16 feb 2015

De rosas, perejiles y manzanas

Platón, que estimaba a las Musas -inspiradoras de la música y las artes- un “regalo divino, compañeras festivas y remedio contra la tontera y el embrutecimiento de los hombres”, llamó la “décima Musa” a Safo, que –junto al gran Alceo- había transformado en centro de la lírica griega a la antigua Lesbos, cercana a la legendaria Troya, allá por los años 600 A.C.

Aristóteles, sacudiéndose un poco el machismo, apuntaría: “Cada cual rinde honores a sus sabios…  y los habitantes de Mitilene honran a Safo, aunque fuese una mujer”.

Salvo por su destierro político en Sicilia (rebelión contra el tirano Pitaco), no abandonó aquella isla liberal y cosmopolita donde el género femenino gozaba de derechos. En Atenas únicamente las cortesanas o hetairas podían acceder a la cultura y la vida social.

Safo, oscilando entre la realidad y la leyenda e inspirada en cantos folklóricos crearía un universo poético ajeno a la ampulosa epopeya  consagrada a héroes y dioses: salmodias de difícil lectura, más necesitadas de adivino que de traductor, al decir de acerbos comentaristas.

Esa incruenta revolución estética desplazaría los marciales tonos de la épica y gestas militares hacia una poesía más íntima, sensible y delicada.

Nada queda de aquella ceremonial retórica cuando se pregunta:

¿Dónde están mis rosas, mis pensamientos,

mis lindos racimos de perejil?’

 Aquí están tus rosas, tus pensamientos,

tus lindos racimos de perejil.

Poemas para ser entonados entre amigos, isleños y universales, apenas distintos del habla cotidiana cuyas palabras visitaban sin temor a la maestra para asistirla en el impecable tramado de sus versos.

En Siracusa, siendo esposa del mercader Kerlilos tuvo una hija, Kleis y por su pronta viudez se convertiría en pudiente heredera.

Retornada del exilio, profesa como catequista en la ilustre Casa de las servidoras de las Musas donde las discípulas aprendían recitado, canto y elaboración de coronas y colgantes de flores, conviviendo todas en un clima favorable a la contemplación y disfrute del arte y la belleza.

Por sus motivos eróticos, cierta chismosa hipocresía intentaría descalificarla y sus textos también padecieron la “santa misoginia” de algunos abades al ser transcritos en conventos medievales. Mas los restos salvados del naufragio estético que significó la pérdida de sus libros reiteran su lozanía, solfeando querencias desairadas, doloridos adioses o pretéritos deleites.

Yo te amaba, Atis, una vez, hace mucho tiempo,

Tuve en mis brazos a una criatura deliciosa,

más linda que las doradas flores, Cleis, mi adoración.

Escritos en su personal estrofa sáfica, imitada más tarde por los latinos Horacio y Catulo, se conservan algunos Epitalamios, expresivos de sutiles oscilaciones del ánimo, deseos o intangible nostalgia; composiciones con zumbar de oídos, ojos empañados y pecho enmudecido.

Dulce madre mía, no puedo trabajar,

el huso se me cae de entre los dedos

Afrodita ha llenado mi corazón

de amor a un hermoso efebo

y yo sucumbo a ese amor.

Bucólica, invoca así a la amada ausente. 

Tanto superas a las mujeres de Lidia cuanto,

tras la puesta de sol, la luna de rosados dedos

aventaja a las estrellas.

El rocío derrama entonces sus alivios,

y florecen la rosa, la blanda hierba y el trébol

retoñado.

Sin embargo, el señuelo pasional no sería exclusivo sustento de sus atmósferas; holganzas más serenas le brindan el tarareo del agua entre los manzanos, la misteriosa luna llena o la estrella de la tarde que guía el regreso del ganado y devuelve al seno materno al niño y al cabritillo.

Igualmente, podía burlarse con sedosa ironía de los revoloteos de una doña incapaz de cortar las flores del deleite antes del ocaso de la existencia, o celebrar con pulcritud los donaires de alguna muchacha.

Dulce manzana que se ruboriza

prendida en lo más alto de la rama

donde tal vez la mano la descuida,

o no la olvida, no, que no la alcanza

Iracunda, execraría con hirviente rencor a  bellas o bellos engreídos.

Morirás, y de ti no quedará memoria,

y jamás nadie sentirá deseo de ti

porque no participarás de las rosas de Pieria;

oscura en la morada de Hades,

vagarás revoloteando entre innobles muertos.

Se dice que lamentaba el paso del tiempo, evocando el mito de Titono y Aurora. Ésta pidió a los dioses la inmortalidad para su amado olvidando incluir en la solicitud la eterna juventud. Por esa fortuita omisión, el desdichado Titono sin morir se hacía cada vez más viejo, encogido y arrugado, hasta terminar convertido en grillo. Y Safo, enfrentada al frescor juvenil de  sus alumnas, se reconocía de algún modo en él.

Desde la Antigüedad, pintores y escultores sintieron atracción por su figura: La Gioconda de Pompeya es un retrato suyo encontrado entre las ruinas de esa ciudad, y el renacentista Rafael Sanzio la incluyó en su Parnaso vaticano junto a Homero y Dante.

Una dudosa crónica, acaso surgida de sus propios poemas, describe a Safo lanzándose al mar desde la roca de Léucade, despechada por Faón el apolíneo seductor de féminas y diosas. Imagen muy propicia para la sensibilidad de los románticos del siglo XIX que, como Gustave Moreau, recrean y amplían su historia pintándola con el pelo largo y apoyada en aquel funesto promontorio.

