17 nov 2015

El multimillonario fraude administrativo de las mutuales

El recién pasado 4 de noviembre la Cámara de Diputados aprobó por unanimidad constituir una Comisión Investigadora “sobre el perjuicio que habría causado al Estado el rechazo de las denuncias individuales de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales por parte de las mutualidades”.

El principal argumento que detonó la aprobación de esta comisión fueron las declaraciones  de la directora de Fonasa, Jeanette Vega, quien señalara recientemente que Fonasa está asumiendo 540 mil licencias médicas que corresponden a enfermedades y accidentes laborales que deberían estar asumiendo las mutuales, por las que el sistema público deben desembolsar cerca de $90 mil millones al año.

Durante el año 2014 se tramitaron en Chile 4,3 millones de licencias médicas, aumentando en un 9,6% en comparación con el año 2013. De estas, el 71% pertenecieron a Fondo Nacional de Salud (Fonasa)  y el otro 29% a  las ISAPRES. No obstante, tal como lo hemos venido exponiendo desde el año 2013 no todas las licencias que llegan al sistema público de salud tienen causa en enfermedades de origen común, sino que muchas corresponden a enfermedades profesionales o accidentes del trabajo, que deberían asumir las Mutuales y no Fonasa.

En el caso de las Isapres, estas han establecido mecanismos de defensa, es así como en enero de 2013, casi dos mil millones de pesos fueron devueltos por las Mutuales a la Isapre MasVida, por concepto de licencias médicas que dicho organismo pagó por prestaciones, que en realidad correspondían a accidentes del trabajo que habían sufrido trabajadores y trabajadoras beneficiarios de la ley 16.744.

En el caso de Fonasa esto no ocurre, ya que no cuenta con un sistema que permita fiscalizar que las 540 mil licencias médicas que llegan al sistema público correspondientes a enfermedades y accidentes laborales, sean reembolsadas por el seguro de la ley 16.744, por lo que debe cancelar cerca de $90 mil millones que no corresponden, constituyéndose un importante perjuicio fiscal.

Pese a que son miles y miles los casos donde trabajadores denuncian el rechazo de su licencia, la situación ha pasado inadvertida por la opinión pública. Recordemos que en diez años la mutual ACHS ha invertido más de $6.635 millones (poco más de US$ 14.000.000) en marketing.

Cabe señalar que entre 2005 y 2009, el gasto anual en publicidad realizado por la ACHS superó al monto que resulta de la suma que la mutual ha destinado tanto a la compra de insumos médicos como al traslado de pacientes.

Pero esta situación no compete sólo a las Mutuales. La Superintendencia de Seguridad Social (Suseso) también juega un rol como organismo fiscalizador. La Suseso, es el organismo del Estado encargado de revisar las apelaciones y reclamaciones cuando la mutual rechaza la calificación de accidente como laboral o enfermedades laborales.

Por otro lado está  la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez  (COMPIN) quien revisa si una licencia corresponde o no ser pagada. Ninguno de estos dos organismos ha establecido los mecanismos para evitar este millonario fraude administrativo.

Cabe señalar que durante el año 2014, el 75.34% de las enfermedades profesionales fueron declaradas de origen común y en el periodo de enero a septiembre de 2015 esta cifra aumentó a 80.4%, debiendo asumirlos Fonasa.

Es el Fisco de Chile, es decir los 17 millones de chilenos, quienes producto de estas operaciones irregulares dejan de percibir 91 mil millones, que fácilmente podrían ser utilizados en el Presupuesto de la Nación en la construcción de hospitales públicos o en brindar una atención adecuada –como corresponde- a los trabajadores y trabajadoras beneficiarios de la ley 16.744.

Esperamos que la Comisión Investigadora iniciada en la Cámara de Diputados pueda esclarecer estos y proponer una serie de modificaciones a la ley 16.744 con el fin de detener la sangría, empezando por pedir al Consejo de Defensa del Estado, la Contraloría General de la República, y otros organismos, actuar sobre esteevidente perjuicio fiscal.

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17 nov 2015

Genocidio de inocentes

Sobrecogidos hemos quedado con la noticia del ataque tan duramente perpetrado en París, frecuente en los últimos tiempos. Con todo, nuestra frágil mente no digiere con facilidad una crueldad que pareciera ser una barbarie de siglos pasados.

El Papa Francisco señaló ser el inicio – por la religión – de la tercera guerra mundial. Quizás por eso sea aún más incomprensible, pues especialmente en occidente la religión para los creyentes debiera ser sinónimo de amor, fraternidad, respeto y tolerancia.

Sin embargo me parece oportuno  señalar que la temática del fundamentalismo y/o fanatismo no debe atribuirse sólo al Islam, está enquistado prácticamente en todos los ambientes de cualquier índole. Consecuente con lo indicado, creo que la polarización entre, “blanco y  negro” toca todas nuestras realidades: al interior familiar, sindicatos, gobiernos de turno, políticos, empresarios, segmentos sociales, ámbitos económicos, barrios e Iglesias.

