21 oct 2014

La contingencia cambia la agenda política

Sería inútil desconocer que el atentado del Metro cambió el escenario político. Es cierto que, aunque hay sospechosos que están siendo juzgados, eso no terminará con un temor ciudadano ya instalado. Sin embargo, lo más relevante es que hay mucha diferencia en temerle a algo desconocido a focalizar la atención pública en personas concretas con responsabilidad en los hechos investigados. Lo primero es tremendamente dañino para las instituciones. No hay país que esté libre de la existencia de grupos terroristas, pero que ellos se encubran por largo tiempo en el anonimato y la impunidad es doblemente perjudicial.

La captura de los inculpados es de una gran importancia, porque –antes de este acontecimiento- nos encontrábamos debatiendo confusamente sobre la existencia y pertinencia de los agentes encubiertos, cuando todavía no se sabía dónde era que tales agentes tenían que operar. Un debate tan abstracto no se condecía como la alarma ciudadana, tan amplia como difusa que se había generado, luego de una explosión que había dejado heridos.

Mientras más se polemizaba, menos pertinente parecía un debate artificial sobre el que se discurría en círculos viciosos, mientras el objeto prioritario de la alarma seguía, al perecer, impune y sin identificar.

Casi se podía afirmar que estábamos ante un caso de escapismo colectivo: todos sabían dónde estaba el problema pero se hablaba de otra cosa. De lo que se puede extraer una lección importante. Hay que estar atentos a no divorciar la preocupación ciudadana inmediata con los temas vigentes en el foro público. Bien puede que este caso puntual sea sintomático de lo que puede estar pasando de un modo más general.

Nos encontramos en plena implementación de un conjunto de reformas institucionales de amplias dimensiones. Obviamente un período tan fecundo de innovaciones concentra la atención del mundo político y particularmente del oficialismo.

Es más, a las autoridades de gobierno les encantaría ser evaluadas (a su debido momento) por la determinación que pusieron al tener que concretar los cambios comprometidos en el programa.La mirada se pone, pues, en los resultados a largo plazo que se consiguen al aprobar los proyectos de ley más significativos. Sin embargo, aquí se nos puede producir una disociación malsana entre lo importante y lo urgente.

El explosivo detonado en el Metro puso un acento dramático en atender los problemas acuciantes del presente inmediato. El gobierno que más se ha preocupado por dejar un legado permanente de cambios institucionales, se ve impelido a concentrar su atención en la coyuntura más próxima.

La razón es obvia. Mientras las reformas son aprobadas ahora, pero sus efectos se harán visibles en un buen tiempo más (particularmente en educación), no ocurre lo mismo con la gestión regular de gobierno.

Ya dijimos que al gobierno le encantaría que lo evaluaron por su punto de llegada, por cómo dejará el país una vez que su programa se despliegue a cabalidad. Pero esto sería pedir demasiado. La administración Bachelet va a ser juzgada, al término de su mandato, mucho más por las políticas públicas de mayor impacto sobre la ciudadanía que por el destino de las reformas estructurales.

Sería un grave error hacer un sinónimo de cumplimiento de programa con respaldo ciudadano mayoritario. Se puede implementar lo primero sin mantener lo segundo. El apoyo popular no es un dato sino que una conquista a mantener. Faltando sintonía con el sentir popular, no hay posibilidad de sortear las trampas de la autocomplacencia.

Por eso hay que estar atentos a los cambios de escenario. Mejor todavía si se pueden prever los cursos de acción más probables en el futuro cercano, evitando los tropiezos a los que nos condena la mantención de la inercia.

La capacidad de adaptación a circunstancias cambiantes es clave para continuar liderando la conducción política. Y lo que hay que anticipar a tiempo es el aumento generalizado de las dificultades de todo tipo para el oficialismo. Es tan evidente la mala racha en la que empezamos a adentrarnos, que nadie pretende negarla. En cambio, lo que está de moda (ante lo inevitable) es anticipar que la tormenta pasará pronto, que las dificultades serán de corta duración y que estaremos mucho mejor en el 2015.

Esto es lo mismo que convertir una declaración de buenos augurios en un escenario esperado y probable. La verdad es que un país sabe perfectamente cuando empieza un período de dificultades, pero nunca sabe por anticipado cuando termina.

No se trata de cambiar la presentación de primeros y segundos planos por algún tipo de presión por parte de la derecha, sino por consideración a la propia base de apoyo. Tiene que ver con los propios, no con los ajemos.

Se ha de escoger que es aquello que se pone a la palestra. También tiene que ver con la atención preferente y el tipo de acción que se necesita dedicación  privilegiada. Cuando lo que más destaca es sacar las reformas adelante (etapa que ya empieza a tener logros definitivos), lo fundamental es la relación entre parlamentarios y Ejecutivo, así como la capacidad de negociación política.

