13 nov 2014

Una reforma que no responde a los tiempos

Los chilenos llevamos ocho meses presenciando una discusión, hasta ahora estéril, sobre temas puramente económicos relacionados con la educación chilena: fin al lucro, a la selección y al copago, tres asuntos que, si bien tienen su importancia, no garantizan una mejora en la calidad de la educación, que es el objetivo principal de hacer esta reforma, es decir, que los estudiantes aprendan más y mejor.

Por lógica, una reforma a la educación debe buscar  mejorar los aprendizajes de los estudiantes, sean ellos de establecimientos públicos, subvencionados o particulares. Y para eso, una reforma que pretenda ser efectiva, debe producir sus efectos en lo que ocurre al interior de la sala de clases, que es donde se vinculan los principales actores del proceso de enseñanza-aprendizaje: el profesor y los estudiantes.

Si una reforma no afecta a este proceso, no es una reforma educacional. Podrá ser una reforma económica, administrativa… al sistema educacional, pero no será una reforma educacional. Es lo que está ocurriendo en Chile.

En el mundo y también en Chile, estamos viviendo unos tiempos que han sido llamados la Sociedad del Conocimiento o de la Información, debido a que el conocimiento y la información están al alcance de toda persona que desee acceder a el o a ella, gracias a la poderosa herramienta que la tecnología nos ha proporcionado: Internet, invención solamente comparable, a lo largo de la Historia de la Humanidad, con la de la imprenta, que modificó culturalmente al mundo y marcó un cambio de época.

Hoy (ayer) Internet representa una revolución igualmente profunda. Tal como a fines de la Edad Media la imprenta de Gutemberg democratizó el conocimiento y la información, al poner los libros al alcance de quien quisiera recibirlos, con lo cual el libro dejó de ser un objeto desconocido que permanecía guardado en monasterios, conventos o castillos, hoy Internet cumple igual propósito democratizador del conocimiento y de la información. Desconocer este fenómeno y no considerarlo en un verdadero proyecto de reforma educacional, es no comprender el signo de los tiempos, o sea, cometer un grave error.

Desde el retorno a la democracia, el ministerio de Educación demostró su interés por llevar los adelantos tecnológicos a las escuelas y liceos municipalizados. Para ello creó el Programa “Enlaces” y por su intermedio dotó a estos establecimientos de numeroso equipamiento tecnológico: computadores, proyectores, pizarras electrónicas y conectividad.

Varios miles de millones de pesos que permiten sostener que hoy los establecimientos municipalizados tienen un equipamiento tecnológico muy superior al de los colegios subvencionados y a muchos de los particulares pagados. Parece increíble, pero es cierto. Me consta que estos equipamientos fueron recibidos en los establecimientos municipales y también me consta que en muchos de ellos permanecen guardados bajo siete llaves para impedir su deterioro o su “pérdida”. No han sido debidamente utilizados para lo que fueron adquiridos: mejorar la educación, poniéndola a tono con los tiempos y al servicio de los aprendizajes. Dinero y esfuerzos perdidos.

Todos los países que hoy exhiben grandes adelantos en educación han incorporado las nuevas tecnologías (TIC´s) al aprendizaje y por ello han logrado mejorar la calidad de su educación. ¿Por qué en Chile nos quedamos a medio camino? Como sociedad hemos invertido en equipamiento tecnológico que no se utiliza al máximo de su potencialidad.

La consulta de un médico, la oficina de un estudio de arquitectos o el taller mecánico de nuestros días, no tienen nada que ver con lo que eran hace unas cuantas décadas, porque han incorporado herramientas tecnológicas. Hoy no se concibe que un médico, un arquitecto, un mecánico, por ejemplo, no emplee un computador.

Sin embargo, en las salas de clases chilenas (sean municipalizadas, subvencionadas o particulares) la presencia de la tecnología casi no se advierte. Ha sido expulsada de la sala de clases. Grave error. Sin duda, hay profesores que le tienen miedo a la tecnología, porque la desconocen. La solución es capacitarlos. El equipamiento está. Falta la determinación de hacerlo.De esta forma se estaría incorporando al profesorado en el proceso de reforma, en el que no han sido incorporados, cometiendo otro grave error.

Es lógico esperar que los estudiantes mejorarían sus aprendizajes si se les diera la oportunidad de aprender empleando herramientas tecnológicas que para ellos son naturales y cercanas, en lugar de continuar obligándolos a escuchar pacientemente la lección que recita, bien o mal, un profesor cansado, abrumado y desmotivado. ¿Por qué no intentarlo? Eso sería hacer una verdadera reforma educacional. En serio. Acorde a los tiempos.

Deja un comentario
12 nov 2014

“Volantín Cortao”, nuestra realidad supera la ficción

Además de la evidente desolación que se siente, a mi juicio, una vez vista la película,“Volantín Cortao” también provoca una profunda sensación de gratitud hacia quienes la hicieron posible, ya que se adentra de manera realista y directa, sin los estereotipos ni prejuicios típicos del tema, en un lugar donde la mayoría de los chilenos no desean fijar la vista: el diario vivir de un joven marginado e infractor de ley.

Digo gratitud por la valentía de sus realizadores en mostrar y a la vez acercarnos, casi como un documental, a la realidad de miles de adolescentes chilenos. Esto sin emitir juicios de valor ni críticas discursivas, tan sólo reflejando la cotidianidad de un chico entre su población, el centro del Sename donde cumple pena de Libertad Asistida, sus viajes y canciones en la micro, las fiestas con amigos y el ambiente delictivo en el cual se encuentra inmerso.

“Volantín Cortao” refleja esa cruda realidad de quienes, a pesar de los esfuerzos del Estado y sus instituciones, parecen tener un destino sin oportunidades de escapar a la exclusión social. Las diferencias entre clases y la imposibilidad final de coincidencias o empatías entre estas, revelan mundos muy distintos que conviven en una misma ciudad o país, pero al menos con la esperanza de una juventud curiosa, descontenta, que reflexiona y se atreve a traspasar las barreras impuestas por la sociedad actual.

Como directora del Servicio Nacional de Menores quiero expresar mis más sinceras felicitaciones a los directores Diego Ayala y Aníbal Jofré, a sus maravillosos protagonistas René Miranda y Loreto Velásquez, al Centro Semicerrado La Cisterna y su director Juan Claudio Ramírez (lugar donde se grabó buena parte del film) y a todos los responsables de una película que, si bien es ficción, se parece muchísimo a la realidad.

“Volantín Cortao” nos invita a mirar hacia sectores e individuos segregados socialmente, que nunca queremos ver ni reconocer, pero que siempre han estado ahí. Ignorarlos es la principal causa de esa segregación.

Deja un comentario
12 nov 2014

LuxLeaks: el escándalo fiscal en la UE

Un escándalo de proporciones le ha estallado a la Comisión Europea –y en especial a su Presidente Jean Claude Juncker- a solo 6 días de haber asumido su mandato a cargo del ejecutivo de la UE.

