27 nov 2014

Teletón y empresas, más que dos jornadas de amor

En una nueva versión de la Teletón, como en otras veces han vuelto a surgir críticas que apuntan a diferentes flancos de esta campaña o, más bien, al tratamiento televisivo que se le da a esta maratónica jornada de sensibilización para recaudar fondos.

Algunos detractores rechazan el hecho de difundir un estereotipo de las personas con discapacidad, como seres pasivos, sujetos de caridad, y otros cuestionan el rol de las empresas, ya que asocian el ruido comunicacional con acciones de marketing y limpieza de imagen.

Si bien el escepticismo que plantean estos puntos de vista es válido, creo que es importante ampliar la discusión y mirar el tema de la inclusión de las personas de discapacidad en el largo plazo. En concreto, las empresas tienen un rol que va más allá de la donación y el apoyo a una campaña bianual que dura 27 horas o “dos jornadas de amor” y se concentra en la rehabilitación de niños con discapacidad motriz, ya que en Chile, casi el 13% de la población –unos dos millones de personas–  vive con alguna discapacidad.

Lo cierto es que no contamos con políticas públicas de rehabilitación, mucho menos una cultura que habilite y no restrinja las posibilidades de quienes ya tienen dificultades sensoriales, motrices o cognitivas.

Desde la perspectiva empresarial y de las compañías que gestionan la sostenibilidad en su estrategia de negocios, las personas con discapacidad representan una tremenda oportunidad, como empleados, clientes o proveedores.

Los esfuerzos de habilitación y rehabilitación que hacen diversas organizaciones, incluido el Instituto Teletón, quedan truncos si otras instituciones sociales no cumplen su papel en el fomento de la inclusión: escuelas, institutos profesionales, universidades, empresas, organismos públicos. La triste realidad es que, según datos del Senadis (2004), de la población mayor de 15 años que presenta discapacidad sólo el 29,2% realiza trabajo remunerado.

Abrir espacios laborales a personas con discapacidad no es fácil. Requiere superar miedos, prejuicios y tener la fuerza para atreverse a realizar procesos de transformación cultural que no se logran de un día a la mañana. Implica pedir cambios a quienes acostumbran a trabajar entre iguales y también exigir cualidades y estándares profesionales a quienes se incorporan, para que su valía esté en el mérito y no en la solidaridad.  Precisamente ése es el foco del programa +Diversidad de Acción, cuyo objetivo es incentivar un mercado laboral integrador y meritocrático que derribe las barreras sociales.

A lo largo de este año –el primero del programa– ya van 23 empresas adheridas, las que trabajan la gestión de la diversidad con estándares de vanguardia y como un valor al interior de la compañía, contribuyendo de este modo a forjar un Chile inclusivo, en el que se valore el ser diferente. Desde estas experiencias concretas, esperamos contribuir a la superación de las barreras que hoy existen.

Este es un espacio de libertad, por lo que solicitamos que no lo desaproveches. Contamos con que las opiniones se remitan al contenido de las columnas y no a insultos, ataques personales, comentarios discriminatorios o spam.

Por lo mismo y buscando el buen funcionamiento de este canal de expresión, requerimos de un registro previo utilizando Twitter, Facebook, Gmail o Disqus.

Si tienes problemas para registrarte, haz click acá.