Cuando lo que hay que destacar son las políticas públicas, entonces lo que más destaca es la capacidad de gestión y la necesaria coordinación de gobierno para descentrabar posibles diferencias entre ministerios. Por eso se puede decir que la contingencia ha cambiado la agenda política.

La gente obviamente se guía mucho más por las decisiones que afectan su vida cotidiana que por expectativas futuras, con mayor razón cuando el crecimiento económico se ralentiza por un tiempo que se experimentará como muy largo. Lo que suceda en seguridad ciudadana, salud, empleo, obras públicas, transporte y vivienda determinará por completo la actitud política de las personas y el respaldo ciudadano al oficialismo.

De modo que el gobierno debe reorientarse; lo sabe perfectamente y a eso responde en lo central las directrices del Presupuesto que presentó para el año 2015. No es que deba replantearse el programa o que se quiera renunciar a alguna meta importante. Lo que cambia en el posicionamiento en primer plano de los temas.

Si no se toma en cuenta la priorización ciudadana de aspectos a relevar, se corre el riesgo de enfatizar una agenda oficial desacoplada de los problemas nacionales, tal cual la mayoría lo vive a diario.

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21 oct 2014

¡Basta de maltrato infantil!

El concepto de “maltrato infantil” representa una realidad latente, compleja y difícil de definir.No sólo tiene que ver con maltrato físico: es en realidad un flagelo que se expresa de forma sistémica, que implica insatisfacción de necesidades básicas, vulneraciones de derechos y, sobre todo, refleja el lado más despreciable de un país que se jacta de la cordialidad y afecto de su gente.

Como chilenos y chilenas nos enorgullecemos del valor primario que le damos a la familia y al cuidado de nuestros niños y niñas, pero, simultáneamente, muchos de ellos sufren día a día la violencia y maltrato que nos dejan en evidencia como sociedad.

Nos indignamos frente a hechos como los ocurridos recientemente en el Hospital Van Buren, donde una paramédico silenció a un lactante de tres meses poniendo una cinta adhesiva en su boca, (además, la funcionaria recibió una nueva denuncia por haber provocado lesiones y amarrado a otro bebé anteriormente en el mismo recinto), pero seguimos permitiendo que situaciones similares se repitan periódicamente.

Es esa misma sociedad que se rasga las vestiduras y recién se viene a enterar, cuando hay un caso de violencia y vulneración de derechos de esta magnitud, que en el mencionado hospital sea una práctica habitual amarrar a los lactantes de pies y manos a las cunas (razonable sería preguntarse cuántos centros de salud más tienen esta costumbre en Chile), para que así se tranquilicen y dejen de llorar, aduciendo a que forma parte de la “ética del hospital”.

Los actos de la auxiliar Tamara Zamorano Vásquez no hacen más que evidenciar, de forma brutal, una sociedad permisiva con el maltrato infantil, que aún no es capaz de posicionar de manera categórica e integral la protección de los derechos de niños, niñas y adolescentes, como un elemento distintivo de nuestra idiosincrasia.

Según estudios de la Unicef, el 71% de los niños/as en Chile sufre algún tipo de maltrato, ya sea dentro de su hogar o fuera de el.Esta cifra, a pesar de haber ido decreciendo en los últimos años, resulta pavorosa.

El Sename, entes jurídicos, organismos públicos y privados vinculados a temas de infancia, seguimos luchando por la prevención y/o castigode delitos de esta índole, pero necesitamos el apoyo de todos/as: Estado y ciudadanía. Mucho peor que la venda para amordazar un bebé, es la que no nos deja ver estos hechos a tiempo.

Desde el Servicio Nacional de Menores hacemos un llamado a denunciar el maltrato infantil, a través del fono 800 730 800. La violencia contra niños y niñas es una conducta que se puede evitar, pero sin su ayuda, tan sólo queda lamentarla y enfocarnos en la reparación de las víctimas.

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21 oct 2014

Política fronteriza o política vecinal

La integración vertical del subcontinente es un proceso en marcha desde la creación del Pacto Andino en 1969. En estos tiempos, Mercosur en el Atlántico y la Alianza del Pacífico son representaciones de esta realidad. Ahora corresponde a la integración horizontal y las rutas bioceánicas son el signo de esta realidad emergente.

La integración vertical se corresponde con el asentamiento  en la orillas de los océanos como ha sido la tónica en América del Sur, dejando el interior del territorio en la postergación y el atraso.

Si aspiramos a convertirnos en una singular región del mundo, debemos encarar esta falta de visión del entorno país y contribuir como nación a ese propósito.

La integración horizontal de la región requiere pasar de la geopolítica de la guerra y la defensa hacia la geoeconomía del intercambio y la integración. Dicho de otra manera, la globalización y la conexión de infraestructura internacional permiten desarrollar las zonas interiores de los países, a través de carreteras interoceánicas.

A la década pasada se le denominó “Ejes de Integración y Desarrollo”, donde además de la conectividad, se incluyen las potencialidades productivas que dan valor agregado a la complementariedad subregional.

