02 dic 2013

El rumbo que llevará el barco

Si, como todo indica, Michelle Bachelet vuelve a la presidencia, necesitará marcar un rumbo claro a su gobierno y despejar desde la partida cualquier confusión sobre los objetivos concretos que pretende alcanzar. Su equipo de colaboradores deberá tener unidad de propósitos y asegurar una gestión eficiente. Y debemos considerar que el espíritu crítico ha crecido en la sociedad.

Lo decisivo no es sólo cómo empieza un gobierno, sino cómo termina. En otras palabras, cómo recibe el país y cómo lo entrega.Ello obliga a definir metas que puedan alcanzarse en 4 años, lo que no significa que no se puedan impulsar proyectos que excedan el mandato presidencial: todos los gobiernos lo hacen, lo cual da continuidad al Estado y a los planes de desarrollo. Pero el gobierno que inicie su gestión en marzo de 2014, deberá rendir cuentas por los resultados concretos que alcance dentro del período.

Las altas expectativas pueden convertirse en un problema para la tarea de gobernar si no se advierte a los chilenos ahora mismo sobre lo complejo que es equilibrar las demandas y las posibilidades.

Por ejemplo, es mejor no crear la ilusión de que la reforma tributaria será una especie de varita mágica con la que se podrán atender todas las necesidades en corto tiempo. De partida, su tramitación será compleja y habrá que estudiar sus efectos en la actividad económica.

Es plenamente válido el objetivo de elevar los impuestos a las empresas y a los sectores de mayores ingresos, pero las fórmulas específicas darán lugar a un debate parlamentario necesariamente prolongado.Sería un error creer que ahora habrá una “mayoría automática” en el Congreso.

Corresponde tratar a los ciudadanos como adultos, o sea, hablarles claro respecto de lo que se puede y lo que no se puede conseguir en los años que vienen. En otras palabras, advertirles que no se puede esperar todo del Estado y que no queda sino establecer prioridades.

La salud es una prioridad absoluta, aunque en la campaña se ha hablado menos de ello que de la bien sonante “gratuidad universal en la educación superior”.Chile necesita un sistema público de salud que esté en consonancia con los avances conseguidos en otras áreas.

El mayor logro de los gobiernos concertacionistas fue el Plan Auge, pero las necesidades son mucho mayores, en un contexto de envejecimiento de la población.La atención primaria es muy deficiente, la falta de especialistas en los hospitales ha hecho crisis y los costos de los medicamentos son demasiado altos para personas que reciben pensiones bajas. La evaluación global del próximo gobierno estará muy ligada a los avances en materia de salud.

Chile necesita potenciar los avances conseguidos en diversas áreas. El próximo gobierno partirá de lo que existe, y tendrá la suerte de recibir una economía dinámica, con buen ritmo de crecimiento y bajo desempleo. Habrá que asegurar que ello se mantenga y que crezca la inversión nacional y extranjera. La marcha de la economía es simplemente crucial para que el país no pierda el paso del progreso y pueda reducir las desigualdades de manera sostenible.

Algunos discursos entusiastas parecen darle a la palabra “cambio” una especie de poder mágico.Es como si su sola invocación aclarara el panorama sobre el futuro.

Tratándose de gente joven, puede entenderse que imaginen que basta con las buenas intenciones para que los cambios provoquen por sí solos una realidad mejor que la que existe.El problema es cuando algunos políticos avezados se afanan por sintonizar con los jóvenes y no se molestan en explicarles que los cambios pueden mejorar las cosas, pero también empeorarlas. Como dice Giovanni Sartori, se trata de gestionar bien los ideales.

El gobierno y el Congreso tendrán que ponerse de acuerdo el próximo año para abordar inteligentemente los cambios constitucionales. Hay que evitar a toda costa que se produzca una larga y desgastadora pugna que afecte la gobernabilidad y termine esterilizando los esfuerzos por mejorar nuestra institucionalidad.

Un gobierno que inicia su labor es como un barco que recién zarpa. Simpaticemos o no con el capitán, queremos que navegue en la dirección adecuada.Nos podemos imaginar los graves problemas que pueden crearse si parte de la tripulación no colabora lealmente con quien está al timón.Necesitamos que los vientos y las mareas no hagan perder el rumbo.Y deseamos naturalmente que el barco llegue a buen puerto.

Chile puede seguir progresando en los próximos años. Habrá que colaborar para que así sea.

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02 dic 2013

Por qué se desprestigió la política en Chile

Expondré lo que considero ser el factor principal del presente desprestigio.

Hará unos ocho años, un candidato a la presidencia de la República pensó que había descubierto el secreto del triunfo en su postulación. La fórmula consistía en averiguar qué es lo que el público deseaba y el candidato debía entonces prometerlo. El que mejor respondiera a los deseos de la gente ese se aseguraría el triunfo.

Esta fórmula tocaba la tecla del egoísmo de cada posible elector.Y usando esta fórmula Joaquín Lavín casi se aseguró el triunfo.Su contendor tuvo que hacer mil dibujos para superar la emergencia.

Lavín fue vencido pero su fórmula prevaleció en las costumbres electorales de Chile. En la práctica lo prevalente eran las promesas del candidato. Después el criterio para juzgar su comportamiento, usado tanto por el gobierno como por la oposición, era evaluar la proporción entre las promesas cumplidas y las que no se cumplieron. Todos suponían que la tarea fundamental del presidente era cumplir sus promesas y lo mismo podía decirse de las tareas del senador o el diputado en referencia a sus respectivas regiones.

