01 sep 2015

Gratuidad: necesidad, justicia y oportunidad

La reforma a la educación superior y la implementación de la gratuidad son temas trascendentales en materia educacional, donde se decide el futuro de miles de jóvenes que aspiran a tener más y mejor educación, con equidad y sin exclusión.

No hay duda de que las iniciativas impulsadas por el Gobierno en este sentido constituyen una necesidad para el país. Por más de tres décadas Chile se ha venido desarrollando una educación superior sin la debida atención y sin una revisión profunda de su funcionamiento.

Ya era hora, entonces, de dedicarle tiempo a aquello. Asimismo,  avanzar a la gratuidad, constituye un acto de justicia, que también hacía mucho tiempo merecía atención por parte de los encargados de pensar y ejecutar la política pública en nuestro país.

Pero si bien, estos anuncios responden a una necesidad y constituyen un acto de justicia, no es menos cierto que, dada su relevancia,  merecen ser atendidos con mayor precisión, aspecto que no ha sucedido hasta ahora.

Esta situación explica que el ministerio de Educación haya tomado cartas en el asunto, anunciando la creación de un consejo consultivo –compuesto por connotados especialistas en materia de educación y aseguramiento de la calidad- que tendrá por misión ordenar la reforma educacional, atendiendo cada una de las miradas que coexisten frente al tema.

No cabe duda de que es una buena noticia y es de esperar que de esta forma se logre ingresar al tema de fondo, que no es otra cosa que entender cuál es el sentido del quehacer de las universidades, aspecto que ha estado ausente de la discusión actual y que ha sido reemplazado por la defensa de intereses.

Así entonces, más que discutir respecto a por qué una institución merece recibir apoyo, la mirada debiese centrarse en el para qué trabaja esa institución y, según eso, definir si merece ser apoyada. Es importante tener claro que el foco no está en lo que espero recibir como institución de educación superior, sino en lo que quiero entregar a los estudiantes, a la comunidad, a la sociedad en general.

Como ya hemos dicho, esta reforma es un proceso necesario para nuestro país y la gratuidad es un acto de justicia y un avance en equidad, pero también, es una oportunidad para dialogar sobre el sentido de la educación superior en el Chile actual.

Esperemos que esta nueva etapa anunciada por el Gobierno abra paso a discusiones de fondo, donde exista capacidad de acoger sugerencias, incorporar miradas y aprovechar las experiencias acumuladas hasta ahora, tanto en universidades privadas como estatales.

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01 sep 2015

Moulián

En el día de ayer se ha otorgado el Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales a Tomás Moulián. Merecido, muy merecido. Una larga trayectoria intelectual lo avala, más aún es uno de los intelectuales más conocidos de nuestro país y sin duda uno de los que ha tenido mayor influencia con su pensamiento. Su libro “Chile actual: anatomía de un mito”, publicado y re publicado por Lom ediciones, marcó un antes y un después en los debates políticos de la transición y profetizó sobre lo que ocurriría con nuestra sociedad.

A miles de miles de personas cultas y curiosas les permitió entender un poco más de lo que nos estaba ocurriendo, nos había ocurrido y posiblemente nos ocurriría como golpeada sociedad de fines del siglo veinte.

Moulián provenía de la Universidad Católica desde dónde fue expulsado después del Golpe del 73, como a tantos intelectuales y académicos. Se mantuvo en Chile bajo el alero de la Flacso y ésta al ser quitada por la Dictadura su personalidad jurídica, bajo el amparo de la Academia de Humanismo Cristiano. Allí hizo clases desde la fundación de la Escuela de Sociología a fines de los ochentas por Manuel Antonio Garretón.

Posteriormente participó en la formación y el proyecto del ARCIS, llegando en algún momento a ser su Rector. Esa Universidad, hoy vilipendiada injustamente, jugó un papel central en el desarrollo de las Ciencias Sociales y las Artes; allí intelectuales como Moulián, Salazar, Nelly Richard y muchos otros propusieron un modelo crítico de gran calidad e importancia en medio de una sociedad dormida por los supuestos éxitos económicos. Hoy Moulián hace clases en la Academia y las salas se llenan de estudiantes.

Presentamos la candidatura de Tomás Moulián con una simple biografía y sin necesidad de acumular cartas y hacer lobby como se acostumbra en los Premios nacionales, desgraciadamente. Se señalaba que se trataba de un “Intelectual público” y ese concepto fue acogido por el jurado en su decisión y declaración, lo que lo honra.

Es una suerte de tautología ya que la definición misma de un intelectual debería ser su carácter público; como dice la tradición, los intelectuales han sido o “los asesores del Príncipe”, o “del Pueblo”.

No cabe mucha duda que nuestro nuevo Premio Nacional no ha asesorado a los Príncipes y siempre le ha hablado al pueblo,  no a la gente, como dicen y mal dicen hoy en día. Libros, artículos en diarios y revistas, manifiestos, campañas de bien público, clases y conferencias es lo que hace a un intelectual, obviamente público. Pero es interesante resaltar esta dualidad “intelectual” y “público”, porque estamos en presencia de un intento deliberado de “privatización del pensamiento social”. Asistimos a un proceso violento de privatización de los intelectuales.

