29 dic 2013

La unidad socialista y nuestro camino democrático

Se ha hecho un lugar común en numerosas y “doctas” opiniones supuestamente autorizadas descalificar o, lisa y llanamente, renegar del camino democrático transitado por la nación chilena para reconstituir un Estado de Derecho y rehacer el régimen democrático, desplomado el 11 de septiembre de 1973 y reemplazado por la voluntad dictatorial de instalar una institucionalidad profundamente totalitaria, excluyente y opresiva.

Hoy se olvidan y omiten las circunstancias históricas en que se produjo el inicio de la transición democrática y el estado de la situación nacional de aquel período.

Luego de un largo trecho de arduas luchas populares y de corajuda desobediencia civil, a partir de las protestas populares de mayo de 1983, el pueblo de Chile logró, finalmente, impedir que el plebiscito del 5 de octubre de 1988 fuese un mero acto fraudulento de perpetuación del dictador y se transformara en una derrota política y social del régimen, que determinó la elección presidencial de 1989 y la conquista del gobierno civil, encabezado por Patricio Aylwin.

El dictador no logró perpetuarse, arribó un presidente democrático al palacio presidencial. Pero, la institucionalidad preexistente no colapsó y el Estado no se derrumbó.

Desde el 5 de octubre de 1988 en adelante, incluyendo un primer paquete de reformas constitucionales plebiscitadas en junio de 1989, se retomó el camino de la paz social y se comenzó la paulatina concreción de las transformaciones encaminadas hacia el restablecimiento de la democracia y, luego, hacia su consolidación.

La dictadura no se fue por su propio gusto. Fue derrotada por la lucha política y de masas.Alcanzar tales conquistas supuso un larguísimo recorrido de luchas, avances y retrocesos, hasta llegar a ese resultado histórico.

Junto a muchos, estuve dentro de los que luchó por ir más lejos, por una ruptura institucional que hubiese eliminado, al inicio de la transición, los enclaves autoritarios.No sucedió así.

No obstante, nunca he renegado ni renegaré de lo que las luchas y combates de millones de personas, de las más variadas condiciones, fueron capaces de lograr.Gente humilde y sencilla que venció el miedo y a la mismísima dictadura pinochetista, gente de carne y hueso que se jugó por su vocación libertaria, sin intereses secundarios o subalternos.

Los socialistas fuimos parte esencial de tal proceso. Por eso, realzo, subrayo y valoro ahora, 24 años después, la significación que tuvo el acto de unidad socialista, realizado el 29 de diciembre de 1989, en que las orgánicas socialistas divididas se fusionaron nuevamente en un solo partido, que fuera capaz de influir y gravitar en la recuperación democrática que estaba en marcha.

De una fuerza debilitada y escindida pasamos a ser un actor con perspectiva estratégica clara, cuya contribución ningún observador objetivo podrá desconocer o ignorar.

Por ello, reitero el enorme mérito que correspondió a Clodomiro Almeyda en tales esfuerzos unitarios y también los que desplegó Jorge Arrate, aunque luego se separara del tronco partidario. En la concreción de la unidad socialista ambos tuvieron incomprensiones, que no impidieron la gravitación y trascendencia que alcanzó el Partido Socialista de Chile, en la transición democrática, una vez reunificado.

Así fue nuestro camino, no el óptimo, no el perfecto. No una ensoñación de iluminados. Una ruta efectuada con dolor e imperfecciones. Pero aquel fue el rumbo que el pueblo de Chile, con su lucha, hizo posible.

Cuando se piensa que las circunstancias históricas pueden depender de la exclusiva y clarividente voluntad de combatientes que son la vanguardia, se está muy cerca de emprender un rumbo estratégico que, en América Latina, ha resultado fatal para promisorias expectativas de cambio y transformaciones que se han tronchado, precisamente, por la idea que “subvertir” el orden de cosas existentes es mucho más fácil y simple de lo que en realidad resulta ser.

La idea de la “crisis general” del capitalismo se ha manoseado hasta el absurdo y, muchas veces, hay quienes han pasado su vida entera esperando que sus podridas estructuras se derrumben.

Pero, para los hombres y mujeres que padecen a diario los abusos y atropellos del sistema de dominación, el tema no es de simple discurso y cada una de sus conquistas es considerada un avance valioso y de significación.

El tiempo de las dictaduras en los años ’70 y ’80 no era un designio fatal. La rebeldía de muchos jóvenes luchadores ejercida a través de grupos armados fue brutalmente aplacada por la contrainsurgencia militar.

La acción “foquista”, por su propia naturaleza, de aislamiento y hermetismo, fue manipulada y utilizada para la entronización de férreas dictaduras que ahogaron las demandas de cambio que se habían extendido y llegado a los más lejanos rincones.

La soberbia de descalificar las luchas reformistas protagonizadas antes y durante la década de los ’70 no condujo a una ruta de cambios sociales propositivos. Tratar de borrar de un plumazo esa experiencia de evolución, luchas y reformas fue estéril; se perdió el alcance nacional y la indispensable amplitud y extensión del bloque político que se requería para detener la oleada de regímenes dictatoriales, impuestos a sangre y fuego.

De manera que asumiendo los hechos, la responsabilidad de la conducción política de los procesos de cambio es mayor. Cuando maduran amplias expectativas de justicia social, de derechos y libertades conculcadas o negadas durante décadas, viene lo más difícil, transformar esa voluntad de las multitudes en acciones concretas, en cambios perceptibles y duraderos y en reformas institucionales que así lo garanticen.

Pensar que todo se va a conseguir de un día para otro es tan falso como ilusorio.Cuando así se actúa, la cuenta del aceleramiento y el voluntarismo la pagan los pueblos.

Tampoco es el camino abandonar las reformas a las presiones de aquellos que nunca van a querer que algo cambie, pues su mirada de engreimiento y autosatisfacción alimenta en ellos una opción profundamente conservadora y refractaria hacia las transformaciones que en la agenda del país son indispensables.

Ahora, en nuestro camino democrático, se abre una nueva y promisoria etapa de transformaciones. Hay que concentrarse en su realización.

Cualquier tropiezo, obstáculo o error de cálculo que retarde o no permita su realización significaría una extensión de desencanto de efectos enormemente nocivos sobre el sistema político en su conjunto.

Las reformas son la tarea del próximo período. El desafío no es nuevo, pero tampoco es menor.Contar con la tenacidad y también la sagacidad que son necesarias para que estos tiempos de cambio fructifiquen efectivamente en la vida cotidiana de millones de chilenas y chilenos.

Se trata de afianzar y profundizar la democracia, de manera que un Estado Social y Democrático de Derecho sea la próxima etapa a la cual evolucione y arribe la democracia chilena.