Este fundamentalismo que hace que considere mi verdad como absoluta, conduce al rechazo, en el día a día, de quien no comparte ni se aproxima a lo que yo pienso.

En este sentido debemos criticar duramente y en especial rechazar  lo sucedido en  la ciudad de París, pero también debemos rechazar con el mismo ímpetu todo olor a fundamentalismo, por mínimo que sea, que como consecuencia genere muertes sociales, exclusión, odios y divisiones.

Por otro lado y con razón  el gran clamor suscitado ante el hecho sangriento e irracional que conocimos recientemente no se condice con el silencio y manifiesta aprobación de los bombardeos perpetrados por Francia contra Siria.

Me parece tan inmoral uno u otro hecho y del todo deplorable, y debe ser rechazado con la misma fuerza  que se escucharon las voces del mundo respecto a la atrocidad de ISIS. La humanidad entonces está en la época de las cavernas; es decir, ante el genocidio más genocidio, ante la violencia más violencia; ante sangre y muerte más sangre y muerte.

¿Dónde está  el diálogo, la tolerancia, la reflexión, la convicción por el bien, la educación y el desarrollo de los pueblos? ¿Qué pasó con la Europa civilizada?

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17 nov 2015

La incomprensión de la amenaza de ISIS

“Sin la guerra de Irak, ISIS no habría podido existir”. Esa fue la frase que utilizó Loretta Napoleoni (autora del libro “El fénix islamista. El Estado Islámico y el rediseño de Oriente Próximo) para dilucidar algunas de las causas que explicaran el origen y fortalecimiento del Estado Islámico (ISIS) en los territorios que sigue controlando en parte del espacio sirio-iraquí.

Y es que precisamente la guerra de Irak (liderada por Estados Unidos y occidente) implicó el derrocamiento de Saddam Hussein, y la instalación en el poder de los chiítas encabezado por Nuri al-Maliki. Junto a otros elementos, lo anterior sirvió de caldo de cultivo para lo que hoy es el grupo ISIS.

Napoleoni en su mismo libro retrataba en base a algunas entrevistas, que en muchas localidades sunitas los residentes pese a no compartir los castigos medievales de los terroristas, preferían que ellos tuvieran el control de facto antes que las milicias afines al gobierno iraquí.

El motivo se explicaba en el “abandono” en la que dichas comunidades sunitas habían quedado tras la instalación de los chiítas en el poder. Aprovechándose de este abandono, y como forma de ganar una “legimimidad” en lo social, ISIS vacunaba a los niños contra la poliomielitis, organizaba comedores populares y restablecía el suministro eléctrico y de agua potable en las localidades abandonadas por el gobierno central iraquí.

ISIS es de esos grupos que ha combinado una radicalidad en lo militar junto a un pragmatismo en lo social. Estos son elementos que lo han llevado a contar con un respaldo en grupos islamistas afines que van desde el Maghreb hasta al sudéste asiático, pasando también por los nacionales europeos que se sienten atraídos por su ideología de lucha.

Es por esto que ISIS ha sido subestimado en sus méritos sociales, aunque ha sido sobreestimado en lo militar. El argumento de los “100 días” que transitaron desde las tomas de Faluya, Ramadi o Mosul hasta la proclamación del califato, (donde el mundo se impresionó por este “rápido” ascenso de ISIS en la realidad del Oriente Medio), se debió también a la larga lista de deserciones y corrupción que aquejó a las filas del ejército iraquí.

Si ISIS se ha hecho más fuerte, es porque salvo en el caso sirio, no hay tropas en tierra que tengan la decisión de combatirlos. No es ninguna sorpresa decir que los ataques aéreos de la coalición liderada por Estados Unidos no sólo han sido insuficientes, sino que contraproducentes en su objetivo de derrotar a los terroristas.

Los recientes atentados en Francia son una prueba de que es imperioso unificar los esfuerzos internacionales para combatir a ISIS. Siria apoyaría con las tropas en tierra que Estados Unidos o Rusia son reticentes a enviar. Con el apoyo de estas superpotencias quedaría claro que las capacidades de ISIS en lo militar en gran parte fueron sobreestimadas en los cerca de 17 meses que llevan de vida tras la proclamación de su califato.

En conclusión, lo peor que podría pasar es la continuidad de la realidad actual, en que cada país responda a su agenda de seguridad y a su propia percepción de la amenaza, ya que esto no haría más que fortalecer a ISIS sobre la base de la experiencia reciente.

Si Francia materializa las recientes declaraciones que dio su presidente, François Hollande en el sentido de formar una sola coalición para combatir a ISIS, el esfuerzo apuntaría en la dirección correcta al terminar de reconocer que el régimen sirio es un aliado y no un enemigo.

Lo realmente complejo sería convencer a Estados Unidos y a las monarquías árabes de que difícilmente encontrarán un mejor aliado para combatir a ISIS, que el propio régimen sirio que se intenta derrocar.

