29 ene 2014

Las cuentas de Chile en derechos humanos, a no cerrar puertas

La gran noticia de esta semana fue el dictamen de La Haya. La casi totalidad de la cobertura de los medios de comunicación más tradicionales ha estado centrada en analizar todas las aristas posibles del fallo.

El martes 28, al día siguiente de darse a conocer el fallo, y sin tener ni remotamente una cobertura equivalente, Chile se presentó ante el Consejo de Derechos Humanos para una completa revisión de su cumplimiento en materia de derechos humanos, en el marco del Examen Periódico Universal (EPU).

En la sesión, el Estado de Chile presentó su informe, luego más de 80 Estados le hicieron diferentes preguntas y recomendaciones en diversas temáticas.Finalmente Chile tuvo la oportunidad de dar sus respuestas y reacciones.

El EPU se ha constituido como un mecanismo importantísimo para dar seguimiento al cumplimiento de las obligaciones de derechos humanos de los Estados y también en una instancia enriquecedora de cooperación internacional.

En el caso de Chile, las recomendaciones de los demás Estados tocaron variados temas, pero entre los que más se repitieron están las preocupaciones vinculadas a los derechos de los pueblos indígenas – incluyendo la necesidad de prevenir la discriminación, asegurar la implementación del derecho a la consulta y revisar la aplicación de la ley antiterrorista en términos que los afecten ; la preocupación por las denuncias de uso excesivo de la fuerza por parte de las policías, especialmente en el control de manifestaciones sociales; avanzar en la protección de las personas migrantes, refugiadas y víctimas de trata; la necesidad de contar con un Plan Nacional de Derechos Humanos y finalmente una gran cantidad de preocupaciones vinculadas a la protección de los derechos de las mujeres y de la diversidad sexual.

Al respecto, algunas reflexiones iniciales.

Lo primero que llama la atención es que la mayor parte de las recomendaciones recibidas ya habían sido mencionadas en el año 2009, revelando que aunque han existido avances, éstos han sido parciales.

Si bien, el informe del Estado de Chile se esfuerza por mostrar solamente los progresos en materia de derechos humanos, al leer los aportes de la sociedad civil se aprecia que estos avances se encuentran incompletos (como por ejemplo, las modificaciones a la Ley Antiterrorista o a la Justicia Militar) o bien, no están generando aún un efecto concreto en la protección de los derechos de las personas.

Un segundo elemento llamativo es la enorme cantidad de recomendaciones recibidas vinculadas con los derechos humanos de las mujeres: avanzar en materia de igualdad y no discriminación, incluyendo en lo que se refiere a la participación política de las mujeres, asegurar su protección de la violencia en su contra, especialmente la violencia doméstica, ratificar el protocolo facultativo de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer y asegurar debidamente la protección de sus derechos sexuales y reproductivos.

Es relevante mencionar que a lo menos 10 países recomendaron revisar la legislación en materia de aborto, expresando preocupación por el hecho que el aborto está penalizado sin excepciones y llamando a avanzar a despenalizarlo, a lo menos en caso de peligro para la vida o la salud de la mujer y en caso de violación o incesto.

Quería destacar este último punto porque, lamentablemente, es una de las materias en que existe mayor riesgo de que los avances se vean limitados.

El próximo paso es que el Estado de Chile debe aceptar o rechazar las recomendaciones recibidas. El ministro Bruno Baranda, quien lideró la delegación de Chile, ya ha declarado públicamente que, tal como se hizo en el año 2009, se rechazarán todas las recomendaciones relativas a despenalizar el aborto, lo cual implicaría cerrar una vez más la puerta a los derechos de las mujeres.

Obligar a una mujer a continuar con el embarazo, contra su voluntad, aún cuando quede embarazada como consecuencia de una violación o esté en peligro su vida, constituye un trato cruel, inhumano o degradante infligido por el Estado en su contra.

El EPU puede y debe ser un mecanismo de cooperación internacional y una suerte de hoja de ruta construida internacionalmente. Por ello, resultaría preocupante que se cierre la puerta a avanzar en recomendaciones tan claves como las anteriormente mencionadas.

Lo que debiera suceder es lo contrario, abrir el debate y permitir avanzar de manera que, cuando nos corresponda el tercer ciclo de revisión en cuatro años más, no sigamos recibiendo repetidamente las mismas recomendaciones y podamos definitivamente avanzar en la construcción de una sociedad más respetuosa de los derechos humanos.

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29 ene 2014

La Haya, la sacamos barata

“Madeja” Sepúlveda, antiguo profesor demócrata cristiano de la Academia Diplomática de Chile, pronosticó en cooperativa.cl una derrota total en La Haya.Creyó que Chile perdería lo del hito (ganaría la tesis del hito Concordia) y lo del paralelo (ganaría la tesis de la bisectriz). Un tanto desesperado apeló a “la equidad” de la Corte para que el daño a Chile no fuese tan grande.

Otros académicos chilenos pensaban parecido. Desgraciadamente estos encorbatados de nuestra Cancillería no lo dijeron antes (estaban en 1986 allí) y el diálogo con Perú, después del Memorandum Bákula, nunca se inició.

