06 oct 2015

Apoyar la paz con todo

La Cámara de Diputados acordó de manera transversal, mediante un proyecto de resolución, valorar “el enorme esfuerzo que está llevando a cabo el presidente de Colombia Juan Manuel Santos y el Jefe de las FARC, Timoleón Jiménez”.

Es valorable lo ocurrido, porque abre espacio y acoge un importante acuerdo que da un respiro a nuestros pueblos hermanos azotados por la desgracia de una prolongada guerra.

Lo significativo es que el Presidente colombiano, Juan Manuel Santos, quien no es precisamente un representante de la izquierda, sino que todo lo contrario, pues mantiene vínculos con empresarios y transnacionales, terratenientes, fuerzas militares y de seguridad, firma a nombre del Estado un acuerdo con el jefe de la principal guerrilla del país.

¿Puede un actor político rechazar este acuerdo, señalarla como “derrota para la democracia” y a la vez reivindicar que esta manifestación se realiza desde una posición de “centro” o “moderada”? Difícilmente, lo que en una opinión de este tipo se observa es un actuar claramente “ultra”.

Es así como tenemos que el diario La Tercera, en su editorial del pasado 1 de octubre, cae en una actitud absolutamente destemplada. Si esa nota se hubiera publicado en Colombia, habría significado el rompimiento de la mesa, el quiebre de los acuerdos y la confrontación más aguda entre el Estado y la guerrilla. ¿Quién puede quedar contento o esperar un resultado así? Ciertamente nadie.

Este importante acuerdo, además, implica una condición especial para nuestro país, ya que al igual que Venezuela somos países “acompañantes” en dicho esfuerzo junto a las naciones garantes de Cuba y Noruega. Considerando la situación política internacional de nuestro país, no es menor el rol que podemos jugar en sellar la paz definitiva para Colombia. Implica a su vez una clara vocación democrática y pacífica de nuestro país y nuestro pueblo.

Es una alegría que ante dichas situaciones y pese a editoriales que buscan enlodar el proceso de paz, nuestra Cámara de Diputados haya podido sustraerse al “ruido” que buscan introducir estos actores y saber reconocer la más dulce melodía, la de la paz para nuestros hermanos que reposa delicadamente en estos aún frágiles acuerdos.

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06 oct 2015

El “tapabocas” de BancoEstado: me matas o me muero

El bono de término de negociación o de conflicto (depende del lado que se mire), se creó y amplió a través del tiempo desde su origen  en el sector minero, donde se popularizó como “el tapabocas”, pues permite cerrar las negociaciones colectivas con un generoso monto parejo para todos los trabajadores, que se paga al contado, de inmediato.

Tiene dos ventajas obvias: como la mayoría de los asalariados tiene un salario modesto, se asegura la aprobación en la asamblea en que debe aceptarse el término de la negociación y tiene la simpatía de asalariados endeudados, que cuentan con este beneficio contra el cual han girado por anticipado desde el término de la negociación previa o bien les permite adquirir algún bien durable sin créditos o pagar el pie en forma ventajosa.

En las grandes mineras los montos son altos. En CODELCO, los sindicatos de trabajadores obtuvieron en 2014 en El Teniente, $17,5 millones; en Ministro Hales, $14,6 millones; en Gabriela Mistral, $12,5 millones y en la Casa Matriz, $7,2 millones; los sindicatos de supervisores recibieron montos superiores.. En las otras grandes mineras los montos son similares o mayores.

El “tapabocas” del BancoEstado alcanzó a $6,3 millones y generó un escándalo generalizado, terminando con la renuncia de su Presidente, tomando en consideración que la cifra se considera alejada de los ingresos de la gran mayoría de los trabajadores chilenos y se alega que se financiará con parte de las utilidades de la entidad, que serían ingresos fiscales por la vía de impuestos o reaparto de los excedentes.

Sin embargo, el dilema que se enfrentaba era imposible, un bono escandaloso o una huelga que podía crear un caos en el sistema financiero.Recuerda el poema de Rubén Darío:

“A un cruzado caballero,

garrido y noble garzón,

en el palenque guerrero

le clavaron un acero”, y termina así,

“si me lo quitas, me muero; si me lo dejas, me mata”. Así ocurrió.

El problema que no se ha discutido es que la práctica del “tapabocas” se ha extendido por las grandes empresas y presenta serios inconvenientes para tener negociaciones colectivas sanas y convenientes para las partes, por lo cual debería ser considerado en la ley en actual debate en el Congreso, dictando normas que lo regulen.

Desde el punto de vista del empresario, el bono tiene ventajas claras. En primer lugar, evita que se incremente la planilla completa de remuneraciones, quedan estables hasta la próxima negociación colectiva y no distorsiona la estructura de los salarios, lo que ocurre cuando se centra la conversación en los incrementos por estamentos. Además, deja escasos asuntos pendientes para el futuro.