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28 dic 2013

El Fallo de la CIJ de La Haya, versus una anómala testarudez

El lunes 27 de enero de 2014, a partir de las 11:00 horas locales de Chile, se comenzarán a dar a conocer públicamente, en la ciudad de La Haya, los contenidos del Fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) sobre el Diferendo Marítimo Perú contra Chile. Su texto íntegro, ya estará editado, impreso y redactado en francés e inglés, bajo los estilos, formalidades, métodos, procedimientos y reservas de la CIJ, en la semana anterior.

Conocido es que este Fallo es y será definitivo, inapelable, obligatorio, vinculante y a perpetuidad.

De allí que las últimas declaraciones del diputado Jorge Tarud Daccarett – reiterativas de muchos de los lugares comunes y simplificaciones que caracterizan algunos ‘análisis’, no nos son sorprendentes por ese carácter -, se convierten ya en una anómala testarudez muy negativa para la perspectiva de Paz de las relaciones bilaterales chileno-peruanas.

En esta última incursión del diputado en el tema sí podríamos ver algún dejo de cierta originalidad, con un consecuente impacto periodístico, con lo cual logra el objetivo de ser entrevistado. Junto con reconocer su legítimo interés en los asuntos internacionales, esto es distinto a su constante aparición, cual pretendido ‘the shadow Foreign Secretary’ de Chile.

Resulta absolutamente nefasto que no solo el diputado aludido, sino que también otros parlamentarios como el Presidente del Senado, más algunos analistas, columnistas, expertos reales, llamados expertos y opinantes de variada especie, demanden, exijan y expresen a la Corte Internacional de Justicia “que su Fallo sea en derecho” y “que respete los Tratados”.

Es algo tan absurdo como demandar, exigir y expresar que un hospital utilice la medicina y que una junta de médicos diagnostique y prescriba en medicina. Se trata de un enfoque algo ridículo, que casi sería insultante para los Jueces de la CIJ y toda su labor de jurisprudencia.

La última propuesta plebiscitaria del diputado Tarud demuestra que no conoce cuáles son los criterios que tienen en cuenta los Jueces de la CIJ para dictar sus Fallos, pero además que tampoco ha profundizado en un buen conocimiento del Estatuto de la Corte ni de su Reglamento, olvidando que la Corte Internacional de Justicia fue establecida por la Carta de las Naciones Unidas “como órgano judicial principal de las Naciones Unidas”, organización política internacional cuya Carta fue firmada ya el 26 de junio de 1945, y así sus jueces son elegidos por la Asamblea General y el Consejo de Seguridad de la ONU.

Pero además, el diputado incursiona en un tan delicado y sensible aspecto de todo Fallo de la CIJ, cual es su acatamiento, cumplimiento e implementación concreta y práctica.

Ambos Gobiernos de los países en controversia, Perú como demandante y Chile como demandado, a través de sus más altas autoridades constitucionales respectivas, los Presidentes de la República, se han comprometido ante las opiniones públicas (así llamadas), en numerosos encuentros y ocasiones, a dicho acatamiento, cumplimiento e implementación, instruyendo a sus correspondientes ministros de Relaciones Exteriores, con el mismo sentido de honor.

Por cierto, me preocupa que nuestra llamada opinión pública (distinta a la ‘opinión publicada’ y resuelta por los editores de medios de comunicación social) entienda o perciba que todos los aludidos lugares comunes y las simplificaciones recurrentes, tan de moda, sobre este tema estratégico-fundamental, son ciertos, inmutables, valederos y verdaderos.

Es fácil jugar con los sentimientos patrióticos de los pueblos, siempre acercándose a las desviaciones nacionalistas generadoras de conflictos, controversias y guerras, pero no es nada responsable ni útil, desde el punto de vista ético, histórico, integracionista y político.

La ineluctabilidad de convivir con los países vecinos limítrofes es doblemente demandante.

Estimo que desde el 16 de enero de 2008 – fecha de la presentación de la demanda peruana ante la CIJ en contra de Chile – no han existido los necesarios y suficientes esfuerzos de una preventiva pedagogía política en la especie, hacia nuestro pueblo y todos sus habitantes. Mas, comprendo bien que ser ‘país demandado’ es bien distinto a ser ‘país demandante’.

Y en esta tarea patriótica ineludible, los responsables gubernamentales y políticos, así como nuestras instituciones más ad hoc no han realizado los requeridos esfuerzos al respecto.

Por otra parte, desde una óptica lamentable y negativa, para muchas ciudadanas y ciudadanos de nuestro país, ya es un lugar común haber oído hablar o nombrar la ciudad de La Haya. La instancia presentada por el Estado Plurinacional de Bolivia en contra de Chile, el 24 de abril de 2013, también ha colaborado a una enojosa situación no bien comprendida.

Me interrogo si el diputado aludido, y los seguidores de lugares comunes y simplificaciones recurrentes en esta temática, habrán profundizado en lo que se denomina la Codificación y Desarrollo Progresivo del Derecho Internacional; los Criterios en que basan sus Fallos los Jueces de la Corte Internacional de Justicia; la Jurisprudencia en Casos de Delimitación Marítima (en particular desde 1969); la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar ,que fuera firmada en diciembre 1982, es decir 30 años después del instrumento jurídico de 1952, conocido como “Declaración”, y que entrara en vigencia en 1994, es decir 40 años después de aquel instrumento jurídico de 1954, conocido como “Convenio”, entre unos aspectos cardinales que debieran darse a conocer a nuestro país. Y curioso que los medios de comunicación no ahonden y no interroguen sobre estos puntos.

Otro hecho relevante del cual nuestro pueblo y la llamada opinión pública no han sido informados, en forma diáfana y explícita, es que Chile sólo ratificó el Convenio sobre Zona Especial Fronteriza Marítima, firmado en Lima el 4 de diciembre de 1954, recién el 16 de agosto de 1967, siendo que Perú lo ratificó el 6 de mayo de 1955.

Si en la argumentación de Chile, se nos ha dicho que este instrumento jurídico es básico, esencial y vital, ¿cómo se explica que durante casi 13 años no lo ratificáramos?

¿Significa lo anterior que estuvimos, entonces, ‘sin límite en esa zona especial fronteriza marítima’, ya que al no haber ratificado ese Convenio de 1954, no era oponible, como instrumento internacional? Y su entrada en vigor solo rige al publicarse en el Diario Oficial, Núm. 26.864, de Martes 10 de Octubre de 1997, pp. 3 y 4. ¿El aludido diputado y esos repetidores lo han leído y tenido en sus manos?

Y no se enseña que la Declaración de Manila sobre el Arreglo Pacífico de las Controversias Internacionales (Resolución 37/10 de la Asamblea General, del 15 de noviembre de 1982) señala en su Parte II, en el punto 5., que “el recurso al arreglo judicial de las controversias jurídicas, en particular, su remisión a la Corte Internacional de Justicia, no debería ser considerado un acto enemistoso entre los Estados.” Y una cultura de Paz debiera difundirlo.