La Cancillería chilena, a partir de “los ventaneros”, los pinochetistas que entraron a trabajar por la ventana allí en la dictadura de Pinochet, ha sido remolona, temerosa, formalista, poco preparada.Vivían en una dictadura aislada del mundo.Avergonzados.

Y lo mejor que podía pasar era que no pasara nada. Los más destacados funcionarios, desde entonces, aprenden cómo obedecer sin chistar ni hacer aportes, cómo sentarse a la mesa y cómo comer con varios cubiertos, también cómo fueron los tratados de límites o de comercio, pero poco o nada saben realmente del mundo, de las tendencias estructurales de la historia, del poder internacional, de sociología y para qué decir de antropología, y de la necesidad del intercambio de opiniones.

Los encargados de protocolo son tanto mejores si peinan a la gomina, usan “ternos” al estilo Chicago, zapatos con lustre que suenen alto al pisar, corbatas con grandes nudos triangulares y pañuelos colorinches que caen ostentosamente desde el bolsillo superior izquierdo de la chaqueta cruzada.

Nuestros gobiernos siempre dieron por descontado que los vecinos y el mundo reconocen la soberanía absoluta de Chile desde el límite con Perú en el norte hasta el límite austral con el polo sur, allá al fin del “territorio antártico chileno”.

Ninguno ha educado al país en el derecho que tiene el Perú a decir sí o no a una negociación chilena con una tercera potencia sobre territorio ariqueño (Tratado de 1929) y en el acuerdo internacional sobre la Antártica que no reconoce soberanía de país alguno sobre ese continente, tan cercano a Chile.

Para dar salida al mar a Bolivia el acuerdo tendría que ser boliviano, chileno, peruano.Y para tener soberanía en la Antártica, debería establecerse un nuevo trato internacional allí, que no se divisa.

Nuestras máximas “cabezas” políticas –el Presidente y los ex Presidentes de la República- cometieron errores graves frente a la Corte, al agredirla verbalmente antes del fallo.No guardaron silencio y prefirieron presionar por televisión.

Algunos de ellos dijeron que no aceptarían “fallos salomónicos” que no se ajustaran “a derecho”. Otros o ellos mismos, que al final verían si Chile cumpliría el fallo o no. Algunos señores diputados plantearon que sería necesario plebiscitar el fallo para ver si Chile lo cumplía o no lo cumplía.

Incluso el Presidente de la República dio por inexistente el país del Presidente actual de la Corte de La Haya, en una de sus más destacadas guindas de torta.Como se sabe, para el Presidente de Chile, Checoslovaquia sigue existiendo y es un modelo a seguir. Si Checoslovaquia sigue existiendo ni la República Checa ni Eslovaquia, el país del Presidente de la Corte, existen.

La Corte, antes de fallar, suele informarse acerca de quienes presiden los países que comparecen en juicio. Eso debió hacerlo, sin duda, Peter Tomka con Humala y Piñera. Es lo mínimo.

Peter Tomka fue checoeslovaco y asesor del ministerio de Relaciones Exteriores de ese país y hoy es un alto y reconocido jurista de Eslovaquia, país del que fue Embajador en Naciones Unidas. Fue checoeslovaco y es eslovaco. ¿Muy difícil?

Por otro lado, el triunfo “nacionalista” de personeros peruanos como Alan García en La Haya fue como el parto de los montes y el nacionalismo antichileno del Perú profundo (ese que, por ejemplo, explotó también con Sendero Luminoso) se mantiene allí, subyacente. Como el “nacionalismo” de muchos mexicanos con respecto a Estados Unidos, o el de muchos centroeuropeos con respecto a sus países limítrofes actuales. C’est la vie.

La sacamos barata en La Haya. Y la sacamos barata porque los convenios con Perú sobre el límite norte en el paralelo eran claros y han sido respetados por los dos países por más de 60 años y porque diplomáticos negociadores como Van Klaveren no son comunes ni en Chile ni en el Perú.

A ello se debe que la ganancia peruana no haya sido muy grande en La Haya. Así como venía la mano, pudo ser peor.

Confiamos en que con Heraldo Muñoz las cosas marcharán mejor que con Alfredo Moreno.

A Heraldo, al menos, cuando hable de “las favelas” en Brasilia o con brasileños en Chile, se le entenderá claramente “favela” y no “Falabella”.

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29 ene 2014

Un fallo salomónico

Tal como lo presentía, y así lo dije en noviembre de 2012, el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, relativo a la demanda marítima presentada por Perú en contra de Chile, fue salomónico.

La resolución tiene una parte jurídica y otra política.En la primera, el tribunal le dio la razón en todo a Chile y por abrumadora mayoría en cuanto al reconocimiento de la validez del Hito 1 como inicio del límite marítimo y que la frontera marítima está definida a lo largo de la línea del paralelo.De esta manera, nuestro país no perdió soberanía sobre el mar territorial, que era el mayor temor de la defensa chilena.

Sin embargo, de modo inexplicable y –a mi juicio- con argumentos alejados del derecho internacional, la Corte fijó la extensión de la zona económica exclusiva de Chile a una distancia de 80 millas a lo largo del paralelo desde el punto inicial y no en las 200 millas, con lo cual nuestro país perdió 20 mil kilómetros cuadrados de superficie marítima.

