30 oct 2015

Jaque Matte

Quien fuera el presidente de la Asociación de Bancos, Jorge Awad, fue duramente criticado por los Matte por mostrarse a favor de la reforma laboral cuando la calificó de ser una reforma “por Chile”. Bien hace Awad cuando se pregunta ahora si este nuevo caso de colusión empresarial es en contra de Chile y en favor de los intereses de uno de los grupos económicos ligado a la derecha más poderoso.

Una señal buena y destacable, es que casi sin ninguna excepción, ha habido una condena transversal a este repudiable hecho aunque aún faltan algunas voces clave que han sido cercanos a los involucrados. La colusión de los grandes grupos económicos amenaza las bases de la libertad económica, es un “jaque Matte” al sistema que esos mismos grupos de poder dicen defender, y por eso es esencial que la condena sea unánime, sin ningún tipo de defensa corporativa, ni gremial ni menos política.

Lo curioso, es que cuando el país debate reformas y cambios normativos que van en favor de la gente, de emparejar la cancha para las familias, o cuando se trata de poner controles efectivos a los abusos de las empresas, estos dirigentes salen con todo a defender la “libertad”, el “emprendimiento”, las “reglas del juego” y la “autorregulación del mercado”.

Pero algunos de esos empresarios no han sido capaces de cumplir con ninguna de esas premisas. Es el momento de endurecer las penas y sobre todo reformar todo el sistema de retribuciones que estos conglomerados deben hacer a los afectados ante casos como este. Si se coluden y ganan mil, pero las multas son de 100, entonces estamos en presencia de un negocio redondo.

Los pollos, las farmacias, la Polar, son por el momento los ejemplos emblemáticos de malas prácticas y de afectación a los derechos de los consumidores y los ciudadanos, pero lamentablemente las compensaciones han sido de verdad inexistentes. En cambio, las fortunas obtenidas tras estos hechos, no serán tocadas nunca.

Esperamos que con esto sean más rápidos los aprendizajes que las recriminaciones. Esto indigna, sí. Pero más vale que se actúe con diligencia y firmeza para acelerar los cambios necesarios en pos de regulaciones que desincentiven estas prácticas.

El daño que se ha hecho es tremendo y resta ver si hay o han estado en operación otros carteles y colusiones que estén afectando los intereses de la gente. En este sentido, es esencial que las agrupaciones gremiales de empresarios sean implacables para mostrar su repudio, no sólo en palabras, sino también en hechos concretos.

Si seguimos permitiendo que se socave la confianza en las instituciones, en la economía, en la política, en el gobierno, ¿entonces qué país vamos a construir, defender y proyectar? La señal es preocupante, pero al mismo tiempo representa un desafío que requiere de fuerte liderazgo para reencausar a Chile por una senda de responsabilidad, confianza y crecimiento.

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30 oct 2015

¡La Papelera No!

Fue una de las empresas íconos del sector privado en comienzos de los 70, y este slogan fue hecho propio por miles de chilenos que veían en el gobierno de la época una grave amenaza a la libertad de emprendimiento, la propiedad privada y por esa vía el sojuzgamiento de las personas a través de la concentración del aparato productivo en el Estado.

¿Qué habrán sentido esos miles de chilenos, incluido quien escribe, ante los abusos denunciados en los medios de comunicación por esa misma Papelera? Sin duda, que al menos un poco de vergüenza, mucha rabia y el deseo que las empresas en colusión sean debida y efectivamente castigadas.

No tenemos muchas esperanzas de ello, a los responsables de las farmacias los sancionaron con “lecciones de ética”. A los coludidos por los pollos aun no les pasa absolutamente nada y así podemos multiplicar los ejemplos de cómo los poderosos suelen salir sanos y salvos en este nuevo sistema judicial y en el antiguo también.

¿Habrá que revisar la Reforma procesal penal que no está cumpliendo con lo que la sociedad desea? Bueno sería, por éste y otros varios casos.

¿Hasta cuándo el sistema económico vigente va a permanecer sordo y ciego ante los flagrantes delitos que cometen a diario los empresarios medianos y grandes? Nos encantaría poder dar una respuesta pero no lo sabemos, más aún intuimos que parte de las negociaciones para salir de la dictadura podrían haber pasado por estos temas. Y aquí estamos 25 años después, en eso como al comienzo; echamos de menos ese CIEPLAN vocinglero que proponía cambios y sustituciones para un sistema concentrador e inequitativo.

