestro de la vida espiritual católica diría, “que la tarea fundamental a la que debemos enfocarnos es aquella por la que nuestros usuarios no sólo “sepan” que los queremos y comprendemos, sino que lo “sientan”, en el hondón más íntimo de su corazón. Única fuerza y energía que los llevará a amarse y respetarse, poniendo todo su empeño en alcanzar grandes metas y proyectos que susurran con anhelo y gran potencia en su interior.

Sintetizando lo dicho hasta ahora y afirmando que el modelo Paternitas innova y rompe los esquemas clásicos de prácticas obsoletas que han demostrado su inoperancia, nuestro Programa  “Formando en Familia”, para adolescentes y sus familias, se centra en cuatro pilares.

1.- Apuntar al corazón y a los sentimientos nobles, luminosos y auténticos que se esconden bajo las muchas capas de sufrimientos, maltratos e infelicidad y exclusión.

2.- Desarrollar la vocación para el amor, la responsabilidad, el autocuidado, los valores y los principios que dan sentido a la existencia y a las relaciones mutuas.

3.- Invitarlos para que sientan y experimenten que pueden asumir tareas distintas a las de ayer y desde allí autovalorarse, desarrollando capacidades, ejecutarlas y alcanzar objetivos desafiantes.

4.- Vivir el arte y la poesía en la cocina expresando en los colores, olores y sabores la plasticidad del alma, la tolerancia, la dulzura y la sanación de lo que fue motivo de lágrimas, amargura y frustración de un pasado que ya no se puede ocultar.

Ante ese escenario el cambio nace desde lo profundo, como nueva melodía, como  el arte que se expresa y surge espontáneo desde los barros y lodazales  de la propia historia.

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13 ago 2015

Mejoras a la subsecretaría de Derechos Humanos

La Cámara de Diputados aprobó unánimemente la creación de una subsecretaría de Derechos Humanos en el ministerio de Justicia, que pasará a denominarse de Justicia y Derechos Humanos.

El proyecto responde a una necesidad evidente de nuestra institucionalidad en el sentido de avanzar en la optimización de la gestión pública para la promoción y protección de los Derechos Humanos. La creación del Instituto Nacional de los Derechos Humanos (INDH), órgano autónomo que responde a las recomendaciones internacionales para la protección de los Derechos Humanos, fue un primer paso muy relevante. Su labor y su autonomía, sin embargo, no ha sido siempre bien comprendida por el mundo político.

La Subsecretaría de DDHH deberá encabezar y coordinar la labor gubernamental en este ámbito. Quedará pendiente la creación del Defensor del Pueblo para cerrar el círculo que nos permita decir que Chile, al menos desde el punto de vista institucional, ha sabido ponerse al día y aprender algunas de las lecciones de su doloroso pasado.

Entre las más importantes mejoras que la Cámara incorporó al proyecto original, enviado por el presidente Piñera, está la incorporación al Comité Interministerial de Derechos Humanos, de los ministros de Educación y Defensa lo que debiera permitir introducir con mayor fuerza, a través del Plan Nacional de Derechos Humanos, la formación en derechos humanos a nivel escolar y en las escuelas de oficiales y sub oficiales de las fuerzas Armadas.

Otra mejora relevante es que el proyecto aprobado integra de mejor forma una consideración de la actual institucionalidad de los derechos humanos. En particular, asume la existencia del Instituto Nacional de Derechos Humanos, ya que incorpora la obligación de tener a la vista los Informes y recomendaciones del INDH a la hora de elaborar el Plan Nacional de Derechos Humanos.Por otra parte, se han fortalecido las atribuciones y competencias de la subsecretaría, vinculadas al fomento y promoción de los derechos humanos y a la generación de instancias de diálogo y participación ciudadana.

Por otra parte, el proyecto aprobado traspasa a la nueva subsecretaría los archivos y competencias del Programa de Derechos Humanos del ministerio del Interior. Esto significa que deberá promover la investigación y sanción de los crímenes de lesa humanidad ocurridos durante la dictadura, preservar la memoria histórica de las violaciones a los derechos humanos y promover su reparación.