Finalmente, ¿olvidan que el nombrado Juez ad hoc de Chile en la controversia con Perú ya fue postulado para ser Juez de la Corte Internacional de Justicia, cuando Chile era Miembro No Permanente del Consejo de Seguridad en el bienio 1966-1967?

Es así que el día 6 de noviembre de 1966 se realizó la votación para elegir Jueces de la CIJ.El resultado fue, en una rápida primera vuelta de votación, que el postulante de Brasil sacó 96 votos; el de Jamaica, 69; el de Guyana, 56, y, el de Chile fue último con solo 26 votos en la Asamblea General de la ONU.

En el Consejo de Seguridad, el candidato de Chile solo sacó 3 votos más el del Representante Permanente del país, por cierto, totalizando solo 4 votos. Ha sido la peor derrota de Chile en postulaciones a cargos internacionales desde el regreso a la democracia en 1990, dentro del Sistema de las Naciones Unidas.

Seguramente, en estos ambientes políticos y mentalidades distintivas internacionales no habían olvidado que el candidato Orrego Vicuña había sido Embajador de la dictadura chilena en Londres, de 1983 a 1985, lo que tampoco fue incluido en el Comunicado de nuestro ministerio de Relaciones Exteriores en que se dio a conocer su nombramiento oficial, el lunes 11 de agosto de 2008.

Adicionalmente, cuando S.E. el Señor Presidente de la República reconoció en un conocido programa televisivo nocturno, el domingo 2 de diciembre de 2012, en víspera del inicio el lunes 3 de las Audiencias Públicas por el Diferendo Marítimo Perú contra Chile, en La Haya, que “Chile ha cometido errores”, ¿en cuáles estaría pensando antes de ya silenciarse?

En suma, una anómala testarudez nunca será una buena guía para la acción diplomática y nuestra Política Exterior 2014-2018, en particular en los casos de relaciones bilaterales vecinales con nuestros tres países limítrofes, ni para mejor información y una reflexión imprescindible, pedagógica y precisa de nuestro pueblo y esas llamadas opiniones públicas.

En recuerdo del único chileno que ha sido Juez de la Corte Internacional de Justicia, el eminente Jurista Alejandro Álvarez Jofré, desde su constitución en abril de 1946 hasta el año 1955, todos estamos instados a la prolijidad, la responsabilidad, el rigor y la seriedad.

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28 dic 2013

2014, el año de la muerte

Termina un nuevo año. Y todos dan sus análisis de cómo fue el 2013 y qué se puede pronosticar para el 2014.

En la política chilena, se produjo lo que todos esperaban. Que cada vez vota menos gente. Que ganó la candidata que todos esperábamos iba a ganar y que perdió la que todos esperábamos iba a perder. Que tras las elecciones todos sacaron cuentas alegres y encontraron argumentos para sentirse ganadores. Todos.

Y esas son las cosas que alejan a la gente de la política. La evidente falta de conexión de los políticos con la gente real. Desde los que derechamente nos engañan y nos mienten (los que de mala fe pretenden decir que no son políticos), hasta los que ya se engañaron a sí mismos y realmente creen haber cambiado.

Pero la gente no se compra cualquier cosa. Lo demuestran las bajas votaciones. Lo que aún no se logra es que el pueblo comprenda su verdadero poder y ejerza el voto eligiendo líderes que sí los representen. Porque salvo escasas excepciones, salieron los mismos de siempre.

Es cierto que siempre es bueno para la democracia que pierdan los pinochetistas (la UDI en términos más simples), pero no hay que dejarse engañar porque los que salieron no son mucho mejores. Es inolvidable la cara de sus líderes que no podían usar la palabra Dictadura. Sin comentarios.

De otro lado, la opción de MEO parece haber crecido, al tomarse el espacio de los temas marginados de la agenda, como la droga y los homosexuales. Habrá que ver si le alcanza para ponerse en una posición más concreta y más de general preocupación para poder captar votos mayoritarios.

Por otro lado, se alaba mucho la elección de los jóvenes. Yo creo que es bueno que haya gente nueva. Pero no creo que el tema sea solo de edad. De hecho, la gran mayoría de esos jóvenes (salvo Gabriel Boric) fueron elegidos con las peores prácticas de la “antigua política”, blindados y protegidos por pactos electorales.

Y la Concertación parece que se amplía hacia la izquierda. Si es que alguien cree que los comunistas realmente están a la izquierda, yo creo que la historia demuestra lo contrario. Yo no lo creo. Siento que es al revés, se inclinan (en el más amplio de los sentidos) ante los grandes grupos económicos. Y no hay vuelta atrás.

Mi única esperanza son las especiales características personales de la Presidenta Bachelet.

Y de los demás poderes para qué hablar. Basta ver a los periodistas de Tolerancia Cero cuando le preguntan a Luis Larraín de la Fundación Iguales (puta el gallo valiente… mis hurras para él) si cuando él sospechó que iba a “ser homosexual” no pensó en revertir el proceso y no hacerse gay.

Como si una condición sexual dependiera de la voluntad de la persona. Eso refleja el no entender nada. Después de eso, claro que podrían aparecer personas como Carlos Larraín asustados porque la homosexualidad fuera contagiosa.

Pocas esperanzas.

La cosa no se ve buena. Pero no por lo que temen los analistas. No veo por donde podrían haber grandes cambios, caos o desorden, más bien lo contrario. Creo que nada va a cambiar, porque a los que tienen el poder nuevamente no les conviene ningún cambio. Porque Chile se mete en el Tribunal de La Haya presionado por Perú, es cierto, pero sobre todo para defender los intereses de un gran empresario chileno.

Y entonces miro hacia fuera y veo el “conflicto árabe israelí” que en realidad hoy es el genocidio palestino. Y veo como nadie está dispuesto a intervenir de manera seria haciéndose cargo del problema y veo el futuro de esos dos pueblos amarrado por líderes que no parecen tener un compromiso real con sus pueblos.

No me gusta pontificar. Pero me parece que con personas que consideran que la homosexualidad es equivalente a la zoofilia o que consideran que las gravísimas violaciones a los DHH en la dictadura militar son simplemente “excesos” y que de hecho no son capaces de usar la palabra dictadura o con personas que quieren ser líderes políticos que no están dispuestos a asumir ninguna clase de responsabilidad,no creo que haya mucho que hacer.

Miro el futuro y sólo veo una solución: la muerte.La muerte de todo eso que nos mantiene amarrados con el pasado, con la opresión.

Con las viejas formas de hacer política y con la forma en que el pueblo ha decidido históricamente no hacerse cargo de su destino. De cómo nos hemos dejado controlar por grandes poderes fácticos y económicos. De cómo los pueblos son conducidos a guerras fraticidas para defender los intereses de unos pocos.