Morirse debe ser malo pues si así no fuera los dioses morirían, pensaba Safo, el “más tierno pan cocido en los líricos hornos griegos”, según la singular metáfora entregada a la posteridad por un admirador anónimo.

Quizá un panadero amante de las letras.

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16 feb 2015

Un vagón para mujeres y un pelado odioso, en el Metro de Santiago

Una de las cosas que no se extrañan en vacaciones es viajar en el Metro de Santiago, en sus horas punta o peak. El acceder a sus vagones, moverse en su interior y salir de estos es una tarea titánica y cotidiana, para sus más de dos millones y medio de usuarios por día.

Uno de sus principales problemas es el hacinamiento, el cual provoca una sensación de angustia y franca desesperación cuando se es empujado, aplastado o “comprimido” contra otro pasajero, producto del ingreso y/o salida incesante de estos. Quienes más sufren son los discapacitados, las personas mayores y las mujeres, entre otras víctimas.  

En el caso de estas últimas, en algunas ocasiones su situación es vergonzosa, ya que están expuestas a todo tipo de incidentes. Una solución podría ser asignar un vagón exclusivo para mujeres. Es alternativa la observé y practiqué obligado en Egipto, por lo que puedo dar fe de su estricto cumplimiento.

En un viaje de regreso a El Cairo, le sugerí a mi señora cambiarnos de vagón. Sin embargo, mis intentos fueron frustrados cuando en dicho trance, fui interceptado y detenido ipso facto por una serie de gritos y gesticulaciones de numerosas mujeres en mi contra. Me percaté rápidamente del error, pues estaba sin saberlo ingresando al vagón de ellas.

Derivado de lo anterior, cual galán rural, – perdón, urbano – le dije adiós a mi señora, deseándole mucha suerte, para regresar al vagón que dio origen a esta breve anécdota.No volvería a verla hasta llegar a la capital egipcia.

No obstante lo anterior, otro es el relato que deseo contarles. Se refiere a una anécdota que le ocurriera a mi amigo Cristaldo, en el citado Metro S.A.

Venía nuestro protagonista de regreso de una destinación de 5 años en el extranjero. Sus familiares y amigos le habían advertido que Chile no era el mismo de antes y que había cambiado para peor, pues la falta de cultura cívica de su gente, en especial, en el transporte público, campeaba. Sin embargo, dichos comentarios los consideró a priori como una exageración propia del ser nacional.

Pero la realidad lo despertaría de su letargo mental, lo sacudiría con fuerza.

Una tarde cualquiera, en compañía de su Jefe y de una amiga, se subieron al ya atiborrado Metro S.A. rumbo a sus respectivos domicilios.

Para consternación de Cristaldo, dos jóvenes estudiantes yacían, literalmente, en el suelo del vagón, sin intenciones o ánimo de moverse, pese a que era palpable la incomodidad y peligro que originaban. Nuestro protagonista los miró con notoria molestia, sin decir palabra.

Sin embargo, cuando el Metro llegó a la siguiente estación, Cristaldo no aguantó más y les pidió que se levantaran.

Los aludidos estudiantes, se levantaron desafiantes, expresándole algo así como ¿y qué te metes tú ?  Si nos paramos, es una decisión nuestra, no tuya , afirmaron con convicción. Además, hemos estado preparando exámenes en la Universidad y no hemos dormido nada. Estamos muy cansados.

Cristaldo, apelando a una flema británica que desconocía, les preguntó si sabían leer, indicándoles con su moreno dedo, el visible logo que se exhibía en el piso “prohibido sentarse”.

Confesaría después nuestro héroe, que quizás esa fina ironía, sumada a un esbozo de sonrisa, habrían provocado la furiosa reacción de uno de los estudiantes, quien lo encaró y le gritó amenazante:“¡Eres realmente un pelado odioso!”

Tan enérgica e intempestiva fue esa reacción, que no sólo sorprendió a Cristaldo sino que al resto de los espectadores del vagón, quienes fieles a la idiosincrasia local, se alejaron rápidamente de este trío, como si hubiesen olido sangre.

Cristaldo estaba en una encrucijada, pues frente a él tenía a dos jóvenes universitarios dispuestos a vengar la afrenta y por la otra, a su Jefe y su amiga, quienes miraban con atención lo sucedido.

Y no precisamente para calmar las aguas, su amiga dijo a viva voz: “Cristaldo, no te metas con estos tipos mal educados”.

No me ayudes tanto, pensó para sí y sin dar tiempo para reaccionar, el estudiante más agresivo respondió: Oye pelado odioso, la verdad es que lamento que tengas una mujer como esa, señalándola con su nariz.

Al igual que en Hamlet, nuestro héroe meditó: “To be or not to be”.

En este caso el dilema era enfrentarse o no enfrentarse; pelear o no pelear, en buen chileno. ¿Salvaría su honor y el de su amiga?

Finalmente, Cristaldo, meditó y observó la escena que tenía frente a sus ojos, deduciendo que debía evitar el conflicto y por lo tanto sólo cabía negociar con el otro actor en disputa, por lo que en forma sorpresiva e ignorando al estudiante bravucón, le preguntó al otro estudiante,oye, ¿y qué están estudiando? ¿por qué se quedaron hasta tan tarde?

