10 jul 2015

Aborto ¿hasta cuándo Chile sigue con la restrictiva legislación vigente?

Con la reciente aprobación del aborto libre en Argentina cuya legislación declara “El ejercicio de este derecho se encuentra enmarcado en los derechos sexuales y reproductivos  como parte de los derechos humanos”, nos volvemos a preguntar ¿hasta cuándo Chile sigue con la restrictiva legislación vigente?

No fue hasta 1989, en la etapa legislativa de la dictadura, cuando se modifica en el código sanitario la ley que regía desde 1931 en nuestro país que permitía con la aprobación de 2 facultativos médicos realizar la interrupción del embarazo como procedimiento de salud. Una constante en las dictaduras ha sido el retroceso en materia de derechos humanos y entre ellos la reducción de la mujer a la función de reproducción dentro de la sociedad, eso implica la maternidad obligatoria y la exclusividad de las tareas del cuidado.

Durante más de 26 años no se ha visibilizado el legado moral e ideológico de la dictadura. A pesar del silencio de Estado y sus instituciones, en nuestros cuerpos aún resuenan las palabras de Jaime Guzmán, quien en 1974 señalaba en la comisión Ortúzar: “La madre debe tener el hijo aunque éste salga anormal, aunque no lo haya deseado, aunque sea producto de una violación o aunque de tenerlo, derive su muerte.”

Para juzgar adecuadamente debemos preguntarnos ¿cuáles son los problemas que intenta resolver el proyecto del gobierno que, sin urgencia legislativa, intenta sortear las cuotas de poder del conservadurismo nacional? Desde el punto de vista de la salud, la despenalización del aborto en las tres causales propuestas-  riesgo de vida de la madre, inviabilidad fetal extrauterina y violación- aborda una parte del problema. Sin duda su aprobación  dignifica la vida de quienes atraviesan estas tres críticas situaciones.

Sin embargo, al considerar las cifras internacionales y las estimaciones nacionales, estas particularidades no constituyen en ningún caso la mayoría de las causas de interrupción voluntaria del embarazo. Por lo tanto, el proyecto de ley está bastante lejos de resolver el problema del aborto en Chile. Una vez más la política de los consensos, ciega a la realidad, entrega al mercado clandestino el derecho a una atención de salud oportuna para todas las mujeres. Es a todas luces el resultado del tira y afloja entre conservadores y progresistas dentro de la Nueva Mayoría.

Nos preguntamos entonces si somos las y los profesiones de salud quienes en la práctica tendremos que seguir asumiendo la falta de iniciativa política, o más bien, ¿debemos declararnos violadas, todas quienes queremos decidir sobre nuestros cuerpos y proyectos de vida? El proyecto de ley no se hace cargo de la maternidad impuesta y obligatoria, por lo tanto, no erradica el legado ideológico patriarcal de la dictadura que afirma que ser mujer es sinónimo de ser madre por mandato divino.

Al hablar de proyecto de vida, nos referimos a las alternativas para las mujeres dentro de la sociedad chilena y cuando planteamos el problema desde esta perspectiva, el derecho al aborto pasa a ser sólo un tema más en la larga lista de vulneraciones de los derechos de las niñas, adolescentes y mujeres. Las limitaciones para constituirnos como sujetas de derecho no están dadas sólo por la prohibición del aborto, sino por un modelo político, económico, social y cultural de segregación en el cual desde niñas, dependiendo de donde nacemos, se nos encausa en los engranajes del orden y la subordinación.

Familias en las cuales somos violentadas sexualmente, un sistema educativo sexista donde se nos enseñan los roles de género, un sistema de salud que no titubea en cobrar más a las mujeres en edad fértil, condiciones laborales precarias – o flexibles como les gusta decir a defensores del neoliberalismo-, televisión y medios de comunicación que refuerzan simbólicamente el lugar que nos corresponde tomar. Todo ello, determina  que las niñas de nuestro país, principalmente las más pobres, vean en la maternidad el único proyecto de vida que les entrega un lugar dentro de la maquinaria de producción y reproducción, por supuesto, una maternidad que se ejerce desde el abandono y la exclusión.

Podemos afirmar que la maternidad obligatoria, limita la capacidad de construir nuestros proyectos de vida y tiene repercusiones en la salud física, psíquica y social de las niñas, adolescentes y mujeres. Así lo reconocieron recientemente en Argentina donde la causal de salud para la interrupción legal del embarazo señala que no hace falta la constatación de una enfermedad, basta un riesgo potencial de afectación de la salud mental y que las personas, en este caso mujeres, son capaces por sí mismas de determinar este riesgo.

Lo que hizo Argentina, como resultado de la presión de las organizaciones sociales y feministas en particular, fue dejar de hacer oídos sordos a la realidad nacional, poner por sobre las consideraciones ideológico-morales particulares la salud de su población, eso significó dejar atrás una legislación eufemística que entrampaba en la burocracia judicial y médica la interrupción del embarazo, y por sobre todo recoger la experiencia internacional que indica claramente que la única manera de reducir el número de procedimientos de aborto es garantizar el acceso a una educación sexual de calidad, a mecanismos anticonceptivos regulares y de emergencia como también el derecho a la interrupción oportuna del embarazo cuando así se requiera, es decir una sociedad consciente de que la reproducción y crianza es responsabilidad colectiva y no imposición que esclaviza a más de la mitad de la población.

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09 jul 2015

La TV abierta y su deuda con las regiones

La televisión chilena alienta el centralismo. La ausencia de temas, contenidos y actores regionales en la definición de sus pautas y contenidos genera un sentimiento de malestar que, ya por bastante tiempo, se expresa con fuerza en las redes sociales, en las discusiones académicas y en la conversación cotidiana. La descentralización, la diversidad y el pluralismo son todavía objetivos no alcanzados por la TV abierta y de “cobertura nacional”.