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17 nov 2015

Chile-Colombia, se juega en el CESFAM todos los días

Av. San Diego, jueves 12 de noviembre, 19:45 hrs. Falta poco más de media hora para que comience el partido en el Estadio Nacional y las piernas apuran el tranco del trabajo a la casa. En las calles se respira el típico ambiente futbolero, la gente contenta y ansiosa, muchos con camisetas de la selección nacional. Uno, dos, tres niños con la roja de Alexis Sanchez… Cuatro, seis, ocho con la 10 amarilla:los James son más que los Garys y la calle se tiñe de Caribe.

Lo anterior es una imagen cotidiana en las calles de Santiago, Recoleta y Estación Central; pero lo es también en los centros de salud de muchas comunas, donde los profesionales cada día enfrentamos el desafío de atender de la mejor manera posible a quien consulta por miedo a padecer la chikungunya (enfermedad infecciosa transmitida por mosquitos, frecuente en zonas más cercanas al trópico) o por enfermedades profesionales sin cabida en el sistema, pues aún no logran la legalidad de la visa definitiva, a dos, tres años de trabajar en Chile.

Son los nuevos chilenos, aquellos que han cruzado la frontera y que se tienen que abrigar el doble por el invierno. Nuevos chilenos, con sus formas de pensar y sentir, de alimentarse y recrearse; por lo tanto, sus propias formas de enfermar y sanar son los que hoy movilizan los centros de salud hacia una nueva concepción de a quienes atienden y cómo deben hacerlo.

Lentamente nos vamos dando cuenta, en salud, que el país está cambiando y las herramientas que estaban ya tan probadas para los antiguos chilenos van dejando de ser útiles, pues no sabemos expresarlas en creole, ignoramos cómo se prepara el rocoto relleno y desconocemos a qué santos le rezan en Medellín.

Y el salto que nos demanda esta nueva realidad es abismal, se requieren nuevos profesionales y nuevos sistemas capaces de comprender y abordar la multiculturalidad, la transculturalidad y la interculturalidad.

Recoleta, al igual que con la farmacia popular, ha dado un paso adelante, contratando para uno de sus centros de salud a una persona haitiana que realice interpretaciones idiomáticas y permita el mutuo entendimiento entre el paciente y el profesional.

Santiago, por su parte, está llevando adelante un proceso serio de reflexión, acompañado por el departamento de Atención Primaria y Salud Familiar de la Universidad de Chile, respecto de la migración, del que se espera obtener importantes conclusiones que orienten el proceder en salud de la comuna.

Nos queda un largo camino por recorrer, el que debiera implicar un cambio de paradigma en lo que significa hoy ser profesional de salud en Chile. El problema no es tan simple como marcar más goles que el rival (¡bendito fútbol!), porque en esta pasada no hay rivales.

No debiéramos ver un oponente en este interlocutor distinto, sino un otro legítimo que busca ayuda. De no mediar este cambio, es probable que nuestra medicina se vuelva obsoleta para el nuevo Chile y comencemos (si no lo hemos hecho ya), a pensar que toda dolencia necesita de un ibuprofeno y que los tamales se preparan igual que las humitas.

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16 nov 2015

Palabras a la Ministra Pascual

Leí con mucha atención la declaración que la ministra Claudia Pascual  realizó en la página del SERNAM (http://portal.sernam.cl/?m=sp&i=6113) manifestando su preocupación por las dos muchachas que se realizaron  un aborto, con daños para su salud y criminalizadas por su decisión.

Mujeres jóvenes que, recordemos, no solo han sido llevadas a poner en riesgo su vida en la clandestinidad, sino que, además enfrentan el cuestionamiento  público al haber sido denunciadas por los equipos médicos que debieron protegerlas y respetarles su derecho a la confidencialidad.

Frente a esta declaración, con respeto, pero con mucha fuerza, quisiera dirigirle algunas palabras a la Ministra.

Primero, Ministra, me gustaría decirle que compartimos la preocupación. Lo que están viviendo estas muchachas no es muy diferente a lo que han vivido numerosas mujeres producto de la ilegalidad del aborto en Chile.

Abortos precarios, clandestinos, desesperados, solitarios, realizados en el más absoluto silencio producto de la negligencia de  la sociedad toda. Esta situación, vulnera los derechos de las mujeres en múltiples niveles y agradezco a este gobierno que haya permitido visibilizar esta situación poniendo en agenda pública esta temática que las mujeres, las organizaciones de mujeres y feministas, de manera infatigable, no hemos parado de mostrar y denunciar en el país y más allá de nuestras fronteras.

Quiero decirle que entiendo que levantar este tema a nivel público y legislativo ha sido difícil y extenuante.

No obstante, con la misma claridad quiero recordar que, lamentablemente, el actual proyecto de ley no va a solucionar el problema de estas muchachas ni el de las mujeres que estén en su misma situación en el fututo. Lamentablemente, un futuro demasiado próximo.