Las respuestas a éstas y otras preguntas permitieron que el ambiente se distendiera un poco y de la confrontación se pasó al diálogo. Incluso, aunque parezca insólito, el pelado odioso, perdón, Cristaldo,  se despidió de ambos jóvenes cuando llegó a la estación dónde debía bajarse, en compañía de su Jefe y su amiga.

¿ Qué habría hecho usted, señor lector/a  si hubiese estado en el lugar de Cristaldo?

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15 feb 2015

Negocios privados, perjuicios públicos

Al renunciar a su cargo de Director Sociocultural de la Presidencia, Sebastián Dávalos dijo que pedía perdón por “el amargo momento” causado a la Presidenta. En realidad, tienen que haber sido muy amargos los días vividos por Michelle Bachelet a propósito del escándalo financiero-político protagonizado por su hijo y su nuera, que se conoció el 6 de febrero a través de la revista Qué Pasa.

La amargura es comprensible. Se trata del golpe más duro recibido por su gobierno, y llegó por donde menos se esperaba. Tiene que haberle afectado dolorosamente el hecho de que su hijo haya quedado tan mal parado ante el país y se haya visto forzado a dejar el cargo en que ella lo nombró. Es evidente que se volverá más difícil su tarea de gobernar.

El caso Dávalos deja duras enseñanzas respecto de los riesgos derivados de la falta de rigor para distinguir lo público de lo privado. No se trata sólo de lo que permiten o no permiten las leyes, sino del espacio en el que gravitan los escrúpulos de cada persona, sus buenas o malas costumbres. Tratándose del aparato estatal, es sabido que puede haber normas perfectamente diseñadas, pero si el funcionario respectivo flaquea moralmente, puede pasar cualquier cosa.

El balance de este caso es deplorable. La operación especulativa llevada a cabo en la Sexta Región por la empresa CAVAL, de la cual es dueña del 50% la esposa de Dávalos y éste fue gerente de proyectos, pudo materializarse gracias al “aval simbólico” de representaba Michelle Bachelet, usado por los representantes de la empresa, entre ellos su hijo, para conseguir un préstamo insólitamente generoso del Banco de Chile en 2013, en los días en que nadie dudaba, tampoco Andrónico Luksic, acerca de quién ganaría la elección presidencial.

Con dicho negocio en marcha (comprar barato y vender caro), lo aconsejable era que Dávalos no entrara al gobierno, pero Michelle Bachelet decidió nombrarlo Director Sociocultural de la Presidencia. No era obligatorio que ese cargo lo desempeñara un pariente suyo, y lo demuestra el hecho de que en su primer mandato lo ejerció María Eugenia Hirmas.

Son múltiples los vínculos entre el Estado y el mundo empresarial y, por lo tanto, respetar y hacer respetar los límites es un asunto crucial. Cuando eso no ocurre, se abren las compuertas para el tráfico de influencias, el nepotismo, los contratos turbios, el intercambio de favores, las corruptelas diversas.

Por eso fue un gran avance la Ley de Transparencia aprobada en el primer gobierno de Bachelet.Es sano que los ministros y altos funcionarios declaren su patrimonio e intereses al entrar en funciones. La probidad depende ciertamente de cada persona, pero hay que asegurar que las normas no sean papel mojado.

Las relaciones entre el dinero y la política plantean un reto decisivo al régimen democrático, como lo han dejado de manifiesto el caso Penta y ahora este caso. Hay allí terreno para todo tipo de maniobras oscuras. Es indispensable establecer un financiamiento público de las campañas y fijar nuevas reglas a los aportes privados. Debe ponerse límites al costo de las campañas, en las que se gastan recursos obscenamente altos.

Después de esto, será más complejo para el gobierno sostener el discurso contra la desigualdad y las injusticias, contra los privilegios y los abusos del mercado. Los ciudadanos se han vuelto más críticos y más exigentes, y hay que valorar que sea así.

Como sabemos, la política es vista como una actividad sospechosa por mucha gente. Los líderes partidarios, excesivamente preocupados de defender su propia tribu y de atacar a la enemiga, deberían tomar conciencia de que el desprestigio los afecta a todos y corresponde hacer un esfuerzo común para producir una renovación profunda. Si ello no sucede, se debilitará el compromiso de los ciudadanos con el régimen democrático.

Es de esperar que lo ocurrido sirva para reforzar el sentido de decencia en la función pública. El gobierno tiene que cuidar las platas de todos los chilenos, muchos de los cuales sienten indignación ante los exorbitantes sueldos de los altos funcionarios, el despilfarro en ciertas reparticiones o, peor aún, los negociados “protegidos” desde el Estado.

Las trapacerías no son de izquierda ni de derecha. La laxitud moral no tiene partido. No parecen entenderlo así quienes están preocupados de denunciar las desvergüenzas de los adversarios y de tapar las que cometen los del propio bando. Lo que necesitamos es combatir siempre todas las trapacerías, cualesquiera que sean sus autores. Solo de ese modo tendremos un mejor país.

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15 feb 2015

La objeción de conciencia

Desde que se informó, por el gobierno, que el proyecto de ley que como Poder Ejecutivo iba a enviar al Congreso Nacional para legislar sobre el aborto, en los casos de peligro para la vida de la madre, de inviabilidad de vida futura del feto y de embarazo resultante de una violación, materias que hacen necesario un debate, estudio y pronunciamiento parlamentario. Así como que también la iniciativa legal -según dicho anuncio- conllevaba la opción de recurrir a la objeción de conciencia por parte de los profesionales que estuviesen prestando servicios médicos, si  lo estimasen pertinente, se reanimó en la sociedad chilena un análisis amplio y de enorme importancia sobre la resolución que, finalmente, se adoptará en el Congreso Nacional.