Por años, las regiones han figurado principalmente en caso de tragedias y crímenes y eventualmente por alguna controversia de tipo ambiental. Muy pocas veces aparecen como protagonistas en sucesos de otra índole. La explicación desde el centro es tan sencilla como insuficiente: aparecen cuando constituyen noticia. 

Sin embargo, y a pesar del malestar con la TV abierta, la VIII encuesta de televisión realizada por el CNTV señala que una amplia mayoría de los televidentes afirma no conocer algún canal de TV de su región, ciudad y localidad. Entre la minoría que sí los conoce, si bien se manifiesta una valoración positiva e importante respecto del sentido de localidad, hay también una crítica bastante dura a la calidad de la programación de estos canales.

Sabemos que hay un grupo de canales de pequeño o mediano tamaño, que con bastante esfuerzo y mucha creatividad -con las que suplen la escasez de recursos-, están desarrollando proyectos en distintas zonas del país.

Ellos reconocen la existencia de fondos para promover, financiar y subsidiar la producción, transmisión y difusión de programas de nivel cultural o de interés nacional o regional, pero se quejan –y con razón- de la insuficiencia del Fondo de Medios Locales que administra la SEGEGOB y de la inequidad en la distribución de recursos por concepto de publicidad del Gobierno, los que se concentran en los grandes medios, obviando una responsabilidad superior del Estado, la de colaborar con la supervivencia de los medios locales con el propósito de garantizar, precisamente, la diversidad de contenidos, pautas y posturas editoriales.

La misma encuesta del CNTV, señala que –para los encuestados- las empresas auspiciadoras y los empresarios en general, el gobierno y los artistas, son los actores más influyentes en la TV.En el otro extremo, los indígenas, las minorías sexuales, y los sectores populares aparecen como los menos influyentes.

Cabe preguntarse entonces, hasta qué punto los medios garantizan la diversidad de voces –como suelen afirmarlo en sus declaraciones de intenciones- y hasta qué punto se centran en el negocio de visibilizar a los poderosos y reafirmar su influencia.

Hoy, con la nueva ley de TV Digital, está garantizado el aspecto técnico  -se va a ver y oír mucho mejor- pero queda pendiente el desafío de la calidad de la programación y de la integración territorial y social que garantice el pluralismo y la diversidad que tanto buscamos.

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09 jul 2015

“Sitiados”, una serie históricamente necesaria

Mis recuerdos de infancia respecto de películas –todavía en blanco y negro- en la transición de los años 50 a los 60, relativas a la Pasión de Cristo, son que Jesús era presentado por actores blancos, de ojos claros, y de hablar cadencioso, corto y preciso. Sus apóstoles reunían más o menos las mismas características y las ciudades de su vida, pasión y muerte estaban reconstruidas a la usanza de la época.

Por cierto, los romanos, siempre malos, eran mostrados con rudas barbas, miradas ásperas y sonrisas burlonas, gozando cada azote al profeta. Ejemplo de esto es la superproducción “Rey de Reyes” en 1961, además, con un gran éxito de taquilla a nivel mundial. En 1963 el director italiano Pier Paolo Passolini escandalizó a Roma con “El Evangelio según San Mateo”, claramente contestaria.

En 1965, EEUU saltó a escena con “La historia más grande jamás contada”, en un tibio intento por mostrar una versión más contemporánea de la historia. Una cinta dominante en América Latina, en 1969 fue la mexicana “Jesús, María y José”, llena de piedad y religiosidad. Con el tiempo, en los años 70 y 80 las producciones fílmicas sobre Cristo no variaron mucho, pero la televisión comenzó a introducir versiones más “liberales”, tratando de contextualizar su historia.

Y el cine se atrevió con versiones más audaces, como “Jesucristo Superestrella”, que rompió las fronteras y acercó a millones de jóvenes al conocimiento de una historia que estaba más bien refugiada en las Iglesias, los colegios católicos y en las sociedades religiosas.

La miniserie anglo-italiana de 1977, “Jesús de Nazareth”, fue un acierto mostrando a un protagonista más humano, más cercano, más cotidiano y a una corte de judíos y romanos no tan malos ni tan buenos, y atravesados por enormes disquisiciones respecto del qué hacer con este personaje.

Martin Scorsese, en 1988, agregará mayor controversia con “La última tentación de Cristo”, en donde el espectador pudo establecer una perspectiva más realista de cómo pudo ser la existencia del profeta y, por lo mismo, con una sensación de mayor cercanía.   En 1979 llega “La vida pública de Jesús”, más controvertida y claramente con mayor énfasis histórico. Es una producción que hace pensar sobre el valor religioso de su vida. En la película “Jesús”, en 1999, el demonio aparece caracterizado con vestimenta moderna y el relato de la misma lo hace un narrador romano, “Livio”.

La película americana de Mel Gibson, el año 2004, “La pasión de Cristo”, lejos, es la cinta más conmovedora por su puesta en escena, por mostrar a un Jesús humano, por una reproducción de escenarios y contextos históricos muy concretos y porque logra hacer entender las grandes contradicciones sociales, políticas y culturales que tuvieron lugar en aquellos hechos.  Se entiende que son estos aspectos los que finalmente permiten tomar conciencia y comprender los relatos históricos y sobre todo acercar la historia a la realidad,  y la realidad a una conciencia distinta.

Por cierto, ninguna de estas producciones estuvo exenta de problemas y críticas. Durante décadas la Iglesia institucional gozó del beneficio indulgente de películas sumamente religiosas y sin contexto histórico. Pero luego tuvo que enfrentarse al hecho de que el cine y la televisión abrieron la historia.