Esto es la banalización o más bien la perversión de toda política. Es convertir la política en una transacción comercial.Es la compra de votos otorgando promesas y favores.

Antiguamente los votos se compraban con 5 pesos y una empanada. Hoy, con las promesas presidenciales. Estas operaciones tienen un nombre: cohecho, o bien soborno.

La verdadera tarea del político es el bien común. Su prestigio es constituirse como la persona capaz de discernir sobre el mismo, de legislarlo y de ejecutarlo en bien de la nación y de cada región. El político ha de estar por encima de los intereses particulares, los suyos y los de otros.

El político será candidato por Chiloé, pero está libre para discernir si el puente sobre el canal de Chacao sería el gasto de mayor bien para la isla.Nuestro candidato representará a Aysén pero está libre para discernir si la represa hidroeléctrica es en realidad exigida por el beneficio de Chile.

Es cierto que las regiones tienen sus respectivos intereses pero entonces habrá que equilibrarlos con los de la nación. Y es posible porque el bien común de la región y el del país se complementan mutuamente en una nación unitaria.

El político distingue la política del partidismo político. El partidismo es necesario. Se ocupa de los medios, pero el norte de la política son los grandes bienes que pide el bien común de la patria.

Esos bienes son normalmente de largo alcance.La educación, la salud, la energía, la equidad y justicia se desenvuelven a la larga -decenas de años- y por tanto superan los cortos períodos presidenciales.Hay que tener un alma grande que trascienda los pequeños intereses de particulares y de partidos.

Hemos de rescatar la política del pequeño mundo de intereses egoístas en que la hemos sumergido, pero también hemos de rescatar la opinión pública, el sentido común que hemos creado en nuestro pueblo sobre lo que significa una nación, el amor patrio.

Chile y su bien común no es la suma de los bienes e intereses de cada particular. El verdadero bien común trasciende los intereses egoístas de cada uno, implica el amor al compatriota y aún más allá, a la humanidad. La disposición de sacrificarse por los otros. Se ha de elegir como nuestro presidente al que es capaz de sacrificarse por el bien de todos y de servir el bien de todos.

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02 dic 2013

Michelle Bachelet, un primer escalón

Los dichos de la historiadora señora Lucía Santa Cruz – en el contexto de un seminario en el reputado “ThinkTank” del conservadurismo “Libertad y Desarrollo” – han desatado una polémica y han puesto de manifiesto lo peor del discurso de la derecha chilena. Intentar la comparación entre el programa de Bachelet y aquel que caracterizó a la Unidad Popular hace más de cuarenta años pareciera un exceso, cuando no, un despropósito.

Hasta donde se sabe, el programa de Michelle Bachelet constituye el inicio de un proceso de reformas de mediana intensidad en cuestiones tributarias, educacionales y constitucionales.

Muchas de tales reformas son parte del “sentido común” en muchas democracias más avanzadas del orbe y que solo la visión ultra conservadora transforma en una amenaza, un “primer escalón al socialismo”.

Un discurso tal resulta ser sintomático de una elite que todavía arrastra el “síndrome Pinochet”, una visión estrecha y reduccionista de la realidad histórica, política y social que quiere prolongar la oscuridad de “Chacarillas” hasta el presente.

Nuestra sociedad anhela mayoritariamente cambios democráticos. Los reclamos de los estudiantes y de los trabajadores se hacen sentir con fuerza en las calles de nuestras ciudades, ante una derecha que se encuentra paralizada en sus miedos, carente de ideas y respuestas frente a este momento de la historia.

La dictadura militar y su herencia logró congelar la situación política en el país en un “statu quo” que permitió un enriquecimiento, sin límites, sin riesgos ni responsabilidades de una elite insensible y ayuna de visión histórica. Pero el tiempo no se detiene y lo que ayer se impuso por la fuerza, es rechazado hoy por la mayoría de los chilenos.

A diferencia de la experiencia de la Unidad Popular, el mundo de hoy ya no se encuentra en la polaridad que significó la “Guerra Fría”. Vivimos un presente marcado por una creciente “conciencia ciudadana” que no reclama utopías sino soluciones concretas y urgentes a los graves problemas que nos afectan, todo ello en un clima democrático que garantice los derechos de todos los chilenos.

La ultraderecha insiste en un obsoleto discurso pasatista como parte de su campaña de terror para contagiar sus miedos a las nuevas generaciones y se aferra a su vetusta constitución como única garantía de sus privilegios.

Lo que se esconde detrás del discurso de extrema derecha es el miedo, el miedo, en primer lugar, a la voluntad de las mayorías expresada en las urnas, un miedo profundo a la democracia. Un miedo paranoide al cambio y al futuro.

Como no había ocurrido en cuarenta años, la derecha descubre que el neoliberalismo de su mentado “modelo chileno”, heredado de una cruel dictadura, ya no convoca a los chilenos.

Tales han sido las injusticias, las desigualdades y la corrupción que amplios sectores están hastiados de los bajos salarios, del lucro codicioso y del abuso.

El programa de Michelle Bachelet representa un primer escalón hacia una democracia más inclusiva y participativa, una verdadera democracia para el siglo XXI.

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02 dic 2013

Del modelo y los derechos sociales

Trabajo decente, descanso adecuado, protección y acceso universal a la salud, a la educación, pensiones dignas, salarios justos, viviendas humanas, entre otros.Sí, los habrá escuchado proclamar y vocear de seguro lector/ora, en estos últimos tiempos, en la calle, en la radio, en la televisión.

Pero también habrá escuchado decir que no se avienen con el modelo económico-social prevaleciente, que se denomina como neo-liberal, o de mercadismo desregulado y extendido.Es decir, el reconocimiento y resguardo de los derechos sociales (DESC) no caben en el actual marco constitucional.

