10 feb 2014

La impopular apuesta por la integración

A la luz del reciente fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya en el litigio con Perú, la argumentación esencialmente jurídica de que Chile no tiene temas limítrofes pendientes, claramente se quedó corta. Cuestión que podría volver a ocurrir en el nuevo flanco abierto que tiene Chile, ahora con Bolivia, a menos que a la mirada jurídica se sume el análisis geopolítico, estratégico y de largo plazo que a nuestra diplomacia le faltó con el otro país vecino.

La certeza jurídica no bastó con Perú y lo que estuvo ausente fue la política, tal como lo adelantamos cuando recién comenzaban los alegatos del juicio en 2012.

Ni el peso de la Declaración de Santiago de Perú, Ecuador y Chile de 1952 ni la conducta de ambas partes reiterada por más de 60 años, pudieron contra la visión política de largo aliento de la diplomacia peruana, que se basó en la evolución del Derecho del Mar y que fue capaz de construir un caso sustentable, ahí donde parecía que no habían fundamentos jurídicos para hacerlo.

Y así surgió el “quiebre” del paralelo en las 80 millas (y no en las 200), una construcción jurídica fiel al principio de equidad tan propio de este tribunal internacional, y que generó polémica entre los propios jueces de la Corte que cuestionaron su razonamiento.

En este caso y en el de otros tribunales, la composición del tribunal sí importa, confirmando que las cortes internacionales, aunque juzguen en Derecho, no son inmunes a contextos y definiciones políticas.

Cabe recordar que el considerado “fallo salomónico” entre Colombia y Nicaragua,en que la Corte mantuvo la soberanía de las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina y las aguas que las rodean en manos colombianas, mientras dejó en las de los nicaragüenses una porción de la zona marítima que pertenecía a los colombianos, no ha sido reconocido por Colombia y le valió su retiro del Pacto de Bogotá.

En materia de relaciones internacionales, los intereses políticos, electorales, geopolíticos y estratégicos hacen imposible asegurar que no resurjan tensiones aparentemente resueltas, por más que sus políticas tengan carácter de Estado y no sólo de gobierno.

El llamado “triángulo terrestre” y la rebuscada tesis peruana de la “costa seca” que no fueron abordados en la reunión 2+2 realizada en Santiago, se avizoran como un futuro tema de controversia, aunque los límites terrestres fueron definidos por el Tratado de 1929.

Como corresponde a cualquier fallo de organismo internacional, tanto Chile como Perú concluyeron del encuentro bilateral entre cancilleres y ministros de Defensa, que adecuarán su normativa interna a la sentencia, que es lo que corresponde.

También hay acuerdo en la gradualidad en la implementación del fallo, postura diametralmente opuesta a la manifestada por el Presidente del Consejo de Ministros peruano al día siguiente del anuncio de La Haya y distinta a la señal dada por el propio Humala, al enviar dos naves de la Marina de Guerra del Perú al “triángulo externo” ahora peruano.

Como efectos políticos de una construcción jurídica-política, tras el fallo aumentó la popularidad de Ollanta Humana y la de su esposa Nadine, futura candidata presidencial el 2015, y Alan García, ideólogo de la demanda contra Chile y, paradojalmente, condecorado por el Presidente Piñera en la ya famosa lógica de las “cuerdas separadas”, prácticamente lanzó su re-relección a la presidencia.

Por otra parte, el incremento del sentimiento de “unidad nacional” también benefició a Piñera, que mejoró su evaluación en la última Adimark, llegando hasta el 49%, su mejor ubicación desde su primer año de gobierno.

Asimismo, superar la visión cortoplacista y con poco sentido estratégico que han tenido nuestras relaciones internacionales recientes respecto de los límites fronterizos, implica no sólo negociar políticamente y no dejar todo el peso en lo jurídico, sino complementar con una política de fortalecimiento de zonas extremas.

Mientras Humala a pocos días del fallo viajaba a Tacna, celebraba un Consejo de Ministros, contenía expectativas “porque (la ciudad) no recibió lo que esperaba” y ofrecía millonarias obras de infraestructura, Arica no pasaba de ser una locación para puntos de prensa a la espera del fallo.

Si en enero fue el turno del dos veces postergado fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya en el litigio con Perú, en abril de este año será el tiempo de Bolivia para presentar su memoria de demanda en la que pedirá al tribunal que nuestro país negocie una salida al mar de buena fe y con resultados concretos.

Si bien el constructo jurídico de los “derechos expectaticios” creado por Bolivia en base a la expectativa que pudo haber generado Chile en el pueblo boliviano por las negociaciones frustradas puede no tener asidero en términos jurídicos, el caso boliviano no puede ser desacreditado y minimizado como ocurrió con el peruano.

Frente a este nuevo litigio, existe la razonable posibilidad de alegar incompetencia del tribunal de La Haya dada la existencia del Tratado de Paz y Amistad entre Bolivia y Chile de 1904 (aunque Evo Morales argumente que fue firmado “bajo presión y amenazas”), dado que el Pacto de Bogotá de 1948 que ambos suscriben y que da jurisdicción a la Corte Internacional de Justicia es posterior a la firma de dicho acuerdo.

Otra alternativa podría ser que Chile negocie con Bolivia en la etapa de “solución amistosa” del juicio para evitar un nuevo, costoso y desgastador litigio internacional que puede durar años.

En definitiva, negociar con Bolivia antes de llegar a tribunales internacionales es una viable alternativa política, ya que con el caso de Perú ha quedado claro que las certezas jurídicas no bastan.

Efectivamente, tanto Perú como Bolivia ejercieron “actos inamistosos” contra nuestro país al demandarlo ante un tribunal internacional y en el primer caso se ha cuestionado la política de las “cuerdas separadas” que privilegió las relaciones económicas y mantuvo incólume las políticas.

Frente a esta nueva demanda lo que debiera primar es el criterio político, estratégico y de largo alcance que estuvo ausente en el caso del Perú.

Que el intercambio comercial de Chile con Bolivia sea muchísimo más bajo que con Perú, no debe implicar una baja prioridad de este caso, especialmente tras la sentencia respecto del país inca que, evidentemente, sienta un precedente a favor de la nación menos poderosa.

No se trata, como sugirió en algún momento el Presidente Piñera, de simplemente cambiar “gas por mar”, sino de construir una estrategia de integración de largo plazo que beneficie a ambos países y que supere la tesis de Chile como “mal vecino” que Perú tuvo éxito en instalar frente a los ojos de La Haya.