El proyecto de ley sólo presenta una solución para el 3% de las mujeres, dejando en la absoluta clandestinidad y criminalización al 97% restante. En este sentido, Ministra, usted y yo deberemos seguir preocupadas y ocupadas, ya que aún no se vislumbra una solución de parte de nuestra clase elite política para ellas.

Segundo, Ministra, en su declaración, desliza una premisa que debo, a lo menos, interrogar, en virtud del cargo que usted ocupa, diseñado para contrarrestar la desigualdad política, económica, legal y social a que nos vemos enfrentadas las mujeres. Usted dice, textualmente, que veía con inquietud “que jóvenes lleguen a tomar una decisión compleja por carecer de suficientes redes de apoyo para poder continuar con sus embarazos, poniendo en riesgo sus vidas”.

¿Por qué me parecen interrogables estas declaraciones? Porque deslizar que una mujer se realizará un aborto por carecer de redes que le permitan continuar con su embarazo es no visibilizar  -aunque no fuese su intención- las razones profundas que pueden llevar a una mujer a tomar una decisión de estas características.

Un aborto, responde a una decisión compleja y multicausal y no debe reducirse a una falta de apoyo. Esto, pone en cuestión la legítima decisión de una mujer -por la razón que sea- de no continuar con un embarazo. Los partidarios de la ilegalidad aborto suelen promulgar la formación de equipos de acompañamiento no como una medida de salud y garantías -tal como lo promueve el proyecto que usted lidera- sino como una herramienta disuasiva para las mujeres que desean interrumpir un embarazo, bajo el supuesto de embarazos vulnerables y de soledad social. Acompañamiento que se sostiene en la coacción de las mujeres y en una falta de respeto a su autonomía. Y la hipótesis que sustenta esto, puede ser leída de la misma manera de lo que aparentemente usted declara.

No toda mujer desea ser madre. No toda mujer tiene las condiciones -psíquicas, subjetivas, económicas, biográficas, sociales- para ser madre. No toda mujer desea tener más hijos. No toda mujer desea tener un hijo de ese hombre, o concebido de esa manera, o en ese momento de la vida. No toda mujer deja de tener un hijo por falta de dinero o de redes. Esto, porque las mujeres tienen un proyecto vital que trasciende el modelo social de la maternidad como destino.

Le pediría, Ministra, con todo el respeto que usted y su trabajo me merecen, cuidar los mensajes que enviamos a tantas niñas y mujeres que están en estas condiciones desfavorables.

Así como me tomo la atribución de pedirle que trabaje de manera incansable para otorgar una verdadera solución a estas mujeres, que son la gran mayoría.  Para eso, cuenta con muchas chilenas.

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16 nov 2015

Desertores de la ética profesional

Los hechos de las últimas semanas, especialmente la colusión de las papeleras, han replanteado la urgencia de reponer la tuición sobre la ética profesional a corporaciones de derecho público. Es decir, a Colegios Profesionales como se conocieron hasta 1981, fecha en que la dictadura militar los transformó en asociaciones gremiales.

Las “A.G.” que creó Pinochet sólo tienen tuición sobre el comportamiento de sus asociados, no del conjunto de los profesionales como era en el pasado, cuando había colegiatura obligatoria. Es por eso que el doctor Jaime Mañalich optó por renunciar a su Colegio “A.G” cuando fue sometido al juicio de los tribunales de ética de su orden.De esta manera,  desertó del veredicto de sus pares.

Si rigiera la legislación que creó los Colegios Profesionales a mediados del siglo XX, los profesionales coludidos para obtener ganancias ilegales a costa de los consumidores no podrían ejercer sus profesiones. Probablemente, habrían sido sancionados con la pena máxima que establecían los códigos de ética de las corporaciones de derecho público que era la prohibición de ejercer la actividad para la que habían estudiado.

En esta larga transición a la democracia, en que muchos de los espacios de participación ciudadano del siglo XX no se han repuesto, los Colegios Profesionales siguen siendo A.G., como dictaminó la dictadura. Recién en 2005, una reforma a la Constitución estableció que la ética profesional volvía a ser regulada por un sólo Código de Ética por actividad (aunque no necesariamente por  los tribunales de los Colegios). Sin embargo, el proyecto de Ley que regula ese artículo de la Carta Fundamental duerme en el Congreso desde 2009.

La Federación de Colegios Profesionales ha sido informada que se debe tramitar primero la nueva legislación de partidos políticos. Cuesta entender que no se puedan tramitar simultáneamente proyectos de ley que son complementarios, sobre todo si se toma en cuenta que la instancia asesora presidencial sobre Probidad en la política (Comisión Engel) explicitó que era necesario reponer la tuición ética a los Colegios para mejorar la calidad del comportamiento de nuestros políticos.

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16 nov 2015

Atentado en París ¿más allá del cinismo?