Moulián si se presentara a Conicyt o Fondecyt probablemente sería rechazado. Le preguntarían cuantos artículos ha publicado en Revistas ISIS, en inglés, sometida a reglas formales de citaciones internacionalizadas; le dirían que los libros no tienen puntaje o uno mínimo; le señalarían que sus artículos y  escritos en revistas de amplia circulación nacional e internacional, pero no del formato ISIS, no tienen valor, en fin.

Cual un moderno Farenheit de Ray Bradbury, Conicyt está cambiando las revistas impresas en papel y privilegiando las “publicaciones” digitales. En unas pocas décadas más nadie va a conocer lo que se está publicando hoy en día. En mi biblioteca tengo escritos en papel de hace siglos sobre la Historia de Chile y al mismo tiempo tengo centenas de discos con trabajos en Word Perfect, y sistemas digitales imposibles de leer y reproducir. Las tecnologías pasan de un minuto a otro.

El modelo adoptado acríticamente ( o a propósito) consiste en un académico, auto identificado como “intelectual”, que trabaja en su escritorio o laboratorio, que “sale a terreno” a buscar datos, que publica en otros idiomas y revistas poco o nada leídas, y que se mete lo menos posible en las complejas realidades existentes en su sociedad, y además que opina poco o nada. Estamos en presencia de la privatización de los intelectuales. En presencia del asesinato del pensamiento crítico.

Nos alegramos por el Premio Nacional a Moulián, por lo que él es y por lo que significa. Nos permite proponer un debate que no se hace y que muchos no quieren hacer. Más aún, nos felicitamos  que este Premio Nacional sea un reconocimiento a la contracorriente, al pensar libre y crítico, a una relación enriquecedora entre el intelectual y su sociedad y una protesta a la privatización del pensamiento social.

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01 sep 2015

Una toledana malquerida

Ponderando los dominios de esta hija de Fernando e Isabel, los Reyes Católicos auspiciadores de Colón, Juana la Loca (1479 – 1555) puede ser considerada primera soberana de la actual España. Otra cosa es que su regencia sólo fuese nominal o algo así como una satisfacción alucinatoria.

Con dudosa opción al trono, recibe una educación de tercera hermana, más obediente que mandona: religión, urbanidad, danza y música, equitación e idiomas. La madre trataría de moldearla a su “hechura devocional” pero resulta escéptica, manifestando, además, notorio desinterés por los ritos apostólicos. Isabel, alarmada, ordena mantener en secreto esta caprichosa y rebelde conducta.

Quizá advirtiera, en esa irreligiosidad, gérmenes contrarios a la salud del dogmático origen divino de las monarquías. A su debido tiempo, la revolución francesa daría jaque mate a esta extravagante doctrina.

Ofrecida en matrimonio a Felipe, archiduque de Austria, Juana fue moneda de cambio para reforzar  ataduras españolas con su padre, el emperador Maximiliano I de Habsburgo. A contrapelo, viaja a los Países Bajos a encontrarse con un novio desconocido. Curiosamente, ambos son atrapados por el torbellino de un amor a primera vista; tanto, que se habrían conocido –en el bíblico sentido- antes de la boda.

En Flandes, la infanta adolescente descubre un entorno individualista, comercial, festivo y opulento, explícitamente contrario a la familiar, piadosa y sobria corte hispana. El marido, incorregible tenorio, amante de la caza y los deportes, había demostrado competencia administrativa conjugando los intereses de Bélgica y Holanda con sensatas reformas.

Por sus retratos, era evidente exageración cortesana llamar el Hermoso a este Felipe que pronto  comienza a perder interés en su esposa, consumida por celos patológicos. Aún así, la estoica Juana afrontaría seis partos, matizados con periodos de angustiante vacío o abstinencia conyugal. 

La inquisidora Isabel –cuya beatificación sigue atascada en oficinas vaticanas-, advertida por sacerdotes husmeadores, la deshereda por no oír misa ni confesarse. Si bien, a su muerte, Fernando la proclama reina de Castilla reservándose astutamente la autoridad. Felipe no cede y, mientras el prolífico himeneo esperaba su quinto retoño en Bruselas, acuerdan un gobierno conjunto con Fernando y la propia Juana,

La situación cambia con el arribo de la real pareja a España; las malas relaciones con su yerno obligan al suegro a retirarse a Aragón, y Felipe es proclamado rey de Castilla. Éste, por cierto, regirá ignorando cumplidamente a su mujer.

El Hermoso, luego de un sudado juego de pelota bebe abundante agua helada; días más tarde, afligido por altas fiebres moriría en la flor de sus pecados, apenas de veintiocho primaveras. Lo súbito del suceso, inclinaba los rumores de envenenamiento hacia el suegro.

Juana decide enterrarlo en Granada, y durante el fallido traslado que duraría meses, acompañada por curas, damas e hidalgos, no se aparta del féretro. En el comadreo crecen rumores de demencia, y los nobles lamentan perder el tiempo en vez de ocuparse de sus tierras. Tras esa surrealista aventura trataría de gobernar,  mas el buen Fernando ordena encerrarla previniendo la formación de un partido nobiliario en torno suyo.

