14 ene 2015

¿Cómo avanzar cuando hablamos de aborto?

Hace algunos días escuché una afirmación que me hizo mucho sentido: “la sociedad chilena cambia a saltos”.  Esta frase intentaba instalar una conversación sobre la calidad de nuestra democracia, de cómo nuestro proceso de democratización social y política no obedece generalmente a procesos de acumulación de fuerzas, sino que más bien a “contextos de oportunidad”.

Sin duda muchas de las conquistas en derechos ciudadanos de las mujeres en Chile obedecen a contextos de oportunidad y no a transformaciones consistentes de la sociedad chilena.  Julieta Kirkwood ya advertía sobre la necesidad de no caer en el entusiasmo de la excepcionalidad para analizar los avances en materia de igualdad entre hombres y mujeres, sino que analizarlos en su dimensión de proceso histórico, cultural, social y político.

Sin duda es un avance tener por segunda vez a una mujer presidenta y contar con una presidenta del Senado por primera vez.  Sin embargo a la hora de analizar la autonomía política de las mujeres en Chile, estas excepcionalidades no dan cuenta de la situación real que vivimos las chilenas en la toma de decisiones sobre cómo organizamos y normamos a nuestra comunidad política.  

Frente al espejismo democrático de estos “saltos”, la discusión sobre aborto en Chile y las distinciones que han intentado instalar medios de comunicación, algunos barones de la política y partidos políticos conservadores, nos recuerda que en este tema los “saltos” hoy no están permitidos.

La dictadura lo dejó muy claro borrando el Código Sanitario que existió durante el año 1931 y 1989, en que el derecho penal chileno definía la interrupción no punible del embarazo por razones terapéuticas como “la terminación del embarazo antes de que el feto sea viable con el propósito de salvar la vida de la madre o salvaguardar su salud”.  Los dispositivos de control del sistema socio-político funcionan a la perfección, clausurando cualquier posibilidad de “salto”.

Porque cuando hablamos de aborto desafiamos, con el solo enunciar la palabra, a los sistemas de dominación imperantes hoy en día: al capitalismo y al patriarcado.  Cuando hablamos de aborto -quienes hablamos desde el derecho que tenemos las mujeres a decidir sobre nuestros cuerpos y con un Estado que garantice este derecho en condiciones de seguridad y dignidad-  hablamos y exponemos públicamente lo que provoca en las mujeres la explotación de nuestros cuerpos y las indignantes condiciones de desigualdad en las que siguen millones de chilenas.

Cuando hablamos de aborto, hablamos de un tema primordial en lo que respecta a la desigualdad de género y de clase. Porque nos referimos a concepciones que la sociedad elabora simbólicamente sobre los cuerpos de las mujeres. Mujeres que no son idénticas, son contextualizadas por su historia, su clase, su estatus.

La pregunta es entonces, ¿estamos como sociedad preparados para normar una nueva concepción sobre el cuerpo de las mujeres a la hora de determinar sus comportamientos sexuales y reproductivos?

¿Estamos en disposición de avanzar de un Estado que sólo ofrece a las mujeres continuar forzadamente un embarazo, bajo la amenaza constante del castigo penal, legitimando la coerción de toda la institucionalidad penal y policial avocada a la investigación de delitos, a un Estado que garantiza la dignidad y vida de las mujeres en el marco de la convención internacional de los DDHH de las Mujeres?

Hay algo que está claro, no nos permitirán y tampoco es estratégico avanzar con “un salto” en este tema.  Es urgente avanzar, pero es imperativo garantizar que no existirá retroceso.

La buena noticia es que existe un mayoritario respaldo ciudadano a reformas legales que garanticen los derechos de las mujeres. De acuerdo a la Décima Encuesta Nacional Percepciones de las Mujeres sobre su Situación y Condiciones de vida en Chile (Corporación Humanas, 2014) la mayoría de las mujeres siguen a favor de interrumpir un embarazo en ciertos casos. Un 79,2% cuando corre riesgo la vida de la mujer, un 74,2% está de acuerdo en caso de inviabilidad fetal y un 72,9% si el embarazo es resultado de una violación.

La encuesta también muestra que las chilenas mayoritariamente están en contra de que se las criminalice por abortar.  Hoy, organizaciones de mujeres y feministas levantamos la consigna “decido y soy libre” para poner en la agenda pública y político institucional la necesidad de legislar sobre aborto.

Por otro lado existe un acuerdo político de la coalición gobernante -que se expresa en un programa de gobierno y en una agenda de género- que establece el límite del derecho a decidir de las mujeres sobre sus propios cuerpos en lo terapéutico y en tres causales: riesgo de la vida de la mujer, inviabilidad fetal y violación.

Estamos en un momento de definiciones, la pregunta es qué camino seguirán los actores políticos que hoy toman las decisiones en el parlamento. ¿El camino de limitar la autonomía de las mujeres en estas tres causales o el camino del derecho internacional de los derechos humano de las mujeres en el mundo?  Queda la pregunta para el debate. 

Sin embargo es importante considerar que la despenalización del aborto es una demanda que diversos organismos internacionales de derechos humanos han realizado al Estado de Chile desde 1999 a la fecha y en forma reiterada. Se ha pronunciado el Comité de Derechos Humanos (en 1999 y 2007), el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (en 2004), el Comité de Derechos del Niño (en 2007) y el Comité sobre la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (en 1999, en 2006 y en 2012).

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14 ene 2015

Yo todavía soy Charlie (aunque tú ya no lo seas)

Estoy más que consciente que el déficit atencional de mis compatriotas ya amenaza con erosionar de antemano las palabras que siguen ”¡Ya fue!”, oigo exclamar a los devotos seguidores de la moda en todas sus expresiones.

La obsolescencia de la tecnología se instaló hace mucho tiempo en el subconsciente del hombre esquizoide del siglo XXI (el que lee entienda), el flujo noticioso es tan veloz y variado que poco espacio hay para un juicio racional y calmo frente a los mercuriales flashes noticiosos que se consumen bajo el rótulo de información, con la misma avidez e indiferencia con que el chileno se zampa un helado o un cuarto de libra ojalá con queso.