No es necesario haber pasado por ninguna universidad extranjera, ni tener pos-grados en economía para darse cuenta que a pesar de la apertura al exterior, el sistema económico nacional está mayoritariamente concentrado, con un Estado fuertemente limitado en sus atribuciones para impedir estos acuerdos delictuales o para promover la libre competencia; el rol subsidiario que le otorga la  actual Constitución es un freno muy bien diseñado en la dictadura.

También evidentemente falta voluntad de quienes han tenido el poder y que señalan no estar de acuerdo con estas prácticas, para mejorar los instrumentos jurídicos y económicos que permitan efectivas sanciones y cambios en las estructuras de las empresas para incentivar o  la existencia de mayores grados de competencia, que haga -como tanta gárgara hacen los economistas de derecha- del consumidor un verdadero rey del sistema.

Sabemos que  hay un proyecto del actual gobierno destinado a estos fines, que duerme hace meses en el Congreso  y cuando lo activen seguramente seremos testigos de la más amplia cocinería que remplace los cursos de ética por un par de reglazos de mediana intensidad en una  de las manos a elegir  por el castigado. Por poner algo ejemplar, digo yo.

El tema no resiste más, nuestro sistema no tiene mecanismos internos y  el  Estado no cuenta con todas las herramientas para ponerle el cascabel al gato.

Hace cuarenta y tantos años dijimos ¡la Papelera NO! Hoy con mucha vergüenza coreamos ¡Y la Papelera también!

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30 oct 2015

Las deudas de Sabat

No es de extrañar la reacción del ex alcalde Pedro Sabat frente a las evidencias de los problemas económicos que atraviesa hoy el municipio de Ñuñoa. Insultar a los integrantes del Concejo Municipal, fueran hombres o mujeres, asimismo a los funcionarios y jefaturas, fueron una práctica constante, una especie de impronta.

Pero no hay que perder el foco, no es con insultos que el emblemático militante de RN logrará evitar que se transparente el verdadero estado de las arcas ñuñoínas. No es denostando a quienes ejercemos el valioso oficio de la profesión docente que desviará la atención, al tratarme de ignorante en materia administrativa por ser profesora de filosofía.

Es evidente que la práctica autoritaria que por veinte años reinó en Ñuñoa, con decisiones tomadas a puerta cerrada, con escasísimos y poco efectivos espacios de participación, llevó a excesos en la gestión. El más importante, mencionado en todas partes, la llamada “Clínica de Ñuñoa”, edificio en que se han invertido 11 mil millones de pesos, que albergará un Cesfam y un servicio de urgencia comunal, presupuesto que alcanza para construir cinco consultorios equipados.

Asimismo, la propuesta presupuestaria de Pedro Sabat, año tras año, nunca trasparentó el porcentaje de recursos que corresponde a dotación de personal, en sus distintas modalidades, ya sea honorario, contrata o planta, en las distintas unidades.

Ello es de gran importancia, por un lado, para conocer cuál es la inversión real que se hace en los planes y programas; pero también permite saber cuál es el rol específico de cada persona que presta servicios al municipio. Sobre todo, porque existe un manto de duda respecto de contrataciones de la era Sabat, con un sueldo cercano al millón y medio, que no tendrían ninguna función definida.

La situación es tal, que según el alcalde Andrés Zarhi no hay recursos para contratar una auditoría externa. Pues bien, lo que corresponde es que los antecedentes sean presentados a la Contraloría General de la República, pues se acerca un nuevo proceso electoral y no es admisible que existan sospechas de esta envergadura en uno de los municipios chilenos que se jactó siempre de una administración impecable.

Desde la concejalía que represento, hemos requerido a la Contraloría dos investigaciones. Una por el caso de la construcción del Centro Comunitario de Salud Familiar (CECOF) de Villa Olímpica, en que se presentaron antecedentes falsos al Concejo, señalando que se trataba de un terreno de propiedad municipal, en circunstancias que su dueño real era Serviu.