Sí. Más allá del horror y el dolor visualizado en horas en vivo y en directo. Horas de televisión que aturden. Tenemos que detenernos a reflexionar sobre el sistema-mundo que nos rige.Lamentablemente la mayoría de los medios, en manos de poderosas empresas privadas y corporaciones, no ayudan a entender lo que sucede.

Alientan el emotivismo, la pena y la consecuente rabia irreflexiva.  Hay que hablar, al mismo tiempo, de la condena enérgica a ese tipo de actos, pero también, de la política guerrera de las grandes potencias –Otan y USA-, en Medio Oriente. De la política dura y muchas veces excluyente, respecto a los inmigrantes.

¿Acaso piensa usted no hay conexión entre esas políticas y lo que sucede hoy en Siria, Irak, Afganistán, Palestina,  por ejemplo?

¿Qué ha dicho el Presidente de Francia? Que responderán de “manera despiadada”.Usted  cree que ese tipo de  respuesta apunta hacia alguna solución real?  Occidente y sus elites responden con una moneda que conocen y les sirve desde hace tiempo: la guerra.

Los medios no hacen memoria. No les interesa. ¿Recuerda lo que pasó con las Torres Gemelas, Irak o Afganistán? Nos enteramos después: no había justificación objetiva para invadir y destruir el  Irak de Sadam Hussein, el año 2003 de parte de EEUU. Pero bueno, había pretextos para ello.

¿Cuántos civiles, hombre, mujeres y niños murieron allí víctimas supuestamente de una lamentable “equivocación”? ¿Se ha inquietado por saberlo lector/lectora?

El Opinion Research Business, una agencia británica privada de encuestas, calcula en aproximadamente 1.200.000 los muertos entre 2003 y 2007 (publicado en The Guardian, 16 de septiembre del 2007). Entre las fuerzas de ocupación –dice- han muerto unos 4.000 americanos, un centenar de británicos y unos 100 soldados de otras nacionalidades. Otra vez el cinismo en plaza de las elites poderosas y sus aliados en los medios.

Lo que hay que ver es el accionar de este proceso de globalización del mercado y del capital y sus ambiciones desmedidas en todo el orbe con sus aliados políticos. Quizá por ahí va la cosa pues. Después de Irak, vino la invasión de Afganistán y después de Libia. ¿Lo recuerda? Todo ello en medio de un supuesto proceso de “revoluciones naranjas”.

El interés geopolítico (rodear a China, aislar a Rusia)  y por los recursos energéticos que existen en el Medio Oriente, se disfraza de lucha a favor de los derechos humanos y una democracia “liberal”.

Porque lo sabemos, después de la caída de los socialismos históricos estaríamos en el “fin de la historia”; no puede haber más  que capitalismo y democracia restringida en todo el globo según las potencias dominantes.

¿Se enteró de lo que sucedió con Libia? Un país que tenía los más altos índices de desarrollo humano según Naciones Unidas en África. Hoy es un país  tribalizado,  desmembrado y empobrecido. Que tiene al menos dos gobiernos que reclaman legitimidad. Con tribus guerreando entre sí por el control de territorio y de pozos de gas natural y petróleo. Lugar de paso y reclutamiento  de grupos como  Al Quaeda y similares.

¿Y  su ex jefe de Estado?  Fue asesinado de una manera vil por supuestos mercenarios.Esa muerte- no hay que olvidarlo-, provocó la “euforia” de la secretaria de Estado norteamericana de sorpresiva “visita” en ese país. Después de Libia vino Ucrania y Siria. Bajo pretextos siempre similares, la OTAN y los Estados Unidos, resuelven seguir allí sus operaciones e intereses, económicos y militares.

No era suficiente apoyar a los opositores al régimen sirio. Había que armar a grupos de mercenarios y dar paso  a una  guerra civil  que vemos en qué va hoy. De esa situación  se han aprovechado los grupos afines a Al Quaeda y el llamado Estado Islámico, que ven la debilidad de esos gobiernos y Estados para expandirse en Irak y Siria. Y de nuevo, la intervención de países de la OTAN y los Estados Unidos bajo los mismos pretextos de siempre: no nos gusta ese o aquel gobierno, por favor, túmbenlo y hablamos (intervenciones sin autorización de Naciones Unidas ni de nadie).

Como se ve aquí no hay justificaciones relacionadas con cosmovisiones religiosas o culturales contrapuestas en juego. Lo que hay son intereses expansivos del mercado y del capital y la manipulación de sentimientos y sectas religiosas in situ. ¿Cuántos sirios han muerto ya desde que comenzó esa ofensiva armada en su suelo? ¿Quién pagará la destrucción de infraestructura e instituciones que existían en ese país milenario, una de las cunas de la civilización?

Poca información se ha dado del atentado perpetrado por miembros de Isis un día antes del de París, en el Líbano, contra seguidores chiitas, con más de 40 muertos y más de 200 heridos.

¿Se acuerda usted del otro atentado en Turquía, en octubre pasado,  con más de 100 muertos y cientos de heridos, en una manifestación del Partido kurdo?

