04 dic 2015

La canción del camino

La casa distribuidora Criterion Collection, siempre dedicada a rescatar pequeñas joyas del cine, acaba de poner a disposición del público una versión remasterizada de la Trilogía de Apu, del director Satyajit Ray. En 1993 los negativos originales de las películas fueron destruidos en un incendio. Los rollos que sobrevivieron quedaron tan dañados que hicieron imposible su uso.

Para esta restauración se hizo un escaneo en 4K desde copias máster de grano fino guardadas en EEUU y Europa. La trilogía la componen Patherpanchali (La Canción del camino, 1955), Aparajito  (El Invencible, 1956) y Apursansar (El mundo de Apu, 1959).

La primera película de la trilogía, Patherpanchali ocurre en las primeras décadas del siglo XX y cubre los años de infancia del joven Apú, que nace en una pobre familia rural de Bengala (actual Bangladesh).

Más tarde lo vemos jugar con su hermana mayor Durga, lo vemos también sobrecogido por la presencia de una compañía de teatro itinerante, correr tras el vendedor de dulces, y, en una de las más bellas escenas del filme, observar por primera vez, la incomprensible belleza del paso del tren por una explanada. Asistimos a todos estos momentos de su infancia aparentemente triviales, pero que sin duda moldearán su personalidad de adulto.

La madre de Apu, Sarbojaya, colapsa contínuamente por la situación de pobreza, tratando de mantener a su familia alimentada y vestida. El padre, Harihar, es un brahmán (sacerdote) de buen corazón pero poco pragmático y con aspiraciones de poeta que se ausenta por prolongados períodos.

Con la familia vive una tía del padre, Indir (la increíble Chunibala Devi) una veterana de 80 años, una figura algo patética que poco puede hacer para sobrevivir y debe recurrir a la caridad de aquellos que poco tienen para sí mismos y a Durga, con quien tiene una relación cercana, y que la provee de una poco apropiada dieta de fruta robada.

Indir, generalmente se relaciona de forma conciliadora pero hay en ella una furia reprimida que ocasionalmente aflora. Sarbojaya no tiene paciencia con la anciana y tampoco tiene problemas en demostrarle que no es bienvenida allí. Y no es por crueldad o indiferencia es simplemente que debe cuidar a su familia y la carga ya es suficiente. La anciana trata desesperadamente de retener los últimos vestigios de dignidad y amenaza con irse buscando el techo de algún pariente, pero siempre vuelve. Incluso un techo hostil es preferible a ninguno. Es una imagen de la desesperación que estremece más allá de la simple lástima. Hay una escena particularmente desgarradora en que ella se sienta en la oscuridad y con su voz vieja y entrecortada, le canta a la muerte.

Esta primera parte termina con una tragedia, la muerte de Durga, pocas veces el cine ha entregado un nivel emocional tan intenso, debo reconocer que la primera vez que la vi me pilló sin aviso e incluso en revisiones posteriores me conmueve como nada que haya visto.

Particularmente inolvidable es el último acto de amor de Apu a su hermana muerta y que necesita ser visto en su contexto dramático para ser apreciado. Es el final de un capítulo en la vida de la familia y deben seguir adelante. La sensación de pérdida es abrumadora.

En los tres filmes podemos ver a Apu avanzar desde la infancia hasta quizás los treinta años. En esta progresión desarrolla su carácter a través de la experiencia, a menudo dolorosa y de la que Apu no siempre sale bien parado. Quizá ninguna película ha representado con tanta intensidad el dolor emocional de la pérdida, pero la visión final está lejos de ser trágica.

El último film Apursansar, en realidad termina con una sensación de alegría, alegría que ha sido duramente ganada y nosotros los espectadores podemos ver su fragilidad, que resulta, sin embargo, estimulante.

Patherpanchali se ha transformado con el paso del tiempo en un hito del cine del siglo XX poniendo en el tapete mundial al cine Indio  y a su director. Quizás lo más increíble es constatar que se trata de una ópera prima.

En efecto, Ray había trabajado como ilustrador en una agencia publicitaria, no había filmado nada antes, y más aún, el equipo técnico de la película también era primerizo. Labores habitualmente cruciales para dejar en manos poco experimentadas como la dirección de fotografía quedaron a cargo de Subrata Mitra un fotógrafo sin experiencia en cine. La música, por el contrario, la compuso el ya en ese entonces famoso Ravi Shankar.

Entre los apuntes del rodaje Ray señala que éste debió suspenderse en más de una ocasión por prolongados periodos ante la falta de recursos, pero con algo de humor dice – Tres Milagros ocurrieron durante la filmación: Apu no cambió la voz, Durga no creció, Indir no murió”.

Ojalá que esta copia restaurada a todo su esplendor visual convoque a nuevas generaciones a verla. Sería una lástima que se perdieran de su extraordinario lirismo y la belleza de sus imágenes, como la de los niños jugando en las tormentas de lluvia (algo que obsesionaba también a Kurosawa y Tarkovski) o la antes mencionada escena del tren, símbolo de la modernidad que les es tan esquiva, o la sensación de universalidad de los temas que trata, que se sienten más próximos aún ante costumbres aparentemente tan disímiles a las nuestras.