Así, por una estrecha mayoría, los jueces desconocieron lo estipulado en la Declaración de Santiago de 1952, en la que Chile, Perú y Ecuador afirmaron sus derechos sobre 200 millas marinas desde sus respectivas costas.

Creo que esta interpretación no sólo es cuestionable, sino además sienta un mal precedente, pues ahora cualquier país puede acudir a La Haya bajo cualquier argumento sabiendo que algo va a obtener.

Sin perjuicio de lo anterior y mirando hacia adelante, estimo que ahora Chile debe ser muy riguroso en la implementación del fallo, pues este proceso implica la aprobación de leyes, cambios constitucionales en el caso de Perú y por sobre todas las cosas, exigir a Lima que deje expresamente estipulado que de ahora en adelante no hay asuntos limítrofes pendientes entre ambos países.

Es importante que eso quede claro, pues de lo contario nos va a ver enfrentados a situaciones muy complejas en el futuro.

De hecho, a pocas horas de conocida la resolución de la Corte ya se registraron divergencias entre los respectivos gobiernos en relación a la interpretación del denominado triángulo terrestre.

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29 ene 2014

Un fallo inesperado

El 27 de enero de 2014 se ha convertido en un día histórico para Chile. Hace seis años el gobierno de Perú -bajo la administración de Alan García- interpuso una demanda contra nuestro país en la Corte Internacional de Justicia de La Haya, para solucionar un diferendo sobre la frontera marítima común.

Fuimos conducidos al más alto Tribunal de las Naciones. Aceptamos la jurisdicción de la Corte de La Haya, y durante dos gobiernos de distinto signo político, mantuvimos una defensa de nuestros intereses, en que todos los sectores del país actuamos con sentido de unidad ante este desafío que enfrentó Chile.

La Corte ha fallado y ha fijado nuevos límites de lo que hasta ahora era nuestra zona económica exclusiva marítima.

Este menoscabo de derechos corresponde entre 20 mil y 22.500 km2 de jurisdicción económica marítima que es traspasada al Perú.Esta cesión constituye una lamentable pérdida para nuestro país.

En este sentido, es importante destacar que la Corte reconoce y cautela en su total integridad el mar territorial y soberano de Chile, donde conserva plenos derechos.

Del mismo modo, valoramos que sea el Hito N° 1 el punto donde se inicia la línea paralela que se extiende hasta la milla 80. Esta votación tuvo una mayoría abrumadora, demostrando que los argumentos y los antecedentes de Chile han sido considerados válidos. Aunque no en su totalidad por las propias imprecisiones de acuerdos previos.

Las consecuencias sobre la economía local de Arica son marginales ya que casi totalidad de la pesca que hace nuestro país se produce desde la costa de Arica hasta la milla 60, por tanto se conservan –prácticamente- los derechos de pesca y muy especialmente los de los pescadores artesanales; de todas formas, corresponderá compensar al porcentaje de pescadores que se vean afectados.

Por otra parte, se resguarda íntegramente la proyección marítima de Arica, y eso nos alegra, especialmente por nuestros compatriotas ariqueños.

Este fallo necesita de modificaciones de la legislación interna de ambos países, por lo que es necesario llevarlo cabo con el mismo sentido de unidad nacional con que lo hemos realizado hasta ahora.

Hoy se abre una nueva etapa en las relaciones entre ambos países, solo comparable con la que se inició después del año 1929, con la entrega de Tacna y Arica, respectivamente.

En situaciones como ésta, toda nuestra larga tradición de respeto y acatamiento de los tratados internacionales, se pone a prueba.Aquí es donde hacemos honor a nuestro sentido republicano, tradición de la cual estamos orgullosos, y es la ocasión de reafirmarla, cumpliendo con la palabra empeñada.

Será una etapa de intensa colaboración para la aceptación, comprensión y aplicación mutua del fallo de la Corte de justicia. Una sentencia que nos obliga a trabajar conjuntamente por aplicar sus disposiciones, pero por sobre todo, trabajar de buena fe, para edificar una relación sólida que contribuya efectivamente a la integración de nuestros pueblos.

Tenemos que recorrer un camino junto a Perú para derribar una pared de desconfianzas mutuas.Aprender a coexistir de cara a la ciudadanía, superar los nacionalismos estrechos y caminar juntos hacia la integración de América del Sur.

La confraternidad debe primar entre ambos países, y no hay que confundir el real sentido y alcance de este fallo con pasiones desmedidas, o un sentimiento de revanchismo.

Hoy vivimos en un nuevo Chile, y estamos ciertos que tomaremos esta decisión con madurez y altura de miras, pues nuestras relaciones con Perú merecen un nuevo futuro.

Debido a que nuestros países concurrieron libremente a la Corte y reconocieron su jurisdicción, lo coherente es aceptar el fallo que nos ha sido presentado.

Este es el momento para destacar que la paz debe prevalecer entre ambos pueblos, la coherencia y estabilidad de sus instituciones, y la solución pacífica de las controversias entre países vecinos.

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29 ene 2014

Decoración de interiores

“Todos los objetos visibles, hombre, son solamente máscaras de cartón-piedra”.Herman Melville, Moby Dick, XXXVI

Vuelvo de un retiro veraniego semi forzado, en el cual pude constatar que, sí existe, efectivamente, lector, aquel espécimen en peligro de extinción: la vida sin internet.