El jueves recién pasado salió a la luz el informe elaborado por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (http://www.icij.org/project/luxembourg-leaks/leaked-documents-expose-global-companies-secret-tax-deals-luxembourg) en que se da cuenta de los acuerdos secretos celebrados por el Gobierno de Luxemburgo y 340 multinacionales, con la finalidad de otorgar beneficios fiscales, los que llegaron incluso a cobrar solo un 1% de impuestos (la media del impuesto de sociedades en la UE es de 22%).

Grandes firmas como IKEA, Pepsi, Heinz, Amazon, Burberry, lograron enormes ventajas al tributar en el Gran Ducado, eludiendo así pagar impuestos más altos en sus países de origen. El tema se complica aun más en la UE porque el reciente estrenado Presidente de la Comisión fue ministro de Finanzas y Primer Ministro de Luxemburgo desde 1995 a 2013, período en el cual se celebraron la mayoría de estos polémicos acuerdos.

Para comprender lo que ocurre es necesario explicar que la Comisión Europea es una “suerte” de poder ejecutivo de la UE. Digo “suerte” por cuanto no podemos aplicar la clásica separación de poderes que conocemos (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) a la UE al ser una creación híbrida, sui generis, única en la Historia. La principal función de la Comisión es “ser guardiana de los Tratados”, es decir, velar por el cumplimiento de las normas de la UE.

Por otra parte, la UE es una experiencia de integración incompleta por cuanto –para el tema que analizamos- cuenta con una integración monetaria (18 países comparte una moneda única, el euro) pero no existe una integración fiscal, ni siquiera una armonización o coordinación por lo que existen en la zona euro 18 sistemas tributarios distintos (y 28 en toda la UE).

Esto hace que los Estados utilicen la herramienta fiscal para atraer inversiones, lograr beneficios para sus Estados, entre otros fines. Esto no debe extrañar porque se suele usar, por ejemplo, para apoyar cierto sector industrial como lo hace Alemania con el sector automotriz. Sin embargo, cuando se habla de la UE se debe saber que existe un mercado único entre los 28 Estados miembros y para ello se han dotado de normas para regular este mercado, entre ellas las que dicen relación con la competencia y las ayudas públicas.

De esta manera, cuando hay sospechas que ciertas ayudas públicas violan las normas del mercado único, corresponde a la Comisión investigar y sancionar. Así lo ha hecho en muchas ocasiones y, antes de dejar su cargo como Comisario Europeo de Competencia, el español Joaquín Almunia había ordenado la apertura de investigaciones contra Luxemburgo, Holanda e Irlanda por ayudas a Apple, Starbucks y Fiat. Sin embargo, Luxemburgo no es el único en utilizar esta forma de atraer a las multinacionales pero esta investigación deja en evidencia lo abusivo de su utilización por el Gran Ducado.

En el fondo de la cuestión se encuentra entonces una integración incompleta que deja un vacío aprovechado tanto por multinacionales y consultoras para pagar menos impuestos y los Estados que usan la tributación favorable de manera abusiva. Lo legal no necesariamente es ético y este caso así lo prueba.

Por otra parte, en lo coyuntural, evidentemente que este affaire impacta en la credibilidad del Presidente de la Comisión. El mismo día de la publicación de los antecedentes, Jean Claude Juncker debía inaugurar las Jornadas de Bruselas, evento organizado por los diarios belgas Le Soir y De Standaard y el francés Nouvel Observateur, sin embargo anuló su asistencia momentos antes de la actividad. Desde ese día, no habia dado declaraciones sobre el tema.

Hace pocos minutos, por sorpresa, apareció en el Parlamento Europeo para responder por los cuestionamientos. Lo que ahora corresponde es que la Comisaria Europea de Competencia –la ex ministra danesa Margrethe Vestager- investigue. No esta de mas decir que el jefe de Vestaguer es el propio J.C. Juncker.

Aun no está claro cuál será la suerte de la Comisión y su Presidente. Al parecer no habría mayoría para su destitución pero es indudable que la situación es muy incómoda y pone en cuestión su credibilidad, más aun cuando en las calles en muchos países aun la gente protesta por los recortes, ajustes, pérdida de bienestar.

La brecha entre la ciudadanía, las instituciones, la clase política y las grandes empresas se acrecienta. ¿Cómo no comprender la molestia y enojo cuando se exige a la población soportar ajustes severos y las grandes compañías eluden pagar tributos a través de artilugios fiscales?

La solución en el Viejo Continente es más Europa, no menos (más Europa en el sentido de mayor integración) pero difícil es pasar este mensaje a la ciudadanía ante abusos de quienes, justamente, deben velar por el bienestar de todos.

Deja un comentario
12 nov 2014

Aborto: mi cuerpo, mis derechos

En las últimas semanas presenciamos, una vez más, levantarse el debate en torno al aborto a raíz de un caso particularmente estremecedor. Esta vez, se trataba de una niña, a sus 13 años estaba embarazada producto de una violación. Habría sido violada por su hermanastro. El feto se diagnosticó como inviable, se sabía que no podría sobrevivir fuera del útero y, de hecho, falleció a los pocos días. Después de esto, no sabemos qué pasará con esta niña.

Ella sólo tuvo sólo una opción: vivir el trauma de la violación, mientras avanzaba el embarazo que fue su consecuencia, sabiendo además que tenía que esperar parir y luego ver morir a su hijo.

¿Es eso lo que ella hubiera querido?

¿Es esto lo que otras mujeres quieren vivir?

¿Es esa la mejor manera para que esta niña  pueda recibir la reparación y rehabilitación que necesita para rearmar su vida tras ser violada? Lamentablemente, al parecer, ni siquiera vale la pena preguntárselo, pues la opción de interrumpir el embarazo no está sobre la mesa, sin arriesgarse ella y el profesional que lo practique a enfrentar la justicia penal.

En definitiva, a una mujer o una niña en esta situación, el Estado la está obligando a continuar su embarazo, independientemente de la opinión de ella acerca de cuál sería su mejor manera de sobrellevar el dolor.

Ha habido voces contrarias a la despenalización del aborto, que señalan que  no es “la solución” en ningún caso. Que es necesario adoptar medidas de prevención, por una parte, para limitar la cantidad de embarazos no deseados y, por otra parte, medidas de acompañamiento a las mujeres embarazadas en situación vulnerable, de manera de permitirles un mejor embarazo y apoyarlas en la decisión de criar a su hijo/a o darlo/a en adopción. Y se plantea como una alternativa: “si hacemos todo esto, no será necesario despenalizar el aborto”.

Pero la posición a favor de despenalizar el aborto nunca se ha planteado como un asunto de “esto o lo otro”. No es “aborto o prevención”, “aborto o adopción”, “aborto o servicios a la mujer embarazada”.

La adecuada protección a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres requeriría contar con todo esto y más: una adecuada educación sexual; apropiado acceso a información y servicios en distintas formas de anticoncepción, incluyendo la anticoncepción de emergencia; la protección contra la violencia de género y la discriminación; una adecuada atención de salud durante el embarazo, incluyendo salud mental, y toda la gama de servicios sociales y de otro tipo necesarios para acompañar a la mujer embarazada, especialmente a las más vulnerables. Pero también requiere despenalizar el aborto, y contar con la provisión de servicios seguros y asequibles en caso de peligro de vida o salud de la mujer, inviabilidad fetal y en caso que el embarazo sea el resultado de violación o incesto.