La izquierda en Chile y en muchos países ha luchado, desde hace ya un importante número de años, por incorporar este concepto en diversos ámbitos que requieren ley, y más allá de los mismos, para  integrar este valor universal en la conducta práctica de quienes sirven al Estado en diferentes funciones, aspirando a que esa idea, la objeción de conciencia, logre ser integrada en la cultura nacional.

En particular, en la conducta de los Estados existe un ámbito que resulta esencial para la dignidad de la persona humana, en el que se debe exigir y afianzar el concepto de la objeción de conciencia. Se trata de los Derechos Humanos, debido a que ha sido recurrente en la conducta de un número importante de asesinos que atentaron contra la vida, la integridad y la dignidad de personas sometidas a privación de libertad por diferentes aparatos represivos, bajo crueles dictaduras e incluso en regímenes democráticos en que tales organizaciones escapan de control, que esos responsables de atroces violaciones arguyen que fueron “obligados”, que debían someterse a la mal llamada “obediencia debida”.

Esa ha sido la excusa de muchos terroristas de Estado. Alegar que fueron mandados, que no hicieron más que cumplir órdenes, obedecer. La doctrina internacional de los Derechos Humanos ha logrado afianzar el criterio que no hay excusa alguna para las organizaciones mafiosas que se amparan en el Estado para justificar sus acciones criminales.

En el caso del proyecto que despenaliza el aborto en los casos específicos ya reseñados, se trata de proteger la libertad de conciencia de las personas, pero tendrá que hacerlo coherentemente, es decir, al aplicar ese criterio plenamente, ello implica afirmar que el Estado no puede decidir por las personas. Aquí está el centro del dilema ético e institucional, a nadie se le puede obligar a abortar, pero tampoco puede el Estado reemplazar a la mujer y su pareja o familia, quienes son responsables, en conciencia de tomar la decisión.

El Estado en democracia no es confesional, garantiza la libertad de culto de todos y todas quienes profesan un credo religioso, pero no le impone a ninguna persona una fe o religión determinada. El Estado asegura la libertad de creer pero no puede obligar a nadie a que así lo haga. Este es un punto medular, un parte aguas en que se separan los caminos de la tolerancia versus la intolerancia.

Precisamente, el fundamentalismo de distinto cuño es el pretende que el Estado imponga, que el Estado indique, que el Estado irrumpa en el ámbito de la libertad individual, que es un terreno que no le compete, al menos en democracia.

En el siglo XX, se vivieron las dos máximas experiencias totalitarias, el estalinismo y el nazifascismo y en ambos proyectos la pretensión de sus ideólogos o talibanes, como se les llamaría ahora, era que el Estado abarcara la vida social y la cultura en forma absoluta, pues creían que hombres y mujeres eran inmaduros de asumir sus propias opciones.

El humanismo socialista, de acuerdo a sus más profundas raíces libertarias y a sus convicciones de preservar ante todo la dignidad de la persona humana, rechazó y rechaza ese dogmático paternalismo y aboga por que el Estado sea capaz de preservar, en nuestro país, la capacidad de optar de sus habitantes.

Se trata, en los casos que  establece la ley, de acabar con la prohibición con que el Estado coacciona a toda la sociedad. Cuando hay dilemas de conciencia la decisión está en el libre albedrío de la persona.

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15 feb 2015

Dávalos y Penta: casos incomparables

Trato de entender lo que está pasando y me cuesta mucho. La derecha ha logrado poner a un mismo nivel, sino peor, los delitos cometidos por los que dirigían el grupo Penta, sus empleados y los políticos a los cuales financiaron, con las conductas de Dávalos, el hijo de Michelle Bachelet.

Confieso que no es sencillo de entender. El decano de la prensa chilena dedica casi siete de sus páginas a tratar el “caso Dávalos” y en la misma edición, menos de un cuarto de página al caso de los pagos de Penta al subsecretario de Minería de Piñera.

Dávalos se defiende: si trabajo para el Estado, se me critica; si trabajo en el mundo privado, también. Yo pregunto: ¿Y si no trabajara en nada no sería sospechoso, al no demostrar el origen del dinero con que vive? Parece que está en un callejón sin salida, atrapado, por su condición de hijo de quien ejerce la Presidencia de la República.

En el anterior mandato tenía un cargo de poca monta en la Dirección Económica del Ministerio de RR.EE. Fue tanto lo que se escandalizó, que debió renunciar e irse al mundo privado. ¿Qué podía hacer? Lo que sabe – que no es mucho – así es que se dedicó a los negocios, asociándose con su señora. Bajo perfil.

Gracias a lo que ganó en ese mundo y a que su esposa seguía trabajando, pudo aceptar el cargo que le ofreció la mamá: el que corresponde a una “primera dama” en la estructura machista establecida en tiempos de Pinochet. Es un cargo sin remuneración, pues la señora del Presidente vive de lo que gana su marido. Así no más. Pero Dávalos es hijo y aceptó el cargo gratuito porque su esposa hace buenos negocios.

Y tan buenos que le permiten ganar grandes sumas de dinero en operaciones inmobiliarias.Compra barato – con plata ajena como lo hacen todos los empresarios con acceso bancario – y vende caro. Por esa ganancia por cierto que pagará sus impuestos. Todo eso en regla.