A la muerte del viejo rey, Juana suma el solio de Aragón a su ilusorio poderío. Esta vez, su hijo Carlos I se apropia de las jerarquías. Oficialmente, juntos correinaron en Castilla y Aragón. Y pese a que nunca fue declarada incapaz ni le retiraron títulos, jamás prevalecería, pues su devoto vástago mantuvo el encierro, obligándola a escuchar misa y confesarse, bajo tortura si fuese necesario.

Una rebelión anti señorial vendría en su ayuda, pues la llamada revuelta comunera, primera sublevación burguesa moderna, le reconoce majestad. Ella responde: “Sí, sí, estad aquí a mi servicio y avisadme de todo y castigad a los malos”. Así como la demencia de Juana era esencial para la legitimidad de Carlos I, su cordura justificaba derrocarlo por usurpador.

Para los comuneros sólo era una víctima de confabulaciones políticas. Ahora “parece otra”; interesada por las cosas, cuidada de su persona y  persuasiva ante la Junta comunera que precisaba su rúbrica para validar sus actuaciones. Sin embargo, se niega a firmar nada.

Carlos I gana la partida y Juana volvería al cautiverio, ya muy deteriorada por la depresión y la invalidez. Hasta su amén, rigurosa en el vestido negro y acompañada por su hija Catalina, permaneció cuarenta y seis años prisionera. De sus carceleros, física y psicológicamente maltratadas.

Por la indiferencia religiosa podría estar endemoniada, sugirieron algunos prelados.Francisco de Borja la visita y declara sin fundamento esas acusaciones. De cualquier modo, murió negándose a la confesión. Se dijo que la demencia la habría heredado de su abuela materna. No obstante, la silente “revolución de los archivos” demostraría que sufrió de intriga paterna continuada por el retoño.

El romanticismo se fascina con la leyenda de esta princesa medieval: pasión frustrada por el desamor, los mórbidos celos, el dolor de su viudez, su inicua reclusión. Esa bancarrota emocional y pérdida de toda esperanza atrajo a pintores, desde el museopradista Francisco Pradilla, un tantico de Rembrandt hay en sus pinceles, hasta la contracultural Juanita Markez.

Y Federico García Lorca le brinda el festejo de una elegía en verso alejandrino:

Eloisa y Julieta fueron dos margaritas,
pero tú fuiste un rojo clavel ensangrentado
que vino de la tierra dorada de Castilla
a dormir entre nieve y ciprerales castos.

Granada era tu lecho de muerte, Doña Juana,
la de las torres viejas y del jardín callado,
la de la yedra muerta sobre los muros rojos,
la de la niebla azul y el arrayán romántico.

Princesa enamorada y mal correspondida.

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01 sep 2015

El Mediterráneo y la desidia del mundo

Las imágenes hablan por sí solas. Las cifras, también. Por ejemplo, ya son cerca de 300.000 personas las que han cruzado el Mediterráneo  -a lo cual se deben sumar más de 2.500 muertos- y, todas ellas, escapando de alguna desgracia. Muchos, de la guerra, otros de persecuciones étnicas y no faltan quienes se van de sus países por motivos religiosos.

También, varios miles optan por buscar nuevos rumbos ante la destrucción de sus Estados y el auge del terrorismo. Y cómo olvidar a los seres humanos que dejan su tierra ante la falta de oportunidades laborales, las precarias condiciones de higiene, la hambruna y/o la pobreza.

Sin embargo, parece ser que el debate de hoy no se centra en la urgente necesidad de acoger a todas estas personas. Claramente, la discusión se establece en la categorización de todos esos seres. Ahora dicen que un refugiado no es lo mismo que un inmigrante y que un demandante de asilo es diferente a los dos rótulos recientemente mencionados. Y, desde un punto de vista legal o, si se prefiere, técnico, no hay duda que tienen razón. Empero, cabe preguntarse si acaso todos escapan, finalmente, de lo mismo. Y ahí todos los casos llegan a la misma raíz.

Cualquiera se puede dar cuenta que escaparse de la guerra es mucho más duro que dejar el país por la falta de higiene, pero, en ambos casos, el final será el mismo, es decir, la muerte.

Por ende, la categorización que realizan organismos como el ACNUR y ciertos gobiernos europeos –además de periodistas, académicos y políticos- no es más que una excusa para cerrarle la puerta de entrada a Europa a miles de seres humanos que sólo buscan sobrevivir.

En Eslovaquia, por ejemplo, ya se dejó en claro que prefieren cristianos. Si antes no querían negros ahora sí los aceptarían, pero sólo si son cristianos. Al respecto, el argumento eslovaco es indigno. “Acá no tendrán mezquitas, ¿cómo podrían integrarse?”. Si esto último no es un eufemismo para no decir “no queremos musulmanes”, ¿qué es?

Y tal es la urgencia de la Unión Europea, que acordaron una cumbre de ministros para el 14 de septiembre. La gran pregunta, entonces, es saber cuántos más morirán en los próximos 14 días. Pero no sólo se trata de muertes, sino que también de cuántas personas serán humilladas y engañadas en el trayecto que los lleve a Europa. Tal cual decía una inmigrante –que tuvo la suerte de entrar a Europa-, “lo peor es la humillación que uno sufre”.

