07 ago 2015

¿Qué dijo Bachelet en el cónclave del oficialismo?

Durante el cónclave del oficialismo la Presidenta hizo dos intervenciones, la inaugural y la final. En la primera, instala las bases políticas e ideológicas de la NM, las condiciones políticas que hacen posible esa unidad, la necesidad de hacer cambios y evalúa lo realizado; en la segunda, puso énfasis en el reforzamiento del compromiso con las reformas y en la re-definición de la Agenda para el segundo tiempo en términos de los plazos y las prioridades.

Al analizar las primeras declaraciones de los asistentes –gobierno, partidos, parlamentarios- y las definiciones del cónclave se observa que el segundo tiempo no sólo tiene más continuidad con las “reformas estructurales” que estaban en cuestión desde la “tesis de la inflexión”, sino también dan cuenta del triunfo político de los puristas al interior de la NM.

Efectivamente, el cónclave abre otra fase política, una nueva hoja de ruta para el segundo tiempo del gobierno. Sin bien, estos cambios se comienzan a configurar con el gabinete de mayo –reforzado con el paso de Eyzaguirre al equipo político- y con las tesis del “realismo sin renuncia”, lo que ocurre en el cónclave no sólo despeja dudas y abre incógnitas -¿letra chica?-, sino también da cuenta que el punto de inflexión que generó incertidumbre por largas semanas no tuvo la profundidad que unos temían y otros esperaban.

Como afirma la Presidenta este giro táctico tiene como objetivo “definir las materias que van a concentrar nuestros esfuerzos en lo que hemos denominado el segundo tiempo del gobierno”. Se trata, de “darle prioridad a algunas iniciativas para garantizar que se hagan realidad… específicamente… proyectos fundamentales para nuestros compatriotas y su bienestar y que –además- dejen bases sólidas para un desarrollo integral de nuestros país”.

La nueva hoja de ruta no es una renuncia al programa. Al contrario, es una reformulación del mismo en función de un contexto complejo en lo político y en lo económico. Es más, se incorporan nuevas demandas. Se trata, según las palabras de la propia presidenta de “tareas y plazos realistas” que apuntan a consolidar “los compromisos que asumimos ante la ciudadanía al inicio de este gobierno” y de integrar “las demandas actuales que la inquietan”. De este modo, se busca “cumplir responsablemente con el compromiso” de avanzar hacia una “sociedad más equitativa, cohesionada y desarrollada”.

¿Cuáles son los pilares programáticos de esta nueva hoja de ruta?

La agenda programática se articula en torno a ocho ejes: educación, salud, seguridad ciudadana, relaciones laborales, inversiones, nueva Constitución, descentralización y probidad.

En lo grueso, se observa que hay continuidad con el compromiso de las “reformas estructurales” dentro de las cuáles la reforma educacional es la prioridad. En esa línea se va seguir con el proyecto de Desarrollo Profesional Docente y se va continuar con el proyecto que crea el Servicio Nacional de Educación Pública y en septiembre con el proyecto de financiamiento de la educación superior que avanzará de manera gradual hacia el 100% de la gratuidad: “la idea es que año tras año avancemos hacia la gratuidad universal”.

Esta polémica iniciativa consta de dos momentos: la presentación del proyecto de Ley de la Educación Superior y de la incorporación a la Ley de Presupuesto para el 2016 de recursos que hagan posible comenzar con la gratuidad desde el próximo año.

En el ámbito de la salud se construirán 20 hospitales, “un número importante” de centros de atención primaria, se aumentará el número de especialistas y se disminuirán las “listas de espera quirúrgica” con la meta de que entre agosto y diciembre se realicen 19.000 intervenciones. En la misma dirección, se va fortalecerel Fondo de medicamentos y el Fondo de Farmacia para enfermedades “más frecuentes y de más alto costo”.

En seguridad ciudadana se va seguir con la tramitación de la agenda corta, se va poner énfasis en evitar el robo a “personas, viviendas y vehículos, que es lo que más preocupa a los ciudadanos” y se va “consolidar un esquema de persecución penal inteligente”.

En las relaciones laborales se va seguir avanzando en su modernización; sobre todo, en lo que respecta al “derecho a huelga efectivo,” es decir, sin reemplazo. No obstante, teniendo cuidado en que la normativa no perjudique “el empleo, el crecimiento y el emprendimiento”. En el plano económico se va crear el Fondo de Infraestructura y se va iniciar “un diálogo técnico con todos los sectores para simplificar la aplicación de la Reforma Tributaria”.

En el plano político de la Nueva Constitución se confirma el inicio del proceso constituyente en septiembre. En un primer momento habr un período de “educación cívica constitucional” en el que se explique a la ciudadanía “¿qué es una constitución, en qué nos afecta… y porque es necesario cambiarla. Y luego, daremos inicio… unos meses después, el proceso participativo y de diálogo en el que todos podremos intervenir”.

Finalmente, en el plano de la descentralización se “aspira” el próximo año a tener elecciones de Intendentes y de realizar las elecciones municipales “bajo un nuevo marco de probidad y transparencia… con un Servel autónomo y con atribuciones”.

Los efectos políticos del cónclave.

La principal consecuencia es que se despejan dudas y se instala en pleno una nueva etapa en la gestión y conducción del gobierno. En segundo lugar, la Nueva Mayoría logra fortalecer la unidad política de propósitos –por lo menos, a corto plazo- en torno al programa y al liderazgo de Bachelet: “sé que cuento con la lealtad y respaldo de las fuerzas políticas de la Nueva Mayoría”.

En tercer lugar, hay una confirmación y compromiso con el programa. Al interior del oficialismo han triunfado, por ahora, los puristas-reformistas y se instalan condiciones para la proyección del conglomerado más allá de este gobierno en la perspectiva de continuar con los cambios orientados hacia una sociedad más inclusiva.

Pero, no todo son cuentas alegres. La distancia con la política continúa y la Presidenta no logra recuperar apoyos. La gradualidad –con incertidumbre incluida- se ha instalado y los proyectos en trámite y los que van a ingresar al parlamento seguirán sacando chispas y la “letra chica” generando dudas.

El tema de fondo desde el cuál surgen todas las dificultades es que la “era de las reformas” está cambiando el rostro del capitalismo chileno a manos de los “demócratas progresistas”.Por ello, la conducción política del gobierno requiere alta precisión y coordinación.

Y, a su vez, sus apoyos políticos y sociales requieren altos niveles de lealtad, unidad y disciplina. Ambos, no deben olvidar que los intereses en juego,“los obstáculos”, diría la Presidenta, son muchos y poderosos.

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06 ago 2015

Chancho en Misa

Me encontraba fuera del país revisando noticias nacionales cuando me encontré con algo que me llamó mucho la atención: El encuentro Enamype 2015 sería organizado por un conocido Banco junto a una institución privada -que a mi parecer-, no es representativa del sector micro empresarial.

Me dio rabia, “me piqué”, no lo niego. Y es que teniendo una preocupación por el abandono que han tenido los microempresarios, me pareció que la alianza efectuada para llevar a cabo una actividad en donde se analizarían los problemas que afectan a este sector fue como mezclar agua con aceite.

Y peor aún, justo un tiempo antes, se había informado que las grandes empresas habían aumentado el plazo de pago en forma significativa producto de la desaceleración económica, CASI una burla para los principales protagonistas de un encuentro elaborado para solucionar las dificultades de su sector.