También, por el incumplimiento de la Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades, que obliga a los ediles a enviar anualmente una planificación en materia de salud, previa aprobación de Concejo Municipal. En Ñuñoa, esto último, nunca se había llevado a cabo hasta el año pasado.

Son evidencias de una administración poco racional, enfocada en la visibilidad de los logros. Ejemplo de esto es el caso de la escuela Benjamín Claro Velasco, que será demolida y rehecha completa, utilizando el Fondo de Apoyo a la Educación Pública (FAEP) otorgado por el Mineduc. Son más de mil millones de pesos, 917 correspondientes al FAEP 2014 y parte del 2015.

Personalmente solicité en Concejo al ex alcalde Sabat reevaluar esta decisión, para atender también a otras necesidades del área. De haber sido así, probablemente, la escuela Guardiamarina Guillermo Zañartu, no habría pasado más de dos semanas sin luz, dado el pésimo estado de sus instalaciones eléctricas. La solución para esta comunidad escolar, fue pedir al Ministerio un adelanto de los fondos 2016, ya que el municipio de Ñuñoa no contaba con los 75 millones que costaba el arreglo.

Hoy la comunidad ñuñoína debate sobre planificación comunal en espacios generados en sus propios barrios, y demanda que su opinión sea considerada en la generación de las políticas locales.

Ese es el piso mínimo para asumir la responsabilidad de representar a la ciudadanía: ser parte del movimiento social y representar sus demandas. En Ñuñoa, esto equivale a restituir el ejercicio participativo y deliberante, una especie de nueva etapa en la que avancemos en la profundidad del concepto de nuestra democracia.

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30 oct 2015

¿Réquiem al peronismo?

El mes de octubre es el mes del peronismo. El día 8 en 1945 el General Ávalos obligó al Gobierno militar a deponer a Juan Domingo Perón, quien debió renunciar a la Vicepresidencia y al ministerio del Trabajo e ir detenido a la Isla Martín García. Pero antes Perón consiguió pronunciar por cadena radiofónica un discurso que sirvió para advertir de la situación a los sindicatos.

El 17 del mismo mes, marcharon sobre Plaza de Mayo –frente a la Casa Rosada- miles y miles de trabajadores y pobladores del cono urbano bonaerense a quienes los enemigos del peronismo llamaron “cabecitas negras”, “aluvión zoológico”, “grasas” o “descamisados”. Esa misma noche el Gobierno Militar se vio obligado a liberar a Perón, quien desde los balcones de la propia Casa Rosada dio un discurso para la multitud que cubría la plaza y que fue en realidad la primera proclamación social cristiana pública de la región. El Día de la Lealtad –el 17 de Octubre- es en la práctica el día fundacional del peronismo.

En este mes, este año, el 25 de octubre ¿Será el día del fin del peronismo?

Lo que no consiguió Spruille Braden, uno de los dueños de la empresa minera Braden Copper Company,  cuando como Embajador de USA, prácticamente encabezó la Unión Democrática –alianza de partidos desde conservadores a comunistas- para derrotar a Perón en 1946, parece que lo están consiguiendo los propios peronistas o que se dicen peronistas.

Todo comenzó con la llegada de Carlos Saúl Menem. Él logró –con el concurso de su Ministro Domingo Cavallo- llevar al peronismo al más profundo neoliberalismo y el proceso destructivo está terminando con el matrimonio Kirchner que, instalado al otro extremo político, fue una manifestación stalinista, que a pesar de recuperar los valores fundacionales del movimiento, la soberanía política, la independencia económica y la justicia social, no ha logrado reactivar el espíritu militante que caracterizó a los seguidores de Perón.

Domingo 25

Este día marca un antes y un después que difícilmente olvidarán los dirigentes peronistas. El antes es la seguridad de ser los vencedores por lo que decían las encuestas, que siempre son mentirosas, sumado a la autosuficiencia mesiánica de los izquierdistas del kirchnerismo.

El después es la constatación de que es el propio “fuego amigo” el que ha permitido que Mauricio Macri pueda llegar en segunda vuelta a ser Presidente.