Por último, unas palabras sobre las responsabilidades en este drama. Partamos por Europa o, si se prefiere, la Unión Europea. Diversos gobiernos del Viejo Continente invadieron o apoyaron invasiones en países como Afganistán e Irak. Luego, en los años más cercanos, avalaron los derrocamientos de dictadores de países como Libia, Túnez, Egipto, Siria y Yemen (los mismos a los cuales antes les daban ayudas económicas y los recibían con honores en visitas oficiales).

Aún más, no sólo les bastó con derribar a dichos gobernantes, sino que estuvieron de acuerdo en dinamitar el tejido político-social de aquellos estados y de abrir una caja de Pandora demasiado peligrosa. Hoy, el terrorismo avanza a grandes pasos y ya casi no se habla de Al Qaeda, sino que del Estado Islámico. “Curiosamente”, estos grupos operan en los países en los cuales Estados Unidos y Europa suelen intervenir.

La responsabilidad del Viejo Continente no se detiene ahí. De hecho, el drama de la inmigración en el Mediterráneo tiene al menos dos décadas de existencia, en las cuales murieron, como mínimo unas 24.000 personas. No hay cifras precisas, pero las diversas fuentes entregan números que, en ningún caso, bajan de 22.000 muertos.

¿Qué hizo la Unión Europea para frenar este proceso? Además de la Política Europea de Vecindad, la creación de Frontex o de operaciones fallidas como Tritón, entre otros, poco más. Junto a eso, algunos millones de euros por aquí y por allá, entrega de recursos y tecnología a cambio que los países del norte de África frenaran los flujos migratorios y la inoperante fundación de la Unión por el Mediterráneo. Alguien dirá que ha habido muchas más iniciativas y, seguramente, tendrá razón, pero si hablamos de proyectos concretos y exitosos, la respuesta será otra.

Sin embargo, los gobiernos europeos y la UE no son los únicos responsables. Los países magrebíes, los africanos subsaharianos y aquellos ubicados en Medio Oriente y la Península Arábiga también tienen mucho que decir al respecto.

En este sentido, no pueden seguir usando el argumento de “la colonización nos dejó demasiado dañados” para explicar la ausencia de gobiernos que den libertades a sus ciudadanos. La inoperancia de la Unión Africana, la casi inexistente Unión del Magreb Árabe y la eterna división de los estados árabes del Medio Oriente también son parte del problema y  no se debe soslayar el apoyo de países como Arabia Saudita y Qatar hacia grupos terroristas.

Y qué decir de la incapacidad de muchos de dichos estados –del Magreb, África Subsahariana y Medio Oriente y la Península Arábiga- para frenar al islamismo, ese mismo que no es sinónimo de terrorismo, pero que, evidentemente, acerca a los jóvenes a las posturas más conservadoras y/o radicales.

Los gobiernos de estos países no han sido capaces de frenar el desempleo de los jóvenes o de aumentar aún más la participación de la mujer en la vida cotidiana y laboral. Tampoco ofrecen perspectivas y, por lo mismo, muchos optan por dejar su país. Y si tampoco hay libertad de prensa o de expresión, ¿acaso eso es culpa de Europa? Y la endémica corrupción, ¿también es responsabilidad del imperialismo estadounidense o de la colonización europea?

Vayamos a Estados Unidos. Llevó su poderío militar hacia países lejanos como Irak, Afganistán y Siria, para luego lavarse las manos y ver cómo Europa se llena de inmigrantes o como quieran llamarles. Luego, algunas donaciones y apoyo diplomático, pero nada más que eso.

Veamos la Cooperación Sur-Sur. ¿Qué han hecho, por ejemplo, los países latinoamericanos al respecto?, ¿qué han hecho las agrupaciones de Derechos Humanos?, ¿qué han hecho organismos regionales?, ¿alguna vez intentaron concretar una ayuda permanente para los inmigrantes?. ¿se organizaron para recibir inmigrantes, en forma oficial, a través de planes de acogida?, ¿y qué decir, por ejemplo, de la Cumbre Sudamérica-Países Árabes?

Terminemos con el mundo. Según las últimas cifras, 2014 fue el año con más desplazados en la historia. La cifra (59,5 millones, aproximadamente) da escalofríos. Cuánto sufrimiento y cuánta guerra en el mundo. Y cuántos morirán de hambre. Cuántos fallecieron, anónimamente, por el Ébola. Cuántos se deshidratarán hasta la muerte. Cuántos morirán por las radiaciones tóxicas de las armas usadas en diversas partes del planeta. Cuántos animales sufren por lo mismo. Cuánta destrucción en el planeta.

Por eso, lo que ocurre en el Mediterráneo es sólo el reflejo de un mundo perdido. No importa la persona. Lo único relevante es lo económico. Lo otro importante es relacionarse con aquel de similar visión y no con quienes tienen una cultura, una religión o un color de piel diferente.

Así, imposible que el drama del Mediterráneo termine. Y, tristemente, el mundo se encamina a tener muchos más mediterráneos.