Se puede vivir sin consultar redes (anti)sociales, es decir, espacios virtuales donde husmeas la vida de tus amigos o parientes sin tomarte la molestia antediluviana de verlos personalmente, se puede no buscar apps que no vas a usar o no navegar en páginas web a las cuales no les vas a dar más de un click porque ya te dio lata, impaciente.

Simplemente, animado por un sol auspicioso pude dar un par de vueltas en uniformes bosques de pinos o, cuando los molestos quitasoles o los aún más molestos juegos de paletas o los niños desesperados por una palmera y un cuchuflí lo permitían, mojar mis pies junto a mi bienamado mar.

Marinero de tierra, sentado cerca del oleaje del atardecer, me dediqué asimismo a leer la obra maestra de Herman Melville que usted ya releyó en sus años mozos, lector avanzado que ya viene de vuelta, Moby Dick.

En medio de la vorágine que significa cazar a su jurado enemigo, el cachalote blanco, el obstinado Capitán Ahab pronuncia estas aladas palabras.

“Pero en cada acontecimiento (…) alguna cosa desconocida, pero que sigue razonando, hace salir las formas de sus rasgos por detrás de la máscara que no razona. Si el hombre ha de golpear, ¡que golpee a través de la máscara! ¿Cómo puede un prisionero llegar fuera sino perforando a través de la pared?” (Cap. XXVI)

Empujar la máscara, golpear desde el interior, hacer salir la verdad. Imágenes que enigmáticamente me hacen recordar las del gnóstico y proscrito Evangelio de María, donde encontramos al Divino Maestro instruyendo a María Magdalena acerca de restaurar al verdadero hombre interior, aquella porción auténticamente divina de nuestro ser, perdida, embriagada por la falsedad que ofrece el mundo exterior, nuestro yugo, como lo llama Jesús, el Velo de Maya, como lo llaman los sabios de extremo oriente.

Admirables palabras, bellos propósitos, que no pasan de ser un slogan, o un lugar común en manos de mentes banales, incluso en aquellas de tantos autoproclamados maestros, que reciclan viejos escritos para sus oscuros propósitos, casi siempre con varios ceros del lado derecho.

Tal vez el asueto veraniego incita estas loables intenciones en quien quiere “desconectarse”,singular metáfora propia de nuestros tiempos, que nos confirma como simples máquinas de carne para el sistema neoliberal, fácilmente reemplazables.

Tal vez mar, sol y bosques una y otra vez recrean la idea del locus amoenus de Fray Luis y otros sabios que de este mundo se han ido, y nos invitan a deshacernos de lo viejo y gastado que hay en nosotros y quizás renovarnos efectivamente.

Sueno a chanta manual de autoayuda, lo sé, pero no es mi culpa el manoseo que otros hagan de lo verdadero.

Tal vez el tráfago urbano y la lucha por no caer en la catástrofe financiera, el pago de Chile, como se sabe, sea la única realidad que vemos, agobiados por la inminencia de compromisos por vencer y un creciente aumento de lo que se llama horriblemente costo de la vida.

Tal vez la faramalla new age y las iglesias cayeron en descrédito tras el frustrado 2012 y no hay santón o padre benemérito en quien confiar… ¿o tal vez será que no se entendió el mensaje?

La industria de la espiritualidad, como la podríamos llamar, ofrece un sinnúmero de terapias, comunidades, talismanes, escritos, drogas, chucherías, elongaciones con nombres en sánscrito, manoseadores profesionales y hierbitas milagrosas que la gente consume para convencerse a sí misma o a sus amigas envidiosas de que son personas con genuina vocación de lo sagrado.

Ser capaz de hacer una sincera introspección personal, aceptarnos, perdonarnos y dirigir nuestra mirada a lo trascendente, que sí está ahí, se les hará a la larga imposible, atenta contra la necesaria comodidad que este mercado de robar tradiciones, que apenas se entienden, suministra a manos llenas.

Dicha mirada interior golpea la máscara, busca provocar la vibración necesaria, como a un gong, y escuchar la respuesta que se busca.

Grandes maestros, espíritus sensibles, pensadores reconocidos, muchos de ellos de mono parental origen (¡ay!, exclama el ilustre y puro senador Otero) lo lograron y lo compartieron.Un cambio real de uno mismo debe repercutir en los otros también. Es más que sentirse bien un rato, más que olvidar, es reconciliarse de verdad con lo que ocurre dentro de cada uno.

Es más que un fashion emergency del ego, es buscar restaurar a aquel que somos realmente y no una mera mudanza estética, de eso se trata, no de jactarse de tu supuesta superioridad moral o racial, no de que tu dios sea más patético o veraz que el del vecino, no de que tus rezos son los más potentes y tus milagrerías, auténticas.

Que el cambio que buscamos parta desde el hombre o la mujer que vive dentro de nosotros, se revele hacia lo eterno, no hacia la moda esotérica del minuto, que la renovación espiritual no sea para nosotros simple decoración de interiores.

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29 ene 2014

Muerta La Nación,viva La Nueva Aurora

Sebastián Piñera se dio el gustito, mató el diario de gobierno La Nación. Y sin sorprender a nadie.