Sin embargo, si se quiere favorecer las relaciones entre las partes, se aleja de ese objetivo pues la atención se desvía de los asuntos de largo plazo, pasa a ser “pan para hoy y hambre para mañana”, es una suerte de narcótico, que no favorece el diálogo continuo que debe existir entre la parte empresarial y la laboral. Además, evita que se negocien otros beneficios más permanentes, que pasan a tener menos prioridad.

Por otra parte, contribuye a que se ofrezcan pocos estímulos a los trabajadores más especializados y de mayores remuneraciones. Por lo tanto, concentra la preocupación del personal en un beneficio que, por definición, es ocasional, por lo cual no favorece la constitución de sindicatos que puedan equilibrar el poder patronal, que es uno de los objetivos del proyecto de ley que regula la negociación colectiva.

El “tapabocas” del BancoEstado ha generado fuertes críticas de los gremios representativos de las grandes empresas y los partidos políticos de oposición, señalando que es un ejemplo de lo que acontecería si se aprueba el proyecto de ley sobre negociación colectiva, en circunstancias que se utilizó la legislación actual, no las normas futuras.

Se ha llegado al extremo de señalar que los sindicatos tendrían un poder monopólico que les permitirían imponer condiciones a los empresarios, con lo cual habría un desequilibrio entre las partes, afectando la rentabilidad, hasta el extremo que llevaría a muchas empresas a la quiebra.

Esto sólo podría ocurrir si los dirigentes sindicales tuvieran tan escaso conocimiento de la empresa en que trabajan que pudieran ponerla en riesgo, en circunstancias que uno de los objetivos del proyecto de ley es favorecer la información sobre los aspectos centrales de la empresa, de manera de hacerlos partícipes de asuntos de mutuo interés.

Suponer que los trabajadores podrían arriesgar la existencia de la firma por acciones irresponsables en una negociación colectiva, solo refleja irracionalidad, pues nadie desea perder su fuente laboral.

Las críticas efectuadas a este caso, en definitiva muestran que no aceptan la existencia de sindicatos fuertes, como el que ha existido históricamente en el BancoEstado, que representa a más del 98% del personal, sin aceptar que ha sido parte de los logros de la empresa que atiende exitosamente a los sectores populares, los lugares apartados, la mayoría de los microempresarios del país y una labor conjunta notable con los pequeños comerciantes en sus “cajas vecinas”.

Además, el banco no ha tenido pérdidas ni en las peores crisis financiaras de Chile y contribuye a la caja fiscal con el pago de impuestos y reparto de dividendos.

La creciente importancia que ha adquirido la práctica del “tapabocas” hace conveniente que en el proyecto de ley que se elabora en el Parlamento, se agregaran algunas normas que permitan regularlos, de manera que no sea el elemento principal de rige la negociación colectiva, sino la búsqueda asociativa de mejores condiciones de trabajo, que permitan elevar la productividad de la empresa en beneficio de ambas partes y no “juegos de suma cero”, como ocurre con frecuencia.

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06 oct 2015

La edad del Pavo

No ha sido un año fácil para nuestro país, eso no lo podemos negar, pero pese a que he tratado de tener una actitud positiva ante las dificultades que hemos enfrentado, también he intentado encontrar una respuesta de la serie de hechos que ha ocurrido en este agitado 2015.

Pensando en una respuesta a mi interrogante, – y analizando lo bueno y lo malo- hay un factor que no puedo negar, nuestro país ha crecido, se ha desarrollado y se ha posicionado económicamente.

Al mencionar esto, no estoy pasando por alto los conocidos escándalos que han salido a la luz, sólo doy el pie para efectuar una  analogía entre los problemas que aquejan a todos durante nuestra etapa de crecimiento.

Al igual que los seres humanos,  durante su etapa de desarrollo los países van sufriendo una serie de transformaciones y se van enfrentando a diferentes tipos de problemas y claramente, las complicaciones  y las preocupaciones de un menor no son las mismas que tienen los adultos a diario.

Algo similar ocurre con el desarrollo de Chile, pues pese a tener un importante despegue se ha ido encontrando con problemáticas comunes de una economía  de mayor tamaño.

Pero vamos por paso para ir analizando en conjunto las similitudes que podemos encontrar entre el crecimiento de los humanos y el de los países.

Ningún país “nace” grande, todos pasamos por una metamorfosis física y psicológica  que nos permite finalmente ir forjando nuestra propia identidad, nuestros propios rasgos y aspectos que nos  distinguen  del resto.

En el periodo de niñez estamos conociendo el mundo, estamos adquiriendo nuestras primeras experiencias, manejando el lenguaje y adaptándonos a nuestro entorno. Quizás es la etapa más “fácil” de llevar, puesto que todo se va dando casi solo, de manera natural, pero a medida que pasa el tiempo, nos vamos enfrentando a otro tipo de situaciones.

