13 ene 2014

Un narrador en la corte de Felipe II

“La infancia es mi única patria. Toda mi poesía es la evocación de ese lugar, una hacienda de mis abuelos, y de mi madre, en la tierra caliente colombiana, en donde viví de niño”, reveló en alguna ocasión Álvaro Mutis (1923 – 2013), poeta y novelista bogotano, oriundo de una familia de políticos y cafetaleros.

Buena parte de su niñez había transcurrido en Bélgica pues su padre ejerció allí funciones diplomáticas: “de él heredé el gusto por los buenos vinos y la buena cocina, la tertulia y los libros, y también su admiración por Napoleón”.

La prematura muerte del esposo obliga a la madre a regresar y dedicarse a la finca Coello. Una expresiva merma para el infante pues Europa era su mundo. Colombia sólo representaba las vacaciones. Mas la vivencia del corrosivo trópico, el aroma del café y los árboles frutales lo marcarían sin vuelta; y esos sucesivos viajes en pequeños navíos, desde una realidad a otra, serían aprendizaje sustantivo en la formación del futuro escritor.

Entonces, no sorprende que su alter ego, Maqroll, forcejee confuso entre Europa y América, o la cuna de la civilización y la fuerza natural e insatisfecho con ambos dominios intentar en sus aventuras la creación de ámbitos más acordes con sus quimeras.

Mutis, durante un período de pausa literaria trabajó para la Esso Standard Oil.Ésta, por el veleidoso empleo de ciertos fondos en quijotadas culturales, terminaría demandándolo. Entonces, su hermano arregla un presuroso viaje a México, país que resultaría definitiva residencia. Allí, gracias a cartas de recomendación para Luis Buñuel consigue “una chamba” y conocerá a sus grandes amigos, Octavio Paz y Carlos Fuentes.

Sin embargo, detenido por Interpol, lo recluyen quince meses en el presidio de Lecumberri, donde “cada cual tiene sobre sí un peso tal de angustia y desesperanza, que el dolor de los otros resbala como el agua sobre los plumas de los patos”.

Esa feroz experiencia le permitió superar miedos y fantasmas, leer toda la biblioteca del penal y escribir –iniciando un viraje hacia la prosa- el Diario de Lecumberri, escalofriante crónica del sufrimiento y espanto carcelarios, prolongados hasta cuando la petrolera revocó la querella.

Reseñas de los hospitales de ultramar, Crónica regia y alabanza del reino, La verdadera historia del flautista de Hammelin, La mansión de Araucaíma, junto al mencionado Diario, son algunas de sus creaciones más destacadas.

Con La nieve del Almirante inicia la legendaria saga del indeleble Maqroll el Gaviero, “trashumante envenenado por un mal metafísico que lo empuja y carcome en un vagar continuo”, que subido a la gavia observa el horizonte, el mundo y a sí mismo buscando una explicación del absurdo y el descalabro humano, frustrado entre los sueños y el entorno, la utopía y la caída.

Extraño habitante de veleros salido de las brumas caribeñas, tan pronto visible en el Mediterráneo como en las sierras colombianas. Personaje del amor perdido, muertes, resurrecciones, tiempos trastrocados, trotamundos al borde del reglamento, ducho en derrotas y técnicas de fuga.

Si Mutis es Maqroll y Maqroll Mutis, una clave de tanto desánimo es posible encontrarla en la temprana pérdida paterna. “Su muerte me dio una sensación de que todo se daña, de que todo se va de las manos”. Sin olvidar un palmario fatalismo personal, “cualquier esfuerzo que haga el hombre no altera su destino ya trazado. Uno de los engaños del mundo occidental, de Aristóteles, es decir que el hombre es arquitecto de su propio destino. Una gran mentira”.

Con el avance de las publicaciones, su pluma sería profusamente apreciada. Y aunque sea válida la observación de que los galardones literarios poco aportan al valor de una obra, recibir los premios Xavier Villaurrutia, Príncipe de Asturias, Reina Sofía, Cervantes y el Internacional Neustadt, transluciendo general admiración y coincidencia, colocan a cualquier autor en una situación privilegiada.

Paradojalmente, siendo la voz de este laureado mexicano por adopción una de las más altas y reconocidas en Latinoamérica y aún más allá, sin duda determinadas aspiraciones y discernimientos suyos no gozan en absoluto de la misma aceptación y gratitud.

Verbigracia, consideremos las siguientes declaraciones.

Hubiera querido vivir en el reinado de su muy católica majestad Felipe II, gozando de su confianza y aprecio. Mi principal misión hubiera sido la organización y desarrollo de la santa Inquisición en tierras de Indias. … Bajo un régimen de acusaciones secretas, vigilancia incesante y duros tormentos hubiera matado todo espíritu de independencia, extirpado hasta la mínima noción de libertad. A los naturales los hubiera embarcado en su totalidad y vendido a los venecianos para la construcción de sus fétidos canales o de sus amplios y hermosos hospitales y palacios.

Si Felipe II ganara su lucha contra los herejes hubiéramos evitado males tan tremendos como la igualdad, fraternidad, libertad, el liberalismo manchesteriano, la libertad de cultos, la igualdad ante la ley, la clase obrera, el abolicionismo de la esclavitud, la libertad de las colonias y tantas otras ñoñeses de nuestra época.

Difícil comulgar con el maestro en estas provocativas quejas e improperios.

Acotándolo al pasar. También nuestros literatos aportan lo suyo a la galería de locas preferencias y desvaríos.

Uno, nostálgico del edicto de Nantes, quisiera cerrar el Museo de la Memoria.

Otro, extinto líder de los esperanzados en el regreso del Führer, sostenía que “las cámaras de gas no han existido nunca”, haciéndonos, además, partícipes de un secreto celosamente guardado: “Hitler logró trasladarse a la Antártica. Está cambiado, su bigote ahora es largo. Nos contemplamos de frente.Se volvió y se alejó rápido. Lo llamé por su nombre, pero desapareció en una semioscuridad”.

Volviendo a Álvaro Mutis. Mucho más convincente nos parece el ilustre fabulador afirmando sobre La isla del tesoro, “es la historia mejor narrada del occidente. Es una maravilla.”

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13 ene 2014

Por el agua, yo acuso

El agua es un ente vivo y de vital importancia para todas las formas de vida en nuestro planeta. Mientras el balance de agua siempre es el mismo, este cambia de expresión en diferentes espacios de la Tierra.La crisis del agua tiene una expresión en el espacio y el tiempo.Donde esta agua desaparece, también desaparece la vida en sus múltiples expresiones.

Chile está al borde de una gran crisis de agua y no se está haciendo lo necesario para evitarla. Todos sabemos que mientras más profunda sea la crisis más violentas deberán ser las soluciones. Evitemos la violencia.

Hace más de una semana me llamaron de mi casa en el sur para decirme que se acabó el agua. No corría más agua de la vertiente que sustenta no solamente la casa sino la pequeña agricultura de secano. Aun no llega el agua. Al parecer, por este verano ya se acabó.Aún no pierdo la esperanza que la vertiente vuelva a beneficiarnos con ese gran privilegio que es la vida que acompaña cada gota de agua.

Esta escasez del agua tiene un costo económico, humano, social y espiritual inmenso.¿Cuántas personas en nuestro país están sufriendo estos costos, o más?

¿Qué vamos a hacer como país? ¿Cuándo vamos a actuar como un colectivo que está decidido a resolver este gravísimo problema, que además se manifiesta a través de la desertificación, la erosión de suelos frágiles, y tantos otros fenómenos ecológicos?

El cambio climático está aquí, ahora, y está dispuesto a quedarse con nosotros.

¿Acaso estamos esperando una crisis profunda que se manifieste en conflictos de toda naturaleza entre nosotros para hacer algo radical y definitivo? La mayor parte de los conflictos bélicos en el mundo están motivados por la escasez de recursos naturales y principalmente por el agua.

¿Por qué no hablamos de esto, de la cantidad y de la calidad de nuestras aguas? Así como queremos una nueva constitución para Chile, el agua representa la esencia de la constitución que abraza a la ley natural.