Y, fíjese que hace poco, un destacado miembro del gobierno cívico-militar daba las razones: mire, la verdad, es que esos no son derechos.Cada cual tiene que procurarse esos bienes sociales como pueda, vendiendo cosas, endeudándose, como pueda.No hay una responsabilidad del conjunto hacia cada uno de sus miembros.

En otras palabras, si usted no tiene capacidad monetaria suficiente para acceder a esos bienes, pues entonces, dicho popularmente, se “jode”. Raramente hemos leído tanta franqueza en lo que implica la filosofía neoliberalista, la misma que sostiene la derecha política, económica o militar hace años.

Es una filosofía que niega los derechos humanos, salvo, aquellos referidos a los movimientos individuales y a la propiedad. El ex subsecretario de Economía en el régimen cívico-militar remacha diciendo que los derechos a la educación y la salud simplemente “no existen”.

Por lo cual podemos colegir que tampoco existen los derechos a un trabajo decente, a un descanso reparador, pensiones realmente dignas, un transporte verdaderamente “público”.

Esta filosofía es un anti-humanismo a cabalidad. Representa la transvaloración de todos los valores.El humano se convierte en una billetera ambulante.No tiene necesidades, por tanto, tampoco tiene derechos.Solo preferencias.

Cuando se le pregunta al ex subsecretario por los reclamos en torno a derechos en salud y educación responde: “ Es que no existen los derechos. Yo creo que hay derecho a la vida, derecho a la libertad, derecho a la búsqueda de la propia felicidad, pero no hay derechos”. Ya ve usted. A confesión de parte, dice el refrán, relevo de pruebas.

Todo ello en línea con lo que afirmaba doña M.Thatcher – admiradora y amiga de don Augusto (no el romano)-, cuando decía, “no existe la llamada sociedad: sólo hay individuos”.

Y fíjese usted, resulta que el Estado chileno ha suscrito los dos Pactos Internacionales, uno, el de Derechos Civiles y Políticos (aprobado en la ONU en diciembre de 1966), y el otro, el de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (aprobado también en 1966).

En la filosofía del neoliberalismo que ha imperado en nuestras elites, sin embargo, no existen tales derechos.Queda claro entonces que bajo la Constitución de Pinochet, parchada y todo, no hay espacio para reconocerlos y garantizarlos.

Porque hasta hoy, el modelo tan “exitoso” para una minoría, nos ha ofrecido : dignidad “en la medida de lo posible”; libertad e igualdad “en la medida de lo posible”; pensiones “en la medida de lo posible”; educación “en la medida de lo posible”; buen trabajo “en la medida de lo posible” etc.

¿Será a esto lo que se llama una República democrática? Juzgue por usted mismo.

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01 dic 2013

Represión ciudadana

La prensa y las redes sociales difunden estos días una imagen que muestra a un grupo de adolescentes musulmanas encarceladas en Egipto por manifestarse sin autorización contra el Gobierno militar. El texto que acompaña la fotografía asegura que las jóvenes podrían ser condenadas a varios años de cárcel.

En España, el Gobierno que preside Mariano Rajoy tramita una Ley de Seguridad Ciudadana que castigará con duras penas a quienes se atrevan a protestar sin permiso , a los que acosen a quienes ostentan un cargo público, a los que hagan barricadas o participen encapuchados en manifestaciones.

No es comparable hoy la situación de Egipto con la de España pero el texto de este proyecto presentado por el ministro del Interior Fernández Díaz provoca inquietud ya que se trataría de un recorte de garantías y derechos a todas luces innecesario e imprudente.

El Gobierno estima que se trata de endurecer el castigo a conductas antisociales.

La oposición interpreta este proyecto de ley como un intento descarado de legalizar la represión.Añade que es un triunfo de los sectores más conservadores del Partido Popular y que ratifica el miedo que atenaza al Gobierno por el descontento de la mayoría de los españoles.

Hay que reconocer que pese a los millones de puestos de trabajo perdidos, a los recortes de salarios y de presupuestos en sectores tan sensibles como la educación o la salud, los españoles han salido a la calle en casi 4 mil ocasiones en 2012 para manifestar con gran civismo su rechazo a las medidas de austeridad.

Salvo en contadas ocasiones se han registrado enfrentamientos, desórdenes y nunca saqueos.Exaltados los hay y aprovechan cualquier ocasión para hacerse notar. Pero éste no es el caso, precisamente.

En cuanto a inseguridad ciudadana, España figura entre los países de Europa con menos delincuencia .Tampoco es un asunto que inquiete a los españoles Ocupa el décimo tercer lugar entre los problemas que les preocupan. La corrupción si es vista como un asunto grave.

Por tanto, ¿cuál es el afán del Gobierno para blindarse ahora, cuando el propio presidente Rajoy y sus ministros insisten que en 2014 se consolidará el fin de recesión?

Puede que ni ellos crean que los dichosos brotes verdes darán frutos la próxima primavera.

De los 34 asuntos incluidos en el polémico proyecto de Ley, la mitad está relacionado con la aplicación de penas a manifestaciones no autorizadas.

Se considera infracción muy grave, que pueden acarrear multas que van desde los 30 mil euros a los 600 mil euros (desde 21 millones de pesos a 420 millones, nada más ni nada menos) convocar y asistir a manifestaciones con finalidad coactiva desde el cierre de la campaña electoral hasta el fin de la votación.Perturbar el orden en actos públicos, deportivos, culturales, espectáculos y oficios religiosos.Reuniones o manifestaciones no comunicadas o prohibidas en lugares como aeropuertos o centrales nucleares.