Es tan así que el tercer posicionado en la contienda había sido Ministro del actual Gobierno. Sergio Massa es un peronista llegado en tiempos de Menem desde el riñón  de la más tradicional derecha argentina, pero militante al fin y obtuvo más de un 20% de votación que sumado al 36% de Sciolli daba presidente peronista sin discusión.

No hay que dejar fuera a Rodríguez Saa –algo más del 2%- a lo que debemos sumar los votos que abandonaron al peronismo gobernante y se trasvasijaron a la derecha macrista.

Cuando llegué a este país cuarenta años atrás me contaban una anécdota. Por el barrio de Constitución, poco después del derrocamiento de Perón, había una mujer ya de edad que poseía un quiosco de diarios.  La mujer era peronista a toda prueba. La Revolución Libertadora, Fusiladora la llamó el pueblo, había prohibido todo tipo de manifestación peronista, incluso términos que usaban habitualmente y también el himno de los descamisados. Esa mujer todos los días lo cantaba en su quiosco y todos los días la llevaban detenida. Esa lealtad hoy no existe en el partido.

A esto se debe sumar el trabajo de la nueva Gobernadora de Buenos Aires María Eugenia Vidal, una activista del macrismo en la Capital, que cambió, o mejor dicho volvió atrás, con las formas de búsqueda de votos. Volvió a caminar las calles y golpear las puertas una por una, cara a cara con los electores. Así ganó por más de cinco puntos la Gobernación, lo que ha sido el gran impulso a la candidatura de Macri.

El mañana está marcado por el hoy.

Ya algunos viejos dirigentes peronistas han manifestado que votarán a Macri en segunda vuelta, así como también candidatos muy votados de la lista de Massa o el presidente de su bloque de diputados, han declarado que votarán a Sciolli.

Como lo dije en mi artículo anterior el massismo definirá esta segunda vuelta, pero ahora no tengo la seguridad de que sea a favor de Sciolli.

Es posible que muchos de ellos le den el triunfo a Macri, que es algo así como Piñera, la derecha. Con la diferencia que Piñera creó grandes empresas y Macri tiene la fortuna de su padre que se hizo multimillonario con la estatización de su deuda privada.

El peronismo, como movimiento social y político está desapareciendo. Seguramente continuará como partido, pero ya no será el peronismo que nació el 17 de octubre de 1946.

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29 oct 2015

Entre la oportunidad y el oportunismo

El país sigue con consternación los avatares del paro de trabajadores y trabajadoras del Registro Civil, precisamente en momentos en que se debate el Proyecto de Ley que moderniza las Relaciones Laborales.

Una vez más, una crisis resulta una excelente oportunidad para ampliar las perspectivas de análisis. Si hasta ahora se ha puesto énfasis en supuestos impactos negativos que tendría avanzar en la reforma laboral, la situación que vive el Registro Civil obliga a cambiar el foco y analizar las consecuencias de seguir demorando la mínima puesta al día en materia de derechos laborales.

El paro mencionado pone al descubierto qué es lo que sucede cuando no existe regulación para el ejercicio del derecho de huelga. Al no haber canales de expresión, el sistema se desborda. En las últimas décadas, no ha habido voluntad de ningún gobierno de ingresar al Parlamento un proyecto de ley que consagre los derechos colectivos de los funcionarios públicos, por ende, no existen mecanismos institucionales para administrar los conflictos en el sector.

Quienes a partir de lo que ocurre en el Registro Civil reivindican la opción del reemplazo en huelga, caen en un oportunismo que en nada ayuda, a la vez que incurren en el error de mezclar situaciones del sector privado con las del sector público.

Es evidente que el paro perjudica fuertemente a la ciudadanía. Sin embargo, para resguardarla de daños mayores existen los turnos éticos.

Vulnerar derechos laborales nunca será  buen camino para la resolución de conflictos de esta naturaleza que, por el contrario, requieren más y mejor diálogo, más y mejor gestión política, y una legislación laboral a la altura de un país democrático en el siglo XXI.

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29 oct 2015

No a la ley Longueira

Dentro de la lucha contra la corrupción que nos tocó protagonizar desde nuestra llegada a la Municipalidad de Recoleta, hemos enfrentado, en más de una oportunidad, visiones y criterios particulares que afirman que los derechos adquiridos, derechos son y que no son discutibles una vez que estos han nacido, incluso, aunque los mismos hayan emanado de una evidente mala fe o de algún delito, en su tramitación.  Esta visión, se ha amparado siempre en la actual Constitución que pone por sobre el bien común y por sobre cualquier otra consideración, el derecho de propiedad.

