23 jul 2013

Haz tu voto volar

Las reformas estructurales al sistema político chileno para generar una democracia sólida están haciéndose cada vez más urgentes. El voto de los chilenos en el exterior forma parte de ese conjunto de demandas por más participación y más democracia que han sido postergadas.

Desde el retorno a la democracia se han presentado más de 10 proyectos de ley, entre mociones y Mensajes del Ejecutivo, destinados a permitir el ejercicio de este derecho de los chilenos en el extranjero. Ninguno de ellos logró pasar las trabas del sistema político.

El sistema binominal y los altos quórums de aprobación exigidos para modificar la ley electoral han sido un obstáculo para hacer posible este derecho.

Por prejuicio, la derecha chilena se ha negado durante muchos años a reconocer el derecho a voto en el exterior sin condiciones.

Pretendieron imponer distinciones discriminatorias entre los compatriotas en el extranjero, exigiendo la existencia de “vínculos” con el país tales como viajes frecuentes y prolongados a Chile, cuestión insostenible para quienes tienen menos recursos, poseen trabajos rígidos o se encuentran estudiando en el extranjero. Todos ellos son ciudadanos, al igual que quienes viven actualmente en Chile.

Hoy, al parecer habría consenso en que tales condiciones son ilegítimas y que lo único que corresponde es efectuar una inscripción especial para efectos operativos.

En efecto, el Presidente Sebastián Piñera señaló que apoyaría el voto exterior sin más condiciones que la inscripción en Consulados y Embajadas. ¿Qué ha hecho el Presidente para concretar su promesa? Nada. ¿En qué queda la promesa de campaña y de todos los 21 de mayo de Piñera?

El voto de los chilenos en el extranjero podría destrabarse fácilmente si los deseos del Presidente fueran sinceros y su coalición no obstaculizara su compromiso.

Un grupo de parlamentarios, presentaron hace tres semanas un proyecto de reforma en los mismos términos planteados por el Presidente (Boletín N° 9004-07), cobrándole la palabra y buscando concretar a la brevedad esta deuda con los ciudadanos chilenos que residen en el exterior: éstos podrían votar con la sóla inscripción en Consulados y Embajadas. Hasta el momento, el Presidente no ha manifestado su apoyo a dicho proyecto ni ha enfatizado en este tema para los meses restantes de su Gobierno.

Para permitir la votación de los chilenos en el extranjero bastaría efectuar una modificación a la Ley N° 18.556, orgánica constitucional sobre sistema de inscripciones Electorales y Servicio Electoral, pero el Presidente se niega a ingresar con urgencia un proyecto en los términos de su promesa.

Es más, actualmente se discute en el Congreso una modificación al SERVEL que regula la actualización de los padrones electorales y el Gobierno tiene interés en aprobarla antes de las elecciones de noviembre ¿Por qué no ha impulsado el voto de los chilenos en el exterior como parte de estas modificaciones?

Todos queremos voto sin condiciones y habría acuerdo para sacar un proyecto de ese tipo adelante a la brevedad, pero sin la iniciativa del Gobierno no es posible avanzar en este sentido.

Durante este año distintas organizaciones y grupos de chilenos en el extranjero se han manifestado en forma masiva para tener la posibilidad de ejercer su sufragio en las próximas elecciones de noviembre.

En las redes sociales podemos ser testigos de miles de chilenos atentos día a día a las noticias de Chile e insistiendo en que se respeten sus derechos como ciudadanos.

Es así como en mayo pasado chilenos en más de 150 ciudades en 35 países salieron a mostrar su descontento y exigir la implementación de este derecho bajo el lema “Haz tu voto volar”, en este empeño están Francisco Fuentealba y Oscar Vivallo, desde Alemania, Valeria Lubbert en EEUU y Sergio Saavedra en Australia quienes iniciaron una campaña para conversar con los senadores y que se comprometan en una votación a favor de los chilenos en el extranjero.

La larga postergación del voto de los chilenos en el exterior deja al descubierto las fallas del sistema democrático: la mayoría quiere que este derecho se concrete, pero exigencias de altos quórums hacen imposible su materialización en un Congreso donde una minoría tiene poder de veto y donde existe una iniciativa exclusiva en materias de ley desproporcionada en poder del Presidente.

A esto se suma un sistema binominal que permite la sobrerepresentación de sectores conservadores de la sociedad que aún temen a una democracia participativa.

Después de todo, el voto de los chilenos en el extranjero no favorece a ningún sector político determinado como prejuiciosamente se cree, sino que es una demanda por más democracia para Chile. Para todos, porque es justo.

Los compatriotas afuera están atentos a lo que sucede en Chile y esperando que el Presidente Sebastián Piñera cumpla su promesa para poder votar en las próximas elecciones.

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23 jul 2013

No más trampas, nueva Constitución vía Asamblea Constituyente

Se puede jugar a las cartas con un extraño dos, tres veces si eso te entretiene, pero si a la cuarta vez te das cuenta de que sus cartas están marcadas, ¿seguirías jugando con él?

¿Qué pasa cuando luego de 23 años te das cuenta de que estás jugando a la democracia con cartas marcadas?

Un grupo considerable de chilenos hemos abierto los ojos al real engaño que es la Constitución de 1980.

Ese corsé que nos colocaron para que luciéramos según los dictados de la moda internacional promovida por Milton Friedman, Margaret Thatcher y Ronald Reagan, no sólo nos moldeó la figura, sino que nos impide movernos como queremos: sólo podemos hacerlo en algunos sentidos, aquellos determinados por el diseñador local, Jaime Guzmán, personaje que algunos quieren canonizar y otros, condenar a los fuegos eternos.