Posterior a ello, pasamos por la adolescencia, etapa en la que se deja de ser un niño, pero sin haber alcanzado aún la madurez del adulto. Personalmente, creo que muchos integrantes de nuestro país se han estancado en esta etapa, sobre todo en lo que se conoce en aquel periodo entre la pubertad y la edad del pavo.

Usted se preguntará el por qué de mis palabras, y es que  siendo esta una fase en que las personalidades se caracterizan por ser un poco “difícil”, recuerdo que muchos de nuestros actores sociales tienen esta actitud últimamente.

Ahora, con respecto a nuestro país, al parecer la adolescencia es una de las etapas que más nos ha hecho sufrir,  ya que en cierto momento de nuestra historia nos hemos llenamos de “espinillas” que queríamos esconder, negar lo que nos estaba pasando, pero finalmente debemos entender que son cosas que deben ocurrir dentro del periodo de crecimiento, pues son un símbolo de cambio, de que estamos reaccionando al pasar del tiempo.

Con respecto a la juventud y la adultez , creo que  nos falta mucho para llegar a esta etapa, sobre todo en tiempos en que hemos vivido episodios que dejan mucho que desear, aunque quizás podría decir que tenemos ciertos aspectos que se viven durante la vejez,  sobre todo por la pérdida de memoria de ciertos personajes.

Pero dentro de todo, hay algo que no deja de preocuparme. Durante nuestro crecimiento  la mayoría de las personas tiene un cambio de conducta, en ocasiones favorables y en otras no.De acuerdo a esto, yo me pregunto si el pasar por alto la ética y los valores son características que van de la mano con el progreso de nuestro país, porque estas actitudes lamentablemente se han convertido en el factor común de actos efectuados por importantes representantes de reconocidas organizaciones.

Es lamentable reconocer que los diferentes actores  del sector social, político, empresarial, eclesiástico, etc. han ido dinamitando su pilar, debilitando la democracia producto de sus comportamientos, actos que debiesen ir de la mano con la ética al parecer están caminando solos, pues casos como el de La Polar, SQM, correos de altas autoridades de la Iglesia, viajes inoportunos, financiamiento político o información privilegiada hacen que vuelva a caer en la interrogante ¿qué nos está pasando?

Lo invito a responder la interrogante, yo por el momento creo que se debe trabajar arduamente por recuperar las confianzas, fomentar el diálogo e incentivar la participación ciudadana, pues son factores esenciales para el crecimiento de un país.

Quizás nos creemos demasiado adultos, pero hay aspectos que todavía están en pañales y hay muchos de nuestros protagonistas que durante este periodo al parecer se quedaron pegados en la edad del pavo, pues andan “mañosos”, buenos para pelear, no quieren dialogar y han adoptado un comportamiento que no nos hace ver como el país “maduro” que decimos ser.

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06 oct 2015

Pos desastres 2015: avances e improvisaciones

El seguimiento de la prensa de los desastres recientes (Atacama, Cabulco e Illapel) se ha diluido más rápido de lo esperado. ¿Habremos logrado ya un nivel de gestión adecuado que nos permita dejar que los tomadores de decisiones y responsables hagan su trabajo?

Es cierto que organismos como Naciones Unidas informan que Chile es un ejemplo a imitar: prácticamente no se caen los edificios y se producen relativamente bajas pérdidas en vidas humanas. Sin embargo, poner atención en el vaso medio vacío es hacerlo en los más afectados por este tipo de eventos, la población más vulnerable. Sobre ello tenemos aún mucho que mejorar.

Evaluación del impacto y costo de los desastres.

Los datos cuantitativos con los cuales se describen los desastres continúan concentrándose en viviendas destruidas, puentes inutilizados, etc. No evaluamos aún el daño en horas de psiquiatras, médicos y sicólogos, en ausentismo laboral y educativo. Tampoco se evalúa la pérdida de patrimonio urbano y rural construido, de forma diferenciada.

Hace más de 80 años venimos discutiendo que las construcciones de adobe son vulnerables a los terremotos, salvo las que se encuentran bien construidas, diseñadas y, por sobre todo, con buena mantención. Como parte de las medidas preliminares a un sismo, los gobiernos locales podrían preparar con anticipación, catastros y planes de acción para prevenir daños mayores en sus ciudades y localidades con recursos provenientes de alianzas públicas y privadas para preservar ese patrimonio, fortalecer las construcciones existentes y enfrentar bien el próximo terremoto.

Tsunamis.

Los hechos demuestran que  seguimos improvisando en asuntos de preparación ante los tsunamis. La web del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada, SHOA, apenas informa al público de algunos mapas de inundación, y ellos corresponden a criterios que no se precisan. Un habitante de Tongoy, por ejemplo, no encuentra, si ingresa a la página del SHOA, el mapa de inundación de su localidad.