Estas vías unen horizontalmente extensos territorios de América del Sur y las autoridades subnacionales de los mismos tenían grandes esperanzas en este nuevo enfoque. Algunos de estos gobiernos han tomado hace años la iniciativa, pero al no contar con la suficiente ayuda de sus gobiernos centrales el proceso se estancó.

Es lo que sucedió con el occidente argentino, el suroeste boliviano, el suroeste de Brasil y los puertos del norte grande chileno, donde Antofagasta en su puerto emblemático.ZICOSUR es una zona creada y compuesta por entidades subnacionales que buscan integrar el centro oeste de América del Sur.

Las actividades productivas en estos territorios son crecientemente atraídas por las dinámicas economías del entorno del Océano pacífico, donde los puertos y los servicios chilenos son claves.En su momento se llegó a vislumbrar la vocación de Chile como una plataforma de servicios para el intercambio con Asia-Pacífico. Según esta visión el socio estratégico de Chile es Argentina y presumiblemente Bolivia.

Y la iniciativa tuvo tanto éxito que a poco andar colapsó la principal ruta terrestre que une Chile y Argentina a través del túnel Cristo Redentor. Hace más de una década que se opera con planes de contingencia y la democracia en realidad no ha construido un solo túnel que amerite su voluntad integradora. En cuestiones como esta encuentra sus límites la retórica integracionista.

El gobierno pasado tuvo situaciones problemáticas con el entorno vecinal y el proceso de integración se ralentizó. A pesar de haber diseñado e implementado una institucionalidad adecuada, el gobierno de Piñera descuidó los avances logrados con Argentina, primaron los desacuerdos ideológicos, se estancaron los proyectos bilaterales y el diálogo político llegó a casi cero.

En gran medida, el gobierno pasado volvió manejar las relaciones vecinales como relaciones fronterizas y descuidó el significativo avance que había realizado la seguidilla de gobiernos concertacionistas.

La política fronteriza se corresponde con una condición de recelo, desconfianza y en general inconformidad con la línea demarcadora. La política vecinal, por el contrario se corresponde con una actitud cooperativa y solidaria, cuando menos comprensiva.

Este es el salto cualitativo que han experimentado Chile y Argentina en sus relaciones bilaterales.Algo que no ha sucedido en la frontera nororiental del país.

Tampoco estar demandado ante la Corte de la Haya es gran cosa. En realidad son problemas que transcurren literalmente en el margen y lejos. Lo que importa es lo que está sucediendo con las personas que transitan por las fronteras, los servicios que para ello se requieren, la actitud con que las autoridades enfrentan las dificultades de su asentamiento, los excesos de las poblaciones acogidas y la opinión que los propios chilenos tienen al respecto.

El intercambio entre vecinos continúa al margen de los pleitos gubernamentales. Ello requiere un nuevo enfoque en la construcción de acuerdos y procedimientos conjuntos para estimular las fuerzas de la cooperación en medio de conflictos jurídicos.

Abrir nuevas oportunidades, es lo que se esperaría de una estructura diplomática moderna y eficiente.

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21 oct 2014

Saquemos los colegios del marco mercantil

Los directores, propietarios, profesores y los padres/apoderados de los niños de colegios particulares subvencionados están en pie de guerra contra la Reforma Educacional que propone el gobierno, un gobierno y un programa que fue votado por la mayoría del país. Afectados por la eliminación del lucro, hacen marchas y publican costosos insertos publicitarios en la prensa escrita.

Los “sostenedores” (propietarios, gerentes) de esos colegios alegan que se verán obligados a cerrarlos si se acaba el sistema que existió hasta ahora de financiamiento compartido o copago, en que ellos recibían un aporte del Estado y además, cobraban matrícula y mensualidad.

Esto se traducía para los padres/apoderados en que sus hijos iban a colegios “sin número”, con uniformes tal vez distintos, y donde por el hecho de pagar cuotas mensuales que van de 20 a 80 mil pesos o más, creen estarle brindando una mejor educación escolar a sus hijos.

Estos colegios particulares subvencionados, que durante los últimos años han colaborado indudablemente a la formación escolar de los niños chilenos –-al igual que los particulares pagados que no reciben ayuda fiscal — hasta ahora han existido con el aporte que les otorga el Estado por cada alumno asistente. De este modo, financian sus gastos de mantención del establecimiento incluyendo los sueldos de los profesores y además, el dueño o los dueños del establecimiento pueden acumular utilidades por su gestión.

Todo parecía miel sobre hojuelas hasta que durante los estudios realizados para diseñar la Reforma Educacional se reparó en que esa ganancia no se vuelca necesariamente en el mejoramiento del servicio educacional, lo que significa lucrar con fondos públicos.

El proyecto de ley que se discute en el Parlamento otorga un plazo de dos años para que los sostenedores o propietarios de estos colegios constituidos como persona jurídica CON fines de lucro, cambien la figura a una corporación SIN fines de lucro. Si no quieren hacerlo y quieren seguir en el rubro de la educación, deberán transformarse en particulares pagados.

