06 ago 2014

A río revuelto ¿ganancia de emprendedores?

Poniendo atención a los medios de comunicación en lo relacionado al Protocolo de Acuerdo de la Reforma Tributaria, me terminé por convencer que estamos frente a un error de comunicación y lenguaje.

Cuando una persona le cuenta a otra que va iniciar su propio emprendimiento y le dice “voy a montar una Pyme” todos entendemos a lo que esta persona se refiere.Ni a usted ni a mí se nos viene a la mente la definición del SII que indica que son Pymes aquellas empresas que en términos de ventas anuales se encuentran en el rango de entre los $57 millones a los $2.406.072.000 millones.Entonces ante la pregunta ¿puede ser Pyme quien logra una “utilidad mensual” de $16.000 millones, algo así como $200 millones anuales? La respuesta es sí.

La Reforma Tributaria impulsada por el Ejecutivo no sólo busca recaudar los US$ 8.200 millones, equivalentes al 3% del PIB, sino también una mayor equidad social. Según el SII una microempresa es aquella que posee una “venta anual” inferior a 2.400UF ($57 millones aprox.). Según el Ministerio de Economía este segmento representa al 75,2% de la totalidad de empresas en Chile y registra tan sólo el 2,0% de la participación de las ventas a nivel nacional, lo que hace ver en estas cifras el importante rezago que presenta dicho sector. Pero ¿por qué estas microempresas no logran despegar?

Desde nuestra perspectiva, el Protocolo de Acuerdo de la Reforma Tributaria no empareja la cancha entre “Grandes” y “Chicos”, ya que muchas empresas que están más cerca de ser grandes que de ser pequeñas podrán optar a los beneficios firmados.

La progresiva muerte de emprendimientos y Mipes en nuestro país se debe a que estas entidades compiten a la par con las grandes empresas. No existe ninguna ventaja frente al impuesto de primera categoría ni tampoco existen mecanismos especiales para que los emprendedores no paguen impuestos en sus primeros años de vida, tal como sí existe en países como Colombia, donde quienes parten no pagan impuestos durante los dos primeros años y luego van sumando una carga tributaria de forma progresiva, marcando una verdadera política pro emprendimiento y pro pyme.

Sólo a modo de paréntesis, durante la discusión de la reforma no se escucharon voces que postularan un alza de impuestos de primera categoría a las grandes empresas, al menos para igualar a nuestros países vecinos en donde estos impuestos igualan o superan el 30%, escenario que en ningún caso ha frenado la inversión y el crecimiento económico.Es paradójico que nuestros grandes empresarios inviertan en países como el Perú, Colombia, Brasil y Argentina en donde deben pagar mayores impuestos que en Chile y en donde simplemente el que gana más, también paga más.

Según Ricardo Ffrench-Davis, doctor en Economía y magister de la Universidad de Chicago, ingeniero comercial de la Pontificia Universidad Católica de Chile y uno de los forjadores de la inicial Reforma Tributaria, serán cerca de 16.000 empresas que están en la punta de arriba del ingreso las que podrán optar a los nuevos beneficios y que sin duda no se pueden encasillar en un sector bajo o medio de nuestra sociedad.

Por otra parte, dada la complejidad de hacer calzar los cuatro regímenes especiales para las Pymes, más la puesta en marcha de dos sistemas de tributación, las atribuciones del SII en aspectos de fiscalización sin duda deberán ser mayores para controlar la elusión, escenario en el cual sabemos que las grandes empresas nuevamente llevan la delantera con departamentos dedicados a cuadrar cifras, conocimiento y otros artilugios, algo completamente distintos a la realidad que enfrentamos los pequeños.

Si la Reforma Tributaria buscaba igualdad social, al parecer los Micro, Pequeños Empresarios y Emprendedores nuevamente veremos el tren pasar. Se deberá seguir marcando el paso, sobreviviendo y haciendo honor a la ya mítica frase “en la boca de todos, pero en las manos de nadie”.

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05 ago 2014

Nuestra dura realidad y los nuevos desafíos

El segundo informe “Infancia Cuenta en Chile 2014”, elaborado por profesionales del Observatorio Niñez y Adolescencia, abarca un extenso dominio monitoreado en cinco áreas: entorno familiar y social; autonomía y ejercicio progresivo; salud; educación, actividades culturales y de recreación y derechos y libertades civiles. Asimismo, en su ejercicio el monitoreo destaca cuatro rasgos característicos esenciales.