Y creo que la única manera es la muerte.Darle muerte a todas esas prácticas y tomar “el toro por las astas” y construir nuestro destino.

Darle muerte simbólica a todos esos dinosaurios del poder y la política que nos han sojuzgado en base a principios que no compartimos. La muerte de esa forma de ejercer el poder en contra del pueblo, en contra del que confiere el poder.

En el Tarot, la carta de la muerte representa el cambio. Pero el cambio autogestado.No es el cambio impuesto desde afuera, el cambio de las circunstancias como la rueda de la fortuna. Es el cambio elegido y deseado por quien cambia.

Esa es la única y la última solución, optar por hacernos cargo de nuestro destino como pueblo y cambiar.Como humanidad.Como especie.

Y darle muerte a todo esos que nos amarra a la muerte.

Creo que la humanidad es capaz de lo peor pero también de lo mejor. Y estoy convencido que nuestros lideres no tienen la capacidad ni el interés de transitar esos caminos. Creo que la cosa va por otro lado.

Pero en esta batalla, no está muerto quien pelea. Así que hay mucho por delante. Y bueno, feliz año nuevo y que se cumplan sus mejores deseos.

Aunque solo sea para seguir soportando a los mismos.

Finalmente, hablando de muerte quiero comentar un disco que me regalaron sus autores. No es nuevo. Es un proyecto ejecutado desde el 2011 al 2012. Se llama Húsar y es una ópera rock chilena sobre la historia de Manuel Rodríguez.

La clave acá es el clásico heavy metal melódico, con buenos cantantes y grandes guitarristas. Todo está dirigido por el cantante chileno Ives Gullé, quien preside un equipo notable.

Alejandro Silva, El Pera Cuadra, Hugo Bistolfi de Rata Blanca y otros más jóvenes. Conforman un excelente elenco. Es un gran esfuerzo por rescatar nuestra historia en clave rock, de manera jugada y moderna. Momentos notables como la Asamblea de la Logia o la aparición de un demonio mapuche. Deben escucharlo.

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27 dic 2013

Tareas que se vienen

Cuesta ser gobierno. No es una tarea sencilla, más aún cuando tienen que convivir concepciones políticas diferentes en un solo equipo que acompañe a la figura Presidencial.

De hecho, el debut y despedida de la derecha en La Moneda es una muestra de que cuando se hacen mal las cosas, cuando se engaña la buena fe de la ciudadanía y cuando no se cumple lo que se promete, la cuenta y el castigo es inmediato: no se reelige la coalición gobernante.

Frases muy desafortunadas como “se les acabó la fiesta a los delincuentes”, “haremos el mejor Censo de la historia”, “en 20 días hemos hecho más que la Concertación en 20 años” y varias otras que son para el olvido, deben servir de aprendizaje a una Nueva Mayoría que debe tener los pies muy bien puestos en el suelo para comenzar un gobierno en el que van a coexistir partidos con distintos puntos de vista.

Le pasará a la DC y al PC o al PS y al PPD, si es que la Presidenta Michelle Bachelet decide contar con personeros de estas filas en su gabinete.Lo que no se puede perder de vista nunca, es que la conducción política y el liderazgo lo ejerce la Mandataria y los partidos tenemos que colaborar, proponer ideas y soluciones, y apoyar cuando una decisión sea tomada.

Esa es nuestra garantía ante los ciudadanos, los actores sociales, los mercados, los países de la región y el resto del mundo: la gobernabilidad que ofrece la Nueva Mayoría. Nuestro sello debe ser el orden, el respeto y la constructividad con la que haremos gobierno día a día, ya que en la vereda del frente hay suficientes recriminaciones, cuchillos largos y renuncias que poco tienen que ofrecer a un país que quiere avanzar.

Ahora hay que enfrentar tareas de suma urgencia y trascendencia.Primero, hay que dar confianza, apoyo irrestricto y comprensión a la Presidenta para formar su equipo de gobierno. No ayudan en nada vetos ni opiniones fuera de lugar respecto de una prerrogativa que es de estricto rango presidencial.

Por otro lado, tenemos que ofrecer un panorama parlamentario claro, nítido y responsable respecto de lo que será la agenda de transformaciones políticas, sociales y económicas que la Nueva Mayoría llevará adelante en el Congreso. Es preferible que las agendas personales, dejen paso a los proyectos colectivos.

Tercero, hay que potenciar nuevos liderazgos y en eso es clave el rol que puedan jugar las generaciones nuevas de servidores públicos. Su valía se demostrará en si son capaces de mostrar la responsabilidad, empuje y seriedad que esta tarea demanda; la juventud es necesaria para reactivar la confianza de las nuevas generaciones en la política y en los políticos.

Ante todo, tenemos que gobernar con la verdad y dejar atrás este modelo del eslogan que tanto daño y frustración trajo a las familias chilenas; eso se logra con una agenda legislativa urgente y concreta respecto de temas que hemos planteado en la campaña: calidad en salud, educación y vivienda; mejoramiento del pilar social y en temas clave como la distribución de la riqueza, la equidad y las pensiones; mejorar sustantivamente el trato a las regiones de modo de dar mayor protagonismo a las personas y a los gobiernos locales.

Sobre todo, hay que actuar con un gran sentido de responsabilidad y realismo, sin que eso signifique en modo alguno renunciar a los cambios que hemos propuesto.

Hay que avanzar, negociar, mejorar, y seguir avanzando, ya que sabemos que enfrentaremos una economía en desaceleración y con un presupuesto restrictivo a pesar de los anuncios de la actual administración.

El Gobierno de la Presidenta Bachelet enfrenta grandes desafíos y es momento de que las fuerzas democráticas que la llevaron a La Moneda por segunda vez, muestren cuánto vale su trabajo, su gente, sus ideas, sus propuestas y su sintonía con el ciudadano común.

En la base, en la calle, las juntas de vecinos, los clubes deportivos, las organizaciones civiles, las regiones y en cada foro ciudadano, estará la fuerza que necesitamos para lograr un segundo periodo exitoso.

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27 dic 2013

Educomunicación, tics y participación política

El año electoral y los medios de comunicación parecen potenciar la idea de que la participación política es igual al voto (parlamentario o presidencial). Esa simplificación matemática parece reproducir la metáfora del bosque que no deja ver los árboles y menos logramos pensar en mecanismos para compartir una mirada más profunda.

En un país donde la sindicalización es escasa, las juntas vecinales una cuestión de pobres y los centros de padres un cacho después de la jornada laboral, ciertamente en el cotidiano se valoran muy poco los espacios de discusión, opinión y posicionamiento de la ciudadanía.

El espectro de opiniones, frente a la baja participación electoral, tampoco resultó muy educativo.

