04 ago 2015

El bien que hace la Iglesia

Los hechos negativos como las tragedias personales o sociales suelen ser siempre más recordados que los grandes momentos de felicidad.  Si repasamos los últimos años  que nos ha tocado vivir en el ámbito social necesariamente tenderíamos a recordar más el  golpe de  Estado de 1973, que el gran triunfo de Frei en 1964 que abrió los cauces de la participación popular, campesina y urbana o incluso el propio plebiscito del 5 de octubre  de 1988. No abundaremos sobre las causas de aquello que es cuestión de especialistas.

Con la Iglesia Católica pasa exactamente lo mismo. Incuestionablemente el sangramiento permanente por los delitos canónicos, penales y civiles cometidos por miembros del clero marcan en forma dramática la historia reciente, porque de esos estamos hablando la historia reciente y es de tal naturaleza esta situación desgraciada y es tanto el dolor que causa que incluso a los propios miembros de la iglesia se nos olvidan tantas obras de bien.

La Iglesia Católica a pesar de lo dicho ha sido capaz de mantener milagrosamente su consistencia y desde esa perspectiva miramos con gratitud la descomunal tarea en lo que se ha llamado la defensa de los derechos humanos en Chile que, se ha transformado  casi en una abstracción, en circunstancia que los llamados derechos humanos- se olvida  fácilmente- es cuestión que atañe a personas concretas, los derechos humanos no son un intangible, sino un componente  de  carne, hueso y espíritu fecundo que se destruye por el mal; pero no solo la  iglesia colaboró en esa tarea primordial, sino que también ayudó a construir puentes de reconciliación y ahora que levanta la voz con suavidad, pero firme, sobre lo que entendemos por el derecho a la vida se la ataca en las redes sociales en forma canallesca, sino que en otras esferas e incluso de cristianos, señalando que la iglesia se metía en cosas del Congreso o de parlamentarios o culturales que no eran necesariamente su quehacer religioso.

Los Obispos han señalado  que la vida hay que defenderla siempre y así nos parece a nosotros que es más correcta la forma de acercarnos a  los temas complejos, porque cuando comenzamos con las excepciones o a subordinar la vida a excesivas libertades personales o razones geopolíticas o sociales el camino es tan ancho como peligroso.

La Iglesia chilena hace un gran llamado de atención que, al igual que antes, debiera ser tomado en serio, porque así como la dictadura se  mofó de la  Iglesia no sería bueno bajo ningún punto de vista que los demócratas hiciéramos lo mismo.

La Iglesia también más allá de nuestras fronteras ha contribuido en forma extraordinaria a la reconciliación en los pueblos que conformaban la Europa del Este que hasta la caída del Muro de Berlín aparecían como pueblos tristes y subyugados, reprimidos. La Iglesia  en este caso ayudó a una solución pacífica y a que  se recuperaran las confianzas.

Mas recientemente hemos visto los pasos audaces de la iglesia en la cuestión Judeo – Palestina y su reconocimiento al  estado Palestino  por el Vaticano y la visita pastoral del Papa a las  tierras sangrantes de  Palestina,  constituye  todo un símbolo de lo que seguramente ocurrirá a no mucho andar.

La reconciliación de  Cuba con Estados Unidos que parecía imposible desde todo punto de vista fue en parte también fruto laborioso de  una  iglesia que ha dado ejemplo de  paciencia  e inteligencia para devolver  no sólo la libertad plena a los cubanos, sino que también hacer comprender a la gran potencia militar, científica y política que es Estados Unidos, que hay que entenderse aún con aquellos que parecen enemigos irreconciliables.

Habría que agregar mucho sobre la labor pastoral y social en obras de caridad tan enormes y de tanta profundidad que sólo cabe enunciarlas para que todos sepamos a qué nos referimos.

Mientras escribo estas líneas se está desarrollando una  reunión llamada cónclave, palabra que deviene etimológicamente de algo que se encuentra secreto, encerrado con llave, en clave.

Tengo esperanzas que las puertas se abran, que las ambiciones se queden   encerradas y salgan sueños realistas a la luz y que algunos temas de orden  como el aborto o la educación sean mirados  con una perspectiva que no provoque entre los miembros y movimientos que apoyan  al gobierno fracturas innecesarias, porque  con las luchas  culturales se  sabe donde  se  parte, pero no donde  se termina.

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04 ago 2015

Chile crece contigo, éxitos y desafíos

El Subsistema de Protección Integral a la Infancia Chile Crece Contigo es una de las políticas públicas más exitosas de las últimas décadas en materia social, y un factor fundamental que ha contribuido a ese éxito es su carácter integral y, desde el punto de vista operativo, su enfoque intersectorial, bajo la coordinación del ministerio de Desarrollo Social.

Un enfoque intersectorial óptimo requiere que cada ministerio y cada organismo involucrado en este Subsistema desplieguen al máximo sus capacidades y su saber hacer específico, para el logro de los objetivos comunes.

En esa perspectiva, por ejemplo, el Programa de Apoyo al recién nacido, ejecutado por el ministerio de Salud, ha sido desde su origen un pilar fundamental del Chile Crece Contigo, tanto por el apoyo a las familias en la llegada del recién nacido y en sus cuidados iniciales, como por la entrega de herramientas concretas para fortalecer la crianza respetuosa y la estimulación temprana de niños y niñas.

Esta labor es clave para equiparar oportunidades de desarrollo y para que el origen social no determine el destino de los niños y niñas de nuestro país. Lo que busca esta política pública es, justamente, que cada niño y niña llegue tan lejos como pueda en su desarrollo humano y profesional sobre las base de sus propias capacidades.

Uno de los mandatos que nos ha entregado la Presidenta Bachelet para esta segunda etapa de gobierno es mejorar la gestión sectorial e intersectorial y fortalecer el enfoque ciudadano, lo que implica poner al centro a las personas beneficiarias del Sistema de Protección Social, mejorando la calidad y oportunidad de nuestras prestaciones.

Para el ministerio de Desarrollo Social, este mandato nos plantea también desafíos específicos de gestión, partiendo por optimizar el uso y oportunidad de ejecución de los recursos que financian todo el Subsistema Chile Crece Contigo, los que presupuestariamente están radicados en nuestro ministerio.