Los instrumentos de ordenación territorial al servicio de la prevención y reconstrucción.

En el centro del problema sigue presente un Estado, reducido en su accionar que enfrenta grandes trabas para poder regular y planificar el territorio. La carencia de instrumentos de planificación actualizados impide incorporar aprendizajes y nuevos saberes en la prevención de riesgos socionaturales.

Por ejemplo, el plano regulador de Tongoy es del año 1988. Es evidente que en 25 años esa localidad se transformó radicalmente. Y este no es un caso aislado en el país donde la mayoría de los planes reguladores se encuentran obsoletos.

En este escenario, no solo no se incorporan recientemente, mapas de riesgos a la planificación sino que tampoco se cuenta con herramientas que eviten la depredación inmobiliaria que ven en este tipo de calamidades una oportunidad más para lucrar.

Basta constatar lo que ocurrió con el centro de Talca pos terremoto 2010 en que hubo una expulsión de sus residentes hacia áreas periféricas. Ello, por ejemplo, no ocurrió para el terremoto de 1985 en Ciudad de México, gracias a que los residentes del centro en base a protestas y luchas ciudadanas exigieron que el Estado les diera un alojamiento digno en esas mismas áreas.

Entonces ¿debemos hacer lo mismo en nuestras ciudades y pueblos cuando el Estado y su institucionalidad, deja expulsar- por omisión o desidia-  a los habitantes en áreas de buena ubicación para dejar que opere el mercado y así mueva la economía?

Si bien hemos experimentado algunos avances en los sistemas de alerta temprana y oportuna evacuación frente a tsunamis o el incremento en la calidad de las viviendas de emergencia, aún debemos demandar una institucionalidad profesional, que no deje el arbitrio del gobierno de turno la suerte de los más vulnerables luego de un desastre natural.

En este sentido, se puede citar la paradoja respecto a los   alojamientos temporales para atender a la gente que ha perdido sus viviendas por el último terremoto en la Región de Coquimbo; por una parte se pretende superar la histórica mediagua, pero el incremento de su calidad responde a la urgencia del cálculo rápido, “a la chilena”, los nuevos estándares (resistencia a los cambios de temperatura, fuego, viento, terremotos, superficie) no están garantizados.

La reconstrucción para los desastres 2015 recién se inicia, es necesario mantener la atención sobre ellos, de forma de criticar, participar en propuestas, sumar nuevos aprendizajes y trabajar en conjunto como país para superar estos eventos de recurrencia permanente.

Co autor, Ricardo Tapia, Instituto de la Vivienda- INVI Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Universidad de Chile.

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05 oct 2015

Aborto, tortura, muerte y desaparición

“Aborto es tortura, muerte y  desaparición”. Esto decía un enorme cartel que apareció en la ruta 68 con una foto de personas detenidas en el Estadio Nacional. No puedo quedar en silencio frente a esta frase que induce a graves confusiones, al hacerse una interpretación equivocada del derecho internacional de los derechos humanos.

Las gravísimas violaciones de derechos humanos cometidas durante la dictadura chilena, son una herida aún abierta en nuestra historia reciente. Decenas de miles de personas fueron torturadas, desaparecidas y asesinadas por una razón principal: porque tenían convicciones diferentes a las de quienes en ese momento definían las reglas.

Todos los organismos internacionales en materia de derechos humanos fueron clarísimos en su condena a estos hechos y en la responsabilidad del Estado de Chile en asegurar verdad, justicia y reparación a las víctimas, por haber violado sus derechos básicos como la vida, la salud y a no ser sometido a torturas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.

La comparación que hace la organización que está detrás del cartel con la realidad del aborto en Chile es extremadamente peligrosa. La memoria de las víctimas y sus familiares no debe jamás trivializarse y, en mi opinión, es a lo menos una falta de respeto utilizarla para campañas en temas no relacionados con su historia y que no necesariamente cuentan con su apoyo.

Sin embargo, si pese a todo hacemos comparaciones, entonces debemos identificar adecuadamente dónde están las violaciones de derechos humanos que ocurren en la actualidad debido a la criminalización total del aborto.

Para ello, lo que debemos mirar es a las mujeres que mueren o quedan irreparablemente dañadas a causa de abortos inseguros, las mujeres que deben enfrentar juicios criminales tras haber abortado, las mujeres que se ven obligadas (sin que nadie les pregunte su opinión) a continuar con un embarazo aun cuando está en riesgo su vida o su salud, cuando sabe que el feto es inviable, cuando ha quedado embarazada a causa de una violación.

Como lo ha denunciado, entre otras, Amnistía Internacional, el Estado es responsable de esas muertes, de esos daños a la salud, de la tortura que significa para esa mujer o niña continuar su embarazo contra su voluntad en circunstancias así de extremas.