¿Dónde están ahora esas audiencias que antes hicieron cola para verla?

¿Qué ocurrió con ellas y su curiosidad? Creo que en la actualidad Hollywood bajó las expectativas de todos respecto de lo que el cine puede entregar. Mientras tanto esperaremos pacientemente a que esas generaciones vuelvan.

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03 dic 2015

Día internacional de las personas con discapacidad

En Chile esta fecha pasa bastante desapercibida en las noticias y sólo se resalta a nivel de instituciones que trabajan con y por las personas con discapacidad, la gran mayoría de las cuales han sido fundadas por las propias familias.

Esto es un reflejo de lo invisibles que son las personas con discapacidad en nuestro país de cara a la generación de políticas públicas, que faciliten la plena inclusión de ellas a nuestra sociedad.  Frente a esta carencia de recursos provistos como consecuencia de la política pública, las familias han tenido que resolver sus necesidades a través de fundaciones y corporaciones principalmente.

Hablar de inclusión no es otra cosa que hablar de reconocer a las personas con discapacidad como ciudadanos plenos de derechos y de obligaciones, lo cual requiere un esfuerzo de todos nosotros en comprender que lo que prevalece en esta población es la condición de persona.  La persona por sobre su discapacidad o su diagnóstico, es un ser que tiene capacidades a ser desarrolladas, que tiene sueños, proyectos y motivaciones.

La sorpresa, es que esos sueños, proyectos y motivaciones son los mismos que las de cualquier persona.

Hoy es un día oportuno para preguntarnos y revisar cómo estamos en Chile en cuanto a lo inclusivo que somos con las personas con discapacidad.  El término inclusivo es de fácil y frecuente mención, pero que requiere decisión y trabajo para concretarlo.

Como país hemos avanzado en la valoración e inclusión de las personas con discapacidad, sin embargo estamos faltos de políticas públicas y privadas que nos permitan acortar las brechas con aquellos países en que se han asegurado determinados derechos sociales, como la educación, el trabajo, la salud y la vivienda, favoreciendo la dignificación e inserción efectiva de las personas en condición de discapacidad.

En Chile necesitamos hacer más coherente el discurso pro inclusión con acciones concretas.

En Chile no existe voluntad política para pasar de los diagnósticos, seminarios y documentos, a programas concretos, a la generación de políticas vinculantes que aseguren la inclusión en lo educacional, en el acceso a la vivienda, al trabajo, a la cultura ya la salud, entre otros.

Nos falta mucho. Por ejemplo, hoy la legislación laboral permite que una persona con discapacidad mental pueda trabajar recibiendo una remuneración menor al sueldo mínimo.

Los cambios deben comenzar por nosotros, y deben ser estimulados por la política y autoridad pública.  Superando los prejuicios y los estigmas, miraremos a las personas con discapacidad como ciudadanos, lo que nos enriquecerá a todos.

Confío que el próximo año, este día sea noticia, y de las buenas.

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03 dic 2015

El Estado islámico y sus principales enemigos

A mediados de noviembre de este año, los medios de comunicación mostraron masivamente una serie de atentados realizados en la capital francesa que dejaron un saldo cercano a los 200 muertos, los que fueron precedidos por un ataque en contra de un avión ruso de pasajeros en la península de Sinaí (31 de octubre) y un atentado en Beirut en un barrio habitado principalmente por chiitas (13 de noviembre), todos reivindicados por el Estado Islámico.

Estas acciones terroristas recordaron otras realizadas en capitales europeas, como el 11 de marzo de 2004 en Madrid y el 7 de julio de 2005 en Londres, que se suman a los ya emblemáticos atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington. En la misma capital francesa, en enero de 2015, un atentado tuvo como objetivo el semanario Charlie Hebdo, así como un supermercado de comida kosher.

¿Qué tienen en común estos ataques? Todos ellos provienen de un islamismo sunnita, jihadista y global, que busca enfrentar a Occidente en todos los planos, militar, político, económico, cultural.

Se impone una percepción de  choque  entre el Islam y Occidente, donde se recuerda el tema de la invasión, con una fuerte concepción de que Estados Unidos es heredero de la política colonialista de Francia y Gran Bretaña en el mundo árabe – musulmán. Todas estas acciones son una reacción a Occidente y también una respuesta a la presencia de Occidente en el mundo árabe.

Se reivindica un enfrentamiento histórico del Islam contra Occidente, que proviene desde el siglo VII, esto es desde la fundación misma del Islam en que éste estuvo en apogeo, alcanzando desde la India hasta la península ibérica. A partir del siglo XV, con el auge de los imperios coloniales europeos, viene un retroceso del Islam que estos movimientos pretender revertir. El islamismo jihadista busca “recuperar” el rol del Islam a nivel mundial, derrotando a Occidente, primero formando un Califato que borre las fronteras impuestas por las potencias coloniales a través de los acuerdos Sykes-Picot (firmados secretamente por Gran Bretaña y Francia), luego expandiendo este Califato al resto del Medio Oriente y del mundo.