Pero bueno, para rematar mi impotencia, al leer sobre este evento, me enteré que el lugar en el que se desarrollaría la cita sería un conocido centro de eventos en Vitacura, un lugar “muy característico del sector micro empresarial”. Cuando supe de ello, recordé a mi padre, quien nació obrero y murió como gran empresario, pero en sus inicios JAMÁS hubiese pisado este sitio para discutir temas importantes para sus representantes.

Haber efectuado el Encuentro Nacional de la Micro y Pequeña Empresa en este centro de eventos equivale casi a realizar un Cónclave papal en una sede masona, el lugar no fue el adecuado, como decimos en Chile, “fue como ver a un chancho en misa”.

La organización de esta actividad debió estar de la mano del ministerio de Economía en el consejo de pequeñas y medianas empresas, puesto que está conformado principalmente por todos los actores representantes del sector, incluso, Corfo y Banco Estado son parte de esta instancia.

Después de haber operado más de un año en este consejo, debo decir que  ya se tiene un diagnóstico claro de las “enfermedades” que se deben tratar, sólo falta un especialista que realice el tratamiento adecuado para “curar” estos problemas.

De acuerdo a este tema, hay algunos  antecedentes que hacen que esto sea más doloroso, hubo períodos en los que la producción generada por las mipymes representaban el 20% del PIB, hoy, ese porcentaje no alcanza el 11% en nuestro país, mientras que en otras economías este sector es y ha sido parte importante en la contribución al desarrollo y la justicia social.

Es por esto, que me importa y me molesta que no se esté trabajando con los actores correspondientes en los temas relacionados con las micro y pequeñas empresas si queremos avanzar en estas materias, tiene que existir una coherencia entre los participantes.

Algo similar ocurre incluso en el mundo laboral de nuestro país, ya que hay 59 Universidades de las que año tras año salen nuevos profesionales, pero el mercado no siempre tiene la demanda suficiente para ellos o simplemente existe una saturación en algunas ramas. Esto refleja una falla en la creación de  actividades económicas de conocimiento cuyo objetivo radique en absorber esta mano de obra calificada.

Antes de finalizar, me gustaría compartir con ustedes  la idea central de un artículo elaborado por un padre jesuita, quien mencionaba entre sus líneas que muchos discuten de la pobreza en el living de sus casas, con calefacción y un whisky en la mano. Esa misma imagen es la que veo actualmente en la discusión y los proyectos que se tienen para las Mipymes, pues muchos comentan sobre lo que es mejor y en qué se debe trabajar para fortalecer al sector, pero quienes debaten sobre ello, son ajenos al origen de estos.

Sinceramente espero que en próximas oportunidades los microempresarios trabajen junto a entidades que realmente los representen y conozcan sus demandas, pues del modo contrario,  seguiremos viendo varios chanchos en misa.

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06 ago 2015

Cine para gente menuda, “intensa lava emocional”

Hay tardes en el cine que alientan. Esa experiencia fue la que recién vivimos con nuestros hijos ante la sabia novedad del film Inside Out. Más aún cuando tan grata experiencia audiovisual fue“prologada”por el mágico cortometraje “Lava”, una joya animada.

Hace algunos años, un buen amigo me alertó que en el cine, en esta segunda década del siglo XXI, otra vez veríamos obras mayores, luego de un prolongado letargo creativo. Es el caso de estos dos films, que Pixar decidió exhibir en salas en una sola entrega.

Son películas para la gente menuda, aunque, años más o menos, aquí el adjetivo menudo aplica para el asombro, una bella capacidad a cualquier edad.

Inside Out (mal titulada como “Intensa-Mente” en nuestros países), co-dirigida por Pete Docte (gestor de la idea, junto al productor Jonas Rivera) y Ronnie del Carmen, fue mundialmente estrenada el 19 de junio de este año. El maravilloso cortometraje “Lava”, dirigido por James Ford, con voz del músico hawaiano Kuana Torres, es del 2014.

Una gran decisión, nada de casual, la de Pixar al estrenar juntos ambos films.Ocurre que uno y otro nos revelan la emergencia de una nueva sensibilidad y mirada, ahora en el cine para niños, impensada pocas décadas atrás.

Inside Out revelándonos el rol central de las emociones en la configuración del vivir y con-vivir humano.

Y “Lava” recuperando la magia del animismo; animando, valga la redundancia, a los volcanes, tal como lo hacían los antiguos, en una neo revelación de nuestra conexión con todos los seres vivos y las cosas.

Inside Out ocurre en el vivir emocional de una niña. La alegría, la tristeza, la ira, el desagrado, van inundándola y haciéndola actuar, con cuerpo y mente, en su cotidianidad.

Antes escribía que en nuestro mundo latino el título fue desafortunado. Eso de “Intensa-Mente”poco o nada tiene que ver con el Inside Out original y menos aún evoca el profundo sentido integrador del film.

Inspirados en el neurobiólogo y filósofo, Francisco Varela, diremos que eso de la “Intensa-Mente”reitera la falacia de una mente/cerebro que controla el cuerpo, casi como si fueran dos compartimentos estancos, algo tan ajeno a la integralidad del sujeto, a la potente unidad cuerpo – mente, al hecho que las emociones están encarnadas. Tan encarnadas que, cuando unas u otras emociones se nos fijan, sabemos que podemos enfermar o sanar, indistintamente.

El título Inside Out, en cambio, calaba más hondo y era más coherente con el propio discurso fílmico. Inside Out, entre otros ecos, significa “de adentro hacia afuera”. Léase algo así como desde el adentro, desde las emociones emerge la energía interior que marca nuestro operar, corporal y lógico, en el afuera.

De aquello nos habla el film: del intenso rol de las emociones en nuestro concreto vivir. Y lo hace con una moraleja de una delicadeza sicológica y existencial que alcanza cotas muy altas. Nos muestra como en la deriva vital de todo ser humano, en este caso de una niña que transita hacia los dolores, sueños y frustraciones de la adolescencia, resulta fundamental aceptar la tristeza, emoción y condición ineludible para lograr un equilibrio e incluso la feliz alegría.

La palabra es aceptación. Aceptar la vida y sus emociones en toda su complejidad, en sus luces y sombras, en sus tristezas y alegrías, en sus desagrados y agrados, en su ira y serenidad, un profundo aprendizaje que tras cuánta experiencia apenas logramos asumir. 

¿Qué decir de “Lava”? Simplemente que es una fiesta visual y musical. Un corto que nos seduce con una larguísima, geológica, historia de amor entre dos volcanes que deciden amarse tras observar la breve y mayúscula emoción que agita a los animales que moran en su falda.

El relato de “Lava” evoca tantos míticos amores que adoraban y animaban a los pueblos originarios de todo el mundo, romance entre volcanes, coqueteo entre el sol y la luna. “Lava” evoca una suerte de neo panteísmo, un neo religare, entre lo humano naturalizado y lo natural humanizado, un sino existencial tan propio de la nueva mirada ecológica.

¡Que bellezas de films pueden ver los niños de hoy! Una intensa lava emocional que alienta.

La conciencia y mirada que esos sentidos hoy incuban, quizás, abrirá otros caminos para nuestra humanidad.