Él fue quien determinó que la Constitución que la dictadura nos legaría sería tan férrea que si sus adversarios ganaban alguna elección – como ocurrió desde 1988 hasta 2009 – no pudiéramos alterar el modelo en su esencia. Es lo que hicimos durante 20 años: administrar el modelo heredado, con algunas correcciones.

¿Cómo aguantamos tanto tiempo? ¿Cómo no abrimos los ojos antes?

Admitámoslo, por miedo. Miedo a otro golpe militar, miedo a los amos del mundo que nos manejan a través de los medios de comunicación y nos manipulan con sus inversiones.

Pero ese miedo se acabó. Ahora llegó otra generación, aquella pos-dictadura, que viene sin temores y con la mirada limpia para ver lo que realmente ocurre y que ya salió a las calles a gritar ¡basta!.

Con el apoyo de sesudos constitucionalistas que estudiaron el problema incluso fuera del país, hoy sabemos que necesitamos un nuevo rayado de la cancha, donde los que ganen el partido, ganen de verdad y los que pierdan, simplemente pierdan.

¿Y quiénes van a establecer el nuevo rayado? ¿Los parlamentarios que siguen jugando en la misma cancha antigua, entrampados en el binominal? Por cierto que no. Deberá hacerlo una Asamblea Constituyente, que elijamos democráticamente de entre los movimientos políticos y sociales, capitalinos y regionales; con las etnias y los distintos géneros; con obreros, estudiantes, científicos, académicos, artistas…

La convocaremos a través de un plebiscito donde se pregunte si se desea o no una Nueva Constitución.

Así como el pueblo terminó con la dictadura a través de un plebiscito, según dichos del cientista político Manuel Antonio Garretón (encuentro “Plebiscito para una Nueva Constitución”, Santiago, 20.7.13), “necesitamos otro plebiscito para cambiar la institucionalidad ilegítima que hoy nos rige”.

Pero el plebiscito no aparece en esta institucionalidad ilegítima (calificativo que Frei Montalva ya había aplicado en su momento), salvo para dictadores o casos especiales. Y como los chilenos somos legalistas, preferimos no saltarla y someternos a ella aunque nos siga haciendo lesos. ¿Qué hacer?

El abogado constitucionalista Fernando Atria nos abre el camino cuando afirma que el Presidente de la República está autorizado constitucionalmente para convocar a un plebiscito y que esta convocatoria, como todos los decretos de un Presidente, vale en la medida que no sea impugnada por alguna de las Cámaras del Congreso.

En este caso ellas pueden recurrir al “último cerrojo de la dictadura” (Atria), el Tribunal Constitucional. Pero esto no sería necesario si ambas Cámaras estuvieran de acuerdo con ese decreto por medio de la mayoría de los diputados y senadores presentes.

Tenemos tres tareas claras por delante: uno, seguir presionando en las calles por una Nueva Constitución vía Asamblea Constituyente; dos, marcando el voto con una “AC” en el costado superior derecho (Campaña “Marca tu Voto”) en las próximas elecciones y tres, ganar el máximo de los asientos parlamentarios en forma contundente para la Nueva Mayoría.

Cuando la calle grita, los gobernantes deben escuchar. No serán los actuales, pero podrán ser los próximos.

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22 jul 2013

Chejov

Cuando la tuberculosis reclamó esta ilustre víctima en Badenweiler, los jóvenes escritores alemanes, aunque muy influidos por la gran ficción rusa, casi no conocían al autor del Tío Vania.Según Thomas Mann, por el afán de imitar a los grandes novelistas, Balzac o Tolstoi. En cambio, Chejov (1860- 1904) sólo se reducía a las mínimas magnitudes del cuento que cualquiera podía trazar.

Asimismo, esas narraciones carecían de hechuras heroicas.

Es posible que fuera ignorado, además, por la sobriedad y permanente duda hacia sí mismo; nada había de mandarín literario, sabio o profeta, en su púdico desapego de lo altisonante, de las metas finales de la humanidad y otros elevados asuntos.

Después de visitar Sajalín, abreviatura del infierno para los presos políticos de la época, acotó, “consideraba la Sonata a Kreuzer, de Tolstoi, un enorme acontecimiento; ahora, me parece tonta y absurda”. Los modos imperiales lo ponían nervioso. “¡Qué el diablo se lleve la filosofía de los poderosos de la tierra, son tan despóticos como los generales porque están convencidos de su impunidad!”

Nacido en Taganrog, al sur de Rusia, fue hijo de un tendero, violinista e ínfimo pintor de imágenes sacras que, al quebrar el negocio, se refugió de los acreedores en Moscú.

Las veleidades artísticas del padre, fracasadas en los dos vástagos mayores, tempranamente malogrados por el alcohol, fructificarían en Antón, eximio cronista llamado a reflejar la oscuridad de su tiempo.

Desde muy joven, con ingenio y destreza para divertir, salvaba el tedio provinciano con sátiras sobre diáconos, sargentos, obtusos maestros de escuela o funcionarios policiales. La obra posterior conservaría mucho de aquellas burlas, elevándose de lo ridículo a lo excelso, con sus “hombres taciturnos”, bebedores aficionados o profesionales, incapaces de un trabajo productivo, que no saben qué hacer con su existencia.

Se graduó de médico en Moscú: “La medicina es mi esposa; la literatura, sólo mi amante”.Escasa libertad había en esa Rusia vigilada con un sombrío sistema encabezado por Alejandro III, zar receloso de la ciencia y la razón, y cuyos argumentos para conservar el orden eran la opresión y el temor.