¿Cuáles son sus principales enemigos? Occidente, representado por Europa, y su heredero natural, Estados Unidos, encabeza la lista, pero no es el único. Se agregan Rusia y China, los que son visualizados como regímenes eminentemente materialistas, donde impera una modernidad sin Dios; Irán y el islam chiita, los que se oponen al “verdadero Islam” que busca la instauración de una ley religiosa islámica con estricto apego a lo que dice el Corán; Israel, que es considerado como una prolongación de Occidente.

Al mismo tiempo, el ataque contra Occidente tiene un trasfondo importante en una crítica a un sistema que es concebido como eminentemente materialista, consumista y hedonista, que no da cabida a Dios ni a la religión, que promueve la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, el reconocimiento de los derechos de los homosexuales y, por lo tanto, la ruptura de la familia tradicional.  El islamismo, en todas sus vertientes, incluido el islamismo jihadista, es una reacción a la ruptura del sistema patriarcal, ruptura promovida por Occidente.

¿Y cuáles son los escenarios alternativos? ¿Es posible derrotar al islamismo jihadista? Existen dos escenarios polares. Uno, más caótico y fragmentado, estaría conformado por una falta de coordinación en el ataque contra el Estado Islámico lo que podría llevar incluso a un enfrentamiento de Rusia con Estados Unidos y sus aliados.

El derribo de un avión ruso por parte de Turquía el 24 de noviembre apoya este escenario, en el cual el Estado Islámico podría fortalecerse, conduciendo incluso a una guerra regional, en donde cada uno de los actores del sistema internacional actuara de manera individual y descoordinada, privilegiando sus propios intereses.

Por otra parte, un escenario multipolar, ordenado e integrado, que implique coordinación y unidad entre todos los actores que enfrentan al Estado Islámico, a través de la conformación de una coalición internacional, que incorpore a Estados Unidos, Europa, Rusia, China, India, Irán, así como otros países musulmanes. Este escenario, que pareciera ser algo más probable después de los atentados en París, exigiría negociar con el presidente sirio, Bashir el Assad, algo a lo cual Estados Unidos y Europa se siguen oponiendo.

No obstante, en contra de los argumentos occidentales, la lección parece ser clara: los grandes líderes del mundo árabe, a pesar de su carácter autoritario y opresor, eran garantía de mayor estabilidad en el Medio Oriente.

La caída de estos líderes, sea Mubarak en Egipto, Sadam Hussein en Irak o Kadafi en Libia, ha llevado a situaciones de mayor caos en un escenario caracterizado por las guerras sectarias y los fuertes enfrentamientos religiosos y políticos.

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03 dic 2015

Delación de la delación compensada

Delación, revelar por la propia voluntad a la autoridad un delito para que sea castigado; descubrir, poner de manifiesto algo oculto y por lo común reprochable.

Compensación, compensar las pérdidas con las ganancias, los males con los bienes.

Delación compensada, revelación de quién hacía el mal contra el bien común de forma oculta, con la ganancia de un bien personal o común

Auto acusación, auto revelación de haber hecho el mal, para que actúe la justicia, según los “marcos de la ley”.

¿Debe existir la “delación compensada” para que se revele y castigue el mal social, económico y político?

¿No sería más ético, plantear que junto con la auto denuncia, debiese revelarse también la acción destinada a compensar con una acción de bien común, el daño producido sistemáticamente a las personas ciudadanas – y además consumidores-, de forma intencional y sistemática al parecer durante más de una década?

¿Acaso los pollos, los buses, las farmacias y la Polar no obligaban ya a los altos ejecutivos de las empresas y sus directorios a aplicar medidas de control y gestión del riesgo ético y moral  para evitar que emerja en sus negocios?

O, el “siempre ha existido” ¿llevó a una “ceguera moral” que impidió considerar anormal estafar de esta manera a las personas consumidoras?

¿Por qué las instituciones  que supervigilan el funcionamiento “correcto” del mercado no fueron y no han sido, capaces de pesquisarlas?

¿O no refleja más que el habitual desprecio por los más débiles de parte de los poderosos cómo planteaba Tony Judt?

¿O simplemente no refleja más que la cultura de la actual educación “ética” de los negocios, de toda una generación?

¿O sólo que los nuevos guardianes y héroes de la ética comienzan a ser los delatores que se auto denuncian?

Si es así, en ese pobre mundo ético y moral, ¿no quedaría más que la delación de la delación compensada, pero obviamente, mejor compensada?

Para terminar, creo que debiera instalarse en un lugar visible de cualquiera empresa y negocio, que esté destinado a servir y generar el bien social y común, la máxima de Levinas: “Todos somos responsables de todos, (especialmente de los más débiles y pobres) ante todos, pero el primer responsable sigo siendo yo, antes que los demás”.

Somos los guardianes de nuestros hermanos” (especialmente si tenemos poder sobre ellos).

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03 dic 2015

El bolsón de cuero

Quizá una de las cosas buenas que nos ofrece el periodo escolar, es que nos deja recuerdos imborrables para toda la existencia. Muchos de esos recuerdos están llenos de rostros y anécdotas que se agrandan o empequeñecen con el paso del tiempo y las nuevas condiciones de vida que debemos asumir.

