14 sep 2015

¿Acaso es el cuerpo de la mujer un bien público?

En estos tiempos en que se debate respecto de la despenalización del aborto, se escuchan copiosas aclamaciones femeninas en nombre de la autonomía, los derechos propios de las mujeres, la capacidad de decisión individual, la propiedad del cuerpo, la libertad personal, el empoderamiento, la elección y opción particular.

Con ello, las mujeres ¿nos estamos apropiando realmente de nuestros cuerpos? o ¿seguimos siendo víctimas -inconscientemente manipuladas- de agentes externos que se esconden tras nuestras polleras?

El tema del aborto provocado, aparente bandera de lucha femenina que reivindicaría derechos propios de las mujeres, no hace más que incentivar nuevamente la intervención de la sociedad, del Estado, del legislador y de cuanto opinólogo hay, sobre el cuerpo femenino.

Lo sorprendente es que en el caso específico del aborto provocado, sería esta misma aparente reivindicación de la mujer -y la promoción de un acto quirúrgico sobre su propio cuerpo- la que sin saberlo la sigue inmolando, enmascarada en la premisa del buen uso de sus libertades. ¿De qué libertades estamos hablando? Esta apariencia de posicionamiento femenino refleja y erige una nueva forma de invisibilización masculina en materia de fertilidad y concepción.

El embrión humano se constituye luego de un proceso biológico llamado embriogénesis desde que ocurre la fecundación, vale decir, la fusión de los gametos masculino (el espermatozoide) y femenino (el óvulo) y se forma el cigoto o huevo. Entonces, parece ser que “el hombre macho algo aporta”.¿O acaso su cuerpo es un bien privado?

A partir de la década de los sesenta, al introducirse la anticoncepción hormonal femenina y los dispositivos intrauterinos, si bien permitió a las mujeres regular su propia fertilidad,  también desplazó a los hombres de las políticas de salud reproductiva, invisibilizando su participación en la concepción de los hijos y con ello, contribuyendo permisivamente a que muchos machos no asuman las consecuencias de su fertilidad, al no ser incentivados a regularla. Las mujeres siguen cargando -y las políticas regulatorias- sobre su cuerpo con el peso de la concepción, el embarazo, el parto, el puerperio, además de todos los innumerables efectos adversos e incomodidades derivadas del uso de terapias hormonales, llevar un dispositivo en su útero, o someterse a una esterilización quirúrgica.

Antes de hablar de aborto, debe darse transparencia a la reproducción masculina, contribuyendo a que el hombre tome conciencia de su protagonismo en la paternidad, el empoderamiento de su cuerpo, el reconocimiento de sus deberes y el posterior involucramiento en el cuidado, sacándolo del cómodo espacio de observador, ajeno a lo que sigue siendo la intervención sobre el cuerpo femenino.

¿Por qué el aborto y no la intervención en el cuerpo del hombre semental?Se vuelve imperativo entonces -en un clima de debate respecto de la legalización del aborto- el introducir programas de anticoncepción masculina, incluyendo métodos quirúrgicos como la vasectomía como método de esterilización masculina.

Esta consiste en la oclusión bilateral de los conductos deferentes que puede realizarse en forma ambulatoria con anestesia local, sin requerir hospitalización, tratándose de una técnica muy efectiva y de carácter definitivo. El costo total de la vasectomía bilateral según el arancel FONASA 2014 modalidad de atención institucional es de $124.930, correspondiendo un copago para un usuario tramo C de $12.490, a diferencia de la ligadura o sección de trompas, cuyo copago es de $14.440.

Estaríamos más cerca de la libertad y emancipación de la mujer al lograr hacer descansar el cuerpo femenino en un regazo de responsabilidad masculina, que amorosamente logre reciprocidad en la reproducción y en el compartir fertilidades.

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13 sep 2015

Ezzati y Errazúriz, sus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres

Hoy domingo se leyó en el Evangelio de San Marcos, las enseñanzas de Jesús a los apóstoles en donde les decía que El sería rechazado por los ancianos y los sumos sacerdotes, que sería condenado a muerte y que resucitaría después de tres días. Pedro se molestó por ello y llevando a Jesús aparte lo reprendió por lo que había dicho. Entonces Jesús, rechazando el secretísmo , le dice en voz alta: ¡Retírate, ve detrás de mí, Satanás. Tus pensamientos no son los de Dios , sino los de los hombres!.

No pude abstraerme, al escuchar el Evangelio, del intercambio de mails entre los cardenales Ezzati y Errazúriz, llegando a la conclusión  que los pensamientos de uno y otro corresponden a los cálculos del poder, de cerrar las puertas a todos aquellos que les dicen que se equivocan, que adoptan actitudes y adoptan decisiones arbitrarias y dolorosas para muchos sacerdotes y fieles quienes observan atónitos como la autoridad eclesiástica de Chile descuida su deber pastoral por el poder.

Los abusados por Karadima son verdaderos mártires de la corrupción de algunos sacerdotes y obviamente, aquellos que intentan acallar u ocultar, forman parte integrante de la cadena de corrupción.