De esta forma no es efímero el hecho en sí, es la calificación de noticia el que lo es, y esa calificación es, por ende, subjetividad; cuando esa subjetividad tiene la firma de un conglomerado de medios con una lista grosera de intereses, el asunto es preocupante.

Esa subjetividad se convierte en la realidad acatada sin más reparos por los demás. Es tal la prisa que no hay tiempo real para la reflexión. Rodeado de tanta información actual de deshecho, hoy día parece completamente inadmisible la existencia de un Platón o un Aristóteles.

Hace menos de una semana, una pandilla de infelices acribilló a un grupo de artistas visuales a sangre fría nada menos que en la capital de las artes: París. Se identificaron con la traída de los pelos variante del Islam conocida como yihadismo y validaron su ataque en base a la que consideraban la imperdonable blasfemia de representar a sus bien amados objetos de culto.Semejante crimen  concluyó con la todavía más cobarde muerte de un policía herido que clamaba piedad y era a su vez ¡musulmán!

Bravo, idiotas, tienen el paraíso de su dios más que merecido, incluso con el bono extra de matar a uno de sus propios hermanos. La policía francesa acaba de hacerles el favor, ultimándolos hace poco, cuando habían tomado rehenes en una imprenta y un mini mercado para proseguir con la carnicería en honor a su dios, al que llaman el misericordioso (!)

El sardónico medio galo Charlie Hebdo, -cuyo equivalente podríamos encontrar en el Mad estadounidense, el Punch británico o en The Clinic acá- había publicado gruesas caricaturas de Mahoma lo que detonó la furia de estos iluminados de poca monta, cuyo único argumento de fe eran unas Aka-47. Aleluya.

Se inició en el mundo rápidamente una benigna ola de solidaridad. 3,7 millones de franceses marcharon en París el domingo pasado, musulmanes, judíos, cristianos y ateos, encabezados por líderes mundiales (ruidosa ausencia de un Obama pajarón, escandalosa presencia de Netanyahu) y la consigna “Je suis Charlie”, colmó toda red social que se respete. Miles de ilustradores dispensaron sus homenajes, extraordinarios.

Para todo aquel que tienda a simpatizar con esos pobres infelices que les gusta oponer violencia a ideas, balas a pinceles, imagine el cuadro de tres tipos armados hasta los dientes y fusilando impunemente a Hergé, Quino, Goscinny o Matt Groening.

Algunos y algunas objetan que la calidad estética del semanario humorístico deja bastante que desear y que sus portadas no hacen sino estimular el desprecio de raza y clase propio del colonialismo occidental. Denostan el que denominan desprecio hacia las minorías y se desmarcan (no sé si por… moda la verdad) con un sonoro “Yo no soy Charlie”.

Conforme, estamos en una democracia y sé que rebatir las ideas de amigos y enemigos internautas en Chile no debería valerme un kilo de plomo en mi cuerpo (jeje). Pero aquí es donde hay que recordar el contexto real de las cosas. Se argumenta que Charlie Hebdo simplemente cosechó lo que sembró, se metió con religiones, atacó a los débiles que dijeron basta, etc. etc.

Primero, quiero que sepas que esta revista no es un pasquín anti-islámico, las bromas incluyen a todas las religiones establecidas, a la siniestra derecha de Le Pen, incluso a Michelle Houllebecq.Cuando las religiones detentan poder, hacen lobby a la banca y sus líderes, legitiman iniquidades como el abuso patronal o encubren crímenes como el genocidio o la pedofilia, no son sino caras del lavado de imagen del poder fáctico.

Ante su enorme poder, ¿cómo se pueden criticar sus vicios, sus silencios, la soberbia que suelen exhibir muchos de sus líderes? El islam es una de las religiones que más crece en el mundo, ¿puede seguir considerándosele como una “minoría”?

Este artículo no es un ataque al islam, basta de paranoias. El mismo Mahoma en sendas cartas predicó el mutuo entendimiento y la misericordia real y el respeto con los cristianos. (No existen documentos correlativos de parte del cristianismo en esa época). Al profeta se le representó en numerosa y rica iconografía en el mundo musulmán. Este mundo fue el que nos dio a un Avicena, a un Averroes, al sufismo.

¿Qué les ocurrió a después a sus líderes que permitieron la aparición de horrores y errores como Al Qaeda, Boku Haram o Isis? ¿Y en qué pensaban los deschavetados jeques, republicanos y tories que los financiaron generosamente?

¿Qué piensan los imanes de grupos que fomentan la ignorancia, el machismo recalcitrante, el exterminio sin control del que piensa distinto? No, no hablo de los nazis, Mr. Spielberg. Ustedes critiquen a Charlie Hebdo, a mi me preocupa el resurgir de los brutos, los ignorantes con todo el poder de fuego que deseen y la anuencia de cada vez más gente.

Lo ha dicho Ian Mc Ewan en un notable artículo reciente: Estamos frente a la resistencia heroica contra un grupo de enajenados cuyo logro máximo es el rapto y violación de mujeres, maltrato y adoctrinamiento de niños soldados, oposición al alfabetismo, un genocidio inédito,  destrucción de patrimonio cultural de su propia cultura y un largo etc., todo esto bajo la “tolerancia”(?) de occidente.

Charlie Hebdo estaba para contener eso, con una de las pocas armas que nos quedan: el humor.Para eso nació la comedia, del canto burlón, lascivo y mal comportado dios Commus se pasó a la risa para corregir vicios sociales, para advertir de la corrupción del poder, para disuadir de la necedad y recuperar la capacidad de análisis.

Lo dijo Mauricio Kagel, no hay nada más serio que el humor. Todo humor, por grueso que parezca, comporta una moral. Yo estoy de parte de la moral de Charlie, yo todavía soy Charlie.

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14 ene 2015

Buscar salvarse enlodando a muchos

No hay ninguna explicación simple cuando ella es entregada después de una semana de silencio.Es lo que ha ocurrido con la senadora Ena von Baer en su vinculación con el caso Penta.Lo más significativo es el largo silencio, no lo sencillo de la explicación. Lo único que puede otorgarle sentido al retraso es que decir la verdad, en vivo y en directo, era imposible puesto que no era presentable. La verdad se puede decir sin dilaciones, cualquier otra cosa requiere de preparación.