Hace pocos dias atrás me llamó un antiguo compañero de la educación primaria (básica), después de transcurridos más de 50 años de mi época escolar. Olvidado, por mi siempre mala memoria, solo después de algunos momentos, frente a su voz en el teléfono, se me fue haciendo nítido su rostro, su manera de ser y las largas caminatas que hacíamos desde y hacia el colegio, pateando piedras, buscando en las cunetas algo que fuera de valor o cualquier cosa que llenara nuestra imaginación e interés.

Eran caminatas en las cuales afloraban pensamientos y sentires muy diversos, propios a una edad no superior a los 10 años (que en esa época podían ser catalogados aún como fuentes de inocencia y asombro frente al mundo).

Lo escuché con alegría y lentamente, a medida que la conversación continuaba, se me hizo presente, por alguna de las frases dichas por mi ex compañero, mi querido bolsón de cuero, amarrado a la espalda como hoy los niños y jóvenes se acomodan sus mochilas. Era un magnífico bolsón, espacioso, simple y cavernoso, de cuero reluciente por la pasta que le aplicaba semana a semana y en el cual cabían todos los libros, cuadernos y lápices que utilizabamos no solo durante un día preciso, sino durante toda la semana.

Yo acostumbrara a llevarlo todo, sin excepción, con mis gomas de borrar, mis lápices de colores, las reglas y escuadras. Todo lo habido y por haber para la semana, por si el profesor nos solicitaba algo que no tuviésemos a mano. Ese era mi concepto de un buen y completo bolsón escolar. Seguramente hoy me conformaría con mi celular, una tablet o alguna invención tecnológica que guarda todo lo que me sería necesario para avanzar en mis estudios.

Mi madre siempre decía que yo era muy empeñoso y aplicado, pues llevaba a la escuela no solo los útiles escolares correspondientes al día, sino todos los días llevaba los útiles para toda la semana.

Seguramente ella, en su concepción más tradicional de la educación (la recuerdo en sus relatos como una niña y joven campesina), estimaba que mientras más “información” podíamos llevar dentro del bolsón, se nos llenaría la cabeza de mejores y más útiles conocimientos para la vida. Y sin duda tenía en gran parte razón.

Tanto es así que mi ex compañero recordaba mi bolsón, repleto de los utensilios escolares, con los cuales yo me imaginaba que estaría listo para dar los pasos necesarios que me llevarían a mejores situaciones y calidad de vida, en un mundo que estaba lleno de mayores certidumbres y seguridades que el que nos toca vivir hoy día.

Era un mundo que se vivía con la tranquilidad que un niño de mi edad podía percibirlo, con líneas de desarrollo de vida fuertemente prefijadas si eras capaz de asumir la educación como uno de tus desafíos fundamentales. Seguramente, y yo no era capaz de darme cuenta a esa edad, los cambios caminaban en las profundidades de la sociedad chilena, larvados, centrados en una larga duración cultural y social.

Con mucho de apariencia de tranquilidad. Vivíamos en estancos cerrados y aquellos que podíamos estudiar lo hacíamos fuertemente presionados por nuestros padres, llegados a la ciudad en décadas pasadas.

La educación era vista como un factor de movilidad social importante y así lo comprendimos muchas personas de nuestras generaciones, quizá sin la debida y adecuada conciencia, pero con el estímulo permanente de nuestros modelos adultos que muchas veces estuvieron carenciados de este beneficio.

Para bien o para mal, pues no lo podemos asegurar con certeza, ya no existen esos queridos bolsones de cuero que guardaban toda la información que era posible obtener en esos momentos. Lo que si existe hoy es una marea de información de tal magnitud que a la mayoría no les permite encontrar los sentidos de la existencia, ni personal ni social.

La incertidumbre, como fantasma real, se vanagloria en sus éxitos de desarrollar seres humanos a mitad de camino, sin conciencia de sus propios proyectos, de su conocimiento de sí mismos, del conocimiento del mundo, de la historia y del pensamiento crítico que hoy es tan necesario para crear nuevos modos de existencia.

Nos faltan miradas trascendentes que nos aseguren ubicarnos en la perspectiva del mundo global y de nosotros mismos como seres integrales.

Tanto es el camino que tenemos que recorrer para superar esta etapa “del sin sentido” que posiblemente debemos nuevamente fabricar bolsones de cuero, para aminorar la pesada carga que deberán asumir las nuevas generaciones para tener y vivir en un mundo mejor. Quizá una educación más simple, sin tantas evaluaciones y rimbombancias técnicas, con más contacto humano y pedagógico, con una real participación de las familias en la gestión escolar, con profesores-educadores comprometidos con su tarea de formación de seres humanos, sería una tarea próxima de asumir en los lineamientos actuales de lo que denomina la reforma educacional.

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03 dic 2015

Sublimación, la cita anual de la literatura furiosa

Me entero por la prensa que Tsunami (Das Kapital, 2014), de Juan Ignacio Colil, es uno de los tres finalistas en categoría novela del Premio Municipal de Literatura de Santiago. El asunto me alegra por varios motivos.