No se trata de promover el aborto como “solución”. Se trata de que en casos tan extremos como éstos, exista la opción, y que cada mujer pueda decidir, libre e informadamente, qué camino quiere seguir en esos casos, qué es lo mejor para ella, desde sus convicciones y su manera particular de afrontar lo que está viviendo.

Por ejemplo, ¿qué pasa si el peligro para la vida de una mujer no es inminente, pero sabe que de continuar su embarazo lo probable es que llegue a un punto en que su vida estará en juego?¿Debe estar obligada a esperar a que esté al borde de la muerte para poder interrumpir el embarazo?

En el caso de un feto inviable, ¿debe estar obligada a llevar a término dicho embarazo, sabiendo que sólo será para ver morir a su hijo? Cuando el embarazo es resultado de una violación, ¿debe estar obligada a continuar un embarazo, incluso cuando éste le recuerde, cada día, el trauma de la violación que vivió?

Nuevamente, no se trata de promover el aborto como “solución en estos casos”. Se trata de que cada mujer, en sus circunstancias específicas, debe poder tomar esa decisión libre e informadamente. Puede haber mujeres que opten por continuar y llevar a término su embarazo en todos los ejemplos anteriores, y si existieran servicios y acompañamiento adecuado, puede que sean muchas más. Pero puede haber mujeres que, teniendo toda la información sobre la mesa, sin discriminación ni temor a ser criminalizadas, prefieran interrumpir su embarazo.

Y siendo así, al obligarlas a continuar embarazadas contra su voluntad, al impedirles decidir por sí mismas, el Estado les está infligiendo un trato cruel, inhumano o degradante; una violación a sus derechos humanos.

7 comentarios
12 nov 2014

Un mal común en los sistemas de salud y educación de Chile

Salud y Educación comparten un mismo mal: políticas de mercado aplicadas a ultranza en servicios sociales de amplia necesidad pública, privilegiando un lucro privado en muchos casos desmedido.

Vemos a diario las dificultades y el sufrimiento de miles de chilenos por servicios de mala calidad y de insuficiente cobertura en ambos sectores.

La dictadura diseño una política bajo el principio de la subsidiariedad del Estado que en Educación significó someter a las Universidades del Estado o de vocación pública a la competencia del mercado y al privilegio del financiamiento privado. En la educación escolar abrió el apetito de los medianos y pequeños empresarios para incursionar en la apertura de colegios para lograr un beneficio económico que les permitiría generarse un sustento y, en muchos casos, una ganancia desmedida, sin tener siempre preocupación por el fin último del sistema: formar buenas personas que aporten a una sociedad saludable en el amplio sentido de este término.

En Salud, bajo el mismo principio, se abrió una política de incentivo a la iniciativa privada creando el sistema de seguros de salud conocido por la sigla ISAPRES, con una lógica del mayor lucro posible con el subsidio de la cotización obligatoria del 7% de los salarios más el aporte individual de los afiliados para acceder a un mejor plan.

Ambas iniciativas, que no han tenido cambios significativos desde la recuperación de la democracia, nos han llevado a dos Chile: uno con la posibilidad de acceder a servicios educacionales y de salud de mediano y alto estándar y otro, postergado, resignado a colegios de mala calidad y servicios de salud saturados en su demanda con respuesta inoportuna, muchas veces de calidad insuficiente y con trato deficiente.

Se ha hablado mucho de estos dos Chile. Vemos en nuestra vida cotidiana y en los medios de comunicación el esfuerzo muchas veces heroico de los sectores medios y pobres de nuestra población para acceder a los privilegios de los sectores más acomodados. Esfuerzo sin probabilidades de éxito en el sistema socioeconómico que tenemos y de un nivel de riqueza que hace imposible que el chorreo del capital le permita a toda la población llegar al sector ABC1.

Lo central para resolver este grave problema, que nos conducirá irremisiblemente a una creciente tensión social, que ya vivimos en el siglo pasado, es resolver la condición estructural que lo determina, que es restarle peso al factor capacidad económica de un individuo, familia o grupo social, como elemento determinante para acceder a servicios educacionales y de salud de calidad.

Para esto se requiere tomar la decisión de optar por un rol activo del Estado en financiar y organizar un sistema público de educación y salud predominante, que le permita a los sectores más postergados del país tener reales oportunidades de desarrollo.

Es lo que el actual gobierno está intentando hacer en educación. Está pendiente un esfuerzo similar en salud.

Cuando el gobierno plantea pasar todo el sector de educación particular subvencionado a una lógica de sistema educacional público, no pretende eliminar el aporte de los medianos y pequeños empresarios a un modelo diverso en sus propuestas educativas, sino que, junto con elevar el nivel del sistema de actual de gestión municipal, permitir que el factor económico no sea el determinante en la opción de los padres para elegir el proyecto educacional que estimen mejor para la formación de sus hijos.

Los sectores que apoyan la mantención del modelo actual, utilizando el natural temor de las familias frente al cambio, lo único que hacen es seguir apoyando que la educación sea un elemento de capitalización de la economía, al igual como la dictadura lo hizo en salud.

Es preciso que se imponga el mayor beneficio para la estrategia de desarrollo del país, que es contar con un fuerte sector público de educación, bajo la dirección y gestión de actores públicos y privados, sin perjuicio de que continúe existiendo un sector particular costeado totalmente por los que opten por el, sin subsidio público.

En salud, por su parte, tampoco se logrará poner a disposición de la mayoría de la población un buen sistema de salud, si no se termina con el incentivo al desarrollo de los seguros y empresas privadas de salud. Además del 7% de cotización obligatoria que cada uno de nosotros entrega, el Estado apoya el desarrollo del Sector Privado con el Sistema de Libre Elección de FONASA, con la compra de servicios desde el Sistema Público y con la fuga de profesionales especializados en cuya formación y desarrollo ha invertido ingentes recursos.

Basta con ver el diferencial de financiamiento per cápita entre el sistema público y privado para darse cuenta por qué ambos brindan servicios de distinta calidad.

Confío en que existirá la fuerza necesaria en la mayoría de la ciudadanía, especialmente en los más perjudicados por el modelo actual, para romper con esta lógica en que el Estado se ocupa más de beneficiar a quienes lucran ilegítimamente con los servicios sociales que de destinar esos recursos a contar con sistemas públicos de educación y salud de calidad para la mayoría de la población.

Seguramente muchos males sociales como la pobreza, la delincuencia y el tráfico de drogas, se verán disminuidos si Chile tiene éxito en las transformaciones en las que el gobierno se está empeñando.

Deja un comentario
11 nov 2014

Lo que el Muro se llevó

En estos días se conmemoran 25 años de la caída del Muro de Berlín. Hay un modo dominante de recordar ese acontecimiento como gesta civilizatoria semejante a la conquista de la luna por el Hombre. Tal versión puede ser cierta, pero no es toda la verdad.