Siendo esto muy positivo, habría sido esta una buena oportunidad para dejar abierta la puerta para la calificación de nuevos casos de víctimas no consideradas en los Informes Rettig y Valech y para hacer referencia a la memoria histórica y situación de derechos humanos de los pueblos originarios de Chile, tema que resurge porfiadamente y que sin duda también deberá asumir la dicha subsecretaría.

Con todo ello, más las atribuciones que venían definidas en el proyecto original, la subsecretaría pasa a convertirse en una parte relevante del centro de gobierno, esto es,  de los organismos que tienen competencias transversales ya que le corresponderá ejecutar y monitorear un Plan Nacional plurianual y que cruza a prácticamente todos los ministerios y servicios públicos.

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13 ago 2015

Las visitas del pasado

“Cómo nos visita el pasado” es  una acertada frase de  J.Correa panelista del primer café a propósito de las condenas determinadas por  tribunales por el asesinato de Berríos y el suicidio del general (r) Ramírez.

Al escucharla no pude dejar de pensar que efectivamente el pasado nos sigue visitando y ello tiene mucho que ver justamente con la deficiente forma con que enfrentamos esos primeros años de democracia, permitiendo que el dictador mantuviera su poder en las fuerzas armadas al punto de que el crimen de Berríos se habría tramado justamente en la DINE de esos tiempos.

Quizás si nadie contaba con la pertinacia de los familiares de  las víctimas de la dictadura para buscar con infinita paciencia la verdad sobre sus padres o hijos y la justicia para investigar y encontrar  a los responsables de los hechos y exigir la necesaria justicia.

El pasado nos visita y nos seguirá visitando para recordarnos que lo imposible  se puede hacer posible con trabajo, esfuerzo, voluntad y paciencia, que en la medida que existan personas dispuestas a enfrentar la realidad  con esa perspectiva,  sus  desafíos se pueden hacer realidad.

El pasado nos visita para recordarnos que sigue ahí, que no hemos realizado el esfuerzo necesario para cerrar las heridas, que los calmantes no han sido suficientes, que a pesar de los evidentes progresos en lo económico seguimos en deuda con la construcción de la justicia. Y que el tiempo no siempre cura las heridas.

El pasado dejará de visitarnos cuando hayamos conseguido la paz y la paz como tantas veces se nos ha dicho es el fruto de la verdad y la justicia sin apellidos, sin mediaciones.

En la medida que sigamos acomodando nuestras aspiraciones a  pequeños éxitos, el pasado se seguirá acumulando y cada cierto tiempo como lo señaló Correa Sutil nos seguirá visitando; por suerte para nosotros hay hombres y mujeres que siguen luchando por la construcción de una sociedad de paz, justicia, verdad y democracia en la cual podamos enterrar todos nuestros fantasmas.

Yo creo que el actual momento de nuestro país tiene mucha relación con todo esto: vamos a dar pasos significativos en la construcción de una sociedad más inclusiva, justa, democrática y participativa o vamos a seguir apostando a los pequeños éxitos.

Vamos a construir entre todos una nueva Constitución o nos vamos a contentar con que ahora la 11 de setiembre se llama Nueva Providencia.

Si eso es así preparémonos para recibir cotidianamente la visita de nuestro pasado.

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13 ago 2015

El “realismo sin renuncia”

Después del cambio de Gabinete, que implicó la designación de un nuevo equipo político, incluido el ministro de Hacienda, se esperaba una nueva orientación en la estrategia gubernamental. Sin embargo, en los meses siguientes se  ha creado un ambiente de confusión que no permite claridad sobre el futuro del país. En ello ha influido la falta de claridad que se desprende de las interpretaciones de las palabras de la Presidenta en diferentes ocasiones, tales como el contenido de su lema “realismo sin renuncia”, su exposición en el llamado “Cónclave” y su entrevista a “La Tercera”.

Esta falta de comprensión que se ha creado lleva a diferentes interpretaciones, sobre las razones que ha tenido la Presidenta para dejar que los hechos ocurran sin mayores precisiones.

En su intervención en el “Cónclave”, no se refirió ni adoptó posiciones en materias tal esperadas como las políticas económicas, el proyecto de ley laboral que se discute en el Parlamento, ni el camino y contenido de la Reforma Constitucional. Puede obedecer a que en el ambiente existente entre los partidos de la Nueva Mayoría, una definición en asuntos controvertidos agudizaría los conflictos y era preferible delegarlos en sus ministros, tal como ocurrió con Hacienda respecto a la Reforma Tributaria y el proyecto de negociación colectiva y fortalecimiento sindical, y con Educación en relación a la gratuidad de la Educación Superior. En ese sentido, la mandataria actuaría más como Jefe de Estado que como Presidenta, lo cual crea dificultades en un régimen presidencial como el chileno.