Por un lado, acabo de participar de un libro con él. El volumen se llama Antología del cuento chileno, y fue lanzado por Mago editores en el contexto de la Primavera del libro, en octubre de este año.Fuimos trece los autores invitados a participar de la selección, entre ellos Luis Seguel, Lilian Elphick y Rolando Rojo.

Por otro lado, también avizoré la potencia de su obra cuando la reseñé elogiosamente en 2014 en The Clinic. Era una novela negra híbrida y polemizante. En ese momento señalé que era “un texto valioso que, junto con aplicar técnicas en boga –como la metaliteratura, tema central en la novela–, jamás se olvida de mantener interesado al lector”.

Empero, el hecho que más regocija de esta nominación al Municipal, es que el libro proviene de una editorial autogestionada; de hecho, de uno de los sellos que más se la juega por la edición independiente y la gestión cultural ciudadana.

Colil, desde luego, no es el único finalista que publicó con una microeditorial. En novela también está Motel ciudad negra (Hebra Editorial, 2014) de Cristóbal Gaete; en cuento destaca Humillaciones (Hueders, 2014) de Marcelo Mellado y Reinos (Montacerdos, 2014) de Romina Reyes; y en poesía los tres finalistas son de edición auto gestionada, El instante no es decisivo (Balmaceda Arte Joven, 2014) de Gastón Carrasco, Lago (Cuarto Propio, 2014) de Tristán Vela y Tordo (Cuneta, 2014) de Diego Alfaro.

Esto no es baladí. Dentro de las novedades de este año, el premio generó una alianza con 15 librerías del Gran Santiago para fomentar “la venta y lectura de los libros”. En dichos locales, “las obras seleccionadas tendrán en la cubierta una faja color celeste que las distinguirá del resto como finalistas de este concurso municipal”. Algunas de ellas son la Metales Pesados, Librería Lolita y varias Qué Leo.

A esta inusitada difusión de la literatura independiente, se suma un evento cardinal para esa forma de producción cultural: la 9ª Furia del Libro. La feria se realizará del 10 al 13 de diciembre en el GAM, Centro Gabriela Mistral (Alameda 227, Metro Universidad Católica), y reúne a más de 150 editoriales auto gestionadas de todo el país.

Este bastión de la literatura en papel, elige cada año un concepto diferente que resuma y dé sentido a la feria. En 2012, año de psicosis colectiva por el supuesto fin del mundo (Antares de la Luz incluido), se denominó La última Furia del libro; en 2013, tras el falso Apocalipsis, vino Renacer; en 2014, constatada la vida que emergió después de ese posible ocaso, la palabra elegida fue Profusión. Este 2015 han optado por Sublimación.

Las razones.

“En psicología, la sublimación es una fuerza catártica a partir de la cual los artistas son llevados a producir obras de arte. Remite a una pulsión, a un deseo que busca satisfacerse a través de la creación, de la puesta en mundo de un objeto sublime. Los editores que participan en La Furia del Libro cumplen su deseo de transformar su entorno a través de sus publicaciones, de la concepción de algo que puede cambiar la realidad de una persona, enaltecer al ser humano y su civilización”.

Así, los organizadores furiosos señalan experimentar“la sublimación, la exaltación, el constante deseo de vivir y crear a través de los libros que entregamos”. Contarán, además, con varias editoriales latinoamericanas invitadas, entre ellas Godot, Chirimbote y La Cebra de Argentina, y Estruendo mudo de Perú.

Entre las actividades de la feria destaca la celebración de los 70 años del Nobel de la Mistral. En ese contexto, aparece “Un libro por una Gabriela”, con muchos de sus textos a cinco mil pesos; también la lectura inaugural de sus poemas en las voces de Soledad Fariña, Gladys González y Angélica Pane y la función especial de la obra de teatro “Gabriela infinita (o el país de la ausencia)”, con la dramaturgia y dirección de María Marta Guitart.

Desde luego, habrá una veintena de lanzamientos, entre ellos, Hecho bolsa de Luis Barrales y Hastío, o variaciones sobre lo mismo (Diario de Vejez) del poeta Armando Uribe, junto con el estreno de la película “Pre-Apocalipsis”, de Rodrigo Goncalves, donde el propio Uribe es el protagonista.

Asimismo, habrá conversatorios, uno imperdible: “El rol de los medios en la difusión cultural”, con los media partners de la feria: Radio Usach, Periódico El Desconcierto y Canal Artv), y se exhibirá “Sinopsis de libros”, una selección de cinco obras audiovisuales basadas en libros de editoriales independientes chilenas.

Aunque durante toda la feria existirán variadas lecturas de todos los géneros, la más radical será la del domingo a partir de las 19 horas, denominada La Lectura Furiosa, “una legendaria maratón de lectura de poesía y narrativa en la que cada autor dispone de 3 minutos para leer sus textos en la Plaza Oriente del GAM”.