Tras el pseudónimo de Antoscha Chechonte y con el fin de ganar dinero firmaba prudentes ironías en diarios y revistas. Sólo quería entretener, mas algo brotaba en aquellos esbozos; lo alegre y divertido podía ser amargo y triste, desnudando con sorna los fraudes sociales, ese no sé qué era literatura.

Y tanto se desarrollaría en esta despreocupada prosa, que Gorki sostuvo: “Chejov no ha sido superado como estilista y es uno de los creadores del idioma ruso con Pushkin y Turguéniev”.

Alguien le escribió, “Querido señor, posee usted un talento extraordinario. Sería una tragedia que continuara disipando sus condiciones en mezquinas chácharas”. Antón responde: “Estoy confundido y si poseo alguna capacidad, le confieso que he adoptado una postura frívola y superficial en mis publicaciones…”. Fue el fin de Antoscha Chechonte. Entonces, los personajes se vuelven pasivos y carcomidos por el desaliento.

Inolvidable es la apertura de La gaviota:

“¿Mascha, por qué va usted siempre vestida de negro?

“Llevo luto por mi vida, soy una desgraciada.”

El teatro chejoviano, casi sin argumentos, lleno de préstamos, usura, ruina económica, y cuyos incidentes más notables –duelos, suicidios- ocurren fuera de la escena, apenas tiene acción, disimulada por bailes y conversaciones triviales e incoherentes. Así resalta ese aspecto de la sociabilidad burguesa, no hablar de cosas desagradables, velarlas y olvidarlas, si se puede.

Ignorando la enfermedad, mediante narraciones entretenidas rehuía el sentido de culpa por carecer de “una idea central”.

Escribió cerca de seiscientos cuentos, algunos con aires de novela corta. Es el caso de La sala N° 6, cuyo doctor, idealista sin poder, habla de la Belleza y de la Idea en un hospital falto de termómetros. Enfermo por la estupidez y maldad del mundo, se hace tan amigo de un loco magnético, que lo consideran orate y termina encerrado. Es una impecable alegoría de la autocracia.

Los lateros de siempre, le reprocharon “falta de actitud y de juicio moral” por negarse a conclusiones y mensajes. Aun así, las atmósferas sugestivas, insinuaciones sutiles, siguieron siendo los acordes dominantes en aquella música bromista. “La razón y la justicia me dicen que hay más humanidad en la electricidad y el vapor que en la castidad y el vegetarianismo”.

El humor lo salvó de ser catequista. Sin gritar, decía a sus contemporáneos,¿también a nosotros? “Señoras, señores, vivís de mala manera”. Y sonreía con prudencia, posiblemente pensando en los entretenimientos sin alma, la falta de comunicación y autenticidad en las relaciones humanas.

No conocía a Marx y de los proletarios sabía poco, sin embargo en Los campesinos registró las congojas y miserias de los desposeídos. Mas el blanco favorito fueron la nobleza y los intelectuales que, disfrazados de profesores o lumbreras, le parecían torpes, descorazonados e impasibles.

Previó cambios inminentes en Rusia y confió en “una verdad y felicidad más altas”. No obstante, un personaje suyo, temprano ecologista, advierte con poética exactitud: “Los bosques rusos crujen bajo el hacha, perecen millones de árboles, se vacían las moradas de los animales y de los pájaros, los ríos pierden profundidad y se secan …”

En Crimea pasó sus últimos años. Quizá los mejores, por el matrimonio con Olga Knipper, éxitos teatrales, su amistad con Gorki y la esporádica compañía de Tolstoi. Se alegró como un niño al ser nombrado miembro de la Academia de Ciencias de San Petersburgo. Aun así, cuando el autor de La madre y mis universidades fue expulsado por ideas políticas, Chejov renunció.

En El jardín de los cerezos, auténtico testamento espiritual, ilusionado y nostálgico de futuro pese a tener fama de pesimista, ratifica la aspiración a un teatro con nuevas formas y contenidos para evitar la rutina, el prejuicio y la chabacanería reinantes.

Tanta vulgaridad abrumaba a quien creía que nadie puede ser verdaderamente culto si hace un rito del vodka, aparenta, y carece de simpatía por los mendigos y los gatos.

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22 jul 2013

Las nuevas víctimas del Estado de Chile, los niños

Los aberrantes antecedentes que hemos conocido a través del informe elaborado por un grupo de expertos de la Unicef y de jueces han dejado al descubierto la desprotección en que viven los menores en riesgo social en Chile. Y no sólo la desprotección, sino los delitos que son investigados por el Ministerio Público y que tienen como víctimas a los niños.

Pero a estos hechos deben sumarse, lamentablemente, otras vulneraciones de derechos esenciales que dejan a Chile como un país que no cumple con Tratados y Convenciones Internacionales, pues estamos lejos de poseer una política pública integral de defensa de los derechos del niño y esto debiera avergonzarnos.

En la Araucanía, la situación es aún peor, pues a la precariedad en que viven los menores en hogares dependientes del Estado se suma la pobreza, la vulnerabilidad propia de una zona con profundas brechas sociales y los hechos de violencia que han afectado a decenas de comunidades indígenas, donde los niños han sido las principales víctimas y han debido sufrir situaciones impensables.

En mayo de este año, un grupo de diez religiosos denunció públicamente los abusos policiales en contra de menores, detallando los hechos ocurridos en varios allanamientos.Señalan en su declaración que existe violencia excesiva, abuso y humillaciones a niños mapuches en los reiterados operativos que las policías realizan en la región.