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31 ago 2015

Las millonarias defraudaciones con la Ley Reservada del Cobre

El fraude  con los fondos reservados del cobre evidenciaron las últimas semanas las profundas fracturas éticas y democráticas al interior del ejército y de determinados sectores de la civilidad, aún a 25 años de recuperada la democracia.

En los hechos, miles de millones de pesos fueron desviados desde la Ley Reservada del Cobre a bolsillos de uniformados y proveedores del ejército, sin que hasta ahora exista siquiera un monto final estimado de estas malversaciones, como tampoco una lista definitiva de todos los involucrados en la causa que investiga la fiscal militar Paola Jofré.

Sólo el cabo Juan Carlos Cruz, uno de los dos detenidos en el proceso junto al coronel Clovis Montero, gastó millones de pesos en el casino Monticello desde 2008, según un informe de esa casa de juegos entregado a la Justicia Militar.

El propio uniformado admitió a la PDI que en una sola noche despilfarró 60 millones de pesos, un monto que un trabajador medio tardará casi dos décadas en ganar. “Le perdí el sentido al dinero”, se justificó Cruz, quien trabajada en el Comando de Apoyo a la Fuerza, entidad encargada de administrar los pagos de la Ley Reservada del Cobre.

Pero el insólito dinero jugado por este cabo en los tragamonedas, que equivale a 240 dietas parlamentarias, es sólo la punta de un iceberg muchísimo más extenso.

Lo que está en cuestión es la absoluta opacidad política, técnica y administrativa con que las fuerzas armadas compran sus armas a través de la Ley Reservada del Cobre. Son operaciones que no puede revisar siquiera la Contraloría General de la República.

Y esa absoluta falta de control civil provocó finalmente un caos de proporciones. El ejército habría pagado, según los antecedentes que se investigan  facturas ideológicamente falsas, facturas no reconocidas por el Servicio de Impuestos, facturas robadas, facturas duplicadas, facturas de empresas con término de giro.

Pero este tampoco es el tema de fondo. Hay un punto aún peor que el desfalco y la falta de transparencia. O que la existencia de leyes secretas en democracia.

Lo que realmente es inaceptable es que no exista ningún debate democrático sobre la pertinencia de que miles de millones de dólares sean destinados a la compra de armas en cada gobierno, en un país donde aún hoy existen 160.000 chilenos viviendo en campamentos o donde aún tenemos 1.800 colegios sin agua caliente, por nombrar sólo dos precariedades extremas.

Si nada cambia, Chile destinará otros 10.000 millones de dólares a la compra de armas entre 2015 y 2025, sin siquiera considerar la adquisición de municiones y el gasto en mantenimiento de equipos bélicos que pueden sumar otros 5.000 millones de dólares en ese lapso.

Ambas cifras, que triplican lo que pedían los estudiantes en las marchas de 2011 para otorgar educación gratuita a todo el país, tampoco consideran los otros 4.200 millones de dólares que las Fuerzas Armadas tienen guardados y sin uso en sus cuentas corrientes, destinados a hipotéticas compras de aviones, submarinos o tanques, según reportajes publicados las últimas semanas en la prensa internacional.

Sin considerar el gasto en mantenimiento, Chile destinará de esta forma casi 15.000 millones de dólares a la compra de armas en este período, incluyendo los ahorros existentes para este ítem y los ingresos presupuestarios futuros.

Son cifras profundamente poco democráticas y no se condicen con un país donde aún la mitad de los trabajadores percibe un salario inferior a los 270.000 pesos, menos de 400 dólares al cambio actual.

Con estos gigantescos montos, administrados bajo total opacidad, Chile podría construir los 30 hospitales nuevos que requiere el sistema de salud y cuyo costo es de 3.000 millones de dólares, destinar 1.000 millones de dólares a construir viviendas para las 34.000 familias que viven en campamentos, invertir otros 1.000 millones de dólares en ciencia y tecnología e invertir 5.000 millones de dólares en edificar 1.000 liceos de excelencia.

Y aún así sobraría dinero. Mucho dinero.

Resulta inentendible por tanto que los parlamentarios, los ministros o la propia Presidenta no aborden decididamente esta situación en un país, donde un millón de chilenos espera atención médica hace meses en el sistema público de salud y donde las pensiones medias apenas se empinan a los 150.000 pesos, un poco más de 200 dólares.

El dinero, seamos realistas sin renuncia, no escasea en Chile, si no que está profundamente mal distribuido. O peor,  simplemente atrapado en las arcas de las fuerzas armadas y la Ley Reservada del Cobre, uno de los últimos vestigios de la dictadura y los acuerdos de la transición.

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31 ago 2015

Mientras tanto, en el país real

La amplia cobertura a la llamada “crisis de los camiones”, la “crisis de la educación”, la “crisis de la delincuencia”, la “crisis de los partidos”, contrasta notoriamente con un país que sí avanza y con noticias que sí son buenas, pero que no tienen esa atención de parte de los medios ni tienen el reconocimiento de parte de los partidos, las instituciones y la ciudadanía general.

Este país no está sumido en ninguna “crisis”. De hecho, en el país real están ocurriendo algunas cosas que tal vez la gente no ha percibido del todo. El próximo año, más de 300 colegios particulares subvencionados se van a sumar a la gratuidad, lo que significa que las familias de estos estudiantes ya NO TENDRÁN QUE PAGAR. Esto en la práctica significa, que si un grupo familiar con tres hijos en el colegio y que ahora paga 10 mil pesos por cada uno de ellos, se ahorrará 300 mil pesos al año con esta nueva ley.