1.Todos los derechos, lo que implica un entendimiento global de todas las dimensiones que contiene la Convención de Derechos del Niño.

2.Todos los niños, niñas y adolescentes, entendiéndose que aquellos menores de dieciocho años residentes en Chile, cualquiera sea su edad, género, clase social, etnia u otra condición sonobjeto de atención para la garantía universal de derechos.

3. Ejercicio de los derechos, no sólo bienestar: el ejercicio de los derechos debe llevar consigo el fortalecimiento de las capacidades de los niños, niñas y adolescentes para que éstos sean exigidos, así como la obligación del Estado de Chile como garante principal de esos derechos.

4. Autonomía de la sociedad civil y academia, se refiere a la libertad e independencia al momento de plantear una evaluación de las políticas públicas orientadas al mundo infanto-juvenil.

Del informe queda en evidencia, en primer lugar, que un 22.8% de la población infantil en Chile se encuentra bajo la línea de pobreza; esto significa 8.4 puntos porcentuales por sobre el total nacional(14.4%).

De esta cifra, las regiones de la Araucanía y Bío-Bío son las que presentan el mayor porcentaje de pobreza en niños, niñas y adolescentes, con el 33% y 30.8% respectivamente.

En el ámbito de la necesidad extrema, la IX Región alcanza una indigencia infantil del 8.2%, cifra que casi duplica el promedio nacional de 4.5%; si a esto se le agregan las variables de género y distribución geográfica, resalta especialmente la situación de las niñas entre 6 y 13 años en La Araucanía, con una indigencia que llega al 9.4% (más del doble del promedio nacional).

Para enfrentar esta situación, Sename implementó una mesa por la infancia mapuche que precisamente busca, a través de un enfoque intersectorial,articular el trabajo integral en la garantía de los derechos de niños, niñas y adolescentes de la región.

Conjuntamente, estamos diseñando un modelo de representación jurídica multicultural por medio de la figura de un Comisionado para la Infancia,cuya labor radica en que ningún niño mapuche quede desprotegido.

La medida constituye un hito en la protección infantil de pueblos originarios, además de marcar un punto de inflexión importante en relación a la administración anterior.

Otro aspecto relevante en “Infancia Cuenta en Chile 2014”, es la distribución geográfica de la violencia intrafamiliar, debido a que son las regiones extremas donde existe mayor tasa de niños, niñas y adolescentes afectados por denuncias de esta clase.Arica y Aysén, con una tasa de 365.4 y 386.3 niños/as afectados, respectivamente.

Si a estos elementos agregamos el componente de densidad geográfica, es indiscutible que lo alarmante de las cifras no puede dejar a nadie indiferente.

De la misma forma,tampoco nos puede dejar indiferentes cómo el 62.7% de este tipo de acusaciones involucra a niñas, lo que debe ser incorporado como elemento de reflexión y trabajo exhaustivo,en la misma línea con el 79.2% de denuncias que afectan a las mujeres por violencia sexual.

Este dato se ha visto incrementado en el último tiempo, ya que al ser un tema cada vez más expuesto,lleva a un mayor número de denuncias y por ende a poner fin al velo de silencio que amarra a las víctimas. Los porcentajes dejan en clara evidencia que violencia de esta naturaleza afecta principalmente a las mujeres, hecho que ciertamente guarda coherencia con las asimetrías de poder al interior de muchos hogares chilenos.

Como Sename, tenemos la obligación de tomar la iniciativa con el objetivo de reducir estos porcentajes; por ello, hemos puesto en marcha el proyecto de instalar nuevas Oficinas de Protección de Derechos (OPD) por cada comuna de Chile en los próximos 4 años,razón por la cual hemos suscrito como institución un convenio con la Asociación Chilena de Municipalidades para llevar a cabo dicho proyecto.

Creemos que este es un paso significativo, que permitirá contar con una cobertura integral e imparcial en la protección de los derechos de la infancia y adolescencia en todo el territorio nacional.Paso que también deberá garantizar que nunca sean un obstáculo la ubicación geográfica, género, condición socioeconómica o procedencia de ningún niño, niña o adolescente vulnerado, pues todos, al ser sujetos de derecho, merecen y necesitan nuestra protección por igual.