No es posible que, a la misma hora en que se levantan para ir a la escuela, enfrenten allanamientos que no sólo intimidan, sino que indudablemente marcan su vida por siempre, con violencia en sus propios hogares, siendo humillados y muchas veces golpeados. Alguna vez fueron mis propios hijos los que vivieron esa experiencia.

Los niños violentados hoy sufren severas secuelas y sobre todo inseguridad y fundados temores de volver a ser violentados en sus propias casas en cualquier momento.

En el último tiempo, diversas sentencias judiciales han recomendado a las policías actuar con prudencia y respeto a los derechos de las personas y, especialmente, de los menores.

Carabineros de Chile ya ha recibido tres resoluciones de la Corte Suprema ordenándole efectuar los procedimientos policiales en comunidades mapuche con atención al debido resguardo de los menores. En sentencias del 5 de enero, 25 de julio y 26 de septiembre del 2012, se les exige “efectuar los procedimientos policiales en dicho sector con estricta sujeción a la normativa constitucional y legal vigente, absteniéndose, en lo sucesivo, de afectar los derechos fundamentales de las personas amparadas, teniendo una especial consideración respecto a los menores de edad”.

Pues bien, la precaria situación en que se encuentran miles de menores en Chile no puede pasar inadvertida, no puede ser, tampoco, motivo de rencillas políticas ni de recriminaciones de uno u otro sector por lo hecho y por lo no hecho.

El tema de fondo es urgente e ineludible. O Chile implementa una política pública que resguarde los derechos de los niños en todos sus ámbitos y en todas las regiones, frente a cualquier tipo de amenazas, o será sindicado como uno de los países que ampara la vulneración de las garantías esenciales del niño. No hay tiempo que perder.

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22 jul 2013

Bachelet, posibilidades de cambio

La actual crisis política generada por la renuncia de Pablo Longueira a la presidencia de la República muestra la compleja situación en que se encuentra la Alianza de derechas. El panorama hace evidente una presencia avasalladora de la candidatura Bachelet y una muy debilitada opción derechista en las presidenciales.

La renuncia de Longueira es casi el epitafio a cualquier pretensión de regresar a La Moneda. No obstante, tal y como se ha dicho, lo fundamental en los próximos comicios se juega en las parlamentarias.

Si bien el sector aliancista aparece muy debilitado, nadie puede desconocer que la elección de parlamentarios en noviembre se realizará en el marco del binominalismo imperante, de manera que resulta muy difícil imaginar una debacle de este sector.

Mucho menos si tomamos en cuenta el “voto histórico” de la derecha chilena.Se pueden producir “doblajes” en algunos puntos del país, pero nada indica que tal será la norma en las distintas circunscripciones. Este panorama complica a Nueva Mayoría, pues es altamente probable que deba gobernar con una presidente muy popular y un parlamento en relativo equilibrio.

La escena que se inaugura en Chile en los años venideros, tiende repetir la constante que marcó a los gobiernos concertacionistas. Es claro que un paisaje tal impide reformas radicales o, por lo menos, las condiciona.

Sin embargo, hay dos novedades que deben ser consideradas. En primer lugar, pareciera que existe una voluntad política en la ex mandataria y en algunos sectores de Nueva Mayoría para emprender reformas más sustantivas. En segundo termino, existe una creciente movilización social que pudiera presionar al próximo gobierno a concretar los cambios prometidos.

La llave maestra para abrir las puertas al cambio se llama “reforma constitucional” Ahora bien, una reforma de esta envergadura requiere condiciones de posibilidad nada fáciles de alcanzar.

Por de pronto, la fórmula de una Asamblea Constituyente ha sido desestimada por sectores de la misma Nueva Mayoría y la vía institucional está clausurada por los altos quórums requeridos. Un eventual gobierno de la señora Bachelet deberá encontrar la fórmula para destrabar los cerrojos que impiden el cambio sin perder el control de la situación.

Las dificultades que deberá enfrentar el próximo gobierno son múltiples y variadas, entre las cuales ya resulta previsible un deterioro de las circunstancias económicas y un aumento de las movilizaciones sociales.

Por su parte, la presencia de una derecha muy conservadora en el parlamento y con una hegemonía indiscutible en sectores estratégicos empresariales, mediáticos e, incluso, militares, no augura un gobierno fácil en ningún sentido.

Después de cuarenta años del golpe militar, las nuevas generaciones de chilenos deberán hacer frente a la inmensa tarea histórica de superar la herencia de una dictadura que se ha prolongado obstinada hasta el presente.

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22 jul 2013

Gobierno del PP, suma y sigue recortando

Los recortes presupuestarios al que está obligada España por el elevado déficit público que arrastra es caldo de cultivo para que se adopten medidas que perjudican a los ciudadanos.

Es el caso, por ejemplo, de los beneficios que se otorgan por ley a personas dependientes y cuya atención no siempre puede ser costeada por sus familiares. La reducción de gastos ha dejado en situación extrema o en la indigencia a miles de familias.

El Gobierno se las ingenia para dar tijeretazos allí donde cree que el dinero sobra, se malgasta o que no es imprescindible.

Con este argumento que vale tanto para un roto como para un descosido, el ministerio español de Salud ha anunciado que excluirá de los tratamientos de reproducción asistida a mujeres solas y lesbianas en los hospitales públicos. Ese derecho se reserva a partir de ahora “para parejas integradas por un hombre y una mujer” y siempre que haya problemas de fertilidad.

El anuncio ha hecho saltar las alarmas. Y no faltan razones.