Chile aumenta su consumo energético, necesita nuevas fuentes de energía y Bolivia tiene sobreproducción de gas, por lo que bien vale la pena indagar en nuevas formas de intercambio y cooperación.

Lo que está en juego es la necesidad de inaugurar una nueva etapa en las relaciones internacionales con nuestros países vecinos de cooperación e integración. Además, Chile debe reforzar su relación con Brasil, alicaída durante gobierno de Piñera, y con Ecuador, que siendo un aliado histórico no nos apoyó frente a la demanda del Perú en La Haya. Chile debe volver su mirada al continente y priorizar Unasur y Mercosur, por sobre la Alianza del Pacífico y su sello neoliberal.

Por lo pronto, Evo Morales confirmó la mantención de la demanda contra Chile por una salida soberana al mar luego de que el Consejo de Reivindicación Marítima (compuesto por ex cancilleres) así se lo recomendara.

Dado que Morales tiene el mandato constitucional de procurar una salida soberana al mar de su país como un “derecho irrenunciable”, la reivindicación marítima volverá una y otra vez a aparecer en cada ola, resaca y subida de marea, por lo que mantener la tesis de que no hay problemas limítrofes pendientes resulta claramente insuficiente frente a una problemática más que jurídica, política.

En materia de Defensa y Relaciones Internacionales, el programa del nuevo gobierno aspira a reanudar vínculos con la región, contribuir a una mayor unidad regional y a retomar el camino del diálogo con Bolivia, dando una nueva oportunidad a la integración y el entendimiento, aunque no sea la apuesta más popular y seguramente no cuente con el apoyo de amplios sectores chovinistas y reaccionarios que aún no logran superar el paradigma de la confrontación en vez de apostar por la cooperación.

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09 feb 2014

El ocaso de los “hijos de Pinochet”

La debacle política de la derecha resulta tan inesperada como impresionante. No se veía algo así desde hace medio siglo. Al igual que entonces, su derrota electoral es signo de algo más grave.

Antes, marcó el ocaso de los viejos latifundistas. Hoy parece suceder algo parecido con sus hijos. La generación postrera. Los que recuperaron el poder tras el golpe militar.

Por mano ajena digitada desde el extranjero, recobraron la hegemonía que habían perdido sus antepasados.

Éstos la habían ganado y sostenido durante siglos, con relativa legitimidad y sin excluir la violencia, por medios políticos la mayor parte del tiempo.

Los “hijos de Pinochet” la ejercieron apenas cuatro décadas, mediante el terror y sus cicatrices.Así suele ser el graznido final de lo que tiene que morir y no se aviene a hacerlo con dignidad.

Todo se precipitó en lo que la candidatura de derecha denominó su “Septiembre Negro.”Durante semanas los chilenos se recogieron cada noche frente a sus televisores a recordar en silencio su trágica y espléndida memoria.Ésta desbordó todos los diques en lo que fue el equivalente ideal de una gigantesca protesta nacional.

Un par de años antes, levantado por la levadura de los estudiantes y convocado al mediodía por una muchacha luminosa, el pueblo había salido una noche de a millones a golpear sus cacerolas. Entre muchos otras señales que no aguanta más el actual estado de cosas.

Así son los chilenos. Muy pacientes y bien enterados a cada década pierden la paciencia. De este modo a lo largo de un siglo, han venido impulsando al Estado a realizar los cambios que han transformado al país de arriba abajo.Ahora lo empujan a completar la reconstrucción de lo destruido, por el violento maremoto reaccionario que se abalanzó sobre sus costas hace cuarenta años.

Un latigazo vengativo generado en la superficie por el terremoto de avances irreversibles que acababa de producirse en las profundidades de la sociedad.

Le fue mal a la derecha, en la elección celebrada dos meses más tarde. Perdió 625 mil votos y un sexto de sus parlamentarios. A pesar del binominal, no alcanzó los quórums que le habían venido otorgando derecho a veto en materias importantes.

Tras el desgaje de sus partidos, puede perder incluso los que necesita para impedir el cambio de la Constitución.

Sus campeoncitos llevados de la mano por los poderes fácticos, mostraron sus pies de barro.Por primera vez en sus vidas puestos ante un trance complicado, uno se desplomó por tramposo, otro por desórdenes mentales y la grosera y arrogante hija mimada de un general golpista, sencillamente porque nadie la quiere.También las vio negras otro más aperrado que no puede con su carácter.

Tras la derrota, la derecha ha recordado su desastre de 1965, cuando quedó reducida a menos de un séptimo del parlamento. El mismo que en medio de una inmensa ola de agitación popular que culminó en una revolución hecha y derecha, aprobó la ley de reforma agraria que liquidó el viejo latifundio y la nacionalización de las empresas yanquis que explotaban el cobre.

Ni Pinochet logró revertir estas medidas que constituyen la verdadera base de la modernización de Chile.

Ningún joven de entonces quería ser “momio”, los que resultaban tan impresentables como los pinochetistas de hoy. Algunos hijos de la elite abrazaron derechamente la causa progresista que seducía a la abrumadora mayoría del país.Otros se volvieron revolucionarios de ultraderecha.

No hicieron asco de la lucha callejera insurreccional, el terrorismo y el asesinato político.

Rompieron radicalmente con las convicciones de los “momios”, que por lo general eran republicanas y democráticas en lo político y más bien desarrollistas en lo económico. Las reemplazaron por el autoritarismo político teñido de integrismo religioso y neoliberalismo económico.

La mayoría siguió siendo “momio” en su fuero interno, pero como no era buena onda se agazaparon. Cuando las cosas se pusieron color de hormiga, casi todos fueron opositores al gobierno de la Unidad Popular y avivaron el golpe más o menos activamente. La mayoría apoyó al régimen de Pinochet hasta el final y votaron “Sí” en el plebiscito del año 1988. Muchos lo siguen añorando para callado.

Una contrarrevolución es lo peor que le puede pasar a una sociedad, a excepción quizás de una invasión militar. Tras el golpe de Pinochet, quedaron en la retina del mundo toda suerte de atrocidades.

Más difícil de registrar, fue el violento tsunami reaccionario, que arrasó todos los espacios. Sueños y esperanzas de “los de abajo”, aplastados por el odio y ansia de revancha de “los de arriba”, que por un momento temieron perderlo todo. En un sólo día, los chilenos pasaron a ser un pueblo de vencidos.