Se consideran infracciones graves, merecedoras de multas de mil a 30 mil euros:

Manifestaciones y reuniones sin autorización y la negativa a disolverse. Concentraciones no comunicadas ante instituciones del Estado como el Congreso y el Senado. Perturbaciones graves en centros culturales y deportivos. Obstruir a la autoridad en la ejecución de decisiones administrativas, como es el caso de los desahucios a personas que deben abandonar sus casas por impago de hipotecas. Desobedecer o resistirse a los agentes de la autoridad y la negativa a identificarse. Hacer barricadas que impidan la libre circulación.

España y sus símbolos ocupan apartados en esta ley.Se considera falta grave las ofensas y ultrajes a España, a su himno y a su bandera.

Partidos políticos, asociaciones de jueces, e incluso de policías, consideran que esta ley va demasiado lejos. Y no faltan razones.

El Ejecutivo se encargará de sancionar administrativamente a los infractores, sustituyendo a los jueces, como ocurría hasta ahora.

A los que le caiga un castigo por contravenir esta Ley les quedará como alternativa la vía de lo contencioso para recurrir. Lo que significa que deberá asumir por su cuenta los gastos que implica un recurso.

Aunque se trata de un proyecto, los españoles tienen otro problema que se añade al calvario de apretarse el cinturón, de vivir con salarios congelados o reducidos, de aguantar leyes laborales que favorecen la precariedad y que invitan hacer las maletas y emigrar.

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01 dic 2013

A derrotar a la candidata de la UDI y del statu quo

Michelle Bachelet ganó indiscutiblemente las elecciones presidenciales del 17 de noviembre sacando a Evelyn Matthei casi 22 puntos de ventaja y cerca de 30 a Enríquez Ominami y Parisi que se ubicaron en un tercero y cuarto lugar.

La fuerza electoral de Bachelet se mostró en su enorme dimensión. Si en la elección pasada Enríquez Ominami, que obtuvo en primera vuelta el 20% de los votos, redujo la votación de Frei al 29%, esta vez, con 9 candidatos, el 28% obtenido por las candidaturas mas allá de los bloques, incluido el 11% de Enríquez Ominami, no impidieron que Bachelet obtuviera el 46,7% y, en buena medida, la abstención, que redujo en un millón los votos previstos por los analistas y las encuestas, la privaron de ganar ya en primera vuelta.

En varios países donde existe el ballotage se establece que este se produce solo cuando la diferencia entre el primer y segundo candidato es menor o igual al 10%. En la legislación chilena no es así y, por ende, aún con una diferencia del 22%% respecto a la candidata de la derecha, Bachelet debe enfrentar su tercera elección para convertirse en la próxima Presidenta de Chile.

Diversas encuestas revelan que cerca del 90% de los chilenos estima que Bachelet ganará el ballotage del 15 de diciembre y solo un 7% que lo ganará Evelyn Matthei.Por tanto el resultado de esta elección está escrito.

Sin embargo, la seguridad de que Bachelet gana y la poca competitividad de la candidatura de la derecha, sumida en un mar de contradicciones, desafectos internos y desaciertos de Matthei, hacen que el gran enemigo del 15 de diciembre sea la abstención que puede aumentar respecto de los seis millones de electores acreditados que viven en Chile y que no votaron en la primera vuelta.

Por ello, el esfuerzo primordial de Michelle Bachelet es movilizar el país ese día a expresar un voto a favor de los cambios estructurales que su Programa promete y a dotar de presencia ciudadana la victoria sobre una derecha que busca mantener integralmente el modelo económico, la Constitución nacida en dictadura y hasta modificar el Estado laico reemplazándolo por una especie de Estado religioso donde nada puede hacerse, como lo dijo Matthei, si ello va contra los postulados de la Biblia.

Este último punto, que afecta las libertades individuales y de conciencia de los chilenos, es insostenible toda vez que nadie quiere vivir en un Estado integrista – símil al de Irán regido más que por la Constitución de ese país por una interpretación del Corán formulada por el Ayatola – y la inmensa mayoría quiere mantener la separación del Estado y las iglesias que es justamente lo que ha garantizado en este país una amplísima libertad religiosa y de culto.

Contra esta enorme responsabilidad cívica y social que implica elegir democráticamente la principal autoridad del país, se pronuncian, llamando a no votar, candidatos a la presidencia que paradojalmente participaron en la primera vuelta y recibieron un escaso apoyo ciudadano.

Como bien ha dicho el biólogo y filósofo Humberto Maturana, el voto es un acto único e irremplazable y hay que recordar, además, que en nuestro país su existencia está ligada al simbolismo de una lucha, por la cual muchos dieron incluso la vida, para derrotar a la dictadura de Pinochet y restaurar el voto y las instituciones republicanas.

Convocar a no votar significa desconocer esta lucha y no comprender que el voto es una herramienta del ejercicio de la ciudadanía justamente para construir un país con mayor equidad y mayores espacios de libertad y de participación.

Votar por Bachelet el 15 de diciembre es una oportunidad única para darle a esa victoria una enorme masividad de ciudadanía, es un mensaje que el país quiere cambios estructurales de fondo, es votar por la gratuidad de la educación, por una nueva Constitución, por una reforma tributaria que comience a reducir la enorme brecha entre ricos y pobres.

Me habría gustado que a ese esfuerzo se sumara Enríquez Ominami y diera así un mensaje de unidad de las fuerzas progresistas y de reconocimiento al liderazgo que la enorme mayoría del país desea que gobierne Chile.