Desde absurdos como cuestionar la legitimidad, o proclamar “el que no vota no reclama” hasta deducir que en realidad “Chile no reclama grandes cambios” fueron algunas de las apreciaciones entre y pos elecciones.

Ese último planteamiento, por ejemplo, es de tanta lucidez que bajo esa lógica, nos dice implícitamente que una participación de 10% significa que el país va muy bien y no hay que ni tocarlo. Así la política debiera orientarse a conseguir la menor participación posible.Quizás algunos lo piensan.

Otra teoría repetida dice relación con que la abstención es normal en los países con voto voluntario (que es cierto), pero nuestro 51% de participación contrasta por ejemplo con el 73% de participación en Alemania (2013), el 71% en España (2011), el 79% de Venezuela (2013), el 61% de UK (2010).

Quizás sí resulta similar a los resultados de la segunda vuelta que eligió en Colombia a Juan Manuel Santos con un 44% de participación (datos recogidos en Participación del Voto Voluntario, 18.11.2013, La Tercera)

Educar para la ciudadanía con hechos

Quienes entremezclen lecturas adulto centristas y la enseñanza tradicional dirán que a los jóvenes les hace falta “una buena dosis educación cívica” y ya pensarán en endosarle esa responsabilidad al ministerio de Educación y sus asesores del currículum escolar.Sin embargo, como lo que se aprende es lo que significa y lo más significativo es lo vivido ¿por qué no lanzar una iniciativa por la democracia joven?

Partamos por una consulta que pregunte si el estado debe ser subsidiario o garante de la educación.

Debatamos qué entendemos por subsidio y por derecho social.

Qué es la libertad de enseñanza, dónde se produce la segregación y hacia dónde conduce el modelo voucher que nos rige (aunque lo engorden con más recursos).

Eduquemos sobre qué significa financiar la oferta o la demanda educativa, qué significa poner aportes estatales en instituciones públicas, en alianzas público-privadas que garanticen no tener fines de lucro o/y entregar recursos de todos instituciones privadas sin ningún control.

Obviamente la participación más valiosa estará en el debate de ideas y no tanto el acto del voto, allí radicaría la estrategia educomunicativa, en un espacio donde concurran todas las posiciones desde el “por qué el estado tendría que financiar a los hijos de las familias más acomodadas” hasta “la educación como derecho social garantizado”.

Una comunicación al servicio de la educación

Podría ser fácil, la campaña la podemos levantar las figuras públicas más jóvenes, los actores y animadores -tal y como grababan mensajes para las marchas -y los políticos tradicionales que se atrevan a debatir más allá de la creación de fetiches sobre el tema.

No necesitamos demasiado del Servel, los profesores y los laboratorios de enlaces de escuelas y liceos de Arica a Magallanes pueden cumplir funciones de vocales y recintos. El sistema informático está hecho, la iniciativa “haz tu voto volar” recogió los votos de los chilenos en el exterior. Ciudadano Inteligente ha organizado varias iniciativas con un sentido similar y tiene know how pertinente.

Por ejemplo haz tu voto volar solicitaba que cada emisor introdujera su Run y el número verificador que se encuentra al dorso de la cédula de identidad garantizando así que se evitaba bastante bien que alguien con una lista de Rut pudiera suplantar el voto.

Para el casi millón de secundarios (938.936 en el año 2012 según estadísticas del Mineduc) sería un acto más significativo que unas clases en las que se expliquen las funciones de los poderes del estado.

Seguro esto último estará bien hacerlo, pero que no representará para los y las estudiantes un ejercicio de aprendizaje realmente significativo sino un poco más de lo mismo. A modo de antecedente, cabe señalar que algo parecido hicieron los jóvenes movilizados el 2011, pero valdría la pena un intento con el compromiso gubernamental de apoyar la campaña como un debate legítimo de ideas.

Esta idea puede ser un poquito más profunda si queremos y apuntar más allá del acto puntual de la consulta para atrevernos a fundar un grupo de estudio sobre participación y opinión escolar.

Puede ser un centro permanente que aproveche la penetración de las tecnologías de la comunicación para fomentar la opinión pública temprana. Un espacio de estudio y canalización de discusiones que -sin pretensiones evangelizadoras- facilite la expresión pública desde la infancia.

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27 dic 2013

Las lecciones del 2013

Espero que al menos en esto estemos de acuerdo, el personaje destacado del año que se acaba, sin duda, es la electa presidenta Michelle Bachelet, que con un 62% de los votos válidamente emitidos , gana holgadamente a su contendora , representante de un Gobierno errático, y de una Alianza dividida con sus irreconciliables y  exageradas diferencias, dando un triste espectáculo público.

El resto es un cuento por todos conocido, la noche de los cuchillos largos recién aflora y las secuelas de esta derrota, comienza a mostrar su peor cara, donde las responsabilidades caen sobre los hombros de Piñera, que si bien las tiene, los otros actores actúan como Pilatos, lavándose las manos antes los desastrosos resultados, cometidos conscientemente.

Aunque el éxito de la Nueva Mayoría, es indiscutible, la abstención fue un hecho que amerita al menos una segunda lectura. Sobre 7.000.000 de chilenos y chilenas, no fueron a votar, esto es preocupante para todos.

Nos costó 17 años recuperar la democracia, ahora los que tienen el derecho y deber de elegir a sus autoridades democráticamente se niegan hacerlo, simplemente me parece una aberración, la no participación activa.

Sabemos, que las normativas de la ley electoral establecen claramente las reglas: inscripción automática y voto voluntario, pero a partir del 11 de marzo, debemos crear, motivar e impulsar políticas efectivas para una mayor participación ciudadana.

Hay dos personajes que destacan en esta marea que tiene a la derecha en la estacada.

Pablo Longueira, con su insólita renuncia a su candidatura presidencial, causó un sismo de tal magnitud que aún no se reponen, ni explican.

Sebastián Piñera con el cierre del penal Cordillera  y su famosa frase de los “cómplices pasivos” a propósito de los 40 años del Golpe militar, que se distanció de los vínculos y compromisos adquiridos con las FF.AA. Ambos hundieron a su candidata y la dejaron, tristemente sola y desamparada.

Cuento aparte fueron las movilizaciones sociales, especialmente los estudiantes, con su lucha por la educación de calidad y fin al lucro. Sin desmerecer las otras, en regiones, que permitieron, a sus líderes más destacados llegar al parlamento. Con un propósito definido, hacer carne, sus demandas de mayor equidad y justicia, para sus representados.

La tarea no será nada de fácil tanto para ellos, como para la Mandataria, toda vez que las aspiraciones son muchas y todas urgentes.

Reforma a la educación. Reforma tributaria, para financiar el programa presidencial y la más cocotuda, Reforma Constitucional, con Asamblea Constituyente y todo.