¿Dónde estuvo lo malo? En que ese crédito, solicitado antes de la segunda vuelta presidencial en 2013, lo obtuvo en una gestión personal con el Jefe del grupo económico dueño del Banco, uno de los sujetos más ricos del país. ¿Por qué debió ser así? ¿Lo habían negado antes? ¿Ellos se conocían? ¿Hubo promesas inadecuadas? ¿Hubo extorsión? No, lo malo es que a esa reunión ella fue con su marido, que es Dávalos, el hijo de la que iba a ganar la elección.

¿Y si Dávalos no hubiera ido? Que haya ido es claramente una falta de prolijidad, pues constituía una especie de “presión indebida”, si es que a ese sujeto se le puede presionar. Es una falla estética – no sólo por el aspecto de Dávalos – sino porque inevitablemente aparece como un intento de darle más peso a la reunión. Pero, ¿y si no hubiera ido? ¿El Banco se iba a perder los intereses que ganaría en esa operación comercial? ¿No era igual un bueno negocio?

La conducta de Dávalos se acerca a la tontería, a lo reprochable desde el punto de vista de las apariencias, pero parece duro pedirle a un matrimonio joven que, por su parentesco con quien ejerce el más alto cargo u otro alto cargo en la República – no trabaje ninguno de los dos para el Estado, que no negocien con el Estado, que no trabajen para privados, que no se relacionen con los bancos, que no pidan créditos, que no hagan negocios grandes, que no ganen mucho dinero.

Porque el caso ni siquiera es comparable a los gastos de Secretaría General de la Presidencia para arreglar los entuertos de uno de los hijos de Pinochet (departamento en Vitacura) o los gastos en que se incurrió al nombrar a otro de los suyos como “agregado civil” en alguna ciudad de Estados Unidos, con enormes gastos de representación. O lo que se gastaba en guardias personales de cada uno de estos hijos.

Tampoco es equiparable con quienes pagaron dineros inexplicables a un subsecretario, tan inexplicables que una señora relacionada debió dar boletas falsas para que él obtuviera el dinero. Lo menos que tenemos es el fraude tributario y la falsificación, sin perjuicio del soborno que ello implica.

Tampoco con quienes dieron dineros a políticos mediante maniobras falsas, inventando negociaciones (un informe no utilizado), honorarios (20 millones por almuerzo), pagando boletas de terceros por servicios no prestados a la empresa, lo que genera, además de la falsificación en sí misma, perjuicios tributarios al fisco y, lo que es más grave una falsificación probable de los resultados electorales.

Los diputados y senadores elegidos no creen necesario renunciar pese a haber mal conseguido sus cargos. El ministro involucrado dice que no había asumido todavía, así es que tampoco renuncia, aunque su documento no haya sido leído.

¿Nos vamos a olvidar de Piñera, LAN, Chilevisión? ¿Nos vamos a olvidar de la enorme multa que pagó Piñera para acallar las voces en sus manejos cuando se apropió de LAN usando indebidamente información privilegiada? E igual fue elegido y la prensa decanal calló.

Dávalos, diríamos como el Ministro francés de hace dos siglos, cometió más que un crimen, una estupidez. Por eso debe retirarse. ¿De qué va a vivir? ¿Podrá trabajar? La prensa de derecha estará a la caza de lo que haga para culpar a su mamá.

Pero digamos también, sobre los otros, Délano y los demás, como el Fiscal norteamericano: no cayó por los asesinatos ni por otros hechos repudiables, cayó por los impuestos.

¿Y la ética? ¿Y la moral católica? ¿Y la probidad y la transparencia? Es tanto lo que queda en el aire.

Echo de menos esos tiempos en que las personas asumían sus responsabilidades y las consecuencias de ello. E iban a la cárcel. A veces. Y los estúpidos a sus casas.

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14 feb 2015

Negocios y política unidos ¿jamás serán vencidos?

El hijo de la Presidenta pidió perdón público por la perturbación política /pública que generó su ¿impulsivo? e imprudente accionar en el mercado de la especulación inmobiliaria, hecho probablemente cotidiano en el mundo de los negocios.

El dueño del banco, aunque la Superintendencia respectiva no encontró nada ilegal en el procedimiento empleado, no ha dado explicaciones públicas de cómo se prestan platas y se hacen negocios exitosos con los personajes de “A (alto) R (riesgo)P (público/ político)”.Además nadie le ha preguntado a él, por los términos de la dichosa reunión donde probablemente se dio luz verde definitiva a los trámites más delicados de la operación.

Considerando que los departamentos de los análisis de riesgo de las instituciones bancarias son de inteligencia financiera, y quien lo dirige debe tenerla bastante alta, cabe pensar razonablemente que  los hechos actuales de lo que sucede, eran parte de uno de los escenarios futuros probables que fueron y permanecen evaluados aún en todo momento.

En caso de fracasar un buen negocio, la pérdida no es más que parte del manejo cotidiano de un gran y buen banco, sin afectarlo en su funcionamiento salvo que sea realmente catastrófica. Pero en el caso del mundo político y la opinión pública, en hechos como el sucedido, el impacto simbólico/comunicacional si es catastrófico.

Respecto al manejo y la guerra comunicacional, siempre es claro que gana el que primero  logra instalar un relato que le haga sentido común a la personas en su vida cotidiana, y una historia sobre un abuso de poder económico/político oculto que es develado -aunque sea en algunos aspectos fabulado- es infalible para instalarse de golpe en el imaginario popular sin posibilidad de ser combatida.