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05 ago 2014

¿Qué tan responsable es la ONU?

Como profesora de Derecho Internacional (DI) y Relaciones Internacionales -pero por sobre todo como persona- siento mucha impotencia y rabia al observar lo que está ocurriendo no solo en Gaza sino que en muchos lugares del mundo.El sufrimiento de población civil, las muertes de inocentes (más aun si son niños/as), el desplazamiento forzado y el sometimiento a vivir en condiciones infra humanas de muchas personas, no puede sino remover conciencias. Gaza, Siria, Libia, Mali, Sudán, Nigeria, Ucrania… la lista, lamentablemente, es larga.

Se suele criticar con acidez tanto al DI como a la ONU. Indudablemente mucho de cierto tienen dichas críticas pero también pecan de imprecisión y desconocimiento del sistema y las relaciones internacionales.

La guerra, como tal, existe, ha existido y seguirá existiendo en el escenario internacional. Así como una ley nacional no puede borrar de un plumazo los asesinatos, las violaciones, los robos o la pederastia, tampoco la existencia de un ordenamiento internacional puede eliminar de raíz la violencia internacional.

Sin embargo, en especial luego de las atrocidades de las guerras mundiales, se ha avanzado en establecer un sistema de normas que prohíben la guerra como medio lícito de solucionar conflictos o adquirir territorios y que limitan las consecuencias de los enfrentamientos armados. Así nace el Derecho Internacional Humanitario. Al mismo tiempo, se han hecho grandes esfuerzos por establecer las bases de una justicia penal internacional, cuyo mayor ejemplo es la Corte Penal Internacional.

No obstante los avances –de los cuales han participado los países de la ONU-, son los propios Estados los que han ido poniendo los mayores obstáculos a un avance más rápido y profundo en estas materias.

Las Naciones Unidas es una organización internacional y como tal, los Estados que la crearon establecieron sus competencias en su tratado constitutivo: la Carta de las Naciones Unidas. En el se establece que corresponde al Consejo de Seguridad (C.deS.) el rol primordial de mantener la paz y seguridad internacional.

Cuando existan situaciones de amenaza o quebrantamiento de la paz o acto de agresión, para adoptar medidas coercitivas en estas materias el Consejo debe cumplir con dos requisitos: aprobar las decisiones con un mínimo de 9 votos (de 15 que es el total de miembros) y que ninguno de los 5 miembros permanentes (Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido y China) ejerza el llamado “derecho de veto”.

Este derecho de veto no está establecido como tal en la Carta pero la interpretación del art. 27 ha dado lugar a esta expresión (se considera que la abstención no equivale a ejercicio del veto).

De esta manera, lo que negociaron en su momento en Yalta (1945) Stalin, Roosevelt y Churchill, quedó como una garantía (más bien “amarre”) para los 5 grandes de no intervenir en conflictos sin su consentimiento.

La idea principal era establecer un sistema de seguridad colectiva y actuar allí donde los 5 estuvieran de acuerdo para restablecer el imperio del Derecho. Sin embargo, los que en su momento eran aliados, prontamente comenzaron a ser adversarios.

Con el correr de la Guerra Fría este “derecho de veto” se politizó y fue usado para bloquear decisiones que fueran en contra de sus intereses nacionales o de sus aliados, lo que llevó a una parálisis de la ONU. Además, las razones de los bloqueos no siempre fueron las mejores, permitiendo que grandes masacres se produjeran sin que la ONU pudiera intervenir más que en ayuda de las víctimas a través de sus agencias especializadas.

Con el término del sistema bipolar se pensó que finalmente el sistema de seguridad colectiva funcionaría. La Guerra en Irak de 1990-1991 fue el momento en que muchos pensaron que así sería al ordenar el Consejo de Seguridad la intervención “por todos los medios necesarios” para restablecer la soberanía de Kuwait violada por el régimen de Sadam Hussein.

Dicha resolución fue votada favorablemente por EE.UU. Francia, Rusia y Reino Unido (China se abstuvo, no impidiendo su adopción). Demasiado temprano el entonces presidente George Bush habló de un “Nuevo Orden Mundial”, que más bien tenía los ingredientes de un “desorden mundial” cuyas consecuencias estamos observando hasta el día de hoy.