En camino escogido por la senadora von Baer ha sido la más dañina y la que menos honra a la actividad política. Argumentar que nunca ha cometido una falta, que el error que cometió fue únicamente el de no informar sobre la comunicación con una empresa porque no se realizó “durante el período de campaña” y pretextar que aquí no ha pasado nada.

¿Quiere decir esto que la parlamentaria de la UDI tiene la peor opinión sobre la inteligencia del conjunto de los chilenos?, ¿cree que se tragará sin chistar una explicación burda? No, desde luego.

Lo que parece querer decir es que, descubierta una mentira pública, el único camino disponible para la defensa personal y política no es preservar la credibilidad perdida sino la negación de culpabilidad a todo evento. Que la explicación no parezca verosímil tiene sin cuidado a quienes le han aconsejado en este transe que, sin duda, pasará a los anales de nuestra historia política en el capítulo de las actuaciones menos gloriosas de las que se tenga memoria.

Lo peor de todo, es que la persona que se demora una semana en encontrar una explicación absurda, repite tanto su argumentación defensiva, que termina creyéndose sus propias mentiras. Se trataría del típico caso de alguien que se engaña a si mismo antes de engañar a los demás. Al fin y al cabo, estas “explicaciones” solo son la consecuencia de haber mentido (perdón, omitido información) en la primera oportunidad.

Se tiene aquí un caso en el que se pretende salir bien librado en medio de un ambiente tan generalizado de prácticas fraudulentas, faltas, delitos y negativas mal fundamentadas. No se trata de salir limpio de polvo y paja, se trata de lograr que sean tantos los enlodados, que el que uno de ellos, además sufra un ataque de amnesia, parezca carecer de importancia.

Pero el mal de muchos sólo puede ser el consuelo de personas sin demasiadas luces. Lo que está sucediendo es muy grave y, como se sabe, afecta a todo el mundo político puesto que la responsabilidad específica está concentrada en un partido, pero el desprestigio se ha extendido a los demás sin conocer fronteras ni tendencias.

Lo que explica las malas prácticas no es la necesidad extrema ni la falta de recursos. La UDI es el partido que más ha recaudado fondos en campaña, también mediante los mecanismos legales. Lo que explica la actual situación no es otra cosa que la inveterada costumbre de aventajar a sus adversarios y a sus socios de coalición mediante una sobreabundancia de medios a disposición.

Como siempre ocurre, este caso llegó a oídos de la opinión pública y de la justicia producto del descuido de aquellos, tan acostumbrados a la impunidad, que llegan incluso a descuidar a sus propios operadores y tratarlos de tal modo que estos se deciden por la denuncia a las autoridades. Se trata de infractores llegados al punto de la rutina de procedimientos. Tan seguros de su delinquir que llegaron a pensar en su impunidad permanente. Cuando se dieron cuenta de su error ya era demasiado tarde.

Expuestos al peligro, lo que ha existido en el gremialismo no se asemeja a una reacción colectiva, más bien se parece a un desordenado “sálvese quien pueda” sin gran concierto. En estos días hemos visto como ha dejado de existir el que había sido conocido como “el último partido leninista” (dada su fuerte disciplina interna). Los días de gloria son cosa del pasado y lo que parece que se ha iniciado en el presente es el inicio del ocaso.

El quiebre de la solidaridad interna, en este caso la incapacidad de ponerse de acuerdo tan siquiera para faltar a la verdad de manera concertada, no ha hecho otra cosa que iniciarse. La apelación a la pura disciplina formal y el uso de los mecanismos institucionales (suspender la militancia de quienes resulten procesados) no darán los resultados que se busca, dada la profundidad de la crisis y la gravedad de los cargos que se enfrentan.

La situación de la Unión Demócrata Independiente es tal que ya no se entiende ni su nombre.Puesto que se trata de una organización dividida, que confía más en el poder del dinero que en la libre expresión democrática de los ciudadanos y que es plenamente dependiente de poderes económicos que ya ni siquiera operan en las sombras. Aunque pase esta amarga coyuntura ¿qué es lo que hará el gremialismo en el futuro?

Ahora no tendría que renunciar a las desviadas prácticas de algunos de sus integrantes sino a la forma normal y usual en la que parece basar su vida cotidiana en campaña electoral y fuera de ellas. No se trata de casos aislados y puntuales. Son sus prohombres los que están cayendo. No estamos ante el caso de personas en falta sino el de un partido infractor, beneficiario habitual de prácticas corruptas y corruptoras. El mal está en la medula no en los contornos.

Dicho de otro modo, está claro que se abre una gran oportunidad para los partidos y movimientos de derecha que no quieran llegar al mismo callejón sin salida en el que hoy tenemos al principal partido del país. Una derecha vasalla de los poderes económicos, aunque le sean afines, no deja de ser un actor sin autonomía y sin vuelo. Algo demasiado feble como para hacer creíble el llegar a conducir el país. Si gobernara la UDI la pregunta no debería ser quien pone la cara sino quien maneja el control remoto. Simplemente Chile no se merece caer en artimañas de dimensiones tan gigantescas.

En cambio una derecha liberal, que se acostumbre a confiar en sus credenciales democráticas y que compita por sus propios medios paga ganar elecciones, será siempre algo necesario para nuestro sistema político.

Tal parece que ha llegado la hora del reemplazo. Lo es porque antes de la crisis la UDI, este partido ya se había jugado la basa del cambio generacional. Y fue a la nueva generación, recién llegada al poder, a quien le estalló en la cara el escándalo. Es una lástima. Al final al gremialismo no le depositaron fondo, simplemente los permutó por su razón de ser. En la transacción perdió mucho más de lo que ganó.

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13 ene 2015

Aborto, que la discusión quede en SERNAM

Fuerte ha sido la discusión acerca del aborto, siendo que todavía no conocemos el proyecto de ley que finalmente va a patrocinar el Gobierno. Mientras que los sectores más conservadores buscan impedir a toda costa su debate, los más progresistas esperan con ansias saber su contenido, para ver si se respeta la palabra empeñada de que la interrupción del embarazo se va a despenalizar bajo tres causales: inviabilidad fetal, violación o peligro para  la madre.