También tenemos que fortalecer y optimizar las iniciativas que ejecutamos directamente, como el Programa de Fortalecimiento Municipal, que nos permite, a través de la articulación de una red local de instituciones públicas, detectar a los niños y niñas en situación de vulnerabilidad y generar una derivación efectiva, cuando ello no ha operado; o el Fondo de Iniciativas Locales para el Desarrollo Psicosocial, por medio del cual financiamos proyectos que cubren necesidades planteadas por los propios municipios.

Ahora bien, desde el punto de vista estratégico, el desafío más importante del ministerio de Desarrollo Social es liderar el proceso de ampliación del Subsistema Chile Crece Contigo, desde los cuatro años hasta que los niños y niñas completen el primer ciclo de educación básica, es decir, a los ocho o nueve años.

La propuesta de extensión –que, por cierto, hemos estado desarrollado a partir de un amplio proceso de diálogo– se basa en la experiencia y aprendizajes del Programa desde el año 2006 a la fecha. El principio básico es que a los cuatro años los niños y niñas se aprestan a ingresar al sistema escolar y, en ese marco, resulta fundamental continuar con intervenciones que promuevan su desarrollo y bienestar integral y contribuyan a seguir reduciendo las inequidades existentes.

Cabe destacar que este proceso de extensión coincidirá con el desarrollo de una importante Reforma Educacional, que constituye uno de los objetivos más ambiciosos del programa de gobierno, cuyo propósito es generar condiciones para un acceso equitativo de nuestros niños y jóvenes a educación de calidad, atacando así una de las raíces de la desigualdad.

Pero como la experiencia comparada y diversos estudios indican, los resultados serán más efectivos si el Sistema de Protección Social logra que los niños y niñas, con el apoyo de sus familias, tengan las oportunidades y las condiciones para que logren participar ecuánimemente del proceso educativo. Por eso es tan importante el trabajo que busca el desarrollo integral, tanto cognitivo, como social y emocional de los niños y niñas de nuestro país, pues es a partir de allí que se generan las condiciones basales que potencian el aprendizaje.

En definitiva, mientras más amplio sea el período de acompañamiento integral, mayor impacto tendrá el proceso en la igualdad de oportunidades. De allí la gran trascendencia que tiene la ampliación de Chile Crece contigo en que estamos empeñados.

Un segundo desafío estratégico que tenemos por delante es la elaboración e implementación del Reglamento de Chile Crece Contigo. Si bien este Subsistema ha venido funcionando desde hace años, inspirado en el enfoque de derechos de Naciones Unidas, tenemos un vacío que consiste en que las garantías que establece la ley deben poder hacerse efectivas a través de procedimientos operativos específicos.

El enfoque aludido postula que estrechar la brecha entre derechos y realidad, entre lo normativo y lo efectivamente materializable, pasa por establecer garantías que tutelen los derechos de los ciudadanos y ciudadanas. Las garantías constituyen un conjunto de mecanismos, legales y administrativos, que definen titularidades y obligaciones de los organismos que correspondan, de manera de asegurar el cumplimiento de tales obligaciones por parte del Estado.

Este es el tema fundamental que debe abordar el reglamento que vamos a concretar en este periodo de gobierno. Como puede apreciarse, se trata de un instrumento clave para que todos aquellos que tienen derecho por ley a los beneficios de Chile Crece Contigo, puedan ejercer ese derecho de manera expedita y transparente.

Estamos ad portas de dos grandes pasos que ampliarán y perfeccionarán este Subsistema clave dentro del Sistema de Protección Social, cuyo concepto rector –un conjunto de iniciativas sectoriales especializadas y su acción concertada a lo largo del ciclo de vida– es de los más modernos y ha sido pionero en nuestro país y referente a nivel internacional.

Los avances logrados desde su creación, durante el primer gobierno de la Presidenta Bachelet, y los aportes que se han hecho a sucesivas generaciones de primera infancia, le han dado una fuerte identidad a Chile Crece Contigo a la vez que lo han convertido en un legítimo motivo de orgullo para todos los ministerios y organismos públicos que se articulan para darle vida, bajo la égida del ministerio de Desarrollo Social.

Se trata, por cierto, de orgullo por su concepción, prestigio alcanzado y operatoria técnica. Pero por sobre todo, se trata de la conciencia que todos los involucrados tenemos respecto a que esta política pública tiene una gran trascendencia ética, pues resulta fundamental para la construcción de una sociedad más justa.

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03 ago 2015

Cardenal Ezzati, gracias

He tenido conocimiento  de los pasos  que usted  ha realizado después de  la  pública  sanción  que se  le hizo  al querido  padre  Julio  Dutilh. Deseo  expresarle  mi  gratitud  por la  forma  en que usted ha querido  reivindicar  una equivocación   que a todas luces   generó dolor , sufrimiento  y estupor en sus  fieles  y en muchos  sacerdotes.

También  he sabido  de su preocupación  por el estado  de ánimo  del padre Julio  y  la larga  reunión  que usted sostuvo  con  sacerdotes  de la zona oriente,  a la  cual  también  asistió   el padre Julio. Sus  decisiones  posteriores  y las tareas que usted  le ha encomendado, ha tenido  como consecuencia que  su estado de ánimo y su servicio sacerdotal  estén  retornando a la normalidad después de tanto sufrimiento.

Al igual como le he manifestado con franqueza y honestidad mis puntos de vista acerca de algunas de sus actuaciones, también deseo expresarle  en esta ocasión, mi gratitud  por la forma en que usted ha querido  enmendar el error cometido con el padre Julio.

El domingo 26 de julio  lo vi en la misa de las nueve y media de la mañana en la iglesia Santa María de las Condes, pero no pude hablar con él,  puesto que se retiró rápidamente sin despedirse de sus fieles, como era habitual. Ayer domingo  sí que pude conversar con él,  pudiendo constatar  que la profunda herida que se le había causado  ya se encuentra  en pleno proceso de sanación.

Yo sé  que usted también ha sufrido por lo acontecido  y también sé  que la forma pública  en que se le sancionó  fue decidida por un subalterno suyo. Sin embargo, el Señor  siempre nos pone en el  camino la posibilidad de reconocer con  humildad  nuestras equivocaciones y así intentar enmendar el dolor causado. Usted don Ricardo, en este caso, así lo ha hecho.

Hace un tiempo atrás  le escribí relatándole mis dolores personales que usted muy bien conoce.Yo se  los ofrezco al Señor como penitencia  por las tantas veces que le he fallado  y aun cuando siento su perdón,  nunca dejaré  de seguir implorándoselo  con humildad.  Lo mismo deseo  hacer con usted.