En Chile, estos recursos se contaminan por las aguas servidas, residuos industriales y mineros (terrestres, líquidos, sin previos tratamientos, descargas de tipo agrícola y forestal), constituyendo una gran amenaza a nuestra salud y bienestar.

Ya se siente que el valor del agua es mucho mayor que el del petróleo. En mi opinión, la próxima gran crisis mundial y de nuestro país será la crisis del agua. Lo más paradojal de nuestra crisis es que se menciona que Chile posee la segunda reserva de agua dulce más grande del mundo. De allí la importancia capital de tener una política eficaz de agua a todo nivel.El agua es un recurso natural escaso y clave para el sustento de nuestra competitividad económica y social.

Tanto la minería, industria y agricultura dependen del agua. Pero más importante aún es la dependencia que tienen nuestras familias, barrios y ciudades del agua.

La solución sustentable a esta crisis de agua va mucho más allá de un debate economicista o legal del agua, entendiendo cabalmente que los aspectos económicos y legales del agua son importantes.

La crisis que hoy vemos en Chile podría haber sido evitada si tuviésemos una verdadera política nacional de aguas con la participación de todos los sectores de actividad económica y social. Una política clara dentro de un consenso ciudadano.

No podemos decir que el único factor responsable de nuestra crisis de agua es el cambio climático. Al culpar al “cambio climático” como la fuente de la crisis del agua, estamos diciendo simplemente que “nadie es responsable”. Pensar que “la naturaleza” es a quien tenemos que culpar sería, en mi opinión, irresponsable. Esta postura no posee ni la sabiduría que necesitamos para resolver este gran desafío, ni representa un mensaje operacional para atacar un problema que va a agudizarse cada vez más.

Necesitamos un nuevo compromiso político ciudadano. Confrontar y resolver esta crisis demanda un cambio profundo.

• De mentalidad económica y social (naturaleza del recurso, asignación en usos alternativos, asignación de su valor y uso actual del agua).

• De gobernancia institucional y organizacional (derechos de propiedad y administración).

• De estilos de vida (ahorro y no desperdicio de agua).

En su última expresión, resolver esta crisis demanda un aumento significativo de nuestra consciencia individual y colectiva.Pero, ¿estamos dispuestos a cambiar?

La mayoría de los problemas que observamos tienen su raíz en el sistema de propiedad (derechos) y la soberanía económica y de sustentabilidad del agua.En este sentido, he dicho que el agua es de todos los chilenos y que ella es un bien público estratégico.

El primero demanda de un cambio constitucional de fundamental importancia para que el agua y todos nuestros recursos naturales sean de todos los chilenos.Hoy, somos espectadores y eso tiene que cambiar.

El segundo demanda entender al agua como bien público; pero sabemos que el Estado ha privatizado el agua y esto tiene que ser evaluado y cuestionado detalladamente.

En mi opinión, el agua debería estar en manos del Estado y ella no debe ser ni definida ni administrada como un bien privado.

El agua es un bien escaso y por tanto tiene un valor.¿Cómo definimos ese valor? ¿Qué objetivos están detrás de esa definición de valor? Como un bien público escaso la valoración del agua tiene que tomar en cuenta las dimensiones de equidad y sustentabilidad.

En este sentido es importante decir que no es posible que la industria utilice y contamine el agua sin pagar el verdadero valor de esta agua y que no es aceptable que proporcionalmente una familia pobre pague más por litro de agua consumido que una empresa. Esto debe cambiar.

El Costo Medioambiental. Hay que pagar por el costo de la descontaminación del agua. En este caso parece esencial que usemos el principio sustentable de: “el que contamina paga”.Esta debería ser nuestra filosofía, y no hacer pagar el costo de descontaminación a los que no la contaminaron.

El Costo Social. La contaminación del agua es fuente de grandes inequidades e injusticias, y responsable de docenas de enfermedades que aquejan fundamentalmente a las familias pobres. No puede ser que este bien público escaso esté siendo administrado y valorado como un bien privado, maximizando el lucro de un grupo económico.

El Costo de Integración. En particular, el problema del agua que nace de cualquier cuenca hidrográfica no se debe tan sólo a las lluvias tropicales frutos del cambio climático, sino a la forma como tratamos a nuestras montañas, incluyendo la sobre-explotación de los bosques, la falta de reforestación y protección de las cuencas hidrográficas, la urbanización no planificada, etc.

El Estado es responsable de esto. El Estado es el que decide, licita y asigna los derechos de agua. Las actividades económicas en general y las empresas de agua potable en particular, no solamente deben tener acceso al agua, sino ser responsables de todas las partes altas de las cuencas en donde esta agua nace.

Tecnología. Chile debería tener una organización nacional que siga y persiga los adelantos tecnológicos que aumentan la eficacia, eficiencia y equidad en el manejo de nuestros bienes públicos.

Nuestras montañas. Deberíamos crear un programa nacional para el manejo y uso de nuestras montañas y cordilleras, que incluya a todos los ministerios.Nuestras montañas no solamente son una fuente de agua, fertilidad de toda nuestra agricultura e industria, fuente de vida de todos los chilenos, sino también, son el hilo conductor de todas las formas de vida que existen en nuestra nación.

Por ahora vemos nuestras montañas como algo sin mucha utilidad excepto cuando descubrimos algo (minerales) y lo explotamos al máximo.

Elementos para una Ley Nacional del Agua. En el preámbulo de ésta debe haber una nueva definición de lo que constituye el elemento agua en nuestras vidas como chilenos.Ella no debe ser considerada solamente un factor de producción o algo inerte y de corte material sino debe ser reconocida como un elemento fundamental de todas las formas de vida que existen en nuestra nación.

Esta ley debe establecer claramente que se trata de algo que tiene su propia divinidad y por lo tanto que debe ser respetada y protegida.El preámbulo es de un carácter fundamental ya que el elemento agua condicionará nuestro bienestar material y espiritual como ciudadanos.

Algunos elementos a considerar. Primero, un cambio constitucional en que la propiedad del agua sea de todos los chilenos.

Segundo, la administración y manejo del agua no deben ser motivados por el lucro.

Tercero, sabiendo que el agua es un bien público escaso, esta debe tener un valor y costo de oportunidad que refleje no solamente lo financiero y económico, sino también lo ecológico, humano y social.

Cuarto, el valor del agua (tarifas, derechos) debe tomar en cuenta criterios de equidad sectorial, regional, y de las personas.

Quinto, debe haber una consciencia total y transparente acerca de la cantidad como de la calidad del agua.

Sexto, la competitividad de las empresas debe incluir el costo de descontaminación del agua y no aparecer como un residuo de pago para otros actores que no contaminaron esa agua.

Séptimo, hay que establecer claramente que somos la ciudadanía, las familias, los que tendremos siempre prioridad frente a cualquier disputa por el agua y no las corporaciones como sucede en muchas partes de la zona norte.

Octavo, crear comités de agua en todo el país, en representación de todos los actores que hacen uso de este recurso.

Noveno, establecer una rama de la justicia chilena que se dedique en forma permanente al tema del agua.

Décimo, reconocer y utilizar toda la batería de instrumentos fisco-ambientales para permitir que el agua sea utilizada sustentablemente.

Hay que encaminar una profunda reflexión sobre cómo la política fiscal podría contribuir a solucionar esta crisis del agua (inversiones públicas, asignaciones presupuestarias, ingresos fiscales -impuestos, derechos de agua-), fiscalización, productividad fiscal, selección de instrumentos de intervención, etc.

Más aún, debemos considerar por ejemplo, impuestos a la contaminación del agua (el que contamina paga), subsidios al cambio tecnológico para ahorrar agua, derechos ciudadanos de propiedad sobre el agua, límites de contaminación del agua, impuestos a la productividad del agua, certificación de origen de los distintos sistemas de extracción de agua, licencias que regulan el acceso al agua subterránea y a otras fuentes de agua, impuestos diferenciados, intercambio de deuda por naturaleza, subsidios para la inversión en recursos hídricos renovables, etc.

Ninguno de estos instrumentos deber ser visto o evaluado aisladamente de los otros instrumentos fiscales existentes.