Con unas amigas con quienes compartíamos estas cavilaciones cinéfilas, con un dejo de agrado e ironía, comparábamos está opción de cultura audiovisual que hoy observan y escuchan nuestros niños y niñas con la abusiva y violenta simbiosis de Tom & Jerry, en blanco y negro o a color, que animaba las televisivas tardes de la gente menuda del ayer.

En ánimo pesimista nos preguntamos si nuestros hijos e hijas alcanzarán a sobrellevar el mundo dañado que las generaciones Tom & Jerry les hemos heredado.Claro que en ánimo optimista también nos alegramos por la sana preparación emocional y ecológica de nuestros niños y niñas para un presente y futuro que viene duro.

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06 ago 2015

El pago de Chile

¿Qué duda cabe de que, a raíz de la Guerra del Pacífico, Chile se vio beneficiado con abundantes riquezas naturales como han sido el salitre y el cobre, principalmente? Esa guerra cobró la vida de miles de peruanos, bolivianos y chilenos, mientras otros tantos quedaron mutilados de cuerpo o de alma. No es el caso de entrar a analizar las razones que motivaron este conflicto más que centenario, cuyas consecuencias aun son palpables, pues basta recordar ese adagio que expresa que “en toda guerra, la primera en perder es la razón”.

Sin embargo, los chilenos de corazón no debemos olvidar el heroico sacrificio que realizaron tantos antepasados nuestros en los campos de batalla donde perdieron la vida en defensa de los intereses de la patria.  Pero, si nos detenemos a reflexionar y a observar, comprobaremos que la sociedad chilena, tanto la de entonces como la de ahora, no los ha valorado suficientemente.

En un reciente viaje por el norte de Chile, pude visitar algunos lugares donde se desarrollaron las principales batallas de la Guerra del Pacífico: Pisagua, Dolores, Pampa Germania, Tarapacá, donde algún modesto monolito, en regulares condiciones de mantenimiento, recuerda al visitante que en ese lugar ocurrieron hechos heroicos, victoriosos para Chile en casi todos los casos.

Si el visitante tiene regulares conocimientos históricos, con toda seguridad advertirá la precariedad extrema con que los chilenos honramos la memoria de quienes no dudaron en sacrificar su vida por Chile. Parece que nos basta con recordar, una vez al año, la gesta de Arturo Prat, cuyo busto está presente en calles y plazas a lo largo de la geografía de nuestro país. Y eso sería todo.

Pero ¿qué ocurrió con la mayoría de los llamados “Veteranos del 79”? Es cierto que ya no quedan vivos, pero cuando lo estuvieron, una vez terminada la confrontación bélica, se les negaron pagos adeudados y prometidos, así como beneficios de todo tipo, lo que en muchos casos se tradujo en una situación de mendicidad extrema que arrastraron hasta la tumba. Indigno para quienes caminaron kilómetros de desierto comiendo solamente un trozo de charqui y una cebolla, bebiendo unas gotas de agua y dispuestos a poner su pecho a las balas enemigas para tomar un cerro o una quebrada estratégicos.

Pero lo más indignante es ver las numerosas tumbas profanadas de chilenos que cayeron en combate en la localidad de Dolores. Cementerios abandonados, rumas de ataúdes saqueados para robar los botones de los uniformes que luego son vendidos impunemente en “ferias artesanales”, osamentas humanas esparcidas entre escombros, barbarie supina que contrasta con la veneración que Perú tributa a sus héroes en sitios históricos, como ocurre en el Campo de la Alianza, cercano a la ciudad de Tacna, donde un majestuoso monumento, junto a un museo histórico digno y bien cuidado, honran la memoria de quienes defendieron la causa peruano-boliviana.

Duele constatar, una vez más, la vigencia del tristemente famoso “Pago de Chile” con el que nuestra sociedad ha retribuido a tantos hombres y mujeres ilustres que han dado brillo a Chile ante el mundo entero, como es el caso de Gabriela Mistral, Claudio Arrau, Alberto Blest Gana, Ramón Vinay, “Chito” Faró, Violeta Parra, Manuel Plaza y tantos otros.

Ya va siendo hora de que seamos capaces de sepultar para siempre el tristemente famoso “Pago de Chile”.

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06 ago 2015

La mano póker de British American Tobacco

Un 2 y un 7. Esa es la peor combinación de cartas que uno puede tener en el póker. Es tan difícil ganar, que lo que muchos jugadores hacen es mentir o al  menos blufear: apostar en grande para hacer creer a los demás que sus cartas son mejores, y forzarlos a retirarse del juego.

Eso está hacienda BAT (British American Tobacco) con el gobierno de Chile. Sabe que sus cartas son malas, que una ley más restrictiva tiene altas probabilidades de ser aprobada. ¿Qué hace entonces? Blufea amenazando con que se irá del país.

¿Es esta amenaza creíble? Ciertamente no. ¿Debe el gobierno retroceder en su proyecto de ley? La respuesta también es no.

Desde el punto de vista de la autoridad, el problema es claro: 40 % de la población chilena fuma y el tabaco causa 16.500 muertes al año en Chile. El objetivo de la ley es fundamentalmente desincentivar que los niños comiencen a fumar, con diversas medidas: cajetillas genéricas, de un solo color para todas las marcas, sin diseños atractivos para jóvenes, no permitiendo ventas en dispensadores automáticos (que no consultan la edad del fumador) y prohibiendo la venta de cigarrillos con sabores, cuyo único objetivo es generar mayor adicción en los menores, quienes en Chile son los mayores consumidores de cigarros mentolados. Todas estas medidas, del punto de vista de la salud pública son acertadas.

Respecto a la amenaza de BAT, esta parece poco sincera. Por un lado, países como Australia, Canadá, Finlandia o Brasil tienen legislaciones tanto o más duras que las propuestas para Chile (especialmente Australia). Sin embargo, ahí BAT está tranquilamente trabajando.

El negocio en Chile además es muy bueno: le reporta $ 50 000 millones de pesos al año en utilidades de un mercado en el que tiene el 93% de la participación.

¿Por qué motivo irse entonces? Las medidas del gobierno apuntan sobre todo a desincentivar el consumo en menores de edad. Sin embargo, la demanda las conductas de los fumadores difíciles de modificar sólo variando detalles en la oferta del producto puesto el cigarro es una sustancia adictiva. Si a esto sumamos, que BAT casi no tiene competencia, es poco probable que en el corto plazo sus utilidades disminuyan sustantivamente.

¿Y qué pasa si se va? Poco. La tabacalera inglesa emplea en nuestro país a 1000 personas en sus oficinas que se reubicarán en otros ámbitos comerciales o gerenciales y a otros mil agricultores en la cosecha de tabaco, fundamentalmente en la Región de O’Higgins, que en teoría deberían buscar una nueva forma de empleo en la agricultura.  Por su parte, los puntos de venta de tabaco no tienen éste como su único giro, por lo cual es improbable que se produzca desempleo en ese sector.

Sin embargo, ¿alguien duda que con utilidades de 50 000 millones al año, no querrá Philip Morris u otra tabacalera tomar esa tajada que los ingleses dejarán libre?

Como parte de la comunidad médica de Chile, creo necesario que el proyecto considere ampliar la prohibición de fumar a cualquier espacio que atienda público.