En esa atmósfera envenenada se hicieron adultos los “hijos de Pinochet”.Se acomodaron de lo más bien. Se emborracharon con el champagne que descorcharon sus padres al mediodía del 11 de septiembre del año 1973.Corrieron a incorporarse como reservistas a las fuerzas armadas, donde algunos torturaron a parientes detenidos en el Estadio Nacional.

Desde esa misma noche, condujeron en sus camionetas a los pacos y milicos de cada pueblo, “poroteando” campesinos partidarios de la reforma agraria, cuyos cadáveres acribillados ayudaron a lanzar a hornos de cal. Sus víctimas de esos días suman más de la mitad de los detenidos desaparecidos y ejecutados por la dictadura.

Desmantelaron los servicios públicos, empezando por la educación. Tras intervenirla, hacerla pedazos y rebajar su presupuesto a la mitad, intentaron privatizarla.

Como resultado, la matrícula total, incluyendo el sistema público y el privado en todos los niveles, se ha contraído desde un tercio de la población total antes del golpe, a sólo un cuarto de la actual. Las familias deben pagar ahora más de la mitad de la cuenta y la calidad deja mucho que desear.

Se apoderaron nuevamente de los recursos naturales para vivir de su renta. Como sus antepasados lo habían venido haciendo por siglos. En nombre de la sacrosanta propiedad saquearon la del Estado.Cual “Pirañas” empezaron por las industrias, bancos y comercios nacionalizados por el gobierno del Presidente Allende y terminaron con las grandes empresas creadas a lo largo de medio siglo de desarrollismo Estatal.

Ese es el origen principal de todas las “grandes fortunas” chilenas actuales.

Asimismo, del carácter rentista de los “hijos de Pinochet”. Son auténticos jeques sin turbante, que comparten el botín con otros como ellos venidos desde fuera. Un puñado de grandes corporaciones rentistas, “buscadores de tesoros” como los llama el diario Financial Times, se han adueñado de todo Chile.

Han deformado la economía, que vive de la veleidosa renta de los recursos naturales.

Han desmantelado buena parte de la industria donde el trabajo agrega valor en la producción para el mercado de bienes y servicios, que es la fuente exclusiva de la moderna riqueza de las naciones.

Esa es la causa principal de la precariedad del empleo, la debilidad de los sindicatos, la mala distribución del ingreso, la vulnerabilidad a los precios de materias primas y el aislamiento de la gran tarea de construcción de una América Latina integrada.

Todo eso es lo que el país está hoy empeñado en corregir. La abrumadora mayoría está convencida de ello y crecientemente dispuesta a movilizarse para lograrlo. Los partidos políticos progresistas han dado muestra una vez más de la flexibilidad que les ha permitido formar coaliciones que han logrado recoger las demandas de cada momento, con sólo dos excepciones en un siglo, la segunda de trágicas consecuencias.

Los “hijos de Pinochet” ya no pueden continuar ejerciendo una hegemonía que desde el golpe no está basada en la razón sino en la fuerza. En el terrorismo de Estado primero y más tarde en una Constitución tramposa, que el pueblo sólo ha tolerado por el deseo de evitarse enfrentamientos como los de los años 1980. Hasta ahora.

Siempre ocurre de esta forma.Como enseña la ciencia política clásica, las elites siempre ejercen su hegemonía principalmente por consenso basado en su capacidad de dirigir la producción, sin excluir el uso esporádico de su monopolio de la violencia. Sólo aquellas que viven su ocaso se apoyan principalmente en esta última, pero no hay pueblo que lo aguante por mucho tiempo.

Así por ejemplo, la elite de Afrikaners blancos sudafricanos, que comparten con la oligarquía chilena su origen en colonos pobres arribados el siglo XVI, recién en 1948 implantó las infames leyes del Apartheid. Fue su intento postrero de mantener por la fuerza la hegemonía que ya no podían basar principalmente en el consenso, como habían venido haciendo durante siglos.

Les duró poco. Se vieron forzados a aceptar que la abrumadora mayoría no blanca de una población ya urbanizada, asumiera primero la conducción del Estado y crecientemente permeara a la propia elite económica y social, transformándola gradualmente a su imagen y semejanza.

Es lo que está pasando en Chile en el ocaso de los “hijos de Pinochet”.

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09 feb 2014

La fluidez intersticial del poder

“Esa fluidez intersticial del poder que baña toda la red porosa de lo social, (y lo político), lo mental y de los cuerpos, esa modulación infinitesimal de tecnologías de poder, (donde relaciones de fuerza y seducción están inextricablemente mezcladas), todo eso se lee directamente en el discurso de Foucault”. (Baudrillard)

Foucault, Foucault, Foucault.

Los que tomaron las primeras decisiones en las nominaciones de los futuros ministros no leyeron al autor francés, mientras que otros y otras, parecen estudiantes muy aventajados.

“Me limito a decir que desde el momento mismo en que se da una relación de poder, existe una posibilidad de resistencia (…) Siempre es posible modificar su dominio en condiciones determinadas y según una estrategia precisa (…) La que nos propone el derecho, el poder como ley, prohibición, institución, (…) que no describe al poder (…) y el modelo estratégico (de combate), en términos de relación de fuerzas.” (Foucault).

Faltó inteligencia política, cuya esencia es la gestión de los flujos de las fuerzas del poder, que no se destruye sólo se transforma, en la denominación de la ex subsecretaria de Educación.

Aparentemente no se consideró la importancia del lenguaje y lo simbólico con el manejo de la opinión pública a través de los medios y redes sociales, como nuevos instrumentos letales del manejo del poder.

Hoy no es la “cantidad” de poder lo esencial, sino la velocidad y capacidad de anticipación de respuesta frente a los cambios presentes y futuros probables. Los estudiantes y fuerzas fácticas, fueron muy veloces en el manejo de la “guerrilla irregular” del poder.

Tampoco se consideró que en la “microfísica” del poder, lo importante son los campos dinámicos de fuerzas fácticas y simbólicas en desequilibrio permanente, y que “pequeñas” perturbaciones (como la generada por el nombramiento de Claudia Peirano), son capaces de generar cambios globales potencialmente catastróficos.

Tampoco se consideró el manejo que hacen del poder los jóvenes, tildados de “narcisos” (como si fuera novedad), “omnipotentes” (y vaya si lo son), radicalizados e inflexibles.

Además agrego, son grupales, aventureros, y guardianes de (su) justicia, los ideales y utopías que muchos apresuradamente quieren enterrar.

