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Si hiciéramos un esfuerzo serio, responsable y transparente acerca de cuál podría ser la base de las creencias de la DC en el área económica en el Chile actual y para definir una conducta coherente con nuestra historia, creo que los siguientes elementos serían indispensables.
Creo que el mercado es el mejor asignador de recursos para asegurar el más alto bienestar de la población. Creo que en Chile no existe ese mercado que nos asegura la mejor asignación de recursos. La casi totalidad de los sectores económicos en Chile están dominados por 4 o menos empresas, que participan con 60% al menos de ese mercado, sectores como: financiero, retails, supermercados, farmacias, salud privada, fondos de pensiones, productos lácteos, productores de pollos seguros, etc. etc. etc.
En todos estos sectores son predominantes las fallas de mercado y no el mercado, por lo tanto es indispensable una reforma profunda a nuestro sistema productivo para impedir que la actividad económica se siga concentrando, ante la incapacidad de la legislación vigente para enfrentar este problema.
El tema de la equidad tiene también una vertiente económica, como lo reconocen todos los intelectuales de prestigio. Creo que la equidad económica (definida como la diferencia entre 10% más pobre y el 10 % más rico no mayor a 20) es indispensable para el sostenimiento de la convivencia social y política, no creo que sólo el mejoramiento de los ingresos de las personas sean suficientes para mantener nuestra democracia.
Creo que en Chile no hay equidad y que los esfuerzos realizados desde 1990 hasta ahora han sido insuficientes y no mostramos avances significativos en este campo. Por lo tanto se requiere con urgencia proponer un calendario de reformas que efectivamente nos ponga en marcha hacia este objetivo.
Creo que un país abierto al comercio exterior en términos económicos, produce un mayor bienestar que uno que se cierra. Creo que Chile a través de los tratados de libre comercio que ha firmado y de su política cambiaria y de aranceles se encuentra en la ruta correcta y debemos cautelar que resguardando nuestros intereses, se mantenga y profundice este camino.
En este sentido el TPP debe ser revisado y aprobado por el Congreso Nacional con la orientación de analizar su aporte para que nuestra comunidad disponga de más y mejores productos y servicios a precios convenientes, para aumentar el bienestar de nuestra gente.
Creo que las políticas económicas que los gobiernos emprendan deben tener especial resguardo de los equilibrios macroeconómicos, y que hoy la norma del equilibrio estructural debe seguir orientando nuestro accionar macroeconómico.
Creo que Chile ha adquirido un activo relevante con su manejo macroeconómico y que debe mantenerse esa especial preocupación.
Creo que el Estado es un actor muy relevante en nuestro modelo económico y que debe desarrollar con eficiencia sus principales funciones, que no son otras que asignación, distribución y compensación.
Creo que el Estado no puede renunciar a la provisión de bienes y servicios, allí donde el mercado presenta fallas y donde sea necesario para el bien común de la sociedad. En este sentido, creo que debe mantener la propiedad de nuestra principal riqueza, el cobre y debe recuperar el monopolio estatal de la explotación del litio.
Además de tener una atención directa en la provisión de los servicios básicos y en salud, educación y vivienda.
Creo en un Estado subsidiario- solidario como lo describe y desarrolla la Doctrina Social de la Iglesia. No creo el Estado subsidiario que se deriva de la doctrina liberal y se expresa en la Constitución del 80 y sus modificaciones. Comparto las críticas que la Doctrina Social de la Iglesia ha realizado a esa concepción de Estado subsidiario a secas.
Creo que el Estado tiene un rol principal en mejorar la distribución del ingreso y la riqueza, en primer lugar por una urgencia ética pero también porque el mercado funciona cuando la distribución se hace más equitativa y no funciona cuando la distribución es demasiado desigual como el caso del Chile de hoy. Para ello se hace necesario que seamos nosotros los que impulsemos todas las reformas necesarias para avanzar en distribución.
Creo que el Estado debe ejercer con vigor la función de compensación, no creo que en Chile todos los niños nazcan con las mismas oportunidades, el futuro de un niño de una comuna rica es infinitamente mejor que el de una comuna pobre y alejada.
Creo que sólo el Estado puede emprender la tarea titánica de asegurar mínimos garantizados, esto es simplemente, buscar avanzar en la homogeneización en cuanto a acceso y calidad de la posibilidad que cada habitante de este país tiene derecho a recibir, cualquiera sea el lugar donde resida y las capacidades que tenga. Una primera etapa debiera estar dada por la consecución de este objetivo en términos relativos es decir en relación al promedio nacional.
Creo que todos tenemos derecho a vivir y desarrollarnos en un ambiente limpio y con el cuidado a la naturaleza que nos obliga la inevitable herencia que dejaremos a las futuras generaciones.Creo que Chile tiene un importante déficit en esta materia que se manifiesta no sólo en contaminación y la desigual distribución respecto a cuánto pagan quienes más contaminan y cuanto pagamos todos por la contaminación, sino que además por un deficiente cuidado de nuestras riquezas las renovables y las no renovables.
Creo que debemos impulsar un conjunto de medidas que aseguren ahora y en el futuro la explotación razonable de recursos renovables y nuestras fuentes de aguas no sólo en minería sino que en otras actividades como la explotación forestal. No creo que se puedan mantener las actuales condiciones de explotación de la industria minera, pesquera, forestal y salmonera entre otras.
Creo que debemos acercar los procesos de toma de decisiones a las comunidades más cercanas, dotándolas de facultades, competencias y recursos para que puedan ejercer adecuando su función.
Creo que la desigualdad territorial que persiste en el país es un factor que mantiene en atraso importante número de compatriota, impidiéndole desarrollar sus capacidades, perpetuando situaciones de pobreza y aislamiento.
Creo que aumentar la capacidad de las regiones y las comunas con más competencias, recursos y procesos participativos nos permitirá tener una comunidad más integrada, solidaria y responsable.
Creo que los trabajadores y su situación deben ocupar un lugar preponderante en nuestro quehacer. Creo que la relación trabajadores-empresarios está desequilibrada desde la reforma laboral de los 80 y no suficientemente equilibrada en las modificaciones posteriores al 90. No creo en los temores de los empresarios respecto a la actual reforma laboral que está en el Congreso. Nos corresponde por tradición, ser los impulsores de una reforma verdadera que satisfaga las demandas de las organizaciones de trabajadores.
Creo que el actual modelo de desarrollo a pesar de los cambios introducidos a partir de 1990, mantiene y exacerba la ideología del consumismo, la cultura del éxito a cualquier precio, la cultura de la legalidad o el legalismo por sobre la ética de la responsabilidad tanto en lo individual como en lo colectivo y que ello se ha hecho manifiesto por el descrédito de los políticos, pero también de los empresarios y clases dirigentes en general.
Creo entonces que debemos no sólo impulsar la creación de códigos éticos coherentes con nuestra definición de humanistas cristianos, sino que muy principalmente recuperar nuestra capacidad de ser modelos de vida a los que se desee imitar, como de alguna forma fueron los falangistas con nosotros cuando iniciamos la vida partidaria.Eso también genera obligaciones en el campo económico.
Creo que no nos suficiente en términos económicos pretender alcanzar aquella situación en la cual estamos bien si no es posible mejora el bienestar de alguien sin perjudicar el de otro.
Nuestro país tiene demasiadas desigualdades y una torta extremadamente mal repartida. Creo que debiéramos seguir como pauta u orientación de nuestra acción pública la de apoyar toda medida que mejore a los que menos tienen aunque eso implique perjudicar a los que más poseen.