El fallido intento del Partido Popular , en el Gobierno, para invalidar la ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo ha puesto en alerta a sectores más progresistas y liberales de este país ante posibles medidas que amenacen derechos adquiridos y que se consideran irrenunciables.

Uno de ellos es precisamente el derecho a acceder a la reproducción asistida pública a mujeres solas o parejas de lesbianas.

Aunque se trate por ahora de una propuesta que el ministerio de Salud ha enviado a todas las comunidades españolas, se da por hecho que la medida no tendrá vuelta atrás.

Anticipándose a la polémica , las autoridades sanitarias aclaran que las restricciones no obedecen a motivos ideológicos y que se adoptan “para priorizar y así atender estrictamente a criterios terapéuticos y preventivos ”.

Para no pillarse los dedos, el proyecto no habla de solteras o lesbianas.El texto se refiere al acceso a la reproducción asistida “ a parejas formadas por una mujer no mayor de 40 años y un hombre no mayor a 55, sin ningún hijo común previo y sano y que cuente con un diagnóstico de esterilidad tras haber realizado el correspondiente estudio”.

El ministerio de Salud deja la puerta abierta a aquellas comunidades autónomas que quieran atender a los que no están incluidos en ese grupo familiar, siempre que cuenten con presupuestos para ello. Como lo que falta es precisamente eso, dinero, la exclusión de la reproducción asistida a mujeres solas y lesbianas queda prácticamente sentenciada.

Pero la propuesta incluye un apartado que deja al descubierto sus verdaderas intenciones. En el documento enviado a las comunidades autónomas se habla de la condición de estéril. Y aquí Sanidad se pilla los dedos y la sutileza se transforma en certeza…“la esterilidad es la ausencia de consecución de embarazo tras doce meses de relaciones sexuales con coito vaginal sin empleo de métodos anticonceptivos”.

El mensaje no se presta a dudas mujeres solas y lesbianas, abstenerse de la maternidad asistida con dinero público.

Los sectores progresistas, las agrupaciones de gays y lesbianas, consideran que aunque en España se ha avanzado en cuanto a derechos, en la práctica persiste la discriminación y que el anuncio del ministerio español de Salud vulnera la doctrina del tribunal Constitucional que ha avalado el matrimonio entre personas del mismo sexo.

La única salida que queda a estas mujeres que quieren ser madre es recurrir a las clínicas privadas, hasta que la crisis sea superada y las ideologías más conservadoras se tomen un respiro.

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21 jul 2013

Un cáncer en el régimen democrático

Los avances logrados por la ciencia y la tecnología empleados por la medicina en bien del ser humano constituyen una maravilla creada por la civilización. Las invenciones creadas en las últimas décadas son sencillamente asombrosas. No obstante, la palabra cáncer nos conmueve de manera inevitable.

Este término que denomina un tumor que puede destruir una vida humana y llevar profundo dolor a las familias, revela que los conocimientos y las técnicas humanas, son limitados y muchísimas veces impotentes de alcanzar los objetivos que la sociedad humana quisiera, simplemente, no logran plasmar los objetivos o sueños propuestos desde la cotidianeidad de la vida de los hogares.

El tumor maligno también existe en el sistema político democrático. Es la tentación del enriquecimiento fácil, haciendo uso indebido de los cargos, recursos y responsabilidades de servicio público.

Pareciera que el ejercicio en altas destinaciones empuja hacia las malas prácticas que luego se extienden en conductas corruptas hasta la base del aparato estatal, cuando se expresan en las coimas, la “mordida”, la prebenda con la que se consiguen privilegios o ingresos mal habidos. Es el cáncer en el sistema democrático que puede llegar a su médula y dañarlo de manera irreparable.

Comprobé en el diccionario que existía una definición de cáncer que no sólo fuera referida al ámbito médico. La encontré y es francamente muy pesimista, dice la edición que consulté, cáncer: mal moral que arraiga en la sociedad, sin que se le pueda poner remedio.

Como se desprende de tal síntesis, la perspectiva resulta sombría, cuando en una nación se instalan tales malas prácticas y llegan a echar raíces, el propósito de desarraigarlas pasa a constituirse en una tarea muy difícil o casi inalcanzable.

La corrupción conlleva consecuencias nefastas. Sus efectos sociales golpean los pilares mismos del régimen democrático. Evitar su entronización se convierte en un objetivo esencial para la estabilidad democrática y su siempre necesaria e indispensable renovación y transformación de acuerdo a las exigencias de cada etapa histórica.

Hoy, en la sociedad global la demanda de probidad, transparencia, recta conducta y cuenta de su ejercicio por las autoridades está en el centro de la preocupación de las multitudes, así ocurre en tantos países hermanos que han heredado el pasado lastre de la discrecionalidad, la arbitrariedad y los abusos de regímenes autoritarios, que luego se encarnan y reproducen por décadas en Estados democráticos débiles que adoptan decisiones de favoritismo hacia intereses corporativos que practican el soborno y el cohecho.

Chile no es ajeno a este círculo nocivo; las colusiones monopólicas están a la vista, la penetración del conflicto de interés en esferas decisivas del aparato público, como lo señala, por ejemplo, el caso de condonación de la deuda de Johnson’s.

Mientras más se va concentrando la riqueza, acumulando poder a su paso en las más diversas áreas, más se eleva el riesgo de la captura del Estado por el interés privado, pues alcanza una envergadura que le hace situarse en una escala de influencia y gravitación mayor que la propia institucionalidad que debe resguardar.