Bachelet gana sin sus votos, pero la respetable adhesión que él obtuvo en la primera vuelta podía ser convocada a engrandecer el ya contundente apoyo que la ciudadanía entrega a Michelle Bachelet. No ha sido así, no ha habido de parte de Enríquez Ominami generosidad y grandeza política y ello aísla sus pretensiones futuras.

Felizmente, líderes del PRO como el Alcalde de Arica, el Dr. Salvador Urrutia y el ex Intendente metropolitano Marcelo Trivelli encabezan un llamado a votar por Bachelet y con ellos muchos porque, como lo muestra la encuesta de la Universidad Central y de Imaginación, el 60% de los votantes de Enríquez Ominami y el 47% de Parisi, afirman apoyar en segunda vuelta a Bachelet.

La candidatura de Matthei es hoy más débil que en la primera vuelta. Se restan las principales figuras más liberales de la derecha y en la práctica su candidatura es hoy apoyada por la UDI, partido que ha sufrido un grave revés histórico en las elecciones parlamentarias.

Sociológicamente Matthei no tiene hacia donde crecer y existe el temor que mucha gente de derecha no concurra a las urnas frente a una candidata que ha sido incapaz de liderar y unir a su sector y de decir cosas novedosas, como frente a una derrota ya anunciada e irremontable.

La opción de enfrentar los pocos días que aún quedan de campaña con una campaña del terror contra Bachelet y la Nueva Mayoría no se resiste porque la ciudadanía rechaza ese tipo de maniobras.De esta política planificada por los expertos comunicacionales de la derecha, siguiendo casi el funesto libreto de la campaña del Si, se hace parte Lucía Santa Cruz, historiadora que respeto, que en estos días ha tratado de demostrar, renunciando a todo rigor intelectual, que el Programa de Bachelet representa la antesala del socialismo.

Es decir, incorporar una mayor responsabilidad del Estado en pensiones, salud, educación, querer una Constitución que tenga un origen democrático, ampliar derechos y libertades, invocar la participación ciudadana, le parece a la historiadora de la derecha la antesala del socialismo.

Muy bien ha dicho el sociólogo Ernesto Ottone refiriéndose a los juicios de Lucía Santa Cruz “monsergas y paparruchadas”. Porque si esto fuera el socialismo habría que acusar a Obama, lo hace en efecto el tea party republicano, de ideas socializantes frente a sus reformas a la salud, al empleo, a la reducción de las armas en manos de civiles, a las políticas migratorias que el mandatario norteamericano impulsa.

Habría que acusar a Merkel, que pacta en Alemania un gobierno con el Partido Socialdemócrata, con un Programa que incorpora grandes reivindicaciones de los sindicatos, ambientalistas y de mejoramiento social. La lista se puede extender a muchos gobiernos latinoamericanos, de diverso signo, que buscan frenar los abusos y los excesos del neoliberalismo.

Por visiones como las de Lucía Santa Cruz es que la derecha chilena, recluida culturalmente en el pasado, perderá duramente las elecciones presidenciales este 15 de diciembre.

Porque es la derecha del statu quo, de las AFP, de las Isapres, de La Polar. Es la derecha que niega el voto de los chilenos en el exterior y que quiere mantener el binominal.A esa derecha que enarbola como último recurso la campaña del terror, hay que vencer el 15 de diciembre.

Por ello, para que los cambios sean posibles, hay que concurrir, incluso quien tiene desconfianza y malestar por lo no resuelto en el pasado, a votar por Michelle Bachelet.

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30 nov 2013

Peligro de irradiación en los estadios

Los partidos de fútbol de alta convocatoria han sido considerados riesgosos por las manifestaciones vandálicas que se producen en torno a ellos especialmente cuando se involucran los Chunchos o los Indios, aunque los Cruzados no lo hacen mal.

Sin embargo, a la larga, el riesgo de estas manifestaciones es igual o menor que el de la irradiación ultravioleta (UV) o infrarroja (IR) que sufre la población que acude a los estadios incluidos los jugadores y los cuerpos técnicos.La luz UV y la IR no se ven, por lo que su fuerza se aproxima por el calor sentido aunque esto no es tan exacto.

El cáncer de piel ha aumentado en su tasa y sigue creciendo debido a estas radiaciones. La radiación también produce una depresión inmunitaria y una baja del ácido fólico circulante, vitamina del complejo B necesaria para muchas funciones en el organismo.

Sin embargo, la radiación produce factores protectores como la vitamina D (para absorber el calcio, es antitumoral) la melanina que protege de hongos y también del cáncer. Cuando la radiación es alta o muy alta y mantenida se espera que predominen los efectos dañinos sobre los benignos.

La autoridad metropolitana ha fijado estos partidos para las 12 del día y así evitar la ocurrencia en la noche donde la delincuencia parece proliferar.

La autoridad deportiva ha reclamado que eso determinará suspender los partidos para la hidratación de los jugadores e implicará una pérdida en la calidad del juego por la disminución de la intensidad de movimientos debido al calor.

Es extraño que nadie se preocupe por el efecto nocivo mayor que es la radiación de los espectadores que no solo la sufren durante el espectáculo sino que yendo y regresando del estadio.

La mayor radiación se produce al mediodía con el sol en su zenit o un poco después, en nuestro caso tipo 12.30 hrs, pero como hay cambio de horario este máximo corresponde a cerca de las 13.30. El horario peligroso ocurre con un margen de dos horas en torno a la cumbre.