Comunidades de judíos en el mundo protestaron cuando se les presentó como responsables del crimen histórico acontecido con Jesús. Católicos conservadores en el mundo interpusieron todo tipo de recursos para que determinadas películas no fuesen exhibidas, y no faltaron –muchos en realidad- que cuestionaron las tramas, los personajes, las historias y a los protagonistas.

Pero la historia avanzó y hoy, gracias a la suma de estas producciones la sociedad puede saber mejor cómo fue –en realidad- la historia de Jesús y ya podemos comprender que él fue un personaje, que si bien tuvo un protagonismo histórico determinante, no fue ajeno –y esto es lo principal- al contexto histórico que le tocó vivir y a las vicisitudes políticas de su propio tiempo. Gracias a estas películas uno llega a la comprensión de que Jesús fue un profeta  y un líder, y como tal, vivió las angustias y sobresaltos propios de aquello y que, probablemente, no estaba en condiciones de retroceder y que su destino estaba trazado de antemano.

Televisión Nacional de Chile, en co-producción con Fox International Channel ha inaugurado en horario premiun del día domingo la nueve serie “Sitiados”, que narra –en síntesis- los sucesos de la cruenta batalla de Curalaba, en Villarrica, entre Mapuche y españoles de la conquista a fines del siglo XVI (1598).  El 23 de diciembre de ese año, el Cacique Pelantaro cayó sobre las fuerzas españolas, iniciando la liberación de un amplio territorio al sur de Chile el que luego, a comienzos del siglo XVII fue recuperado  por los españoles. El proceso implicó muchas batallas.

La serie ha sido producida considerando diversos matices para generar la convocatoria necesaria: guerra, sangre, sexo, intrigas políticas, drama, banda musical, escenarios naturales y otros no tanto, reproducción histórica lo más cercana posible y la introducción de diversas situaciones simbólicas que han generado controversias diversas, como la calvicie de los “weichafes” mapuche hasta el uso parcial del mapudungun. Recuerden ustedes el impacto de Gibson en la producción “La pasión de Cristo”, en donde todo el guión es hablado en lengua vernácula y eso sí fue un acierto fílmico notable.

“Sitiados” es una serie que está destinada a ser objeto de debate en Chile, no sólo por su producción en sí, sino además por el momento histórico en que emerge.  No existe en Chile, previamente, una producción televisiva como “Sitiados”. Es la primera de una serie que esperamos siga ampliándose, como lo fue el tránsito de las películas religiosas de Cristo hasta las versiones más modernas que nos acercaron mejor a su historia. A nivel mundial sólo la película “La Misión” (1986) nos adentró en la historia del descubrimiento y conquista.

Es evidente que “Sitiados” se trata de una serie televisiva a la que le falta mucho para ser considerada una “pieza histórica” en la relación entre Pueblos Indígenas, Estado y Sociedad, pero no es menos cierto que a partir de su exhibición en TVN miles de chilenos sabrán ahora que hubo una batalla heroica en Curalaba y que nuestras tradiciones no son sólo el 21 de Mayo y la gesta de Prat o las batallas de O’Higgins, San Martín y Manuel Rodríguez.

Después del estreno de “Sitiados”, cientos de miles de chilenos que vieron el primer capítulo ahora ya saben que hubo mapuche que lucharon contra la invasión española y que esto no fue fácil de comprender para las fuerzas españolas, orgullosas de su cultura y civilización y ahora entrampados en Villarrica, obligados a defenderse.

Con la serie “Sitiados”, los miles de chilenos ahora también podrán comprender que los Mapuche son personas dignas y orgullosas de su identidad y que el amor también nace en la guerra.  Los chilenos conocerán al español conquistador dubitativo –porque lo fue- ante la estrategia; que hubo líderes como Pelantaro, que no aceptaron con facilidad la conquista española y que también hubo líderes como Kurimanque, que se aliaron con los conquistadores.

“Sitiados” no tiene porque ser una pieza histórica exacta o religiosa como las películas catolizadas, o tan desprejuiciadas como “La última tentación de Cristo”.  Siendo la primera oportunidad y el primer ejercicio serio de la televisión chilena para mostrar esta parte que los historiadores conservadores de Chile (Encina, Eyzaguirre, Villalobos y otros) escondieron por décadas a los chilenos, ya es en sí misma una valiosa experiencia que ayudará a miles de compatriotas a adentrarse en el corazón de una historia intercultural que nos ha sido negada hasta ahora.

¿Qué fue “Valparaíso mi amor”, de Aldo Francia, en 1969 sino una toma de conciencia para miles de chilenos que vieron esta película en blanco y negro, mostrando la riqueza y sobre todo la miseria de los barrios porteños, y todo puesto en un contexto político y socio-cultural que hoy tiene a esta cinta con un valor de culto?

“Sitiados” tendrá que ser recordada como la producción más importante de estos años en la televisión chilena; disponible para mostrar un episodio histórico, el de una batalla intensa entre mapuche y españoles, en un momento en que la conquista avanzaba a sangre y fuego y fueron los mapuche quienes resistieron, y la historia dominante redujo este hecho casi a la nada…Hasta ahora.

Imagino las tensiones previas a la producción de esta serie. Las batallas en sí no son convocantes, lo es su trama. Y el guión tiene el valor de mostrar momentos relevantes en donde los personajes, en el contexto de una guerra, se desenvuelven como son: seres humanos avasallados, con sueños y esperanzas, débiles y fuertes, con deseos de sobrevivir aun sabiendo que al día siguiente pueden morir.

Para el mundo Mapuche, Curalaba siempre ha estado en el relato de nuestros ancestros, abuelos y padres. Pero nunca había entrado al conocimiento masivo de la sociedad chilena. “Sitiados” logra ese efecto.

Y mañana, más temprano que tarde, vendrán otras producciones y conoceremos más detalles de cómo se fue conformando la historia de esta sociedad pluricultural llamada Chile. Y será entonces el momento para ir exigiendo mayores precisiones y certezas.