El triángulo del poder económico político desaparece sin el vértice de la comunicaciones y la información, y quien lo maneje mejor, (algo que es muy obvio y conocido, pero a veces no practicado), tiene la mayor posibilidad de obtener mejores triunfos en la costosa “guerra irregular” de mantención y acceso al poder como en la que se hayan enfrascados el gobierno y la oposición el día de hoy.

El mayor efecto colateral de esta guerra de guerrillas, donde queda de manifiesto “el desprecio por los débiles y la admiración por los poderosos”, es que finalmente la admiración pase a ser el resentimiento (y a veces odio) legítimo del pueblo por todo lo que huela desagradablemente a la pestilencias tibias del abuso y la corrupción de cualquier tipo, reales y /o fantaseadas, dando rienda suelta a la violencia y a los delirios mesiánicos/populistas.

El antídoto para evitar lo anterior, podría estar en la actualización de una conocida frase de Ernesto Guevara, “pueblo que no lee ni escribe será fácilmente engañado” por, pueblo que sólo se guía por la emociones e imágenes y la ambición desmedida, será también fácilmente engañado. Es decir, en la educación, la lectura y la reflexión crítica, además de la práctica de las emociones morales, que desarrollan y permiten el sentido ético y moral en el bien público y privado.

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14 feb 2015

Más barrio, menos desigualdad

La encuesta Casen nos ha mostrado que aunque nuestro país ha logrado disminuir la pobreza, sigue siendo tremendamente desigual. En este ámbito, es importante hacer notar el trabajo que, desde el sector vivienda, hacemos para materializar proyectos habitacionales que se inspiren en la integración social y busquen hacer de nuestras ciudades espacios más justos y de mayor equidad.

En la RM, el año pasado estuvo centrado en la adquisición de terrenos para desarrollar proyectos para más de 13 mil familias que teniendo un subsidio asignado, no cuentan con un proyecto habitacional que los acoja.

Y este 2015 estamos implementando una amplia y a la vez desafiante estrategia para desarrollar viviendas sociales para sectores vulnerables y medios en diferentes comunas. Esta tarea la emprendemos haciendo de la participación de las familias un eje central, pues el Plan Maestro contempla, que los destinatarios de esas viviendas aporten sus propios conceptos y visiones en el diseño del loteo, los espacios públicos, el equipamiento o la tipología de la vivienda, entre otras materias.

Asimismo, trabajamos en estrechar la coordinación con las autoridades comunales y sus equipos técnicos, para fortalecer aquello que ese nuevo barrio requerirá y sintonizar así estas iniciativas con las políticas municipales de desarrollo local.

Sumamos a ello, la participación de diferentes autoridades regionales para hacer de esta estrategia una oportunidad de intervención transversal del Estado. El objetivo es asegurar que estos nuevos barrios se complementen con la inversión en infraestructura pública requerida para un desarrollo armónico del territorio.

La gestión por suelo urbano y esta estrategia participativa, sumadas a otras iniciativas del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, como el Programa Especial de Reactivación y la actualización y perfeccionamiento de los intrumentos de la Política Habitacional, representan una notable oportunidad para hacer de nuestra ciudad-región un mejor lugar para vivir y desarrollarse.

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13 feb 2015

¿Qué pasa con el vino en Chile?

Nos preocupamos de la etiqueta, del maridaje, de su exportación, pero poco sabemos qué sucede con el vino y su producción en nuestro país. A decir verdad, el panorama vitivinícola actual tiene dos caras, lo cual es preocupante.

Se observan buenos índices del precio del dólar, que conlleva a mayores retornos hacia el sector exportador- un 70% de la producción nacional se exporta-, sin embargo la buena racha no toca a los medianos y pequeños productores, que cada día reciben menos utilidades por la producción vitícola y que hasta desconocen el precio definitivo y la clasificación del producto, ya que éste se ciñe por la ley natural del mercado dominado por las grandes empresas que transan enormes volúmenes. Es decir, es casi imposible competir.

El problema de raíz nace por el escaso valor que el mercado le otorga- curiosamente- a la materia prima. Se sabe que la uva representa entre un tres y 10% del costo final del producto. Pero hay más deficiencias y temas por discutir a nivel privado y público, como la calidad de uva vinífera, la rentabilidad del viñedo, la inclusión de variedades de mesa y mezclas, la aprobación de la inclusión de agua en bodega, el grado alcohólico mínimo.

También está la modernización de los productores, ya que hoy existen viñedos que necesitan urgentemente una reconversión, muchos de ellos con problemas sanitarios que no rinden los kilos necesarios ni generan la calidad esperada por el viticultor.

Desde nuestra Corporación Chilena del Vino (CCV) hemos trabajado sobre esto último y creemos que se deben arrancar, al menos, unas 30.000 a 40.000 hectáreas de uva vinífera (correspondiente al 30% de la superficie plantada), las que definitivamente no son rentables.

Por otro lado, nadie discute respecto de la sobreproducción de vinos y el sobre stock existente, lo cual se estima en 300 millones de litros, generando problemas de almacenaje en las distintas bodegas vinificadoras del país para recibir nuevas uvas.

Esto y muchos temas atañen a la pequeña y mediana empresa de la uva y vino, que levanta la industria a nivel interno, la cual genera diversidad, empleo, imagen país e innovación.