El Estado va a aumentar los recursos de la subvención escolar por lo que en ningún caso los colegios verán mermados sus ingresos ni habrá excusas para afectar la calidad. ¿Es eso signo de crisis?

A mediados de agosto comenzó a entregarse el subsidio al Empleo Joven y el Bono al Trabajo de Mujeres, iniciativas que llegarán a 500 mil personas. Se trata de una inversión directa para facilitar el ingreso de jóvenes y mujeres al mercado laboral por 95 mil millones de pesos.

Aquello que la empresa no puede hacer, que es entregar mejores sueldos, se hará ahora con una iniciativa del Estado promovida por un Gobierno que ha entendido que la acción conjunta de privados y el sector público, puede traer mejores índices de desarrollo para el país. Además, este sistema de incentivos a la contratación, se hace de manera directa y eficiente, ya sea a través del depósito en las Cuentas RUT o cobrando en BancoEstado o ServiEstado. ¿Crisis?, no, tampoco.

En materia de reconstrucción, 176 familias afectadas por el reciente aluvión en Tocopilla recibirán ayuda directa en los próximos días. Para los daños leves se dispondrá de una tarjeta para compra de materiales de construcción por hasta un millón de pesos y para las casas que quedaron con daño irreparable, se entregará un subsidio para reconstruir en el mismo lugar siempre y cuando se trate de una zona segura. Quienes quieran trasladarse, podrán acceder a un subsidio que va entre las 900 y mil UF.

Todas estas medidas ocurrieron, se anunciaron y se aplicaron en la misma semana en que los camioneros hicieron su protesta. Es cierto que este tema es relevante porque encierra profundos quiebres entre el pueblo Mapuche, las forestales y grupos que han instrumentalizado este conflicto con otros fines, pero en Chile suceden muchas buenas noticias a las cuales vale la pena poner atención.

Y esto no es un llamado de atención a la prensa, sino a los dirigentes políticos que suelen ver en las malas noticias, buen caldo para ganancias de corto plazo. Es hora de que la mirada de Estado, la visión de largo plazo vuelva a imperar entre quienes nos dedicamos al servicio público.

En el país real hay urgencias y avances que muchas veces pasan desapercibidos por egoísmos incomprensibles. La DC ha insistido e insistirá en que es necesario detenerse, alzar la mirada, ver qué hemos logrado, por dónde vamos a seguir caminando y mostrar al país que se está avanzando de manera ordenada, responsable y concreta.

Sí, podemos correr y vociferar, pero eso sólo alimenta la idea de que se va rápido pero sin rumbo lo que es campo ideal para volver a hablar de “crisis”.

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31 ago 2015

Feminicidio y más

Ya se habla de feminicidio. Como en la segunda parte de su primer gobierno. Es decir, la quieren destruir porque es una Presidenta mujer. Pero no. Es más que eso.

No atacan únicamente su identidad femenina. Apuntan tanto a su gestión como a lo personal. Ya no dicen “no da el ancho”, sino que “no tiene capacidad” (léase, “no quiere transar el programa”); que en momentos de crisis ha sido “más madre que Presidenta” (léase, “debió quemar en la hoguera pública al  hijo chueco”). Ahora han llegado a usar la carta de los camioneros en paro y la descalificación personal inventándole vicios.

No hayan cómo hostilizarla más para empujarla a la renuncia. Algo que no es opción para una mujer fuerte, resiliente y gobernanta responsable como Michelle Bachelet.

Ocurre que la derecha, los grupos económicos y sobre todo financieros, no soportan que se cambie el modelo, que es lo que el pueblo le pidió y ella le ofreció en su programa de gobierno. Ese que ganó en las urnas hace menos de dos años.

No soportan cambios aunque ese modelo se derrumba a cada rato, como ocurrió con la debacle de 2008 y ahora, con el “lunes negro” de las bolsas mundiales.

Nunca arremeten, por el contrario, admiran a las gobernantas mujeres que han criado el neoliberalismo y lo defienden hasta las últimas consecuencias: ayer a Margaret Thatcher, que lo implantó en el Reino Unido. Y hoy a Angela Merkel, en Alemania y la Unión Europea, que hizo saltar al gobierno rebelde de Alexis Tsipras en Grecia, aún después de haberse sometido las reglas que se le imponían. Como recordarán, esto dividió a su partido progresista Syriza, desatando una grave crisis, la misma que quisieran provocar aquí.

Lo peor del turbulento momento que vivimos es que la coalición de Bachelet, la Nueva Mayoría, está sufriendo una trizadura parecida justo cuando debería estar más unida que nunca para enfrentar al enemigo, ese que quiere detener las reformas. Todos sus partidos deberían reforzar su unión para seguir apoyando con más fuerza el programa que juraron llevar a cabo durante la campaña… cuando se peleaban por tomarse fotos sonriendo junto a ella… ¿No les da un poco de vergüenza tanta inconsecuencia y deslealtad?