Cierto que es un cambio radical. Pero no es excusa para dilatar el debate aduciendo que hay que partir por la calidad de la educación o mejorar la educación pública. Pues  bien, todo esto se hará (y algunos temas ya se están abordando) conforme al itinerario de esta Reforma tan compleja, que consta de cien medidas y once proyectos de ley, cada uno abordando un aspecto distinto y que se encamina a entregar una escolaridad de calidad y gratuita para todos.

El problema de fondo es que primero hay que sacar a la Educación del marco mercantil en que la colocó el sistema neoliberal y recolocarla en su verdadero sitio: un derecho social al que todos los niños y jóvenes tengan acceso sin mediar la condición socio-económica-cultural de sus familias.

Y para eso, lo primero es acabar con el lucro en los establecimientos que reciben aporte fiscal. Así los padres ahorrarán esa mensualidad que el Estado aportará en su lugar en las futuras escuelas SIN fines de lucro para que  el factor dinero no sea el peaje que hay que pagar para que sus hijos accedan a una mejor educación.

Aunque los actuales escasos colegios particulares que no reciben dineros fiscales podrán seguir en lo suyo, la mayoría de las escuelas serán en el futuro próximo lugares donde convivan niños y niñas de diversos orígenes enriqueciendo su proceso educativo y recibiendo la misma educación de alta calidad. Con un nuevo espíritu de convivencia común y colaboración combatiremos la competencia que hasta ahora ha sido la regla para alumnos y para  colegios.

Así comenzamos a limar la desigualdad, la enfermedad mayor de nuestro país, una patria que necesita con urgencia elevar sus estándares educativos hoy por el suelo para contar con brazos y mentes más preparados para las grandes tareas del futuro.

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20 oct 2014

Embajadas y Políticos

Tras la compleja entrevista ofrecida por nuestro Embajador en Uruguay, Eduardo Contreras, y los ácidos dichos que en éste emitió sobre la política nacional, volvió a reflotar la tradicional polémica respecto a la utilidad de designar a “políticos” –entiéndase a personas que no provienen de la planta del Servicio Exterior del ministerio de Relaciones Exteriores- a la cabeza de nuestras Embajadas.

Tradicionalmente, la objeción a dichas designaciones apunta a su falta de preparación y conocimiento de los códigos diplomáticos que acompañan a su posición,donde podríamos incluir el limitado margen para publicar opiniones y/o tesis personales  sobre asuntos sensibles en la relación bilateral, más su utilización como refugio para camaradas que ya cumplieron su tarea en el frente o que, por diversas razones, es conveniente que salgan de la primera línea de la política (al menos por un tiempo). Lo cierto es que las cuotas para embajadores “políticos” han existido desde antiguo en diversas realidades de la región.

Al respecto,  quisiera rescatar otras razonesque permiten entender por qué esta impopular medida se mantiene en el tiempo.Aunque personalmente la entiendo como una regla excepcional -prefiero la abrumadora predominancia de miembros del Servicio Exterior en estos puestos-, su rápido repaso ofrece un necesario contrapunto para los más puristas.

1. Un embajador político puede tener mejor acceso a los pasillos del poder. Si el Estado receptor entiende que el enviado goza de llegada en los principales círculos del gobierno que representa, sus credenciales serán más que bienvenidas. Si a ello pudieran agregarse atributos adicionales como una elevada reputación política y/o intelectual, la posesión de redes de contacto con políticos del país al que arriba, un pasado común, etc., su nominación incluso será entendida como un gesto amistoso y de cercanía entre ambos gobiernos.

2Las cancillerías son burocracias. No es necesario traer a colación a Max Webber o la “Red Hamlet” (la “Cancillería paralela” denunciada durante los primeros años del gobierno de Ricardo Lagos, supuestamente conformada para ayudar al entonces líder de la derecha, Joaquín Lavín) para saber que un ministerio de Relaciones Exteriores tiene los defectos, virtudes e intereses detectables en todas las grandes organizaciones burocráticas.  Así, un gobierno puede razonablemente justificar su pretensión en querer mantener una línea abierta con alguien de su entera confianza en países definidos como clave e independiente de la agenda burocrática.

3. Una buena escuela. Esta es quizás la menos usada de las razones: hay capitales en donde ocurre la vanguardia de la discusión política y estratégica, por lo que enviar a algún cuadro talentoso a ser parte de ella puede ser una importantísima inversión para el futuro del partido/coalición que gobierna.

Generar contactos con los mandamases de Beijing, aprender sobre la visión geopolítica rusa, o estar al tanto del debate migratorio en Europa son inversiones sub valoradas por nuestra élite política.

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20 oct 2014

El médico y el soldado

África, el Caribe y Europa formaron durante siglos un triángulo económico en el que del continente africano salía la mano de obra esclava, en las Antillas se sembraba la caña de azúcar y en Europa se invertían los beneficios. Otra vez vuelven a cruzarse los caminos pero esta vez de Cuba salen los médicos, en África están los enfermos y en el viejo continente los asustados.