La crisis de agua es importante porque estamos poniendo en riesgo a todos los chilenos; destruyendo nuestra competitividad económica y poniendo a disposición de un mal manejo toda nuestra identidad como país y como nación.

Una modificación del Código de Aguas representa una condición necesaria pero no suficiente para resolver el problema del agua.

La condición suficiente es un cambio de consciencia colectiva de los actores sociales involucrados. Un país seco genera un alma seca, una identidad seca, y un corazón seco.

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13 ene 2014

AFP vs trabajadores, balance desbalanceado

Las cifras oficiales lo demuestran, las utilidades de las AFP crecen más del 25% real al año, en tanto que 500 mil pensionados del sistema ganan menos que el año anterior y otros 500 mil apenas compensan la inflación pasada.

Por otra parte, a diciembre del 2013, el valor de los Fondos de Pensiones alcanzó a $ 85.366.585 millones.Esta suma equivale al 62,2% del Producto Interno Bruto del país, esto es, a todo lo que producimos en un año en bienes y servicios los chilenos, y su equivalencia en dólares alcanza a unos US$ 161 mil millones, casi tres Presupuestos Nacionales para este año 2014.

Estos enormes recursos son manejados por 6 gerentes generales, sin control del Parlamento, la Contraloría, los medios de comunicación y, lo más indignante, al margen de nosotros, los propietarios de los recursos.

Por eso, la industria de pensiones, es el nudo gordiano de la desigualdad en Chile.Las utilidades que obtienen, haciendo mal uso de nuestros fondos, son millonarias y se incrementan año tras año, con lo cual ejercen un control significativo de la economía, la política, las universidades y los medios de comunicación.

En cambio, las pensiones, poco más de un millón, pierden con la inflación, con las que perciben los civiles en el antiguo sistema y son derrotadas por goleada por las pensiones de las Fuerzas Armadas, que jamás entrarán a un sistema tan malo.

Estas conclusiones no son prejuiciadas ni inventadas, ellas emanan de documentos oficiales.Estos datos de las AFP, no llegan a conocimiento masivo de los diez millones de afiliados, aunque los balances de muchas empresas deben ser publicados en los medios de comunicación.

La desinformación existente, la propaganda engañosa y la indebida influencia en la política, la academia y los medios de comunicación, son algunos de los elementos que han permitido que este abusivo sistema se mantenga, casi inalterable, a pesar de sus nocivos efectos, por ya casi 33 años.

De los antecedentes publicados en estos días, enero del 2014, por la Superintendencia de Pensiones y otras fuentes oficiales podemos resumir lo siguiente.

I.- Número de pensionados y monto de las pensiones.

Al 31.10.2013, existían 1.004.636 pensionados de AFP que perciben, en promedio, $183.240 mensual, y el ingreso medio de los cotizantes, ese mes era de $619.295.

Para comparar su evolución, recordamos que al 30.11.2012 se pagaban por las AFP 970.252 pensiones en todas las modalidades, con un promedio de $ 178.701 y que el ingreso promedio a esa fecha alcanzaba a $ 547.031. (Fichas Previsionales de la SdP).

Al comparar los montos de las pensiones y los ingresos mínimos, constatamos que estas no llegan al 30% de las últimas remuneraciones, lo que demuestra el fracaso del sistema y el incumplimiento de la promesa de los que nos impusieron este negocio, que publicitaban pensiones del 70% de la última remuneración, además, de menor aporte de los trabajadores y sin contribución de los patrones. (José Piñera, El Cascabel al Gato)

Las Fuerzas Armadas, la policía civil, uniformada y gendarmería, no están en el sistema de AFP, sino que se mantienen en el sistema público de reparto.

Las pensiones de Carabineros, de subteniente hacia arriba, promedian 1 millón 642 mil 71 pesos mensuales. El personal de suboficiales recibe 563 mil 245 pesos mensuales.(Radio U. de Chile cita al Jefe del Departamento de Pensiones de DIPRECA, señor Óscar Ulloa)

En la Policía de Investigaciones el promedio de las pensiones del personal de mayor rango es de 1 millón 403 mil 786 pesos mensuales, mientras que el personal de menor rango recibe 646 mil 115 pesos mensuales. (Radio U. de Chile, Comisario Lorena Cuevas).

Las diferencias son aún mayores al conocer las pensiones de los integrantes de las Fuerzas Armadas. Hace dos años, un sargento del ejército recibía un millón 200 mil pesos mensuales, un coronel, algo más de 1 millón 800 mil pesos;

II.- ¿Cuánto suben las pensiones de los civiles en AFP?

Al 30.11.de 2012, los casi 500 mil pensionados en la modalidad de Retiro Programado recibían, en promedio, $ 114.973 al mes. Al 31.10.2013, obtenían $ 113.032, un 2% menos, además del daño por la inflación cercana al 3%.

En esta modalidad, además, anualmente se aplica una nueva tabla de expectativas de vida, que las hace disminuir, especialmente en el caso de las mujeres. Tómese nota que la expectativa de vida para las mujeres es hoy calculada por la Superintencia del sector en 108 años.

En la modalidad de Rentas Vitalicias, tenemos al 31.10.2013, 458.742 pensiones, de un monto promedio de $ 236.990. En cambio, al 30.11.2012, se pagaban, en esta modalidad, 453 mil 277 y su monto era de $ 228.811.

No olvidar que éstas se pactan en UF y que su costo ha seguido subiendo anualmente, por el aumento de las expectativas de vida que calcula la SdP.

III.-Cinco veces más rentabilidad para las AFP que para los trabajadores.

En el año 2013, la rentabilidad real de los Fondos de los trabajadores alcanzó a un 6,79% para el Fondo A; 4,33 % para el Fondo B; 4,68 % para el Fondo C; 5,42 % para el Fondo D y 5,09 % para el Fondo E.

Debemos tener presente que hay fundadas críticas que apuntan a que estos porcentajes no son los reales, pero usémoslos como datos para trabajar con las propias cifras que ellos publicitan.

En el primer semestre del año 2013, las AFP obtuvieron ingresos por un total de 358.941 millones de pesos, que significa un aumento de un 18,8% respecto del año anterior.

Durante el primer semestre del año 2013, gastaron 130.890 millones de pesos, un 12,9% real más que el primer semestre del 2012. En ese mismo semestre, las AFP obtuvieron una ganancia de 195.243 millones de pesos, lo cual representa un aumento de un 25,6% real respecto a igual periodo del año anterior.

Esto es, ganaron un 500% más que la rentabilidad de los Fondos de los trabajadores que administran, según sus propios datos.Para no confundirnos. Los ingresos no son ganancias, con ellos se pagan los costos y los impuestos.Como se ve en los datos, los ingresos suben menos, 18, 8% y las ganancias, son ampliamente superiores, 25, 6%;

Un 75,2% de estos ingresos provienen de las comisiones cobradas a los trabajadores cotizantes, a los pensionados por las modalidades de retiro programado y renta temporal y a los ahorrantes de APV.

Parte del aumento desorbitado en las ganancias de las AFP se debe al hecho que, desde la reforma previsional del 2008, el tope imponible se está incrementando anualmente.

Entre el 2001 y el 2009, el tope fue siempre de 60 UF, pero ya a partir de las remuneraciones de enero del 2014, sube a 70, 3 UF y, como las AFP cobran un porcentaje de la remuneración imponible, también incrementan sus ingresos, sin dar un mejor producto.

También influye en el incremento, el establecimiento por las AFP a partir del 2008, de una Comisión nueva, de 0,51 a 0,70 % anual, más un cobro por giros de alrededor de $ 1,200 pesos, lo que se carga sobre los ahorros de 769.375 personas de clase media, la mayoría que gana más que el tope imponible y que pueden acceder a las ventajas tributarias que les entrega el Estado.

La cantidad a fines del año 2013 llegaba a cerca de MM$1.277.884, lo que les entrega una ganancia muy alta.

IV.-Conclusión, balance desbalanceado.

- La mitad de las pensiones que entregan las AFP bajan año a año, la otra mitad, apenas mantiene su valor real.