Mientras tanto, simultáneamente, en el primer mundo, un diario al que no se podría tildar de favorable a ella, como The New York Times, informa que su nombre se menciona como una de las candidatas a suceder a Banki Moon, el Secretario General de Naciones Unidas.

¿Cómo se entiende esto? ¿Es que la derecha internacional también tiene “dos almas”? ¿Una que defiende su modelo con guerras esparcidas por los continentes y otra espiritual que aboga por un mundo más solidario, más humano, en la ONU donde podría estar Michelle?

Hace poco vi el documental chileno “Chicago Boys” de Carola Fuentes y Rafael Valdeavellano. Debiera exhibirse en las escuelas como un audiovisual pedagógico sobre nuestra historia reciente. Narra paso a paso, en boca de sus protagonistas, cómo implantó el neoliberalismo en nuestro país. Ya no es Naomí Klein, a la que llaman loca, porque fue la primera en describirlo crudamente en “La doctrina del shock”. Son los propios Sanfuentes, De Castro, Fontaine y Lüders quienes lo cuentan. Expresan con orgullo haber adorado a Milton Friedman en su cuna, la Universidad de Chicago, y haber conquistado para Chile a “Alito”, el segundo de a bordo,Arnold (Alito) Harberger, visitante más que frecuente.

Y se aplauden de haber parido un país con un per cápita a punto de hacernos pasar al mundo desarrollado, siempre que el Estado se mantenga ajeno a la suerte de los desafortunados que pierden en esta ruleta del mercado, como recomienda el mismo Friedman en la película.

El documental termina con las protestas masivas de 2011 en la Alameda con los chilenos clamando por un nuevo rumbo, que es lo que  Bachelet recogió cuando todavía estaba en Nueva York trabajando por un mundo mejor para la mujer. No queremos que tenga que lamentar haber dejado una tarea destinada a la mitad de la humanidad por venirse –a nuestro pedido – a mejorar el futuro de sus 17 millones de compatriotas, que hoy no se lo reconocen como merece.

Muchos despotrican indignados por estos ataques pero muchos otros también callan en sus oficinas o en sus casas, en vez de salir a las calles como hicieron en Argentina para apoyar a Cristina en sus peores momentos o en Brasil hoy para darle fuerzas a Dilma. ¿Dónde están los chilenos? ¿Dónde están las “mujeres con Bachelet”?

Nuestro lugar hoy es en las calles apoyando el moderado programa de cambios al capitalismo salvaje que nos afecta y que hace agua en el mundo. Uno que en nuestro país se jacta de haber erigido el edificio más alto del continente, pero desde el cual, hasta los ciegos con buena voluntad pueden divisar los cientos de campamentos que apenas albergan a quienes perdieron el juego de Milton Friedman.

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31 ago 2015

Día Internacional de las víctimas de desaparición forzada

La Asamblea General de Naciones Unidas declaró el año 2010, el 30 de agosto como el día internacional de las víctimas de desaparición forzada. En Chile también lo conmemoramos como el Día Nacional del Detenido Desaparecido.

La práctica de la desaparición forzada ha sido utilizada en Chile, en América Latina, y en otras regiones del mundo para infundir terror en la población. No se trata sólo de un expediente represivo común destinado a amedrentar a los militantes de una causa, sus cercanos y familiares, sino a toda la población, al conjunto de la sociedad.

Por eso decimos claramente que la desaparición forzada es una práctica del terrorismo de Estado, un crimen contra la humanidad, del cual los responsables no pueden ser excusados por razones de contexto ni por el paso del tiempo. Son crímenes inamnistiables e imprescriptibles.

La desaparición forzada ha sido utilizada por los Estados y las dictaduras de nuestra región, dejando una estela de miles desaparecidos, pero también por grupos que ejercen la violencia organizada.

El más reciente caso es el de los 42 estudiantes de la escuela rural de Ayotzinapa, en donde policías coludidos con bandas narcotraficantes y el alcalde de Iguala asesinaron a 7 estudiantes e hicieron desaparecer a otros 42. Vivos se los llevaron y vivos los queremos ha sido la consigna de todas las personas decentes de México. Lamentablemente, su gobierno no ha estado a la altura para garantizar a los ciudadanos el imperio de la ley.

El caso pone de manifiesto que la desaparición forzada no es un tema del pasado, ni siquiera exclusivamente de los regímenes dictatoriales, sino una amenaza constante que pende sobre nuestras comunidades ya sea por la acción o inacción de agentes del estado o por grupos armados de carácter político o delincuenciales.

El tema de la desaparición forzada está en el corazón de Chile. Es completamente ineludible. Lo ha sido para construir la democracia y lo sigue siendo para construir el futuro Hay que recordar en este día a la muy querida Sola Sierra, cuyo nombre representa esa larga, valiente, a veces solitaria y dolorosa lucha por la verdad y la justicia en nuestro país.

El Informe Rettig y la Comisión Nacional de Reparación hizo un gran trabajo en la construcción de esa verdad, identificando  1.193 casos. También la segunda etapa del Informe Valech el año 2011, que permitió identificar 30 nuevos casos de desaparición forzada.Pero hay un esfuerzo principal que es el que despliegan los familiares, amigos y compañeros de los detenidos desaparecidos.