¿Y por qué no? También más temprano que tarde, Chile producirá –une película o serie televisiva de larga duración- con su verdadera historia, en lenguas indígenas, con personajes mapuche históricos y con subtítulos en español. Por ahora, felicitaciones al equipo de producción de TVN por la serie “Sitiados”, por el esfuerzo realizado y sobre todo por invitar con esta iniciativa a miles de chilenos a adentrarse en la historia desconocida de Chile.

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09 jul 2015

Educación, vocación y felicidad ¿tienen relación?

Ha sido un tema que ha estado en boga hace ya varios años, donde se ha escuchado de todo con diferentes tintes políticos, y ¿cómo no? Si cuando se nos habla de Educación inmediatamente se nos viene a la cabeza Reforma, el gobierno de turno y nuestros propios juicios de valor frente a este, si lo apoyamos o no, cómo nos afectará o, los más radicales, ¿por qué tengo que aceptar lo que se me impone?

No sé a ustedes, pero a mí me preocupa cada vez más la infelicidad en las personas. Es que es algo que lo podemos percibir en cualquier parte: las caras de cansancio en el metro, la falta de amabilidad al contestar, el silencio de algunos cuando se les saluda, etc.

Pero, ¿qué tiene que ver esto con la educación y la carencia de vocación? Simple.Tengo la seguridad que la mayoría de los chilenos no estamos contentos con lo que hacemos para ganarnos la vida. Buscamos “pega” para tener dinero y poder satisfacer las diversas necesidades, pero no nos preocupamos de algo tremendamente importante, no hacemos un alto para preguntarnos “¿soy feliz haciendo esto?”, “¿quiero esto para mi vida?”, “¿después de esto qué?“ Y así va pasando el tiempo y no logramos percatarnos de que se nos fue la vida y no fuimos felices logrando metas porque “nos agarró la máquina”. Imaginen esta misma reflexión en el área educativa.

Desde pequeños buscamos modelos, los primeros son nuestros padres y familia cercana, a medida que vamos creciendo ese campo se abre hacia nuestros compañeros y primeros profesores. La labor de estos profesores es esencial para nuestra formación, son nuestro ejemplo. Cuando  alguien nos quiere enseñar, cuando a alguien le interesamos, cuando hay ganas, se nota.

Esta semana nos enteramos que el paro docente se resiste a terminar porque los profesores no están de acuerdo con muchas de las condiciones contenidas en el Proyecto de Carrera Docente. Claramente lo que falta en este tema es la capacidad de diálogo, entre el gobierno y los profesores.

Durante años ha existido un ánimo de evaluar a los docentes, es entendible esa propuesta dado que la educación de todos los  niños y jóvenes chilenos está en sus manos, pero esta condición de sentirse observados y en constante juicio gatilla una suerte de reacción defensiva de su parte: negarse a dar su brazo a torcer. Quizás una manera más amigable de evaluar sus capacidades y logros sería la vía más factible, insisto, diálogo.

Por otra parte, creo que todos estamos convencidos de que lo que hoy se necesita en nuestro país es ganas, el profesor debe tener esa convicción de querer transformar la vida de sus alumnos, que sean mejores, ser una inspiración para ellos. Este tema es mucho más que una Reforma, es vocación, amar lo que se hace y en Chile, lamentablemente, es muy difícil encontrarlo porque la carrera de profesor está muy desacreditada, parece ser lo último de la escala.

Se hace un llamado a la vocación, estoy de acuerdo, pero si no se valora el trabajo, los esfuerzos y la dedicación que se entrega en esta labor ¿cómo se puede tener vocación sin ser feliz? Cuando un trabajo se nos va haciendo tedioso día a día es totalmente válido no poner todas las ganas en eso.

¿Cómo esperamos que se haga bien el trabajo si no están las condiciones para llevarlo a cabo? Un profesor que tenga a su cargo 45 niños o más no da abasto, no puede dedicarle el mismo tiempo a cada uno como quisiera. Debemos tener la confianza de que lo que se busca son mejores condiciones para desempeñar mejor una labor que es tan importante. Sin duda hay que mejorar las cosas, si cedemos un poco algo puede dar un giro y cambiar en positivo.

Creo que hablo por todos cuando hablo de un buen ambiente laboral, de contar con todas la condiciones para realizar un buen trabajo, sumémosle a esto que nos gusta lo que hacemos, es una de la mejores sensaciones.Lo que quita el sueño es pensar en todas esas personas que vienen de diferentes sectores y que logran en la vida buenos resultados aún sin poseer los medios económicos. Estas personas son exitosas, no porque ganen mucho dinero y estén rodeados de lujos (esta es una visión algo distorsionada del “éxito”) es más bien porque  han alcanzado las metas que se han propuesto, hacen lo que les gusta, luchan por alcanzar la felicidad, eso es lo que mueve. No existe mayor satisfacción que descubrir tus pasiones y abrazarlas.

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09 jul 2015

¿La Copa? sólo por los nietos

Por mis nietos qué bueno que ganó Chile a Argentina.

Por mis nietos, que creen que el fútbol es un deporte, lo juegan todas las semanas y lo ven en la TV cada vez que los dejan, después de hacer las tareas. Que son hinchas de Chile, de Vidal y sobre todo de Medel. Que saben, porque se lo hemos contado, que existió Elías Figueroa, uno de los dos mejores defensas centrales del mundo; Sergio Livingstone como arquero; Leonel Sánchez como extremo izquierdo; René Orlando Meléndez y Jorge Robledo como centros delanteros, y Jorge Toro como armador. Que saben harto de Zamorano y de Salas.