Así, no se debería poder fumar  en restaurantes, pubs, ni discotheques. Está comprobado que los espacios separados para fumadores no son efectivos, y al permitirse hoy fumar en terrazas, se mantiene a los no fumadores: niños, ancianos, adultos y muy especialmente a los trabajadores, constantemente expuestos a la toxicidad del tabaco, y por cierto obligados a arrinconarse al interior del recinto, impidiendo disfrutar de su derecho legítimo a un ambiente libre de contaminación.

Nadie pretende restringir la libertad de fumar, pero siendo esta una actividad perjudicial para la salud propia y la de otros, debe regularse su consumo de modo que sólo quien fuma, sufra las consecuencias y no el resto de la sociedad.

Es de esperar entonces, que el proyecto logre ser aprobado, y que si British American Tobacco quiere irse, lo que no resulta creíble, que lo haga. No la extrañaremos.  A quienes si se echará de menos,  es a los 16.500 chilenos que este año morirán producto del consumo de tabaco.

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05 ago 2015

Demasiado tarde

A nosotros  nos  dijeron que  el país estaba en guerra. Yo nunca me tragué ese cuento.Otros  se convencieron, para así justificar los horrores que nunca vieron o de los cuales se enteraron cuarenta años después. ¿No será un poco tarde?

Ahora, que han pasado cuarenta y dos años, la mentira  inventada se desmorona y el país sabe que ese crimen sí existió. Que hubo seres humanos rociados con combustible por otros seres humanos que jugaron con un encendedor, metiendo miedo, hasta encender la mecha. Y ellos se convirtieron en “antorchas humanas” y con sus manos trataron de apagar el fuego.Luego fueron botados en el camino y  caminaron  para pedir auxilio a algún auto que por allí pasaba esa mañana gris de 1986.

En la sala de redacción de radio Chilena sonó el teléfono negro. Alguien avisa que “hay dos jóvenes quemados en la Posta Central”. La reportera parte al lugar de los hechos y comienzan los despachos de las Radios Cooperativa y Chilena, dando a conocer la espantosa noticia.

Pero hay restricción informativa y muy pronto ambas radios son silenciadas por decreto de estado de excepción.Clausuradas.

Las revistas Análisis, Cauce y  APSI informan detalladamente sobre lo ocurrido en esa protesta y en el funeral de Rodrigo Rojas, en julio de 1986. Muy pronto las revistas también son censuradas y clausuradas por un tiempo.

Pero los canales de televisión, bajo la dirección de periodistas y editores dominados por la censura  y la comodidad, nada informan. Pinochet se atreve a decir que los jóvenes se quemaron a sí mismos. La Lucía Hiriart va más lejos, dice que Carmen Gloria se quemó un poquito.

Sería sanador que los profesionales de esos tres canales de televisión  por fin hicieran un mea culpa y contaran que ellos no dijeron nada sobre el horror porque tenían susto o sencillamente porque era más cómodo seguir ocultando la verdad. Para conservar sus pegas.

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05 ago 2015

El futuro del asociativismo municipal

Desde su fundación en mayo de 1993, la Asociación Chilena de Municipalidades ha trabajado para convertirse en un interlocutor representativo del poder local. Sus principales tareas han sido la promoción de la autonomía comunal y el perfeccionamiento de la gestión municipal.

La AChM tiene un carácter  político-técnico porque en su interior se expresan los partidos representados por alcaldes, alcaldesas, concejalas y concejales de todas las tendencias e independientes, teniendo como sustento institucional a  un grupo humano conformado por profesionales y técnicos cuya tarea es apoyar con datos, análisis y propuestas coherentes a ese cuerpo de autoridades políticas de carácter plural.

Es decir, su carácter técnico se refleja en que es una organización que asesora a los municipalistas en su quehacer, entregando lineamientos de trabajo, con propuestas justas, racionales y técnicamente incuestionables.

Nuestro Directorio Nacional ha sido capaz de trabajar proyectando una identidad cohesionada en la que actúan, en la gran mayoría de los casos, por unanimidad.

El pluralismo de la organización debe, además, permitir la participación igualitaria de alcaldes y concejales, al margen de color político o emplazamiento territorial de las comunas asociadas, por ello la AChM representa, por igual, a todos los municipios de Chile, urbanos, rurales, turísticos, mineros, etc., expresión de la heterogeneidad territorial de nuestro país.

Nuestra asociación tiene un carácter voluntario de afiliación. Ello es coherente con nuestra defensa de la autonomía municipal. Vale decir, que la afiliación a la Asociación dependerá de la voluntad de cada Concejo Municipal. Hoy , con 22 años de vida, nos empinamos sobre los 320 socios y siguen sumándose municipios con el objetivo de fortalecer el asociativismo municipal.

Los desafíos

En Chile necesitamos más autonomía y mayores niveles de descentralización. Urge fortalecer las capacidades de los municipios para administrar sus recursos, actuar democráticamente y ejercer, con eficiencia, las tareas y atribuciones que la ley nos señala. Para ser coherentes con nuestro discurso a favor de la descentralización y la autonomía, debemos trabajar por modernizar nuestra gestión municipal. Esto es actuar en consecuencia, promoviendo la asistencia técnica, la capacitación, los estudios y la formación de los recursos humanos.

Desde la Asociación Chilena de Municipalidades, lideramos un proceso de re definición estratégica para construir la hoja de ruta orientadora que entregue una visión a mediano plazo, enmarcada en una imagen estratégica de lo que deben ser los municipios.

En este contexto nos preguntamos ¿qué municipios queremos y necesitamos para Chile? Y es preciso entregar una señal política al país para actuar con pluralismo y objetivos político-institucionales en el marco de la Reforma Municipal.

Nuestro desafío es contribuir a la discusión de un nuevo Pacto Local que debe contemplar las modificaciones constitucionales que nos permitan dar el salto desde las actuales administraciones municipales a gobiernos locales de verdad. Precisamos generar acuerdos acerca del financiamiento municipal y la descentralización fiscal.

Planteamos reformular el Fondo Común Municipal, convirtiéndolo en un verdadero instrumento económico y socialmente re distributivo con un aporte fiscal suficiente y asegurado por ley.

Proponemos mejorar la gestión municipal y de su recurso humano. Promovemos mayor participación e involucramiento de los ciudadanos en el control y gestión de sus municipios para asegurar mayores estándares de transparencia y probidad.

Desde fines del 2012 contamos con un marco legal que regula el  asociativismo municipal, sin embargo, a poco andar, se hace necesario repensar el valor de las mancomunidades municipales, en especial en las de carácter regional , las cuales pueden llegar a cumplir un destacado rol como agentes de desarrollo de sus territorios, más aún en un marco de procesos de descentralizaciòn que, en el corto plazo, tienen como hito la elección de Intendentes regionales en 2017, de prosperar el proyecto de ley enviado por el Ejecutivo. Asociaciones Regionales y Temáticas de municipios juegan hoy y deben jugar un primerísimo papel en la tarea de construir un Chile desarrollado y con mayores niveles de igualdad.

De cara a nuestra XII Asamblea Nacional que se efectuará entre el 4 y el 7 de agosto, quienes creemos en las municipalidades como agentes de desarrollo y participación de la comunidad, pensamos que el modelo municipal chileno vive un agotamiento y tenemos la voluntad de contribuir a generar un nuevo municipio, que enfrente satisfactoriamente las exigencias de desarrollo y las demandas de nuestras comunidades.