Recuperar la dignidad humana de las víctimas de la dictadura es la tarea de toda la sociedad chilena. La memoria de estos hechos recorre permanentemente las calles de Chile, a veces para conmemorar, a veces traumáticamente como lo hemos visto en días recientes.

Este pasado sigue estando presente pero no debemos dejar que nos domine. Debe servirnos para educar a las nuevas generaciones en el respeto a los derechos humanos y en el valor de la democracia.

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31 ago 2015

El imperativo de la ética para las Pymes

Cuando hablamos de delitos corporativos en una empresa mediana o pequeña, como cohecho o lavado de activos, siempre se piensa “esto no pasa en una Pyme” o “este tipo de problema no ocurre en estas empresas…pasa solo en las grandes”.

Pero no es así, este tipo de delitos puede ocurrir en todo tipo de compañías, la diferencia es que en las grandes empresas nos enteramos por los medios y de lo que sucede en las Pymes nada se sabe.

Para una gran empresa tener controles pasa a ser prácticamente una obligación, porque es la única forma que tiene el directorio de demostrar que cumplen con su deber de supervisión y dirección,  predicando con el ejemplo, capacitando a sus colaboradores sobre “lo que no se puede hacer” y entregándoles herramientas, seguridad y confianza para que hablen en caso de que detecten anomalías en la gestión.

En las Pymes, en tanto, es mucho más fácil prevenir, ya que sus dueños o administradores tienen un contacto mucho más directo con sus colaboradores, cuentan con un menor número de empleados, lo que hace más fácil supervisar su buen comportamiento, además de transmitirles el compromiso de no caer en ese tipo de situaciones.

Hace unas semanas cuando dictaba una charla a pequeñas y medianas empresarias decían: “imposible que nosotras cometamos actos de corrupción”;  pero no se trata de eso, no se trata que el dueño lo haga,  sino de qué estamos haciendo nosotros para educar a nuestros empleados, a nuestros proveedores, a todos nuestros stakeholders, de lo que se puede o no se puede hacer.

Una de las emprendedoras levantó la mano diciendo que a ella “le habían pedido plata de la municipalidad para poder obtener el permiso, y que si no pagaba le hacían la vida imposible”…y así nos podemos encontrar con miles de casos que no conocemos, que no salen a la luz porque son “chicos”, pero que dañan a la sociedad.

Hoy en día, la sociedad está mucho más informada, exigiendo sus derechos  y reconociendo el bien y el mal en las acciones de sus representantes y de las diferentes empresas de nuestro país.  Por lo mismo, hay que avanzar en este tema y conseguir que las pymes sean parte de una “nueva era”, en la que la transparencia será la base fundamental para ellas.

Para esto es necesario que implementen buenas prácticas corporativas, ya que cuando hablamos de delitos corporativos, cohecho, lavado de activos,  entre otros, se debe tener presente que es algo que pasa tanto a las grandes empresas, como en las Pymes.

Las pequeñas y medianas empresas deben comenzar a implementar sus modelos y/o adaptar sus políticas acorde a la realidad de cada una, preparándose para el crecimiento y para las exigencias que les impone el mercado.

Es necesario que los dueños o administradores de las pymes adquieran un compromiso real, ejecutando todas las medidas necesarias para prevenir y desempeñar sus funciones de manera proba, en forma inteligente y efectiva, para evitar situaciones que afecten su imagen corporativa.

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30 ago 2015

La noche imaginaria de los camioneros imaginarios

En el relato en línea por una radio la noche de los camioneros, pude escuchar nuevamente a los sesenta y tres años frases incrustadas en mi memoria, como:

“Facistas, golpistas, perros de los ricos”.

“Y va a caer, y va a caer…”

Se había logrado despertar a  los monstruos, y el imaginario colectivo se llenó de imágenes y recuerdos que parecían sepultados en lo más recóndito de la memoria secreta de la historia.

Porque el “homo simbolicus”, vive también en el flujo de la historia simbólica cultural  a través del mundo imaginario-real colectivo, lleno de fuerzas ocultas, símbolos y mitos que escasamente son controlados por la razón, pero que son capaces de afectar fuertemente el comportamiento y la realidad cotidiana personal y colectiva.

Las representaciones mentales, o unidades cultura-genes (“menti-facts”), parecen ser capaces de transmitirse y evolucionar de generación en generación y desplazarse geográficamente.

Es decir, están siempre vivas.

Allí es donde viven también los monstruos imaginarios que gustan salir de paseo especialmente en la oscuridad de la noche.

Al atardecer, los camioneros y los manifestantes pasaron sin darse cuenta a vivir en la historia de ese mundo imaginario y a luchar contra sus propios fantasmas y espectros.

El gobierno, después de tratar -sin darse cuenta-, de luchar en la historia real con lo imaginario, no le quedó más que (tardíamente), convertirse también en un fantasma imaginario monstruoso y algo torpe (por su tamaño), que salió a dar una lucha que fue imaginaria contra un enemigo imaginario.

El problema es que lo imaginario sí engendra nuevas realidades que ya no son imaginarias, las que a su vez, engendran realidades que habitan en la otra historia, la imaginaria.

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