Bastó esperar poco tiempo para ver nuevamente bloqueado el Consejo de Seguridad y, por ende, la ONU. La guerra en los Balcanes fue el escenario en que nuevamente la parálisis llegó. Lamentablemente, esa situación se ha venido repitiendo en los últimos años.

EE.UU. históricamente ha votado en contra de proyectos de resolución que buscaban sancionar a Israel. Siria es otro ejemplo dramático en que Rusia y China se han opuesto a medidas coercitivas contra el régimen de Bashar al-Asad. Fue necesario esperar dos años, miles de muertos y el uso de armas químicas para ver, por fin, que el Consejo permitiera ordenar abrir un cordón humanitario y forzar a Siria a deshacerse de sus armas químicas bajo responsabilidad de la ONU.

Así, ante las críticas, es necesario resaltar que la ONU realiza un trabajo permanente, constante, casi silencioso para la opinión pública, en muchas materias que van desde la ayuda humanitaria y a los refugiados hasta la regulación de la aviación civil, el medioambiente, los derechos humanos, la educación, la alimentación, la ciencia y la cultura, entre muchos otros amplios campos.

Sobre todo la labor humanitaria se realiza la gran mayoría de las veces en condiciones difíciles y con riesgo de la vida de sus funcionarios pero que, de no realizarse, nadie llegaría a rincones del mundo en que la población muere de hambre o producto de las guerras o catástrofes naturales.

Por lo tanto, pese a los errores y debilidades que como institución adolece, es a los Estados – en especial los 5 grandes del Consejo de Seguridad- a quienes debemos exigir acción. Los Estados siguen siendo los grandes actores del sistema internacional que, pese a los avances, se sigue caracterizando por una suerte de “anarquía internacional”.

Las organizaciones internacionales y la sociedad civil tienen voz en el concierto internacional y la presión que ejerzan ante los Gobiernos de los Estados es la vía para lograr avances que no siempre los países están dispuestos a conceder, ya sea en defensa de una mal entendida soberanía, por intereses nacionales o por miedo a perder poder.

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05 ago 2014

¡Bien Palma!

Las recientes declaraciones de Andrés Palma, Coordinador de la Reforma Educacional, vuelven el cauce de la discusión a su esencia y punto natural de partida: el fortalecimiento de la educación pública.

La verdad es que ello se agradece sobremanera, cuando el estado del “debate público”, y en esto no hay que culpar únicamente a los detractores de la reforma, está yendo por derroteros que no sólo no aportan al tema de fondo sino que lo distorsionan y empantanan.

El mensaje y compromiso fundamental del Gobierno, reiteradamente señalado por la propia Presidenta Bachelet, es claro y preciso: “aspiramos a una educación pública gratuita y de calidad”.

Si bien no es evidente aún, se asume que mediante la reforma tributaria se podrá contar con los recursos requeridos para ello.

Respecto de la calidad de la educación pública, sabemos que es un tema de suyo complejo, ya que involucra moverse en varios ejes con diversos actores, y adoptar definiciones de fondo que implica enormes esfuerzos para intentar aunar múltiples visones existentes, a la vez que sortear los ataques de quienes ven amenazados sus intereses.

Ahora bien, asumiendo por una parte que finalmente se logra consolidar un proyecto de educación pública de calidad, con acceso universal y gratuito en los niveles pre escolar, básico y medio, y por otra, no hay forma que no sea así (aunque no resulte lo adecuado si el objetivo es la integración social), se mantiene el sistema de educación privado cien por ciento pagado por los apoderados u otros particulares, ¿qué sentido tienen los establecimientos subvencionados si se elimina el copago?

¿Podrá un sostenedor privado que no reciba aportes de terceros particulares, y que se asume percibirá los mismos recursos por alumno que un administrador público, dar un servicio educacional de, al menos, igual calidad, en instalaciones apropiadas y pagando remuneraciones equivalentes al sector estatal a profesores y funcionarios?

Alguien podrá contestar que sí, en cuanto logre un mayor nivel de eficiencia en su gestión que en los establecimientos administrados por el Estado (en cualquiera de sus formas). Es posible, pero hay que considerar que un sostenedor, salvo que se trate de un filántropo, requiere y es legítimo que, como toda persona, sea remunerado por su trabajo y por su inversión.