En los mails intercambiados entre Ezzati y Errazúriz, se advierte que el pensamiento de ellos no son los de Dios, sino de dos hombres que ostentando cargos de poder en la iglesia, no están en sintonía con los mandatos de Dios. Si lo escrito está fuera de contexto, entonces Ezzati tiene el deber de entregar el contexto y no utilizar como excusa lo que no es capaz de mostrar a la opinión pública, anonadada por un vocabulario inaceptable de quienes aparentan tener amor espiritual por sus sacerdotes y el rebaño que les fuera confiado.

Cuando el cardenal Silva presentó su renuncia al cumplir 75 años, en septiembre de 1982, tuvimos con mi esposa Sylvia el privilegio de acompañarlo . La misma tarde que hizo entrega de su dimisión, conversé con él en el recinto religioso que regentan los salesianos en Roma en donde se encuentran ubicadas las catacumbas de San Calixto.

Allí me dijo que se había quedado con la impresión, por el tenor de su conversación con el papa Juan Pablo II, que su renuncia sería aceptada muy rápidamente. Y, así fue.

El tenía la esperanza de poder seguir por algún tiempo más al mando del Arzobispado de Santiago, como consecuencia de que al mando del cardenal Raúl, la Iglesia había dado un testimonio formidable de cercanía y amor al pueblo que se le había confiado y de llevar el mensaje de Jesús a través de innumerables obras concretas de acción social y también por su coraje y valentía de denunciar, sin cálculos, la acción destructora de una dictadura militar que asesinaba, perseguía y encarcelaba o hacía desaparecer a miles de compatriotas sólo por pensar distinto.

Sin embargo, su renuncia fue aceptada casi de inmediato, probablemente la más rápida de la historia vaticana, principalmente por los turbios manejos del Nuncio de la época y admirador de Karadima don Angelo Sodano.

Ezzati y Errazúriz se mueven admirablemente en los círculos del poder. El Papa Benedicto, al presentar su renuncia , denunció con elocuencia la hipocresía eclesiástica al interior de la propia Santa Sede y de la Iglesia.

Las palabras escritas por estos dos cardenales chilenos no son las que se esperan de un Buen Pastor y ciertamente que no responden a la pedagogía propuesta por Jesús en los evangelios.

Al cardenal Silva se le cerraron las puertas. Al entregar el mando arzobispal a monseñor Juan Francisco Fresno no tuvo ninguna participación ni posibilidad de diálogo con la nueva administración. La fluida comunicación de Ezzati con Errazúriz no la tuvo don Raúl, a quien se le aisló sumiéndolo en la tristeza de una jerarquía que lo ignoró.

Pero su alegría la recibía del pueblo de Chile que lo amó y lo sigue amando en el recuerdo de un pastor que amó a los pobres y los perseguidos con coraje, valentía y poniendo a Jesús como ejemplo de su caridad que lo urgía.

Don Raúl entregó todo su amor y su poder en favor de las más pobres, de los que sufrían, de los que requerían de su apoyo espiritual y material. Tengo la certeza que Ezzati y Errazúriz son hombres de fe, pero como nos dice el apóstol Santiago en las lecturas de hoy domingo ¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras?

Habría que preguntarles a nuestros cardenales: “Muéstramela, si puedes, tu fe sin las obras”. El cardenal Silva, en cambio, por medio de las obras nos mostró su fe.

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13 sep 2015

La conducta oportunista

Una de las grandes diferencias de la actividad política, respecto de otras ocupaciones u oficios está en el sentido que se entrega al término o acción “oportunista”.

En efecto, quién discutiría que en el caso de un futbolista que juegue como centro delantero, la condición de “oportunista” resulta fundamental. Al aprovechar, un rebote con una defensa descuidada o confusa, para dar aquel anhelado puntazo al balón, lograr que traspase la línea de sentencia e inflar la red del arco rival y arrancar de miles de gargantas el sublime grito de goooool!

Lo mismo puede decirse, en otro oficio, del humorista que consigue el momento justo, ni antes ni después, para soltar la frase, el contrasentido o el absurdo que le permite lograr una carcajada del público para que el mismo, luego lo premie con una cerrada ovación.

Igualmente, el artista circense necesita la contorsión precisa en el instante exacto en que pone a prueba su habilidad corporal y su fortaleza técnica y, a veces, su propia integridad física en saltos de tanto prodigio como peligro.

O, como vimos hace años atrás, en el caso del gran “chino” Ríos que, con un quiebre inesperado de su increíble muñeca, cambiaba el rumbo de esa pequeña esfera que es la pelota de tenis y conseguía uno de aquellos puntos que lo llevaron a ser, en el mundo, el número uno de la ATP.

Sin embargo, hay una actividad humana en que el “oportunismo” no tiene ni puede llegar a tener el mismo significado. Se trata de la política. En ella, una conducta motivada en sacar provecho personal de los hechos, indica el reprobable afán de actuar calculando sólo lo inmediato, es la conducta en que gana lo pequeño, el mundo sórdido de aquel que intenta ganar poder o popularidad como sea, es decir, sin detenerse en escrúpulos y mucho menos pensando en el bien común o en el interés nacional.