Menos se consideró que habiendo en ellos y ellas idearios anarquistas, Proudhon ya afirmó, como un buen adolescente de hoy, una forma de poder implosivo: “No más partidos. No más autoridad. Libertad absoluta del hombre y del ciudadano.Esta es nuestra profesión de fe política y social”.

Habiendo conseguido los jóvenes una autonomía política anticipada ganada legítimamente en la calle y hoy en el poder legislativo, se volvieron felizmente, más perturbadores y muy desafiantes, en su capacidad que no van a resignar, de movilizar y acelerar los cambios en el tiempo histórico, político y social.

Paradójicamente al futuro gobierno le ha faltado lo que criticó ferozmente al anterior, inteligencia política.

A los jóvenes hay que convocarlos y tenerlos de aliados participantes bajo un poder que también los convoca poderosamente.El verdadero poder del servicio.

El futuro gobierno olvidó que cuantas huelgas y barricadas (y encapuchados), cuantos discursos y adoquines hicieron falta, para que se comience a apreciar que todo es político.

Aunque, si todo es político, nada es político, y si nada es político, todo no es más que un juego de poder con ganadores y perdedores. Aquí no existe el “winwin”.

En el primer partido político de ajedrez de hoy, estudiantes 1, futuro gobierno y viejos e ingenuos políticos, 0. La reina se salvó del Jaque Mate, con un “enroque”casi silencioso.

Esperamos la revancha.

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08 feb 2014

Transición y justicia

Primero fue la salida dominical, ahora salen todos los días. Es otra forma de impunidad.No hay cumplimiento de condena en los hechos sino una nueva burla a la Justicia desde los resquicios de leyes y reglamentos a los que ni el ejecutivo ni el legislativo han puesto ni atención ni interés en reformar.

Hablo por supuesto del indignante caso de los degolladores, de los asesinos de nuestros inolvidables José Manuel Parada, Manuel Guerrero y Santiago Nattino.

Hablo de la autorización dada por Gendarmería, bajo el alero del gobierno de Piñera, para que los carabineros Guillermo González Betancourt y José Fuentes Castro se paseen libremente por las calles de la ciudad cada día.

Estas concesiones a los autores de uno de los crímenes más horrendos de la dictadura militar no son el único asunto que pone de nuevo en el centro de la noticia las muchas demandas pendientes en materia de violaciones a los derechos humanos.

Entre tantos está el odioso episodio protagonizado por el juez Jorge Zepeda que en el año 2005 incautó en el enclave nazi de Colonia Dignidad un total aproximado de 40.000 fichas secretas de la dictadura que, ha trascendido, dicen relación con detenidos desaparecidos y otros casos de delitos de lesa humanidad y que comprometerían a diversos personeros del régimen de Pinochet, las cuales el juez entregó para su custodia a la Policía de Investigaciones declarando ese material como “secreto de Estado” conforme la llamada Ley de Inteligencia Nacional.

De este modo se oculta información, se obstruye la acción de los tribunales y se infiere un nuevo agravio a los familiares de las víctimas. Pero además con falsos argumentos, pues las disposiciones de la malhadada ley de “inteligencia”, la ley nº 19.974 del año 2004 no dan lugar para tan extrema decisión del juez.

En efecto, en su artículo 38 se lee: “ Se considerarán secretos y de circulación restringida, para todos los efectos legales, los antecedentes, informaciones y registros que obren en poder de los organismos que conforman el Sistema o de su personal, cualquiera que sea su cargo o la naturaleza de su vinculación jurídica con éstos.”

A su turno, el art. 4º de la misma ley había establecido que el Sistema de Inteligencia del Estado tiene el objetivo de “proteger la soberanía nacional y preservar el orden constitucional”, por lo que teniendo en cuenta la propia ley que invoca el juez cabe preguntarse si acaso alguien puede entender que los antecedentes que permiten establecer la verdad de los crímenes de los golpistas, aquello que los jueces buscan al menos desde 1998, puedan constituir un atentado a la soberanía o al orden constitucional.¿No será al revés?

La respuesta es obvia, lo que atenta contra la soberanía, la seguridad nacional y el orden constitucional es precisamente el ocultamiento de los antececedentes que permiten conocer una verdad esperada por decenas de años.

El artículo 39 de la ley citada permite la entrega de los antecedentes e informaciones que soliciten “la Cámara de Diputados o el Senado, o que requieran los Tribunales de Justicia, el Ministerio Público a través del Fiscal Nacional, o la Contraloría General de la República, en uso de sus respectivas facultades”. Bueno sería que ocurriera y en eso estamos.

Por otro lado, el secreto por 50 años que impuso la ley Valech a cambio de determinados beneficios para las víctimas, es a todas luces un chantaje inaceptable e inmoral. Debe ser rápidamente derogado.

Agreguemos también el grave daño inferido por personajes irresponsables a miles de modestas familias chilenas. Hablo del llamado “escándalo de los exonerados”.

Personajes del actual gobierno y la candidata presidencial de la ultraderecha hablaron de 30 mil casos de “falsos exonerados” y se denunció los supuestos ilícitos. Centenares de personas debieron concurrir a tribunales bajo el peso de burdas imputaciones.

Sufrieron la suspensión y la amenaza de pérdida de sus escasos derechos, se les humilló públicamente para que, al cabo de unos meses, hubiera de reconocerse que, si acaso, podrían detectarse unas pocas decenas de casos dudosos. ¿Quién responderá por este nuevo daño?

Y mientras esto sucede, los abogados dedicados a la defensa de los derechos humanos somos notificados casi a diario de nuevos autos acusatorios, o de procesamientos, cuando no de sentencias condenatorias, exiguas pero condenas al fin, relativas a los numerosos procesos judiciales en curso por delitos de lesa humanidad.

Haber logrado, por fin después de tantos años, que en octubre pasado la Corte Suprema dispusiera dedicación exclusiva relativa para los jueces y ministros que conocen de estas materias, ha sido un paso muy importante que aceleró los juicios al punto que es probable que el presente sea efectivamente “el año de las condenas”.

Lo recuerdo para que nadie olvide que no se trata de asuntos del pasado como algunos insinuaron hace años, sino de importantísimos temas del presente y del futuro relacionados con el Estado, con la democracia, con el papel de las Fuerzas Armadas, con el respeto a los Tratados internacionales y, en suma, con la vigencia real y objetiva de los derechos fundamentales de la persona humana.

Entre las notificaciones judiciales que recibo mientras escribo estas líneas puedo mencionar decisiones como por ejemplo la del ministro Miguel Vásquez en el expediente denominado “Conferencia 2”, o del “Caso de los 13”, que dicta acusación contra más de medio centenar de agentes de la DINA a propósito del secuestro y desaparición de parte significativa de la segunda dirigencia clandestina del Partido Comunista.