- A noviembre de 2013, los Fondos de Pensiones crecieron un 7,9% real.

-La rentabilidad de ellos alcanza un incremento del 6% anual real.

-Los ingresos de las AFP crecen en más de un 18% anual.

-Los gastos de las AFP crecen en un 12, 6% real anual.

-Las ganancias de los dueños de las AFP crecen cada año más, el 2013 aumentan en un 25,6% real y, de seguir el actual sistema y sus normas, crecerán mucho más en el futuro.

V.- Algunas interrogantes.

¿Habrá alguna duda que ésta es una materia tan prioritaria como la Educación de calidad, la salud solidaria, la equidad tributaria y una nueva Constitución?

¿La Comisión Presidencial que prometió crear la Presidenta Bachelet sobre esta materia integrará, esta vez, a personas que tienen una visión contraria o crítica al sistema?

¿La AFP estatal que se creará este año será un paso para cambiar el sistema o sólo un intento de darle legitimidad?

¿Podrán los lobistas, cercanos o no a la coalición de gobierno, impedir que la Presidenta Bachelet recoja este anhelo de justicia que reclama la mayoría del país?

¿Podrá abandonarse, por fracasada, la doctrina liberal que considera las pensiones un comodity?

¿Será posible la construcción de una institucionalidad pública, solidaria y participativa, con aporte de los empleadores, trabajadores y Estado, en consonancia con los principios de la OIT?

En agosto del 2013, por unanimidad, la Junta Nacional de la DC aprobó cambiar el sistema. ¿Cumplirán sus parlamentarios con este acuerdo? ¿Qué definiciones tomarán los demás partidos y qué responderán sus parlamentarios? Las respuestas que he conocido hasta ahora de mis camaradas, son muy positivas.

La Presidenta Bachelet tiene en sus manos la principal responsabilidad, ya que estas son materias de iniciativa exclusiva del ejecutivo.La Nueva Mayoría y algunos otros votos de independientes, son suficientes para lograr la votación requerida de quorum calificado, a la que se podrían sumar algunos parlamentarios de la derecha que han adoptado actitudes positivas.

Esperamos confiados una respuesta efectiva de la Presidenta y de los partidos de gobierno, ya que eso nos ayudará a entender que los cambios que esperamos y que se justifican plenamente se harán sin necesidad de intensificar la lucha social.

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13 ene 2014

La ciencia del ¿cómo? y los periodistas

La semana pasada durante cuatro días, en el ex Congreso Nacional, se realizó una Reunión acerca del Futuro de la Ciencia en Chile. Fue el encuentro del ¿cómo? Además de los Premios Nobel invitados, asistió una enorme concurrencia que por mañana y tarde ocuparon butacas y pasillos del Salón de Honor.

Gente de todas las edades, una mayoría de jóvenes, colmaron el solemne salón que se transformó en una instalación de saber cómo ocurren en Chile los progresos, los sueños y confidencias en Ciencias, los proyectos de país y de educación, cómo entender, disfrutar y usar nuestros cielos, cómo proteger nuestro accidentado territorio con sus sismos y librar nuestro mar de presagios, que otros llaman maldiciones.Incluso llegó el Presidente Piñera quien no se pierde una.

La masiva asistencia fue impactante. Los periodistas registraron la inmensidad de sueños y logros de científicos chilenos curiosos que tienen el hábito de querer saber cómo entregarle a la juventud los productos de la investigación y cómo contagiarlos con el aroma de investigar.

Los periodistas se dieron cuenta, no hay que explicarles nada, que entre la gente de nuestro país y la Ciencia hay distancias como de la Tierra a la galaxia Andrómeda.Ahí los periodistas se enteraron: ellos podrían acortar esos años-luz de lejanías cuando llegan al público con credibilidad y forcejean por conservarla.

Los periodistas saben que a temprana edad, otros adultos nos hablaron del mal de Ojo, de las penaduras, de la mala suerte y nos llenaron de mitos, hasta de otra vida.Saben que la gente o una tía les preguntará, ¿sirve La ciencia?

Por partes le harán saber que sirve para una mejor agricultura, sandías a bajo precio y menos calorías, agua limpia y módica, productos y servicios baratos, ahí la ciencia puede ayudar.

Más aún, si a la gente se le instruye de su salud y de su cuerpo, entonces antes de caer enfermos cumplirán con cuidarse. Hasta les exigirán a los periodistas saber más de nuestro país (no en puras fotos), saber de su gente y de sus pesares, algo que nos hará más amables para entender por qué discuten, alegan y marchan.

Estas Conferencias fueron una iniciativa de políticos,no es broma, los senadores Girardi y Cantero.

La difusión de Futuro hecha por los periodistas fue súper, contagiando lo acogedor de conferenciantes, el interés de conocidos más todo lo que vimos por la maraña tele-periodística brindada.

En la difusión de la Ciencia, no cabe el después, en la presente vorágine que exige hacer las cosas ahora, no hay latencias. Sólo corresponde pensar lo que difundieron.

Escribo porque la ciencia es un fertilizante de los humanos. La ciencia −a veces tildada de machista, sexista, racista, desnivelada por preferir clases sociales− que pudo ser cierto en una cultura carente de féminas.

Pero la Ciencia no es un Mentolatum para mejorar la sociedad, es un oficio igual al de otros y es caro, antes de proyectar resultados. Por eso al finalizar el Congreso, Piñera ofreció aumentar los fondos y crear un ministerio de Ciencia y Tecnología. Fueron frases, esperamos que determine cómo el próximo Gobierno precisará estos adelantos.

Para dedicarse a la Ciencia (investigar) se requiere honestidad (difícil), nada de arrogancias (no somos hechiceros) ni súbditos de la política. Si nos piden una definición, sólo somos curiosos por saber, si es posible de todo, hasta ¿por qué las piedras son duras? O ¿por qué el agua moja?

Creo y ¿estarán de acuerdo? la gente (pueblo, público) no tiene idea de muchas cosas de la mismísima vida, en la que reflexionan levemente y a veces cuando muere un familiar.

Voy al grano, ¿sabe la gente qué es un año? o ¿Cuánto transita la tierra en un año?

No haríamos encuestas, empezaría por lo más simple: revelar a los demás que somos una especie, los homo et mulieres sapiens descendientes de otra especie.

Con una anatomía de pie para caminar, bailar, correr, subir escalas y hasta el caño, con un cerebro que nos permite ordenar y preparar una existencia feliz sin horóscopos ni cartas, apreciando a todos nuestros semejantes para vivir mejor.

Nunca creer posible burlar las leyes físicas caminando sobre el agua, elevarse o resucitar.Ni creer en cosas esotéricas como hablar con Yahvé o Alá.

Los periodistas saben mucho para acortar distancias entre la realidad humana y los sueños, que son otra actividad del cerebro y no predicen la suerte, ni van a Lo Vázquez a pagar deudas.

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13 ene 2014

Subjetivización de la Fe

El auge de la filosofía de oriente ha traído consigo grandes avances en el plano humano de occidente, reforzando aspectos del modelo de configuración de relaciones interpersonales de quienes hemos crecido al alero de la filosofía cristiana.

La paz interior y con quienes nos rodean, la vocación de trascendencia, el amor por la naturaleza, entre muchos otros enfoques destacables, han contribuido a re-conectar a muchos, en la acera práctica, con lo que los cristianos denominamos Caridad.

Por eso, precisamente, es que no resulta extraña la adhesión que el Papa Francisco –paladín de aquella virtud– ha concitado entre personas que no profesan la Fe católica y que, en muchos casos, incluso critican a la Iglesia.

Desde la década del 60´, aproximadamente, con el surgimiento de distintos movimientos sociales y tendencias culturales que, como los Hippies, buscaban la esencia del ser humano en su naturaleza haciendo, quizá, demasiado énfasis en la defensa de su libertad (concebida esta como un bien en sí misma y no como un medio para asegurar su dignidad trascendental), comenzó a tomar fuerza un sentimiento colectivo basado en un gran postulado: En la búsqueda del ser, para el hombre, lo más importante es “su” espiritualidad.