Por los avatares del binomio dictadura/resistencia chilena, para  1989 me encontraba con 18 años de edad en Berlín oriental finalizando mi cuarto medio en la secundaria Emmanuel Kant de la comuna de Lichtenberg.

Un día inicios de noviembre estando con amigos en un club de literatura cerca de las diez de la noche, se oyó por radio el comunicado de Günter Schabowski, en que el gobierno permitía –tras cuarenta años- cruzar libremente a Berlín Occidental por una noche. Con mis amigos alemanes nos miramos atónitos por la noticia. Nadie sabía muy bien qué hacer, era una resolución insólita, fuera de lo cotidiano. Como Alicia a través del espejo, masas de “Osis” comenzaron a cruzar al “West” para conocer de primera fuente lo que por durante tanto tiempo había sido demonizado en casa o endulzado por los canales de televisión occidentales ZDF y Sat 1.

Ya en julio cientos de alemanes de la República Democrática Alemana (RDA) habían decidido emigrar a la Alemania Federal (RFA) vía Austria, a través de la frontera abierta por Hungría. En octubre eran unos 50 mil los que habían ocupado ese paso. Marchas multitudinarias de la sociedad civil por la democratización de la RDA se sucedían por el centro de Berlín cruzando la Alexander Platz, bordeando el Palacio de la República, ante la observación atenta de la puerta de entrada de los Jardines Colgantes de Babilonia, construida por Nabucodonosor, que desde alguna conquista prusiana ahora pendían del Museo Pergamon a orillas del Spree.

Yo militaba desde los 14 años en las Juventudes Comunistas de Chile. A fines de 1988, cuando comenzó el movimiento social alemán, solicité que nuestro Partido, en tanto organización revolucionaria internacionalista, se hiciera parte del reclamo contra el estalinismo enquistado en el aparato del Estado que era cada vez más abierto de parte de las mayorías antes silenciosas de la RDA.

El socialismo es democrático o no es, nos había enseñado a través de sus discursos Salvador Allende, y ahora nos tocaba a los revolucionarios chilenos acompañar y formar parte de esa ciudadanía que pujaba por más democracia en su país, ayudados por el contexto de la Glasnost y la Perestroika de Gorbachov en la URSS. Ante mi apasionado argumento un dirigente del Partido me respondió lacónicamente “no se meta en huevás compañero”. Lo que hice fue salirme del Partido e ingresé a los Antifa Gruppen, a pelear en las calles contra los cabeza rapadas y organizar la defensa del socialismo pero reconquistándolo para la gente.

En una línea menos radical, pero más propositiva y transversal, la escritora Christa Wolff junto al dramaturgo Heiner Müller compartían la necesidad de darle un contenido auténticamente democrático al socialismo, por lo que organizó el Nuevo Foro que logró, con mucha efectividad en razón de la ética probada de sus integrantes, convocar a amplios sectores ciudadanos a movilizarse pacíficamente, a constituirse en sociedad civil activa. El 19 de septiembre de 1989 solicitó al Gobierno el certificado de reconocimiento de su asociación, el que fue rechazado bajo la acusación de “enemiga del Estado”.

Cuando en 1987 llegué a mi colegio no había un centro de alumnos elegido democráticamente. La calidad de la enseñanza era espectacular, también del deporte y de las artes, todos de acceso universal y gratuito para cualquier hijo de vecino. Pero la única organización que estaba permitida era la Juventud Libre Alemana, en la que militaban casi el 100% de mis compañeros.Si no estabas ahí era muy difícil generar luego una trayectoria laboral exitosa, me explicaban.

La solidaridad con Chile contra Pinochet era generosa y comprometida, ¿pero por qué no actuaban por democratizar, por mejorar su propio país? “No te metas en huevadas”, me respondían antes del 89 mis amigos alemanes, “solo conseguirás que te corten la beca en el colegio y te quedarás sin Bachillerato”. Ellos no temían tanto a la ahora mítica Stasi, la seguridad interior del Estado, sino que no creían en la política como capacidad colectiva de transformación social. Habían perdido la fe en su propia capacidad de incidir en su destino.

El 25 de septiembre del 89, en la ciudad de Leipzig, miles de personas se decidieron a realizar una marcha todos los lunes. En Berlín las protestas pacíficas eran cada vez más frecuentes y las plazas bullían de debates.

El 7 de octubre fuimos convocados por la directiva de nuestros colegios a asistir a la celebración del 40 aniversario de la RDA. Pasarían lista. Bordeando las calles nos dispusieron con banderitas de cartón a saludar a los jerarcas de los países socialistas del Este que venían a dar una señal de unidad del Pacto de Varsovia. Recuerdo haber visto pasar saludando a Gorbi con su mancha en la calvicie –el mapa de Afganistán comentaban mis amigos-, y a Ceaucescu, quien moriría fusilado a los pocos meses por una revuelta en su contra en Rumania.

A la noche, frente al Palacio de la República, el histórico líder de la resistencia antifascista alemana y Jefe de Estado, Erich Honecker, arengó en un discurso con la voz quebrada por la avanzada edad a la Juventud Libre Alemana que había llegado con sus camisas azules y antorchas encendidas.Solo días después, el 18 de octubre, Honecker dimitiría de su cargo presionado por las movilizaciones sociales.

El 4 de noviembre, medio millón de personas nos reunimos en el centro de Berlín convocados por la Asociación de Artistas. Christa Wolff dio un discurso de defensa del socialismo, con fuertes críticas a quienes abandonaban el barco yéndose a la RFA, la tarea era recuperar el país para las mayorías, no hacerlo desaparecer. El 8 de noviembre el gobierno comunicó que habría elecciones libres y que se le otorgaba estatuto legal al Nuevo Foro.

La esperanza en el cambio social se podía tocar con las manos. Obras de teatro antes prohibidas se exhibían, el Decálogo de Kieslowski se daba en el cine con traducción simultánea en vivo, regresaban artistas de izquierda disidentes como Wolf Biermann y revolucionarios como Walter Janka, antiguo comunista y combatiente de la guerra civil española, entregaban sus testimonios sobre el estalinismo y la necesidad de un socialismo democrático. El 9 de noviembre, estando en el club de literatura que frecuentábamos con mis amigos oímos el comunicado oficial de Schabowski: las leyes para viajar al extranjero habían sido derogadas con efecto inmediato. ¡Se podía pasar a Berlín Occidental!

Salimos del club pasadas las diez de la noche. Éramos miles de personas. Yo tenía Ausweis rojo, el carnet de identidad con visa múltiple otorgado por mi calidad de extranjero, lo que me permitía ir y volver entre los dos Berlines en forma continua. Pero ese extraño privilegio no lo tenían mis amigos. Yo pasaba “al otro lado” y les traía sabrosos Döner Kebab turcos de Kreuzberg, libros de Nietzsche, Schopenhauer y Sartre que no encontrabas en las bibliotecas escolares, y vinilos de los Stones y Neil Young. Esta vez sí se podía y, junto a Jirka, André, Thomas y Frank cruzamos la frontera. Mi intención era mostrarles la pobreza disimulada en Occidente, sus prostíbulos en que las mujeres eran tratadas como objetos, la decadencia de los consumidores de drogas con sus jeringas en las calles, los cesantes vagando pidiendo limosna. Deseaba mostrarles las maldades del capitalismo para que no se arrepintieran de tener un país socialista, pero que faltaba democratizar.