Por ello, no que corresponde que sea el mismo Presidente de la República el que reconozca que un funcionario de su confianza, como el ex director del Servicio de Impuestos Internos tendría que haber renunciado antes, porque es el mismo Jefe de Estado quien debía tomar tal decisión.

En un régimen presidencial tan centralizado como el chileno una posición de dejar hacer, de esperar que el propio problema “se solucione sólo”, sea porque los tribunales actúen, o porque el impacto mediático empuja la salida del aludido ex director no es lo que exige el esquema institucional en Chile. No se puede actuar haciendo dejación del ejercicio del principio de autoridad. Ante la corrupción no cabe la pasividad, la mano blanda o una actitud contemplativa.

El dinero en abundancia y sin control socava y deteriora el régimen democrático, comprando poder político e injerencia mediática.

Ya lo anticipó Orwell en su novela 1984, las redes de control por el poder, pueden llegar a extinguir el propio ejercicio de la democracia, a través de la manipulación de las conciencias y la supresión de la memoria histórica de las naciones.

Una democracia robusta, requiere un elevadísimo estándar ético. Se deben derrotar las malas prácticas, el clientelismo y los abusos de poder, para sostener y proyectar el edificio de la democracia chilena, que aún es mucho lo que necesita para alcanzar su definitiva consolidación.

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20 jul 2013

Castillo, el rector de las comunidades

Mis hijos solían decir que, cuando crecieran, iban a vivir también en casas de ladrillo. Se referían a aquel conjunto habitacional donde, desde 1981, vivimos y crecieron compartiendo con decenas de otros niños de su edad, en un amigable entorno que casi hacía olvidar el siniestro panorama que campeaba en el país, azotado por una inclemente dictadura.

Digo casi, porque ese ambiente exterior se filtraba cada noche de protesta cuando los residentes y muchos vecinos -”queremos pasar la protesta con ustedes”- nos esmerábamos en abollar cuanta olla estaba a nuestro alcance y hasta retratarnos bajo un simbólico cartel que rezaba el más profundo de nuestros sentimientos: “NO PASARÁN”.

Quién nos permitió tales dignidades se llama Fernando Castillo, arquitecto, fue Rector de mi universidad y me honró con su amistad.

Ésta nació al calor de la pos reforma universitaria, en 1968. Yo era un aguerrido dirigente estudiantil, desconfiado de quienes, con banderas reformistas y no suficientemente revolucionarias, se establecían en la casa central de la universidad a intentar gobernar la nueva etapa.

Hasta que una noche dominical, viendo el obligatorio “A esta hora se improvisa” en Canal 13, lo escuché hablando de que nuestra casa de estudios era doblemente universal, por lo universitario y por lo católico… Me cautivó su planteamiento, le escribí una carta contándoselo y lo olvidé.

Hasta que recibí, un mocoso de primer año de sociología, un llamado del secretario general de la Universidad, Ricardo Jordán, señalándome que había leído la carta, que le había gustado mucho a ambos y que el rector me recibiría en una fecha cercana, en cuando regresara de un viaje a Cuba.

Asistí curioso y conversamos como viejos amigos, don Fernando me contó de sus impresiones de La Habana y yo, simplemente, no recuerdo qué le hablé, pero transcurrieron muchos minutos y salí, considerando a la oficina de la Rectoría y esa escalera redonda que lleva a ella, como familiares.

Estudié sociología y periodismo en esa universidad reformada, seguí el sistema de carreras paralelas, tomé cursos facultativos en Filosofía -Pensamiento Político de Fidel Castro y el Ché Guevara-; Estética -Marxista-, y Literatura: Cortazar.

Disfruté profundamente esa etapa universitaria hasta su agonía: el 24 de septiembre de 1973, cuando -invitado subrepticiamente por un amigo entrañable- asistí atónito a la última sesión del Consejo Superior presidida por Castillo, antes de ser “honrosamente” sustituido por un Almirante delegado por el debutante gobierno militar. Don Fernando obvió esa dudosa ceremonia sucesoria, enviando al vice Rector Alfredo Etcheverry a reemplazarlo.

Luego, partió al exilio. Argelia, dónde experimentó con las casas de techo plano que innovó en las futuras comunidades, sólo que en clima lluvioso. Esa pugna entre el arquitecto que ama su obra y el usuario que pretende evitar que sus paredes y techos exuden humedad nos unió aún más.

Me llevó a su casa, me mostró los tarritos que colgaban de sus techos para recoger las aguas lluvias y me ofreció llevarme su estufa a leña para paliar mis reclamos. Con amor e hidalguía asumí como muchos, por no decir todos los comuneros, que nuestra casas tenían muchas ventajas como para estar reparando en simples goteras, tan poéticas ellas.

Finalmente, los techos se arreglaron, las paredes se impermeabilizaron y hace unos meses celebramos con un baile los 30 años de vida en comunidad. Bailamos con don Fernando y Mónica y nos abrazamos con hijos y hasta nietos amantes de las casas de ladrillo.

Pero, no sólo fue maestro de viviendas, también de periodismo. Celebrábamos -en julio de 1978- los dos años de vida de la revista APSI y por cierto, todos querían ir a la comida conmemorativa, pero nadie hacer uso de la palabra.

Excepto Fernando que venía llegando desde Inglaterra y nos deleitó con una lección sobre la libertad, estimulándonos a seguir con la improbable empresa de editar una revista independiente en plena dictadura. Los comedores repletos de la Unión Española en calle Carmen, fueron testigos de una de las primeras cenas masivas de la resistencia, en la que recibimos a decenas de delegaciones de partidos políticos completamente inexistentes y clandestinamente operativos.