¿Por qué razón?

Por qué la política debiese tener como propósito principal la conducción del Estado, con vistas a obtener lo mejor para el país y, por esa vía, actuar atendiendo el bien común y no radicando su acción en el exclusivo interés individual.

Cuando la política se transforma en la exclusiva puesta en escena de los apetitos o ambiciones de cada cual, se produce un lento pero inevitable proceso de desgaste y socavamiento del prestigio de las figuras, o personeros políticos y se coadyuva, decisivamente, a la pérdida de legitimidad del sistema político.

Lamentablemente, es lo que pasa en Chile, la comunidad política como convergencia de afinidades en bien del país, ha sido desplazada hacia el desate de los afanes de cada uno, impidiendo que se establezca una confluencia de propósitos que valide la política, como algo más que el ruido que producen incontables avispas, en la que cada una trabaja por su cuenta, no importándole que hace ni hacia donde se dirige.

Es lo que ocurre con actos, como los que se expresan en los recientes dichos de Sebastián Piñera, que haciendo caso omiso de su condición de ex Presidente de la República, por la que recibe legalmente una dieta como Senador (con todas sus asignaciones para secretaria y asesores), se ha lanzado a la descalificación de tantos y tantas en escasas, pero nocivas palabras.

El oportunismo es así, acostumbra”subirse por el chorro” y utilizar cualquier fisura o circunstancia con la cual hacerse presente para sacar una tajada en beneficio propio; en este caso, buscar popularidad fácil y barata, sin el menor esfuerzo de ayudar a la búsqueda de soluciones como sería su obligación.

Es cierto que en Chile hay un panorama económico complejo en que existe responsabilidad del actual gobierno,  pero no es menos cierto que la presentación de cifras que no reflejaban la realidad, creando falsas expectativas comenzó el 2013 en su gobierno, con la presentación del proyecto de Presupuesto para el 2014, en que se hizo una estimación de 4,9% de crecimiento que estaba claramente por encima de las posibilidades del ciclo de la economía nacional y global.

Lo hice presente al entonces Jefe Programático de la campaña de Bachelet, Alberto Arenas, para que se deslindaran responsabilidades frente al país. O no respondió o fue muy débil, pues su eventual preocupación no se registró en el debate nacional. Como todo parecía que marchaba sobre ruedas se pecó por omisión y hoy Piñera se da el lujo de atacar como lo hace debido a que no se clarificó esa  evidente maniobra.

Sin embargo, la conducta oportunista es inaceptable; sobretodo cuando se pretende dirigir el Estado, una tarea de largo aliento, que exige altura de miras y no vivir de acuerdo al día a día, en maniobras de corto alcance. Se equivoca quien piense que la ciudadanía es indiferente ante estas malas prácticas, la crítica que ahora recibe el ejercicio de la política, en diversas encuestas es abrumadora, cuando el esfuerzo contra la desigualdad se reemplaza por pugnas estériles.

Precisamente, la autocrítica que el sistema político debiese hacerse es la falta de confluencia en un proyecto estratégico que, con respaldo mayoritario, dirija el Estado y a la nación, con vistas al Chile de las próximas décadas; al que el sistema político requiere proyectarse desde hoy para definir lo que será capaz de hacer, de lo contrario no habrá sabido dar cuenta de los auténticos desafíos de este siglo.

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13 sep 2015

13 de septiembre de 1973

Han pasado 42 años desde que un grupo de camaradas declaramos nuestra oposición al golpe Militar encabezados por Augusto Pinochet, las F.F.A.A y prácticamente toda la derecha chilena. En un día como este a las 11.oo de la mañana en las casas de Bernardo Leigthon e Ignacio Palma se redactó la Declaración llamada ” De los 13″ aunque fueron 16 los camaradas que adhirieron en su totalidad y contenía 5 elementos centrales.

El primero fue el rechazo al Golpe sin resquicios.

El segundo fue nuestra decisión de permanecer en la recuperación de la libertad y la Democracia.

El tercer eje fue que lo expresado que correspondía a decisiones personales sin comprometer otras firmas.

El cuarto mensaje era precisar que entre los responsables- aparte de las acciones directas eran la ultra izquierda maximalista que fue inconsciente por su falta de apoyo al Presidente Allende al llevarlo a un callejón sin salida.

El quinto responsable fue el aparato represor de la CIA y los instructivos de la Escuela de Panamá.

Quienes firmamos fueron Bernardo Leigthon, Ignacio Palma, Renán Fuentealba, Andrés Aylwin, Marino Penna, Fernando Sanhueza, Radomiro Tomic, Ignacio Balbontín, Jorge Donoso, Claudio Huepe, Waldemar Carrasco, Belisario Velasco, Jorge Casch, Florencio Ceballos  y quien suscribe esta nota, también firmó José Piñera quien retiró posteriormente su firma.