El proceso, iniciado por querella que en nombre de su Partido presentara Gladys Marín en enero de 1998 fue dirigido inicialmente por el juez Juan Guzmán, luego por el fallecido ministro Víctor Montiglio y actualmente por el ministro Vásquez.

Igualmente está siendo notificada a los diferentes abogados la resolución del 31 de enero dictada por la ministro Patricia González en el proceso denominado “Caravana de la muerte”, episodio Copiapó, por el secuestro y desaparición de 16 destacados compatriotas.

Todos ellos fueron asesinados cobardemente por los militares.Eran jóvenes valiosos, inteligentes, algunos dirigentes sindicales, otros brillantes profesionales, investigadores, científicos, economistas. La acusación está dirigida contra Arellano Stark, Manuel Contreras, Moren Brito, Arredondo, Pedro Espinoza, Oscar Haag, y otros de su calaña.

Ese mismo día, en un episodio diferente de la fatídica Caravana, esta vez el caso Calama, el ministro Leopoldo Llanos se reunía en un juzgado de esa ciudad junto al director del Servicio Médico Legal Patricio Bustos para dar cuenta a los familiares del resultado de los informes genéticos de 6 de las muchas víctimas.

Se trataba de los únicos reconocidos científicamente, entre ellos el compañero Carlos Berger, esposo de nuestra apreciada colega Carmen Hertz, de que da cuenta el reciente filme “Ecos del Desierto”.

Las nuevas autoridades del país que asumirán en breve han reiterado su aspiración a lograr “una sociedad más democrática, justa, participativa, igualitaria, abierta y donde los derechos de las personas se respeten” y se ha expuesto al país un programa de cambios que da cuenta de esa voluntad.

Reformas en el campo de la educación, la salud, el trabajo, la economía, están puestas a la orden del día, tanto como una Nueva Constitución. Pero ese empeño debe ser el de todos, no sólo de las autoridades.

Y esa lucha por acercar de algún modo el fin de esta interminable transición a una democracia real no culminará exitosamente si no se considera al mismo tiempo la necesidad de impulsar el conocimiento de toda la verdad y hacer justicia y reparación plenas respecto de los turbios años de la dictadura.

Es hora que los que conocen toda la verdad se decidan a hablar y es hora además de sentencias a la altura de los graves crímenes.

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08 feb 2014

¿Qué debe hacer Bachelet en favor de las mujeres?

Cuando resta un mes para el inicio del nuevo gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, no faltará quien lo evalúe como expresión de la mejor situación de las chilenas, a pesar que los datos duros nos hablan más bien de avances magros, al compararnos con sociedades avanzadas y también con países de América Latina.

Por tanto, sí es momento propicio para hacer un recuento respecto a las tareas pendientes del estado chileno respecto a las profundas inequidades que viven las chilenas y, de esta manera, enfrentar así una de las expresiones más evidentes de la desigualdad existente en nuestro país.

A pesar que el debate sobre la desigualdad en Chile se ha centrado fundamentalmente en la disparidad de los ingresos, incluso en este marco, son las mujeres las que viven una situación más desventajada y así ocurre cuando observamos cualquier grupo humano, el de los pueblos originarios, de los inmigrantes, de quienes tienen distinta condición sexual, de los jóvenes, etc.

En cuanto a representación política femenina, Chile presenta una de las tasas más bajas de participación de las mujeres en cargos de elección popular si se le compara con países de la OCDE (26%) y con los de América Latina (23%).

Por tanto, y a pesar que las mujeres constituyen la mitad de la población y electorado, sus necesidades e intereses específicos – muchas veces vinculados al cuidado de la familia y al peso de las tareas domésticas –no están lo suficientemente representados en las políticas públicas.

Para ello se requiere avanzar en medidas especiales para acelerar la igualdad de facto como podrían ser las políticas de cuotas u otras medidas de acción positiva, tal como Chile se comprometió al suscribir la CEDAW.

En materia de incorporación de las mujeres a la fuerza laboral remunerada, si bien la participación laboral ha ido en aumento en los últimos años (47%), sigue siendo inferior a lo que ocurre en América Latina (53%).

A esta insuficiente mejora, hay que señalar la deficiente calidad del empleo femenino expresado en ocupaciones separadas según sexo; cargos con menor jerarquía, con menores responsabilidades y salarios; menor sueldo por por igual trabajo; contratos más precarios, etc.

Y aunque se inserten en el trabajo remunerado, las mujeres ejercen aún el rol reproductivo, entendido éste como el de la realización casi de forma exclusiva de las tareas domésticas, dedicación a la crianza y el cuidado de los hijos y familiares e incluso el de atender los afectos al interior de la familia.

Este trabajo queda excluido de la esfera económica, no tiene regulación económica, por lo que plantea al estado el desafío de reevaluar el campo del cuidado, de interiorizar a los hombres de su responsabilidad y de que desarrollen destrezas y habilidades en el ámbito doméstico.

Sí, el Estado chileno se ha abocado a que las mujeres se incorporen al trabajo productivo, pero no ha ocurrido lo mismo respecto al rol de los varones en el espacio privado.

Algunas políticas públicas que pudieran contribuir en este sentido son los permisos parentales exclusivos para los hombres progenitores para el cuidado de sus hijos e hijas; la extensión del beneficio de la sala cuna sin considerar el sexo del trabajador (a); políticas integrales de cuidado, campañas públicas de promoción del reparto de tareas o talleres formativos en tareas domésticas dirigidos a hombres.

Respecto a los derechos sexuales y reproductivos, Chile posee una legislación que criminaliza totalmente el aborto ejerciendo de esta manera el total control sobre los cuerpos de las mujeres.

De esta manera, desde el Estado se niega su derecho a la libre disposición de su cuerpo, a determinar cuántos hijos e hijas desea tener y en definitiva, a trazar su propio plan de vida. Tal como establecen las recomendaciones de organismos internacionales hacia nuestro país, se requiere que al menos se despenalice el aborto cuando corre peligro la vida de la madre, por inviabilidad del feto con la vida y en caso de violación.

El Estado tiene además el desafío de enfrentar de manera integral la violencia que sufren las mujeres por razón de su sexo, ya sea la física y psicológica ejercida por pololos, parejas o ex parejas, así como el acoso y la violencia sexual.