Porque, en realidad, no es creíble aquello de que los privados no obtendrán beneficios económicos, más allá de que se les imponga organizarse como fundaciones o corporaciones sin fines de lucro. Sabemos que eso no tiene sentido, siempre se buscará la forma de hacerlo y, además, es muy difícil de controlar de modo permanente.

Si esta vez queremos avanzar de verdad en una reforma educacional de fondo, es imprescindible que seamos completamente sinceros y apuntar a lo que importa: una educación pública con programas de enseñanza comprehensivos y actualizados, recursos materiales y tecnológicos adecuados, instalaciones de calidad (incluidas las deportivas y para actividades artísticas y de recreación), equipos profesionales multidisciplinarios para atender a los niños y jóvenes de manera integral y, por cierto, lo esencial, profesores altamente calificados, muy bien pagados, con jornadas que les permitan contar con tiempo para planificar, preparar sus clases y descansar adecuadamente, con acceso a programas de perfeccionamiento permanente, sujetos a evaluación sistemática y que perciban incentivos efectivos por logros.

Parece simple y evidente, pero, insisto, en la “discusión pública” no queda tan claro que esto sea la prioridad.

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05 ago 2014

Nueva Mayoría existe porque cambió la sociedad

La frase de Gutenberg Martínez “Nueva Mayoría es un acuerdo político programático que tiene fecha de caducidad“ revela la incomodidad con que en algunos sectores de la DC vive la pertenencia a un pacto que, yendo más allá de la Concertación, agrega a fuerzas de centro y de izquierda unidas en torno a un programa de transformaciones, construido de manera común, que el país votó mayoritariamente y que Bachelet está decidida a concretar.

Este sector siente que en la Nueva Mayoría las posturas de la DC se ven poco reflejadas y que en ella existe una hegemonía de izquierda que debilita el rol de centro que la DC representa en el cuadro político chileno. Este malestar debe ser recogido, aun cuando es evidente que la DC juega un rol fundamental sea en la formulación que en el trámite de las reformas y que ello no se condice con el lenguaje de victimización que algunos adoptan.

Más allá de lo extemporánea que resulta la afirmación de Martínez sobre los plazos de la alianzas, lo cierto es que este sector de la DC siente nostalgia de una Concertación donde el eje de la centro izquierda estaba predefinido, era el núcleo de las decisiones y jugaba también un rol de contención de reformas que pudieran alterar los equilibrios de una transición que duró 20 años y que se inspiró en la política de los consensos y de los cambios posibles.

Sin embargo, las alianzas políticas no resultan de caprichos o determinaciones cupulares de sus actores, sino que se configuran y existen mientras las condiciones políticas y sociales que permitieron crearlas predominan y al cambiar ellas se modifican y surgen otras que reflejan los nuevos desafíos que se proponen las sociedades.

Ello es lo que ha ocurrido con la Concertación por la Democracia, que le dio a Chile cuatro gobiernos democráticos, reinstaló la democracia, las libertades y una política de equidad que redujo la pobreza y creó nuevas oportunidades para millones de chilenos, pero que cumplió su rol y era estrecha en su conformación y mensaje para el nuevo ciclo político y social, de profundos cambios, que vive Chile y el mundo.

Nueva Mayoría surge como expresión de una sociedad que exige nuevas transformaciones que tocan aspectos esenciales de como el modelo neoliberal articuló la educación, la salud, el sistema previsional, estableciendo un sistema de profunda desigualdad y discriminación que ya no es posible mantener en el siglo XXI.

De una ciudadanía que quiere una democracia participativa, mayores libertades individuales, una política transparente de parte de los partidos, una Nueva Constitución legítima en su origen.

Nadie ha regalado nada a quienes la integran. El PC, cuya presencia en el pacto molesta ideológicamente a Martínez, encabezó con sus líderes juveniles al movimiento estudiantil del 2011 que instaló una Agenda educacional que ha sido recogida por el Programa de Bachelet .

Los proyectos que han sido enviados al parlamento para lograr el fin del copago, de la selección arbitraria y que impulsa la gratuidad para que la educación sea un derecho y juegue un rol integrador en una sociedad profundamente desintegrada y por aquellos, que se enviarán al parlamento en el segundo semestre, que fortalecerán la educación pública y crearán un nuevo escenario en la educación superior, forman parte de la esencia de un compromiso común que la DC y la izquierda, expresadas en la Nueva Mayoría, han comprometido al país.