Se debe buscar y apuntar como industria al fortalecimiento de todos los actores en la cadena del vino, avanzar en las denominaciones de origen (DO), para que aumenten su capacidad de generar valor y que sirvan de herramienta en la búsqueda de la calidad versus producción, con la implementación de políticas tanto locales como nacionales. Así como también es necesaria la acción fiscalizadora, que apunte a la protección del patrimonio vitícola del país, evitando los “ruidos” como la inclusión masiva de variedades sin DO, por ejemplo.

La importancia del gremio en estas discusiones es primordial y la comunicación con las asociaciones vitícolas locales; así mismo su rol para fortalecer el sector y nuestro mercado interno, para desarrollar una industria responsable, en lo social, económico y ambiental, que cuide nuestro patrimonio nacional: el vino.

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13 feb 2015

Comunión para los divorciados vueltos a casar

Terminado el Sínodo extraordinario sobre la familia, el Papa Francisco ha convocado a los católicos a continuar reflexionando sobre el tema en vista al Sínodo ordinario de octubre próximo.

Uno de los temas en discusión ha sido la exclusión de la comunión eucarística de los divorciados vueltos a casar. Para unos, la indisolubilidad del matrimonio exigida por Jesús (Mc 10, 9.11-12, Lc 16, 18) y sostenida a lo largo de dos mil años por la Iglesia lo impide. El Papa ha querido que se hable de este y otros temas con libertad y ánimo de escuchar. El tema se puede tocar.

En la Iglesia Católica la tradición es muy importante. Esta es un acervo de experiencia espiritual y colectiva de humanidad que permite abrir el futuro sin improvisar, sino buscando responsablemente caminos nuevos más felices de crecimiento y de convivencia.

A propósito del tema en cuestión, la tradición occidental (romana) es casi unánime en entender que la indisolubilidad del matrimonio no admite que, tras un fracaso de los esposos, puedan  estos volver a casarse y, en consecuencia, comulgar.

Ahora  último, por ejemplo, al Cardenal  Scolale le parece una contradicción afirmar la indisolubilidad y, a la vez, aceptar una excepción. ¿Cómo podría educarse a los novios en el valor del matrimonio para toda la vida si, de fracasar, es posible casarse de nuevo?

Sin embargo, la tradición, a este respecto, conoce algunas variantes. Ya en la misma tradición bíblica hay matices en la comprensión de la indisolubilidad (1 Cor 7, 10-15; Mt 5, 32, 19, 9).

Estos matices dieron lugar a interpretaciones diversas en la historia de la Iglesia.Orígenes, por ejemplo, aceptó un segundo matrimonio como un mal menor. Recientemente, en 1981, Juan  Pablo II repropuso a los divorciados vueltos a casar la abstinencia sexual como condición para poder comulgar (Familiaris consortio 84, 5).

Es muy importante, además, que la Iglesia Católica considere conforme a la fe, la práctica de las iglesias orientales que aceptan o toleran una segunda y una tercera unión matrimonial (Concilio Vaticano II,  OE 18, 6). Es decir, ella reconoce la legitimidad de un modo de interpretar las palabras de Jesús distinto del suyo.

La Iglesia Católica puede desarrollar su doctrina. Mi opinión es que ahora nuevamente la Iglesia debiera reinterpretar su propia tradición a la luz de todas las palabras de Jesús, especialmente aquellas referentes al perdón de los pecadores y la misericordia con los que han fracasado.

¿Puede la Iglesia impedirse a sí misma ofrecer la reconciliación con Dios y con los demás?¿Hay algo más propio de la Iglesia que ser ella misma sacramento de reconciliación?

Esta tradiciónexige a la Iglesia articular fe y razón (Concilio Vaticano I). Ella debe ofrecer caminos razonables para vivir el Evangelio. Ella debe hoy acoger con amor a los que han fracasado con o sin culpa. La razonabilidad evangélica no consiste solo en adaptarse a la época, sino sobre todo en ir en busca de la oveja perdida. Si en la Palestina de la época parecía lógico que los fariseos comieran entre ellos y despreciaran a los demás, Jesús por el contrario optó por los pobres: compartió la mesa con los pecadores y con los mal mirados.

¿Cómo se aplica la lógica evangélica a los fracasos matrimoniales irreversibles?Ciertamente no será sensato pedir a los divorciados vueltos a casar que retornen a sus primeras parejas y abandonen a las actuales. Esto causará más sufrimientos y tal vez mayores males.

La Conferencia episcopal alemana, después de años de estudio y discusión sobre el tema, ha planteado nuevas condiciones para que los divorciados vueltos a casar puedan comulgar.

Cito las palabras del Cardenal Marx, presidente de  la Conferencia, en el Sínodo pasado: “Cuando un divorciado vuelto a casar se arrepiente de haber fallado en su primer matrimonio; cuando aclaradas las obligaciones del primer matrimonio es definitivamente imposible que regrese a el; cuando no puede abandonar sin mayores perjuicios los compromisos asumidos con el nuevo compromiso civil; cuando se esfuerza para vivir el segundo matrimonio según la fe y educa en ella a sus niños; cuando desea los sacramentos como fuente de vigor en su situación, ¿debemos y podemos negarle, después de un periodo de reorientación, el acceso a los sacramentos de la Penitencia y la Comunión?”.

El Papa tendrá que decidir. Lo hará en base a las  conclusiones del  Sínodo de octubre próximo.Este está  en  preparación hace más de un año. A los obispos corresponde hacer participar a sus fieles en este proceso y auscultar con ellos lo que el Espíritu quiere decir hoy a la Iglesia.