Estas son manifestaciones de quienes consideran a las mujeres como ciudadanas de segunda, carentes de derechos y capacidad de decisión y finalmente, como objetos a disposición del placer y poder masculinos.

Para ello, se hace urgente una Ley Integral contra la Violencia de Género que sancione por ejemplo, la apología o la defensa a este tipo de violencia, que promueva la igualdad y dignidad de las mujeres en los medios y la publicidad, que facilite la inserción económica de las víctimas de violencia, entre otros aspectos.

Es nada menos que la tercera parte de las chilenas que reconocen haber sido víctima de violencia física, sexual o psicológica, según cada una de las encuestas que se han realizado en Chile sobre esta materia.

Finalmente y retomando el debate existente en nuestro país sobre la disparidad en ingresos, cabe enfrentar en esta nueva administración lo que significa la reproducción de la pobreza femenina debido a las altas tasas de embarazo adolescente, una de las principales causas de deserción escolar de nuestras niñas y adolescentes.

Todas estos desafíos deberá enfrentar el nuevo Gobierno de Michelle Bachelet para avanzar en lo que constituye uno de los ejes de su programa como es el de enfrentar la desigualdad de género en nuestro país.

Sin duda, las miles de mujeres que se movilizaron en su campaña de norte a sur confían en que así lo hará.

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08 feb 2014

Antes que sea tarde

Estamos a un mes del cambio de gobierno y el incesante “corte de cintas” de obras o anuncios virtuales, girados a cuenta de platas futuras continua de manera incesante.

Nunca nadie se había hecho tanta auto propaganda con recursos fiscales. Ese factor de ausencia de pudor en la alabanza hacia su actividad personal por parte del gobernante y su círculo más cercano, y muy probablemente, la cohesión patriótica del país ante el dictamen de La Haya en la controversia con Perú, han mejorado la popularidad del Presidente que se va, lo que ha permitido que algunos lo proclamen ya sin ambages como el candidato de la derecha el 2017.

Lo demás se olvida. La vergonzosa postración de la salud pública, la agudización de la delincuencia y el debilitamiento de la seguridad pública, la exacerbación del tema indígena y de la demanda mapuche, el conflicto latente de decenas de miles de familias con subsidios de vivienda sin casas que los respalden, el reducido margen del presupuesto del año en curso, el aumento de los abusos de AFP e ISAPRES y de los servicios telefónicos, de transporte y bancarios durante los meses de verano, la desprotección de la pesca artesanal y el incremento de los atropellos en el sector laboral.

En suma, el conjunto de un fardo de injusticias y desigualdad que se desconoce por mediciones de opinión hechas a la medida del gobernante.

Desde el bloque de la Nueva Mayoría no hemos ejercido la crítica política suficiente ante el artificial exitismo gobiernista.

Pareciera ser que las preocupaciones se subsumen en el exclusivo ámbito de las postulaciones a futuros cargos en el aparato administrativo del gobierno que pronto asume.Hay mucha ansiedad que conduce a errores.

Por ello, se debe reconocer que dejar que desde La Moneda se instale un balance hecho a imagen y semejanza de sus intereses futuros, puede devenir en un tiempo breve, en un pesado lastre para las iniciativas de las propias nuevas autoridades. Se está dejando pasar un diagnostico artificial de la realidad, acomodado a la estrategia del que se va en marzo y quiere volver en cuatro años más.

Por el contrario, la situación del país esta recargada de expectativas y de demandas que son un arrastre del gobierno actual y que quedarán sin solución.

Me explico que haya quienes piensen que en un periodo de traspaso lo mejor es evitar polémicas, pero esa idea se transformará fácilmente en un boomerang. Las falsas imágenes quedan y no se borran.

En tal sentido, hay que recoger la experiencia del inicio de la transición, a comienzos de los años 90, en que tuvo tan alto costo no denunciar, como se debió haber hecho, las oscuras privatizaciones que enriquecieron a un puñado de audaces que pasó a ser muy poderoso, tanto como para financiar abundantemente las campañas electorales de la derecha.

Lamento el exceso de lucha por los cargos y la ausencia de un enjuiciamiento veraz, objetivo, sin descalificaciones, pero a fondo del país como efectivamente está y no como se dice desde el poder central que se encuentra.

Se debiera evitar que en algunos meses más haya que arrepentirse de no haber dicho las cosas a tiempo y se empiecen a dar las explicaciones que otros astutamente eludieron, difundiendo una idea fuera de la realidad pero de una imagen sin cuestionamiento ante la opinión pública.

La crítica política, esencial para la vitalidad democrática, debe realizarse no sólo con la verdad sino que oportunamente, antes que sea tarde, después ya no sirve.

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07 feb 2014

Nuevo parlamento desde los territorios y los movimientos sociales

Junto con la inédita cantidad de 9 candidatos a la primera vuelta de la presidencial chilena realizada el 17 de noviembre, se ha registrado una notable incorporación de nuevos rostros a la política chilena, hombres y mujeres comprometidos con los cambios que el país reclama y que a partir del 11 de marzo, estarán en el Senado y en la Cámara de Diputados.

Provienen básicamente desde dos vertientes. Por una parte, desde el movimiento social, especialmente del sector estudiantil y por otra, desde el ámbito territorial.

Junto a rostros emblemáticos del movimiento estudiantil universitario como Camila Vallejos, Gabriel Boric o Giorgio Jackson, que indudablemente llevarán las banderas de educación pública gratuita y de calidad, encontramos personalidades que han venido a renovar los elencos partidarios de la Nueva Mayoría, como la Secretaria General de las Juventudes Comunistas, Karol Cariola o el ex Secrtetario General de la Juventud Socialista y actual Vicepresidente de ese Partido , Daniel Melo, de quienes se espera un valioso aporte en los replanteos programáticos de la Nueva Mayoría.

En el caso de Melo, fue el redactor del voto político a través del cual el Partido Socialista, en el marco de su último congreso, se inclinó por una Asamblea Constituyente, como mecanismo de superación de la Constitución heredada de Pinochet.

Chile también ha registrado durante los últimos años, otros conflictos y movilizaciones de carácter regional, tal vez menos mediáticas que las conocidas movilizaciones estudiantiles de 2011 pero no menos importantes en los temas que plantean y en la generación de líderes de fuerte raigambre territorial.

El conflicto del Gas en Magallanes, las movilizaciones en Calama, zona cuprífera que sin embargo no recibe los beneficios del llamado “sueldo de Chile” y las manifestaciones de los ayseninos que reclamaban por el alto costo de la vida en su región, que hoy tienen al líder del Movimiento Social por Aysén, Iván Fuentes como diputado electo, son algunos de los conflictos regionales que dan cuenta de que la desigualdad en Chile no es solamente social y económica, sino que también es de carácter territorial.