Los que lo hicimos fue a título personal sin responsabilidad partidaria para la Democracia Cristiana.No oculto el juicio que se ha hecho a la Democracia Cristiana  por no firmar esa declaración. Nos duele como Partido pero ha sido siempre claro. La Directiva de la época estuvo siempre convencida que el golpe “era inevitable” y en el argumento del mal menor creyeron que ese era el golpe Militar de las FF.A.A. Los años posteriores  no ratificaron el pronóstico.

La profundidad de los problemas que motivaron el Golpe fueron de tal calibre que no creo que podamos estar dormidos y no olvidar para evitar sorpresas aunque el mundo haya cambiado.

En cuanto a nosotros-los firmantes-creemos haber cumplido con nuestra visión y misión que asumimos con responsabilidad.

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13 sep 2015

Los migrantes a 25 años de la Convención de los Derechos del Niño

Justa indignación mundial ha causado la muerte del pequeño niño sirio Aylán de tres años, como resultado del intento de sus padres de trasladarse a otro país que les diera refugio y acogida humanitaria. Sin dudas la trágica historia de Aylán refleja la incapacidad de hacernos cargo -como mundo- de los problemas de los niños y niñas y sus familias, lo que a la luz de la celebración de los 25 años de la Convención de los Derechos del Niño, aparece como un contrasentido.

Sin dudas la Convención de los Derechos del Niño, ha sensibilizado y abierto las puertas a muchos de sus Derechos, pero parece ser más, lo que falta por hacer  y para ello no es necesario ir tan lejos; miremos los niños y niñas migrantes que llegan a nuestro país.

En estos días, se ha dado a conocer el caso de Adrián de la misma edad de Aylán, quien fue encontrado en un taller mecánico a los pies del morro de Arica, semi abandonado y alimentado por la leche de la perra “Reina”, la que sin dudas  se merece su nombre. Hijo de madre peruana y padre chileno, las noticias  señalan que en el año 2013 el recién nacido y junto a su madre llegaron a esta ciudad para ubicar al padre del lactante que vive en Iquique.

Más allá de lo que haya pasado en esta relación familiar, el hecho es que el niño estaba en una situación riesgosa que fue detectada y denunciada por una dirigente laboral, es decir por una particular, y no por alguna entidad pública responsable de los párvulos en el país. Con ello hacemos alusión a una amplia gama de instituciones comunales, regionales y nacionales que tienen a su cargo velar por el cuidado, protección y educación de los niños y niñas. Las encuestas hechas en la calle acusan a su madre, que por cierto tiene responsabilidad en ello, pero Adrián tiene familia y está en un país que se precia de preservar los Derechos de los niños.

Parece que ya no se va a terreno a visitar hogares como se hacía décadas atrás para detectar cómo viven las familias más vulnerables, las que habitualmente por su condición  no van a ir a las oficinas públicas a solicitar servicios. Sabemos fehacientemente que instituciones como Junji, Integra y Corporaciones Municipales reciben niños y niñas de familias migrantes, incluso aunque los padres no tengan del todo “saneados sus papeles”, pero también conocemos las dificultades que tienen.

Conocemos de sus problemas de integración por la falta de programas sociales y educativos que realmente asuman como sistema sus dificultades y en particular, que los empoderen en sus culturas, identidades y aportes al país.

Hemos sido parte de programas educativos como el realizado en jardines infantiles de la Corporación de la Infancia y Familia de la Municipalidad de Santiago entre los años 2008 al 2010, para integrar con propuestas interculturales párvulos de diferentes proveniencias, que en algunos casos alcanzaban al 60 % del total de niños y niñas matriculados, principalmente peruanos y ecuatorianos.

Pero en la actualidad la situación y  la diversidad ha aumentado; hoy encontramos en todo Chile, hasta en la austral Punta Arenas, niños y niñas de diferentes países no sólo latinoamericanos sino también africanos, lo que ha llevado a una multiculturalidad en los jardines infantiles y escuelas. ¿Pero estamos preparados para atender a estos niños y sus familias, como lo merecen?

En un reciente viaje a Antofagasta, colegas educadoras de párvulos nos han contado cómo a niños varones otavalos (ecuatorianos) que llegan con sus trenzas a escuelas propias de su cultura, se las cortan, o las difíciles situaciones en que se encuentran las familias y niños colombianos, en hacinamientos donde duermen mal, ya que la antigua práctica de “camas calientes” (camas compartidas por dos turnos de familias que hacían los mineros) se ha reinstalado con los migrantes.

Así podríamos seguir con más ejemplos, pero es hora de una política nacional, realista y eficiente en relación a los niños y niñas de familias migrantes, a la que aporten todas las instituciones;  que los casos de los pequeños Aylan y  Adrián nos sirvan para ello y no sigamos recriminando sólo a sus familias por sus incapacidades. Cuando estas situaciones suceden es que fallamos todos. Por lo expresado más que celebrar la Declaración de los Derechos de los niños, tenemos que seguir trabajando.

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12 sep 2015

La chimuchina Cardenalicia

Reinaldo Sapag  tuvo razón  al publicar su libro “La Iglesia  Santa y Pecadora de todos los Días”. Texto escrito por un católico desde adentro de la Iglesia, relacionado con las altas esferas del poder eclesiástico.