Y todo ello por la misma razón principal: porque la mujer que quiere abortar tiene una convicción diferente de las convicciones personales de quienes han legislado en Chile. Los mismos organismos de derechos humanos han sido clarísimos en exigirle a Chile una modificación legal, insistiendo en que la criminalización total del aborto es contraria a los derechos humanos de las mujeres.

Por supuesto que el Estado también debe protección al que está por nacer, y así lo reconoce la Convención Americana de Derechos Humanos y nuestra Constitución. Pero la propia Corte Interamericana de Derechos Humanos ha señalado que esta protección no es absoluta, sino que “gradual e incremental según su desarrollo” lo cual “implica entender la procedencia de excepciones a la regla general”, para asegurar que esta protección no permita “justificar la negación total de otros derechos” (fallo en caso Artavia Murillo y otros vs. Costa Rica, sentencia de 28 de noviembre de 2012).

Y esto es justamente lo que sucede con la criminalización total del aborto. Al no admitir excepciones, el Estado le está negando a las mujeres protección para los mismos derechos básicos antes mencionados: su vida, su salud, no ser sometida a tortura o tratos crueles, inhumanos o degradantes.

Y esas son violaciones de derechos humanos por las cuales el Estado de Chile es hoy responsable.

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05 oct 2015

El Triunfo del NO

El amanecer del 5 de octubre de 1988 fue distinto, desde muy temprano los voluntarios de esta heroica  gesta cívica, respondieron al llamado que hicieron los líderes de la  Concertación.

Atrás quedaban por algunas horas los diecisiete años de horror y terror, que nos había  sumido la atroz dictadura del general Pinochet. Su apuesta fue ganar el plebiscito para perpetuarse  veinticinco  años con  el poder total.

El proceso electoral no estuvo exento de problemas, por el intervencionismo descarado que ejerció el oficialismo durante  la desigual campaña; con todo las mesas de sufragio se constituyeron  de Arica a Magallanes, desde  temprana  hora de la de la mañana.

Los comunicados de prensa emitidos por el sub-secretario del Interior Alberto Cardemil, hasta último minuto  eran adverso a la opción del “NO”  causando una intranquilidad enorme .  El gobierno una vez más falseaba deliberadamente los resultados, toda vez que los cómputos manejados por el comando nacional de la oposición democrática, decían todo lo contrario.

El Dictador hizo lo imposible,  para revertir el mandato del pueblo, convocó a su despacho a los miembros de la Junta Militar, con la finalidad que  le firmaran un decreto, entregándole todos los poderes absolutos a su persona, para seguir gobernando por ocho años más.

La historia fidedigna consiga que fue el comandante en jefe de la Fuerza Aérea,  general Matthei, al concurrir  esa noche al Palacio de la Moneda lo primero que declaró,  fue reconocer públicamente que el “SI” había perdido  irremediablemente, por lo tanto no había nada que celebrar.

Simplemente había que aceptar el veredicto de las urnas, someterse a la voluntad popular,  y proceder a llamar a elecciones presidenciales en el transcurso de un año.

Patricio Aylwin gana, con el mayoritario apoyo ciudadano, dando comienzo a la famosa transición pactada, donde las leyes de amarre  dejadas por el régimen, dificultaban el proceso democratizador del la Nación.

Pinochet siguió  ejerciendo su poder  tras bambalinas, como comandante en jefe del ejército y posteriormente como senador designado. Un senado enclaustrado con un tercio de sus miembros elegidos a dedo.

De ahí la famosa frase de Aylwin, “democracia y justicia en la medida de lo posible”, al pedir perdón en nombre del  país cuando recibe el informe Regtting con los miles de casos de violaciones de derechos humanos, cometidos por los agentes de la DINA y CNI, durante los años que vivimos bajo la bota militar.

Para llegar a recuperar la democracia perdida, para transitar por ese largo y angosto túnel de incomprensión, para lograr acuerdos de entendimientos y de no enfrentamientos, para al fin unir a la gente en lo sustancial y no en lo  accesorio, pasaron 27 largos y dolorosos años,

En esas dos décadas y media, mucha sangre corrió por las anchas alamedas, innumerables cruces aumentaron en los cementerios de gente inocente y  tumbas con detenidos desaparecidos, que aun no se encuentran, reclaman desde el  más allá  por verdad y justicia.

Esta deuda no está saldada  con todos y todas los que lucharon con verdadera pasión  por días mejores,  aún queda tiempo para enmendar los rumbos equivocados. Los que dieron sus vidas  para legarnos la libertad, no merecen que lo defraudemos.

Chile no puede perder esta oportunidad de cambios legítimos y necesarios, ese fue el mandato popular. Las reformas  tienen que hacerse. Sirviendo al país y no sirviéndose descaradamente de él  como lamentablemente ha sucedido últimamente.