No obstante, mis amigos caminaban entre las masas de Osis que se tomaron pacíficamente las calles principales de West Berlin, y miraban las construcciones, los negocios que a las once de la noche abrieron extraordinariamente sus puertas arrojando productos gratis a la gente. Con ojos grandes miraban a los alemanes del otro lado que también los miraban a ellos con ojos desorbitados.

No oían mis plegarias militantes, mis observaciones radicales y sesudas sobre la estratificación social capitalista en clases distinta a la estratificación burocrática del Este. Caminamos cuadras y cuadras durante la noche. Los vi felices y tristes a la vez. Era Alemania también, pero no la de ellos, aunque tampoco sentían la RDA como propia.

Fuimos al cine, comimos en un restaurant chileno –donde había palta y muchos productos que escaseaban en la RDA-, brindamos por la amistad y a la madrugada regresamos para llegar a la hora al colegio. A las 8:30 estábamos puntuales todos en clases. Profesores y estudiantes con ojeras, todos habían cruzado por la noche. Nadie comentaba mucho, había la voluntad que la vida siguiera su curso normal, retomar las movilizaciones, generar propuestas.

Sin embargo ya nunca más fue lo mismo. El mundo había cambiado. Las certezas por años aprendidas como axiomas, que otorgaban algún tipo de tranquilidad, se habían hecho añicos sin encontrar reemplazo. Lo que vieron al otro lado no era tan malo pero tampoco tan espectacular como para perder lo propio, pero esto ya era irreversible.

Una sorda desesperanza noté en ellos, no el entusiasmo revolucionario que atribuía Kant a la experiencia moderna e ilustrada de la libertad y la autonomía. “Sé libre, usa tu razón” vociferaba el filósofo de Königsberg imbuido del componente anímico de la revolución francesa. Pero aquí ocurría lo contrario. Algo había en el aire que los alemanes del Este notaban, algo que escapaba a su control. Un silencioso desencanto con todo, con lo propio y lo ajeno. Aún no desaparecía la RDA como país, pero ya se vivía el cambio, se observaba la canalización del proceso democratizador hacia otra cosa extraña que se jugaba no en la calle, en la plaza, en lo público, sino tras bambalinas de un tablero de magnitud geopolítica. El proceso de anexión había comenzado.

A los años de ocurrido el 9 de noviembre mi amigo Thomas se suicidó. Su hermana también lo hizo. Y mi director del colegio también. Y varios más. No es que no celebraran la democracia, no es que quisieran regresar a lo que había. El mundo les cambió radicalmente, de haber logrado constituirse en pocos meses en actores sociales protagonistas de una posible nueva historia colectiva, pasaron a ser ciudadanos de segunda categoría de una sociedad y sistema económico preexistente, al cual fueron entregados en bandeja bajo el nombre de reunificación alemana por medio de las hábiles manos del canciller Kohl y el camarada Gorbachov. En la ex RDA advino el momento de desaprender colectiva e individualmente todo para aprender a seguir viviendo de una manera no escogida libremente.

Hay una memoria victoriosa del 9 de noviembre de 1989. A quienes escriben la historia les gusta poner hitos temporales y esa fecha simboliza la caída de la cortina de hierro, y el fin del muro de Berlín sirve de alegoría de lo que vendría con la desaparición de todo el bloque soviético. La conclusión del siglo XX corto, como le llama Hobsbawm, o directamente el fin de la historia, como clamó apurado Fukuyama por el triunfo del libremercado a escala planetaria. Sin embargo, eso no es todo.

Dicen que es muy probable que Neil Amstrong  jamás pisara la luna y que toda aquella travesía no fue más que un montaje televisivo del genial Kubrick. En este otro caso el muro sí cayó, no cabe duda, pero no fue lo único que allí se derrumbó.

Y tal vez lo principal: la destrucción quita lo que había, pero por sí misma no genera lo nuevo.

Esa apertura a lo inédito, la conquista colectiva de una sociedad democrática y solidaria que no es el “capitalismo con rostro humano”, es lo que el muro también se llevó. Pero la memoria de haber hecho la experiencia libertaria no se borrará y a no dudar habrá nuevos intentos, por muchos muros propios o ajenos que se levanten en el camino.

Deja un comentario
11 nov 2014

Roberto Ampuero, más mentiras

A este capítulo mío sobre “Detrás del muro, último libro de Roberto Ampuero, además de Más mentiras lo llamaremos El encuadre político a la salida de Ampuero de La Habana”. No lo nominaremos El Mal Agradecido porque podría aparecer como paternalista, y porque esa característica se desprende sin necesidad de subrayarla con un título melodramático.

Dice Ampuero en parte de su recién publicado libro “Detrás del muro” (págs.124 y 125).

“Después de mi renuncia a la Jota en La Habana opté por arrimarme a un  buen árbol, porque ser independiente era riesgoso y podría día ser letal ingresé a la Unión de Jóvenes Democráticos de Chile, UJD –tan liberal como pequeña y tolerante-  lo que me permitió salir de la isla bajo un pretexto noble: estudiar marxismo-leninismo en la RDA para continuar en el futuro el viaje a Chile en el marco de la política de retorno de la izquierda y fortalecer la resistencia contra Pinochet”. “En fin mi nuevo partido, la UJD, era la organización juvenil del partido MAPU Obrero y Campesino. El hecho de que el partido se llamara así indicaba que carecía precisamente de obreros y campesinos. La UJD reunía a decepcionados del socialismo real, de la dictadura del proletariado y de la estructura leninista de los partidos de izquierda y proponía una sociedad democrática, liberal y tolerante…Ahora debía moverme con cautela…”

1. Ampuero confiesa ahora, por escrito, a 35 años de los hechos, el porqué de su militancia política en éste o aquél: sólo “arrimarse a un buen árbol”, sean cuales sean las características del árbol y de la época. Hace 35 años, al MAPU OC en La Habana; desde el año 1991 (“Nuestros años verde oliva”) a la derecha en Chile y EEUU.

¿Qué mejor árbol para un  oportunista que el de los que tienen el control del poder económico y hace poco eran gobierno? ¿Hay un árbol que dé más “frutos” que el del multimillonario en dólares Sebastián Piñera? Sus últimos frutos para Ampuero: la embajada y el ministerio.

Ahora, que en los centros de poder occidentales aumenta el poder político de la extrema derecha (en EEUU el Tea Party, en Francia Le Pen) ¿no será más rentable para este liberal vendelibros arrimarse a ese bosque y a la UDI en Chile?

2. En La Habana hubo algunos chilenos que renunciaron, como en todas partes, al Partido Comunista (es su caso), al PS, al Mir, al PR y al propio MAPU OC. Ellos no recibieron represalia alguna que se conozca y algunos viajaron, además, a otros países.