Hoy vemos con estupor, una vez más que “es más fácil pillar a un mentiroso que a un ladrón”, como dice el refrán popular.

Los famosos mails difundidos  ampliamente por la prensa, dejan en muy mal pie a la dupla de cardenales Francisco Javier Errázuriz y Ricardo Ezzati, sobre todo porque tratan situaciones que afectan la credibilidad de los Pastores ante su grey.

Utilizaron todos los contactos, posibles incluso del lobista  del Palacio de la  Moneda -Enrique Correa- para impedir que a Felipe Berríos SJ lo nombraran capellán en la casa donde tanto se sufre, pero que algunos  ambicionan habitarla, a lo menos por cuatro años.

Berríos nunca pensó ocupar dicho cargo,  “no tengo dedos para este piano” pero el Arzobispo, según el correo descubierto, estaba  descompuesto si algo así  ocurriera, en consecuencia que el cura se siente realizado a la luz del Evangelio  trabajando entre los más pobres de los pobres.

La cúpula eclesial mantiene una persecución permanente en contra de los sacerdotes que se atreven a recordar a los purpurados que la misión de Cristo en la tierra, está en preocuparse de abrir las puertas de las iglesias, como señalara el Papa Francisco  para que estas no se conviertan  museos petrificados.

Peor le fue a Juan Carlos Cruz, una de las víctimas del protegido cura pedófilo del Bosque, que se atrevió a denunciar  al todopoderoso Karadima, que tanto daño le ha hecho a la Iglesia cuando supieron ambos “príncipes del clero” que el Vaticano, lo nombrarían como integrante del Consejo Pontificio  sobre abuso sexual en la iglesia.

Todo el poder fáctico de los cardenales, se dejó caer en las altas esferas del  Pontífice en Roma, hasta lograr revertir el nombramiento, para que no se conozcan las verdaderas atrocidades que en materia de abusos inmorales  se cometen con niños y niñas en el  país, por curas y obispos pervertidos.

Benito Baranda un laico, que no tiene pelos en la lengua, fue enfático y lapidario: el Arzobispo “ha faltado a la verdad, fue deshonesto y vergonzoso”  jamás se podrá borrar esta página negra si se sigue ocultando la verdad, esa verdad que nos hará libre en tanto y cuando no se siga protegiendo institucionalmente a los culpables.

El senador A. Guille  fue claro y directo “Ezzati debería retirarse, le haría un favor a la Iglesia Católica”. Es hora del merecido descanso, para que entre aire nuevo, puro, limpio. Esta es una responsabilidad que tenemos que asumir todos los que profesamos la fe católica.

Mantenernos al margen es simplemente una cobardía impresentable, toda vez que en el pasado reciente la Iglesia fue guía de conducta  moral y defensora inclaudicable de los más débiles y perseguidos.

Sapag, quien acompañó al cardenal Raúl Silva Henríquez hasta sus últimos días, doloridos como miles de católicos, le envió una Carta Abierta a monseñor Ezzati haciéndole saber los errores, uno tras otros efectuados  en su gestión. La respuesta fue un trato humillante y vejatorio, que no se condice con la embestidura de los obispos al servicio de los fieles.

Algo huele mal en las esferas del poder, los caminos del Señor no son estos, por el contrario, la idea del Papa es recuperar la confianza perdida, se ha venido a servir y no servirse de todos aquellos que siguen con pasión y devoción el Evangelio de Cristo.

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12 sep 2015

11 de septiembre y las conversaciones que nos faltan

El 11 de septiembre define de muchas maneras cómo enfrentamos el presente. Si estamos hoy hablando sobre la idea de una nueva Constitución o solo pensando en cómo reformarla una vez más, en gran parte se debe a la falta de conversaciones públicas sobre la verdad.

Lo que pasó con miles de chilenos víctimas de desaparición forzada, prisión política, tortura y exilio, es una verdad. Una trágica verdad. Tras esas vidas truncadas hay testimonios, investigaciones judiciales, informes de comisiones y en algunos casos, condenas. Pero hay una porción importante de verdad que nos falta.

Nos falta que los civiles que participaron directa o indirectamente en los crímenes de la dictadura, den un paso al costado en la vida política chilena, por su propia dignidad. Que el silencio que han guardado por décadas sea reemplazado por su silencio en las decisiones públicas. No merecemos como sociedad la hipocresía sentada en un Congreso.

Nos falta también que dentro de esos civiles, las responsabilidades editoriales de los medios de comunicación sean investigadas y reciban las condenas con un debido proceso. No nos bastan los reportajes que nos recuerdan el horror, necesitamos esa porción de verdad que ocultaron los medios.

Nos falta comenzar a nombrar estas verdades con los nombres que corresponden: falta de justicia, montajes, encubrimientos, violencia sexual como tortura, dolor.

Nos falta ver a los condenados sometidos a las reglas que ameritan los crímenes de lesa humanidad. Nos falta presenciar el cierre de la totalidad de las cárceles de privilegios.