Hasta ahora 160 trabajadores de la salud han sido enviados a África occidental y cerca de 300 se les unirán próximamente para luchar contra el ébola. A pesar del entrenamiento recibido antes de la partida, ellos estarán en peligro constante.

La noticia tuvo repercusión internacional, Washington Post y New York Times lo destacaron y el propio secretario de Estado norteamericano, John Kerry lo agradeció.

Pero el envío de médicos cubanos no es una excepción, bajo los principios de la cooperación Sur-Sur.Actualmente más de 50 mil médicos cubanos trabajan en 66 países apoyando sus sistemas de salud, especialmente en atención médica primaria, generalmente en los lugares donde los profesionales autóctonos no quieren hacerlo, y en comunidades de difícil acceso e inseguras.

Desde el triunfo de la revolución en 1959 Cuba ha estado en África de dos formas, primero luchando por la independencia de las antiguas colonias europeas y después como personal sanitario en unos países que las otroras metrópolis solo atendían vía el voluntarismo de organizaciones no gubernamentales.

Cuando los soldados cubanos llegaron a África en la “Operación Carlota” volvían los descendientes de los que salieron encadenados siglos atrás en las bodegas de las galeras hacia un futuro de esclavitud. Caída la Unión Soviética y en tiempos de pos guerra fría, los médicos dieron el paso al frente.

Cuba un país pequeño y pobre está tomando el liderazgo internacional en la lucha contra el ébola, mientras los países ricos le tienen miedo a África, más preocupados en crear fronteras para evitar su diseminación.

Por su parte Estados Unidos enviará a cuatro mil militares que harán escala en las bases militares que tienen en España, ya les autorizó el descanso el gobierno de Mariano Rajoy que a pesar de tener el primer caso de contagiado fuera del continente africano no ha movilizado recursos para enfrentarlo en los países de origen, tan solo asumió la repatriación en aviones militares de los misioneros católicos españoles que se contagiaron.

Según los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cifra de muertos por la enfermedad supera en tanto los cuatro mil 500, mientras que la cantidad de contagiados es de unos nueve mil.

Europa vive paralizada ante el miedo al contagio de una enfermedad que transpira pobreza. El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon ya lo advirtió: “necesitamos una movilización 20 veces mayor”.

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20 oct 2014

Viviendas sociales y áreas verdes

Hemos tenido conocimiento, por una reciente nota de prensa, que Paulina Saball, ministra de la Vivienda y Urbanismo (Minvu), en compañía de Raúl Donckaster, alcalde de la municipalidad de La Reina, efectuaron una visita examinadora de las obras recientemente iniciadas del conjunto habitacional “Las Perdices I y II “.

El proyecto se emplaza en la Av. Las Perdices, entre las calles Talinay y José Arrieta de esa comuna y se trata de 151 viviendas sociales destinadas a igual número de familias vulnerables, esencialmente allegados: la titular de ese ministerio expresó elogiosos comentarios respecto de tal proyecto.

No nos queda más que felicitar a las autoridades locales y centrales que han realizado las gestiones del caso para dar dignas soluciones habitacionales a compatriotas que, con gran esfuerzo, han podido aspirar a la vivienda propia. Pero tenemos la certeza de que la ministra no sabía que el permiso de edificación firmado por el Director de Obras se cursó para que las viviendas se emplazaran en un terreno no apto.  

Por otra parte, nos referimos a nuestro conocido y competente Contralor General de la República, Ramiro Mendoza, quien en un acto académico realizado en la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica, en la cual es un distinguido profesor, aprovechando su autonomía, tuvo un arranque de sinceridad y arremetió en contra de los conocidos vicios en que incurren frecuentemente tanto autoridades políticas como administrativas de nuestro país, los que, por ser nosotros conocedores de los más intrincados espacios de la gestión pública, los compartimos plenamente.

Los lectores se preguntarán cuál es la relación entre estos dos temas tan distintos entre sí, creyéndose quizás que estamos cometiendo una desconexión intencionada. No es así.

Pues bien, ambos asuntos sí están íntimamente relacionados, como demostraremos a continuación.

Hace exactamente cuatro años la Fundación Defendamos la Ciudad que tengo el privilegio de presidir, denunció en la Contraloría que en el terreno en que se emplaza el conjunto habitacional de marras, comprado en una operación entre la Municipalidad de La Reina al Ejército de Chile, y cuyo uso de suelo era en aquella época y, ¡ oh sorpresa !, es todavía área verde, tal municipio ha cometido diversas infracciones al otorgar permisos irregulares que tienen que ver con subdivisiones del mismo, con un terminal de buses de una concesionaria del Transantiago y con un jardín infantil financiado por la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji).