Por mis nietos, que dibujan perfecto futbolistas desde muy pequeños, que relatan partidos europeos desde los 5 años, que arman selecciones en sus cuadernos, no sólo de Brasil y Argentina sino también de España, Holanda, Inglaterra, Italia y otros. Que son eximios entrenadores desde los siete años de edad. Que conocen y analizan cada jugada, cada polera y cada par de zapatos o zapatillas de los seleccionados de aquí y de afuera. Y que valoran, como lo más, el regalo de una pelota aunque sea comprada en la Estación Central. Por cierto una polera. Tienen de Peñarol y Nacional, de River y Boca, de Liverpool y Chelsea, de Barcelona y Real Madrid, de Argentina y Brasil y, por cierto, de Chile. Han ido acumulando año tras año.

Pichanguean en la calle, en el patio, en el colegio y en las canchas en que se exigen más a concho.

Sólo por ellos estoy contento que Chile sea el nuevo Campeón de América.

Y algo por mí, pero no mucho. Recordé una imagen tenue, un poco confusa, del Sudamericano de 1941 (mi padre me llevó al apa al Nacional, tenía 38 años y yo 4) y ya jugaba Livingstone, que poco después fue capitán de Racing;  varias del Sudamericano de 1945, en el Nacional, que vi con mi joven-viejo, donde goleamos a Bolivia y Ecuador, ganamos a Uruguay, empatamos con Argentina y perdimos con Brasil 1-0, con gol de Ademir. Livingstone fue el héroe.

Y el Sudamericano de 1955, con las entradas compradas por mi tío Ernesto, ese partido final con los pisotones salvajes y los muertos colocados sobre las boleterías del Nacional, que perdimos con Argentina 1-0, con gol de Michelly, que no vimos porque no pudimos entrar al Estadio, atestado, lesionado y anárquico. Jugaba Escutti, el mismo de 1962.

Me alegré por mis nietos.

No por la industria internacional del fútbol, que maneja la FIFA y que en América y Chile tiene  sucursales similares. Ésa que hace pagar entradas al estadio incomprables para los aficionados habituales, y que se interelaciona, en los negocios, con los grandes medios, la banca, las empresas que fomentan el chovinismo, el negocio del mercadeo y el sueño de un país alegre.

No por los que pagaron al entrenador 800 mil dólares adicionales por el triunfo.

No por los “comentaristas” deportivos, es decir por los publicistas deportivos, que ni siquiera coordinan lo que hablan o escriben. Si hubiera sido por ellos, habría preferido que perdiera Chile, que se fuera a la mierda la selección.

Tampoco, menos, por los auspiciadores, los grandes bancos que entregaron en la final los premios (el Santander entregó el premio de “la selección más limpia” del torneo al segundo equipo más sucio y faulero de la competencia, pensando seguramente en un nuevo negocio en Perú).

Ni por el juez que, al final, le hizo cariño a Vidal, que había manejado borracho e insultado, objetivamente, a un par de normales carabineros.

Por mis nietos sí, y por todos los niños como ellos. Esos que sueñan con el fútbol, pichanguean en cualquier parte y ven a “la Roja” como a los Simpson o a la familia de  Batman, si la tuviera.

Con la recomendación a los niños, claro, que sigan soñando y que luchen mucho, en lo que les queda, para que, cuando grandes, no pasen la vergüenza de vivir en un país donde todo es negocio y negociado y donde una entrada para ver un match del deporte más popular, no del polo o del golf o del tenis, cuesta algo así como diez sueldos mensuales.

Y en la selección, por Medel, que dejó el pellejo, corrió, pateó y cabeceó con la fuerza de los de abajo de verdad. Y por Beausejour, que dedicó la victoria a los que sufrieron y cayeron en el Nacional en 1973.

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09 jul 2015

Jugando al cachipún

Andrade, ex presidente del PS, diputado por Puente Alto y la Pintana, como le gusta repetir, en las innumerables entrevistas que otorga con cierta periodicidad, señaló con singular pragmatismo,  “que varias de las reformas  del programa de gobierno, ya no se podrán tramitar pese a quien le pese”.

No me gustó, que un parlamentario centralista, o para decirlo claramente santiaguino, definiera ante sí y porque si, cuáles serían los necesarios proyectos de ley, que continuarían su curso legislativo. Argumentos es probable que tenga y de sobra. Por algo está en la papa misma, donde se cocinan, a espalda del pueblo,  lo que  es bueno o malo para Chile, según su criterio.

Una de las anheladas transformaciones que sepultó arbitrariamente fue aquella que con bombos y platillos, en el salón de Honor del Congreso, en Valparaíso, la Comisión Presidencial  para la Descentralización, le hiciera entrega a S.E.  Michelle Bachelet,  después de arduo trabajo de consultas en cada una de las regiones del país,

Esteban Valenzuela, su presidente, junto a un connotado equipo de especialistas, realizaron un esfuerzo notable, aportaron sólidos antecedentes, para modificar a la brevedad la actual Administración  Territorial, dado que es imposible  seguir gobernando,  desde las ocho cuadras de la Moneda, cuya burocracia es inaguantable.

Se levantan sanas aspiraciones, por fin las regiones tendrían mayores atribuciones, autonomía, y financiamiento. Incluso los Intendentes, al igual que los Consejeros Regionales, serían electo por votación popular y no designados  por cuoteo político desde la capital.

La tan anhelada descentralización por fin iniciaba un paso seguro hacia la modernidad, cuyo objetivo principal es y será traer justicia y equidad para todos y cada uno de los chilenos y chilenas, que hacen patria en zonas alejadas.

Las declaraciones del importante Diputado traen consigo una frustración no menor, porque están avaladas, por otros Honorables, que ven con malos ojos, que los Intendentes, gobiernen sus regiones con éxito, y después sean  potenciales competidores, para un escaño en el Parlamento.