Esa verdad la necesitamos. Por esa verdad continúan incansablemente las organizaciones de derechos humanos reclamando justicia. Por esa verdad no basta con pedir perdón. Necesitamos que quienes estuvieron tras esos crímenes rompan el pacto de silencio.

A 42 años del golpe de Estado sigue abierta la herida y la memoria como un espacio en permanente construcción, también la posibilidad de un país que, mirando su pasado, enfrenta su presente de un modo más genuino.

Es cierto que varias de las conversaciones que nos faltaban las estamos dando. Hablar de una nueva Constitución este 11 cobra más sentido. Una forma de dar un paso adelante en la institucionalidad política es romper con las principales trabas de la dictadura, la mayoría de ellas amparadas en la Constitución.

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11 sep 2015

Fallo inminente

La Corte de La Haya anunció que entregará su fallo sobre la Excepción Preliminar de Incompetencia presentada por Chile el próximo 24 de septiembre. Resolverá exclusivamente este punto y no el tema de fondo, en que Bolivia nos ha demandado para que la Corte nos obligue a negociar, de buena fe, una salida soberana al Pacífico.

El Juicio principal se encuentra suspendido, hasta que decida, preliminarmente, si es o no competente. Lo hará teniendo en cuenta su Estatuto y su Reglamento, luego de un Juicio previo, donde las partes presentaron, oportunamente, sus argumentos escritos: Memoria chilena, Contramemoria boliviana, réplica de Chile y dúplica boliviana; más los respectivos alegatos orales. Todas estas etapas se desarrollaron en plazos determinados, fijados anteriormente.

Este anuncio significa que el Tribunal, internamente, ya ha llegado a una decisión entre los 14 Jueces, (son 15 pero uno de ellos se auto-excluyó, por haber asesorado a Chile en el pasado), más los dos Jueces Ad Hoc, de Chile y Bolivia. Es un plazo breve, comparado con otros casos. Como en todo fallo internacional, caben variadas alternativas.

Podría declararse totalmente incompetente para conocer el Juicio Principal. En tal caso, Bolivia -que ya presentó su Memoria (demanda escrita) contra Chile- no podrá proseguir con el pleito, y todo concluye sin que la Corte conozca más del asunto. Lo que Chile alega.

También puede declararse competente para conocer todas las materias del Juicio de fondo, el que debería continuar con la Contramemoria chilena, réplica, dúplica y alegatos orales, en nuevas fechas futuras. Lo que Bolivia desea. Ambas situaciones  no parecen probables, pues son el todo o nada para las partes.

O bien, puede decidir postergar toda decisión de incompetencia, a resolverla como primer asunto, pero una vez que dicte la Sentencia definitiva,el Juicio continuaría y habría que determinar cuando Chile presenta su Contramemoria, seguida por las réplicas y los alegatos orales. Si así fuere, el Juicio duraría varios años más. Tampoco hay plazos obligatorios para sentenciar.

Todas estas posibilidades tendrían consecuencias importantes, tanto en el ámbito jurídico como político. Si se decide por la incompetencia, Chile obtiene un triunfo y Bolivia se lleva su Memoria a la casa. Si decide lo contrario, Chile entra en el Juicio propiamente tal, y Bolivia clamará victoria.

Si lo posterga junto al Fallo final, habrá que seguir con el caso y Bolivia obtiene únicamente eso, no el fallo final. La Jurisprudencia de la Corte sobre incompetencias, se encuentra dividida, en iguales proporciones, y no es posible priorizar una tendencia sobre otra.

Sin embargo, todavía caben más alternativas intermedias. Por ejemplo, el que la Corte se declare incompetente sólo en parte, dejando fuera todas las veces en que Chile negoció o propuso soluciones de salida al mar a Bolivia -nunca con un compromiso formal- aunque sólo las posteriores al Pacto de Bogotá (1948), sin que se altere el Tratado de Límites de 1904, el que ningún Tribunal puede modificar al haber sido libremente pactado por las partes. Los dos países obtendrían algo. Bolivia, continuar con el pleito, y Chile, limitarlo jurídicamente.

Si vamos al Juicio de fondo, quedamos más tranquilos, pues negociar no es obligatorio, ni menos con un resultado predeterminado. Bolivia igual festejaría y seguramente redoblaría su campaña comunicacional contra Chile, buscando más apoyos políticos de los que tiene, por afinidades ideológicas. Evo aseguraría su reelección indefinida.

Cualquiera sea el resultado, que no sea el todo o nada para una de las partes, al menos en esta etapa del pleito, nadie podrá cantar victoria. El caso legal seguirá en manos de la Corte por años, y dependerá menos de los Gobiernos y sus estrategias. No cabe sino esperar. Eso sí, descartando falsas expectativas triunfalistas.

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11 sep 2015

Un día gris

El 11 de septiembre es un día de derrota, aun para quienes hace 42 años se sintieron ganadores derrocando a un gobierno constitucional y causando dolor y miedo en un pueblo que venía despertando y logrando avances respecto de su condición atávica de pobreza y pocas oportunidades. 