Mi carta abierta fue una necesidad del alma en la  que deseaba expresarle mis sentimientos,  que por lo demás usted los conoce perfectamente,  puesto que cada vez que hemos tenido la oportunidad  de tratar de algunos temas usted  ha podido  constatar  que siempre he intentado expresarle mis pensamientos con honestidad,  franqueza y sin cálculos .

La  carta  que le dejé en marzo del 2011 constituye prueba palpable de aquello. He sabido que usted se ha sentido herido por mi carta pública. Le imploro nuevamente,  que no lo tome así,  puesto que mi propósito  ha sido expresar públicamente lo que muchos piensan  en privado, pero que no se atreven a decirle lo que piensan, frente a decisiones suyas que se han hecho públicas y que al igual que yo  han estimado que han sido equivocadas.  

Yo  se lo he dicho de ambas formas  y se lo he manifestado con respeto y cariño, aunque otros piensen lo contrario.  No sabe cuánto me gustaría  que a mí también se me dijera que  he podido equivocarme en mis decisiones   y expresiones  y que me lo digan  con altura de mira y sin dobles intenciones.

Yo le vuelvo a reiterar  que no deseo  ver dañada su imagen  ni la de la Iglesia.  Siempre hay tiempo para reflexionar y rectificar.

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03 ago 2015

Derrota

La izquierda y los pueblos del mundo han sufrido una severa derrota. Humillando brutalmente a Grecia, los conservadores (y acreedores) europeos se anotaron una victoria Pírrica, pero lograron emporcar la dignidad de la que aparecía como una promisoria expresión de la izquierda revolucionaria en los albores del siglo XXI.

La marea de descontento popular en la resaca de la crisis no va a amainar, pero la capacidad de conducirla mediante una fuerza política popular experimentada, enraizada en una larga y heroica tradición, organizada e ilustrada, ha sufrido un golpe demoledor. Los únicos ganadores, por ahora, son el cretinismo parlamentario y la sin razón extremista de todos los pelajes. Mala cosa, peligrosa.

Syriza se elevó al poder con el mandato claro de liberar a Grecia del peso insoportable de una deuda impagable y sacudir el yugo de acreedores cuyas recetas “austericidas” han sumido su economía en una crisis más aguda y prolongada que en los años 1930.

Hizo casi todo bien para alcanzar el poder y desde allí poner manos a la obra con sincero afán y singular habilidad, sumando fuerzas y aliados día tras día, al interior del país y en el exterior, mediante una sucesión de pequeñas victorias cotidianas, como tiene que ser.

Decidió enfrentar inicialmente a sus adversarios en su propio terreno y durante seis meses logró dar batalla a fuerzas abrumadoramente superiores en el seno de la Eurozona, confiando representar el interés general y no sólo a su propio pueblo.

No era una apuesta descabellada, puesto que el endeudamiento y las políticas “austericidas” afectan también a otros países, algunos mucho más grandes, con resultados tanto o más graves y dañinos que en el caso de Grecia. Como resultado de ello, en toda la región se vive un estado de gran agitación, calificado de “clima prerevolucionario que recuerda 1968″ por el Presidente del Consejo de Europa, Donald Tusk, impresionado por la clamorosa acogida del Parlamento Europeo al líder de Syriza, Alexis Tsipras, en la semana previa a la debacle.

Sin embargo, Syriza abordó una batalla decisiva con sus acreedores aparentemente sin haber sopesado bien la determinación de éstos de aplastarlos —reacción torpe y corta de vista, que busca intentar evitar el contagio político en las economías más grandes que tienen un endeudamiento inmensamente mayor que Grecia, pero pone en riesgo el proyecto, progresista, de construir la Unión Europea como un estado supranacional democrático —, y la debilidad de sus aliados para acudir en su ayuda. Careciendo de la indispensable decisión y un plan acabado para trasladar el combate a un terreno más propicio, fuera del Euro, su líder firmó una capitulación total.

Desde entonces, bajo la conducción de Tsipras, Syriza ha venido acatando, más o menos sumisa, las inaceptables exigencias de los acreedores a cambio de nuevos préstamos para pagar los anteriores, actuando en los hechos como una más de las fuerzas políticas de centro que fueron responsables de generar el endeudamiento en primer lugar y se doblegaron luego a las políticas “austericidas” dictadas por sus acreedores, que habían hipotecado ya la soberanía del país en buena medida.

Transformado en su aliado, el líder griego cuenta con todo el apoyo de éstos, y en lugar de caricaturizarlo como un peligroso aventurero como hasta hace tres semanas, lo pintan ahora como un gran estadista empeñado en salvar a su país y le instan a romper con la fracción de Syriza que ha rechazado la capitulación.

Tsipras probablemente fracasará en ese intento, al igual que los políticos socialistas y conservadores que le precedieron. Las condiciones que le forzaron a firmar son todavía más humillantes y gravosas para su país que las anteriores y la situación económica se ha deteriorado aún más en el forcejeo de los últimos meses. Ello inevitablemente afectará la popularidad que Syriza y Tsipras todavía mantienen en la población, que les reconoce su intento gallardo por cambiar las cosas.

Lo más probable es que Syriza se divida y pierda su mayoría parlamentaria, obligando a Tsipras a llamar a elecciones adelantadas cuyas consecuencias son imprevisibles. Habrá que ver cómo se desenvuelve la situación en los meses que vienen, pero el daño ya está hecho.

Los Jacobinos —denominación clásica de la izquierda revolucionaria— hacen política todos los días, aún bajo las circunstancias más duras, pero acceden al poder más o menos cada setenta años, siempre de la mano de recurrentes alzamientos populares de magnitud mayor, para remover las grandes trancas que de tanto en tanto se atraviesan en el progreso de las sociedades, tarea que las restantes fuerzas políticas han sido incapaces de realizar.

Mal que pese a muchos, la historia de las sociedades no sigue un curso de ascenso suave y lineal, sino se desarrolla en medio de oscilaciones cortas y largas, a tumbos, empellones y saltos, como casi todos los fenómenos naturales. Por este motivo la política Jacobina resulta tan necesaria para el avance de las sociedades modernas como las variantes más moderadas —Girondinos en su denominación clásica—, de tendencia más conservadora o progresista, que se alternan la administración del poder en tiempos más normales.