En este contexto, un nuevo ingrediente se vino a agregar al debate en el que se encuentra aún este proyecto, que es la filtración a la prensa de las minutas entre el ministerio de Salud (MINSAL) y el Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM), levantando una nueva arista en esta disputa: dónde debe estar radicada la discusión, si en la primera o segunda de estas secretarías de Estado.

Es esencial visualizar el aborto como una deuda histórica de la sociedad en su conjunto, ya que existen actores responsables que permiten mantener la penalización dela interrupción del embarazo en todas sus formas, partiendo por el Estado, que jamás en gobierno alguno –hasta hoy- había tenido la voluntad de hablar del tema y menos que éste fuera parte de un programa electoral.

Por ello, instalada hoy la discusión, podemos aceptar que debe existir una mirada del aborto como una materia que compete al ámbito sanitario, pero no como un problema sanitario,pues ya el MINSAL ejecuta todas las acciones posibles para disminuir la mortalidad materna por abortos provocados, pero no le corresponde a la cartera de salud determinar qué causas hacen que las mujeres tomen la decisión de interrumpir voluntariamente su embarazo.

Por ejemplo, se debería analizar el rol del ministerio del Trabajo, para que fortalezca a la maternidad más allá de las trabajadoras con contrato formal; el rol del  ministerio de Desarrollo Social frente a los problemas de discriminación social y la falta de apoyo familiar; el rol del  ministerio de Justicia ante los casos de mujeres condenadas por aborto; incluso el rol del ministerio de Educación y la necesaria educación sexual para nuestros jóvenes, etc.

Estas y otras muchas razones nos permiten afirmar, en nuestra calidad de profesionales que vivimos día a día esta realidad, que es el SERNAM el ente más idóneo para coordinar las iniciativas que permitan estructurar un proyecto de ley que instale el derecho a decidir de una mujer que se ve enfrentada a las tres causales antes mencionadas, pero que a la vez transparente una realidad del Chile de hoy, pues hoy el aborto se practica, muchas veces con técnicas muy inseguras y donde sólo las mujeres de mejores ingresos puede acceder a una intervención con seguridad sanitaria.

Como dijo en forma muy desafortunada una senadora de derecha –hoy envuelta en un lamentable escándalo político-, “la mujer presta el cuerpo” cuando está embarazada, como si fuéramos un ente carente de decidir qué hacemos con el, en circunstancias que en muchos otros ámbitos sí podemos. No obstante, con el embarazo no existe un segundo camino, por más extrema que sea la situación en la que esté la mujer.

Por eso creemos que el debate ya superó lo técnico y se transformó en una discusión política sobre cómo queremos vivir nuestra democracia.No cabe duda que quienes somos expertos en salud reproductiva y sexual tenemos mucho que aportar, y el MINSAL tendrá allí un rol preponderante, pero en el fondo la discusión debe estar centrada en el ejercicio de derechos, y es el SERNAM el que tiene por principio fundamental velar por ello.

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13 ene 2015

Herencias narrativas

Si el sueño del pibe literario fuera un estreno triunfal con la publicación de su primer libro, Charles Dickens lo encarnaría con Papeles póstumos del Club Pickwick,  perspicaz sátira de la sociedad victoriana que con su galería de personajes y sus “divinas payasadas” nos lleva por avenidas y vericuetos de la naturaleza humana, y por fondas de mesas bien servidas, plenas de humor, ponche y amistad.

Aunque Cervantes resultara decisivo en la literatura inglesa, de lo quijotesco en Papeles … se habla poco en Inglaterra, pese a los evidentes paralelos y concomitancias.

Para empezar, son fábulas afines: excéntricos y sociables cincuentones recorren su país con fieles criados, viven azarosas peripecias, dignificados y ennoblecidos según avanzan sus historias.Finalmente, se retiran.

Si la paternidad de Don Quijote es remitida  a Cide Hamete Benengeli, Dickens hará lo propio aludiendo a indiscutibles documentos.

El primer rayo de luz que hiere la penumbra y convierte en claridad ofuscante las tinieblas que parecían envolver los primeros tiempos de la vida pública del inmortal Pickwick surge de la lectura de la siguiente introducción a las Actas del Club Pickwick…”

La vestimenta del businessman retirado: levita de largos faldones, pantalones ajustados y polainas, alguna correlación guarda con el estrafalario atuendo del Caballero de los Leones. Uno y otro,  elocuentes y altruistas, coléricos de sosiego fácil, solterones irreductibles, joviales y capaces de proezas juveniles.

En la estampa, amos y servidores exhiben simetría invertida: el de la Triste Figura, alto y delgado, parco en comidas y bebidas; Mr. Pickwick, bajo y obeso, adorador de Baco y de manteles largos. Petiso y rechoncho Sancho Panza, espigado Sam Weller.

Asistentes cazurros y sin servilismo, admiran y respetan a sus amos. Y tanto el tosco campesino como el pícaro londinense sorprenden por sus capacidades: gobernando una “ínsula” o dominando una enrevesada “soirée” de domésticos provenientes de atildadas residencias. Los dos imponen ritmo, diálogo, ocurrencias y jocosidad  a la narración.

Si Sancho es incansable refranero:

“Hasta la muerte todo es vida”; “Detrás de la cruz está el diablo”; “No ocupa más pies de tierra el cuerpo del Papa que el del sacristán.”

Sam es prolífico en dichos comparativos:

“Lamento interrumpir tan grata reunión, como dijo el rey cuando disolvió el Parlamento”, o “Añadir injuria al agravio, como dijo el loro cuando vio que no sólo  lo sacaban de su país, sino que lo obligaban a hablar inglés”.

Y así como Sancho contribuyó al éxito de Don Quijote; con Sam, las ventas convirtieron súbitamente a Dickens en primera figura de la ficción inglesa.

Asimismo, se advierte en ambos autores idéntica burla afectuosa hacia las encendidas deliberaciones de sus paladines, quienes después de una indecisa primera salida retornan a sus casas y, antes de la segunda, contratan sendos sirvientes.