Eso es el egoísmo puro, mantener las cuotas de poder, sin mirar los verdaderos intereses nacionales. Las  organizaciones de base, en las regiones no se quedarán pasivas, esperando que del alto cielo venga el ángel de la guarda, y les resuelva el problema causado. La molestia se manifestará  en la población, a la gente no le gusta que le metan el dedo en la boca, y cuando lo hacen reaccionan, como lo hemos visto en varios otros casos.

¿Para que el gobierno se compra otro incendio innecesario? ¡No le basta con los que ya tiene!  El jefe de gabinete tiene la palabra, es su área. ¿Dónde  están los equipos de asesores que deben prevenir oportunamente a la Presidenta, que paralizar estos proyectos es cavarse la tumba antes de tiempo?. Por favor que no le vengan con el cuento que esta reforma que cambiará a Chile, le cuesta a las arcas fiscales otra reforma tributaria, porque no es efectivo, es redistribuir los fondos  del presupuesto anual.

Las propuestas de la Comisión, conocidas por todos, son lo bastante racional como, para postergarlas, tirarlas al tacho de los papeles, o esconderlas a propósito, sería un craso error. Está empeñada la palabra de la Mandataria, como candidata y varias veces en el ejercicio de su cargo lo ha señalado convencida  que este cambio en la institucionalidad, no puede esperar más.

Los H. Senadores, Guillier y Navarro, ambos de regiones, Antofagasta y Concepción, han declarado que no permitirán atraso en esta materia, el ejecutivo no puede jugar al Cachipún, tiene que tener una dirección clara, transparente y creíble. Es imposible gobernar para la inmediatez, el legado es dejar una ruta marcada para los siguientes cincuenta años. 

Presidenta todas las reformas son necesarias, Tributaria, Educacional, Laboral, Previsional, de Salud sin duda, pero  ésta es imprescindible.

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08 jul 2015

Laudato si: peticiones de urgencia

Hemos visto y escuchado de forma reiterada sobre la importancia de terminar o en su defecto disminuir los problemas de contaminación, sequía, pobreza y muchos otros que se suscitan alrededor del mundo y que suelen estar más cerca de lo que pensamos. En ese contexto, muchas veces olvidado, es que “Laudato si”, la encíclica recientemente escrita y presentada por el Papa Francisco, en la que alude al “gran depósito de porquería” en el que estamos viviendo, llega para enrostrarnos la urgencia con la que debemos enfrentar éstos y otros temas.

Dentro de las peticiones de cambio y críticas que Bergoglio hace en su escrito se encuentran los modernos estilos de vida en que prima el consumo desmesurado y las estructuras de poder que mandatan una producción indiscriminada de recursos y mano de obra.

Junto a la gran deuda ecológica que tiene la sociedad hacia la Tierra, el Papa también habla de “rechazo a los poderosos”, “una general indiferencia”, “fracaso” de las cumbres mundiales, y por cierto también menciona, como un gran factor a considerar, la “lentitud de la política y de las empresas”.

Existen cifras que precisamente nos hablan de que ya es tiempo de pasar a la acción. Un ejemplo: 750 millones de personas aun esperan tener acceso a agua potable de calidad y 2,5 mil millones de personas siguen sin acceso a servicios sanitarios.

Gobiernos, organismos internacionales y otras autoridades –como el Papa– hablan de un anhelado y necesario  Desarrollo Sostenible junto a una estrategia que nos permita dar buen y correcto uso a los recursos naturales y humanos que disponemos. Sin embargo, la impaciencia y desconfianza en el otro nublan estos propósitos que deben proyectarse a largo plazo.

Si bien Chile es responsable del 0,3% de las emisiones a nivel mundial y nuestras emisiones per cápita son menos de la mitad de los países miembros de la OCDE, no podemos dejar fuera nuestro aporte a la sostenibilidad en términos ambientales. Por lo mismo, ya reafirmamos el compromiso voluntario de reducir emisiones en un 20% al 2020. Esperemos no quedarnos en las buenas intenciones y que durante la COP 21 a realizarse en París se logren acuerdos vinculantes.

El ámbito social también forma parte importante de la encíclica de Bergoglio. Temas como el trabajo infantil, la indiferencia al aumento de migrantes alrededor del mundo, críticas por las desconsideraciones morales y éticas con que las empresas “se desesperan por el rédito económico” y los políticos “por conservar o acrecentar el poder y no por preservar el medio ambiente y cuidar a los más débiles” estremecen y nos obligan a mirarnos y repensar nuestro actuar.

Aterrizando parte de dicha realidad a nuestro país, podemos decir que 2,1% de la población nacional está compuesta de inmigrantes, según última Casen y 197.743 menores de edad–un 5,9% del total– se encuentra trabajando en condiciones peligrosas, según datos de la Encuesta de Actividades Económicas de Niños, Niñas y Adolescentes en Chile.

Existe conocimiento y conciencia de este diagnóstico y de que es momento clave para generar soluciones que vayan en pos de un desarrollo sostenible transversal para cada país; sin embargo, ni cumbres, ni discursos, ni promesas han transformado nuestros hábitos en cada paso de la cadena de valor: ni como consumidor, productor, proveedor, ni tampoco como ciudadano.

Las duras palabras del Papa Francisco reflejan que como sociedad hemos dejado de lado nuestros deberes para con “la Casa de Todos”; es nuestra responsabilidad enfrentar la urgencia que vemos a nuestro alrededor. Desde ACCIÓN comunidad de empresas que representan un 13% del PIB chileno, así lo entendemos, y por ello trabajamos cada día: para contribuir a un Chile desarrollado, sostenible e inclusivo.