De los affaire en La Polar, las Farmacias coludidas, las Condonaciones en SII, del Servicio Electoral, INE, Censo, el peor de la historia, para que seguir, ya hablaremos, habrá otra oportunidad, para hacer un balance exhaustivo, sobre estas y otras materias, que marcaron el año.

Solo permítanme referirme a dos hechos históricos relevantes, que dejarán huellas en nuestras vidas, durante mucho tiempo,

El deceso del gran líder carismático, sudafricano Nelson Mandela, un hombre que nació para luchar, preso durante 27 años, entregando lo mejor de sí por su amado pueblo. No por nada ,cien dignatarios de todos los continentes le rindieron, un merecido homenaje en su último adiós.

El Papa Francisco, el primer Pontífice, jesuita y además latinoamericano, un argentino, que le cabe un rol de salvador de una iglesia católica, hundida en el fango, llena de corruptelas y escándalos de pedofilia, sumida en el laberinto de los peores males de la sociedad , acaparando riquezas ilícitas y amparando delincuentes entre sus propios altos representantes.

Sus acciones y decisiones drásticas, determinaciones ejemplares e inmediatas, castigos para aquellos curas u obispos que se alejaron de sus funciones eclesiásticas, dan muestra que la mochila que carga, podrá soportarla para bien de la cristiandad católica.No será fácil sobre todo con una Curia romana que se aferran al poder y la pompa, a fin de no perder sus privilegios en el Vaticano.

Francisco la tarea es complicada, el Espíritu Santo te acompaña, y pronto los frutos los verás en vida, porque la semillas que lanzas, ya los está dando , o al menos así la humanidad, lo percibe. Aire fresco y renovador, penetra felizmente al interior de una Iglesia otrora alejada de los pobres.

Ahora el mundo creyente confía en este “Papa de la Esperanza.”

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26 dic 2013

Nicolasa Quintreman

Cuando en el verano los chilenos llegamos a los lagos y ríos del sur, nuestro impulso es zambullirnos en ellos.Algunos no tardarán en equiparse con lanchas a motor, motos de agua y tablas deslizantes; otros verán oportunidades de negocio y construirán costaneras, playas artificiales y edificios para vender a buen precio.

Unidos bajo los mismos predicamentos marchamos hacia el sur, con una pobre mirada del mundo que no tardamos en convertir en imperio. El mundo – creemos – es como lo vemos, y lo que se ve son los espejos de agua, cascadas y torrentes fluviales.

Y no sólo eso. El mundo ha sido dispuesto – creemos – para nuestro beneficio, para el disfrute individual y ojalá exclusivo de sus “atracciones”: playas privadas, vista exclusiva, orilla de lago o mar (aunque después lamentemos los efectos de las marejadas).

Pero el mundo puede ser otro. Las profundidades del lafquen, de esos extensos cuerpos de agua lacustre o marítima, pueden estar habitadas por otros seres que se hacen parte de la vida.

No sólo hay peces para el disfrute de pescadores deportivos; hay hundimientos de embarcaciones, huellas de los antiguos, restos de sacrificios rituales ofrendados a Sumpall, el ngeno dueño de las aguas, conexiones con volcanes y con los espíritus de los ancestros. Aquí las profundidades no se miden en metros; lo que cuenta es la historia densa, concentrada, de cuerpos humanos y no humanos, de espíritus y cosas que se aglomeran en el fondo para constituir un mundo numinoso y sagrado.Zambullirse en estas aguas es impensable.

La muerte de Nicolasa Quintreman no es natural.Ninguna muerte es natural.Hoy sus espíritus, el am, el pulli, inician el largo camino que la vuelven al mundo de los antiguos. Sus espíritus siguen los devaneos de las bandurrias, el vuelo raki que lleva siempre de vuelta al lugar de origen.

Tal vez alguno de estos espíritus permanezca en el fondo de las aguas apresadas por la codicia empresarial, tal vez allí anide, mezclado con los espíritus de otros difuntos cuyos cuerpos fueron olvidados en el fondo de la presa. Una ciudadela de seres trascendentes que no han sido derrotados por la codicia, como no lo ha sido Nicolasa, espera su tiempo en un fondo de aguas turbias.

Bien sabe el pewen, la araucaria, que, en un corto tramo del crecimiento de su tronco, debe tolerar la insolencia de una especie que, a diferencia de otras, necesita destruirlo todo para poder seguir siendo.

A fuerza de historia, los pewenes acumulan paciencia, refugiados en las alturas cordilleranas ofrendan sus frutos a quienes les respetan.

Saben los pwenes, como sabe todo árbol añoso, sea alerce o roble, que, al cabo, volverá Nicolasa desde el wenumapu. Encontrará a su paso lodazales, tierra inutilizada, árboles muertos, murallones de concretos y esqueletos de artificios mecánicos de metal.

Al igual que lo que ocurre con toda empresa bananera, lo que un día se prometió como progreso habrá dejado tras de sí un reguero de cosas inutilizadas e inutilizables.Seguirán, no obstante, habiendo pewenes que reciban a Nicolasa cuando ya no haya siquiera recuerdo de una empresa llamada ENDESA.

La muerte de Nicolasa no fue natural. Fue anunciada y tomó años en cobrar su palabra.El mal había sido tirado hacía tiempo y era cuestión de esperar.ENDESA había pronunciado su sentencia y, como suelen hacer los brujos, apresó en un pañuelo de cemento las aguas que daban vida a Nicolasa y a su gente.Lo demás es cosa sabida.

Pero los brujos y las cosas por ellos creadas no tienen buen destino. Saben los campesinos del continente que las figuras de terno, dientes de oro y zapatos lustrosos son de temer, que donde ponen sus firmas nada crece después, que la riqueza que traen consigo es miseria del porvenir.

Nicolasa no ha perdido. No ha sido derrotada. El maleficio caído sobre su pueblo es, mirado desde las ramas de los pewenes, un detalle en la historia.

Mientras los chilenos seguimos año a año zambulléndonos en los ríos y en las aguas del sur, premunidos de filtros solares y preparados con dietas adelgazantes, apenas sospechamos de las formas como hemos mutilado nuestro futuro.Los triunfos empresariales son, a final de cuentas, praderas desoladas, pampas devastadas y hondonadas que, a falta de nombre mejor habido, son llamadas relaves.

Las hermanas Quintreman tenían razón, entre ellas y ENDESA sólo había un pobre: aquel que codiciaba las tierras y aguas de las que carecía y de las que ellas eran parte.

El corolario de la historia, empero, no es alentador: finalmente la pobreza en cuestión ha sido endosada a las y los habitantes actuales y futuros, humanos y no humanos, de una franja de tierra llamada Chile.