Los más de 2.800 títulos estarán divididos en dos espacios físicos: La Plaza de la Imagen (con libros ilustrados, cómic, novela gráfica, fanzines, libros objeto, etc.) y La Plaza de las Letras (con novela, poesía, cuento, ensayo y ciencias sociales).

De este modo, la 9ª Furia del Libro cuenta con numerosos atractivos para quien desee, en este caluroso inicio de diciembre y con la Navidad ad portas, hacerse de buena literatura y favorecer una industria alternativa de la cultura y la artes en nuestro país.

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02 dic 2015

La Universidad Católica sabotea su vocación pública

La semana pasada, dos organismos vinculados a la Universidad Católica han sido fuertemente cuestionados por su intervención en el debate respecto del Reajuste General de Remuneraciones del Sector Público. Por una parte, el Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales (CLAPES UC), directamente dependiente de la Prorrectoría de la Universidad y cuyo Consejo Directivo está integrado por cuatro Decanos de sus Facultades y Canal 13, cuya propiedad es en un 33% de la Universidad, han publicado y difundido un “informe macroeconómico” cuyos contenidos y metodología han provocado la indignación de los funcionarios públicos del país.

En tiempos en que se debate respecto del rol de las Universidades al servicio del desarrollo del país, tanto en sus funciones de formación, investigación, extensión, y muy particularmente en la capacidad de las Universidades que no pertenecen al Estado de ejercer su labor con genuina Vocación Pública, la publicación de CLAPES UC y su difusión por parte de Canal 13, ponen en tela de juicio los estándares y objetivos que guían a la Universidad Católica, en un contexto nacional en que la desconfianza de la ciudadanía respecto de las instituciones de todo orden se profundiza.

En primer lugar, parece altamente cuestionable la oportunidad que ha elegido CLAPES UC para difundir un “estudio” de estas características. Más que un intento de “generación de conocimiento y difusión de materias que permitan analizar políticas de carácter económico y social para Chile”, como establece su misión, resulta evidente que se trata de una intervención espúrea en la coyuntura política, con una mirada altamente sesgada y descalificatoria respecto de los trabajadores del Estado y sus organizaciones sindicales.

En segundo término, no parece ajustado al rigor académico esperable de una entidad universitaria, el que una publicación “científica” omita a sus autores y responsables, esbozando en un documento de cuatro carillas, construcciones cuyo sustento metodológico ha sido duramente cuestionado y no tiene como responder a la Visión de “excelencia, entendida como fundamentación científica o académica; aporte de conocimientos respecto a políticas públicas y comunicación de calidad hacia la opinión pública” que CLAPES UC declara.

En esta línea, la Fundación Nodo XXI ha hecho una crítica pública al referido informe que expone sus enormes falencias metodológicas y demuele sus resultados.

Pero aún si los resultados del “estudio” en cuestión fueran efectivos, cosa que por experiencia puedo negar fehacientemente, resulta sorprendente que se ponga el énfasis en una supuesta inequidad entre trabajadores públicos y privados.

La problemática de desigualdad de nuestro país no radica en el nivel de los salarios del sector público, sino en un sector económico que, manteniendo altos índices de utilidades, retribuye a sus trabajadores con bajos salarios. En palabras de Monseñor Alejandro Goic, “nos falta aún crecer en ser un país más equitativo. Seguimos aún siendo uno de los países con peor distribución de los ingresos.Pocos ganan mucho. Muchos ganan poco. La dignidad de los trabajadores, entre otros aspectos pasa, por una mejora salarial.

Por eso, la necesaria demanda de rigor académico, no alcanza a expresar plenamente la urgencia que tiene, para quienes fuimos formados en sus aulas, de oír con claridad y públicamente la voz de la Universidad Católica expresando su diferencia ética con la reiterada vinculación que se ha hecho de su nombre con los escándalos que remecen a la sociedad chilena, cuestionando su prestigio y su rol social. Hoy no son algunos de sus egresados o académicos incluso los cuestionados, sino órganos que la Universidad cobija institucionalmente.

Cuando en su Declaración de Principios, la Pontificia Universidad Católica de Chile se plantea que el servicio “del bien común se realiza primordialmente en la búsqueda de la verdad a través del cultivo del saber y de la educación”, asume una forma de diálogo para procesar las diferencias de opinión y visión de mundo que naturalmente se producen en los espacios universitarios, centrada en la búsqueda de la verdad con los instrumentos del rigor científico y académico.

Es por ello que las actuaciones de CLAPES UC y Canal 13 dañan gravemente el prestigio de la Universidad, debilitan el reconocimiento por parte de la sociedad de su carácter público y ameritan se tomen las medidas necesarias en defensa de su rol social.

El Rector Ignacio Sánchez tiene la palabra.

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02 dic 2015

La crisis de la televisión, el caso de TVN

Desde los inicios de la televisión en la década de 1930, y que llegó a Chile en 1959, mucha agua ha pasado bajo el puente y lo que pareció en su momento una herramienta casi mágica para la comunicación entre las personas ha ido perdiendo su encanto y hoy se enfrenta a un cambio tecnológico de tal magnitud que amenaza su sobrevivencia.