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13 feb 2015

Chile, ¿es un país sin límites?

La mente humana es muy compleja. Recuerdo que hace muchos años atrás, siendo estudiante de educación primaria, soñé que Chile era una plataforma que se elevaba por sobre el mapa y al igual que una alfombra mágica, volaba con la dirección que yo le daba. Hoy ya siendo un hombre maduro, tuve el mismo sueño (quizá los motivos eran los mismos o lo que yo había comido tenía el mismo sabor, o que el brazo me quedó pegado a la cara o…) pero con una diferencia notable. Esta alfombra estaba hoy llena de personas, todas liliputienses, desde mi especial mirada onírica.

La alfombra, es decir el Chile de hoy, estaba plagado de seres humanos de muy distintas formas de ser y de vivir. Unos, felices por la vida, en sus grandes camionetas 4 x 4 miraban hacia sus alrededores, sin fijarse que la alfombra tenía límites, después de los cuales venía el precipicio de las alturas. Algo parecido a lo que pensaban muchos antes de que Cristóbal, nuestro apreciado Cristóbal, descubriera estas Américas cobijadas en ese entonces por la mano de Dios, aun sin altas poluciones de distinto tipo provenientes de no se sabe que fuentes, sin malandrines Penta- gruelicos, con una justicia tradicional y rápida, certera y precisa.

Otros, más parecidos a los épsilon de las películas de ciencia ficción, corriendo de un lado a otro, tratando de pagar sus exiguas deudas de un querer vivir mejor, con las comodidades e innovaciones trasmitidas por los medios de comunicación y   las nuevas tecnologías y no por los suaves tam tam de los tambores o humos que nos comunicaban la llegada de un barco, la explosión de un volcán o el nacimiento de un nuevo hijo de sus pueblos. Todo, sin duda era más calmo, más armónico, mas partícipe de la vida natural, siguiendo el ritmo del tiempo, ese viejo tiempo de las costumbres ancestrales, trasmitidas de generación en generación.

Por supuesto, nada que ver con los rostros alterados de aquellos que manejan hoy día los 4 x 4, ellos más altaneros, más machos o hembras, más prepotentes por sus nuevas adquisiciones, cada vez más lejanas a la natura inicial, (aunque la buscan en sus inconscientes mediante los mantras, el yoga, y las nuevas adquisiciones del mundo oriental, el tarot u otras supercherías), alejándose de la muchedumbre a veces mal oliente y deprimidas por su trabajo físico o el esfuerzo diario, condenadas a vivir horas y horas arriba de un transporte colectivo (como se dice de manera elegante a las latas de sardinas).

Nada que ver con el escuchar el canto de los pájaros, el latido del corazón de mi perro, o el runrunear de mi gato. Nada que ver con el latido de mi corazón, de mis pulsiones básicas, de mis estados de ánimo, de mis proyectos de transcendencia.

Ese Chile, volador, unitario y rico en sus capacidades de ser manejado, orientado a buenos rumbos, hoy se ha perdido entre tanta desigualdad, tanta estúpida televisión, tan pésima y lastimosa educación. Pero por sobre todo, se ha perdido porque algunos potentes han creado el mito del progreso sin retorno, el progreso de la vida feliz teniendo más y no siendo más.

Perdido porque hoy ya no queremos ser personas, como decía E. Mounier, “un universo, único e irrepetible, con su eminente dignidad” que tiende a ser cada día más ser y no necesariamente más hacer, mas tener o más hablar. Y de eso estamos convencidos.

Queremos el automóvil de último modelo y mientras más caro mejor, pues con ello demostramos poder; no queremos el silencio, pues nos asusta, nos lleva a los laberintos de la soledad; no ambicionamos asomarnos a nosotros mismos, pues nos encontraremos con los fantasmas heredados y enredados en nuestros propios pasajes interiores; mejor respirar y olvidar, olvidar para seguir respirando. No vaya a ser que un golpe de oxígeno y espiritualidad nos haga ahogarnos en nuestra propia existencia.

Aspiramos a la ciencia ficción, a los ídolos inventados por los estadounidenses (que son especiales en crear ídolos, que después se convierten en sus propios enemigos); queremos la cultura de la chela, donde nos podemos olvidar nuevamente con el alcohol que sólo somos individuos en una alfombra que vuela, hoy, sin destino ni orientación.

Chile se pierde entre los que han aprendido a ser ladronzuelos, pues los ladrones siempre han existido y son fáciles de ubicar, y aquellos que no tienen la justicia a su lado, que los ampare. Un robo Penta es lo mismo que un robo a una gasolinera. Pronto quedarán libres, por dinero, por influencias, por falta de fuerza de los jueces para aplicar rigurosamente la justicia, que en gran medida está en sus manos y no solo en las leyes que les sirven para esconderse de su labor no cumplida.

Por eso, a veces pienso que a través de tantas contradicciones que uno puede observar, podemos afirmar que Chile hoy se ha convertido en un país sin límites, los chilenos y chilenas no los tienen y difícilmente una reforma laboral, educacional u otra, podrán solucionar este descarrilamiento, si es que las nuevas generaciones no son capaces de recrear en sí mismas líderes democráticos de verdad.

De ahí también la importancia que hoy tenemos las generaciones adultas de liberarnos de nuestras propias cadenas, para ser ejemplo, aunque fantasmales, de lo que deben ser los líderes liberadores del futuro, para evitar que ellos se apoltronen en sus suaves y mullidos asientos del poder vigente.

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