Los Jacobinos no se sientan a esperar que llegue su momento y la revolución los pase a recoger a la puerta de su casa. Muy por el contrario, con buen tiempo, llueva o truene, llevan adelante una actividad política constante en el seno del pueblo, para empujar desde abajo todas las causas más progresistas que en cada momento se ponen a la orden del día, en su país y hasta en los más remotos rincones del mundo, cuya evolución siguen apasionadamente devorando cotidianamente las noticias de los periódicos.

Lejos de constituir una secta fanática encerrada en sí misma, trabajan siempre con amplitud y prudencia, buscando consolidar alianzas con todos los sectores para lograr los objetivos que se proponen en cada momento, los que siempre resultan adecuados a lo que es posible lograr en las condiciones dadas. Se preocupan muy especialmente de crear y fortalecer las organizaciones del pueblo y dirigir desde éstas sus luchas cotidianas, aprendiendo allí a desplegar la ofensiva y también a pasar a la defensiva cuando corresponde, alcanzando acuerdos transitorios que permitan avanzar un poco, sin perder nunca de vista su objetivo mayor.

En las circunstancias de represión severa y a veces asesina que enfrentan de tanto en tanto, saben desplegar la lucha clandestina y organizar y dirigir la resistencia del pueblo, asumiendo muchas veces con decisión todas las formas de lucha, también las armadas, puesto que en esta materia los Jacobinos nunca han sido vegetarianos y saben bien que la guerra es la continuación de la política por otros medios. Nadie mejor que los griegos para dar testimonio de esta honrosa y aguerrida tradición.

Saben por otra parte que sin teoría revolucionaria no hay práctica revolucionaria, y que también es cierto todo lo contrario. Por lo mismo cultivan todas las actividades del espíritu y dedican gran atención a la lucha ideológica, apoyados en la riquísima tradición del movimiento revolucionario en este plano. No es raro, por lo mismo, que su influencia sea generalmente muy extendida en los ámbitos de la ciencia, las artes y la cultura.

Participan también activamente de la vida política, creando y cuidando partidos propios o actuando en el seno de casi todos los existentes en el ámbito progresista, y formando parte de alianzas políticas con las cuales acceden al parlamento y otras instancias democráticas, incluso al gobierno desde posiciones de influencia menor en determinadas circunstancias.

Todo ello les permite lograr avances constantes de mayor o menor significación, pero sin perder nunca de vista lo principal, que es su enraizamiento en las luchas cotidianas en el seno mismo del pueblo. Dicho sea de paso, al parecer, en el caso de Syriza este aspecto no fue bien resuelto del todo, puesto que según algunos reportajes que vienen de cerca, sus dirigentes se habrían concentrado casi exclusivamente en la lucha electoral y parlamentaria, al tiempo que el antiguo partido comunista griego del cual provienen en su mayor parte, se concentraba en la actividad de base pero adoleciendo de un sectarismo político no menor; pero habría que ver cómo es la cosa en realidad.

De esta manera, los Jacobinos son los únicos capaces de asumir el desafío de conducir con solidez los asuntos de los países en las circunstancias de crisis en que son llamados a hacerlo. Y puestos ante la tarea, generalmente la asumen con prudencia pero con extraordinaria decisión y firmeza, llevando a cabo aquello que son llamados a realizar.

Usualmente, los Jacobinos resultan derrotados a poco andar, lo que no tiene nada de raro, puesto que si bien los sucesivos alzamientos del pueblo empujan desde abajo el nacimiento y progreso de la era moderna, son otros los llamados a hegemonizar sus destinos. Generalmente son desplazados por Bonapartes, a veces grandes figuras ilustradas y otras, las más, unos brutos redomados, que surgen desde el interior de su propio sector, dispuestos a restablecer el orden domeñando a un pueblo cansado tras años de agitación constante. En otras ocasiones son vencidos por contrarrevoluciones azuzadas desde el exterior, lo que es muchísimo peor.

Casi siempre su derrota sobreviene después que logran cumplir la misión para la cual fueron convocados y junto al pueblo alzado, realizar las más increíbles proezas históricas. Otras veces enfrentan situaciones imposibles y su derrota sobreviene aún antes de empezar.

Sea como fuere, los Jacobinos deben saber enfrentar la derrota y, por aplastante que sea, sobrellevarla con dignidad, recordando que la única lucha que se pierde es la que se abandona.

Es su legado inspirador de pueblos, el gran ejemplo entre muchos otros de los republicanos españoles y los comunistas griegos, cuyas derrotas escribieron el prólogo y epílogo de la Segunda Guerra Mundial. Es también el legado universal de la izquierda chilena después de su derrota el 11 de septiembre de 1973, inspirada en el martirio de Salvador Allende.

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03 ago 2015

La suma de todos los óptimos

Lo cierto es que el gobierno ha hecho un giro para nada de cosmético. Lo demuestran el tono y la magnitud de las reacciones que se han sucedido desde los correspondientes anuncios presidenciales. En el extremo, se ha hablado del peligro que representa para la continuidad del conglomerado oficialista “si no se cumple con el programa”. Se trata de una reacción gruesa, justo cuando se requiere de una mayor fineza en el análisis. Como pocas veces antes se requiere ser rigurosos al momento de distinguir y de precisar.

Lo que están develando las críticas más rotundas es, más bien, el desconcierto ante un curso de acción no previsto anteriormente por los actuales críticos. Más que una dificultad para identificar adversarios a los cuales oponerse, de lo que se trata es de una ausencia de autocrítica.

Sería más apropiado reconocer que se cayó en el error inicial de prepararse exclusivamente para lo que podríamos llamar “la suma de todos los óptimos” y solo para esa situación. Para decirlo del modo más simple y llano posible, se trató de un exceso de ingenuidad, el que no debe ser reemplazado, ahora, por un exceso de pragmatismo.

Ocurre que el programa fue confeccionado para condiciones económicas óptimas, dado el escenario internacional en el que estábamos y seguimos estando. Es decir, que íbamos a seguir creciendo muy por sobre lo que nos ha tocado vivir en la porfiada realidad, que no se contagió de ningún optimismo previo.

Por otra parte, la gran demanda social insatisfecha previa, más que canalizada, fue estimulada todavía más. Nuevamente, nos preparamos para el óptimo. En este caso, se esperaba una plena síntoma entre la ciudadanía movilizada y un gobierno interesado en darle cause a los requerimientos detectados como prioritarios. La idea de que este respaldo pudiera ponerse en cuestión, y luego empezar a retroceder, no estaba en los cálculos iniciales.