Y esa, en parte, no es una respuesta equivocada. Efectivamente, para que el hombre se pueda desarrollar con plenitud es imprescindible que goce de una espiritualidad fuerte, entendiéndola como una conexión profunda con Dios.

El problema surge, de hecho, cuando se sustrae a Dios de la espiritualidad del ser humano y se deja abierta para que cada uno la dote del contenido que mejor le parezca.

Así, es posible apreciar la más variada amalgama de espiritualidades imaginables, careciendo todas ellas de criterios objetivos de bien y mal, por cuanto todo queda sujeto a la determinación relativa de bondad o maldad que cada uno desee realizar.

Esto, que podríamos llamar “subjetivización de la Fe”, no es sino una cara más del relativismo y trae aparejado nefastas consecuencias.

La espiritualidad debe buscar como máxima la perfección del hombre y la creencia en Dios contribuye a dicha perfección, justamente, por que nos entrega cánones concretos para juzgar nuestras acciones, con criterios objetivos que permiten, entre otras ventajas, la existencia misma de leyes y que estas se ajusten a criterios de justicia universal. Esto es lo que los cristianos denominamos “Ley Natural”.

Cuando no aceptamos la existencia de valores y principios objetivos y renegamos de las estructuras temporales como entidades legítimas para estructurar nuestra vida en sociedad, solo queda la anarquía.

De un tiempo a esta parte se ha difundido la concepción de que, en el camino a la perfección -o a lo que los cristianos denominamos “Santidad”-, lo mas importante es la felicidad individual y ese tipo de felicidad, como resulta evidente, no admite reglas.

Las críticas que se han levantado en contra de la Iglesia son en muchas oportunidades, justas y necesarias, pero en muchas otras son exclusivamente el reflejo de una sociedad conformista que no soporta las exigencias reales de una Fe concreta, aquellas que conducen a la verdadera felicidad.

La felicidad subjetiva e individualista jamás va a conseguir un goce inmanente, que se mantenga estable por sobre la adversidad, por cuanto su óptica está centrada en el propio ombligo del hombre, que no es capaz de levantar la cabeza hacia el cielo, reconocer a Dios, reconocerse a si mismo y saberse parte de una comunidad.

Al olvidarnos de Dios, el ser humano desarrolla su análisis prescindiendo o deformando sucaracterística fundamental, el alma, y cuando perdemos o pervertimos aquella cualidad no nos queda más que nuestra existencia material.

Esta visión materialista trae consigo los defectos inherentes de la materia, como la fugacidad, el deterioro y la debilidad, que aplicados al plano de la incesante búsqueda de sentido personal, nos dejan una felicidad deteriorable, débil y fugaz.

Por eso es que no llama la atención la popularidad del Papa Francisco, que tanto énfasis ha hecho en el mandamiento de amor hacia los demás.

Y es que dicho mandamiento coincide, de manera práctica, con las aspiraciones de todos quienes adhieren a esta nueva y errada forma de concebir la espiritualidad.En abstracto y sólo por los titulares de la prensa, pareciera que buscar el amor se redujera a la búsqueda del beneficio individual.

En concreto y obviando lo que la prensa desea comunicar, del testimonio y palabras mismas del Santo Padre, el amor es muchísimo más.

El amor implica esfuerzos, se funda en el sacrificio y en la entrega radical, muchas veces por sobre nuestro propio bienestar.No perdamos de vista que, para los cristianos, el primer ejemplo de amor yace con los brazos abiertos y clavados en cruz en cada altar.

El amor sólo se puede entender con reglas claras y una espiritualidad fuerte, aquella que se funda en la conciencia de que existe Dios.

Por eso es que, si bien cada espiritualidad es el comienzo de un camino hacia la verdad, la única forma de que esta efectivamente se aprehenda es mediante el reconocimiento de que sobre algunas cosas no podemos transar.

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12 ene 2014

Judicialización, acceso a la justicia y calidad de vida

Habitualmente se moteja como “judicialización”al aumento de conflictos judiciales en áreas temáticas nuevas, como medio ambiente, proyectos energéticos, problemas étnicos y regionales, abusos en relaciones de consumo, coberturas de salud de Isapres y seguros, quejas contra variados tipos de discriminación y una larga lista. Cuando los tribunales fallan protegiendo a los débiles y vulnerables, a la voz crítica “judicialización”, se agrega la de “activismo judicial”.

Ambas críticas – formuladas incluso por algunos profesores de derecho – son injustificadas, pues, en virtud del principio de inexcusabilidad, los tribunales deben fallar todos los requerimientos que reciban, aunque no exista una ley que resuelva el caso.

Eso en lo jurídico, pues en lo socioeconómico, nadie tilda de “judicialización”al aumento de demandas de bancos y multitiendas en contra de sus morosos, alto porcentaje del quehacer judicial. Así, la expresión judicialización tiene una connotación sesgada, crítica y peyorativa, que pretende deslegitimar la llegada de nuevos grupos y temas a los tribunales.

En verdad, estos nuevos temas se explican por el legítimo interés de personas y grupos de acceder a una mejor calidad de vida, consecuencia lógica del progreso material en tecnología, transporte, comunicaciones, medicina, educación, etc.

Cuando muchas enfermedades ya no son letales gracias a antibióticos, tratamientos avanzados y políticas públicas sanitarias preventivas, las personas ya no se conforman con vivir más, sino que aspiran a vivir mejor. En todo el mundo, la calidad de vida está tras las demandas por temas geográficos, sociales, culturales, étnicos, políticos y económicos.

Actualmente, nadie se conformaría con “pan, techo y abrigo”, bienes que en 1938 prometía Pedro Aguirre Cerda, candidato presidencial del Frente Popular en Chile.

Hoy, personas y organizaciones exigen calidad de vida: calidad en la educación, calidad en la salud, calidad en el medio ambiente, calidad en las relaciones interpersonales (protección de grupos débiles como niños, ancianos y mujeres), calidad en la información, calidad en las estadísticas y calidad y acceso a la justicia.

Ciertamente estas exigencias han aumentado la litigiosidad, llevando a tribunales nuevos temas. Motejar este fenómeno como “judicialización” y “activismo judicial”, es tan absurdo, como calificar de “medicalización”, al aumento de exámenes y consultas médicas, gracias a una medicina en permanente avance y a pacientes preocupados por su salud y calidad de vida.

Sin embargo, paradójicamente, el aumento de litigios no ha significado resolver el cuello de botella del acceso a la justicia para amplios sectores y personas, siendo aún un grupo privilegiado, el que puede acceder a los tribunales.

Estudios sobre el tema no existen en Chile, pero en Estados Unidos, un estudio realizado por Brian J.Ostrom& Neil B. Kauder, estimaba que a fin del siglo pasado sólo un 4% de las disputas civiles llegaban a juicio.(1)

Si bien garantizado formalmente en la Constitución, el acceso a la justicia no está asegurado en los hechos. Si la persona carece de recursos para pagar un abogado y no califica para asistencia jurídica gratuita, tiene clausurados múltiples procedimientos judiciales.

Por su parte, la concentración de los tribunales en grandes centros urbanos, deja al margen a los habitantes de alejadas zonas rurales, fronterizas y con problemas de transporte.

Así, numerosas personas se verán condenadas por largos años a soportar graves conflictos con vecinos, copropietarios, en sus lugares de estudio y en sus trabajos con el consiguiente deterioro en su calidad de vida por el desgaste emocional que implica un conflicto sin horizonte de solución.

Esta carencia es grave, pues el acceso a la Justicia juega un importante papel democratizador del Estado, con clara incidencia en la calidad de vida.

El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, (PNUD) conceptúa ese acceso “al mismo tiempo como un objetivo y como un medio. Siendo un fin en sí mismo, se percibe a su vez, como un requisito previo, como un instrumento para la transformación de las relaciones de poder que perpetúan la exclusión, la pobreza y la dependencia de grupos tales como mujeres, presos, indígenas, migrantes, discapacitados, menores, ancianos, trabajadores, etc.”(2)

En las últimas décadas, en el mundo han surgido formas diferentes de justicia, en que las partes, actuando en un pie de igualdad, pueden encontrar una solución al conflicto que les aqueja.