Sin embargo, en la sentencia de primera instancia del juicio en curso entre la Municipalidad de Recoleta y las inmobiliarias dueñas del Proyecto que comprende la sede de la Universidad San Sebastián, en el barrio Bellavista, la justicia ha confirmado la tesis esgrimida por nuestra administración, basada en numerosa jurisprudencia internacional, que afirma que ningún derecho puede nacer o basarse en actos ilegales o en la mala fe de quienes han intervenido, ya sea desde el mundo público o del mundo privado, en la generación de esos derechos y que sería una pésima señal para la sociedad toda, que tras la imposición de una pena por infringir la ley, el delincuente pudiera retener el producto del delito.

En el mismo sentido, es legítimo llamar la atención sobre numerosa información aparecida en diversos medios, que nos permite pensar que la ley de pesca, más conocida como Ley Longueira, que ha establecido derechos a perpetuidad sobre los recursos marítimos de nuestro país, para 7 familias, que en el último tiempo se han fusionado en tres grandes conglomerados que controlan el 76% de la capacidad pesquera industrial de Chile, en desmedro de la pesca artesanal y de la sustentabilidad de nuestros ecosistemas haya sido aprobada en condiciones y con acciones que pudieran llegar a ser ilegales, incluyendo posibles delitos de asociación ilícita, cohecho y soborno, tanto en la figura del Ministro encargado de la tramitación de la misma como, de algunos diputados y senadores, principalmente de la UDI, que aprobaron dicha ley.

En ese contexto, corresponde felicitar las acciones de los parlamentarios del partido comunista, Daniel Nuñez y Hugo Gutierrez, que han anunciado acciones legales tendientes a derogar o anular la mencionada ley por cuanto los derechos que han emanado de la misma, fueron aprobados con los votos de algunos “honorables”, que respondiendo a incentivos significativamente distintos y distantes de los emanados de su mandato popular y por supuesto, del interés general de la Nación, privaron a las y los chilenos de recursos que pertenecen al conjunto de la nación.

No esperamos una disculpa de los involucrados, porque para pedir disculpas se requiere, en primer lugar, reconocer el daño causado; luego, arrepentimiento sincero; después, compromiso de no volver a hacer lo mismo y por último, voluntad real de reparación, condiciones y actitudes todas, que a la luz de los hechos, no podemos esperar de los involucrados.

Por lo mismo, es necesario que nuestro gobierno respalde las iniciativas anunciadas y que a la brevedad posible vuelva nuestro mar a ser de todas y todos los chilenos.

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29 oct 2015

La banalidad revolucionaria

Es llamativo escuchar cánticos de jóvenes universitarios chilenos como los de la Universidad Católica, en que reivindican el régimen cubano o dicen ser herederos de Ernesto Che Guevara, Fidel Castro o Hugo Chávez. Sin embargo, eso que muchos ven con beneplácito como un romanticismo idealista digno de todo aquel que tiene al socialismo y “la justicia social” como fin, esconde una banalización brutal de lo que realmente fueron y son las dictaduras socialistas.

A lo largo de la historia, la frivolidad frente a tiranías socialistas ha sido muy común entre élites políticas e intelectuales de izquierda, que no las viven directamente y que desde lejos han tendido a negar o ver con cierta simpatía el muro, los juicios sumarios, las purgas o el gulag. Siempre desde lejos han promovido la gran mascarada del socialismo.

La misma tendencia se aprecia hoy en Chile entre los nuevos “jóvenes revolucionarios” que tienden a banalizar (tras la retórica de entender cada proceso en su contexto) dictaduras como la cubana y venezolana. Para ellos son democracias diferentes. Pero ellos no las viven sino que, a diferencia de cualquierdisidente cubano o incluso venezolano hoy día, gozan de libertad política y de expresión sin miedo a ser apresados o perseguidos.