También en cuanto a la gestión se jugó al óptimo. Se imprimió la máxima velocidad a la implementación de los cambios, puesto que lo que de verdad se temía era perder el favor popular, por una ejecución timorata de las reformas comprometidas.

Pero lo que quedó demostrado fue que una propuesta programática, no es todavía un proyecto de ley redactado en detalle, y la premura a todo evento no siempre es  amiga de una formulación de excelencia.

Por fin, en cuanto a la agenda de interés nacional, también se apostó por el óptimo; esto es, estimar que se podía obtener el completo dominio favorable en los temas de interés nacional que concentran el debate y el interés ciudadano.

Estos óptimos no se consiguieron, ni menos se lograron sumar unos con otros. Los que quieren tomarse en serio la discusión actual han de partir interrogándose sobre cómo es que llegamos a esta situación. Preguntarse por qué se ha tenido que proceder a una rectificación. De otro modo, a lo que se recurrirá es al manido expediente de buscar culpables, que siempre serán otros, nunca tendrán buenas intenciones y, lo más probable, es que se atribuyan a poderosos intereses retardatarios.

Lo que no pueden explicar fácilmente las teorías conspirativas es un dato muy básico, ¿por qué es que ese giro lo está encabezando la Presidenta de la República? La explicación ya la ha dado ella misma, y siempre es bueno hacer un repaso de su reflexión. En su concepto, nos hemos encontrado con cuatro dificultades claras: la reacción ciudadana ante los propios cambios; el decrecimiento económico, más hondo de lo esperado; las deficiencias de gestión; y, la crisis institucional y del prestigio de los actores de la democracia.

Se trata de un diálogo entre nuestros propósitos y la realidad encontrada. En medio de una evaluación de las actuaciones de un lapso de tiempo crucial (el año inaugural de gobierno). En el fondo, lo que hoy tenemos entre manos es el cruce entre los desafíos que nosotros hemos decidido enfrentar, y los desafíos que han decidido enfrentarnos a nosotros. Los primeros corresponden a una opción asumida, y los segundos corresponden a una resistencia inesperada (aunque tal vez esperable).

Téngase siempre presente que, todo este período de gobierno ha coincidido con una notable ausencia de la oposición. La administración de la Nueva Mayoría ha tenido una significativa ausencia de detractores efectivos. Además, su predominio parlamentario le ha dejado las manos libres para realizar los propósitos que estimara más conveniente. Los problemas que ha encontrado se explican más por lo que ocurre en casa que por lo que hacen los vecinos.

Por eso los problemas que se detectan pueden ser rastreados hasta su origen. Las reacciones negativas frente a las reformas tienen mucho que ver con la forma en que fueron presentados y del modo sistemático en que no fueron explicadas. Un programa debe ser confeccionado pensando en cómo se comportará la economía, más que en cómo nos gustaría que se comportara.

El Estado puede estar anquilosado, pero esto no puede ser una sorpresa para quienes lo han administrado por veinte años, por lo que enfrentar las trabas debía ser parte del diseño. La crisis institucional no se ha contenido, sino que nos hemos sumergido en ella como parte integrante.

Lo notorio del giro tiene que ver con la dimensión de los problemas encontrados y con las deficiencias que se han tenido al implementar cambios de gran calado.

Se puede decir que la necesidad de rectificar la política y de perfeccionar su práctica ha demostrado ser un elemento indispensable. Saltarse la política y sus actores, reemplazarlos por el poder del carisma personal; por la vinculación directa con la ciudadanía; el cambio simple de actores antiguos por nuevos, la idea de superar los obstáculos por la vía de la velocidad con que se los implementa; todo esto ha demostrado, una y otra vez, sus limitaciones.

La buena política no tiene reemplazo. Esto por la sencilla razón de que nunca se puede realizar cambios relevantes (en estricto rigor, tampoco administrar con éxito lo que ya se tiene) poniendo un tecnocrático piloto automático. La tecnocracia suele saber cómo es que se han hecho las cosas bien hasta ahora. Solo que la realidad humana nunca se repite. Y, si se está innovando, nos adentramos en una tierra ignota, donde los mapas de las zonas conocidas de poco nos sirven.

Por lo anterior, se hace un giro en la gestión de gobierno con la finalidad de mantener la coherencia política y la sintonía con la realidad social. Tal giro no puede fue pensado para dar por superado el programa sino para darle viabilidad. Esto se consigue convirtiendo en la tarea el recuperar adhesión ciudadana; ajustarse a las condiciones económicas más restrictivas (aunque sin convertirlo en excusa para todo); mejorando la gestión administrativa y política y recuperando prestigio y prestancia.

Propiamente no se trata de un cambio de rumbo, más bien de un ajuste de precisión.

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03 ago 2015

Begoña Ugalde se Toma el GAM

¿Qué ocurre dentro de una universidad estatal mientras permanece en una larga toma? ¿Cuáles son las dinámicas que se establecen? Adentro ¿se reproducen las lógicas de poder, las jerarquías, las valoraciones y juicios de una sociedad que ellos mismos se han propuesto cambiar?

Estas preguntas parecen guiar la última producción dramatúrgica de Begoña Ugalde, joven escritora que tiene a su haber tres poemarios (El cielo de los animales,Thriller y La virgen de las Antenas) y varias obras de teatro, entre las que destacan ABC1 (co-escrita con Pablo Paredes), Fuegos Artificiales, Campamento y el monólogo Llamadas de Larga distancia, entre otras.

Empero, la creación de esta obra–de indudable cariz político, en el sentido más amplio de la palabra–, tiene un origen distinto. Con una buena cantidad de marcas autobiográficas, el proceso de escritura se da en el contexto de los talleres de dramaturgia que realizó el Royal CourtTheater de Londres, donde Ugalde fue seleccionada en 2012 para realizar un workshop del que emergió este texto de título escueto y contingente: Toma.

Ahora bien, las respuestas que la obra da a las preguntas que inauguran el presente artículo, parecen ser siempre provisorias. Y eso se agradece. No hay en Toma pontificaciones grandilocuentes ni menos la pretensión megalómana de elaborar un discurso generacional. No hay cierres a los temas queaborda, temas que, por cierto, exceden por mucho las demandas que los estudiantes vienen haciendo desde 2006.