Sin renunciar a sus partidos viajaron también a otros países, a México y Venezuela, por ejemplo, la familia de Julio López y la familia de Francisco González, sin oposición de su partido y sin oposición, por el contrario –como también en el caso de Ampuero- con el apoyo del Partido Comunista cubano.

3. Sobre “la cautela de los independientes” (era “riesgoso y podía ser letal”, dice), digamos que chilenos independientes de partido hubo en La Habana y no pocos. No conocí, y estoy seguro que Ampuero tampoco porque estaría preparando un tercer libro con las persecuciones a éstos, a independientes perseguidos o maltratados por serlo. Recuerdo a uno, el Doctor Vidal, un profesional muy destacado que fue director en “La Ceguera” (Hospital Oftalmológico de La Habana) y llegó a ser médico oftalmólogo de Fidel Castro, Raúl, Lage y los demás miembros del Buró del Partido Comunista de Cuba. Atendió también a muchos chilenos.

4. Después de alabar a la UJD por ser “liberal y tolerante” y por “proponer una sociedad democrática, liberal (de nuevo) y tolerante (de nuevo) en Chile”, la ridiculiza por ser raquítica y porque su partido madre, el MAPU Obrero y Campesino carecía, dice, precisamente de obreros y campesinos. Según él, el MAPU OC era un partido liberal, tan liberal en Cuba, digo yo, que lo mandaba a estudiar marxismo leninismo a la RDA (“materialismo histórico y comunismo científico”, agrego), además de literatura alemana, todo en universidades que dependían del ministerio de Cultura que encabezaba Margot Honecker (¿o eso fue también una sorpresa para él?).

Caracteriza a Roberto Ampuero el intentar minimizar y ridiculizar superficialmente (muchos años después, claro, y cuando ya está inmerso en otro ambiente y poder y es otro el árbol a que se ha arrimado) a los que lo acogieron y, en muchos casos, lo apoyaron y lo mantuvieron. No es sólo un recurso literario en el escribidor palaciego. Lo hizo así con familiares muy cercanos, con Cuba y sus dirigentes, con la RDA y los suyos, incluso con aquellos a los que aseguró lealtad (Ej.: Luis Corvalán, Gladys Marín, los Honecker, Vilma Espín, Raúl Castro, Fernández Retamar, su primer suegro Fernando Flores, nosotros).

Lo caracteriza también el no tener reconocimiento alguno por aquellos que le tendieron la mano en momentos claves de su vida. Es lo que sucede con el MAPU OC y su juventud, la UJD (Unión de Jóvenes Democráticos), a quienes, confiesa a estas alturas, con un dejo aventurerista de ex embajador derechista y niño mimado, haber engañado, ya que se habría “arrimado” a ellos sólo para no quedar independiente, y sin jamás proponerse volver a Chile (!), como les dijo, “a fortalecer la resistencia”, cuestión a la que por cierto no estaba obligado.

El MAPU OC y su juventud jamás se plantearon, para sus militantes, “la política del retorno de la izquierda”. Dejaron a cada uno hacerlo según su criterio y la opinión de lo que llamábamos “el interior”. Sus dirigentes y cuadros clandestinos volvieron y salieron de Chile sin decirle nada a Roberto Ampuero. Hoy, a estas alturas, 35 años después, Ampuero se mantiene ignorante de lo que fueron las políticas de los partidos de izquierda en esos años, en las que posa de ser experto para alagar a la derecha y, por cierto, para vender libros a incautos y poco informados.

En los años a que se refiere Ampuero en su libro cumplimos en Cuba con nuestro deber militante al apoyar su viaje también militante a la RDA. Él era un exiliado en Cuba, muy bien considerado por el PC cubano, el gobierno de Fidel Castro, la Casa de las Américas dirigida por Fernández Retamar que lo destacó como escritor joven, la Federación de Mujeres Cubanas, y de una militancia comunista ya larga y muy intensa, en el Chile de Allende y Gladys Marín y en el Berlín Oriental de Honecker y Luis Corvalán, al que el escribidor soñaba con volver, y donde antes había elegido vivir después del golpe en Chile.

Estoy convencido que Ampuero eligió postular al MAPU OC en Cuba, después de abandonar el PC allí, y no postular,  a otros partidos chilenos porque –no lo dice- el MAPU OC era una organización política con representación y acogida no sólo en Cuba, sino también en la RDA y la URSS, donde tenía representación ante sus partidos y sus gobiernos.

El otro MAPU, la IC, el PR, el MIR y algunas otras organizaciones socialistas chilenas no tenían representación en Alemania Oriental y la URSS. O sea, Ampuero solicitó ingresar al MAPU OC porque así podía viajar a Alemania  (donde había vivido y donde tenía amigos, algunos que militaban en el MAPU OC y habían sido compañeros de colegio en Chile, como K, V y G). Ese era “el buen árbol al que se arrimó”.

A fines de 1980 en Berlín era cabeza del MAPU OC el compañero Enrique Correa, en ese tiempo “un marxista por los cuatro costados”, que fue quien recibió y presentó al gobierno de Honecker al “liberal” Ampuero.

Y una última cosa al respecto.

A la altura en que Ampuero ingresó al MAPU OC (mayo de 1979), el partido y su juventud eran por cierto organizaciones democráticas, con vida democrática, con dirigentes electos, y luchaba por recuperar la libertad y establecer en Chile una democracia nueva que abriera camino a un socialismo por cierto democrático.

Creíamos en un socialismo que no fuera “ni calco ni copia” y lo decíamos. Los MAPU tenían ya más de 40 compañeras y compañeros asesinados por la dictadura, y entrar al MAPU OC  o al MAPU en Cuba no era chunga: muy cerca de la fecha en que Ampuero se incorpora y sale de Cuba a la RDA, y milita en el MAPU OC, varios compañeros de Ampuero (y compañeras) se inscriben y preparan militarmente para ir a luchar con el Frente Sandinista en Nicaragua. Algunos fueron sus amigos. ¿Se olvidó de ellos ahora?

Desde su nacimiento, en 1969, como partido socialista, el MAPU tenía una aproximación crítica  a las teorías revolucionarias, las sociedades y los estados. También la tenía con respecto a sus aliados. De otra manera no se explica su nacimiento. Pero esa visión crítica no le impedía tener una firme política de alianzas con el PC y el PS chilenos y una búsqueda de  solidaridad y reciprocidad con partidos y estados antiimperialistas y del comunismo real.

No sólo en 1979 había, entonces, en ambos MAPU, una visión crítica del comunismo real, que se daba, en el caso del MAPU OC, en medio de una postura solidaria con el llamado campo socialista.

A pesar de lo “pequeño” que éramos pensábamos con nuestra propia cabeza, y admirábamos en primer término las revoluciones cubana y vietnamita. El MAPU OC, además, mantenía relaciones privilegiadas con el partido soviético, el cubano, el alemán de Honecker, el polaco, el búlgaro, el rumano y hasta el coreano de Kim Il Sung. Como con los comunistas, socialistas y demócratas de todo Occidente: el Partido Comunista italiano, el PS francés, el PSR peruano, el MIR boliviano, etc.  En Chile teníamos fuerte presencia juvenil en entidades culturales de masas, una muy buena relación con la Iglesia Católica (en ese tiempo un bastión democrático) y producíamos publicaciones como “La Bicicleta” y “Primera Línea”, revista oficial de la UJD.