Los municipios chilenos, desde esta Asociación, debemos ser parte activa e integrante de la construcción de un nuevo acuerdo político, económico y social para el Chile del futuro, acuerdo que estoy convencido, nuestro país requiere y la ciudadanía reclama.

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05 ago 2015

Margot Loyola, o el canto de la chilenidad profunda

Había terminado yo de destruir la guitarra de palo con una versión villa-franciera (de la Villa Francia sabrosa en plena dictadura) del clásico ochentero-rockero de Los Prisioneros, “Paramar”. Hubo un silencio sostenido. Recuerdo perfectamente la expresión de Margot Loyola, esa sonrisa suya que te llenaba de confianza, tan necesaria en las palpitaciones inseguras de 15 años mozos, rompiendo la garganta y las cuerdas con el rock contestatario de los ochenta frente a la más grande investigadora y recopiladora de las expresiones folclóricas profundas de la historia de Chile, que me miraba con ojos dulces frente al último grito compungido “¡yo no sirvo, paramaaaar!” de mi voz de población media callampa.

Imaginarse la escena y este guitarrista imberbe, con técnica deplorable en la guitarra, tocando a un solo dedo de la mano derecha, por lo menos dos años antes de las clases que vendrían de guitarra clásica y que mejorarían con el tiempo en algo ese descalabro inicial.

El silencio fue amoroso en sus ojos, golpeó sus muslos con sus manos en un gesto característico de ella, sobre su vestido florido, y dijo, mirando al Inspector Villalobos que me había traído directamente de mi liceo: “Bueno, eso es lo que la juventud escucha, esto es lo que lo influye a él, ¿no?, lo que se escucha en la radio”, le dijo observándolo con ojos graves.

Luego me miró a mí con ojos muy serios. Yo, temblé. “Mijito”, me dijo dibujando inmediatamente una sonrisa de sus labios rojos de rouge como siempre los usaba, “mmmh, hay que trabajar esa guitarra, ver el tema del canto, pero usted tiene algo especial en sus ojos, una fuerza”. Me miró en silencio, segundos eternos, directamente de mirada a mirada.“Mijito, ¿usted me aceptaría como su maestra?”, dijo tras un respiro. Yo, con una ignorancia absolutamente criminal, le dije tras varios segundos de duda, un “sííí…” a medias, medio ahogado, no muy convencido, adolescentemente lanzado al aire sin punto de retorno. Golpeó sus muslos nuevamente. “Ya, lo espero los sábados en las mañanas entonces para que trabajemos, Mijo”.

Ese fue el inicio de una de las experiencias más significativas de mi vida artística. Todo comenzó con el deseo politizado en torno al Plebiscito del 88 contra Pinochet, que desde los barrios marginales de la Villa Francia se vivió con olor a pólvora y neumáticos quemados. Agarré la guitarra como quien agarra un salvavidas y un arma de denuncia contra el mundo.

Lo primero fue el rock ochentero argentino y chileno, o en lenguas extrañas que traía la radio, la fuente gratis de música de los jóvenes pobres de esa época, para luego pasar en el dial a descubrir una tarde de ensueño a la maravillosa Radio Umbral, el espacio de rescate de la trova, de Silvio, de Víctor Jara, de Violeta.  Las zampoñas fueron una fuente de energía en el alma, que me marcaron como un bólido directo a los puños. Pronto estaba en el Liceo rayando mi pupitre con dibujos de charangos y quenas, y con la guitarra piñufla para arriba y para abajo.

El Inspector Villalobos, serio y disciplinado, me veía en el patio cantándole a gritos a la vida, cuando se me acerca un día. “Zamorano”, me dice serio, “¿ha escuchado a Víctor Jara?”. “No Inspector, ¿quién es?”, le digo. “Tome esto, escúchelo”, me dice marcial. Eran épocas difíciles aún.

Una vez otro inspector del Liceo nos dejó tres horas encerrados en la sala, para que el que había robado un reloj de un compañero se entregara, amenazándonos con que traería a agentes de la CNI, la policía política y represora de Pinochet. ¡A unos niños de 13 ó 15 años! Que el Inspector Villalobos me pasara un casete pirata de Víctor Jara era todo un riesgo latente en esos días.

Víctor cambió mi vida. A los pocos días, ya sabiendo el efecto notorio en mi guitarra de los recreos y el cambio de repertorio hacia la trova sagrada, se me acerca nuevamente el Inspector Villalobos y me dice que si quiero participar en un grupo folclórico que quiere armar rápido, que quieren inaugurar el semáforo de la esquina, que vendrá el alcalde de Estación Central, las autoridades policiales, el presidente de la Junta de Vecinos, y que la idea es que estudiantes hagan un esquinazo, que toquen tres cuecas con pareja de bailarines para representar el baile nacional.

Tras la actuación en plena calle para autoridades con olor a dictadura, la tercera etapa de la intervención del Inspector Villalobos en la vida de Zamorano fue pronta. “Zamorano, dígale a su mamá que el Inspector Villalobos le pide permiso para llevarlo a una audición con la maestra Margot Loyola”. Ya en el corazón de la Villa Francia le cuento a mi madre como de pasada.

Silencio cortante de ella. “¡¿Quéee?!” me dice exagerada. “¡¿Margot Loyola?! Pato, ella es una mujer muy importante, como la Violeta Parra. Mi mamá cantaba tonadas de ella, con guitarra, en esa época eran las hermanas Loyola. ¡Claro, vaya! ¡Qué honor!¿Para cuándo lo citan…”. Con guitarra prestada, nos fuimos con el Inspector Villalobos a la casa de Ezequiel Fernández, cerca del Estadio Nacional en Ñuñoa. La maestra vivía en un condominio de un nivel, pequeñito, con reja externa, en una de las casas del medio. Un silencio fresco se respiraba, una paz que escapaba a cada segundo del ruido de una ciudad aún sitiada por la dictadura. “Hola, maestra”, dice Villalobos”. “Acá le traigo al joven del que le conté”. Los ojos grandes de Margot y su sonrisa fueron la primera bienvenida.

La maestra y su bondad

Margot no te hablaba, te abrazaba con su voz y sus atenciones. Muchos momentos especiales guardo en mi corazón de los años en que fui su alumno. Su forma de enseñar rememora todas las historias que han transcendido del pasado sobre genios y sabios que, en la relación con el alumno humilde que solo puede ofrecer su ignorancia en la transferencia de conocimiento desde el maestro, eleva el acto de enseñar a un nivel de bondad inconmensurable. Así era Margot.

Recuerdo las horas interminables en que con una paciencia infinita fue enseñándome paso a paso los fundamentos, primero, de la guitarra centrina, la guitarra de cuecas y tonadas típicas de la zona central de Chile. Recuerdo las instrucciones que me daba al atacar el chasquido y el rasgueo típico de la cueca, con una proyección del peso de todo el brazo. Horas y horas corrigiéndome con precisión el ángulo del brazo, la “sensación” del ataque contra las cuerdas desde la base de la mano. Pero era más que eso. Cuando la parte técnica ya estaba lo mínimamente lograda, pasamos al verdadero “yo” de su escuela: el hombre, la mujer, el ser del pueblo cercano a la tierra, más allá de la acción civilizadora y castradora de la urbe, que a ella le había conmovido desde siempre. Cuando pasamos a esa etapa, vino una transformación extraordinaria, difícil de describir.