En ese sentido, la banalización desde lejos de las dictaduras en Cuba y Venezuela tiene relación con los espacios de libertades y bienestar en que las nuevas élites socialistas de todos los partidos han crecido y se han desarrollado en Chile.

Es fácil hacer apología del socialismo sin estar en el barrio de Regla en La Habana o sufriendo la escasez en algún barrio de Caracas, sino que tomando una cerveza o café comprados en cualquier supermercado sin necesidad de tarjeta de racionamiento, sentado en la tranquilidad de algún bar de Plaza Ñuñoa o un Starbucks del campus San Joaquín.

George Orwell, en un notable ensayo titulado En el vientre de la ballena, donde criticaba la idolatría y condescendencia de la izquierda británica a la dictadura de Stalin, decía algo que bien se ajusta a Chile: “Para esa gente, cosas tales como las purgas, la policía secreta, las ejecuciones sumarias, las detenciones sin juicio, etc. etc., son demasiado remotas para ser aterradoras. Se pueden tragar el totalitarismo, ya que no tienen ninguna experiencia de nada, excepto de liberalismo”.

Los jóvenes chilenos, sobre todo las élites socialistas de la UC o la Chile, aún viven en el vientre de la ballena. Desde ahí es fácil hacer apología de una dictadura lejana.

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29 oct 2015

La derecha sabotea el proceso constituyente

Para variar, la derecha sigue con la del bandido.

Durante la discusión del Presupuesto 2016 destinado por el gobierno para implementar el proceso constituyente, tanto la UDI como Renovación Nacional intentaron sabotear uno de los compromisos de campaña de la Presidenta Michelle Bachelet: crear una nueva Constitución.

Mediante una fallida indicación propusieron asignar mil pesos a las actividades propuestas por la Secretaria General de la Presidencia (Segpres) y la Secretaria General de Gobierno (Segegob). Se trata de cerca de 2.600 millones de pesos para folletería, monitores, estudios metodológicos para recolectar opinión de ciudadanos, difusión, plan de medios y el funcionamiento del Consejo Ciudadano.

Según ellos, la primera etapa de información y educación cívica “no da garantías de imparcialidad y transparencia”. Dicen, con total desparpajo, que es “adoctrinamiento político ideológico”. Incluso, el senador Coloma fue más allá y acusó a la Presidencia Bachelet de “instalar un gen cancerígeno” en la discusión.

Otra línea de argumentación para oponerse a aprobar los recursos fue que Chile tiene mucha necesidades que podrían suplirse con los ítems destinados a la información del proceso constituyente.

Sin embargo, la derecha no posee calidad moral para sacar al pizarrón democrático, porque tiene un kilométrico tejado de vidrio.

En primer lugar, son autores intelectuales de la redacción de la Carta Magna neoliberal de 1980 y de su blanqueamiento mediante un fraudulento plebiscito liderado públicamente por el dictador Pinochet y con Jaime Guzmán desde las sombras.

La Comisión Ortúzar, los 12 elegidos para elaborar la principal carta de navegación del neoliberalismo, operó desde 1973 a 1978 con millonarios gastos reservados y liderada formalmente por el abogado y ex ministro de justicia de Jorge Alessandri, Enrique Ortúzar

La Comisión de Estudios para la Nueva Constitución fue creada por los cuatro generales y se relacionó formalmente con el gobierno a través del ministerio de Justicia, nominó a sus integrantes, creó subcomisiones y nombró asesores.

Como usó gastos reservados, hasta ahora sabemos muy poco de cuánto desembolsó el Estado y de dónde provinieron todos los recursos. Quizás, como punta de iceberg, sabemos que hay dos glosas presupuestarias que se refieren a ella.

La primera es en la partida del ministerio de Justicia del año 1975, donde se incluyen “Eº 5.000.000 (Escudos) para los gastos que demande la Comisión de Reforma Constitucional para 1975″.

En la partida de Justicia de la ley de presupuesto de 1976, se anota dentro del ítem de Servicios Generales una glosa que “incluye la suma necesaria para los gastos que demande la comisión de Reforma Constitucional para 1976 …” Es decir, una glosa “cheque en blanco”.

Respecto del financiamiento de la labor desarrollada por el Consejo de Estado y la Junta Militar (los otros dos actores de crear el laberinto neoliberal) no hay datos en las leyes de presupuesto.