Veinticuatro horas antes de fallecer Fernando Castillo Velasco, el poeta Pedro Lastra formalizaba ante el actual Rector de la Universidad Católica, Ignacio Sánchez, una extraordinaria donación de dos mil quinientos libros, muchos autografiados por notables autores contemporáneos de Lastra, que irían a enriquecer la biblioteca de la facultad de Letras de la UC.

La íntima celebración se realizó en los salones de la rectoría. Cuando Pedro me contó, le solicité que se fijara en cada detalle porque quería comparar ese entorno con aquel de la charla con don Fernando cuándo yo no regalé nada, pero recibí uno de los presentes que más he apreciado en la vida: conocer a Fernando Castillo.

Estoy cierto que no lo olvidaré.

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20 jul 2013

La mentira y Longueira

Tenía 15 años al momento del golpe.

Al pobre Longueira, creo que desde muy joven, le contaron que en Chile, antes del golpe, había existido una guerra civil, y se lo creyó y lo repitió. Y lo de los 10 mil guerrilleros y la inconstitucionalidad del gobierno de Allende, también.

Y que en Chile no hubo golpe sino pronunciamiento, y por años y años nunca dijo golpe.

Al joven Longueira creo que lo educaron (Guzmán fue su maestro predilecto) en la idea de que los comunistas no tenían ética y que los marxistas eran subhumanos, y que todos ellos buscaban arrasar con la civilización occidental y cristiana, y por ello había que tratarlos como se merecían, y se lo creyó y todo lo justificó: muertos, torturados, presos, desterrados, inconstitucionalizados.

Al pobre Longueira, luego, le mostraron que Pinochet “había salvado Chile” y que no había mejor sistema universitario que el protegido por la fuerza militar, y entonces él fue Presidente nominado de la “Federación de Centros de Estudiantes de la Universidad de Chile”.

A Longueira le hicieron creer que él había subido el cerro Chacarillas, cuando nunca lo hizo.

Más tarde, como le habían inculcado que Edward Kennedy era un dirigente internacional procomunista, actuó, como lo haría un encapuchado de hoy, a huevazos contra el automóvil del senador norteamericano.

Electo diputado con el 24% le hicieron creer que eso era “lo máximo”, cuando su contendor Andrés Aylwin alcanzó el 53 %. Más tarde, candidato a senador por Santiago, ganó con un 23% mientras Soledad Alvear, su competidora, alcanzó el 43%.

Viajó a Europa cuando cayó detenido un general “tan inocente y honesto” como Pinochet y lo defendió a brazo partido. Era falso lo de los atropellos a los derechos humanos y, más falso aún, que él Tata hubiera delinquido.

Un tiempo después, en medio del escándalo Spiniak, en vez de sueño e imaginación, un nuevo embuche, el de médium. Sorprendió afirmando “Jaime Guzmán me habló y me dijo sigue a ese cura”.

Luego, estando en el ministerio de Piñera, se creyó que el progreso social (no sólo el económico) lo forja el neoliberalismo, porque en este sistema, si nos esforzábamos, todos podríamos ascender socialmente a los máximos niveles. Todos. Y entonces se puso a defender los negocios de gente como Paulmann. “Debería haber muchos Paulmann” proclamó.

Más aún, se convenció que su triunfo electoral en las primarias se produciría, inevitablemente, porque él era “un udi popular”, no como otros, y “la udi popular triunfaría en las poblaciones”.

Pero su efímero triunfo se debió no al apoyo popular sino al apoyo de los militares retirados (como se lo hicieron ver) y la gente rica de Las Condes.

Ahora, por fin proclamado candidato a Presidente –para lo que había trabajado toda su vida, como dice El Mercurio del 18 de julio- no podía, creo, sostener los infundios que le habían inculcado y en los que, culturalmente, había vivido.

Tendría que decir ahora, a regañadientes pero decir, que lo de Pinochet había sido… una dictadura.

Tendría que aceptar, a pesar de su homofobia, que los homosexuales… tienen derecho a vivir (y bien) en pareja (AVP)

Enemigo del aborto, debía decir- porque de votos se trataba- que se podía aceptar el aborto en casos extremos, como el del aborto terapéutico o el aborto tras violación.

Tenía que aceptar que el binominal fuere corregido porque su Presidente lo proponía, su partido lo aceptaba así y sus aliados se habían coludido con la DC y el centro para derogarlo.

Finalmente, su Jefe de Campaña lanzó el diagnóstico global: “Aquí hay una revolución política en marcha y no le hemos tomado el peso”. Él ¿podría enfrentarla?

Entonces, no pudo más.

No podría decir más “régimen militar”, o que “el matrimonio es sólo entre un hombre y una mujer”, o que “no al aborto, no a cualquier aborto, porque soy partidario de la vida”, o que el binominal.

Y el pobre sintió que, esta vez, hasta aquí no más llegamos.

La inmensa mayoría de las enfermedades son sociales. La mentira congénita del ambiente y la excepcionalidad cultural hacen profundo daño. Más aún cuando se intenta, nada menos, que de liderar un país “empoderado”.

Y en un carácter sensible y atarantado –que debió ser detectado por los amigos y cercanos que lo impulsaron como su líder nacional- todo eso lleva al abismo emocional.

Lo de Longueira, la renuncia indeclinable a una candidatura presidencial ya en marcha, es primera vez que sucede en la política chilena.