De modo tangencial, los antecedentes sobre la audiencia en la última Teletón dan clara cuenta de los cambios que estamos viviendo como sociedad.  El programa tuvo un rating de 40,6 % sumando todos los canales que la transmitieron y se informó que el 82,6 % de los televidentes tiene sobre los 50 años de edad.

En cambio, la aplicación telefónica para recibir la información de la campaña por medio de los móviles fue bajada por 380 mil usuarios y la emisión vía streaming fue vista por poco más de un millón cien mil personas, la mayoría entre los 18 y los 24 años de edad.  Está claro que el mundo está cambiando.

Lo de la Teletón es solo una muestra.  Hace mucho rato que se viene hablando de una disminución general de las audiencias y esa es una de las principales causas de la crisis que vive la industria tradicional.  Cuando el público prefiere internet y dejan de ver la tele, los auspiciadores buscan al público donde se va y abandona los espacios que ya no utilizan. Luego, la inversión publicitaria se traslada de la televisión en favor de Facebook, Twitter y las demás redes sociales y hasta los blogs personales.

Los canales de televisión -como pesados elefantes que tienen una capacidad de reacción lenta- descubren luego de un par de ejercicios financieros que entra menos dinero del que producen.Unos invierten más para recuperar sintonía, otros comienzan a despedir personal, pero ya la pérdida acumulada ha alcanzado un nivel que los limita en su capacidad de enfrentar la crisis.

Es en este escenario que se produce la crisis de Televisión Nacional. El canal que fue saneado financieramente al retorno de la democracia y al que se le mantuvo la tarea de actuar como TV pública pero compitiendo con la TV privada, es la primera víctima del cambio de escenario. La estación está en el último lugar de la sintonía y acumula este año pérdidas por 18 mil millones de pesos como consecuencia de una reducción de los ingresos por publicidad del 34 %. TVN no es el único canal que pierde pero sí es el que más ha perdido y los cambios de ejecutivos no han sido capaces de frenar la caída.

Ahora se dice que negocia con privados la venta de bienes y la contratación de créditos para subsistir. ¿Puede exponerse tan radicalmente al mercado un canal que debe servir los intereses de todo el país? De alguna manera, la estación ha quedado expuesta a la voluntad de los privados, en momentos en que todos disputan la misma inversión publicitaria.

Del mismo modo que los políticos que obtuvieron financiamiento para sus campañas de la empresa privada, Televisión Nacional de Chile se apronta a contraer compromisos similares.Hasta lo anuncia por la prensa y nadie dice nada.

Los cambios que está viviendo la industria televisiva son un riesgo y una oportunidad. Los canales privados tienen la responsabilidad de adaptarse, pero en el caso de la televisión pública es el Estado en su conjunto el que tiene que proporcionar las herramientas para enfrentar con éxito la transición.

El mundo está cambiando y cualquiera que haya observado la velocidad de los avances tecnológicos no apostaría por la supervivencia de la televisión, al menos en el largo plazo.Eso significa que la adaptación no puede limitarse a sacar a la calle a las figuras de la pantalla, sino que hay que deshacerse de la piel y hacerse de un traje nuevo.

En el caso de la TV pública, la evolución es más difícil porque tiene que superar la burocracia propia de su condición. El modelo actual es una camisa de fuerza y como el país  siempre necesitará una estación pública, no se le puede seguir exigiendo que sea, al mismo tiempo, un canal estatal dentro de la lógica de mercado.

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02 dic 2015

ABC de los volcanes

Con algo de suerte, durante los años de escolaridad muchos chilenos podemos llegar a saber algunas cuestiones básicas de la geografía de nuestro país. Nos hablan de la “larga y angosta faja de tierra”, la cordillera de Los Andes, la depresión intermedia y la cordillera de la Costa, pero no mucho más que eso.

Pocos han sido instruidos sobre la “subducción de placas tectónicas”, que explica por qué el territorio es tan sísmico, con centenares de fallas geológicas y al menos 90 volcanes activos.

La mayoría tampoco puede explicar cómo fue posible que se formaran ciertos minerales, por qué Chile parece desmembrarse desde Puerto Montt hacia el sur, o por qué los desastres no son naturales sino una ceguera humana sobre cómo operan los peligros geológicos en la corteza terrestre de nuestro país.

Con las erupciones más recientes y el desarrollo y expansión de la Red Nacional de Vigilancia Volcánica del Sernageomin (que monitorea más de 40 volcanes activos desde el Observatorio Volcanológico de los Andes del Sur, en Temuco), nuestro desconocimiento relativo ha quedado nuevamente expuesto.

Muchos creen erróneamente que los volcanes emiten humo, o que la lava sería el principal peligro volcánico, entre varios otros mitos. También se desconoce que los Mapas de Peligros Volcánicos publicados son la información técnica más relevante de todas para anticiparse a estos peligros, o que las comunas con volcanes activos tienen ahora una nueva tarea pendiente en cuanto a elaborar el Plan de Emergencia Volcánico.

Con esto en mente, se está desarrollando la campaña del “ABC de los volcanes” (www.sernageomin.cl/abc), que busca aportar a la educación de la ciudadanía sobre la comprensión geológica del volcanismo en el país.