Vinculados al territorio, el nuevo parlamento tendrá una fuerte presencia de ex Alcaldes y ex Concejales, quienes desde populosas zonas de Santiago o de sureñas regiones como Puerto Montt, aportarán la mirada política de quienes están cansados del peso de un Estado central que no da cuenta del Chile de hoy ni del Chile profundo.

La autonomía y el fuerte compromiso ciudadano de estos nuevos diputados y senadores, hace pensar que, incluso aquellos que provienen de históricas militancias partidarias, impulsaran los cambios que Chile reclama y que en esencia se refieren a terminar con la desigualdad y los abusos de las corporaciones y que en lo político se debe expresar en una reforma educacional que tenga soporte en una potente reforma tributaria, en el marco de una país que no ha logrado sacudirse del pinochetismo y que requiere una Constitución Política generada desde la soberanía popular.

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07 feb 2014

Participación ciudadana para fijar el precio del agua

El problema del agua en Chile es complejo, especialmente en las regiones del norte, como es el caso de Atacama. En la región esta dificultad se arrastra hace mucho tiempo, tanto por la escasez hídrica que enfrentamos naturalmente, como por el tratamiento que se hace del agua desde la empresa privada, sin alcanzar una solución efectiva para la continuidad en su acceso, y menos en la calidad del agua que consumimos a diario.

Los precios del agua en la Región de Atacama siempre han sido más altos que el promedio nacional, y aún así, la oferta que recibimos no es buena. La falta de información y claridad respecto a lo que cancelamos en las cuentas habituales, pocas veces se transparenta y se comunica adecuadamente.

En este sentido, es necesario generar un marco legal para la participación ciudadana en la fijación de tarifas de los servicios sanitarios.

Actualmente la Ley del Consumidor, define como funciones de las organizaciones de consumidores “participar en los procesos de fijación de tarifas de los servicios básicos domiciliarios, conforme a las leyes y reglamentos que los regulen”. Sin embargo, no establece un mecanismo para que efectivamente se pueda ejercer este derecho.

Por otra parte, la Ley de Tarifas de Servicios de Agua Potable y Alcantarillado, así como el Reglamento de la Ley de Tarifas de Servicios de Agua Potable y Alcantarillado, reducen la participación de los consumidores solo a la formulación de observaciones en la etapa de Bases Tarifarias Preliminares -como cualquier otro interesado en el proceso- las que son informadas a los consumidores solo a partir de una muy general publicación en el Diario Oficial.

En este sentido, de acuerdo a la normativa vigente, la negociación de los precios se establecen solo mediante el intercambio de los estudios tarifarios que realiza la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS) con la empresa concesionaria, pudiendo llegar a un acuerdo directo entre las partes.Esto evidencia la falta de opinión de cualquier otro actor que quiera participar de este complejo proceso.

En caso que existan discrepancias entre ambas entidades, la ley contempla la creación ad–hoc de una Comisión de Expertos, donde tampoco se considera la participación de los consumidores.

Así, no existe ningún mecanismo de entrega de antecedentes completos y oportunos sobre los parámetros técnicos y económicos de esta negociación, ni menos un espacio para posibilitar que las asociaciones de consumidores puedan generar medidas de control social sobre los planes de inversión establecidos.

Éstos son financiados por los propios usuarios en cobros mensuales, desde que se fija el nuevo precio del agua, pero no necesariamente esos ingresos son usados por las empresas para reposiciones y/o reparaciones de la infraestructura sanitaria.

Además, tanto a nivel regional como nacional, las asociaciones de consumidores tienen la convicción que algunas empresas sanitarias solo realizan las inversiones al termino de los cinco años, es decir cuando ya termina la vigencia del decreto tarifario. Ello genera problemas en la calidad de la prestación del servicio y también deslegitima la rentabilidad legal del 7% sobre el capital invertido por las empresas concesionarias.

La fijación de una tasa de rentabilidad sobre la inversión, conduce a que las empresas tiendan a entregar soluciones más caras, a la hora de proponérselas a la autoridad reguladora, no importando si es lo más adecuado para el consumidor final, o si existen otras alternativas.

Pareciera que lo que importa es asegurar la rentabilidad del negocio, sin considerar la calidad y continuidad de un servicio de vital importancia.

He venido trabajando y apoyando una propuesta de las asociaciones de consumidores y las uniones comunales de Copiapó, la que pretende establecer un procedimiento de participación y representación de las asociaciones de consumidores en las distintas etapas del proceso de fijación de tarifas del agua potable.

Iniciativas como ésta dan cuenta de la importancia de la participación ciudadana activa en los procesos legislativos, y cómo las organizaciones sociales adquieren preponderancia con la presentación de proposiciones serias y profesionales.

Estoy segura que contaremos con una alta unanimidad entre mis colegas parlamentarios para que podamos hacer los cambios reglamentarios que correspondan y así contar con un proceso tarifario transparente, informado y justo para toda la ciudadanía.

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07 feb 2014

La “U” con los grandes de América

Sin jugar un gran partido derrotó por 3 a 2 a Guaraní en Asunción, pasando a la fase de grupos de la Copa Libertadores y logrando la marca de ser el único equipo chileno que ha ganado como visita en todos los países de Sudamérica. Al entrenador todavía le falta mucho como técnico.

Después de golear en su estreno como DT de la “U” a Ñublense, derrotar en el estadio Nacional a Guaraní de Paraguay, y ganar como visita a Antofagasta, a Cristián Romero, le quedaba una prueba de fuego, en la revancha que tenía que jugar anoche ante los paraguayos. Era un partido trascendente por la importancia deportiva para su equipo y la importancia económica para el club.

Ante Ñublense la “U” jugó con sus atacantes trabajando defensivamente para recuperar el balón ante los defensas rivales, lo que le permitió impedir la salida rápida de los chillanejos y volver de inmediato al ataque. Contra los paraguayos y antofagastinos desapareció la marcación a la defensa adversaria y los resultados fueron más difíciles para la “U”.

Con la ventaja de 1-0 ante Guaraní, le bastaba empatar para asegurar el paso a la fase de grupos de la Copa Libertadores. Era lo apropiado para apremiar al dueño de casa y evitar tranquilidad en sus movimientos.