Hay que recordar que durante toda su campaña electoral anunció claramente sus intenciones de eliminar esta empresa periodística privada con participación del Estado, sus modernos talleres y el medio de prensa escrita que tradicionalmente reflejaba los puntos de vista del Gobierno de turno.

Por eso su accionar desde la Moneda fue siempre conducente a desarmar parte por parte este pequeño conglomerado. Piñera, a través de su “vicario”, Daniel Platowzky, ni siquiera tuvo miramientos con el patrimonio cultural histórico que representaban el edificio de la Plaza de la Constitución y el archivo histórico del diario.Los vendió y a toda velocidad.Caso cerrado.

Hoy que soplan los vientos del nuevo ciclo, comienza a tomar mucho sentido la propuesta surgida de la reflexión del Colegio de Periodistas: hacer en el ámbito de la prensa escrita – caracterizada por una perniciosa concentración que tomó la forma de Duopolio informativo y publicitario – lo que la transición política hizo en la industria televisiva, convertir el antiguo canal de Gobierno, Televisión Nacional, en un medio público, autónomo y pluralista. Y nunca más un medio gobiernista.

En la misma dirección, Michelle Bachelet hace poco más de una semana expresó que aspira a que “Chile tenga bienes públicos en los medios de comunicación, totalmente públicos, tanto en los medios como en la televisión.” (Domingo 20 de enero 2014).

La creación de un diario público con estatuto especial se inscribe con absoluta naturalidad en la nueva idea que inaugura el gobierno de la Nueva Mayoría, en una transformación que signifique la construcción junto a la ciudadanía, las empresas, los sindicatos, los profesionales, los académicos y los parlamentarios, de una Nueva Ley Integradora de las Comunicaciones Sociales, que ponga fin a la dispersión de normas que sólo responden a intereses corporativos y económicos, que sitúe los derechos ciudadanos en su articulado principal, siguiendo el mandato de las Convenciones y Tratados internacionales que Chile ha suscrito.

El caso a caso y la atomización de las normas legales sobre la Prensa, los medios y la información y la falta de empoderamiento de la ciudadanía en sus derechos informativos han pasado a ser los obstáculos antidemocráticos más importantes a superar en el actual momento que vive Chile en el ámbito de las comunicaciones.

De esta manera podremos apreciar el panorama completo de este mundo variopinto que nos muestra las radios comunitarias, la Televisión Digital, los medios tradicionales, los medios digitales, las redes sociales y el ajustado y correcto desempeño de la profesión de informar, puesta al servicio del crecimiento humano y del bien común de los chilenos.

No para controlar ni para dominar. Todo lo contrario, para inhibir cualquier intento grupal de establecer formas de dominio sobre la audiencia.

Favorezcamos responsablemente la libre circulación de la información y el empoderamiento ciudadano de esta importante dimensión de nuestra vida social, las comunicaciones.

Es del caso proponer que el medio público de prensa escrita e impresa refleje en su nombre el nuevo ciclo político, recogiendo la tradición histórica del primer periodista chileno, Fray Camilo Henríquez.

Que nazca el diario público La Nueva Aurora, fuerte señal de transformación nacional así como lo hiciera La Aurora de Chile en los albores de la Patria que nacía. Viva La Nueva Aurora.

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28 ene 2014

Chile y Perú, las perspectivas de un nuevo comienzo

En mi opinión, para entender el fallo de La Haya entre Perú y Chile hay que situarse en un escenario más amplio. Creo que todas las relaciones bilaterales entre los diez países sudamericanos deben ser vistas en un contexto que tienen que ver con la cooperación y la integración, en América del Sur.

Desde la última década del siglo pasado, nuestro quehacer exterior está marcado por los datos de la globalización y los principios de la Pos Guerra Fría. Una de las ideas más sólidas en este esquema es el de la creciente importancia de los grandes espacios regionales.

Sigue habiendo una disputa—que ahora es más económica que ideológica—entre las grandes potencias, pero la competencia productiva y tecnológica tiene como eje las grandes regiones que se constituyeron rápidamente en los bloques de naciones más desarrolladas e influyentes.

La Unión Europea de Maastrich, a partir de 1992; el NAFTA con Estados Unidos y sus vecinos, Canadá y México, en 1993 y el más complejo espacio del Asia del Pacífico, con los diez países de ASEAN, más China y Japón.

A partir de ahí, el reto de todas las demás áreas del mundo en desarrollo es “construir” una región en este mundo dominado por las macro regiones. Sólo así se puede incrementar el peso en los asuntos internacionales, tener más competitividad en los retos tecnológicos de la sociedad del conocimiento y ampliar, especialmente para los productos manufacturados, el mercado interno mediante uno mayor que forman la suma de los países vecinos.

Esto debe hacerse en un escenario democrático. Hay que aceptar el pluralismo de los gobiernos de distinto signo que resultan de la soberanía popular.Más cooperación e integración supone un conjunto de objetivos que son funcionales a los intereses de todos los países y a las estrategias de desarrollo de los diversos gobiernos.

En este contexto que establece el único telón de fondo en el que nuestros países pueden avanzar con seguridad al desarrollo, los conflictos y disputas bilaterales constituyen “una maleza” que daña ese avance y que hay que retirar para hacer posible las tareas estratégicas.

La lista de los desacuerdos bilaterales en América del Sur no es pequeña, aunque en la última década y media se está avanzando positivamente para resolverlos.