En Chile hubo políticos de derecha que llegaron a La Moneda, Alessandri Palma en 1938, Jorge Alessandri en 1958, Piñera en 2010, pero ellos no fueron educados en la falsificación histórica ni vivieron en la ficción hasta el colapso.

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20 jul 2013

El mall de Castro y el apego al derecho

Desde hace un año y medio se está hablando, mayoritariamente con opiniones críticas, de este equipamiento comercial erróneamente emplazado en el centro patrimonial de la ciudad de Castro y hasta la Unesco, organización internacional dependiente de la ONU, ha emitido negativos juicios sobre su estilo y volumen ya que no respeta la escala del sector en donde se están ejecutando sus obras.

Por la carga de ocupación de este mall, acorde a las claras disposiciones establecidas en la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones (OGUC), su acceso debería enfrentar una vía idónea para el respectivo tránsito vehicular, lo que no acontece ya que las vialidades circundantes son solamente locales y de servicio, insuficientes para absorber la circulación de los medios de transporte.

Es un hecho cierto que ahora en Chile los consumidores demandan nuevos y modernos centros de ventas de bienes y servicios y el emergente mercado del retail indicaba que en esa ciudad debía existir un mall, pero las autoridades municipales y el propio inversionista, ambos sacando cuentas alegres por los futuros réditos de la operación mercantil, se equivocaron rotundamente al decidir sin consular a los expertos el lugar exacto de su emplazamiento.

La negligencia se vio coronada con el hecho insólito de que su arquitecto proyectista es un profesional extranjero que, por lo tanto, desconoce la normas urbanísticas vigentes en nuestro país.

El mall es invasivo es exceso y por ello los miembros de la Delegación Chiloé del Colegio de Arquitectos de Chile, la agrupación Ciudadanos por Castro y otros tantos que saben de estas cosas han objetado el procedimiento administrativo implementado por el municipio y la práctica de su titular que avanza en la edificación haciendo caso omiso de las extemporáneas y numerosas órdenes de paralización de faenas cursadas por la Dirección de Obras Municipales de Castro.

Como el municipio ha demostrado debilidad para exigir el cumplimiento de la ley, fue necesario que la Fundación Defendamos la Ciudad y el Colegio de Arquitectos de Chile, recurrieran a la Contraloría General de la República (CGR) denunciando un cúmulo de irregularidades y malas prácticas detectadas en los procesos que concluyeron con los permisos truchos.

El órgano fiscalizador en un principio emitió el dictamen Nº 61211 del 3 de octubre de 2012 ratificando las acusaciones, resolución vinculante para el municipio conforme a lo preceptuado en la Ley Nº 10.336. Este informe de superior jerarquía mereció por parte de esa municipalidad una solicitud de reconsideración, la que no produjo efecto alguno ya que la CGR, en su nuevo dictamen Nº 32662 del 28 de mayo de 2013 confirmó todas las irregularidades reveladas.

Los artículos 148º y 157º de la Ley General de Urbanismo y Construcciones (LGUC), respectivamente, le entregan plenas atribuciones a los Alcaldes de las 345 municipalidades que hay en el país y a los 15 Secretarios Regionales Ministeriales (Seremis) de Vivienda y Urbanismo, para que adopten las medidas conducentes en orden a que los actores inmobiliarios que ejercen sus actividades productivas respeten la ley, su reglamento y los diferentes contenidos de los planes reguladores comunales.

Dichos artículos dicen que tales autoridades, en función del apego al derecho, pueden recurrir a la fuerza pública para que las construcciones ilegales se paralicen y hasta se demuelan, ello con el propósito de evitar la práctica muy chilena de los hechos consumados. Por motivos incomprensibles para nosotros, ni el alcalde de Castro ni el Seremi sectorial de la Décima Región ejercieron sus roles (sic).

La esforzada comunidad de Castro merece tener un mall porque la modernidad debe ser democrática y en tal sentido debe llegar a todos lados.

Somos muchos, diría la amplia mayoría de los 17 millones de habitantes de nuestro país, que estamos de acuerdo con esta necesidad, pero este equipamiento comercial obligatoriamente debe ceñirse a la ley porque en sentido contrario nuestra institucionalidad estaría entregando perversas señales al mercado.

Numerosos actores inmobiliarios cumplen rigurosamente las disposiciones urbanísticas que nos hemos dado y no puede ser posible que algunos empresarios procedan con probidad y otros más avispados intenten hacer lo que desean para mejorar las rentabilidades de sus inversiones.

Por ello es indispensable que Rodrigo Pérez Mackenna, ministro del ramo, quien conoce muy bien este luctuoso episodio, emita tan pronto sea posible una declaración pública al respecto ya que hasta el momento está ausente.

Y no solamente él, ya que este caso que se ha transformado en emblemático, nos debe hacer meditar a todos en orden al país que queremos.

En este sentido, la totalidad de los candidatos presidenciales que competirán en la justa electoral de noviembre deberían pronunciarse si apoyan la práctica del far west para generar crecimiento económico a todo evento o bien si exigen con convicción que ese mall finalmente se ciña en todas sus partes a los dos claros dictámenes de la CGR.

Independientemente de lo anterior y como las autoridades administrativas locales y del ejecutivo han brillado por su abandono, dos íntegras Juntas de Vecinos de Castro recientemente se han visto en la necesidad de interponer sendas acciones judiciales en contra de aquellos que incumplieron sus atribuciones entregadas por la ley.

Hay un recurso de protección y una acción de nulidad de derecho público, ambas en trámite, de tal forma que por la falta de servicio de las autoridades administrativas el caso se ha judicializado con los ingentes gastos en pago de honorarios a los abogados litigantes.

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