Romero se preocupó de aumentar el número de defensas colocando como contención delante de los zagueros a Sebastián Martínez y Juan Rodrigo Rojas, pero sin asignarle trabajo defensivo a sus delanteros, lo que se tradujo en un dominio permanente del mediocre equipo paraguayo, que aprovechaba la ventaja de jugar con una temperatura ambiente de 42 grados y a no mediar la falta de recursos de sus delanteros debió terminar ganando el primer tiempo.

La “U” tuvo en ese lapso solo una jugada de ataque. Un centro de Cereceda que paró dentro del área Mora y disparó de inmediato, pero el balón fue detenido por el horizontal.

La “U” no hizo cambios en el segundo tiempo, pese a que el deficiente juego de Rubio, que perdía todos los balones que le enviaban, lo mismo que Castro, quien por lo menos luchaba en su labor de volante, hacían aconsejable sus reemplazos, pero desde el inicio de este período una vez más Ramón Fernández tomó la conducción del equipo con propiedad y calidad y la remachó a los 52 minutos con un fuerte disparo desde fuera del área que batió al buen arquero paraguayo Aguilar.

La tarea estaba cumplida con la “U” en ventaja y había que reforzar la defensa. A Guaraní la tarea para ganar era superar a la “U” por dos goles de diferencia.Necesitaba hacer por lo menos tres y no se veía por donde.

La suerte vino en su ayuda, a los 65 minutos, Marín, que tiene poca habilidad con el balón en los pies salió a despejar y lo dejó en poder de Benítez quien de espalda al arco envió el balón por arriba del arquero anotando el empate.

Y la fortuna siguió en favor de los paraguayos, a los 84 un centro de Ocampo, el mejor de los paraguayos, fue despejado por José González y Ramón Fernández le trabó el balón el que fue a dar nuevamente a la cabeza de Benítez quien superó sin dificultad a Marín al encontrarse solo en el área.

Marín siguió siendo el que ponía más dificultades a la defensa con erróneos despejes con el pie, pero se recuperaba con buenas atajadas con las manos, incluso atajando la tercera conquista tras dos disparos sucesivos en la boca del arco de los paraguayos.

A los 84 la “U” logró el empate tras un centro de Castro, que conectó en el área Isaac Díaz quien había reemplazado a Mora levemente lesionado, y Díaz quien no tiene habilidad para enfrentar uno a uno a los defensas habilitó para dejar solo a Rubio quien no tuvo problemas para conseguir el gol del triunfo.

Cruzeiro y Real Garcilaso de Perú más Defensor de Uruguay serán los rivales que tendrá la “U” en el grupo, equipos de más jerarquía que Guaraní, lo que obliga a Cristián Romero a crear nuevas fórmulas de defensa, en especial con la participación de todo el equipo, lo mismo que en ataque y ahora que conoce mejor a su plantel y sabe de sus virtudes y defectos, ubique a los mejores y cree sistemas tácticos que permitan equilibrar y superar el juego de sus rivales.

Una tarea difícil, que no era importante cuando trabajaba en las divisiones inferiores de la “U”, pero desequilibrante cuando se trata de profesionales, que es lo mínimo que se le puede pedir al entrenador de uno de los mejores equipos del torneo nacional.

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07 feb 2014

Problemas de confianza

La presidenta electa chilena, Michelle Bachelet, enfrentó esta semana su primera derrota política, luego que tuviera que realizar su primer cambio de gabinete, aún antes de asumir el mando.

La designación de la independiente Valentina Quiroga como subsecretaria de Educación, en reemplazo de la cuestionada demócrata cristiana Claudia Peirano, fue un traspiés innecesario que debilitó su imagen, pero que sobre todo evidenció la crisis de confianza que atravesará al poder y la sociedad los próximos años.

Bachelet, enfrentada al desafío de impulsar un amplio programa de reformas que ayude a reconstruir la credibilidad en el sistema político, optó por conformar un equipo de gobierno en cuyos puestos claves puso a personas de su círculo cercano.

Es decir, prefirió gente de su confianza antes que políticos con experiencia que pudieran no serle leales totalmente.

En esa lógica, instaló a su histórico jefe de gabinete, el militante PPD Rodrigo Peñailillo, como su futuro ministro del Interior. En su primer mandato optó en cambio por figuras como Andrés Zaldívar y Edmundo Pérez Yoma, hoy impensables.

Sin embargo, el equipo íntimo de la presidenta electa evidenció sus falencias en rodaje político los últimos días y la expuso a una crisis de confianza con el movimiento estudiantil y sus electores. La misma confianza que ella reclama para los suyos.

¿Cómo propusieron a la futura mandataria nombrar a Claudia Peirano como subsecretaria de Educación? ¿Cómo nadie advirtió los riesgos y la sacó de la lista de nominables?

Mientras Bachelet estaba en Nueva York, Peirano firmaba cartas contra la gratuidad en la educación, demanda que en esos mismos días era apoyada por cientos de miles de chilenos en las calles. Su nominación era muy violenta, ingrata.

Este error sólo es comparable al día en que Piñera calificó la educación como un bien de consumo. Ambos actos tienen la misma consecuencia: resquebrajar los débiles lazos de confianza de la clase política con el movimiento estudiantil.

Los estudiantes, y sus familias, piden a Bachelet lo mismo que ella exige a sus colaboradores: confianza y lealtad, sin lunas de miel ni tiempos de prueba. Los hechos de 2006 aún están frescos en la memoria.

Por ahora, la mandataria electa restituyó en parte la confianza con el movimiento social y sus electores.

Sin embargo, están aún en desarrollo investigaciones periodísticas contra los subsecretarios de Bienes Nacionales, Minería y Agricultura, además del propio ministro de Bienes Nacionales. Cada uno de esos cuestionamientos socavará innecesariamente el poder de la presidenta, factor clave para sortear las protestas ya anunciadas para 2014.

Pero al final del día no hay que olvidar que el fondo de todos estos movimientos debiera ser construir una sociedad de derechos, inclusiva y justa en lo social, político y cultural.

Por ahora estamos muy lejos. No olvidemos que la mitad de los trabajadores chilenos percibe menos de 252.000 pesos mensuales.

No olvidemos que cinco millones de adultos no terminaron el colegio.

No olvidemos que la ciudad más rica de Chile, Antofagasta, tiene un hospital público que funciona sin permiso sanitario ni agua caliente.

¿En cuántos países de la OCDE existe la segregación espacial y cultural que padecemos?

Construir las bases para un cambio demandará de mucho diálogo, acción y sobre todo confianza. No hay espacio para errores no forzados.

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