La mediación en diversas áreas, hace realidad el acceso a una justicia por los pares, horizontal, en que las soluciones alcanzadas, al contemplar los intereses y necesidades de ambas partes, son más sustentables que una decisión adjudicatoria de un conflicto, realizada por una sentencia exclusivamente sobre la base de la razón.

Un fallo no puede más que dar toda la razón a una sola de las partes. Un acuerdo necesariamente contempla parte de los intereses y necesidades de ambas partes, pues, en caso contrario, la parte carenciada no acuerda. Ello es así, porque la mediación es una negociación entre partes con asistencia de un tercero neutral (mediador), capacitado en comunicación e idealmente en conflictología.

En Chile, tenemos mediación familiar, escolar, vecinal o comunitaria de las Unidades de Justicia Vecinal del ministerio de Justicia y, especialmente mediación laboral (Dirección del Trabajo) y mediación por daños en salud (Consejo de Defensa del Estado).

A ellas, se agregan diversas instancias de facilitación y mediación realizadas desde hace varios años por instituciones públicas y/o privadas (Corporaciones de Asistencia Judicial, SERNAC, Comisión Defensora Ciudadana, etc.).

Las partes que pasan por mediación sienten haber sido oídas, consideradas, de haber participado en igualdad de condiciones, de estar “empoderadas”, de ser sujetos capaces de interactuar con otros en pos de soluciones para las discordias, de estar incluidos dentro del sistema y no ser marginales excluidos, lo que es crucial para una democracia.

Los métodos colaborativos de resolución de conflictos son una forma de pedagogía para las partes, que, muchas veces, contribuye a terminar con prejuicios interpersonales e intergrupales, a través del contacto, pudiendo aportar en los hechos al cese o disminución de la discriminación, como ha ocurrido con el contacto interracial de las políticas públicas de integración racial, aplicadas desde los sesenta en Estados Unidos.

Estos métodos colaborativos – caracterizados por su rapidez , equilibrio y protagonismo de las partes – podrían ser el peldaño inicial del sistema de justicia, pasando al sistema judicial formal solamente aquellos casos que no logren un acuerdo negociado en la primera etapa.

La Corte Suprema de la República Argentina ha implementado un proyecto de acercamiento de la Justicia a las personas, mediante Casas de Justicia, insertas en la comunidad, que usan prejudicialmente métodos colaborativos de resolución de conflictos.Ya la expresión “Casa” denota cercanía y horizontalidad, a diferencia de “Palacio” de los Tribunales, que denota lejanía y verticalidad.

Mediante Acordada 37/2007, dicha Corte Suprema creó la Comisión Nacional de Acceso a la Justicia, entendiendo que acceso a la justicia no implica acceso a una sentencia, implica acceso a una resolución del conflicto en forma rápida y poco costosa, no sólo en dinero, sino también en tiempo, esfuerzos y energías.

Una política de justicia debe brindar a los ciudadanos la posibilidad de protección de sus propios derechos, pero no necesariamente a través de la vía jurisdiccional. En otros términos, es necesario tender a diseñar y alentar una protección accesible, plural y heterogénea.

Consecuentemente, Casas de Justicia, Oficinas de Atención a la Víctima, Oficinas Multipuertas y Oficinas de Violencia Doméstica son algunas de las vías de acceso que desde el Poder Judicial se ofrecen al ciudadano de manera gratuita, para brindar asesoramiento y orientación acerca de la manera más adecuada de resolver sus conflictos.(3)

Numerosos otros países complementan la justicia ordinaria con estas nuevas formas de justicia cercana a las personas, pero en Chile desgraciadamente estas formas colaborativas se han desarrollado fuera del Poder Judicial, limitando su legitimidad, eficiencia e impacto en las personas.

El nuevo Presidente de la Corte Suprema, Sergio Muñoz, ha hablado de la necesidad de acercar la justicia a las personas. Las nuevas metodologías de resolución colaborativa de conflictos brindan una excelente oportunidad para ello.

Quizás, como en Argentina, no sea necesario esperar una reforma legal, reforma procesal civil, en este caso, para avanzar en experiencias piloto de ampliación del acceso a una justicia que ofrezca una primera fase colaborativa, reservando el litigio para los conflictos no resueltos en la primera.

(1) Citado por Carlos Frontaura R., Francisco Javier Leturia I., Javiera Benítez G., Pablo Trigo K., en su “Informe Final Proyecto Pertinencia y Posibilidad de Implementar Juzgados Vecinales en Chile”, agosto 2007, inédito.

(2) PNUD, Manual de Políticas Públicas para el Acceso a la Justicia. América Latina y El Caribe, Editorial del Instituto de Buenos Aires, Argentina, 2005. Hay versión en http//www.undp.org.ar/docs/Libros_y_Publicaciones/Manual_de_Politicas.Justicia.pdf, p. 13.

(3) “La Corte impulsa métodos alternativos para bajar litigios”, en http://www.cij.gov.ar/nota51-La-Corte-impulsa-metodos-alternativos-para-bajar-litigios…, visita 09.12.2012.

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12 ene 2014

Nueva Mayoría, las comunicaciones no son adjetivas

Las comunicaciones, en un proceso de transformación política de la envergadura del programa de gobierno de la Nueva Mayoría, pasan necesariamente a ser una política sustantiva. Es decir, todo lo contrario al carácter meramente adjetivo que ésas tienen en un gobierno que sólo aspira a la continuidad.

Si observamos con atención el programa de gobierno de la Presidenta electa Michelle Bachelet, destaca un compromiso también sancionado positivamente por el pueblo soberano en las elecciones presidenciales.

Una ley determinará los límites a la concentración de la propiedad de los medios de comunicación social, tanto mono-medial como multimedial, así como la apertura plural del espectro radioeléctrico, y la distribución del avisaje público, de modo de garantizar el pluralismo informativo y el libre acceso a la información.”

Esta medida, por sí sola, patentiza con meridiana claridad la convicción de la Mandataria reelecta acerca de la necesidad de re-barajar los naipes en la industria de la información y la comunicación.

Muy cercanas a esa postura transformadora están las propuestas que los periodistas chilenos hemos formulado desde nuestra trayectoria gremial y profesional.

Nos parece necesario consagrar en la Nueva Constitución Política de Chile el Derecho a la Información y a la Comunicación, garantizado por el Estado y que este derecho sea regulado a través de una Ley Orgánica Constitucional de la Comunicación Social.

Proponemos que se reconozcan y se promuevan tres áreas de la comunicación social: la Pública, la Ciudadana y la Privada, con criterio de fomento y aumentando sustancialmente el Fondo de Medios Regionales, orientado a la creación de empresas ciudadanas de comunicación.

Pero hoy urge tomar una medida inmediata, salvar al diario La Nación para luego convertirlo en un medio público, pluralista y participativo.

En cuanto a la Televisión Digital, proponemos construir la carretera-transportadora pública de la señal de TV Digital, administrada por Televisión Nacional o por un ente público, para que los canales ciudadanos puedan transmitir a todo Chile.

Finalmente, es necesario el restablecimiento del carácter de Corporación de Derecho Público para el Colegio de Periodistas de Chile (y para todas las Órdenes Profesionales Universitarias), así como ocurre en Europa, para una apropiada tutela del ejercicio de la profesión y de la calidad de la formación que se imparta en las escuelas de periodismo de pre-grado y postgrado.

Ahora que todo comienza, dejemos bien claro que el nuevo ciclo político chileno sólo será posible si modifica y afecta positivamente la cultura comunicativa y la industria relacionada.

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11 ene 2014

Amistad cívica

El debut y despedida de la derecha en el Gobierno trajo como corolario una verdadera “noche de cuchillos largos”, según las palabras del propio Presidente que, por lo demás, es el líder de la alianza gobernante. Cuando la Concertación perdió el gobierno en 2010, enfrentó un gran desafío de evitar la desintegración y que las recriminaciones terminaran por disolver a la coalición política más exitosa de la historia de Chile.