Por otro lado el terreno en comento es de deficiente calidad, tanto a su nivel natural como del subsuelo, lo cual, según nos han informado algunos expertos, incidió en sobrecostos del proyecto.

La Secretaría Regional Ministerial de Vivienda y Urbanismo, de superior jerarquía que el Director de Obras Municipales, verificó las irregularidades y solicitó a la Contraloría la instrucción de un sumario en la Municipalidad de La Reina. Todo lo anterior sucedió en la administración pasada y cuyos actos obligatoriamente ha debido asumir la actual administración.

Han pasado cuatro años y del sumario nunca más se supo. No tenemos conocimiento del mismo, tanto de su avance como de su probable resultado, a pesar de haber enviado comunicaciones en innumerables oportunidades a la Contraloría. Recién recibimos del organismo fiscalizador una copia del informe Nº 74694 del 29/09/14 dirigido al alcalde de La Reina, pidiéndole que se haga cargo, con una respuesta fundada, respecto de nuestra antigua denuncia.

Extraoficialmente hemos sabido que la Contraloría ha cambiado en cuatro oportunidades al abogado fiscalizador de este caso y entonces nos preguntamos ¿Puede don Ramiro Mendoza criticar los vicios cometidos por otras instancias políticas y administrativas del país, en circunstancias que al menos en este episodio su servicio público no se ha comportado con la debida diligencia y oportunidad? Repitiendo el dicho popular, ¿cómo andamos por casa? podrían espetarle los  políticos profesionales que se molestaron con sus pasadas alocuciones vertidas en la Pontificia Universidad Católica.

El terreno área verde está cruzado parcialmente por cables de alta tensión, lo que no pareció importarle mayormente al Serviu Metropolitano, ya que cuando le entregamos a éste los antecedentes, ni se molestó en contestarnos. Este predio con ese uso de suelo, tal como lo dijimos, le fue entregado como tal al municipio por parte del Ejército y la desafectación nunca se ha producido, con lo cual se concluye que ahí no hay normas de edificación.

Consideramos que si se hubiera instruido el sumario por parte de la Contraloría, su resultado habría significado sanciones para varios funcionarios no solo municipales, sino que también del Serviu, pero la sensible realidad es que estamos ante un nuevo y desafortunado hecho consumado, uno de los cientos que existen anualmente en Chile.

A esta altura del partido es inoficioso que la Contraloría se pronuncie y es más, hemos dado vuelta la página, pero esta experiencia nos ha servido para proponerle al gobierno que se modifique la legislación en orden a que se permita la construcción de viviendas sociales en las áreas verdes comunales no consolidadas que sean bienes nacionales de uso público o fiscales o propiamente municipales, de tal forma que los alcaldes, ciñéndose al futuro marco regulatorio, estén en condiciones de comenzar la integración social, la misma de la cual tanto se habla por la prensa.  

Ojalá que el terreno área verde en donde se están edificando las 151 viviendas sociales haya sido sometido a un estudio de mecánica de suelo y esperamos que pronto las correspondiente familias favorecidas con los subsidios del Estado las disfruten por muchos años, ya que se trata de buenos inmuebles.

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19 oct 2014

Deshacer una injusticia

El régimen democrático significa, cuando se establece o se restablece después de haber sido quebrantado, el pleno ejercicio de las libertades políticas, de los derechos sociales y de una amplia gama de avances de carácter civilizacional que van evolucionando, ampliándose y elevando sus exigencias culturales e institucionales, de manera de frenar los abusos y las injusticias que se provocan en una sociedad con las enormes desigualdades y asimetrías que marcan el rumbo del sistema de globalización y de las naciones insertas en el mismo.

Este proceso comienza con el respeto irrestricto a los Derechos Humanos, cuya consagración universal es la mayor conquista de esta época, pero no se detiene allí, debe extenderse y abarcar otras esferas societales; de modo especial, es necesario limitar y dejar atrás las injusticias e inequidades en la economía, en aquellas áreas productivas, de la industria, el comercio o los servicios que estando bajo control monopólico generan abusos que por su volumen e impacto social se vuelven enteramente inaceptables.

Es el caso del gas. En reciente estudio técnico conocido en el país, se constatan flujos en los ingresos de los conglomerados del sector sólo posibles por el uso de una posición de mercado privilegiada, por la integración vertical y horizontal de las empresas controladoras y, finalmente, se registran rentabilidades que superan indebidamente los límites puestos en su momento por la normativa legal, generándose ganancias abusivas con un perjuicio evidente a millones de familias que no pueden prescindir del gas en sus labores domésticas.

Es el resultado de un control monópolico que no tiene la regulación que se requiere.

Ello se traduce en una pesada mochila en los hombros de los hogares más débiles y en un fuerte lastre para el despliegue y desarrollo de las iniciativas de inversión en el sector industrial, que para cualquier proyecto deben hacerse cargo de costos de energía que en muchos casos son inabordables.