El objetivo de esto es democratizar ciertos conocimientos básicos, para reducir la incertidumbre de las personas y su vulnerabilidad ante mensajes alarmistas o espectaculares. Chile, como pocos países, tiene muchísimos volcanes de diverso tipo, los que han forjado este territorio a través de miles y millones de años.

La idea de propiciar un flujo cada vez mayor de información técnica es precisamente favorecer que las personas reaccionen sin temor, y con inteligencia. Sabemos, eso sí, que la educación es sólo uno de los requisitos para que el país incorpore los peligros geológicos a las decisiones públicas y privadas.

Está pendiente aún la necesidad de avanzar en medidas de ordenamiento territorial, para evitar la instalación de edificaciones en las zonas de peligro, o bien disponer de obras y acciones para mitigar o reducir los posibles impactos negativos de erupciones volcánicas.

Puesto que el Arco Volcánico (franja donde se emplazan los volcanes en la cordillera de los Andes) alcanza en esta parte del continente los niveles más altos de actividad en Sudamérica (especialmente entre los volcanes Nevados de Chillán y Calbuco), puede afirmarse con seguridad que la actividad eruptiva va a continuar. Incluso es seguro que, a causa de la mayor disponibilidad de información publicada, muchas personas tendrán la errónea impresión de que actualmente hay más erupciones… Somos muy inocentes al suponer que el lapso de nuestras vidas o la de nuestros abuelos serían suficientes para desentrañar la historia eruptiva de millones de años. Tampoco vemos que los tiempos geológicos superan a los tiempos humanos así como si una hormiga quisiera medir sus ciclos con los nuestros.

Lo cierto es que el país está dando pasos enormes hacia la democratización de la información geológica. Sin esta apertura creciente, no es posible que el país tome decisiones cada vez más inteligentes sobre el uso del suelo y subsuelo. Es así, por la simple razón de que se distinguen al menos tres sectores de la sociedad que deben concurrir concientemente a la discusión pública sobre estos temas.

En primer lugar, a las instituciones corresponde la responsabilidad de respetar la información geocientífica, pues de otro modo seguiremos presos de los “desastres naturales” así como en el medievo europeo se creía que la Tierra era plana.

En segundo término, concierne una responsabilidad a los medios de comunicación, para evitar los mensajes alarmistas y tratar con autocrítica la información científica. Los públicos merecen respeto, y eso pasa necesariamente por darse el tiempo de comprender los procesos geológicos para saber qué informar, en conciencia del impacto de la comunicación.

Además, existe una responsabilidad de la ciudadanía en general, para no reaccionar con fobia o con desconfianza ante la información técnica, tener la capacidad de identificar mensajes alarmistas y finalmente participar del control de las decisiones públicas sobre qué y dónde se construye.

La conciencia crítica (no destructiva ni impulsiva) es indispensable para superar los problemas territoriales de nuestro país.

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02 dic 2015

La paradoja “progresista”

Tiempo atrás muchos parecían estar de acuerdo en que el Estado, a través de la autoridad sanitaria y sus regulaciones, velara porque los niños no fueran gordos, no comieran dulces en los colegios o que las personas no le echaran mucha sal al plato. El tutelaje y paternalismo estatal —coactivo siempre— sobre ciertas conductas alimenticias fue aceptado sin miramientos. Se impuso así el moralismo sanitario y estético de los mal llamados progresistas, camuflado de bienestar y buena salud.

Días atrás, haciendo gala de ese tutelaje, un Tribunal de Familia de Talcahuano prohibió a una joven madre amamantar a su hija recién nacida. El pecado, había fumado unos pitos de marihuana durante el embarazo. El moralismo del Estado no tiene freno ni límite.

Lo interesante es que ante el caso se ha hecho notoria una paradoja. Aquellos que se consideran “progresistas” consideran la medida como un claro reflejo de la moralina conservadora y del poder.

Lo que no parecen notar es que es el mismo moralismo que ellos promueven a través del control estatal, sobre otras conductas o vicios que ellos consideran inadecuadas. Es decir, se quejan del poder, el control y el tutelaje que ellos mismos promueven.

En ese sentido, es notoria la incoherencia de aquellos “progresistas” que hablan de libertades individuales cuando se trata del cannabis, pero que promueven el tutelaje estatal cuando se trata de una grasienta hamburguesa, una golosina o un poco de sal en el plato.

Así, los mismos que avalan que el Estado debe velar porque la gente no consuma mucha sal, cigarro o comida chatarra (o incluso que no sean egoístas), se espantan porque ese mismo Estado se adjudica el derecho de prohibir a una madre amamantar a su hijo. Es decir, que se adjudique el mismo principio que ellos han promovido a destajo, el tutelaje sobre las decisiones individuales de las personas.

Lo increíble es que progresistas y conservadores coinciden en esa incoherencia ante la creciente injerencia del Estado sobre la vida de las personas. Contrario a los liberales, consideran que hay ciertos vicios que son delitos. Es probable que en este caso, los segundos hayan aplaudido la prohibición de amamantar a una recién nacida por haber fumado marihuana.

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