¿Alentará este  nuevo atentado en París el alma guerrera de las elites en Francia y sus aliados que, de seguro, insistirán en el recurso “despiadado” de la guerra y la invasión en Siria? Las consecuencias de esas “pacificadoras” intervenciones están a la vista; por un lado, una enorme migración desde todos esos países hacia la vieja Europa y el sufrimiento que acompaña a cientos de miles en ese periplo.

Por el otro, el previsible traslado de ese conflicto hacia los países centrales bajo la forma del terror (de esos grupos anónimos y del que ejercerá previsiblemente el propio Estado).

¿Hasta cuándo la insaciable voluntad de poder globalizada  y nihilizada de las elites  occidentales y sus aliados en el Oriente Medio continuarán con sus políticas guerreras?

¿Cuándo les interesará de veras aprender de lo ocurrido y del  sufrimiento de tantos inocentes? Como bien dice  el poeta : “Hacemos como que no pasa nada/ y lo que está pasando/ es la demolición del mundo” (J.Riechmann).

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16 nov 2015

Yo no tengo na’ que ver con esa explosión

Los seres humanos somos seres admirables, bueno si no lo decimos nosotros…

Bien, en serio, somos mamíferos verbales y reflexivos, lo que no nos quita lo emocionales, por lo mismo somos seres muy creativos y  amorosos además, buscamos y necesitamos establecer lazos afectivos desde que nacemos, y si me apuran, desde que estamos en la guatita de nuestras madres, ya que desde que una mamá (idealmente mamá y papá), tiene consciencia de su embarazo comienza a relacionarse con este hijo/a desde diferentes y simultáneos niveles: desde sus representaciones mentales, desde el cuidado que le da a su cuerpo, a su nutrición, desde como acaricia su guatita, lo que le va diciendo a su bebé, la música que le pone, etc.

También, más inconscientemente, desde sus propias experiencias de haber sido bebé e infante (hijo/a). Las neurociencias, ya hace varias décadas que sostienen científicamente lo que mucho antes ya sabían las madres y algunos papás sensibles, desde su intuición y experiencias, así como también desde la investigación clínica, y la divulgación que logró el psicoanálisis, especialmente (para mí) desde pioneros como  Bowlby y Winnicott, sobre desarrollo y relaciones tempranas.

Como seres humanos tenemos muchos “talentos” pero también tendríamos que hacernos cargo de nuestras limitaciones, en particular de aquellas que tienen que ver con la inconsistencia, parcialidad y rigidez de algunas miradas y acciones sobre la “realidad”; esa realidad que co – construimos entre todos, claro está influenciada por experiencias significativas y en el mundo actual muy teñidas por el poder de las comunicaciones y ciertos poderes “ocultos” de “las redes”, que nunca son “neutrales”.

Me sentí, una vez más, muy agobiada y con una profunda tristeza en el corazón al conocer las noticias de los atentados en París. En especial por lo que significa que personas inocentes, en particular niñas y niños, paguen la irresponsabilidad de quienes “conducen” la historia sin mucha muestra de humanidad y con gran narcisismo y mesianismo.

Me duelen las muertes, me duele la angustia y el pavor de todas las personas que sufren hoy en Francia, así como me impacté y me dolieron también los cuerpos quemados, mutilados, lanzados al abismo, de tantas personas que sucumbieron en la tragedia de “Las torres gemelas”. Pero también me duelen otras historias igualmente cruentas y deshumanizadas, que no tienen tanta “pantalla ni “micrófono” en el mundo entero y en nuestro propio país.

La niñez atormentada y condenada a la muerte prematura en África y en Asia, tantas niñas y niños invisibilizados en sus derechos en nuestra América Latina. La infancia en Palestina e Israel,  el “destino” de refugiados e inmigrantes…

Todo lo anterior me lleva una vez más a reflexionar sobre nuestra responsabilidad individual y colectiva, en diferentes  niveles.

Acá en Chile, hay todavía cientos de niños/as institucionalizados porque no cuentan con una familia que los pueda proteger y ayudar a desarrollarse y esperan ser “adoptados”, recién nacidos no, pero niños más grandes sí.

Hay miles de niños / niñas que no tienen  cuidados ni una educación digna y sufren un invisible maltrato en sus casas y en centros educacionales, lo cual no tiene que ver con la contingencia de la actual reforma, sino con décadas de negligencia institucional – como Estado chileno –  y también de negligencia de cada uno de nosotros/as, porque lo aceptamos, lo tapamos, no nos interesa o no tenemos tiempo de pensarlo siquiera.

Hay cientos de niños mapuche que han sido torturados por la presencia violenta de las fuerzas policiales mandatadas por gobiernos de turno, y así suma y sigue.

Entonces, estando de acuerdo con todas las muestras de apoyo moral ante los últimos acontecimientos terroristas, me parece necesario no invisibilizar el terrorismo de Estado, las decisiones mortíferas de “grandes” gobernantes de occidente y de oriente y el terrorismo de nuestra propia inconsciencia, individual, de la cual no quedo libre.