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26 dic 2013

La bendita voluntad popular

El contundente triunfo de Michelle Bachelet y los excelentes resultados parlamentarios que logró la Nueva Mayoría generan inmejorables condiciones para reemplazar la herencia institucional de Pinochet y llevar adelante las profundas transformaciones que Chile reclama.

El programa de gobierno de Michelle Bachelet representa un alejamiento y, en algunos ámbitos, como es el caso de la educación, significa una ruptura con las políticas neoliberales que han gobernado la vida de los chilenos desde hace más de tres décadas.

Las reformas estructurales que promueve el programa en educación revierten en gran medida el proceso de privatizaciones que impuso la dictadura en 1981 con la Ley General de Universidades.

La vuelta a manos del Estado de las escuelas y liceos municipales son un paso fundamental para que la educación pública recupere el sitial privilegiado que tuvo en Chile y que nunca debió haber perdido.

Por su parte, la reforma tributaria es la medida más importante adoptada desde el año 1973 para mejorar la regresiva distribución del ingreso existente en nuestro país y es fundamental para que el Estado cuente con los recursos necesarios que nos permita cumplir con los compromisos adquiridos en la campaña.

A su vez, el proyecto de nueva constitución contempla la conformación de una “Estado Social y Democrático de Derecho”, derogando una serie de preceptos autoritarios que impiden la existencia de una auténtica democracia, como es la violación del principio de mayoría a través de altos quórums para la reforma de ciertas leyes.

Para que el futuro gobierno pueda llevar adelante este programa es fundamental dejar de lado la lógica política que ha imperado en esta infinita transición a la democracia.La Nueva Mayoría debe superar los nefastos consensos con la derecha.Esto solo ha significado ceder ante las presiones y chantajes del gran capital.

Durante el nuevo ciclo político debemos hacer valer la voluntad popular que se ha expresado nítidamente en las calles desde el año 2011, así como también las mayorías parlamentarias que recientemente conquistamos en las urnas.

Es clave continuar politizando al pueblo chileno en todos los espacios públicos, como barrios, empresas y centros de estudios para involucrarlos en los duros debates legislativos que se vienen.

Nos debemos preparar para convocar a grandes jornadas de movilización en apoyo a las reformas estructurales que impulsará el futuro gobierno.

Y para cumplir con el programa, es fundamental erradicar la lógica inmovilista que marcó tristemente la transición a la democracia.

No podemos seguir haciéndole el juego a aquellos que conciben al movimiento social como una amenaza a la gobernabilidad del futuro gobierno, ya que el conflicto es parte constitutivo de la política y de la sociedad. Jamás debe volver a ser visto como una amenaza para la democracia.

Propugnamos que los movimientos sociales también sean parte de los acuerdos democratizadores que se tomen junto al poder ejecutivo y legislativo para, de esta forma, concretar las anheladas transformaciones que demanda el pueblo de Chile.

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26 dic 2013

Un año para recordar

Desde la creación del primer computador, hasta la puesta en el mercado del primer PC, han pasado varias décadas y con ellas hemos visto cómo cada vez la evolución de la tecnología se pone más vertiginosa. Así lo pudimos comprobar este año, donde no sólo los niveles de venta han crecido a tasas impensadas, sino que también en la rapidez con que un aparato reemplaza al otro y al desarrollo cada vez mayor de las apps.

Los cambios han sido rapidísimos y en el 2013 hemos sido testigos de productos que a los meses ya están superados.Así como vimos empresas que crecieron y otras que colapsaron al apostar por productos tecnológicos que no respondieron a las expectativas y necesidades de los “nativos digitales” cada día más voraces en sus demandas.

Poco a poco los medios de comunicación deben tratar de hacer comprensible para todos los términos de un meta lenguaje especializado como: cloud, data center, terabites, big data, consumerización, darg net y otros.

Al hacer un recuento de lo que fue el 2013 a nivel mundial podemos decir que no fue un buen año para algunos actores. Sin embargo, se trata de hechos puntuales, ya que la mayoría puede sentirse satisfecha porque las tecnologías de la información y los instrumentos que son su vehículo de penetración tuvieron un muy buen año.

Las TI seguirán siendo fundamentales en la globalización; en el mejoramiento en los niveles de competencia y en la diferenciación competitiva; en la creación de plataformas de innovación para los productos y en aspectos de nuestra vida diaria tales como educación, salud, justicia, gobierno central y locales, redes, ocio.

Las inversiones en Tecnologías de la Información crecieron 20% con respecto al año anterior.Gran parte de este gasto irá destinado al desarrollo y optimización de plataformas de datos en la nube.De igual modo se estima que las ventas de teléfonos inteligentes y de tabletas seguirán creciendo en desmedro de los PC.

Las TI están destinadas a seguir sorprendiéndonos. Así como nadie imaginaba esta conexión mundial, en los próximos años tendremos realidades tan impactantes como que la educación será personalizada, que la intervención de nuestros cuerpos como método de sanación o de mejorar capacidades ya no será cosa de filmes de ficción; nuestros móviles sabrán aún más de nosotr@s.

Por ello, decir que este año que se está yendo fue uno para recordar resulta del todo acertado, pero todo indica que el próximo será aún más brillante para la industria.

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26 dic 2013

Colapso clínico

Tan mal como suena, el llamado “lease back” del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, aprobado recientemente por su Consejo Universitario, parece inconveniente. Pone en riesgo el patrimonio público.Consiste en vender el hospital a un banco, con la opción de recuperarlo si se devuelve íntegramente el precio, incrementado con onerosos intereses.

Se enajena este patrimonio emblemático, para solventar el cuantioso déficit de operación acumulado por esta unidad, desde que dejó el sistema público en los años 1990. Más probable es que lo agrave.

Una situación similar afecta a otras universidades estatales. También han venido echando mano al patrimonio público a su cargo, para solventar sus operaciones. Algo parecido ocurre en algunas universidades no estatales del Consejo de Rectores, que han debido enajenar parte de su patrimonio.

Las universidades privadas enfrentan una situación financiera aún más delicada.Varias han caído en mora y ésta se cierne sobre la mayoría de las restantes.

La crisis del Hospital José Joaquín Aguirre, refleja la insolvencia general del sistema privatizado de educación terciaria.Ésta se suma al endeudamiento de los estudiantes y sus familias, la precariedad del empleo de sus académicos y funcionarios, la mala calidad de la educación, la escasa investigación y extensión.

Anuncia el colapso del esquema de privatización, que se ha venido intentando implementar a la fuerza a lo largo de las tres últimas décadas. La inminencia de una inevitable intervención estatal, tarea que se ha propuesto el nuevo gobierno, hace que esta propuesta parezca inoportuna.Impresentable, por decir lo menos.

“¡La cosa pública no se toca! ¡Ni el papel secante!” Así ha expresado Eduardo Galeano, la honrosa tradición republicana de respeto absoluto por el patrimonio del Estado, que ha enorgullecido la historia independiente de su Uruguay natal.