Esto, sin embargo, no implica que no existan miradas críticas a esta situación de excepcionalidad donde un grupo de jóvenes –que presentan orígenes, intereses y prácticas políticas y discursivas diferentes– se encierran por un largo período de tiempo a (con)vivir, forjando una cotidianidad obligada que puede extenderse por varios meses en condiciones de precariedad, aislamiento y, en no pocas ocasiones, de algún grado de hostigamiento policial.

En ese sentido, es válido observar lo que allí ocurre con suspicacias. Y Ugalde lo hace. Por ejemplo, hay una visión afectuosa, pero también paródica, del lenguaje forzadamente militante que utilizan los estudiantes en toma, especialmente los dirigentes. En un ambiente sobre ideologizado, todo diálogo y discusión pasa por el cedazo doctrinal de la revolución, el fin de la propiedad privada, las pretensiones emancipatorias, la vanguardia y la utopía. Y todo al ritmo de guitarras y voces vinosas entonando una canción de Sol y lluvia.

Este lenguaje, no obstante, se queda en lo meramente declarativo: las formas de actuar, la emocionalidad involucrada, los rangos y relaciones al interior del micro-sistema social en que se convierte la toma, siguen inscritas en discursos hegemónicos que los estudiantes dicen repudiar.

Por ejemplo, la división social del trabajo continúa instalada a partir del género. Así, las  mujeres limpian los baños mientras los hombres hacen las coordinaciones políticas (al tiempo que juegan taca-taca, desde luego).

Este pareciera ser un punto relevante en la obra: la perpetuación –incluso la exacerbación– de un modelo patriarcal en un espacio supuestamente alternativo en cuanto a sus formas de (auto) regularse y gestionar los comportamientos. Esto se evidencia, por ejemplo, en las luchas que enfrenta al mundo de la racionalidad contra una dimensión espiritual de costumbre desplazada, invisibilizada.

Este punto también emerge en lo que parece ser el centro de la obra: la relación entre Manuel, el líder indiscutido de los estudiantes, y Victoria, alumna de biología que comprende de un modo lúcido y doloroso, como no lo hacen los demás, la distancia entre una simple demanda respecto a la educación superior (pidiendo que sea de calidad, laica, gratuita y pública), y una propuesta menos concreta pero más ambiciosa y perenne: la aspiración a una vida mejor, más genuina y real, lejos de la alienación, el hedonismo, el egocentrismo, el individualismo de la sociedad chilena actual.

Destaca, también, el relato de una estudiante que es detenida por Fuerzas Especiales de carabineros. La escena logra recrear, con crudeza y verosimilitud, la experiencia traumática de la dictadura, la represión, el poder de la maquinaria estatal contra el desprotegido ciudadano de a pie, en todas las formas de violencia que ésta se expresó, con particular ensañamiento contra las y los jóvenes que se atrevieron a manifestarse contra ella.

Lo importante,  en agosto se hará un semi-montaje de Toma en el Centro Cultural Gabriela Mistral. Será en el marco del Festival Lápiz de Mina, que busca difundir la dramaturgia de mujeres en Chile. Se presentarán tres apuestas del taller del Royal Court Theatre (2012-2013), en obras que destacan el texto escrito por sobre la puesta. La curatoría estará en manos del colectivo Los Contadores Auditores.

La dirección de Toma es de Hugo Castillo, con un elenco compuesto por Isidora Tupper, Mariela Mignot, María de los Ángeles Calvo, María Paz Blanco, Diego Nawrath, Max Castañeda, Horacio Pérez, Sebastián Pinto, Pancho Jara.Las funciones serán durante todo agosto, los días 13, 14, 29 y 30.

Los otros dos semi-montajes, que también serán en el GAM, son CHAN!, de Camila Le-Bert (funciones 15, 16, 20, 21 de agosto) y Superhéroes en tu jardín (lo que se perdió), de Daniela Contreras Bocic (funciones 22, 23, 27, 28 de agosto).

Una buena instancia para ver dramaturgia hecha por mujeres y reflexionar sobre diversas temáticas a partir de un puñado de textos contingentes y provocadores.

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03 ago 2015

El aborto por violación

El aborto terapéutico, proyecto de ley que se debate en estos días, es una necesidad científica-biológica y moral para la mujer y debemos recuperar la legislación que lo asegura.

Si desde 1930 hasta 1989 era autorizado y estaba garantizado en nuestras leyes, incluso ratificadas en 1965 bajo el gobierno demócrata cristiano de Frei Montalva, ¿por qué negarnos a volver al punto en que nos encontrábamos  hace más de cuarenta años? ¿Por qué hacernos sentir la vergüenza de ser el país más conservador y atrasado de América Latina?

Demócratas cristianas como Claudia Albornoz adhieren al proyecto y a nivel mundial, lo defienden las “Católicas por el Derecho a Decidir”. Si algún parlamentario tiene una contradicción entre lo que realmente piensa y lo que le dicta su iglesia para aprobar este proyecto, hágalo solo, callado, pero no arrastre con su acción a la mayoría de creyentes o no creyentes. La objeción de conciencia es individual, propia de personas naturales, no de personas jurídicas ni menos de una legislación general que incumbe a todas y todos.

A los fanáticos de una moral atrasada  y feminicida se les ha dicho hasta el cansancio, que a ninguna mujer le gusta abortar; que es un proceso doloroso y delicado, aún cuando se haga en mejores condiciones que las que hoy deben enfrentar cientos de miles debido a la legislación retrógrada vigente; que se trata de dar igualdad de oportunidades a todas las mujeres que por un embarazo no deseado se encuentran en una situación de salud física o síquica peligrosa para su integridad como persona.

Violación como causal

Lo peor que hemos escuchado de los enemigos de este proyecto de ley es que la causa que más los detiene para su aceptación es aquella por violación de nuestro cuerpo… ¡Por favor! Tengan alguna delicadeza para decirlo siquiera en voz alta. Es una ofensa.

Cuando lo dicen así, tan sueltos de cuerpo, es porque no han aquilatado que después de décadas de lucha de la mujer para conseguir que se reconozcan nuestros derechos como personas, todo se derrumba cuando dudan o niegan que la violación es una razón válida para abortar. Un delito que nos obliga a cargar por el resto de la vida con la permanente presencia de un hijo no deseado, concebido en el desamor, con funestas consecuencias para él y la sociedad.