“Una mañana, subió sobre Rocinante, y hablaba consigo: ¿quién duda que en los venideros tiempos, cuando salga a luz la verdadera historia de mis famosos hechos, el sabio que los escribiere, no ponga?:  ‘Apenas había el rubicundo Apolo tendido por la faz de la ancha y espaciosa tierra las doradas hebras de sus hermosos cabellos, y apenas los pequeños y pintados pajarillos con sus arpadas lenguas habían saludado con dulce y meliflua armonía la venida de la rosada aurora … cuando el famoso caballero don Quijote de la Mancha, dejando las ociosas plumas, comenzó a caminar por el antiguo y conocido campo de Montiel’.”

“El sol, acababa de levantarse …Mr. Pickwick surgió cual otro sol de su sueño, abrió la ventana y contempló el exterior. ‘Así, pensaba, son las estrechas visiones de aquellos filósofos que, contentándose con examinar las cosas que tienen ante sí, no ven las verdades ocultas más allá. Igualmente, podría mirar eternamente a Goswell Street ignorando los ocultos parajes circundantes’.  Después de tan profunda reflexión, Mr. Pickwick con su maletín, catalejo y cuaderno de notas llegó al paradero de coches.”

Si bien eran de disposición más bien casta, se ven envueltos en aventuras de “confusión de lechos”, con novios vengativos. Y también disfrutan de munificentes hospitalidades: don Quijote en el castillo del duque, y Mr. Pickwick en Manor Farm, la finca de Mr. Wardle, en Dingley Dell.

En los tramos postreros, Mr. Pickwick anuncia que Pickwick Club ya no existe, acotando: “Si poco bien pude hacer, confío que sea menos el daño ocasionado”.  Don Quijote, a su vez, había establecido: “mis intenciones siempre las enderezo a buenos fines, que son de hacer bien a todos y mal a ninguno”.

Disuelto el Club, su fundador se transforma en un sedentario gentleman visitado por sus amigos.El héroe cervantino, derrotado por Sansón Carrasco, se retira convertido en Alonso Quijano “con su juicio ya libre y claro” y en compañía de vecinos y amistades.

Digna jubilación para estas modernas y risueñas versiones de Ulises.

En relación con sus propias obras, Dickens entrega un relato humorístico tan distinto de sus demás creaciones como Don Quijote es diferente en la obra cervantina.

Pese a que algunos no le perdonan su propensión a la felicidad, Dickens se sitúa bastante más allá del acaramelado sentimentalismo burgués que indignaba al camarada Lenin. Para Carlos Marx, su retablo de miserias muestra más verdades sociales y políticas que todos los políticos y moralistas juntos. Y George Orwell lo tenía por “un escritor subversivo, radical y sinceramente rebelde.”

En la coda. Una breve observación histórica: el español Felipe II, poco antes de la publicación del Quijote, fue cuatro años rey de Inglaterra e Irlanda gracias a su casamiento con la muy católica María Sangrienta, y, cuando enviudó, pudo continuar en ese trono si su hermana Elizabeth Tudor hubiese aceptado sus políticas propuestas matrimoniales.

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13 ene 2015

Disfrutar del verano, es un derecho

Tenemos más de 4 mil kilómetros de costa, una gigantesca cordillera, más de 30 parques nacionales, y un sinfín de atractivos turísticos. Pero a pesar de todo, son muchos los chilenos que cada año se quedan sin vacacionar.

Veranear en Chile es un privilegio de pocos, por años nos hemos acostumbrado a que un fin de semana en Iquique es más caro que viajar al extranjero, que la Isla de Pascua la visitan más turistas internacionales que locales, que los hielos del sur son un secreto que sólo conocen quienes pueden pagar, que las piscinas tiene costos limitantes, que hasta decidir hacer o no hacer deporte depende de cuanta plata tenemos en el bolsillo.

Pero no nos confundamos, esto no es efecto del sol y del calor del verano. Durante todo el año el acceso a la cultura y el esparcimiento es limitado, somos el lugar de Latinoamérica donde más se paga por la entrada  a un concierto, y aunque el Nacional se llene cada vez que viene Madonna, no es lógico que un país donde el 70% de la población gana menos de 400 mil pesos, se deba pagar 200 mil para asistir a un concierto, y no estamos hablando de la entrada más cara.

Tampoco es muy razonable que el teatro o la ópera sean sinónimos de lujo, incluso comer sano lo es.

Por eso cuando unas semanas atrás me tocó acompañar a la presidenta Michelle Bachelet en el lanzamiento del programa “Verano para todos y todas”, leí con sorpresa algunas críticas en las redes sociales. Cómodamente detrás de una pantalla criticaban la incitativa y hasta cuestionaban la necesidad de invertir en actividades gratuitas para el verano, de poner recursos en fomentar el deporte, la cultura y la comida saludable.

Los chilenos necesitamos acceso universal a la educación, nos urge más y mejor salud, queremos más viviendas y mejores trabajos, pero también necesitamos cultura, deporte, comer mejor y descansar, relajarnos y disfrutar.

Debemos dejar de ser el país de los conciertos más caros de Latinoamérica, el país donde hay playas exclusivas que sólo ocupan quienes tienen plata para comprar un terreno a orilla del lago, el país donde el teatro es un lujo reservado para la elite, donde la ópera nunca sale del Municipal, donde el deporte es para quienes pueden pagar un gimnasio, donde comer sano es sinónimo de tener un buen sueldo, el país donde durante dos meses unos descansan y otros continúan su vida sin ningún respiro.

El verano no puede seguir siendo sinónimo de playa y vacaciones sólo para unos pocos, el verano debe ser de todos y para todos.

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13 ene 2015

Lecciones de la Reforma Laboral

El buen manejo de  la reforma laboral nos deja buenas lecciones para las próximas reformas de 2015. Ella fue mejor diseñada que la reforma tributaria y la de  inclusión educacional.  Creo útil  sugerir  cuatro lecciones.

La primera es que la reacción de los detractores a cualquier reforma crece con la incertidumbre.Cuando  se elaboran con  “secretismo” por temor a que se conozca parte de ella, antes de alcanzar la forma definitiva, la gente que está en contra se imagina lo peor.