Adormecida en la actual sociedad de consumo y disociada en el estrés crónico cotidiano connatural a las formas de vida que nos impone el sistema neo liberal y que también nosotros mismos nos auto-imponemos. Más acciones y menos quejas… Voy a ver como puedo irme haciendo cargo de estas palabras.

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15 nov 2015

París bien vale una reflexión

Los terribles sucesos de París estremecen a nuestro mundo. Son la demostración de la brutalidad de uno de los bandos en lucha. El más alejado de nosotros.

Es la guerra entre el llamado Estado Islámico y los 30 estados que, encabezados por los EEUU, bombardean sin oposición aérea casi toda la zona que DAESH controla ahora en Irak y Siria.

Es la venganza inmisericorde de los aplastados por la destrucción sin sentido de Irak, por la transformación de Libia en un cementerio infernal, por la vorágine de fuego irracional que destruye Siria, manejada por una dinastía “progresista” sin corazón, los ambiciosos del petróleo y los señores de la guerra.

Mas es la rebelión destinada al fuego final (¿por qué no atómico o nuclear como en 1945 en Hiroshima y Nagasaky?) de los que vienen siendo degollados y esquilmados desde el siglo XII cuando Ricardo Corazón de León degolló en un  instante a 3000 prisioneros musulmanes que habían intentado cerrarle las puertas de Acre en su ambición cruzada a la llamada Tierra Santa.

Es la desesperación ancestral y actual de los dueños de la amapola que se convierte en opio, el petróleo y el gas, que se alzan contra los depredadores rusos y occidentales de Afganistán y todo el Medio Oriente.

Depredadores que, hasta hoy, dejan intactos los cultivos de amapola al sur de Kabul y los mercados ilegales de petróleo que maneja el DAESH al lado y en medio de los bombardeos y los degollamientos en Irak y Siria. Para matar pero haciendo buenos negocios, por lado y lado, y salvaguardar futuras ganancias económicas. En Afganistán hay 224 mil hectáreas de amapola destinadas al opio: 6.400 toneladas anuales de éste. Las hectáreas de amapola no han sido arrasadas por el napalm y se han triplicado desde el derrocamiento de los talibanes.

Todo ello, de verdad, envuelto en fanatismo religioso: la guerra santa musulmana que recuerda la vieja guerra santa de los señores cruzados envalentonados por los papas medievales. Ambas “vanguardias” alcoholizadas por su aparente superioridad cultural, sus verdades divinas (dizque de Mahoma, de Moisés o de Jesucristo) y la oferta, por sus brujos, de paraísos eternos que justifican, cómo no, ser comidos por las bestias, matar sin compasión e inmolarse con cinturones de explosivos.

Como planeta vivimos eso que el Jefe del Vaticano ha llamado con certeza la Tercera Guerra Mundial, si a lo de Europa y Medio Oriente se le suma lo de África y puntos del Asia Central. Y por cierto el norte de América, porque EEUU y Canadá forman parte importante de la coalición en guerra contra el Estado Islámico.

América del Sur es el único continente del mundo que escapa a la declarada Tercera Guerra Mundial.

No hay aquí guerras interestatales, y la vieja guerra interna de Colombia parece llegar a su fin.

Estamos muy distantes de padecer esos males.

A ojos de la humanidad nuestros problemas limítrofes (los de Colombia con Nicaragua, los de Venezuela con Colombia, los de Chile con Bolivia y con Perú) no justifican para nada nuestros alardes, nuestros arrastres de poncho, nuestro corte de relaciones, nuestra mudez en cuestiones esenciales, nuestra vociferación demagógica, nuestra incapacidad de acercamiento y de propuestas integracionistas.

Puede haber razones electoralistas para acrecentar el chovinismo siempre existente en quienes se manejan por las leyendas y no por la historia, por el odio y no por la comprensión.

Puede haber otras, más oscuras, destinadas, sin decir, a acrecentar el gasto militar incontrolado y el negocio que éste lleva consigo.

Nuestros asuntos son pequeños, superables, negociables. Ni siquiera acumulan razones como para llevarlos a cortes internacionales o arbitrajes.

A la luz de París y de lo que pasa en el planeta y lo que la sensatez mundial indica ¿por qué no sentarse ahora a conversar?

El viejo Humala, el papá, y el diputado Tarud no pueden ser ideólogos indiscutidos de Torre Tagle y el ex Hotel Carrera.

Lo de aquí no es ópera, es opereta; no es tragedia ni drama, es zarzuela y no de las mejores. Dejemos de escucharla. Y que nuestros gobiernos no la aplaudan ni alienten.

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15 nov 2015

El gran déficit

Al analizar el Presupuesto para el año 2016, presentado por el ministro de Hacienda en representación del Gobierno, queda claro para todos los protagonistas de la vida del país que se vivirán estrecheces incómodas e indeseables en las arcas fiscales.