Perú y Chile entregaron en 2008 a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya la tarea de definir si entre ambos países existían ya límites marítimos vinculantes o si debían sus magistrados establecerlos.

El fallo ha sido mixto. Ha aceptado que los tratados de 1952 y 1954 (que también incluyen a Ecuador) fijaron un límite marítimo y que este corresponde a la línea paralela planteada por Chile.

Pero esto ha sido reconocido solo hasta la milla 80 y de ahí hasta la milla 200, que hoy se reconoce como de aprovechamiento exclusivo de los Estados, el Tribunal ha trazado una bisectriz de acuerdo a la petición peruana, entregándole una parte del dominio marítimo solicitado en su demanda.

La Corte de La Haya falla siempre en derecho, pero en sus Estatutos (art. 38) se establecen como fuentes válidas, no sólo las convenciones y tratados internacionales, sino que también “la costumbre internacional” y “los principios generales de derecho”.Estos últimos permiten ajustar fallos, como ha sido el caso, más flexibles que los de una mera aplicación de los tratados existentes.

Como siempre ocurre, una resolución de ese tipo suscita inicialmente reacciones nacionalistas. Pero, cuando la sentencia es equilibrada, se puede pasar rápidamente a plantear escenarios nuevos y más positivos para las relaciones entre las partes.

En mi opinión, Chile y Perú están ante una oportunidad única para dar un giro en sus relaciones bilaterales y establecer una nueva relación basada en la complementación económica, el peso favorable de la importante migración en Chile y la agenda posible de las tareas de cooperación e integración que se pueden emprender.

Planteo solo dos entre muchos ejemplos.El primero es la creciente confluencia entre las ciudades fronterizas de Tacna y Arica, hoy día virtualmente complementarias en los aspectos económicos, culturales y sociales, como lo indican los crecientes intercambios de los últimos años, pese a las tenciones del avance del juicio.

Aquí el gobierno de Santiago tiene una primera tarea, dar a Arica una atención especial, que no ha tenido desde el Golpe de 1973, lo que disgusta cada vez más a su población.

A partir de una atención preferente, que incluya programas especiales para esta región, es posible imaginar un importante programa de integración sub nacional que incluya al Sur peruano, el Oeste boliviano y el Norte chileno, que puede ser un área muy dinámica en el marco de las economías del Pacífico.

Un segundo campo puede ser el de la cooperación energética. En los últimos diez años, Estados Unidos ha hecho una espectacular revolución tecnológica en el campo del gas de esquistos (Shale Gas), que le ha permitidollegar a ser autosuficiente en ese rubro, con perspectivas de convertirse en exportador, al tener un gas cuatro veces más barato que el de los países europeos.

Esto tendrá un impacto geopolítico en América del Sur, pues privará a países como Perú—y también Bolivia—de un mercado al cual proyectaban las exportaciones de la producción de Camisea (Perú) y Tarija (Bolivia).

Un proyecto razonable para ambos ha vuelto a ser vender su gas a los países vecinos, transportados en forma más barata y segura en gasoductos.

Hace seis años, Brasil, Argentina, Uruguay y Chile negociaron y estuvieron a punto de cerrar una compra a Perú, con un gasoducto que llegaba a Tocopilla y de ahí llevaba parte de la producción por otros conductos a Salta, Montevideo y los Estados del Sur de Brasil.

La iniciativa no prosperó por razones de “seguridad nacional”, la misma por la cual no se han abierto negociaciones sobre gas entre Bolivia y Chile.

Ahora, el fallo de La Haya cierra una etapa de disputas y recelos entre Perú y Chile.Pero también puede abrir otra de amistad y cooperación, si ambos países son capaces de tener la voluntad política de progresar juntos y un listado efectivo de proyectos que permitan alcanzar una nueva situación.

Hacia el futuro se abren varios cursos posibles, pero por primera vez la relación bilateral puede ser constructiva y ayudar al objetivo más amplio de acercar tareas y afectos comunes que permitan que América del Sur—que tiene tantas condiciones favorables para lograrlo—sea la primera macro región económica del mundo en desarrollo, ayudando al mayor peso internacional de la región y al avance y progreso de las estrategias de desarrollo de sus diez países.

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28 ene 2014

A 15 años de Peñaflor ¿en qué está el progresismo DC?

Fue un 30 de enero de 1999, en un caluroso verano,que nos reunimos un centenar de militantes de la Democracia Cristiana en un encuentro de reflexión política. El lugar seleccionado fue la mítica comuna de Peñaflor, escenario de importantes encuentros de la DC, como la famosa Junta Nacional de enero de 1968 que enfrentó a los oficialistas, rebeldes y terceristas de aquella época.

Hace 15 años atrás, en este encuentro de diversos sectores progresistas, que fue organizado por el Taller de Convergencia Progresista – taller surgido de un café entre Osvaldo Aravena, Gloria Fuentes y quien suscribe – nos comprometíamos a fijar ciertos “criterios convocantes” de un discurso progresista al interior de la Democracia Cristiana, criterios que debían ser enriquecidos, profundizados y complementados junto a un proceso participativo y de consolidación de un movimiento progresista.