El resultado de la derrota fue muy distinto para nosotros y fue así gracias a la amistad cívica, la coincidencia en los principios y valores que agrupan a nuestros partidos y a una profunda vocación de sintonía con la ciudadanía.

Hicimos autocritica, analizamos las causas y propusimos mejorar.Lo que resultó de ese proceso fue la Nueva Mayoría que es un acuerdo político, electoral, de gobierno y de visión de país. Es todo eso y también un nuevo pacto con la gente, con las organizaciones sociales y un nuevo trato en la política: nos une un programa que quiere transformar Chile.

Es razonable que los partidos y los dirigentes sientan inquietud ad portas de que la Presidenta Michelle Bachelet dé a conocer su equipo de gobierno. Lo central es que la Mandataria sepa que cuenta con el apoyo de todas las fuerzas que componen el pacto de la Nueva Mayoría y tenga plenas libertades y respaldo para contar con las mejores personas que tendrán la misión de llevar adelante el programa de Gobierno.

Personalmente, más que el partido o la sensibilidad de cada potencial ministro o ministra, lo relevante es el compromiso que deben demostrar con la unidad del la coalición con miras a un gobierno que no será fácil. La amistad cívica es uno de nuestros activos más relevantes y una herencia de largos años.Eso una de nuestras fortalezas y debemos aprovecharla.

La crisis que afecta a la derecha puede eventualmente transformarse en un escenario complejo para el próximo periodo presidencial.

Hay cambios que la ciudadanía va a demandar, hay altas expectativas respecto de lo que podamos hacer en estos 4 años, pero la verdad es que contamos con un presupuesto restrictivo, un escenario económico muy por debajo de la bonanza que vivió la derecha desde 2010 y con una oposición que estará profundamente herida por sus guerras intestinas.

Ellos tienen menos representantes en el Congreso, pero eso no necesariamente significa que no tendremos que llegar a acuerdos difíciles.

La responsabilidad en el Gobierno va a ser clave y al menos desde esta vereda, sabemos que tenemos la experiencia como para saber que los cambios profundos requieren mucho diálogo y convencimiento.

La Nueva Mayoría tiene una tremenda oportunidad para demostrar qué es lo que se logra gracias a una historia común, y a un programa común, pero por sobre todo con amistad cívica y política.

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11 ene 2014

El por qué de la caída de los islamistas en el norte de África

El Islam ya se instaló en la superficie de la mesa cotidiana de diálogo y, al menos hoy, es imposible no darle la importancia que merece. En los nuevos tiempos, aquella religión está lejos de tener influencia en lo estrictamente religioso y, de hecho, sus raíces han crecido y se han establecido en el ámbito político.

Esto último no es novedad, pues el proceso comenzó hace décadas. Hace 86 años  se fundó la Hermandad Musulmana –en Egipto y en medio de los efectos colonizadores de las grandes potencias en la mayoría del mundo árabe-musulmán- y, desde entonces, el “Islam político” fue ganando cada vez más fuerza.

Entrar en detalles históricos no viene el caso –para eso se necesitaría escribir una enciclopedia de varios tomos-, pero lo que sí es apropiado es intentar comprender lo que está sucediendo con los islamistas, entendiéndolos como actores de la política y dejando a un lado lo netamente religioso.

Marcados por el hecho de pasar más tiempo en la lista de los partidos u organizaciones ilegales, la Hermandad Musulmana egipcia logró llegar al poder en 2012, pero unos meses más tarde recibió un duro golpe.

Claro, pues el actual gobierno militar de Egipto –que en 2013 realizó un golpe de estado- los declaró como un grupo terrorista. Aquello no debiese sorprender, ya que bajo la era de Hosni Mubarak tuvieron duros reveses y siempre estuvieron apabullados por el gobierno dictatorial.

Además, sus medidas, una vez al mando del país, dejaron mucho que desear y demostraron que lo que menos les importaba era la estabilidad del país y las libertades (entre ellas, la religiosa) de su población.

Obviamente, la Hermandad Musulmana no es la panacea y aunque muchos partidos políticos islamistas están ligados, de una u otra forma a esta organización, hay otros que están fuera de esa órbita.

Nuevamente, no viene al caso una explicación sobre los tipos de islamismo político, pero lo importante es ver qué está pasando con los islamistas que lograron llegar al poder o que al menos han participado en elecciones.

En la actualidad, su auge está en caída y eso no es noticia, pues es algo que viene aconteciendo en los últimos meses.

En Marruecos, el Partido por la Justicia y el Desarrollo (PJD) obtuvo un gran triunfo y eso le permitió acceder al gobierno, el cual tiene como principal figura al primer ministro.

Lamentablemente, para los islamistas de la lámpara (aparece en su logo), su líder, Abdelilah Benkirane, ha tenido que enfrentar no sólo el descontento de la gente, sino que también el de otros partidos políticos y el del mismo rey Mohammed VI.Tanto así, que Benkirane tuvo que formar un nuevo gobierno.

En Argelia, los islamistas no fueron capaces de quedar en los dos primeros lugares de las legislativas realizadas en 2013, mientras que en Túnez llegaron al poder, pero sus erráticas medidas les significó tener grandes rivales.

Hoy, la sociedad tunecina está fuertemente dividida por el tema religioso y una buena parte de ella acusa al actual –que acaba de caer- y anterior gobierno de estar detrás del descalabro, el mismo que, entre otras cosas, se ha visto representado por el auge de los islamistas más radicales y por la aparición de asesinatos políticos (supuestamente en manos de los fundamentalistas).

Que en la nueva Constitución –la cual recién se está elaborando- se haya dejado a un lado la sharia como fuente principal del Derecho es una gran derrota para los islamistas más conservadores y radicales.

En Libia, bueno, el caos es total y es difícil establecer juicios o conclusiones en tan poco espacio. Sin embargo, no se puede desconocer que la progresiva y escondida islamización de ciertos miembros del Congreso Nacional General –el cual tiene el poder en forma transitoria- ha tenido un fuerte rechazo en diversos grupos de la población y la política libia. Por lo mismo, no ha tenido un camino llano hacia el establecimiento de sus pretensiones, algo que también se explica por la actual coyuntura social del país.

Por último, el caso de Mauritania es más auspicioso (para los islamistas), aunque en un contexto muy sui generis. En las recientes elecciones legislativas y municipales, Tawassoul –partido islamista que compitió por primera vez en los comicios y que es parte de la oposición- se consolidó como una interesante fuerza, pero sin pasar de los 16 asientos en la Asamblea Nacional (de un total de 146).

Hecha esta breve (quizás demasiado corta) explicación, es necesario revisar los puntos por los cuales los islamistas han caído en desgracia.

Al respecto, todo se puede aglutinar en tres conceptos, que son conservadurismo, agresión pasiva y violación de las libertades personales.

Cada grupo o partido lo hará en distinta forma, pero, finalmente, todos apuntan a lo mismo, es decir, la imposición de una corriente religiosa (ellos parten de la base que todos son musulmanes). Esto último, a su vez, tiene como grandes representantes a hechos ya conocidos.

Por ejemplo, establecimiento de la sharia, sumisión de la mujer, manejo de los programas de televisión y de los manuales de Educación en los colegios, satanización de ciertas conductas y vestimentas, etcétera. Nada nuevo bajo el sol.

En definitiva, los islamistas moderados deberían ser la base para todos estos grupos y partidos, pero, lamentablemente, la mayoría de ellos apuesta por seguir otros modelos.Entre ellos, el de la Hermandad Musulmana. Y, como se ha visto, aquello sólo asegura problemas y división social.

Por eso, es momento que los islamistas comprendan que lo único que les puede ayudar a seguir en el poder (o llegar a éste en ciertos casos) es asumir que deben gobernar bajo un sistema de alianzas y que, para ellos, tendrán que ceder ante los grupos más liberales de la sociedad. El pragmatismo, entre otros factores, fue lo que les permitió gobernar, pero la ausencia de este concepto en sus gobiernos ha sido, justamente, lo que les provocó la gran crisis.

Resumiendo, la opción pasa por volver a lo pragmático o, cosa poco probable, apostar a un cambio radical de sus bases y entender que la renovación es algo necesario para todos los actores políticos.