Algunos empresarios y políticos de la oposición hacen declaraciones destempladas y también contratan  campañas comunicacionales para transmitir  ideas  anti gobierno que  penetren  en  la opinión pública. Así ocurrió con la reforma tributaria y el mensaje de que afectaba a la clase media.

También sucedió en la reforma educacional diciendo que los establecimientos particulares subvencionados  cerrarían. Errores de operación o comunicacionales entregaron innecesariamente municiones a la oposición. Después, aunque tarde,  estas falencias comenzaron a corregirse.

La segunda lección es que para la   reforma laboral se realizó un proceso de consultas amplio,  riguroso,  más de 100 reuniones,  con distintas organizaciones sindicales,  especialmente con la CUT, con distintas organizaciones empresariales,  de cada sector,  de cada tamaño. Y se contó con un  buen  equipo técnico. No hubo improvisación, ni titubeos, ni contradicciones. Se habló con los partidos de la oposición y con los de gobierno. Se escucharon propuestas y se tuvo conocimiento de las principales objeciones. Cuando uno las conoce está en mejores condiciones para encararlas.

Una tercera lección es que  abrir la discusión a  la opinión pública es favorable a esas reformas, la gente se puede   involucrar  y participar. La ciudadanía es más madura,  ha crecido el conocimiento sobre los temas nacionales, el debate le hace bien al país y  prepara mejor para la política y para la democracia.

La cuarta lección es que esta  reforma se ha  presentado como un trabajo de equipo,  de todo el gobierno. Si bien la ministra Blanco tiene la responsabilidad principal han participado  otros miembros del gabinete explicando, conversando, diversificando las vocerías.

En el caso de las otras dos reformas se concentraron en el ministro del ramo, con dos efectos inconvenientes, el riesgo de  concentrar en ellos el fuego adversario, debilitándolos  y segundo dejándoles un grado de autonomía en el diseño de los proyectos, las gestiones y declaraciones políticas sin suficiente revisión de sus consecuencias colaterales. No hubo  una adecuada revisión político técnica de parte del resto del gobierno.

Ahora se iniciará el trámite legislativo. Un manejo unitario y flexible de la NM y un debate serio y amplio en las comisiones facilitará la tramitación, aunque demore un poco más, pues está  claro el objetivo y el método.

El horizonte 2015 será más favorable si se aplican estas lecciones. Aprobadas la reforma tributaria, la electoral y la de inclusión educacional, el gobierno  habrá logrado en un año dar pasos sustantivos y podrá definir los próximos con más seguridad, reduciendo incertidumbre y mejorando la economía.

Deberá avanzar aún con reformas  importantes, en particular las de educación,  donde deberá reforzarse la capacidad técnica política para evitar costos innecesarios.

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12 ene 2015

Las diferencias pueden atemorizar, pero enriquecen

Tras los atentados terroristas en contra del semanario Charlie Hebdo y el supermercado judío de París, se desató una ola de preocupación, miedo e incertidumbre. ¿Hasta dónde llegará este tipo de ataques?

A ninguna parte salió a responder el pueblo francés junto a sus autoridades en una emocionante marcha que reunió a casi 4 millones de personas. El mensaje que se quiso transmitir era fuerte y claro: la comunidad internacional no se dejará atemorizar por actos de barbarie que sólo conducen a más violencia.

Alrededor de 6 millones de musulmanes viven en Francia actualmente y todas sus organizaciones han mostrado su repudio a los actos cometidos por los yijadistas.Dicen ser los más afectados por los atentados, pues estos hechos incrementan la islamofobia.

Como Comunidad Judía no nos queda más que empatizar con aquellos que siguen el Corán de manera pacífica. Hace sólo medio siglo éramos nosotros a los que apuntaban en Europa por nuestra apariencia física. Fueron años muy dolorosos para nuestro pueblo. La historia es ampliamente conocida e impugnada.

No queremos ver un auge de la islamofobia. Ése no el camino para encontrar una solución a la problemática del terrorismo. Por su desarrollo, Francia es un país cosmopolita que debe aprender a vivir con sus diferencias, olvidar las discriminaciones y entregar las oportunidades a todos aquellos que las buscan, sin importar la ascendencia ni la religión.

Las distintas expresiones culturales sólo entregan riqueza a las naciones. Así lo vimos el miércoles 7 de enero en el Teatro Municipal en el marco del festival “Santiago a Mil”, donde se presentó el ballet israelí Deca Dance gracias a la iniciativa de Isaac Frenkel. Llegó un gran número de asistentes, donde no importó el color político ni menos las creencias religiosas, incluyendo a los ex presidentes Ricardo Lagos, Eduardo Frei y Patricio Aylwin. La cultura nos une. Ojalá el Viejo Continente no lo olvide nunca más y como chilenos no permitamos que el fanatismo religioso se instale en nuestro país.

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12 ene 2015

La extravagancia de ser escritor en Chile

El concepto de “reciprocidad social” atraviesa todas las disciplinas de las ciencias sociales. Por ello, tiene muchas acepciones. Una de ellas, adecuada para estas páginas, es que se espera que el colectivo responda de un modo razonable, ecuánime, a lo que entrega un individuo a su grupo.Naturalmente esto, en literatura, no se da.

La sociedad chilena no tiene respuestas satisfactorias a los bienes simbólicos que los escritores ofrecen. La inversión de tiempo, esfuerzo, recursos económicos y emocionales, apremios de todo tipo que se deben pasar para producir un texto de narrativa o poesía, no son recompensados. No solo por ausencia total de gratificaciones monetarias, tampoco existe ninguna valoración por parte de la sociedad, en las múltiples maneras que esta se podría expresarse. El grueso de la producción libresca, por regla general, está condenado de forma inexorable a la invisibilidad y el silencio.

De este modo, la producción de una novela, un poemario, un ensayo o una selección de crónicas, es un desafío mayúsculo y prácticamente carente de réditos, como no sea la satisfacción personal del autor por un objetivo artístico cumplido.