La tarea de diversificar el crecimiento económico se torna, con este cuello de botella, una tarea casi utópica, mientras unos llegan a esta carrera de short y zapatillas, otros lo hacen con una tenida similar a la de las fuerzas especiales de carabineros, en caso de marcha en el centro de Santiago. Como los que cuentan con el equipo apropiado son unos pocos, el país se retrasa y aumenta la desigualdad.

Representantes de estos consorcios han replicado a las críticas que su sector cuenta con regulación y competencia. Esa no es una respuesta seria ni real. Es imposible que los consumidores puedan escoger en su casa entre tres o cuatro cañerías de gas para optar por aquella que les ofrezca el precio más razonable.

Además, la intrincada red de interconexiones entre empresas relacionadas ha creado una verdadera telaraña de intereses corporativos que anulan la competencia, haciéndose uso de abundante publicidad, entre opciones  aparentemente diferentes cuando en el hecho el controlador es el mismo.

Los spots pueden ser con un perro o un gato, pero las utilidades excesivas llegan a la misma oficina.

En consecuencia, la regulación en este sector es un desafío decisivo para el sistema político en su conjunto. Aquí no puede quedar ninguna duda en el sentido que se va a legislar para el país y que todo lobby será infructuoso. Esa sombra sería fatal.

Se trata de apoyar la Agenda Energética, que se impulsa por el gobierno, de modo que las regulaciones contrarresten eficazmente la red de articulaciones que generan monopolio en este decisivo sector de la economía.

Un nuevo impulso al crecimiento y el bienestar de los hogares así lo necesitan.

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19 oct 2014

Reforma laboral frente a las obligaciones internacionales

La presión internacional, a veces acompañada de la amenaza de sanciones comerciales, ha sido el motor para que varios países revisen sus legislaciones con objeto de asegurar un mejor respeto de los derechos internacionalmente reconocidos a los trabajadores, en particular aquellos derechos consagrados por los ocho convenios fundamentales de la OIT.

Chile desde que es miembro de la OITaceptó respetar, promover y hacer realidad los principios y derechos enunciados en su Constitución, incluyendo «el reconocimiento efectivo del derecho de negociación colectiva,» junto con la libertad de asociación y la libertad sindical, la eliminación del trabajo forzoso u obligatorio, la abolición efectiva del trabajo infantil y la eliminación de la discriminación en materia de empleo y ocupación.

Nuestro país en 1998 apoyó tripartitamente (gobierno, empresarios y sindicatos) la Declaración de la OIT relativa a losPrincipios y Derechos Fundamentales en el Trabajo.

En 1999 ratificó los Convenios fundamentales de la OIT,números 87 y 98 relativos a la libertad sindical y a la negociación colectiva. En el 2000 ratificóel Convenio número 151 sobre relaciones de trabajo en la administración pública.

A principios de los noventa, la necesidad de crear una plataforma social mínima para el desarrollo del comercio -que asegure algunos medios de protección contra el «dumping social»- llevó inevitablemente a la firma de un número creciente de acuerdos de libre comercio (ALC) que incluyen una vertiente laboral, ya sea en el articulado mismo o en un acuerdo complementario.

Habitualmente, las cláusulas laborales no se limitan a enumerar los compromisos mínimos en cuanto a la protección de los derechos humanos en el ámbito del trabajo y a especificar normas internacionales adoptadas por la OIT, sino que prevén también sistemas para la resolución de conflictos, medios de financiación y de cooperación laboral y sanciones pecuniarias. De hecho, son cada vez más numerosos los acuerdos bilaterales de cooperación comercial – como los suscritos con Canadá, Estados Unidos y la Unión Europea – que contienen disposiciones sociales y laborales de esta índole.

Chile no ha sido ajeno a estos acuerdos, de hecho es el país que ha suscrito la mayor cantidad de ALC en el mundo, por tanto es el país más abierto económicamente y expuesto a los vaivenes de la economía internacional. Pero también vulnerable a la sanción internacional sobre el cumplimiento de los principios y derechos fundamentales en el trabajo.

La propia Organización Mundial del Comercio, OMC, de la cual Chile es uno de sus miembros, observa de cerca la aplicación de las normas fundamentales del trabajo reconocidas internacionalmente. Para estos efectos la OMC colabora con la OIT en materia de cumplimiento de los principios y derechos fundamentales del trabajo entre sus países miembros.

Cuando Chile ratificó los Convenios Internacionales de la OIT números 87, 98 y 151, se comprometió a adaptar su legislación laboral, e incluso su Constitución,a esos convenios y en consecuencia aceptó losmecanismos de control y aplicación que posee la OIT.

En la actualidad nuestro país continúa con un déficit importante en materia de respeto a los derechos fundamentales en el trabajo. En los últimos años no puede hablarse de grandes y profundas reformas laborales, siendo más bien reformas parciales que a veces salpican varios temas.