Ese 11 de septiembre, lo recuerdo, comenzó como un día gris que tornó rápidamente en aciago. Mientras unos pocos celebraban con champaña, miles comenzaban a temer por sus vidas y otros miles de miles se encerraban en sus hogares tras poner banderas por la “liberación” aun cuando sólo el miedo los impelía.

Se vino la noche, por 17 años, los mismos que aprovecharon un grupo de chilenos para saquear el país en beneficio propio. Se hacen llamar empresarios, aun cuándo poco es lo que han creado.

Sólo estuvieron ahí cuando la derecha económica y política usó el poder militar para defender sus intereses. Esa pequeña nueva elite pasó de la borrachera de la champaña a la borrachera del poder que los hizo sentir, por décadas, por sobre el bien y el mal, indiferentes a la crítica, inmunes a la justicia y refractarios al dolor y las necesidades de los otros.

Cientos de voces se alzan este día para reclamar que “nunca más en Chile” se imponga el odio, la muerte, la tortura, pero también existen algunas discordantes, como la de un diputado de la UDI que ni siquiera merece ser mencionado, un alma miserable que reconoce a los delincuentes de Punta Peuco como sus “héroes”.

¿Cuánto ha cambiado Chile en estos 42 años? Mucho en lo físico. Carreteras modernas, mega ciudades, centros comerciales convertidos en templos del consumo, millonarios que ofenden con su riqueza. Pero en lo humano y social los avances son menos notorios.

No basta con haber reducido la pobreza en 20 puntos, si ello sólo significa cubrir la canasta básica.

No basta con que algunos miles de jóvenes sean primera generación en la educación superior si se trata de universidades mediocres o, tras su titulación, deben ponerse tras un volante o una vitrina.

No basta con reducir la falta de vivienda, si condenamos a los pobladores a subsistir en 40 metros cuadrados, en medio del polvo y la nada.

No basta con una pensión básica solidaria, si además nuestros viejos deben barrer calles y cuidar plazas para comer.

No basta con una baja cesantía, si más del 50 de los trabajadores ganan menos de 300 mil pesos mensuales, en fin, ¡no basta!

Pero sí ¡basta! con una derecha que amenaza, que pone toda su fuerza y empeño en hacer fracasar las pequeñas reformas que buscan sólo aminorar la brutal desigualdad impuesta en dictadura y perfeccionada en democracia. 

Quieren volver a ganar esta vez sin la metralla, sin el crimen alevoso, sin la tortura denigrante. Quieren doblar la mano de los cambios y seguir en su mundo afortunado, bello, logrado con la amistad cómplice de la élite en contra de nosotros, de los que cada día construimos país.

Participar debe ser nuestro verbo; sólo con esa determinación, plenos de energía y convicción, lograremos que el sueño de quienes participaron de la reforma agraria, la nacionalización del cobre, la promoción popular, la sindicación campesina, y que lucharon por la libertad y la igualdad de oportunidades se transforme al fin en realidad en este país tan injusto y desigual. 

No olvidar el 11 de septiembre de 1973, no para revolvernos en el dolor, en la pena, sino para construir sobre bases sólidas un Chile mejor.

Hoy amaneció claro y brillante, y los caminos de la vida pueden y deben construirse a partir de los errores y los horrores. De nosotros depende.

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11 sep 2015

Bachelet, inteligencia y coraje

A fines de esta década, cuando este gobierno ya  haya terminado, Chile va a ser un país distinto en muchos sentidos. Empezando, porque más del doble de los trabajadores que hoy lo hacen van a poder sindicalizarse y negociar colectivamente y, a otro sector muy mayoritario de trabajadores, van a ver extendidos los beneficios  de la negociación colectiva que, en su momento,  hicieron sus pares.

Del mismo modo, cerca del 90 % de los niños en edad escolar, tanto de la educación primaria como de la educación secundaria,  van a estar estudiando en escuelas públicas o particular subvencionadas  sin que sus padres tengan que pagar un centavo por su educación.

Igualmente, al menos los jóvenes pertenecientes a las familias de los primeros 8 deciles de ingreso (los sectores más vulnerables) van a tener el derecho a estudiar gratuitamente en instituciones de educación superior acreditadas y de calidad. Junto a ello, el 30% de los(as) niños(as) en edad preescolar de nuestro país estarán integrados al sistema de educación parvularia, llegando con ello a los máximos niveles de participación en educación preescolar que presentan los países desarrollados.

Para esa época ya se habrán producido elecciones parlamentarias con el nuevo sistema electoral mucho  más democrático, amplio y justo que habrá entrado en vigencia en diciembre de 2017.

También en el Chile de fines de esta década, las parejas de igual o distinto sexo podrán vivir cuidando su patrimonio y recibiendo el respeto  que su dignidad de seres humanos les confiere, sin que existan distingos ni discriminaciones de ninguna especie.

A fines de esta década, Chile contará con dos Ministerios fundamentales para la calidad de vida de cada habitante, las familias y comunidades a lo largo y ancho del territorio nacional, y para ir construyendo un país más integrado, equitativo, respetuoso de su diversidad y participativo. En efecto, los ministerios De la Mujer y Equidad de Género, y de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, creados en este gobierno, contribuirán decisivamente para el buen vivir de todos(as).