La dirección exterior del partido al que ingresó Ampuero estaba integrada por José Miguel Insulza, Enrique Correa, Eduardo Rojas, Alejandro Bell, Carlos Bau, José Antonio Viera Gallo, el Dr. Martínez, Gabriel Rodríguez, Juan Enrique Vega y el que escribe, a quien Ampuero llama en su libro, y con razón, “Ismael”.

En Chile, encabezaban la UJD compañeras y compañeros como Francisco Estévez, María Eugenia Pavez, Paulina Elissetche, Ricardo Wilson, J.Cuevas, Raúl Fernández, Rafael Guilisasti, Claudio Rammsy, Andrés Oyarzún, el cineasta Ignacio Agüero, los poetas Eric Polhammer, Jorge Ragal, Antonio Gil, Guillermo Bastías (Guillo) y otros.

Todos los partidos de la izquierda chilena que Ampuero conoció en esos años duros, para nada ridiculizables, le han dado democracia a Chile, a costos enormes y dolorosos.

Ampuero, que hoy goza la democracia sin haber movido un dedo personal por ella, es muy pequeño como para rasguñarlos. Él aparece, lo confiesa hoy día, “aprovechándose” de la izquierda chilena en Cuba y la RDA. También por cierto se aprovechó de Cuba y la RDA.

Creo que en ese tiempo sólo lo guiaba su olfato oportunista y marchó sin saber a ciencia cierta hacia dónde se dirigía.

Ahora, está claro para qué.

5 comentarios
11 nov 2014

Pañuelos-a-cien

Esta mañana vi que carabineros cursaba un parte a la señora que, en la Estación Los Héroes del Metro, vende pañuelos-a-cien. A veces, ante la inminente amenaza de un estornudo, le he comprado un pañuelo-a-cien. Hoy la vi angustiada mientras una mujer de la policía anotaba la falta en un talonario. Imagino que la señora quedaría citada al Juzgado de Policía Local, su mercadería confiscada, y forzada a pagar una multa.

Luego recordé la edición del viernes de El Decano – así llaman al periódico más antiguo de mi país. Con fotos de múltiples colores, El Decano reclamaba la indolencia policial frente a las muchas señoras, caballeros y jóvenes que venden cosas-a-mil, a cien o tres-por-luca.Todos informales, todos ilegales, inundando las calles de una Providencia más bien indiferente o de una Alameda llena más de promesas que de otra cosa. Y pensé: “El Decano ha hecho su trabajo”.

Luego, algunos minutos después, ya en mi oficina, mientras me preparaba el café, pensé lo importante que era que El Decano cumpliera su trabajo. La ciudad se plaga de ilegales, personas premunidas de manteles y de todo tipo de baratijas desplegadas como si la vereda fuese un bazar.Imposible transitar por ella, reclama El Decano. La labor periodística es, pues, un deber moral.

Al final, señoras como la que vende pañuelos-a-cien defraudan el sistema tributario, ponen en jaque la economía, y amenazan a miles de ahorrantes del sistema previsional cuyas suertes dependen del buen funcionamiento del mercado.

“Tal vez debiera estar agradecido de El Decano”, pensé. “¿Por qué no enviar una carta de agradecimiento?”Hoy tal vez pueda dormir tranquilo. Las veredas de la Providencia están aseguradas por la mirada vigilante de El Decano, mientras la señora de los pañuelos-a-cien se maldice a sí misma por no haber notado la presencia policial, por haber caído en la trampa y por haber perdido la mercadería.

Mientras cursaban la infracción, el rostro de los policías expresaba – o yo creía ver en ello – resignación. También el de señora de los pañuelos-a-cien y la de la señora de los jugos-naturales que, imagino habrá sufrido igual castigo.

La estación, los transeúntes, yo mismo, nos resignábamos al designio profético de El Decano. La ciudad, entre las 8:15 y las 8:30, era higienizada. De eso debiéramos estar agradecidos. Nadie se intoxicaría ni con los jugos, ni con las sopaipillas, ni con los sándwiches. Tampoco sería muy grande la merma para la fábrica de pañuelos-a-cien. Al final todo el país resultaba protegido.

“Es curioso”, me dije, “El Decano ayuda, limpia, higieniza, no miente”. La sola presencia del periódico debiera ser un motivo de seguridad, de confianza, de transparencia. Debiéramos estarle agradecidos. Al periódico y a todos quienes, día a día, contribuyen a sentirnos en casa.

A un ex alcalde que tanto hizo por el Municipio, a una senadora de mi Región que apenas pudo ganar su cupo parlamentario (porque no era de allí), a un candidato presidencial (¿o a más de uno?), a algunos funcionarios del tesoro (a quienes he visto clausurando el puesto de un zapatero por evadir sus obligaciones tributarias), hasta un chofer, un martillero público, un par de empresarios, todos quienes ameritan la condescendencia de El Decano.

Pienso que mañana, tal vez, compre diez pañuelos-a-cien. Mil pesos no es mucho. No tanto.Más se me fueron y se me van de mis precarios ahorros previsionales. Puede que me multen, que algún reportaje investigativo de El Decano informe de aquellos ciudadanos-cómplices de la gran trama del delito callejero, de compradores y consumidores irresponsables que mejor harían en guardar sus pesos en instituciones financieras solventes, de aquellas que aseguran el progreso del país y a las que debemos agradecer su generoso aporte, esta vez, a la Teletón.

Si no es mañana, pasado mañana, la Alameda, la Providencia y hasta la mismísima torre de Entel volverán a su normalidad. A pesar de todo podré caminar tranquilo a mi trabajo y no me preocupará mucho el resfrío del día pues, con un pañuelo-a-cien, me siento protegido.

Deja un comentario
11 nov 2014

Incendios Forestales: huele a quemado

Llega noviembre y se inicia la temporada de incendios forestales. Así de predecible es la época en la cual se concentran emergencias en las cuales, luego de la reciente tragedia en Valparaíso, no es necesario profundizar sobre su capacidad destructiva.

Para la Comisión Investigadora de la Cámara de Diputados que se creó con motivo de la tragedia ocurrida en Torres del Payne en el verano 2011-2012, se estimaba que, tomando los últimos 31 años a esa fecha, el número de incendios presentaba una escasa variación, incluso en algunos años disminuía su número, a diferencia de la cantidad de hectáreas afectadas que aumentaba de 9,35 hectáreas promedio por incendio en 1980 a 21,5 en 2011.

En esa ocasión ya se hacía evidente la necesidad de incrementar la capacidad de detección precoz, una respuesta rápida y agresiva, pues estábamos frente a una debilidad en el control oportuno de los incendios y no ante la presencia de un fenómeno delictual en expansión.

El verano de 2012 CONAF iniciaba el año enfrentando un incendio devastador como el de Torres del Payne e incendios en el sur de Chile que le costaría la vida a un grupo de brigadistas forestales. Dicho año el aporte fiscal total para el Programa de Manejo del Fuego fue de M$12.484.067.