Salvo la reforma del primer gobierno concertacionista que eliminó el tope legal de días (90) para la huelga legal, todo el resto de las modificaciones no han tenido incidencia alguna en los pilares estructurales del sistema de relaciones laborales. Ello se comprueba en la total ineficacia práctica de las reformas y en la disminución progresiva de las tasas de negociación y sindicalización, hasta convertirlas en derechos meramente simbólicos.

Ha llegado la oportunidad, a partir de la propuesta de agenda laboral en materia de Derechos Colectivos del Trabajo preparada por el gobierno, para poner la legislación laboral en consonancia con las obligaciones adquiridas internacionalmente. No sólo en el marco de los compromisos con la OIT,  cuyos Convenios Internacionales son un punto de referencia esencial para la reforma legislativa, sino que también en el marco de los diferentes tratados comerciales internacionales suscritos por nuestro país.

Es el momento de dar un paso adelante, en materia de derechos colectivos. La negociación colectiva es un derecho fundamental que debe ser respetado, promovido y hacerse realidad de buena fe.

La titularidad del derecho de negociación colectiva corresponde a las organizaciones de trabajadores (sindicatos de base, federaciones, confederaciones y/o centrales) por una parte y a los empleadores y sus organizaciones por otra. El reconocimiento del derecho de negociación colectiva debe tener carácter general tanto en el sector privado como en el público y sólo puede excluirse de su ejercicio a las fuerzas armadas y a la policía.

Ha llegado la hora de romper la matriz del Plan Laboral de la dictadura, la cual nos está exponiendo peligrosamente a sanciones comerciales internacionales que afectarían el empleo, los costos de la mano de obra, aumentando con esto la precariedad y la desprotección laboral, generando adicionalmente una desigualdad social inaceptable política y éticamente, tanto en el ámbito nacional como internacional.

Esta matriz proveniente de la dictadura ha anulado la negociación colectiva, e indirectamente ha restado eficacia al conjunto de las regulaciones en materia de protección individual, debilitando nefastamente a las organizaciones sindicales.Más grave aún, esta matriz contraviene los esenciales principios del Derecho Internacional y los Derechos Humanos.

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19 oct 2014

Cuando el río suena, es porque piedras trae

¿Cómo fue que se dijo, que se gobernaría para la gente y con la gente?

A nuestras espaldas, a 70 kilómetros de Santiago, se está empezando a construir un proyecto de características dantescas, que destruirá glaciares, modificará caudales de río, dejará sin agua a la gente local, afectará la flora y fauna, tala indiscriminada de bosque nativo, destruirá parques geológicos naturales, disminuirá el turismo, y todo para abastecer de electricidad a la Minera Pelambres, cuya propiedad es del grupo Luksic, el mismo grupo que es dueño del 40% de la Hidroeléctrica.

Existe evidencia de que los “permisos ambientales” para la construcción del Megaproyecto Alto Maipo, no cumplieron con las exigencias sobre la materia para realizarlo y esto ocurrió durante el primer gobierno de Michelle Bachelet.Lamentablemente, el Ministro Máximo Pacheco, en vez de solicitar un nuevo estudio ambiental que refute las múltiples pruebas del daño ecológico que causará el Megaproyecto, está actuando como su principal portavoz. Desde mi punto de vista, se comete un gran error.

La intervención causará daño irreversible en la arteria más importante de Santiago: el río Maipo, que ya cuenta con cinco Centrales Hidroeléctricas y no soporta más.

Existe un esfuerzo por mantener el desconocimiento y bajar el perfil de los alcances devastadores que tendrá la Hidroeléctrica Alto Maipo. Levanta sospechas que una intervención tan significativa, se esté construyendo de forma tan oculta.

Para ponerlo en perspectiva, ¿recuerda la cobertura mediática a la construcción del Costanera Center por ser una de las construcciones más altas de Sudamérica?, bueno, hoy nadie ha mencionado que el Megatúnel de 70 de kilómetros, es uno de los más grandes de su tipo que tendrá el planeta.

Quienes adherimos a la idea de justicia, estamos comprendiendo la ilegalidad del proyecto aprobado para AES Gener y Anfogasta Minerals, y la “negligencia complaciente” del ejecutivo frente a este desastre que recién comienza.

Sara Larraín, en el reportaje “Aguas turbulentas en el Cajón del Maipo” del programa “En la Mira” de Chilevisión, fundamenta que el proyecto se aprueba, por la  influencia de la empresa del ex-ministro Enrique Correa, logrando los “permisos ambientales” para su construcción mediante un decreto dictado antes de terminar el primer gobierno de Bachelet.

Hoy la oposición al Megaproyecto es mayoritaria en el Cajón del Maipo, la primera movilización en su contra reunió a más de 15.000 ciudadanos que marcharon por la Alameda.

Entonces me pregunto, ¿No valdrá la pena hacer un nuevo estudio ambiental que despeje las dudas que se levantan sobre el alcance devastador de este Megaproyecto? Pienso que el gobierno debiera revisar con mucho más cuidado una destrucción de esta magnitud.

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