Margot explicaba primero un completo perfil del cantor o cultor que le había traspasado esa canción que estaba ella, a su vez, transmitiendo a otros. Le relataba a uno quien era el artista popular, su trabajo, su cuerpo, su ánimo a la hora sagrada del ritual de ese artista natural de su entorno, en el momento en que procedía a interpretar enfrente de Margot. Ella usaba la misma palabra con nosotros, sus alumnos, “hay que interpretar, mijito”, decía. Se refería a compenetrarse en los anhelos, sufrimientos y alegrías del cantor original, que el canto y la guitarra fueran una extensión de la persona real tras esa expresión artística. “No imitar”, aclaraba, “pero debe respetar el tiempo y el entorno, el hombre y su lugar, cuando presente estas piezas al público”.

Su método era muy profundo. “Mire mijito”, decía. “Imagínese a don Jacinto, trabajando 10 horas sacando choclo del maizal. Llega cansado, sudoroso, todo agarrotado, y agarra la guitarra en la tarde, después de un día laborioso de trabajo, con la voz cansada del griterío de la labor del campo. Así hay que interpretar esta cueca cerruca”, nos decía.

Antes de cantar, cerraba los ojos. Dejaba un silencio, y encarnaba en unos segundos en el cantor o cantora que le habían cedido tal o cual canción. Cada verso, cuidado. Cada fraseo, significativo. Verla interpretar esas canciones recopiladas a punta de poncho y guitarra por los campos de Chile era una experiencia inigualable, única en su capacidad de personificar las cientos de almas que habitaban en ella.

De igual a igual

Margot era de una humildad que conmovía incluso a los adolescentes como yo, no acostumbrados a gestos magnánimos de ese estilo. Recuerdo que me dijo muchas veces, a solas o con más músicos de su grupo Palomar al que luego pertenecí, “Yo, mijitos, no sé más que ustedes porque sea mejor que ustedes. Sé más simplemente de estas cosas solo porque soy más vieja”. Decía eso a menudo en medio de las sesiones de enseñanza, como justificándose de su posición de superioridad mientras estudiábamos algo particularmente difícil en que no era fácil rescatar la esencia que ella había captado desde el informante original.

Esa lección de humildad me ha conmovido profundamente. Al lado de ella, con su grandiosa obra de tantas décadas, a años luz de cualquiera de sus alumnos, el hecho de que se ubicara a sí misma en una posición de igual a igual con sus pupilos, la hacía incluso más grande ante todos quienes la estimábamos profundamente.

Margot tenía una pasión enorme por el escenario, un respeto por la puesta en escena enorme, incluso por sobre su propia comodidad. Compartí innumerables momentos tras bambalinas, antes de que ella saliera a hacer alguna pieza o baile. A veces, tenía dolores muy fuertes en sus piernas. Nos mostraba la hinchazón de sus tobillos, que la atosigaban a menudo. Nos comentaba las órdenes de sus médicos, sobre la inconveniencia de bailar o permanecer parada mucho tiempo. Luego, en breves momentos ya estaba en el escenario, donde sin que el público supiera, olvidaba por momentos el dolor y bailaba los pies de cueca más exquisitos que nadie ha bailado jamás, con la tremenda picardía o elegancia dependiendo del estilo de la canción. Miles de personas han visto a Margot Loyola bailando la cueca chilena en vivo o en televisión, con un estilo inconfundible y bellísimo. Todo, superando el dolor que pasaba a segundo plano cuando se trataba de bailar la cueca chilena.

Una muestra de la paciencia de la gran folclorista ante un niño aprendiz y su sentido del humor. No recuerdo si estábamos en bambalinas del Teatro de la Universidad Católica de Valparaíso o del Teatro Municipal de Viña del Mar. Con ella y con Palomar viajábamos a menudo al puerto chileno, a actuar para muchas organizaciones. Estar en torno a ella era constante aprendizaje, siempre relacionando lo practicado con otros cantores y cantoras de su repertorio de recopilaciones, o descubriendo conexiones interesantes donde antes no había sino vacío.

Recuerdo que contó una vez cómo en una de las giras que había realizado a Europa oriental iba descubriendo señales en la forma del canto o de la música, de los acordeones o guitarras, que conectaban a esos campesinos europeos con los de la zona central de Chile o Chiloé. Unas conexiones arquetípicas de pueblos a pueblos de la humanidad toda que nunca dejaron de sorprenderla.

Tras el escenario, una lección nueva. Yo, de 15 años, impúber de la ciencia profunda del folclore chileno. En medio de la conversación, me instruyen sobre algunas “tonadas de coleo”. Yo, esperando el momento de la pausa, pregunto. “¿Y aónde está Coleo?” La risa fue general, uno de los cantores del grupo se paró de cabeza en una de las sillas y dejó las piernas vibrando en el aire tres veces. Otros casi se cayeron al tablado de la risa. Las tonadas de coleo corresponden a las que van repitiendo la última frase de la estrofa anterior. No existe la zona, pueblo, continente o barriada llamada “Coleo”. La maestra también se desencajó de la risa, y me gané el apodo de “Pato Coleo”, con justicia, como por seis meses de bambalinas.

Pionera pascuense

Tengo un recuerdo especial cuando me enseñó a tocar el ukelele, al estilo pascuense. Me contó absolutamente toda la historia de cómo había llegado al punto de sentirse con el derecho a reproducir en escenario todo lo aprendido del pueblo de Isla de Pascua. Margot fue sin dudas la pionera más importante en rescatar todo el legado pascuense para el público continental de Chile.

Ella era extremadamente consciente de los sinsabores que significaba para la isla la interacción con el Chile continental, con su falta de respeto a veces por la autonomía cultural de Isla de Pascua, la falta de recursos, la discriminación. Ella era tan seria en sus esfuerzos de investigación, que financió de su propio bolsillo e invitó a un cultor pascuense a Santiago por varios meses, para asegurarse de entender los vericuetos de todo lo que estaba recopilando.

No cantó una sílaba en pascuense hasta que los viejos de la isla estuvieron conformes con su acento y la pureza y corrección de las letras. En ese sentido, la investigación de Margot de Isla de Pascua es de un valor antropológico invaluable, pues se contactó con una generación de viejos pascuenses que transmitieron a través del trabajo de Margot las canciones ancestrales (muchas a capela, sin el ukele moderno) de toda una generación que ya no existe. El conjunto Palomares sin duda uno de los grupos que mejor rescata en escenario todo el legado ancestral de la música y bailes de Isla de Pascua. Pocos saben que el SauSau y el Tamuré son canciones que existen ampliamente en el ideario chileno gracias a ella.

Recuerdo cuando nos contó cómo recopiló la historia de un tocador de la piedra-tambor que consistía en un hoyo enorme, donde se metía el pascuense-cultor a saltar en una roca ubicada al fondo. Margot se paró de su asiento, e imitó la voz de quien le transmitió el ritual, con una voz cavernosa que nos hizo reír hasta el tuétano. “¡Margó, se paraba el humbre, y zapateaba la pieira! ¡Y sonaba bum, bum bum!”, y Margot hacía el “bum bumbum” con sus mejillas hinchadas de aire, los brazos abanicados en una gran curva hacia los costados, con las rodillas flexionadas, gritando con voz profunda, “bum bumbum”. Un sentido del humor que aún me hace reír escribiendo estas líneas.