La duración en el tiempo de la alianza Nueva Mayoría más que de determinaciones en la Junta, en los Consejos o en el Comité Central de los partidos, dependerá del éxito que el gobierno de Michelle Bachelet tenga en imponer las reformas y en que ellas canalicen las aspiraciones de una vida mejor para la mayoría de los chilenos.

La propia suerte de los partidos dependerá de la coherencia que ellos tengan en sostener las reformas, por cierto, con la capacidad de enriquecer, corregir, en el debate político y en el parlamento, los instrumentos que se utilicen y de ampliar la base de acuerdos con que ellas se aprueban.

Por tanto, la frase de Martínez, que suena como una advertencia, no tiene asidero, porque son las sociedades y el nivel de desarrollo que alcanzan, las que determinan el tipo de alianzas que se configuran en el plano político y ellas están cada día más determinadas por una ciudadanía que tiene la capacidad de comunicar, de auto convocarse, de incorporar temas y visiones nuevas en la política.

No estoy entre los que creen que detrás de la frase de Martínez haya un intento de recluir a la DC en un nicho conservador y alejar a este partido del liderazgo de la Presidenta Bachelet. Por lo demás, el enorme apoyo del cual goza la Presidenta no es un liderazgo de la izquierda, ni sirve para establecer una hegemonía de la izquierda, sino es un liderazgo ciudadano, de un país progresista conectado con cambios profundos que todos los partidos de la Nueva Mayoría tienen la obligación política y ética de impulsar.

No hay que olvidar que el momento de mayor hegemonía de la DC fue bajo el gobierno de Eduardo Frei Montalva que impulsó avanzadas reformas en la sociedad y marcó con su figura buena parte de la política chilena. No fueron las políticas conservadoras, ni la forma palaciega de hacer política o los acuerdos de cúpulas lo que transformó a la DC en el primer partido de Chile, sino el encabezar audaces reformas sociales e incorporar a nuevos actores en la vida nacional.

Es cierto que ello ha cambiado, no solo para la DC sino para todos los partidos.Ninguno de ellos tiene, por sí solo, el peso electoral del pasado y esto tiene múltiples y profundas razones sociopolíticas y culturales en un mundo tan distinto como el que vivimos. Pero sectores de la DC viven mal la pérdida de su peso electoral y tienden a dar una lectura equivocada sobre las razones de este fenómeno.

Manifestación de ello es la búsqueda permanente de una referencia a un centro político que ya no es el mismo del pasado o a capas medias que hoy tienen una morfología social, aspiracional, psicológica, completamente diversa de aquellas de la segunda mitad del siglo XX.

No existe más el mundo ordenado en las clases sociales del capitalismo industrial, ni los mega relatos de las ideologías que contextualizaron el mundo en el pasado.Las capas medias no son un grupo social uniforme y cuya expresión política pueda ser categorizada en un partido, son mucho más liberales, transversales y políticamente adhieren a las más diversas opciones. Es imposible hoy decir que un partido es el de la clase obrera o de las capas medias ya que la sociedad está estructurada de manera compleja.

Tampoco en el plano doctrinario es posible establecer irreconciliables diferenciaciones ya que ninguna de las ideologías que dominaron la política del siglo XX, incluido el personalismo comunitario que inspiró el humanismo demócrata cristiano, tienen el peso del pasado en la construcción de la imaginaria y de la subjetividad de las sociedades del siglo XXI.

Por ello, todos los partidos están obligados a reinventarse y parte de ese proceso, en la DC como en la izquierda, es el haber conformado alianzas programáticas de fuerzas diversas para recuperar la democracia, consolidarla en estabilidad y construir mayores condiciones de justicia e igualdad.

Estos objetivos representan valores comunes que son sustantivos y dan sentido a la alianza de centro izquierda. Para ello ha existido la Concertación por la Democracia y para ello existe hoy también la Nueva Mayoría y todo intento hegemónico choca con la razón esencial de que son fuerzas que se necesitan cultural, política y socialmente para llevar adelante procesos de cambios que reúnan la voluntad mayoritaria de los chilenos.