También a Chile, hasta antes del tsunami reaccionario que se abatió sobre nuestras costas hace cuarenta años.A partir de ese momento, la consigna de privatizarlo todo ha imperado como suprema razón de Estado.

Ello ha aprovechado bien un puñado de grandes conglomerados que, protegidos tras los faldones de los militares, se apropiaron la tierra, el agua y las empresas del Estado, recursos que nos pertenecen a todos.

Viven de la renta de los mismos, distorsionando la economía y la sociedad. El trabajo les interesa poco. No son empresarios auténticos, ni obtienen sus ganancias de contratar masivamente a una fuerza de trabajo calificada, para producir bienes y servicios que compitan en el mercado mundial.

Por eso, han descuidado la educación, desmantelando el sistema público que hace cuarenta años tenía matriculados a uno de cada tres chilenos, en establecimientos gratuitos y de buena calidad.Hoy, estudian apenas uno de cada cuatro, en todos los niveles de lo que queda del sistema público y también en el sistema privado, que han creado en base a subsidios del Estado.

Ese ha sido el resultado del gran experimento del “subsidio a la demanda”, los “vouchers”soñados por Milton Friedman, que los Chicago Boys y sus continuadores transicionistas, presentaron como panacea e impusieron a la fuerza. En el caso de las universidades públicas, estos últimos les redujeron el presupuesto y las obligaron a autofinanciarse, con los resultados que estamos viendo.

Sus autoridades se las arreglaron como mejor pudieron. Redujeron a la mitad sus académicos a jornada completa, precarizaron los contratos laborales y mantuvieron las remuneraciones reducidas al mínimo, al igual que las inversiones.Estancaron relativamente las matrículas y aumentaron sucesivamente los cobros a los alumnos.Generaron servicios comerciales y crearon una variedad de pos títulos pagados, algunos de calidad y utilidad discutibles.

Por último, echaron mano al patrimonio de las instituciones, para cubrir los déficit. De ese modo han logrado sobrevivir en las condiciones más adversas y ciertamente merecen el reconocimiento de todos por lograr esta proeza.

Pero todo tiene su límite. El “leaseback” del hospital clínico parece exceder la frontera de lo prudente, que las autoridades universitarias se han venido auto imponiendo, por lo general, para compatibilizar la defensa y desarrollo de la universidad, bajo condiciones en que la política del Estado la obliga a autofinanciarse. Dicho límite dice relación con el resguardo riguroso del patrimonio público a su cargo.

Ahora proponen la enajenación del principal patrimonio de la Universidad de Chile. Sin perjuicio que la operación deja abierta la posibilidad de recuperar lo vendido, la misma conlleva un nivel riesgo que no parece aceptable.

Lo anterior se agrava por el hecho que la referida enajenación patrimonial se efectúa con la finalidad expresa de solventar déficit acumulados en la operación del hospital.Enajenar patrimonio público o hipotecar el mismo, para cubrir déficit operacionales, no hace sino agravar estos últimos hacia el futuro.

Es efectivo que, en parte, la operación se justifica como un cambio de deuda de corto plazo por deuda de largo plazo, lo que aliviaría en parte los gastos operacionales, si la tasa de interés de ésta fuese significativamente inferior a aquella.

Sin embargo, la tasa del “leaseback” alcanza a 5,5 por ciento anual, lo que resulta significativamente mayor que la que cualquier individuo puede conseguir en un préstamo hipotecario común y corriente.

Parte de la deuda se utilizará para pagar préstamos de la propia Universidad, que no representan intereses.Otra parte se destinará a acreditar el hospital, lo que en estricto rigor forma parte de la operación. De este modo, no resulta para nada claro que mejore el flujo operacional de la unidad.

Más probable es que a la larga se deteriore aún más. Otras unidades académicas han esgrimido, por ejemplo, el incremento de patrimonio mediante la edificación de nuevas dependencias, como justificación para realizar anteriormente operaciones similares. También esos casos parecen bastante cuestionables.

La crisis del hospital de la Universidad de Chile, se repite en las otras universidades estatales. En todas ellas, de uno u otro modo, sus autoridades han venido poniendo en riesgo el patrimonio de las mismas, mediante operaciones hipotecarias, de “lease back” y otras.

Entre éstas hay que mencionar el traspaso de patrimonio universitario a filiales creadas específicamente con tal propósito, donde no queda protegido por las restricciones legales que afectan a las instituciones mismas.

En la mayoría de los casos, dichas operaciones se han efectuado para cubrir déficits acumulados en su operaciones. De este modo, se ha configurado un cuadro en el cual las universidades del Estado han venido solventando crecientes deudas, mediante la hipoteca, leaseback, u otras formas que ponen en riesgo el patrimonio de las mismas, y en algunos casos extremos, su enajenación lisa y llana.

Una situación similar y peor, afecta a otras universidades no estatales del CRUCH, en las cuales se ha incurrido en este tipo de prácticas con más frecuencia y menos resguardos que en las universidades del Estado.

Ello incluye a la propia Universidad Católica, la que recientemente se ha visto en la obligación de enajenar uno de sus activos más valiosos, cual es su canal de televisión, y se encuentra asimismo en negociaciones para vender al menos en parte su hospital clínico.

La crítica situación financiera descrita, no es exclusiva de las universidades del CRUCH, sino que afecta aún en mayor medida, a las universidades y otras instituciones privadas de educación terciaria. Algunas de éstas han caído en insolvencia y otras avizoran esa perspectiva en lo inmediato o en el mediano plazo.

Uno de los factores que más incide en su delicada situación financiera es el Crédito con Aval del Estado (CAE). Como se sabe, las instituciones quedan como aval del CAE mientras los estudiantes no egresan. Dicho aval es inicialmente de un 100% de los CAE otorgados y va disminuyendo a medida que los estudiantes avanzan en sus carreras, hasta transferirse completamente al Estado al egresar.

La tasa de morosidad de los que no egresan es muy elevada, alcanzando a más de un 50 por ciento en varias instituciones y precisamente en aquellas que concentran el mayor monto de este tipo de créditos. Ello se traduce en un pasivo muy significativo, para servir el cual estas instituciones recurren a una proporción creciente de los nuevos CAE otorgados, lo que genera una situación de “bomba de tiempo”.

La crisis del Hospital José Joaquín Aguirre pone en riesgo el principal activo de la más importante universidad del país, lo que muestra de modo dramático esta situación general. La respuesta del sistema político a esta crisis general es imperativa y así lo han asumido la Presidenta Electa y la coalición que la apoya, los que han puesto este punto como uno de los ejes de su programa de gobierno.

La inminencia de un camino de solución al problema general, hace que la decisión del Consejo Universitario resulte, además de inconveniente, inoportuna.

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