De inicio a fin, el trabajo de escritura, publicación, distribución y recepción ofrece numerosas dificultades. Veamos el proceso.

La escritura

En Chile no existe fomento a la creación literaria. El único incentivo relevante es el del Fondo del Libro y la Lectura, del CNCA. Pero no es nada sencillo adjudicarse esta especie de beca para la elaboración de una obra. La categoría inédito puede ser accesible, pero la de escritor profesional resulta una proeza conseguirla: a ella postulan todos los escritores, incluidos aquellos que tienen una obra que atraviese varias décadas de manera exitosa. Es decir, la competencia es demencial.

Quedan, en ocasiones, en lista de espera novelistas, poetas o dramaturgos consagrados. Solo con haber publicado un libro, aunque sea autoedición, se pasa a esta categoría, donde concurren nombres de escritores de importancia. A ello debemos sumar que es bajo el número de becas que se entrega, y que el monto tampoco es muy significativo.

En este escenario, los autores se ven forzados a trabajar en lo que sea para ganarse la vida, y robarle tiempo al descanso o la familia para ocuparse de sus textos. Algunos recurren a oficios no calificados; otros, los más afortunados, se desempeñan jornada completa en aquello que estudiaron. Esto ha llevado a que muchos hagan carrera académica. Ser profesor de literatura es una salida que permite tener ingresos aceptables sin alejarse de su foco de interés. La otra alternativa es hacer talleres de cuento, novela, poesía, etc. Desde luego, los aprietos por los que pasa quien escoge esta opción son predecibles.

Como sea, la redacción de una obra literaria se da, en un 99% de los casos, en el tiempo libre que deja la actividad principal del creador, lo que hace que el mote de “escritor profesional” sea una broma de mal gusto o una cándida fantasía en nuestras tierras.

Buscar editorial

Si bien crear un libro es una faena complicada, ahí no acaban los problemas. La misión de conseguir una editorial que publique la obra es, la mayor de las veces, titánica.

Los sellos transnacionales operan, en demasiadas ocasiones, con criterios extraliterarios. Su decisión es no correr riesgos. Las novelas experimentales, de este modo, están vetadas; lo propio con autores desconocidos o principiantes. La exigencia de que los títulos tengan buena acogida de público conlleva un inevitable privilegio del valor comercial antes que la calidad literaria que presente el texto, habida cuenta que, por cierto, la calidad literaria nunca ha garantizado la venta de un solo libro, pudiendo actuar, incluso, al contrario, desincentivando la lectura si la obra llega a adjudicarse la “mala fama” de ser densa u oscura.

Las editoriales independientes, por su parte, deben jugársela por nutrir un catálogo con esfuerzos desmesurados. Ellas tampoco tienen muchos fondos en los que concursar para financiar sus proyectos. Pese a ello, publican, y mucho. Aunque, de todas formas,la cantidad de manuscritos que llegan a los sellos autogestionadoses demasiado ingente como para que puedan hacerse cargo de todos.A esto debe añadirse el fenómeno –a todas luces comprensible– de que han arribado a la edición independiente la mayoría de los escritores que ya tienen una obra consolidada, los que, por supuesto, tienen prioridad frente a otros menos conocidos.

La otra posibilidad es pagar por la publicación, para lo que existen varias casas editoras dedicadas exclusivamente a eso. Ahora bien, todos conocen las actividades de esos sellos, por lo que sus libros cuentan con un sesgo adicional, el de la autopublicación, lo que entorpece su ingreso a algunas librerías o aparecer reseñados por ciertos críticos, junto a un prejuicio infundado por parte de los lectores.

Comercialización del libro

Un hecho irrefutable es que la masa crítica de lectores en Chile es desalentadora. Conjeturas de por qué en nuestro país no se lee existen tantas como individuos reflexionando sobre el tema. Por eso, baste decir que el mercado es insuficiente.

La categoría de bestseller, sin ir más lejos, es bastante mentirosa en Chile. Los multiventas alcanzan cifras bajas en comparación a otros países de la región. Además, son excepciones que se cuentan con los dedos de una mano. Siendo optimistas, el éxito debe tocar la puerta de dos o tres novelas por año (y digo novela porque, simplemente, esto no ocurre jamás con poesía, dramaturgia o géneros referenciales).

La norma, en todo caso, es una venta que permite recuperar la inversión a la editorial, quizás ayudar a financiar otro proyecto todavía más minoritario, y entregarle al autor regalías simbólicas. La conclusión: nadie sensato puede pensar vivir de su labor literaria, por más seria que ésta sea.

Los concursos

A diferencia de España, por ejemplo, acá tenemos escasos premios literarios. Contamos apenas con los de la Revista de Libros de El Mercurio, los del Consejo del Libro y la Lectura, los municipales de Santiago, y poco más que eso (especialmente de cuento, como el de la Sech o Revista Paula). Desde luego, a estos certámenes –como a los fondos antes mencionados– concurren todos los escritores que aún respiren. De este modo, la competencia es despiadada.Escritores experimentados se miden en estas lides por ser la única fuente de prestigio y recursos económicos.

La difusión y la crítica

Un hecho constatable cada semana: los lanzamientos de libros no aparecen en los noticiarios y, en general, no son cubiertos por la prensa escrita ni radial. Así, la publicación de un libro pasa inadvertida para el gran público.

Por otro lado, la crítica especializada tiende a ocuparse de reseñar libros de autores que ya cuentan con cierto renombre. Para ser justos, esto ha ido cambiando en el último tiempo, y cada vez son más los críticos atentos a las editoriales independientes. Pese a ello–y también a diferencia de otros países–, en Chile son escasas las revistas de literatura. En el último tiempo han aparecido varias, y bastante buenas, en internet, pero su alcance es más limitado que el de los medios masivos tradicionales.

El diagnóstico que acabo de hacer no pretende ensañarse con un pesimismo absurdo ni victimizar a los escritores. Es, creo, una descripción bastante fidedigna de una escenario cultural empobrecido como el que tenemos, y que seguramente se puede extender, con mínimos matices, al cultivo de cualquier otro arte en Chile.