El ukelele me lo enseñó con mucha paciencia, prestándome su propio instrumento. En guitarra hacía los ritmos de Isla de Pascua de forma excelente, y me transmitió el peso de la mano, la posición de los dedos, y la cadencia directamente de lo que ella aprendió con tanto cariño en su amada isla. Era muy detallista en todas sus lecciones, para asegurar la mantención de forma y estilo.

Pronto comencé a ampliar mi propia búsqueda de instrumentos, estimulado por Margot Loyola. Luego vino la quena, la zampoña, el charango, el tiple. La maestra Margot me dio una base sólida de músico, y me abrió el alma a una búsqueda constante de nuevos instrumentos que siempre me ha acompañado.

La misma aproximación de extremo respeto por la fuente y su ritual ancestral la tuvo Margot con la cultura mapuche. Recuerdo haberle escuchado muchas veces explicar, cuando practicaba frente a nosotros algunos de los cantos de Machi que heredó de ellas mismas (a las que amaba profundamente), que no ejerció esas piezas en escenario sino hasta que las artistas y curanderas originales estuvieron conformes con su mapudungun.

Margot nunca cantó nada que no contara con la venia de las Machis que le enseñaron. La fuerza sanadora y de otras fuerzas invocadas en los Machitún y otras ceremonias de los Mapuche eran extremadamente importantes para Margot, y ella tocaba su propio Kultrún, también ritualizado por sus comadres mapuches, con sus símbolos misteriosos en su interior.

No puedo describir, y lo guardaré en el fondo de mi corazón hasta el final de mis días, la vibración que sentía en el cuerpo cuando Margot practicaba esos cantos milenarios, muchos de sanación y expulsión de malos espíritus, en su casa o en la sala de ensayo frente a los privilegiados alumnos que la rodeábamos en ese momento. Es sin duda uno de los hechos artísticos y ancestrales más conmovedores que me ha tocado presenciar como artista.

Su comadre Violeta

Una vez nos contó el proceso dramático por el que pasó en el momento en que falleció Violeta Parra. La llamaba su “comadre”, que en Chile es una palabra de mucha profundidad en la unión entre mujeres amigas, en este caso, las mujeres más fundamentales de la historia artística de Chile junto a Gabriela Mistral. Recuerdo que bajó el tono de voz, y una sombra de pena asomó en su rostro. Esto es significativo, pues no recuerdo ningún momento de negatividad que aflorara de los labios de Margot. Nos contó que estaba recopilando en el norte de Chile, en algún lugar en medio de la pampa. Y se encontró con Violeta en sueños esa noche fatal. Venía a verla la comadre. A la siguiente mañana se enteró de su suicidio. Margot está convencida de que la propia Violeta vino a despedirse de ella en sueños…

Déjenme describir como era su casa en la época en que me tocó ser su alumno. Primero, era el silencio y la paz que se respiraba, pese a encontrarse en una zona semi-residencial y comercial de Santiago, como es Ñuñoa, cerca del Estadio Nacional. Era pequeña, aunque llena de vericuetos. Tenía una colección bellísima de arte indígena de Chile y del mundo en sus muros.

Recuerdo esculturas de madera, pinturas, objetos de plumas, arpilleras. Muchos libros. Muchas guitarras, muchos instrumentos. Ella era generosísima con sus guitarras. Nunca tuvo problema en compartir todas sus guitarras conmigo y los otros músicos. Una especialmente era bellísima, liviana como una pluma, olorosa a madera española, con textura de corcho, media rojiza, de una sonoridad bellísima. La fineza de ese instrumento no impedía que la confiara a sus alumnos.

También tenía una jaulita con canarios de colores, a los que les hablaba con mucho cariño. Sus canticos era lo único que rompía la paz de su casa. Y por supuesto la música. Tenía un piano vertical, donde a veces nos tocaba canciones de salón o de medio pelo, como se llaman a las tonadas de época colonial de los viejos salones de tertulia de un Santiago del siglo XIX.

Pocos saben que Margot era una excelente pianista. Recuerdo que una vez me llevó a la casa de don Nano Núñez, avezado pianista y cultor de la cueca chora, ya fallecido. Nos presentó, y pasamos una tarde bellísima escuchando su estilo de cueca al piano, y sus clases de técnica de acompañamiento con dos cucharas de la cueca urbana que él cultivó por décadas.

Margot atendía al visitante con té, típico de Chile, y panecillos, en tiestos de greda y de madera. Toda su casa era una muestra vibrante de colores y fibras de la tierra, con ponchos mapuches y aymaras como manteles. Estoy seguro que todos los materiales naturales de los que se rodeaba le ayudaban a mantenerse conectada con su querido campo y sus cantores.

Despedida

Querida Margot, querida maestra, la pena me carcome en estos momentos. Me enteré en tierras lejanas de tu fallecimiento físico, en una carretera a oscuras entre New York, New Jersey y Maryland. Brindé por ti con un par de lágrimas de agradecimiento, a la vera del camino, por haber aceptado a ese joven marginal que salió de la Villa Francia, tan pobre y tan precario para llegar al living de tu casa tan bella, con tu lección de humildad y modestia que nos dejaba tan desnudos a todos nosotros con nuestra pequeñez e ignorancia.

Maestra Margot, se me va el alma en darte las gracias por tu mano generosa, tu solidaridad de compañera comprometida con la vida y el arte de tus humildes alumnos. Margot, sin saberlo (¿o lo sabías?) te convertiste en una pieza fundamental del engranaje que me salvó de la infamia de la pobreza. Después vendría la universidad, Chile y el mundo, y sin tu apoyo de maestra, mi vida hubiera sido, sin duda, un poco más difícil.

Maestra, me prestaste tu guitarra cuando yo no tenía ni donde caerme muerto, compartiste tu mesa, tu mundo con ese joven que poco a poco fue llenándose de tu generosidad tan ancha como los prados de tu Linares amado. La fortaleza cuequera que le diste a mi brazo me ha acompañado desde siempre, querida Maestra Margot Loyola, como músico, como padre, como académico, como trovador. Gracias por tu apoyo, simple y desinteresado, inspirador y generoso, como tus propios maestros: los humildes campesinos e indígenas de Chile.

¡Margot Loyola, cantora de la chilenidad profunda! ¡Hasta siempre, maestra adorada!

Patricio Zamorano es periodista, académico y trovador residente en Estados Unidos. Fue alumno de Margot Loyola y miembro de su grupo musical Palomar, y posteriormente miembro del Conjunto Cuncumén, también fundado tras talleres de sus integrantes originales con Margot Loyola. Miembro de la Sociedad del Derecho de Autor, SCD.

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04 ago 2015

Semilla de libertad

Veintinueve años, soportado el peso de su conciencia, que cada día que pasaba era más  insoportable, hasta tal punto que el ex conscripto Fernando Guzmán, decide romper el “pacto de silencio”  y decir lo que tenía que decir.

Tanto tiempo pasó, para que la otra parte de la verdad oculta, se supiera. No se podía vivir o morir así, para  que el secreto obligado, quedara  encerrado en los cuarteles de adiestramiento.