La debilidad de los partidos políticos de la Nueva Mayoría puede haberla llevado a la creencia que no podrían subsistir con éxito fuera del Gobierno, especialmente cuando están ya cercanas las elecciones municipales y parlamentarias. Tal como lo graficó acertadamente Ascanio Cavallo, “el que se mueve no aparece en la foto”, lo cual también fue expresado por la Senadora Allende al señalar que “estamos todos en el mismo bote, y el que quiera salirse, se hunde”. Esa creencia fortalecería su poder e independencia personal, pero tampoco puede extremar sus posturas formales y explícitas.

Su lejanía con los temas económicos le llevó en su anterior Gobierno a delegarlos en el Ministro Velasco y, en el actual, en el ministro Arenas, ambos determinantes en la confección de los respectivos programas. Una indicación ilustrativa es la pertinaz referencia a su Programa, pero olvidando que en esa carta de navegación también se considera explícitamente que, al término de su ejercicio, no habría déficit fiscal, lo cual la obligaría al ingrato papel de postergar varios programas sociales, dejando de cumplir los actuales valores ciudadanos que enfatizan los derechos pero no los deberes.

También se puede plantear la hipótesis que la Presidenta Bachelet no ha resuelto su contradicción entre su corazón “retroexcavador” (“sin renuncias”) y su racionalidad, que le lleva a admitir que es necesario fijar prioridades y alterar algunas urgencias.

En este sentido, su enérgico rechazo a que el cambio de gabinete implicó “un giro al centro” o un “cambio de rumbo” encontraría una explicación. Sin ir muy lejos, en el pasado se reflejó en su accionar como ministra de Salud en el Gobierno del Presidente Lagos y en el de sus sucesoras durante su anterior Administración y en el actual, al seguir políticas  caracterizadas por un profundo estatismo.

Otra interpretación obedece a la aspiración a cumplir su Programa, el símbolo de su  Gobierno, ya que es la instancia para asegurar lo prometido, sino también de implementar lo que no pudo realizar en su anterior Administración. Sin embargo, se podría argumentar que pocas personas en Chile pueden mostrar una trayectoria tan exitosa como la Presidenta Bachelet: ministra de Defensa respetada, que reivindicó con sus méritos la figura de su padre; fue elegida como mandataria y terminó su tarea con una asombrosa popularidad; tuvo una destacada tarea en las Naciones Unidad, siendo sindicada como posible Secretaria General de la entidad; ganó su reelección sin oponentes serios y con un aplastante respaldo, sólo le falta finalizar este gobierno con un respaldo claramente mayor  al actual.

La Presidenta ha sostenido que cree más en la cercanía y el contacto con los ciudadanos que en las encuestas de opinión; aquí puede estar la convicción que se puede repetir el proceso ocurrido en su anterior Gobierno, en que tuvo un respaldo minoritario después de las movilizaciones estudiantiles, para terminar el período con una masiva aprobación.

La Presidenta Bachelet ha señalado orientaciones que es necesario considerar para las tareas que realiza el Parlamento, a partir de su lema “realismo sin renunciar”, pero anunciando al mismo tiempo que “va a ser necesario jerarquizar y darles mayor gradualidad a algunos aspectos de nuestros compromisos”. Ese contexto es necesario adecuarlo a su afirmación “sin crecimiento no hay reformas sustentables”, a lo cual se agregó la necesidad de ser “fiscalmente responsable”.

En definitiva, se trata de mantener las líneas centrales del Programa comprometido con la ciudadanía, utilizando con eficiencia los recursos fiscales, de manera de lograr conjuntamente una contribución al crecimiento económico y reducir la desigualdad que existe en la sociedad chilena.

Para ello es necesario terminar con “la arritmia” y las “señales contradictorias” mencionadas por los diputados Auth y Tarud y, aunque le cueste, ratificar la delegación de poder  que significó la designación de los Ministros Burgos y Valdés.

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