Ahora, la derecha, en plena discusión presupuestaria, vuelve a llenarse la boca con principios y conceptos que jamás respetaron ni ejercieron durante la dictadura: transparencia, garantías de igualdad, tolerancia y buen uso de los recursos.

La derecha olvida que la Comisión Ortuzar refundó el orden constitucional bajo un feroz terrorismo de Estado, profunda crisis económica, sin Congreso y sin libertad de prensa.

Es cierto cuando se dice que la Constitución del 80 tiene dos papás: RN y la UDI. Y también es cierto que harán todo lo que esté a su alcance para impedir su inminente colapso institucional, aquel que los borrará de la ilegítima hegemonía.

A su vez, los grandes empresarios, los súper ricos de Chile, se van quedando sin herramientas legales e ilegales para dominar la política. Casos como Penta y Corpesca develan como fortunas amasadas ilegítimamente “pusieron la música” a la interminable transición.

Pero el escenario marca un cambio de tendencia hacia un proceso cada vez más democrático. Comienzan a soplar nuevos vientos y por su parte la tierra se mueve para que todo se transforme.

Es interesante el proceso constituyente en curso, porque permitirá a miles de ciudadanos saber de qué se trata una Constitución y cómo impacta en su vida cotidiana.

Como nunca en la historia de Chile tenemos la oportunidad de que las mayorías redactemos una Carta Magna. Desde la fundación de la República siempre ha sido obra de élites.

Con la nueva Constitución debemos dejar atrás el duro paréntesis dictatorial neoliberal y retomar el ancho camino de lucha por conquistar derechos. Será el retoño democrático de Chile y debemos forjarla con la mayor cantidad de savia posible.

Debemos seguir en la lucha para conquistar un Congreso 2018-2022 que ensanche la justicia social, la soberanía y vida democrática de Chile.

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29 oct 2015

Halloween, fiesta típica

En las cercanías de una nueva noche del 31 de octubre al 1 de noviembre, reaparece el debate que a esta altura ya parece ocioso sobre la fiesta de Halloween “que llegó para quedarse”. Hay muchas quejas sobre lo extranjero de esta festividad, las que no dejan de tener cierta razón, pero si es por eso sólo debiéramos celebrar 18 de septiembre y 21 de mayo.

Muchos conocíamos de oídas la historia de Halloween, en parte por el bello capítulo de Charlie Brown y sus amigos donde Linus prefería ir a esperar a la Gran Calabaza en lugar de recolectar dulces.

Además siempre fue costumbre en la comunidad estadounidense realizar esta fiesta, principalmente en el barrio alto de Santiago aunque alguna vez fui testigo de una celebración por parte de estudiantes norteamericanos en la Universidad de Chile.El año 2008 me tocó estar el 1 de noviembre en Francia, y la discusión era la misma sobre la adopción de tradiciones gringas. Y eso que los franceses son de origen celta, el mismo origen de esta festividad.

Ignoro si el inicio de que se empezara a celebrar esta fiesta acá en Chile fue por lo mencionado anteriormente, o producto de la globalización o los intereses comerciales de las grandes empresas que necesitaban rellenar con algo el vacío entre fiestas patrias y navidad (aunque muy probablemente la respuesta sea “todas las anteriores”), es que la costumbre prendió y muchos agarramos el vaso de navegado y comenzamos a despotricar contra el imperialismo norteamericano, el colonialismo y la transculturización. Pero esperemos un momento.

Primero, ¿teníamos algo que fuera comparable a esta fiesta? Quizá la noche de San Juan podría acercársele, aunque la fecha de junio tiende a ser más de puertas adentro y con un tinte siniestro que no deja de ser interesante, pero no equivalente.

Segundo, la sociedad misma (y esto venía ocurriendo antes del golpe) ya no era de fiestas de la primavera ni grandes celebraciones colectivas y organizadas. Nunca fuimos de carnavales ni disfraces.

Y tercero, quizá lo más importante, para un niño la perspectiva de disfrazarse y salir a pedir dulces suena de lo más tentadora. Vayan a prohibirle algo así a un pequeñín.