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08 jul 2015

Chile no protege a las mujeres y niñas

El día de ayer la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados decidió aplazar la votación en general del proyecto de ley que busca despenalizar el aborto en tres causales. Se señaló que se necesitaba más tiempo para la discusión, para escuchar más opiniones y para poder “negociar” de manera transparente el texto del proyecto. Por supuesto que es importante que proyectos complejos como éste se debatan de manera amplia y se escuche la mayor cantidad de opiniones. Pero hay un elemento fundamental con el que no es posible “negociar”: la criminalización del aborto es contraria a los derechos humanos.

Que las mujeres no puedan decidir de manera autónoma si continúan o no con el embarazo, ni siquiera cuando su vida o salud está en peligro; cuando el feto no podrá sobrevivir fuera del útero o cuando han sido violadas, implica negarles la protección que ellas necesitan en momentos tan difíciles como éstos. Lo anterior, afecta directamente su derecho a la vida, a su salud, a su libertad personal, a su privacidad, a un debido proceso, entre otros. Obligarlas a continuar su embarazo en estas condiciones y, más aún, amenazarlas con ir a la cárcel si abortaran, es equivalente a tortura: un trato cruel, inhumano o degradante que le impone el Estado.

Estas afirmaciones tienen un sustento legal: esa es la interpretación que los organismos competentes le han dado a los tratados internacionales de derechos humanos. Para dar el ejemplo más reciente, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas, en sus recomendaciones finales al Estado de Chile tras su revisión periódica, emitidas en junio de este año, manifestó su preocupación porque sigue vigente la estricta prohibición del aborto, sin embargo vio favorable la discusión del proyecto de ley, y recomendó que se agilice la adopción de éste, garantizando su compatibilidad con derechos fundamentales como el de la salud y la vida de la mujer, y considerando la ampliación de las circunstancias permitidas.

Estas interpretaciones se basan en el reconocimiento de la realidad que viven las mujeres y las niñas en estas circunstancias. Con la legislación chilena las mujeres y niñas que se enfrentan a esta situación quedan completamente desprotegidas, dado que los y las profesionales de la salud no pueden proporcionar genuinamente toda la información y todas las alternativas por temor a ser criminalizados/as también. Y así, se dan múltiples ejemplos.

Una mujer con un embarazo ectópico es obligada a esperar a que exista un riesgo inminente para su vida y ser operada de urgencia, por temor a que intervenirla tempranamente sea considerado un aborto punible.

Una mujer con cáncer que queda embarazada es amenazada por su propio médico tratante con ser denunciada si aborta, viéndose enfrentada a sólo dos alternativas dentro de la legalidad: continuar su tratamiento contra el cáncer, arriesgando su embarazo, o bien suspender dicho tratamiento para continuar su embarazo, arriesgando su vida.

Una mujer con un embarazo inviable que toma la difícil decisión de no continuar el embarazo en esas condiciones se ve obligada a gastar sus ahorros y reunir fondos a través de las redes sociales para poder costear un viaje al extranjero, a un país donde el aborto en ese caso sea legal, lejos de su familia y sus redes de apoyo.

Una mujer violada enfrenta su situación completamente sola y atemorizada, sin posibilidad de decidir libremente cómo quiere afrontar su situación.

Todos los ejemplos descritos en el párrafo anterior están basados en casos reales. Son mujeres que han enfrentado esa situación y que dieron su testimonio a Amnistía Internacional, que han querido compartir su experiencia para mostrar los efectos que tuvo la legislación chilena en sus vidas y apoyar la necesidad de modificarla. Son mujeres como ellas las que deben seguir esperando a que el Congreso Nacional “negocie” y decida darles protección.

La legislación debe reconocer a las mujeres como sujetas de derechos y capaces de tomar decisiones por sí mismas, que el embarazo las afecta principalmente a ellas y que, por tanto, la decisión de continuar o no dicho embarazo en estos casos debe ser de ellas.

Negarles esta posibilidad implica dejarlas desprotegidas y solas. El Estado en este escenario no puede imponer una sola solución a todas las mujeres, sino que debe  cumplir dos roles: entregarle a la mujer toda la información que necesite para que tome una decisión libre e informada, y luego proporcionarle todos los servicios que esa mujer requiera para poder ejecutar su decisión, sea que decida continuar su embarazo o interrumpirlo.

Regular el aborto, al menos en estas tres causales, es un imperativo de derechos humanos y es un compromiso con la vida y salud de las mujeres y niñas.

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08 jul 2015

Voto obligatorio, o como esconder la basura bajo la alfombra

Una de las principales preocupaciones de políticos y analistas para las próximas elecciones municipales de 2016 es que disminuya aún más la participación electoral, debido al contexto político que vive el país y considerando que en 2012 solamente el 43% de los electores concurrió a las urnas.

Producto de lo anterior se ha abierto nuevamente la discusión sobre la mantención o no del voto voluntario. Aunque el debate contiene elementos de fondo muy relevantes respecto a la distinción del voto como un deber o como un derecho, lo cierto es que volver al voto obligatorio en el actual escenario político sería como esconder la basura bajo la alfombra, o dicho de otra forma, desconocer las principales razones por las cuales no votan los ciudadanos: poco interés en la política y nulo esfuerzo de los políticos para convocar a la gente. 

Aunque el gobierno descartó apoyar esta iniciativa, reemplazar el sistema vigente por uno de voto obligatorio significaría otra reforma más que no contribuye a mejorar los niveles de confianza, como el aumento de parlamentarios, financiamiento público permanente a partidos políticos o limitar las reelecciones pero sin efecto retroactivo. Si bien estas reformas tienen tanto efectos positivos como negativos, la ciudadanía las percibe principalmente como arreglos que la clase política hace en su propio beneficio.Reestablecer el voto obligatorio sería la tormenta perfecta para la crisis de confianza actual.