Se tiene entonces que no es recomendable asolearse, entre 11.30 y 15.30 hrs (digamos entre 11 y 16 hrs), en los meses de octubre a marzo aún con protección de las partes descubiertas. Los dermatólogos son más estrictos y extienden estos horarios y calendarios.

Es necesario también considerar que a medida que se sube alejándonos de la superficie de la tierra se tiene mayor radiación UV e IR. En San Carlos de Apoquindo hay mayor radiación que en Sausalito de Viña del Mar.

Al fijar los deportes de concurrencia masiva al mediodía se expone a miles de personas a una irradiación dañina muy peligrosa a largo plazo y peligrosa a corto plazo.

Nos preguntamos por el horario más conveniente. Por parte de la radiación todos los eventos deportivos deberían ser vespertinos o nocturnos en esta época del año, con lo que también serían más convenientes respecto de la temperatura que implica mayor deshidratación.

Pero parece obligatorio considerar que el evento deportivo deba realizarse con luz del día, cuando es muy peligroso socialmente, para mayor facilidad de control. Se podría acordar que el primer partido se jugara de 17 a 19 hrs y este fuera el de mayor convocatoria y peligrosidad social. El segundo a las 19 hrs y el tercero a las 21 hrs, siendo éste último el de menor peligrosidad por vandalismo.

No veo peligro que un partido de baja convocatoria salga de un Estadio en Santiago, en verano, a las 23 hrs.

Los programas deportivos y las manifestaciones populares, así como los programas políticos van a tener que empezar a introducir la consideración de las variables bióticas, médicas además de las epidemiológicas, demográficas y socioculturales, para sus realizaciones.

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30 nov 2013

Clamor nacional

El país quiere dar pasos para resolver sus problemas mayores, ahora. Así lo manifestaron tres de cada cuatro ciudadanas y ciudadanos, en la reciente elección. Ocho de las nueve candidaturas presidenciales los abordaron de alguna manera.Incluso la Matthei ha hablado de incorporar algunos de estos postulados en su programa de segunda vuelta, por cierto, con la idea que todo siga igual.

Se lograron mayorías parlamentarias suficientes para aprobar cambios económicos importantes, incluido el principal, y cambios políticos mayores.Todo eso configura un cuadro nuevo. Hay que escuchar este clamor nacional.

Todo Chile sabe que la renacionalización de los recursos naturales constituye el problema social y económico más importante que el país necesita resolver. El resto depende de ello: el carácter de la elite empresarial, la distribución del ingreso, calidad del empleo, educación y demás políticas sociales; en suma, el modelo de desarrollo del país.

El tema irrumpió de lleno en el último debate presidencial. Hay que agradecer a la última encuesta del Centro de Estudios Públicos. El más prestigioso instituto de estudios de centro-derecha, informó que el 83 por ciento de la ciudadanía es partidaria de nacionalizar el cobre.

Todo el resto quiere que las mineras paguen más. La unanimidad al respecto se extiende a través de todos los estratos, de edad, condición socio-económica y orientación política, con muy pocas variaciones.Con este antecedente en la mano y ante millones de televidentes, un periodista valeroso emplazó a la candidata Michelle Bachelet: “¿Piensa Ud. atender en su gobierno este clamor nacional?”.

La candidata respondió en ese momento con evasivas. Sin embargo, su propio programa no puede ser más categórico al respecto:

“La Nueva Constitución debe reconocer el dominio público pleno, absoluto, exclusivo, inalienable e imprescriptible de los recursos hídricos, mineros y del espectro radioeléctrico. El Estado tiene derecho a regalías por el aprovechamiento de los recursos naturales, especialmente minerales” (Programa de Gobierno Michelle Bachelet, 2014-2018, pg. 32).Propone asimismo derogar el DL 600 que otorga privilegios a la inversión extranjera (pg. 27).

Todos los demás candidatos, con la única excepción de la impopular abanderada derechista, propusieron medidas para renacionalizar el cobre de uno u otro modo y en mayor o menor medida. Desde incrementar sustancialmente el cobro de royalties hasta la nacionalización total e inmediata. Un consenso tan extendido debería traducirse, tarde o temprano, en medidas prácticas al respecto.

No será un asunto trivial.No se puede descartar a la ligera, la resistencia que opondrá el puñado de grandes consorcios, extranjeros y nacionales, que se han apoderado de los principales recursos naturales del país y profitan de su renta.

Sus lobbystas se han paseado a sus anchas por los salones del poder, especialmente durante los gobiernos de la Concertación.Confían seguir igual, mientras puedan comprar “consenso respecto de este tema entre los sectores políticos relevantes”, como los denominó recientemente uno de los jefes del lobby minero.

No se quedan cortos: una transnacional minera aportó 300 millones de pesos a la candidatura de Nueva Mayoría y 25 millones a la alicaída candidata derechista, según informó El Mercurio del 24 de noviembre del 2013.

Sin embargo, los beneficios que reportará la renacionalización son tan enormes, que no pasará mucho tiempo antes que el Estado recupere su dominio pleno.Se corregirá de este modo, la principal distorsión económica introducida por el modelo neoliberal implantado tras el golpe militar de 1973. Solo entonces, Chile podrá traspasar realmente el umbral del pleno desarrollo.

El país no puede continuar dependiendo de la renta de sus recursos naturales, que siempre es veleidosa, como la demanda de la cual depende, como se ha venido experimentando en meses recientes.

Al igual que los países emergentes más dinámicos y todas las economías desarrolladas, la chilena debe basarse en el valor agregado por el trabajo productivo de sus ciudadanas y ciudadanos: la fuente exclusiva de la moderna riqueza de las naciones.