Me informo que al menos 1.000 millones de mujeres del planeta han sido maltratadas y abusadas sexualmente. Entre ellas, 120 millones  de niñas, también violadas y vendidas.

“La violación es parte inherente del sistema patriarcal, que a menudo empieza por el incesto —esa pedofilia interfamiliar ya tan extendida que si el mundo se enterase de sus dimensiones los poderes basados en la “familia”, el núcleo del sistema del mercado, se desintegraría— y continúa con la violación marital. Es así cómo el adulterio aparece como la  invasión de un hombre a la propiedad del otro”, comenta Nazarin Armanian, columnista española de Público.es.

En otras palabras, el cuerpo de la mujer es una presa del macho, como cuando desde hace miles de años ha sido y sigue siendo, un botín de guerra. Y ahora hasta nos ocultan, como el grupo fundamentalista Boco Haram en Nigeria, que secuestró cientos de niñas.

“Mientras nos enseñan, una y otra vez, las estremecedoras imágenes de varios hombres occidentales decapitados o cientos de soldados sirios maniatados ejecutados a sangre fría por una banda criminal en Oriente Próximo, no hay imágenes de las violaciones, torturas y asesinatos de miles de niñas y mujeres por los mismos terroristas.  Son invisibles, al igual que los 700 millones de mujeres de todo el mundo que han sufrido violencia física y sexual severa por parte de algún hombre de su círculo íntimo”, apunta Armanian, y concluye.

“Una situación agravada, si cabe, por los extremismos religiosos, las agresiones militares y un capitalismo desalmado y salvaje que se ceba contra las más pobres, las más mayores, las más niñas, las discapacitadas, las presas, las encerradas en los campos de refugiados… La agresión sexual es una de las manifestaciones de una sociedad sexista levantada sobre el dominio de unos  hombres que compiten entre sí por tener más fortuna, más poder y más mujeres”.

El cuerpo es nuestro y tenemos derecho a decidir con nuestra pareja y solamente con ella – no con un intruso que no pudo o no quiso frenar su impulso animal  – cuándo embarazarnos y dar a luz una nueva vida.

¿Cómo pueden seguir viendo la violación como un delito que cuando no es condenado por la justicia, sólo pagamos nosotras ? ¿O cómo un pecado que debemos redimir solamente nosotras mancillando nuestra vida para siempre?

El aborto terapéutico con esta y otras dos causales está en el programa de Michelle Bachelet que la mayoría del país aprobó hace apenas un año y medio. No pueden desconocerlo ahora, cuando los políticos de todo signo tienen la gigantesca tarea de recuperar la confiabilidad del soberano que los votó.

Señores, ¡no den ningún paso más en falso!

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02 ago 2015

Una pieza esencial

Al calor del debate en torno a la priorización de las reformas sociales contenidas en el Programa presidencial, algunos diputados, han señalado que abordar la desmunicipalización de la enseñanza, ya no sería posible en el tiempo que queda del actual Gobierno.

Vale la pena analizar y resolver con sentido de urgencia este tema. No para poner en duda que las reformas estructurales no se pueden tratar todas de una sola vez y que su propia viabilidad requiere de una adecuada priorización que permita sostenerlas a largo plazo.

El criterio de la imposibilidad de una simultaneidad en las reformas ya no admite réplica, sino que además, el propio momento que vive el país, exige saber por dónde avanzar para fortalecer la tarea gubernamental y frenar el populismo que promete arreglarlo todo y no resuelve nada, acentuando con ello la crisis de confianza que afecta la legitimidad del sistema político.

En ese contexto, postergar el estudio, debate y el proceso legislativo que, finalmente, permita fortalecer la Educación Pública, reemplazando la actual desmunicipalización por un sistema nacional de Educación, sería una decisión altamente discutible. Llego a esa conclusión por varias razones.

La principal razón es que la reforma educacional, es el corazón de las reformas dirigidas a la disminución de la desigualdad y ella no sería entendible sin iniciar la tarea con vistas a rehacer el sistema nacional de Enseñanza, descentralizado en la gestión, que fuera capaz de frenar la completa desarticulación por la que atraviesa el actual sistema municipalizado.

Como resultado de la fragmentación, los estudios más serios que se han realizado, indican que allí está la causa primordial de la segregación que castiga, con una educación muy por debajo de la que Chile puede entregar, a los sectores más vulnerables.

En consecuencia, la equidad pasa por el reemplazo de lo deficiente que hoy existe, que no es otra cosa, que superar el actual sistema de enseñanza atomizado e incoherente, por uno nuevo integrado y participativo, un sistema mixto, cuya centralidad se ubique en la educación pública.

Tal como lo fue el medio litro de leche para el gobierno del Presidente Allende, la reforma educacional se Levantará como el sello de identidad de la Presidencia de Bachelet y una pieza esencial de su construcción es el término de la municipalización de la enseñanza que segregó y atomizó la Educación chilena, para avanzar en su recomposición de acuerdo a la tradición chilena y las necesidades del país.

Por eso, esta pieza esencial de las reformas estructurales debe seguir estando en las prioridades de los desafíos planteados para este periodo presidencial.

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02 ago 2015

Los apoyos de Evo

Que no nos quepa ninguna duda, estamos en una fase de politización activa de la demanda boliviana, donde el componente comunicacional se hace cada vez más evidente. Las pruebas más concretas son las recientes incorporaciones de tres ex presidentes bolivianos que al parecer, se sumarán para apoyar en la difusión internacional de la demanda boliviana. Se trata de los ex mandatarios Guido Vildoso, Jaime Paz y Jorge Quiroga, quienes se sumarán al equipo encabezado por el agente ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), Eduardo Rodríguez Veltzé y del ex presidente Carlos Mesa, quien hasta el momento es el encargado de difundir la demanda internacionalmente.

Estos hechos ocurrieron cuando hace sólo semanas hubo una mediatizada visita del Papa Francisco a Bolivia, en la cual, el Presidente Morales intentó desde un comienzo involucrar al Sumo Pontífice como un eventual apoyo a su demanda marítima.

El Papa buscó ser particularmente cauteloso con sus declaraciones, al manifestar que apoyaba el diálogo entre las partes, pero que cualquier comentario en tanto Jefe de Estado, podría interpretarse como una intromisión. Sin embargo, para el mandatario boliviano existía la convicción de que el Papa apoyaba la demanda marítima. Seamos claros, que algún mandatario o alto representante de un Estado salude la decisión de las partes por dialogar una controversia a través de medios pacíficos, no significa que se esté apoyando la postura de una de las partes en litigio.