Además, los niveles de desaprobación hacia los políticos no permiten un cambio de esta naturaleza. Según la encuesta Adimark de junio de este año, el 27% de la población aprueba la forma como Michelle Bachelet está conduciendo su gobierno y el 22% aprueba la labor del gobierno. Como si no fuera suficiente con lo anterior, sólo el 16% aprueba al Senado, el 14% aprueba el desempeño de la Cámara de Diputados, el 18% aprueba a la Nueva Mayoría y el 15% aprueba a la Alianza.

Reestablecer el voto obligatorio sería una muestra más de improvisación política por parte de nuestros congresistas, teniendo en cuenta que recién se implementó el voto voluntario para las elecciones municipales de 2012. También desconocería la evidencia internacional, donde el 86,9% de los países en el mundo y el 82,4% de los miembros de la OCDE tienen voto voluntario según datos de IDEA Internacional, aunque en América del Sur solamente el 41,7% de los países tiene un sistema de este tipo.

La baja participación electoral es un problema importante para la democracia.Pero el voto obligatorio no resolvería el verdadero problema, sino que escondería una realidad política y social que requiere otras soluciones.Pretender llegar a altas cifras de participación electoral, ocultando fenómenos de descontento, malestar o desafección con la política, no parece una medida razonable.    

En este contexto de desconfianza y desprestigio de las instituciones, la peor solución es volver al voto obligatorio. Más que obligar, sigue siendo necesario convencer y motivar a la ciudadanía.

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08 jul 2015

Hipoteca revertida, un camino peligroso

La Cámara de Diputados acaba de aprobar un proyecto de acuerdo presentado por parlamentarios de RN y la UDI, cuyo propósito es que los jubilados puedan hipotecar sus viviendas para, de ese modo, incrementar el monto de sus pensiones. Por cierto, la iniciativa es una prerrogativa que tienen los parlamentarios y forma parte de la dinámica democrática. No obstante, cabe aclarar que se trata de una propuesta que será enviada al Ejecutivo y no es una iniciativa de ley que el gobierno actualmente esté patrocinando.

Partiendo del principio de buena fe, entendemos que el objetivo es ayudar a los adultos mayores jubilados a mejorar sus pensiones, pero pensamos que se trata de un camino riesgoso que abre la puerta a complejos efectos no deseados y, además, responde a una perspectiva que refuerza la lógica individualista más que la lógica solidaria de la cual es tributaria el sistema de protección social. Desde ese punto de vista, contradice lo que hemos venido avanzando en Chile en el debate de qué representa un auténtico sistema de seguridad social.

Junto con las dudas respecto a cómo operaría el mecanismo, hay un aspecto aún más preocupante: en Chile, recientemente fue dado a conocer un estudio de la Universidad San Sebastián y Equifax, que detectó que los adultos mayores que reciben pensión solidaria de vejez o invalidez y tienen deudas morosas, deben un equivalente a diez veces el valor de su PBS. Si a este endeudamiento le sumáramos una hipoteca respecto de la vivienda, y considerando que ésta constituye una aspiración familiar que se logra concretar después de 30 años de pagar dividendos, lo que estamos creando es un mecanismo que pone en peligro ese patrimonio, con frecuencia el único ahorro que logra la familia. Por cierto, ese riesgo también es relevante para pensionados del sistema privado, una gran proporción de los cuales se encuentra en situación de vulnerabilidad.

Además, se plantean varias dudas, ¿qué pasa con un matrimonio de adultos mayores donde muere uno de los cónyuges y le hereda la deuda a su pareja? ¿Cuál será el avalúo de esas viviendas? ¿Se abrirán espacios al sistema financiero o se recurrirá sólo a una instancia estatal, y si así fuere, bajo qué fórmula? Por ahora existe sólo un planteamiento genérico, pero como dice el adagio: “el diablo están en los detalles”.

Existen también antecedentes que hay que aquilatar: en España existe una visión crítica sobre los efectos sociales de la hipoteca revertida; y en Estados Unidos el informe al Congreso de la Consumer Financial Protection Bureau del año 2012 determinó que cerca de un 9.4% de las viviendas hipotecadas bajo este mecanismo estuvieron a punto de ser rematadas por no pago de impuestos no territoriales o seguros relacionados.

Ahora bien, el problema de fondo es que las bajas pensiones en Chile tiene su raíz en las promesas incumplidas del sistema de AFP. Después de prometer tasas de reemplazo de 70%, hoy la pensión promedio de vejez bordea los 185.000 pesos, es decir, menos que el salario mínimo. Fue justamente a raíz de este hecho que a inicios del gobierno de la Presidenta Bachelet se constituyó la Comisión Asesora Presidencial sobre el Sistema de Pensiones, que va a entregar su informe final, con diagnósticos y propuestas de corto, mediano y largo plazo, el próximo mes de agosto.

En ese marco, la pregunta pertinente es ¿la solución al tema de las bajas pensiones va por el lado de medidas aisladas como la hipoteca revertida o por medidas de carácter estructural que sean concebidas bajo una mirada sistémica?

Pero además se plantea otra pregunta, muy de fondo, ¿para resolver el tema de las bajas pensiones, debemos transitar por soluciones de carácter más individual (como aumentar el porcentaje de cotizaciones o aplazar la edad de jubilación) o por soluciones con un énfasis más solidario? El punto es que, con el proyecto de acuerdo, nuevamente se le transfiere la responsabilidad al individuo, bajo el riesgo de comprometer uno de sus patrimonios más preciados.

En definitiva, más allá del destino de esta iniciativa parlamentaria –que, por cierto, ha sido criticada por las organizaciones de pensionados– su presentación constituye una oportunidad para profundizar el debate más de fondo sobre el auténtico sentido de un sistema seguridad social, más aún en un país marcado por una fuerte desigualdad, sueldos bajos y escasa capacidad de ahorro.

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