Es la realidad que se debe enfrentar, la fuerte desigualdad existente en Chile ha configurado un contexto de elevadas demandas y expectativas, tanto sociales como regionales y territoriales.

Además, pareciera existir la idea que la reforma tributaria, aprobada en septiembre del 2014, por su sola promulgación y no por los ingresos recaudados, ha creado un Estado rico con una abultada disponibilidad de recursos, lo que permite a muchos demandar reajustes y beneficios que provocan un descontrol que presiona al Fisco por capacidades y recursos que no tiene. Se mezclan peticiones legítimas y ansiedades desbocadas.

En este contexto, de múltiples solicitudes y estrechez fiscal se inflaman los discursos con una retórica populista y la demagogia de muchos, cuyo propósito no es otro que alimentarse de reivindicaciones que el Estado no está en condiciones de atender. Algunos repiten las malas prácticas, especialmente, esa de prometer lo que no se puede cumplir.

En suma, se está ante una situación difícil, nada fácil de armonizar en la multiplicidad de aspectos que interactúan y se cruzan entre sí, complejizando al máximo las respuestas que se entreguen desde el sistema político del país. Hay un claro desbalance entre derechos y obligaciones en el imaginario social. Al Estado se le pide como si fuese un saco sin fondo y se le regatea la más mínima contribución de cada cual.

En la mezcla de quienes piden todo tipo de beneficios y la codicia de aquellos que sólo amasan más fortuna, se ha ido perdiendo y hoy se encuentra muy debilitada, la voluntad nacional de compartir un proyecto común. Como la que hubo al retomarse la senda democrática en los años 88 – 89 y 90.

Muy probablemente, los casos de corrupción y de faltas a la probidad aumentaron este grave problema de deterioro de la ética social; no podría ser de otra manera. Si es el propio sistema político el que falla, se instala la nefasta conducta del “agarra Aguirre”, aquella en que cada cual pretende tomar lo que pueda, en la medida que no existe un proyecto nacional que le obliga a un actuar solidario, de objetivos compartidos.

El gran déficit es el descompromiso con la perspectiva-país, ese es el resultado inevitable de la exacerbación del consumismo y del ambiente del “agarra Aguirre”.Ante la colusión de los poderosos y el descrédito de la política, se va extendiendo una conducta social en que las personas no tienen razón para sentirse unidas a las tareas comunes, aquellas tan simples y necesarias que surgen de la inesquivable realidad de compartir el mismo suelo y ser parte de una misma nación.

Como nadie “paga”, como las malas prácticas políticas se diluyen en una nebulosa de excusas leguleyas, como el sector empresarial protege a los suyos y como los partidos políticos se ven condicionados por una telaraña de intereses creados, el descrédito y la desconfianza no se debilitan y se alimentan de nuevos incidentes casi a diario.

Aunque haya reconvención pública de los “pecadores”, pero no un cambio efectivo de las conductas, extensos grupos sociales se activan exigiendo del Estado más de lo que puede asumir y se presentan pliegos inabarcables.

Ha entrado en escena un desencanto que desvanece el sentido de la responsabilidad social que toda persona debe tener, nutrir y atesorar como parte de su propia riqueza individual. Si cada cual se recluye a los límites estrechos de su “metro cuadrado”, se disuelve la perspectiva de país y son escasas las fuerzas para sostener un proyecto nacional.

La crisis de legitimidad que está en curso, debilita el sentido mismo de vivir en democracia para resolver, adecuadamente, con un criterio de justicia social e inclusión, las diferentes perspectivas e intereses que entran al debate. La discusión por las asignaciones presupuestarias más parece una riña de enconados adversarios que un diálogo democrático para asignar recursos que son limitados.

Tal es el gran déficit. Un desencanto que disgrega la sociedad civil. Ante este vacío moral y espiritual, el momento de “unión nacional” se produce tras las banderas de la selección.Más aún, luego de ser por primera vez Campeón de América. Así, en el fútbol, se vuelca el fervor patrio que de otra forma no logra expresarse.

Sin embargo, no basta, hay que avanzar en la reconstitución de una idea de país que entregue la mística y el entusiasmo, como parte de la voluntad de hacer patria, abrazando un sentido de pertenencia, y confluyendo con el ejercicio y manifestación del pluralismo y la diversidad, propio de la democracia.

La izquierda siempre levantó la idea de lograr una patria para todos, sin distinciones odiosas ni discriminaciones de ninguna naturaleza, fue así como caminó y creció durante décadas, hasta lograr ser parte de una amplia mayoría nacional, que hizo suyo el horizonte de un país solidario, cuya democracia con lucidez y tenacidad fuese capaz de derrotar la desigualdad.

Las nuevas promociones de luchadores sociales deben rescatar esta maciza idea-fuerza, propia de quienes aman su tierra por encima de sus intereses individuales, dando sentido estratégico a las movilizaciones sociales que protagonizan y, de ese modo, estas no se pierdan ni diluyan en la exclusiva resonancia de las consignas y logren trascender y aportar al Chile de mañana.

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