El remordimiento lo hizo hablar nuevamente porque cuando contó su horrorosa versión de los trágicos hechos, no lo escucharon, la sentencia ya estaba dictada, el resto era remover la obscuridad.

Rodrigo Rojas, muere quemado y su compañera Carmen Gloria Quintana, conoce el infierno en carne propia. Su cuerpo  calcinado por el fuego era el único mudo testigo.

Ella fue milagrosamente  salvada, después de que fueron arrojados a una acequia, aún con vida, para que fallecieran lejos del fatal sitio de los crueles hechos, marcando con sangre las páginas negras de nuestra historia.

Ya nadie se quiere acordar lo pasado un 2 de julio de 1986. Hay que esconder la maldad humana, el mayor tiempo posible, para no enfrentar la justicia, esa justicia esquiva, que solo la reclaman, los padres de las víctimas para intentar morir en paz.

Han transcurridos casi tres décadas, de llantos, amarguras y frustraciones, pero al fin,  una luz divina, se abre como una  caja de pandora, donde la confesión es el descanso del alma,  de la esperanza casi  perdida.

La memoria vuelve a reclamar su lógico lugar. Entonces aquellos ciegos, sordos y mudos, hoy envueltos en la investidura  protectora del poder se atreven a pedir perdón en nombre de los sin nombres.

Los mismos que no fueron capaz de hacer nada, con muchos de los que aun gritan, en tumbas desconocidas,  los anónimos luchadores  del ideal perdido, hundidos en  el fango de las mentiras y el olvido cómplice.

El dictador enceguecido  por el poder absoluto, no soporta que germine la semilla de la libertad, aquella que llevamos  incrustada en el corazón de nuestro ser, de otra forma no seriamos personas, si no animales salvajes.

La orden es tirar a matar, hacer desaparecer, doblegar  atemorizar,  saben que el terror, es la única  arma  letal que poseen.

Entonces si no se disciplinan  con los “quemados”  se utilizaran nuevos escarmientos. Son los poseedores de las armas y están amparados por la impunidad. La represión militar se hace cada día más cruenta. La locura llega a su máxima expresión de brutalidad. Nadie está a salvo, sobre todo si es joven, la juventud siempre es un peligro latente para las dictaduras.

Ahora le toca el turno a otro insurgente, ese que con la palabra, mueve montañas, que en vez de la metralla, cuelga una cruz en su pecho con la imagen de Cristo,  para  convencer sin vencer a nadie.

El grito de unidad universitaria nace de la voz inocente del líder carismático, que predispone a todos los dirigentes, a un propósito único, terminar con la opresión del hermano contra el hermano.

Una dura  misión auto impuesta, difícil de concretar, pero no imposible. La decisión estaba tomada, había que terminar con la vergüenza  de ser esclavo, en su propio país.

No quería seguir viendo ni viviendo, como sus compañeros, eran detenidos, encarcelados, ferozmente torturados  o desaparecidos, sin dejar rastro alguno. Era el momento de enfrentarse con la verdad, para construir el futuro en libertad, con todos y para todos.

El acuerdo de un paro nacional,  fue el principio del fin, los esbirros de la CNI, lo seguían día y noche, hasta que la mano de hierro  lo hizo desaparecer, causando conmoción y mucho dolor en los círculos estudiantiles.

Mario Martínez Rodríguez, el dirigente universitario de la Usach, es raptado y arrojado al mar, en las playas de Santo Domingo, cuna de la Dina, el 6 de agosto de 1986, a un mes después de la carnicería de los valientes soldados de la patria.

Lo peor se supo después, el resto es parte de la historia conocida.

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04 ago 2015

El precio de la corrección política

Uno de los signos distintivos de estos tiempos es la corrección política. Todas las declaraciones, todas las acciones, todas las omisiones, se resuelven tomando como principal factor en consideración la intención de agradar al público, con un ojo puesto en las encuestas que miden el grado de respaldo a los distintos actores políticos y sobre todo, con un auténtico miedo a incomodar a una opinión pública cada vez más activa a la hora de manifestar su rechazo a las posturas que le resultan incómodas.

La última encuesta Adimark confirma que esa estrategia no está funcionando. Sea porque la corrección no ha sido suficiente o no se la considera necesaria, lo concreto es que no está funcionando el propósito de empatizar con el electorado.

Decirle a la gente lo que quiere escuchar puede ser peligroso si se la adopta como una táctica permanente. Una cosa es que las autoridades -de Gobierno o de oposición- atiendan las demandas ciudadanas y otra es que digan que sí a todo, sin acompañar la declaración con hechos y sin agregar ninguna razón que justifique su desempeño como representantes de la gente.

En este sentido, tampoco ayuda a recuperar la confianza ciudadana eludir los temas complicados porque son “políticamente incorrectos”. El deber del líder es precisamente dirigir y eso significa de manera inevitable tomar decisiones impopulares, en vez de abstenerse de actuar por temor a herir susceptibilidades de cualquier sector capaz de manifestar su rechazo en las redes sociales.

Hay que considerar al respecto que, en estos tiempos, prácticamente todos tienen la posibilidad de impulsar campañas críticas por Twitter o Facebook, de modo que hay que asumir esa situación como un dato más del escenario político, tal como ocurre con los estudios de opinión pública, pero sin darle más relevancia que la que tienen, que es exclusivamente registrar la evolución de las opiniones reinantes en la sociedad en momentos determinados.   Son datos, no imposiciones porque, por lo demás, las redes sociales tienden a criticar y rara vez contribuyen con propuestas.

Aunque las redes sociales son importantes, no son de manera necesaria la orientación que tomarán las personas al momento de concurrir a votar. El sufragio no se decide por el estado emocional del momento, sino pensando en el candidato/a que se perciba como más capacitado para responder a los sentimientos y necesidades de la gente, incluyendo aquellas de las que las propias personas no son conscientes.

Sin embargo, el votante reconoce también como atributos la fortaleza de un liderazgo que es capaz de abstraerse de las emocionalidades momentáneas y puede ofrecer una visión de largo plazo sobre lo que requiere el país, sobreponiéndose a los cuestionamientos propios de la contingencia. Se favorece a quien demuestra tener un diagnóstico claro de los problemas y de las soluciones y que, al mismo tiempo, reconoce la realidad para adecuar sus propuestas a las condiciones objetivas del país.

Eso es lo que se llama habitualmente tener condiciones de estadista y es lo que permite pasar a la historia. Los burócratas que se dedican a administrar sin aportar al mejoramiento de las condiciones de vida de las personas raramente merecen monumentos.

Y esto se produce también en el plano cultural.  De tanto cuestionar los comentarios “políticamente incorrectos” se avanza hacia un país que limita las críticas que puedan ser motivo de malestar.  El ejercicio de la libertad de expresión requiere un campo de libertad mayor que la corrección para que sirva de modo eficiente a los cambios sociales. Si sólo se acepta lo que no incomoda, la crítica pasa a ser servilismo del poder de turno.

El temor al rechazo produce parálisis. Naturalmente, a nadie le agrada ser centro de atención de la burla, pero hay que distinguir entre el bullying y la sanción judicial objetiva por los eventuales delitos que se puedan cometer en el ejercicio de la libertad de expresión. El bullying es matonaje, no tiene racionalidad y se produce por sentimientos de antipatía.

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