Todos los partidos de la Nueva Mayoría y el gobierno tienen el deber de cuidar esta alianza que da sustento político a las reformas estructurales que el país requiere para su desarrollo.

No es por separado que se ha construido una hegemonía política y cultural progresista en el país, ella nace de la unidad del centro y de la izquierda y del peso que los movimientos sociales y la ciudadanía han adquirido en la determinación de una agenda de cambios, los más profundos que enfrenta la sociedad chilena pos dictadura.

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05 ago 2014

La DC y la piedra en el zapato

Un alto dirigente de la Nueva Mayoría señaló que la Democracia Cristiana era una piedra en el zapato y que, agregó otro, éramos siempre el problema.Los dichos mencionados son claros y precisos.Para algunas personas nos hemos transformado en algo que les molesta y lo que queda por dilucidar es saber si se sacarán la piedra y la tirarán fuera, o si cambiarán de calzado que les permita caminar con la Democracia Cristiana.

Por obvias razones este aspecto del acontecer nacional político estuvo en el centro del debate en la última Junta Nacional en que nos tocó participar.Algunos distinguidos y apreciados camaradas han publicado en esta sección opiniones sobre el mencionado acto político, de cómo lo entendieron y las consecuencias que del mismo sacan.

Resulta bastante claro que existen dos amplios sectores en la Democracia Cristiana que podríamos apuntar como uno que se siente singularmente cómodo con el papel que estamos jugando en el gobierno y otro, que es mayoritario, que reclama una mayor participación en lo cuantitativo en el quehacer de las profundas transformaciones que será necesario hacer en el país y que no son por cierto solo aquellas que hoy están en curso.

Estos sectores tuvieron sendos representantes en el escaso debate, y a mí me pareció que hubo un esfuerzo intelectual de muy alto nivel del camarada Gutemberg Martínez, quien con gran convicción y espíritu constructivo, sin odiosidades manifestó su preocupación por este aspecto y en particular porque el partido no perdiera su identidad en la tarea diaria en el gobierno, en un accionar que resultara casi irrelevante.

La tesis que se presentó tenía coherencia y se enraíza en un viejo anhelo de muchos demócrata cristianos de mantener un cuerpo de ideas propio y un accionar de acuerdo a ellas que implique un aporte diverso en un acuerdo político muy amplio y muy complejo por esa misma razón.

En tal acto partidario se presentaron estas cosas de una manera a veces no prudente como exacerbando divisiones que no tienen la profundidad de otras que hubo antaño en el partido. Incluso algunos llegaron a desarrollar un discurso catastrofista que nos llevaría a una alianza con la derecha como alternativa a la situación que nos preocupa.

Nos resulta valioso que se hiciera caudal de la importancia de la identidad partidaria, materia que finalmente se reflejó en el voto político y ello por la simple razón de que toda nuestra historia ha estado jalonada por una tensión entre lo que somos, queremos ser o debemos ser y la necesidad de juntarnos con otros para hacer los cambios que Chile requiere.

No hay dos opiniones en el partido sobre la necesidad de cambiar la sociedad chilena y nos atrevemos a decir hay claros atisbos de que vamos a tener que hincarle el diente al tema de las estructuras sociopolíticas y económicas.

En esa Junta recordamos el camino propio de 1964 a 1970 y el costo que se pagó por la incapacidad de buscar acuerdos cuando parecía que el partido había tocado el cielo.

Fueron tantos los cambios como la reforma agraria, la sindicalización campesina, la organización social de pobladores y vecinos, la reforma educacional que significó un paso gigante en la alfabetización, que nos pareció que éramos capaces de hacerlo todo solos.

Los hechos posteriores de 1970 a 1973 demostraron que no habíamos acertado y que incluso a pesar de nuestros esfuerzos no logramos mantener un equilibrio precario en la política chilena y finalmente las placas tectónicas nos llevaron al desastre.

Nuestro partido no se quedó en la estacada ni paralizado. Nuestros más preclaros miembros de 1973 a 2000 transformaron al partido en un verdadero servicio público en la defensa de los derechos humanos y también en la denuncia de los abusos económicos de la dictadura y por si fuera poco fuimos nosotros los que concertamos a una oposición variopinta para enfrentar el plebiscito para derrotar a la dictadura en un hecho al que hoy las nuevas generaciones restan valor y hasta llegan a caricaturizar por no haber logrado efectuar a partir de esa fecha todos los cambios a que aspirábamos en ese mismo acto.