El Estado contará, gracias a una gran reforma tributaria, con los recursos suficientes para mejorar los hospitales y para solventar este derecho a la educación que tanto reclamaron en su oportunidad el movimiento social y los estudiantes.

Qué duda cabe que ese país va a ser uno muy distinto al que hoy estamos viviendo. Por cierto, tal vez aún no habremos avanzado lo necesario en el reconocimiento del carácter plurinacional de Chile y, quizás, sólo habremos sentado las bases para debatir y aprobar una nueva carta constitucional.

Naturalmente sabemos que van a subsistir muchas desigualdades y arbitrariedades, entre otras, la relacionada con el sistema de pensiones que permite que nuestros adultos mayores vivan con jubilaciones muy indignas.

También el hecho que todavía las grandes empresas transnacionales, sobre todo en área de la minería, van a pagar muy escasísimos impuestos y prácticamente un royalty simbólico.

Probablemente en el sector de salud privado seguirán habiendo discriminaciones odiosas contra la mujer y el adulto mayor. Sin perjuicio de todo lo anterior, el Chile de esa época va a ser un país distinto, un país en que habremos dado pasos muy fundamentales en la dirección de la inclusión y de la justicia social, que son la base de la auténtica paz social  que Chile se merece.

¿Cómo fue posible hacer estos cambios de fondo que van a empezar a vivir los chilenos a partir del 2018?

En primer lugar, sin lugar a dudas, gracias al despertar de la ciudadanía  y a las grandes movilizaciones  que se desarrollaron en Chile en los años 2010, 2011 y 2012 durante el gobierno de Sebastián Piñera y que pusieron de pie a los estudiantes y a sus padres; a los medioambientalistas;  y a quienes luchaban por la inclusión, el fin de las discriminaciones y el respeto a la diversidad sexual. En definitiva, porque hubo una ciudadanía que supo ponerse de pie.

En segundo lugar y al mismo tiempo, porque a miles de kilómetros de distancia de Chile, había una mujer  que en ese momento, sin perjuicio de las altas responsabilidades que tenía en ONU Mujeres, iba siguiendo con su inteligencia y corazón los avatares de la sociedad chilena y llegado el momento, producto de solicitudes de muchas personas y organizaciones de diversos orígenes, pero sobre todo de nuestro pueblo, decidió regresar a la patria y postular a la presidencia de la República.

Una mujer que tuvo la inteligencia de comprender que no tenía sentido seguir con más de lo mismo; una mujer que tuvo la inteligencia de comprender cuál era el sentido último del malestar que alentaban las protestas y movilizaciones sociales. Y, sobre todo, tuvo la inteligencia de comprender que un país integrado y con paz social no podía construirse si no necesariamente sobre la base de hacer cambios de fondo que permitieran efectivamente, doblegar las desigualdades más profundas que estaban hiriendo el alma nacional (y que lamentablemente en alguna medida lo siguen haciendo).

Pero no bastaba solo inteligencia para comprender la necesidad de hacer cambios de fondo. Ya  con la experiencia de haber dirigido un gobierno, ella sabía que estas  reformas que se iban a implementar para cambiar las cosas en el país en la dirección de la justicia y la inclusión,  iban a tocar intereses muy poderosos y cuyos principales representantes iban a reaccionar duramente. Además, tenía claro que se iban a hacer en un país donde todos los medios de comunicación, con excepciones muy honrosas, estaban -y siguen estando- en manos de esos mismos poderosos, cuyos intereses van en la dirección de que se mantenga el statu quo para seguir usufructuando de los beneficios del poder.

Se necesitaba inteligencia para saber qué es lo que había que hacer y coraje para llevar a la práctica dichas reformas sabiendo que se navegaba en aguas turbulentas. Porque toda transformación, cuando es en serio, y es estructural, no se hace sino navegando en aguas agitadas, aceptando los desafíos que implica la reacción de los poderosos que ven tocados sus intereses.

Michelle Bachelet tuvo la inteligencia para comprender lo que había que hacer en Chile y el coraje para dirigirlo. Tenía que ser una mujer. En un país de tanto machismo transversal en la dirigencia política, de tanta discriminación intelectual y moral hacia la mujer, es muy simbólico que haya sido una mujer la que haya tenido  esta inteligencia y coraje.

Doy esta opinión cuando la Presidenta de la República tiene apenas un 25% de aprobación promedio según las últimas encuestas y sobre un 65% de rechazo.

Es cierto que hemos cometido algunos errores como coalición de gobierno; muchas veces no hemos estado a la altura de estas transformaciones. Pero,  no tengo una sombra de duda de que a muy poco andar,  la inmensa mayoría del país va a saber comprender, valorar y agradecer los inmensos cambios impulsados en Chile por la Presidenta Bachelet, producto del coraje propio de las mujeres chilenas y propio de los(as) grandes líderes, que saben que hay costos transitorios cuando se quieren hacer cambios de fondo, pero que a la larga son los únicos cambios que tiene sentido realizar si uno está en política para servir al país y no a sus propios intereses.

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