El término “progresista” al interior de la DC siempre ha tenido un cuestionamiento ontológico y semántico, pero finalmente nos permitía identificarnos y reconocernos al interior del Partido.

Es así que, en las conclusiones de dicho encuentro, ya reconocíamos -en el modelo de desarrollo vigente en Chile – un sistema que tendía a la concentración de poder y la exclusión, principalmente emanado desde el poder económico y la injusta distribución del poder político.

Declarábamos que lo anterior se traducía en la atomización de las decisiones, en pequeños espacios públicos y cúpulas políticas, lo cual constituía un obstáculo primordial en la construcción de un Chile justo y democrático, y generaba debilitamiento de las facultades de la sociedad civil para crear y participar.

Diagnóstico totalmente vigente en el Chile actual.

En ese verano insistíamos que “nos sentimos disconformes con el modelo económico y social que predomina en el mundo contemporáneo y en nuestro país.Que el neoliberalismo no constituye, ni remotamente, una respuesta humanista cristiana a la persona de hoy”.

Conscientes de que no bastaba la simple declaración de intenciones veíamos al PDC como “un instrumento de transformación social y de acción política, heredero de una vocación por el cambio que inspiró a nuestros fundadores y que nuestro compromiso es para que sea un instrumento eficaz de cambio social, reafirmando la ética general del respeto irrestricto de los derechos humanos, ya que en estos valores converge la acción política”.

¿Cuál es la importancia de traer a colación dichos recuerdos y declaraciones?

Soy un convencido de que se debe colocar a la Democracia Cristiana al servicio de las grandes transformaciones que se vienen. Debemos ser un partido de vanguardia, popular y nacional como lo declaró nuestro último Congreso Ideológico y Programático.

Debemos ser un actor convocante en la consolidación de una nueva mayoría social y política que construya un nuevo modelo de desarrollo humano con la participación de todas y todos.

Es el esfuerzo que hemos intentado desde el Movimiento Refundación PDC, donde hemos tratado de impulsardichos postulados en la acción política y en nuestras declaraciones de los últimos cuatro años, y que continuaremos porfiadamente en dicha senda.

Pero ¿cuáles son los nuevos escenarios y desafíos que se abren para lograr esto?

En primer término, que los demócratas cristianos que estamos por estas definiciones coordinemos un frente amplio interno que recoja dichas propuestas.Son miles las personas y equipos que podemos autoconvocarnos para semejante tarea.

Que al igual que las y los camaradas que nos juntamos en Peñaflor hace 15 años “comprometemos nuestras voluntades a generar las condiciones para un proceso participativo, de carácter nacional y de madurez política en torno a una convergencia progresista, aplicando un estilo de trabajo y mecanismos de comunicación acordes con nuestros principios, por sobre intereses y legítimas ambiciones personales”.

Por último, que persistentemente – y al igual que el llamado de 15 años atrás –reconozcamos que “este documento de reflexión y de confrontación de ideas invita a concluir compromisos claros y explícitos, de manera tal que la voz que emane desde la localidad de Peñaflor se irradie por todos los rincones del país, gritando que aquí estamos para no quedarnos conformes con el país en que vivimos, para no quedarnos conformes con nuestra propia conducta, para no quedarnos conformes con lo establecido, para sólo conformarnos en la construcción de una sociedad libre, justa y solidaria.”

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28 ene 2014

¿Qué rima con Eyzaguirre?

A los pocos minutos de que Michelle Bachelet anunciara su gabinete, las redes sociales comenzaron a llenarse de la misma pregunta con tono de broma, ¿qué rima con Eyzaguirre? Imaginando ya las marchas que vendrán este 2014 y los gritos criticando a quien será el interlocutor natural del movimiento estudiantil, asumiendo por tanto que se convertirá en una especie de enemigo.

¿Tiene sentido ese escepticismo y esa mala reacción frente a su designación?

Analicemos su nombramiento desde el punto de vista de las razones de Michelle Bachelet.

No por razones antojadizas, sino porque una y otra vez se ha insistido que es ella quien tiene el timón del gobierno y de la Nueva Mayoría, armada en torno a ella.Por lo tanto, resultan relevantes las (escasas) señales que entrega para saber qué esperar, en especial en un área tan relevante como la educación y donde las promesas de campaña fueron tan ambiguas.

Es muy tentador y razonable criticar a Eyzaguirre por su pasado, en especial por haber sido un ministro clave en la aprobación del nefasto CAE, y por sus permanentes lazos y relaciones con el gran empresariado, antes, durante y después de su participación en el gobierno de Lagos.

El Rector de la UDP, Carlos Peña, hace una crítica profunda a Eyzaguirre por su supuesta “conversión” respecto a su visión en educación. Pero hagamos el ejercicio de olvidarlo. Al fin y al cabo, la propia Presidenta electa ha dicho que en sus 4 años en Nueva York “evolucionó”. ¿Por qué no puede haber ocurrido el mismo fenómeno con sus nuevos Ministros?

La mala noticia es que al olvidar su pasado, es poco lo que queda. La única postura que se le conoce en educación es una columna escrita “curiosa” y “coincidentemente” pocas semanas antes del anuncio del gabinete.