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05 oct 2015

Beneficios de la economía colaborativa

En el primer día Nacional del Medio Ambiente celebrado en Chile  son varios los temas que vale la pena destacar y discutir en el país: desde el reciclaje hasta la protección de áreas verdes. Pero  los que urge poner sobre la mesa tienen que ver con la contaminación y la congestión, tanto de la capital como del resto del país, lo cual se ha incrementado en los últimos años por el aumento de autos que están en la calle.

Para 2020, se estima que el número de vehículos en Chile podría llegar a los 6 millones. Hoy, son 3.781.001 automóviles de transporte particular los que circulan que se suman a casi 400 mil que no corresponden a esta categoría, según el Informe Anual de Medio Ambiente de 2014 realizado por el Instituto Nacional de Estadísticas.

De los particulares, el 41,5% está en la Región Metropolitana. Es por esto que es hoy cuando debemos sugerir alternativas para evitar el colapso al que podemos llegar en 5 años, ya que no solo estaríamos evitando un mal rato al enfrentarnos a una gran congestión vehicular, sino que  ayudaríamos a preservar nuestro ecosistema.

La economía compartida surge como una de las soluciones para evitar este daño al medio ambiente; distintas personas se asocian con otras para compartir bienes y serviciosy logran aumentar su eficiencia e impactar positivamente en ellos y su entorno. Para poder llevar a cabo este tipo de colaboración, llamado también sharing economy, es fundamental el uso de la tecnología.

Una forma para fomentar el uso eficiente de la oferta de autos, es lo que hacen las Empresas de Redes de Transporte. Con el desarrollo tecnológico, el masivo uso de smartphones, los pagos electrónicos que significa no depender del dinero en efectivo y el desarrollo de los GPS, estas empresas se enfocan en intermediar entre usuarios y quienes prestan servicios de transporte.

De esta manera, se establece una conexión entre la oferta y la demanda y se hace más fácil descongestionar las calles, lo que promueve una descontaminación medioambiental. Esto es lo que hacen distintas compañías, que se dedican a fomentar los viajes compartidos, también conocidos como ride  sharing. 

En mercados consolidados, donde aplicaciones de ride sharing funcionan hace ya varios años, los resultados son reveladores. En Chicago, por ejemplo, se estima que cada vez que un auto compartido sale a la calle son 20 los autos que dejan de hacerlo, lo cual tiene un evidente efecto positivo tanto en problemas de congestión como de descontaminación.

Por eso, es importante realzar el rol de la tecnología que, a través de conceptos como la economía compartida, nos ayuda a construir un lugar mejor para vivir, un mundo limpio, con menos congestión, pero lo más importante con conciencia del cuidado al medio ambiente y la biodiversidad. Es importante que hoy tomemos las decisiones que van a afectar a nuestro planeta en el futuro, y así encontrar soluciones que beneficien a todos los actores involucrados.

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05 oct 2015

El Clan

Pablo Trapero vuelve a contarnos acerca de  las brutalidades humanas y sociales que tan fácil se encuentran y habitan  en nuestra desangrada  Latinoamérica. Todas sus historias muestran las realidades más duras que todos saben que pasan, pero de las que no se habla casi nunca.

Él pone estas historias en imágenes conmovedoras, desgarradoras y crudas. Tanto en  sus anteriores filmes Mundo Grúa, El Bonaerense, Carancho, Elefante Blanco, Leonera, sus películas te sacuden, te salpican, te sumergen dentro del  tramado de sus historias, porque somos parte de ellas. Sus historias son nuestra historia, y revientan delante de nuestros ojos cuando estás en el cine.

No podría  decir, cuál de sus películas es la mejor, no cabe comparar a Trapero con Trapero, todas tienen su textura, su forma, su color, su rúbrica.

Nos relata este famoso episodio criminal ocurrido en la Argentina de la transición en los años 80. Previo a un trabajo profundo de investigación, el director  lleva a su elenco de actores a transformarse profundamente, en cuerpo, espíritu y psiquis para entregarnos  personajes conflictivos, laberínticos, claustrofóbicos, duros y áridos, pero atrozmente  reales. El nos muestra personas que podemos ser nosotros mismos cenando en familia, durmiendo en la casa, o un vecino barriendo la vereda, y  desde ahí Pablo Trapero se nutre para sacar toda la furia, la brutalidad, las bajezas a las que todo ser humano es capaz de llegar.

Para los que no conozcan la historia, esta nos cuenta lo sucedido en la provincia de Buenos Aires, donde un hombre que perteneció al aparato burocrático de las fuerzas de represión de la dictadura militar que gobernó entre 1976 y 1983, Arquímedes Puccio, encuentra en su oscuro oficio, una manera eficiente de llevar a cabo diferentes secuestros extorsivos, práctica que se extendió en el inicio de la democracia con el fin de obtener el  esquivo beneficio económico personal y familiar.