Halloween puede ser artificial, yanqui e impuesta pero tiene ciertas virtudes. Conlleva una interacción entre vecinos que ninguna otra fiesta ha podido generar, fortaleciendo la vida comunitaria. También es una experiencia familiar, los niños recordarán por siempre los paseos con sus padres/tíos/abuelos, a veces junto a vecinos y primos, más allá de los dulces recolectados y la indigestión posterior. Y hace uso pacífico de espacios urbanos que normalmente ignoramos, como las calles del barrio.

¿Y es tan gringo Halloween? Tiene su origen en una tradición celta posteriormente cristianizada y luego exportada a Estados Unidos. Y acá en América Latina durante la conquista se sobrepuso a tradiciones de los pueblos originarios, también relacionadas con la muerte y los antepasados.

El ejemplo más claro es el día de muertos en México. Pero también en nuestras tierras tenemos un antecedente que quizá ha estado todo estos siglos en nuestra memoria profunda, el Aya Marqai del imperio Inca (sí, gran parte del Chile actual fue parte de ese imperio). A inicios de noviembre se sacaban a los muertos de sus tumbas, los llevaban a sus casas, vestían y ofrecían comida en su honor además de dedicarle cantos y danzas. Obviamente esto no les pareció a los conquistadores y la hicieron calzar con el día de Todos los Santos. Quizá toda esta actual campaña de marketing hizo despertar algo en nuestro subconsciente que venía de antes de los años de Diego de Almagro.

Por ahora sólo nos queda acompañar a los niños a buscar dulces y, siendo optimistas, esperar que esta celebración que no pudimos ignorar, podamos, al menos, chilenizarla.

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28 oct 2015

Derribar el muro de la desinformación

Semanas atrás, en el Caupolicán, la Presidenta Bachelet  afirmaba la necesidad de “derribar el muro de la desinformación”. Algunos han querido ver en esa frase un absurdo, una pretensión de culpar a los medios por las dificultades que experimenta la implementación del programa de gobierno.  Desde una posición de interesada ingenuidad, los críticos esquivan el problema y se lanzan sobre la gestión, o derechamente sobre el contenido de las reformas, como la causa de las malas cifras que las encuestas le atribuyen a éstas.

Los hechos, sin embargo, nos enseñan otra cosa. La oposición, deslegitimada y sin discurso, es auxiliada en su resistencia a los cambios por actores políticos no reconocidos como tales. Las grandes cadenas de medios dieron soporte a una campaña que instaló dudas y mitos. Así ocurrió con el masivo cierre de colegios que traería la ley de inclusión, o con la debacle que para la clase media acarrearía la reforma tributaria. Pero los colegios no cerraron.

Un estudio reciente del Banco Mundial concluyó que el 73% de la mayor recaudación de la reforma tributaria proviene del  0,1% más rico .

Ahora es el turno de la nueva Constitución. Desde un tradicional diario se echó mano a un viejo recurso:  la etapa de educación cívica quedaría a cargo del PC, factor de riesgo -y terror- para el conservadurismo local. Despejado el rol de los comunistas, la secuencia de réplicas y dúplicas permite sembrar la idea del “proselitismo” como amenaza a la validez del proceso. Una maniobra astuta que, además de contaminar el debate, persigue obtener garantías exorbitantes para las fuerzas políticas derrotadas en las elecciones de 2013.

No hay en nuestro país, como afirman algunos, un espectro de medios que asegure pluralismo. El clima de hostilidad hacia cada una de las reformas -votadas por la mayoría- es prueba de ello. Es sintomático que el discurso de Bachelet en el Caupolicán no fuera transmitido en vivo por la televisión abierta, una modesta señal en internet cumplió esa función.

Son positivas las señales y acciones del gobierno encaminadas a mejorar la comunicación con los ciudadanos, como el acercamiento a los canales regionales y la difusión de boletines. Pero no resultan suficientes para derribar el muro de la desinformación.

Esa difícil tarea demanda apuestas más audaces, de largo alcance, que desafíen ideas tecnocráticas preconcebidas que incluso han permeado a sectores progresistas. Tal vez, el primer paso sea entender que la comunicación, ejercida por los mandatados por el voto popular, es una función tan legítima como construir un colegio o representar los intereses del país en el exterior.

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