En ella, reafirma que está a favor de la gratuidad en educación superior, pero sin explicitar si está pensando en simplemente aumentar la cantidad de becas -y así mantener intacto el modelo en términos gruesos-, o si se tratará de aportes directos a las instituciones, para que así puedan funcionar en pos de la generación de conocimiento y no de la competencia por las lucas.

Menos aún sabemos su opinión sobre la contradictoria promesa bacheletista de “fin al lucro en todo el sistema educativo” y el permitir que se lucre si se renuncia a recibir fondos públicos, y así podríamos seguir con las diversos ejes que necesariamente deberá contener una reforma educativa profunda.

Los desafíos de Eyzaguirre no serán menores. Y frente a tanta ambigüedad, tanta impostura y tanta contradicción, hay algo que se reafirma de manera clara: la participación protagónica del movimiento estudiantil y sus organizaciones es la única garantía posible de que la reforma educativa sea coherente con las movilizaciones de estos últimos años.

En un área tan sensible, democratizar la discusión y las resoluciones no es una cuestión procedimental, es la única forma de hacer una transformación sustantiva en educación y no simplemente un ajuste parche más.Devolver la política a la gente no es simplemente un gusto, es una necesidad.

La educación ha sido anunciada como el área más prioritaria para promover transformaciones estructurales. Y al respecto, el programa de Bachelet fue siempre abundante en titulares rimbombantes pero pobre en contenidos sustantivos.

De ahí que la designación del Ministro era una señal importantísima para saber cómo vendrá la mano.Lamentablemente, con la designación de Nicolás Eyzaguirre las ambigüedades se mantienen, y recurrir a su pasado sólo empeora tal percepción.

Es de esperar que la señal no sea un anticipo de lo que viene, que el ejercicio de inventar gritos sea superfluo y que el nuevo Ministro esté a la altura de lo que los estudiantes y las familias chilenas venimos exigiendo hace tanto tiempo: una reforma educativa, construida en forma democrática y que erradique al mercado de la educación para que ésta pueda ser un derecho garantizado por el Estado.

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28 ene 2014

Derecho al silencio

Antiguamente (hace 50 años atrás) se definía como ruido cualquier sonido desagradable al oído armónico y/o musical. Hoy en día esta acepción ha cambiado, pues se mantiene lo desagradable, mas no necesariamente el sonido molesto es inarmónico o carece de carácter musical.

Si usted está conversando y se le instala un fulano a tocar la mejor partitura de Bach e interrumpe su conversación, entonces esta música dejó de serlo y se transformó en un ruido molesto, pues lo saca de su atención primera.

Ahora, si usted está en una carrera de motos y una moto revienta, seguramente el sonido provocado le será al menos acorde con la situación, entonces no es “ruido”, pues seguramente no lo saca de la atención circunstancial.

Traigo a colación estos ejemplos porque me llama la atención desde hace mucho tiempo, que en restaurantes, bares, supermercados, espacios abiertos (como las playas, los lagos), etc. se nos obliga a escuchar algo.

En un espacio como un bar, o un pub, seguramente esto es parte del paisaje, pero en una playa, en un supermercado, en un mall, esto es totalmente invasivo y la mentada música ambiental se transforma en ruido molesto.

Estamos obligados a soportar el gusto de quien pone la música en los lugares públicos, pero si el gusto fuera el nuestro, seguramente será del desagrado de otros.

O sea, en cualquier caso, la música es molesta, o sea deja de ser música y se transforma en ruido.

No sé de estudios al respecto, pero seguramente si alguien se preocupara de la salud mental en los ambientes públicos, este tema estaría presente, pues, al igual que el humo del cigarrillo, que ya fue eliminado de los espacios públicos, la música escuchada en los mismos espacios afecta a quienes no la quieren escuchar.Ya sea porque no les gusta o simplemente porque interrumpe su cotidiano vivir.

Y seguramente contribuye al estrés de la vida actual, pues es información que nos ingresa a la mente lo queramos o no, y nos evade de lo que realmente estamos pensando. O sea, somos oyentes pasivos del gusto musical de alguien. Somos esclavos de quienes en aras a “mejorar el ambiente” nos proponen audiciones que no necesariamente son de nuestro gusto.

Ya en el transporte público se lee que se podrá escuchar la radio siempre y cuando ningún pasajero se oponga. Pero, hay quienes ponen sus audífonos a tal nivel de decibeles que es imposible no escuchar. Sabrán aquellos que además de molestar, están destruyendo su sistema auditivo?

Tanto el ministerio de Salud (quien debiera proponer mecanismos de información acerca del uso de audífonos), como el ministerio de Educación (que debiera proponer acciones para el respeto hacia los demás) deben tomar cartas en el asunto.

Además, el Ministerio del Sentido Común, debiera asegurar a toda la población la posibilidad de circular por las calles, centros comerciales, supermercados, sin que se le obligue a escuchar ruidos molestos (música que no es del agrado del 100% de la población), villancicos en navidad, cuecas en septiembre, y otros estilos estacionales, ya sean clásicos, populares o de otros géneros y tendencias.

Invito a los legisladores a proclamar entonces el “Derecho al Silencio”, pues, estar obligado a escuchar música del gusto del otro en espacios públicos, es dañino para el ánimo, la concentración y la tranquilidad y por lo mismo para la salud tanto mental como física de la población que pasivamente no se entera del daño que los ruidos molestos le provocan.

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