El film transita por momentos de fuerte realismo e impronta documental, Trapero ratifica su solidez narrativa con esta reconstrucción de la sórdida historia de una respetable familia de un barrio tradicional de Buenos Aires los que llevaban una doble vida impensada para sus vecinos. Precisamente, la confianza que despertaba la familia Puccio fue lo que les permitió hacer dinero con el secuestro y el asesinato  de muchos conocidos adinerados entre el final de la dictadura militar y los primeros años de la democracia.

El film expone el momento histórico para ubicarlo temporalmente, y coloca la lupa sobre la doble condición de este grupo que en micro escala demostró funcionar a imagen y semejanza  de la dictadura, con un permanente mecanismo de negación acerca de los males propios y una externa demostración de virtudes y religiosidades.

La doble faz entre la afectividad familiar y la oscuridad criminal es lo más perturbador a la hora de mostrar cómo funcionaba la familia Puccio dentro de las paredes de su residencia, mientras en el sótano o en el baño tenían a las víctimas secuestradas. La película nos muestra hasta qué punto era coherente la conducta esquizofrénica de todos los integrantes de esta familia. Por acción u omisión.

La vida cotidiana coexistía con el horror de los secuestros pero sin conectarse, como el que pone alto el volumen de la radio para no escuchar o mira hacia otro lado para no ver, porque ésa era la consigna que bajaba desde la autoridad del  Psicópata-padre-patrón interpretado magníficamente por Francella que compone brillantemente a un sujeto de dos caras, esgrimiendo una autoridad incuestionable. El frío manipulador coexiste con el páter familias que colabora en las tareas domésticas, escolares para luego redactar notas extorsivas en la soledad de su escritorio, donde luce su diploma universitario de contador.

La música cumple un rol atmosférico importante dentro del film. Al contrario de lo habitual y lo obvio, la banda sonora no intensifica sino que suaviza la tensión.Canciones ochenteras de Virus, Seru Girán o David Lee Roth, a la vez que estilizan el relato, lo vuelven menos denso y claustrofóbico.

Al respecto, la escena en que el hijo echa mano a un respirador de buzo, sintetiza la literal falta de aire  la permanente presión y dependencia paterna, porque aquí la fuerza del mal se descarga en el padre y muestra a su entorno bajo una inquietante y falsa victimización… ambiguos entre lo corrupto y lo corruptible.

La película tiene un innegable profesionalismo en todas sus áreas. Nos comparte la perturbación ante esa extraña mezcla de familia falsamente ejemplar y su siniestra mezcla de fama, respetabilidad, dinero, deshumanización y delincuencia.

Múltiples capas del relato que no siempre funcionan con la misma fluidez pero con una dimensión que va más allá del simple filme policial y trasciende la mera animación de un recorte periodístico de la crónica roja de hace 30 años.

Trapero vincula, expone, saca a la luz datos desconocidos para las nuevas generaciones y para ser rememorados por quienes atravesamos tiempos más oscuros a ambos lados de la cordillera. Pablo Trapero nos tiene acostumbrados a su cine, vamos a sufrir sus historias, nos van a provocar, y esta vez, volvió a hacerlo.

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05 oct 2015

La riqueza de nuestro país está en su diversidad

Muchos son los aspectos de nuestro país que nos sitúan ante el enorme desafío de la integración. En Chile existe una avasalladora segregación social, económica, cultural  y territorial, que en los hechos no hemos podido o no hemos querido superar exitosamente.

Tampoco se trata de desconocer lo que hemos crecido. A nivel internacional somos vistos como un país sólido estable y con crecimiento sostenido, sobresaliendo incluso entre nuestros vecinos del continente. Sin embargo, la realidad de la nación se basa en una enorme segregación social en la que el 1% de la población se lleva el 31% de lo producido por el trabajo de todos los  chilenos.

Ahora bien, si pensamos en la solución no podemos desconocer la realidad geográfica de Chile, donde las regiones han vivido la sistemática postergación a causa del peso que hemos otorgado a la Región Metropolitana, Santiago.

No podemos hablar de país, de nación, de chilenos y chilenas, si no estamos dispuestos a superar esta “uniformidad” mentirosa que ha desconocido la real riqueza que posee nuestro territorio y sus habitantes, la cual es su diversidad.

El centralismo ha causado un gran pesimismo en la gente que no vive en Santiago, y yo lo he sentido desde siempre. Sin embargo, no estoy dispuesto a naturalizar esta situación, cayendo en la resignación y en la invisibilización de este gran problema que tenemos en frente y que provoca descontento social y la imposibilidad de conseguir un crecimiento y desarrollo con cohesión y real sentido de pertenencia y patriotismo entre los habitantes de norte a sur.