Un país como Bolivia debería tener clara esta última situación. Basta con recordar dos hechos relativamente recientes para graficarlo. En marzo del 2012, Bolivia anunció que el Presidente colombiano, Juan Manuel Santos “había apoyado la causa marítima boliviana como un problema histórico que debía resolverse”. La Cancillería colombiana tuvo que salir a precisar que en aquella ocasión, el Presidente Santos le había manifestado a Morales que ese era un tema bilateral, el cual debía ser abordado a través del diálogo y de manera pacífica.

En junio del 2012, el mandatario boliviano hizo una visita “de cortesía” al Presidente de la Corte Internacional de Justicia, Peter Tomka. Pero lo que debía ser un hecho totalmente habitual, (ya que la Corte recibe con la presencia de los Jueces a un Jefe de Estado cuando éste se encuentra de visita oficial en Holanda), se utilizó como un hecho mediático en Bolivia: Morales había asegurado que fue una “extensa” visita, en la que el Presidente de la Corte escuchó con atención el reclamo marítimo, y que incluso, Tomka le habría sugerido el camino a seguir para plantear la demanda marítima. Al igual que como ocurrió en el caso colombiano, la Corte emitió un comunicado oficial aclarando que se trató de una “corta” visita, meramente formal y enmarcada en los aspectos generales del trabajo de la Corte.

A diferencia de los casos anteriores, el Vaticano ha optado por la cautela, y hasta el momento no ha requerido precisar los dichos del Papa Francisco, ya que al parecer, el Sumo Pontífice fue lo suficientemente claro del respeto que tiene ante un proceso que se litiga en un tribunal internacional.

Pese a todo lo anterior, la ofensiva comunicacional en el país altiplánico sigue activa, ya que el Presidente Morales al leer una carta en la que el Sumo Pontífice le agradecía la hospitalidad recibida en Bolivia, según Morales, el Papa “estaba convencido” del reclamo marítimo, y que estaría “al servicio de Bolivia para lo que pueda ser de utilidad”.

A la luz de estos hechos, parece más cierta que nunca la propuesta que habíamos planteado en una columna anterior publicada durante el mes de mayo, en la que advertimos que de lo jurídico a lo político, sólo nos separaba un paso.

Ante ello, se insiste en la necesidad de que nuestra Cancillería tome un rol acorde a los hechos descritos, y que de ser necesario, emplace al Vaticano para aclarar la postura de la Santa Sede. En la política, todos sabemos que tanto las palabras como su omisión, tienen un significado.

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02 ago 2015

“Los vivos”, el mal de Chile

Sin duda alguna el caso Penta, Caval y Soquimich han sido de un impacto nacional nunca antes visto. Estas investigaciones tienen muchas aristas, una de las cuales reviste mucha gravedad para nuestra democracia al constatarse vinculación incestuosa entre dinero y política, aspecto que sin duda alguna traerá nuevas formalizaciones con igual e incluso mayor impacto que lo ya vivido.

Mientras tanto nosotros los ciudadanos, tomamos palco frente a la situación y por lo general se generan juicios de valor muy descalificatorios para los empresarios y la clase política. Sin restarle el significado y la gravedad de la situación, uno se podría preguntar, ¿los ciudadanos podemos tirar la primera piedra,cuando sabemos que hay diversas maneras de generar fraude al fisco, de adulterar información, de realizar tráfico de influencia, de aprovecharnos de los demás, de la cual la gran mayoría del país de una u otra manera usufructúa o ha usufructuado?

Difícil respuesta cuando los testimonios son elocuentes.

Sabemos de las adulteraciones a la ficha CAS para conseguir acceso a beneficios del Estado, de matrimonios que se separan falsamente para que sus hijos obtengan becas universitarias, de hijas de pensionados de las Fuerzas Armadas que se han anulado o no se han casado para aprovechar  seguir con la pensión de su progenitor. Sabemos también de profesionales que reciben altos ingresos, como los médicos, que generan empresas de papel para disminuir el pago de impuesto. De pequeños y medianos empresarios que pasan gastos de su casa con facturas para descontar IVA, de comerciantes que no entregan boletas para disminuir los impuestos, de otros que se coluden como las farmacias y los pollos. Empresarios que transgreden la lógica de la libre competencia al usar información reservada, como el caso Cascada, y otros demandados en Estados Unidos.

Sabemos también de abusos económicos como la Polar, INVERLING, EUROLATINA, del lucro disfrazado de Universidades, de sostenedores de colegios subvencionados que con platas públicas, se han hecho ricos   a costa de un deficiente servicio educacional, de los que eluden el pago del pasaje del trasporte público, de los que usan Software piratas o bajan música sin pagar,de aquellos que utilizan pitutos para conseguir algo que por la vía común sería difícil o imposible lograr,  y en fin un tremendo gran etcétera.

El común denominador de estas conductas, es que todos son VIVOS. Una institución nacional reconocida, altamente valorada, respetada y hasta imitada.“El avivarse”, es considerado casi como una “virtud” y comprende al que logra aprovecharse de las estructuras sociales y económicas para su beneficio personal.

Naturalmente hay vivos de todos los niveles, magnitudes, condición social, sexo y edad. Cada cual según sus posibilidades y recursos, quienes son considerados como héroes, claro que mientras no sean pillados. En ese momento el Vivo deja de serlo y es sepultado. Todos los que ayer los adularon ahora lo niegan.

En tal situación se torna complejo, sostener en el tiempo, el modelo de sociedad que queremos construir, salvo que nos llenemos de leyes para controlar absolutamente todo, a las que siempre el chileno “avivado” sabe encontrarle el resquicio en su beneficio.

Es cierto, no todos los chilenos están en esta categoría, sin embargo es una realidad cultural que afecta a nuestra sociedad. Siendo así, esto no se resolverá sólo con la generación de leyes, sino en la medida que cada uno revise su conducta y juntos generemos una moral social que piense más en el bien común que en el puro beneficio personal. ¡Tarea compleja y de largo aliento!

Es la hora de una profunda revisión para darle al país un mejor futuro para todos, pero para ello tenemos en definitiva desterrar al “vivo” de nuestro país.

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