El problema no es la renta de los recursos, sino los grandes rentistas. La primera es un traspaso de valor que el mercado realiza a los propietarios de recursos escasos, por encima de los costos de explotación de los mismos.La pagan los capitalistas que operan en mercados sin renta, a costa de una reducción de sus ganancias.Puede transformarse en una bendición para el país, si los recursos son públicos y su renta se invierte en educación y bienestar para su pueblo.

Los rentistas son algo bien diferente. Son los propietarios privados de recursos escasos, que viven principalmente de la renta de los mismos. Era la costumbre secular de las elites latifundista y minera tradicionales, que fueron barridas por medio siglo de desarrollismo estatal. Sin embargo, los reengendró la dictadura – recargadas – al privatizar recursos que según la Constitución chilena pertenecen al Estado.

La Concertación profundizó ese esquema. Hoy, diez grandes mineras se han apropiado de “concesiones plenas” sobre cerca de 30 millones de hectáreas, un 40 por ciento del territorio del país (ver mapa en www.sernageomin.cl). No pagaron un peso al declararlas y deben cancelar un dólar al año por hectárea para mantenerlas.Dos empresasn poseen el 90 por ciento de los derechos de agua.Siete familias el 90 por ciento de los derechos de pesca.Dos empresas poseen millones hectáreas de bosques. Y suma y sigue.

La distorsión resultante es gigantesca. La explotación de recursos naturales ha recibido casi todas las inversiones y representan casi todas las exportaciones. Sin embargo, en conjunto dan ocupación directa apenas a un ocho por ciento de la fuerza de trabajo asalariada, de la cual la minería representa sólo 1,5%.

De este modo, las inversiones que llegan a Chile no tienen como destino contratar masivamente el trabajo, sino extraer piedras, troncos y pescados.Estos no son auténticos empresarios capitalistas, sino grandes corporaciones rentistas, “buscadores de tesoros”, como los ha calificado el diario británico Financial Times.

Se ha desmantelado la producción industrial y más de la mitad de los chilenos y chilenas trabajan precariamente en el comercio y servicios personales y sociales, que agregan escaso valor. Como si eso fuera poco, dos o tres empresas controlan cada uno de los demás mercados, apropiándose allí de “cuasirentas” monopólicas, a pesar de no existir recursos escasos.

El país está controlado por una elite de jeques sin turbante.Sólo las mineras se apropian anualmente de rentas que equivalen a más de la mitad de la recaudación tributaria del Estado, siendo ésta la causa primordial de la mala distribución del ingreso.

Puesto que repatrian buena parte de las mismas, originan la mayor parte del déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos, que es considerable. Su influencia sobre los asuntos públicos es determinante – como lo demuestra la información de El Mercurio reproducida más arriba – y han distorsionado totalmente la economía y la sociedad, a su propia conveniencia.

Eso debe terminar. Para ello hay que derogar la infame “Ley de Concesiones Mineras” de José Piñera, que contradice abiertamente lo establecido en la constitución actual, que contiene un párrafo muy parecido al citado más arriba del programa de Nueva Mayoría. Se trata de una ley orgánica constitucional, cuya derogación requiere el acuerdo de 22 senadores y 69 diputados.

El nuevo gobierno tendrá el apoyo de 21 senadores y 71 diputados, a los que se pueden sumar algunos independientes y “díscolos” de la Alianza. En resumen, se puede.

Lo mismo sucede con el sistema previsional.Para dar pensiones dignas hay que terminar con el sistema de AFP y restablecer el sistema público de reparto.

El primero es un esquema de ahorro forzoso, diseñado para que el grueso de las recaudaciones se desvíe a los mercados de capitales y los propios administradores; siempre, hasta el fin de los tiempos.

En los esquemas de reparto estas proporciones se invierten: el grueso de lo recaudado se utiliza para pagar pensiones. El programa de Nueva Mayoría propone crear una AFP estatal y una comisión que proponga alternativas de reformas mayores. Ambas iniciativas pueden introducir cambios profundos en el sistema de pensiones, lo cual es posible con los quorum logrados.

De este modo, existen mayorías suficientes para abordar de inmediato las principales medidas del programa de Nueva Mayoría.Desde luego la reconstrucción del sistema nacional de educación pública gratuita, la reforma tributaria y cambios en el sistema de pensiones. También algunos aspectos claves de la nueva constitución prometida, como el cambio en el binominal, la derogación de la ley de concesiones mineras y el DL 600.

Todo ello depende exclusivamente de la voluntad política de la nueva coalición gobernante. La misma se apoyará en una creciente movilización popular, la cual permitirá asimismo modificar la constitución en aquellos aspectos donde se requieren mayorías aún más amplias que las logradas.

Un amplio triunfo de Michelle Bachelet en segunda vuelta, con muchos votos marcados AC, impulsará los cambios necesarios.

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30 nov 2013

Una nueva etapa

Un inesperado pero previsible movimiento accionario, ha puesto fecha de término a la administración de José Yuraszeck al mando de la U, pero no sólo eso también la mayoría que ha manejado al club desde su conversión en SADP deja el paso a un nuevo equipo controlador liderado por quien fue siempre minoría, C. Heller.

El cambio se produce al término de un mal año deportivo, tanto en los resultados futbolísticos como en las incorporaciones que siendo onerosas no han reflejado su valor en la competencia.Mirado desde esta perspectiva es una buena práctica que cuando los resultados no acompañan quienes dirigen los procesos den un paso al costado.