Es importante, aclarar que el modelo de regionalización que nos rige actualmente fue impuesto por Pinochet, quien lo diseñó sobre la base de criterios geomilitares, en vez de sustentarse disciplinas geográficas, socio-antropológicas, culturales y económicas. Se trata, por tanto, de un modelo que no sólo carece de legitimidad, sino que además ha producido negativos efectos de centralismo e inequidad, lo cual ha impedido transformarnos en un país integrado.

Autores y estudiosos de las realidad regional de diversos países sostienen que para equilibrar o compensar los poderes centrales no queda otra cosa que crear regiones fuertes y poderosas.

Por ello, tenemos que visibilizar el problema, no acostumbrarnos a la realidad actual, no naturalizar los procedimientos y fórmulas que siendo sinceros no nos han servido, y que por tanto, tenemos que reformular, situándonos ya en otro paradigma.

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04 oct 2015

A propósito del 5 de octubre

Las fuerzas opositoras lograron derrotar a Pinochet, el 5 de Octubre de 1988, por que representaban en esas tan dramáticas y excepcionales circunstancias históricas, la “voluntad general” de la nación.

Los hechos determinaban por  su propio peso, para las orgánicas partidarias que entonces habían emergido desde el ostracismo de más de una década,  una especial situación de voceros del pueblo oprimido, aquel golpeado por los atropellos a sus derechos fundamentales, por abusos insensatos como los allanamientos masivos a las poblaciones y la represión en los asentamientos territoriales del mundo popular.

Asimismo, debían levantar las propuestas programáticas que fuesen adecuada respuesta a los requerimientos de esos mismos grupos sociales afectados por otros padecimientos: a través del plan laboral, de la privatización de la previsión y de la salud, de la municipalización de la Educación y otras herramientas de exclusión.

Esas fuerzas políticas democráticas de centro e izquierda, que iban creciendo y nutriéndose de la energía que surgía de la opción del NO, además, representaban la alternativa que  empalmaba más profunda y auténticamente con el interés nacional, el restablecimiento de un Estado de derecho democrático, la real y efectiva garantía que el país no continuaría siendo arrastrado a una confrontación de imprevisibles consecuencias para su futuro.

En definitiva, la única salida posible al agotamiento del régimen dictatorial, era reinstalar el imperio de la democracia, la justicia y la libertad, como demandaban millones de personas por todo Chile. Esa era la voluntad de la nación. Por eso, contra los pronósticos pesimistas o ideologizados, Pinochet fue derrotado en su propio terreno.

La realidad histórica le entregó a las fuerzas agrupadas en el Comando por el NO, esa singular e irrepetible responsabilidad. Hoy, algunos se empeñan en levantar el fantasma de supuestas negociaciones y pactos secretos con el objetivo de empañar, cuestionar o desmerecer lo que hicieron en esa encrucijada, esas organizaciones partidarias.Es un vano intento, ya que esa parte de nuestra historia no se puede desconocer.

Con diversos argumentos, existen opiniones que condenan el tipo de transición a la democracia que se forjó en el curso del proceso político que vivió Chile. De allí brota una verdadera aversión hacia la evolución de las diferentes coyunturas y acontecimientos que, luego, confluyeron en el triunfo del NO.

Para descalificar el proceso se injuria el valor de los millones de personas que con la fuerza de su decisión cívica le propinaron a Pinochet una derrota de la que no se pudo recuperar y se concluye negando su significado o creando la falsedad del “pacto secreto”, como si la voluntad ciudadana se hubiera movilizado por la habilidad conspirativa de un puñado de habilidosos “operadores” en la sombra. Hay pequeñez y mezquindad en esa sesgada mirada.

Además, aparte de mezquino, ese enfoque es absurdo, por que ese acierto histórico, la política del NO para el Plebiscito del 5 de octubre de 1988, no borra o elimina los errores o incapacidades que, en otras disyuntivas, esas mismas orgánicas, personas o liderazgos, pudiesen haber  tenido frente a distintos momentos o situaciones. No hay que mancillar la gesta del NO por debates de otras coyunturas, por otras decisiones o comportamientos.

Hoy es otro el escenario del país. Hay exigencias ineludibles para las fuerzas políticas, sacar adelante las reformas contra la desigualdad y liquidar los brotes de corrupción que han dañado severamente la propia legitimidad del ejercicio de la acción política.

En Chile y América Latina el sistema político está fuertemente permeado por la acción de grupos mafiosos y prácticas corruptas. Esa es hoy la principal amenaza al régimen democrático en reconstrucción. La fuerza del NO a Pinochet, demanda reponer una ética de servicio público, que encarne el afán de servir y no de usar con fines de enriquecimiento ilícito la política o los cargos públicos.

El Plebiscito del 5 de octubre debe alimentar la voluntad de avanzar para responder al desafío que hoy impone el interés nacional, porque esa gesta de la democracia y del país es una de las proezas más grandes de la historia de Chile como nación. A todos nos pertenece.

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