El verano de 2013 el aporte fiscal al mismo Programa alcanzaba M$16.417.852, ante un año que se veía complejo pues la sequía y las altas temperaturas se extendían por tercer año consecutivo, y las cifras no permitían asegurar un quiebre en la tendencia.

Es decir, similar número de incendios, incremento en la superficie quemada, incluyendo mayor amenaza y compromiso de la vida humana e infraestructura ante lo que se denominan incendios de interfaz urbano-forestal.

A pesar de los datos históricos, de la información disponible, e incluso del hecho que 2013 se presentaba como el tercer año más seco desde 1866, un cuarto año de sequía, y esperando un mal escenario para el verano de 2013-2014, el presupuesto dejado por el gobierno pasado para el Programa de Manejo del Fuego se incrementó solo a M$16.879.294 una cifra insignificante, que mostraría serlo aún más cuando en noviembre de 2013 se presentaban incendios importantes en la Quinta Región,  que se sumarían a una ciudad de Santiago nublada por el humo de grandes incendios en enero de 2014 y que culminaría con la tragedia de Valparaíso.

¿Qué nos espera este año? La verdad es que las condiciones no han variado, al punto que CONAF ya se ha adelantado señalando que se viene una temporada compleja.

Sin embargo, esta situación no se relaciona con un cambio en las condiciones, y es ahí donde radica el problema. Los incendios al ser causados por la acción humana y no naturales, termina por establecer una constante en la cantidad de siniestros, que en los promedios suele no sorprender y permite anticipar.

Las condiciones de base, tanto meteorológicas y del combustible, también se manejan con un grado de conocimiento que permite establecer una razonable aproximación al riesgo de propagación, siendo ésta la variable catastrófica, surgiendo entonces la necesaria y esencial detección oportuna, rápida y agresiva respuesta, algo que ya termina siendo copy/paste de  columnas que llevo algunos años escribiendo en este mismo sentido.

Por otra parte, y siendo algo manejable para el sistema, la logística que permite incrementar rapidez y agresividad en el combate no ha variado significativamente.

La capacidad aérea sigue siendo la misma desde hace demasiados años, manteniéndose en los conservadores 2000 litros por descarga a partir de un helicóptero SOKOL y tres aviones Dromader propios, pero lo más preocupante, el arriendo de helicópteros que aún no se concreta pues la licitación fue declarada desierta, y recién se ha levantado una nueva, que nos mantiene con la incertidumbre sobre la real disponibilidad de la ya débil logística que aún no está contratada, a pesar que la temporada ya se ha iniciado.

Pareciera que aún estamos lejos de materializar un incremento significativo al presupuesto, así como la modernización de nuestro sistema de emergencias que incorpore la real prioridad en esta materia, que nos lleve a mirar más allá de la cordillera, por ejemplo, incorporando aeronaves como los anfibios Bombardier, multipropósito con capacidad de descarga de 6 mil litros y de carga en 12 segundos en sobrevuelo rasante sobre una fuente de agua, ideal para zonas cercanas a la costa chilena o grandes lagos, cuya flexibilidad de uso permite transporte de carga, personal, patrullaje marítimo, y así tener un par de aparatos que perfectamente justificarían su uso de enero a enero, tanto para emergencias de diversa índole, como otras acciones de interés social y nacional, inversión que perfectamente podría ser desde el sector Defensa.

Pero seguimos con un sistema fragmentado, que se mira desde la institución, que aún espera por la tan ansiada modernización que reemplace las invenciones criollas, desplace los egos institucionales y profesionales, ponga  a las personas en el centro y nos permita desear lo mejor y prepararnos para lo peor.

Pero por ahora, parece que en materia de incendios forestales no nos queda más que centrarnos en lo primero, pues huele a quemado.

Deja un comentario
10 nov 2014

Vivir Sano, un desafío y una responsabilidad colectiva

Durante estos meses se ha hecho un trabajo intersectorial importante, donde se aunaron esfuerzos y objetivos de varios servicios asociados  y ministerios para generar condiciones para vivir bien y vivir sano.

Y para lograr ese objetivo, el vivir bien, vivir sano, es que hemos imprimido un sello donde el Estado asuma responsabilidad de dar acceso a servicios que permitan disminuir las brechas y barreras para la vida saludable, a través de acciones en materia de salud, educación, recreación y actividades al aire libre.

Se trata de una oferta articulada con los diferentes ministerios: Salud, Educación, Deportes, Trabajo,  Vivienda, Ministerio de Desarrollo social, que representa tener una oferta programática más completa e instaurar una política pública coordinada a nivel nacional, con expresión regional y local, lo que permitirá en mayor incidencia en la calidad de vida de las personas.

Es por ello, que damos inicio a un nuevo periodo del Sistema Elige Vivir Sano, que se pone a disposición de las comunidades y un conjunto de iniciativas que abarcan desde la alimentación, la actividad física e información, para potenciar los hábitos saludables desde la primera infancia a la tercera edad. Asimismo, las actividades tendrán pertinencia intercultural, de género, territorial y contará con criterios de no discriminación hacia las personas en situación de discapacidad.

Es imprescindible promover la inclusión de las comunidades y transformar los entornos y espacios para que puedan ser usados a favor de la salud de las personas.

Para ello, este nuevo periodo contempla tres líneas de acción, una línea que contempla la intervención de actividades deportivas y recreativas; una segunda, constituidos por acciones relativas a “alimentación saludable” y una tercera línea, “que es la de formación y participación ciudadana” que permitirá ejercer decisiones informadas.

Asimismo, es necesario para este nuevo periodo, construir indicadores que permitan monitorear y evaluar comunidades saludables, de manera de identificar las áreas que presenten mayor desafío por abordar y reorientando la oferta programática, si es necesario.

Precisamente, tenemos que contribuir en la generación de marcos normativos que eleven los estándares en materia alimentaria y en condiciones de entorno que mejoren la calidad de vida de las personas, aquello permitirá dar lineamientos hacia estilos de vida saludable, amigable y activos.

Entre las ofertas programáticas que están a disposición de las comunidades, encontramos los Huertos Escolares que llegarán a 100 escuelas del país; la Ruta Saludable, que estarán presentes en escuelas, lugares de trabajo y ferias libres; las Escuelas Saludables para el Aprendizaje; el Programa Deporte en tu calle; los Diálogos Ciudadanos; la Escuela de gestores y gestoras sociales; foros regionales; las pausas saludables, entre otros.

Estos ejes, objetivos, la labor intersectorial y el liderazgo de la Secretaria Ejecutiva, generará las condiciones para que las personas puedan tomar las mejores decisiones para sus vidas y el cuidado de su salud.

Queremos que más parques, canchas, ciclo-vías, espacios públicos estén disponibles para la actividad física de las personas de todas las edades. En los barrios, las calles, plazas, escuelas y lugares de trabajo estará presente nuestra oferta programática, impulsando al sector privado y a las organizaciones iniciativas en este mismo sentido.

Porque sabemos que “Vivir Sano, es un desafío y una responsabilidad colectiva”.

Deja un comentario