No me parece que sea la situación provocada por el absurdo término anticipado del partido con la UC y toda la controversia posterior, un elemento que pueda haber influido en este cambio, en términos deportivos resulta más lamentable el partido con el rival clásico que ha tenido un año para el olvido y que tuvo su minuto de fiesta en el año a costa de la U.

Una visión de mayor plazo, debe reconocer los éxitos institucionales que se dan tanto en lo deportivo a nivel nacional e internacional, los mejores en toda su historia para la U, como en cuanto a infraestructura con un moderno complejo de entrenamiento que alberga a todas las divisiones azules y una cuenta corriente menor a la que alguna vez hubo pero igualmente significativa en espera de cumplir un largo y caro sueño: el estadio propio.

Heller ya anuncia que su desafío principal es construir ese Estadio propio, aún cuando no nos cansaremos de repetir lo absurdo que resulta buscar una nueva ubicación para partir de cero, cuando el Estadio Nacional ya muestra una baja utilización y si la U se fuera se convertiría efectivamente en un desolado elefante blanco.¿Habrá mayor amplitud de criterio ahora con el ministerio del Deporte?

Sin embargo creo que el verdadero desafío pendiente está en cómo obtener una relación de cooperación y solidaridad con los miles de hinchas que siguen a la U partido en sus partidos.

El público ha sido estigmatizado por programas como “estadio seguro” y por el privilegio de los intereses mercantiles en el Directorio de la ANFP, cuyo origen es justamente una alianza de los clubes grandes y el reparto de beneficios económicos.Y de eso el equipo que se va es plenamente responsable desde el origen por acción y omisión.

El cambio de gobierno esperamos que también traiga aires de cambio en las políticas de maltrato al hincha, comunes en los últimos cuatro años en los estadios de Chile.

Y lo decimos con pleno y directo conocimiento: he asistido periódicamente al estadio siguiendo a la U y he sido víctima y testigo de esa concepción policíaca del “orden y la seguridad”.

Allí Heller tiene un precioso trabajo que realizar, el fútbol es una fiesta, una fiesta alegre, bullanguera y desordenada en cuanto a contraria a uniformidad.Los hinchas azules igual que todos los hinchas esperan y gustan de los triunfos, pero a diferencia de muchos otros están ahí en las duras y en las maduras.Alientan y no se cansan de alentar.

El período que se va ha sido de cierta indiferencia y distancia entre dirigentes y fanáticos.A ningún otro club le resultaría más beneficiosa la vuelta de la familia al estadio que a la U, nada se ha avanzado en esto tres años, ha llegado la hora de ponerse a trabajar.

Tengo la idea que en esto el nuevo equipo es más flexible, desideologizado y cercano que el que se va. Para este trabajo no se requieren grandes inversiones en jugadores, sino que una adecuada combinación de aplicación de normas con respeto y espacio para manifestar la adhesión y respaldo.

El fútbol no es la ópera ni un cumpleaños infantil. Que los hinchas puedan expresarse con sus elementos más típicos es de la esencia de este deporte.

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30 nov 2013

Kinder obligatorio, más segregación y lucro

El kinder obligatorio surgió desde el Ejecutivo como la solución a los problemas de inasistencia a este nivel.Sólo para refrescar la memoria, la Ministra Schmidt planteaba que más de 30 mil matrículas no están siendo utilizadas, y que según la CASEN 2011 son cerca de 15 mil niños y niñas los que no asisten a kinder.

Promulgada la reforma, lo que se consagró en definitiva es una obligación para las familias de matricular a sus niños y niñas a este nivel, cuyo incumplimiento, generará la imposibilidad de acceder a la educación básica.

Algunos académicos e instituciones se han pronunciado al respecto, abordando temáticas desde el currículum, calidad y la condición laboral de los profesores, dando por alto, lo que a mi juicio es trascendental. ¿Hay matrícula para el kinder? ¿Dónde se encuentra?

Con la información entregada por el Ejecutivo, de inmediato se puede deducir que no hay problemas de cobertura. Lo que es verdad, la cobertura para el kinder es prácticamente del cien por cien. Luego, hilemos un poco más fino ¿de qué matrícula estamos hablando?

Según la información proporcionada por el MINEDUC vía Transparencia, la matrícula gratuita, esto es, la de colegios municipales y subvencionados gratuitos alcanza sólo para el 57% de los niños y niñas de 5 años (77.449 matrículas en los municipales y 66.298 en los subvencionados gratuitos).

El resto, está cubierta por los colegios privados y los colegios particulares subvencionado con financiamiento compartido (20.994 matrículas en los particulares y 84.363 en los subvencionados con FC).

La reforma constitucional no implica garantizar el kinder, sino sólo la obligatoriedad, en tanto que el Estado no está garantizando necesariamente el acceso en forma plena, por consiguiente, cerca del 40% de todas las familias deberá invertir dinero para que su hijo o hija pueda ingresar a la educación básica, porcentaje que con el tiempo podría incrementarse, ante la progresiva y constante disminución de las matrículas en el sector público.

Así también, la obligación del Estado de financiar un sistema gratuito sólo establece el imperativo de otorgar recursos a quién dé la educación, pero no dice a quién ni con qué requisitos.

De esta manera, la coexistencia de los subsidios con el financiamiento compartido, sólo va a incentivar la segregación a más temprana edad, así también el lucro.Esta reforma más que solucionar el problema, agudizará aún más la precariedad de nuestro sistema educativo.

La implementación de esta reforma quedará a cargo del próximo gobierno, quien tendrá como desafío garantizar el acceso gratuito y universal al kinder y en segundo lugar, terminar con el financiamiento compartido, principal responsable de la segregación y el lucro en la educación escolar.

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