A contrapelo de esta realidad, un gran poeta dijo: “porque escribí estoy vivo”. La pulsión de la escritura es, al parecer, inextinguible, por más hostil que sea el contexto de producción. Solo cabe celebrar ese ahínco todos los días renovado por parte de los creadores, y la espléndida noticia que representa el surgimiento de cada nueva editorial por estas latitudes. Habiendo escritores jugados y editoriales dispuestas a publicar a cualquier precio a esos escritores jugados, los lectores podemos estar tranquilos.

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12 ene 2015

Se desplomó un mito

Ante el efecto devastador que ha adquirido el llamado caso “Penta”, la directiva en funciones de la UDI, principal partido político afectado por la investigación en curso y por su consiguiente impacto nacional, ha debido hacerse cargo (como ha podido), de un capítulo severamente negativo y muy duro para su organización y sus pretensiones futuras.

Tarea nada fácil, si además de la gravedad de los hechos en sí mismos, estos involucran a figuras decisivas de esa formación partidaria. La UDI está afectada en el núcleo de su sistema nervioso, razón más que suficiente para que su centro direccional esté viviendo una etapa de shock. Ni más ni menos. Si además judicialmente, se configura una práctica realizada en los hechos de forma institucional, su situación legal como fuerza política pasa a estar seriamente cuestionada.

Pero, no es aceptable que su actitud sea involucrar al conjunto del sistema político, tratando con ello equivocadamente de disminuir el enorme daño que la propia UDI sufrirá, inevitablemente, como resultado de estos vergonzosos hechos. No es válido pretender poner en tela de juicio la legitimidad de la institucionalidad democrática.

Esto pasa cuando en una declaración de “mea culpa” se justifican en una supuesta  “práctica generalizada” y sus voceros han dicho “que todos lo hacen” o que “esto siempre ocurre”. Estas aseveraciones son inaceptables. El criterio de manchar a los demás, para aliviar las propias culpas, es totalmente inadmisible.

En la intromisión ilegítima y desproporcionada del dinero en la política, a la UDI le toca un rol principal. Ese papel arranca desde hace décadas y surge en el irregular y fraudulento proceso de privatizaciones que tuvo lugar bajo la dictadura de Pinochet.

Las transferencias del patrimonio del Estado, acumulado gracias al esfuerzo de varias generaciones de chilenas y chilenos, fue en provecho de un puñado de adeptos incondicionales, escogidos por estar vinculados a la UDI; esos nuevos ricos y este partido estaban unidos férreamente en la defensa del régimen, que les transfería una riqueza a la que en otras condiciones jamás habrían accedido.

Esta alianza de civiles pinochetistas, enriquecidos de la noche a la mañana, se prolongó a lo largo de los gobiernos civiles de la transición. En ese contexto, parapetada en el sistema binominal y en el manejo de platas ilimitadas, la UDI abultó su  representación parlamentaria de forma tan voluminosa que se transformó en la fuerza política, con la mayor votación individual y el mayor número de parlamentarios.

Gracias al clientelismo que logró imprimir a sus campañas, ejecutando una especie de soborno masivo en los sectores más pobres, cosechó frutos electorales con decisivos efectos políticos.Entre otras repercusiones,  desplazó al partido Renovación Nacional a un lugar subalterno en la disputa dentro de la derecha, lo que le significó a la UDI ser el eje del pasado gobierno de Sebastián Piñera.

Cuando algunos repiten la crítica (valedera en diversos aspectos)  que en la transición democrática chilena, no se hizo tal o cual cosa, entre otros factores, pasan por alto, que el partido político heredero de Pinochet,  la UDI, es el que desde años, cuenta individualmente con el mayor número de escaños en el Congreso Nacional.  Las desproporcionadas cantidades de dinero, invertido en clientelismo consiguió ese propósito.

Por eso, ese Partido se dio maña para evitar las reformas constitucionales que, recién el 2005, permitieron eliminar la tutela militar del texto en que está consagrada la Constitución Política del Estado. Durante un buen tiempo mercantilizar la política le dio un fructífero resultado. Hasta ahora, cuando se ve sacudida por el escándalo del Pentagate.

Ésta es la raíz de la catástrofe política que hoy les golpea: acostumbrarse a una bolsa sin fondo para gastar cuanto quisieran sin importar el respeto a la ley. Así  se levantó un mito que hoy se desploma, aquel de la UDI Popular. Esa es la razón de que las consecuencias políticas le sean impredecibles y sólo se podrán medir a mediano y largo plazo.

Es curioso el fenómeno que afecta a estos grupos tan herméticos y cerrados, que presumen de una supuesta ortodoxia, de una rigidez invariable, de un rigor a toda prueba y, sin embargo, bajo la mesa asumen otra conducta y abjuran de cuanto presumen. Parece ser que el acendrado mesianismo de que hacen gala, no es más que una cubierta ideológica, que justifica a sus conciencias practicar cualquier tipo de conducta.

En fin, por el bien de la democracia chilena hay que solicitar rigor de los Tribunales de Justicia y un esfuerzo legislativo que ponga freno a gastos desbocados, en que gruesas sumas de dinero, se usan para obtener resultados por cualquier medio. Lo que está detrás  de esta encrucijada es si prevalece la política como un bien público o si está sometida a las fuerzas del mercado, es decir, que si un grupo logra recaudar una mayor cantidad de dinero ese es el que, finalmente, se va a imponer en el ejercicio democrático.

Hacer retroceder la cultura del clientelismo no será fácil. Una franja del electorado, lamentablemente, se acostumbró a que le regalen toda suerte de mercaderías, desde cajas de alimentos hasta relojes, anteojos e incluso televisores, sin olvidar el pago de las cuentas del gas, la luz o el agua, con ese descontrol se puede explicar que haya quienes envían un angustiado SOS, pidiendo “el raspado de la olla”.

Las elecciones son fundamentales para la estabilidad democrática, son las que garantizan la legitimidad de la autoridad que ejerce la tarea de gobernar. No pueden ser interferidas por las malas prácticas que ha sacado a luz el caso Penta. Se trata, de un tema de fondo, no hay democracia, sin elecciones libres y trasparentes, hay que cuidarlas y preservarlas por el futuro de Chile.

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