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10 ene 2014

Una crisis sin puente

Recrudecen las disputas en la derecha. Mientras el gobernante recorre el país ciego y sordo al malestar que provoca su obsesivo hábito de auto elogiarse por sus presuntas grandes obras y su incontrolable afán de pontificar sobre lo humano y lo divino, los suyos, el bloque político teóricamente responsable de la marcha del país, se encuentra subsumido en un conflicto interminable, con un nuevo ingrediente: deserciones de parlamentarios, variadas amenazas de renuncias y reiteración de descalificaciones que no amainan, en un carnaval de escaramuzas que no tienen fin.

El gobernante rehúye sus propias culpas en un incesante ir y venir de auto-propaganda y, en la derecha, como en el fallido caso del río Cau-Cau en la ciudad de Valdivia, no hay quien sea capaz de tender un puente, es decir, de establecer una mínima base compartida, programática o política que reagrupe a sus filas profundamente divididas.

Tampoco lo es Sebastián Piñera. Se retira del gobierno en medio de la dispersión y las pugnas, sin un sello o impronta que exhibir. Entre otros personeros, así lo señala el senador de la UDI, Hernán Larraín, al afirmar que del ejercicio del actual Mandatario, “lamentablemente, no quedará un legado político para nuestro sector”.

En definitiva, permanecerá sólo la auto-alabanza personal, que llevó a un nuevo ciclo de exposición el caudillismo mediático que se ha instalado en los usos y costumbres de la llamada “clase política”.

Sin embargo, Chile vive una etapa de análisis y reflexión. No sólo por el cambio de gobierno o los recientes resultados electorales. No se trata, como algunos minimizan el problema, de un mero tema comunicacional, en que chilenos y chilenas no se han enterado de lo “maravilloso” que ha sido la obra del gobierno de turno. Se trata de algo más profundo, la ciudadanía percibe nítidamente que estamos en una etapa de la vida del país que representa un desafío y una encrucijada sin precedentes.

Desde hace más de una década sostengo que la raíz de la insatisfacción social está en la desigualdad que afecta muy severamente a la comunidad nacional. Por eso, no me sorprende que el diputado Cristián Monckeberg definiera como “un rotundo fracaso” la derrota electoral de la derecha en las recientes elecciones presidenciales.

Con ello se extiende y universaliza el convencimiento que el auto-aplauso presidencial por la gestión de cuatro años no ha sido sino un mero acto publicitario, enteramente desalineado de la realidad política del país y los hechos que la constituyen.

Ya fue conocido el diagnóstico del ex presidenciable, ahora senador electo, Andrés Allamand, que resumió en la grandilocuencia y la “letra chica” la gran y profunda distorsión política y práctica del actuar del gobierno que pronto se va, rehuyendo cada vez más un clima de severa autocrítica que sería indispensable, entre otros factores, por su excesivo clientelismo y su falta de pudor republicano ante un intervencionismo electoral descontrolado.

Asimismo, muchos aplauden equivocadamente el exhibicionismo mediático de quienes, sean del sector que sean, quiebran o escinden los partidos en que participan para aventurarse por un camino que no conduce sino que a más atomización y debilitamiento de la política, como fundamento de lo que debe ser la conducción del Estado.

Resulta paradojal que Piñera sucumbiera como proyecto político por la sumisión de su gobierno a la fuerza parlamentaria de la UDI. Sus ásperos críticos son figuras significativas de su propio partido, Renovación Nacional, que vivieron en carne propia, una y otra vez, cómo el gobernante se doblegaba al dictado de la UDI, de quienes fueron, precisamente, durante casi dos décadas sus más enconados detractores, desplazándolo e, incluso, humillándolo, como aconteció en la situación conocida como el “Piñeragate” para las presidenciales de 1993 y, luego, para la elección senatorial del 2001 en la Quinta Región.

El caso más notorio y decisivo fue el boicot al acuerdo político entre Renovación Nacional y la Democracia Cristiana para reemplazar el sistema binominal, lo que el diputado Monckeberg denomina el “frontón”, donde rebotan las transformaciones que el país requiere.

De hecho, Piñera comprendía lo importante que era para su gobierno modificar oportunamente el sistema electoral, pero la UDI se lo impidió, constituyéndose con ello en el más notable caso de miopía política de las últimas décadas, ya que a pesar de retardar el término del sistema electoral binominal, porque no ha sido más que eso: el retraso de un cambio inevitable, de todos modos, ese partido, gracias a su obcecación, perdió doce diputados y tuvo el más espectacular deterioro de estos años y fracturó su alianza con el partido RN, de manera prácticamente irreparable.

De ello se infiere que la estrategia del inmovilismo a ultranza, ejercida e impuesta por la UDI a la derecha, llevó al resultado con que se cierra esta etapa política del país. La idea de impedir las reformas fue la esencia del “rotundo fracaso” y se ha derrumbado enteramente.

Por cierto que algunas opiniones quisieran reducir o encapsular los errores y el déficit estructural del gobierno al ámbito exclusivamente comunicacional. Hay otros personeros que, se debe reconocer, amplían el ámbito del análisis a políticas públicas fundamentales, como la desregulación de los mercados, el “cosismo” como expresión chilena de un populismo de corto alcance e, incluso, del hecho que se reniega de la ideología propia de ese sector político, como señalan en sus declaraciones tanto Monckeberg como Allamand.

Todo ello es cierto, acentuado, además, por un desubicado culto a la figura presidencial de parte de los más elevados funcionarios de gobierno.

Pero falta algo más. Se trata que se ha constituido en Chile una situación de desigualdad social que tensiona y debilita severamente la fuerza y convocatoria de la democracia, como un sistema de convivencia y valores en que se cultiva la igualdad entre los ciudadanos y ello se refleja en una masiva aceptación de la solidez y legitimidad del régimen democrático.

Esta falla estructural es la raíz del debilitamiento que se ha producido; el “desencanto” se fermenta y reproduce en la desigualdad que cruza el país.

Allí está el gran déficit. La desigualdad imperante conlleva un sistema de abusos, tanto desde el mercado como del Estado, en que las personas son atropelladas, desconocidas o burladas en sus derechos más elementales. Ello ha afectado profundamente la ética social, se vuelve al tiempo aquel en que se consideraba al que trabaja como un “gil”, porque la especulación, la coima o el negociado son los instrumentos eficaces de ascenso en la escala social.

Ante el abuso reiterado de empresas, comercio y servicios surge la figura del “pillo”, el vicioso, el parásito social, aquel que no le trabaja un día a nadie. La sociedad de mercado ha corrompido y deteriorado gravemente el valor del trabajo.

Mientras no haya convencimiento que el esfuerzo humano debe ser justamente remunerado y los trabajadores respetados, el país seguirá desplazándose por una pendiente de conflictividad social que será explotada por los “anarcos” u otras expresiones similares.

Como estos fenómenos penetran la cultura del país y pasan a ser hábitos, resultan difíciles de revertir y derrotar.

El abuso del clientelismo electoral, usado hasta el cansancio por este gobierno, conlleva el agravamiento de este fenómeno, por ejemplo, cuando las familias reciben un “voucher” o subsidio por una vivienda que no existe. Esa burla pronto queda al desnudo y se traduce solamente en un mayor encono de las familias hacia el sistema político.

Si algo debiera ocurrir para rehacer la prestancia y autoridad democrática del sistema institucional es poner término a las malas prácticas, dejar de usar el clientelismo electoral como fundamento de las campañas y abusar de promesas que no se van a cumplir.

Se trata de abrir paso a un crecimiento inclusivo que reduzca las desigualdades.Este es el tema.Allí se origina la deuda que ha decepcionado a millones de chilenos y chilenas con el sistema político institucional y que, en definitiva, ha afectado la legitimidad del régimen democrático.Este es el gran desafío a encarar en los años venideros.

En consecuencia, el reto es universal. No hay fuerza ni sector político que se pueda restar de esta encrucijada. La transformación social del país es una tarea impostergable. Ningún grupo o sector debiera sustraerse a ella.

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