Algunos todavía no entienden que el triunfo político no era una revolución política.A veces un triunfo político es más que una revolución, dura más y el país sufre menos.

A partir de año 1990, consolidada la Concertación por la democracia, se logró el objetivo primordial y recordamos a mis camaradas que ello no fue fácil y que las estructuras económicas de la poderosa derecha se consolidaron y aún más se reprodujeron ilimitadamente llegando a un nivel de concentración de poder económico nunca visto en el país. En lo político ayudamos a la reconstrucción electoral de los partidos radical, PS y PPD mediante acuerdos electorales inteligentes y poderosos.

Es difícil entonces para nosotros entender porque hoy hemos sido puestos en un segundo plano. Incluso aunque se niega tal hecho en algunos actos públicos, en la práctica es tan evidente que como lo expresamos en la Junta basta solo recordar que en las áreas claves no hay demócrata cristianos.

La reforma política, la tributaria, la educacional, la energética y los temas valóricos están sólo en manos de directores de orquesta de la izquierda de la Nueva Mayoría y eso nos resulta incomprensible, además de erróneo. Nuestra tarea es hacer ver este problema y no encastillarnos en discusiones que nadie comprende entre nosotros mismos.

Recordamos y rendimos un homenaje a Narciso Irureta y a Jaime Castillo que siempre estaban mirando el interés partidario, sin mezquindades.En este momento no resulta correcto inventar una dialéctica interna como la que hubo entre Frei y Tomic, entre Aylwin y Fuentealba o entre Valdes y Aylwin. Esos camaradas, verdaderamente históricos, tuvieron razón para plantear diferencias de fondo sobre materias auténticamente graves.

Hoy nuestro problema radica en que queremos participar en mayor medida en un gobierno que es nuestro en el que no podemos aceptar que todo lo importante,incluyendo la presidencia eternamente esté en manos de la izquierda y la tarea de gobernar se haga sin nuestro sello.

La reacción frente a ciertos proyectos en que le ha tocado participar a algunos camaradas en las reformas tributaria, educacional y reforma binominal no es sino la consecuencia lógica de la falta de un buen diseño político y de la ausencia de una instancia pre legislativa.

Comete un gravísimo error la izquierda si cree que somos una piedra en el zapato y espero sinceramente que corrijan ese error a la brevedad.Se trata de una muy mala metáfora y es la manifestación de un error conceptual grave que debilita el mínimo afecto comunitario que requiere el funcionamiento de un acuerdo programático que puede transformarse, si hace las cosas bien, en una coalición de largo aliento.

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04 ago 2014

En esta hora, somos palestinos

Por las mismas razones por las que nos sigue estremeciendo el recuerdo del Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial, cuando millones de judíos fueron víctimas del horror nazi, y por las mismas razones por las que condenamos toda forma de antisemitismo y racismo, es que hoy alzamos la voz para expresar nuestra condena a los crímenes sin nombre que el ejército de Israel comete contra el pueblo palestino en la Franja de Gaza.

El gobierno de Benjamín Netanyahu no alcanza siquiera a imaginar cuánto ha contribuido en las últimas semanas a generar un sentimiento de indignación en contra de su país en todo el mundo.

Los grupos ultranacionalistas e integristas de Israel quizás desprecian la reacción internacional, de la que es expresión elocuente el llamado del secretario general de la ONU “a detener esta locura”, pero el Estado de Israel no puede basar su propia seguridad en la desconfianza que inspira. Los actos de sus gobernantes le están acarreando un inmenso desprestigio en todas las latitudes.

Lo que la mentalidad extremista no es capaz de asimilar es que ciertas “victorias” se vuelven finalmente en contra de los vencedores por estar moralmente descalificadas ante el mundo. Está a la vista el poderío militar del Estado de Israel, pero ello no basta para ganar el respeto y la simpatía de las demás naciones; si esas armas están al servicio de una política que es imposible no asociar con el apartheid, no serán suficientemente poderosas para impedir que se extienda en todos los continentes un sentimiento de repulsa por su uso indigno contra los habitantes de Gaza que, con toda propiedad, representan hoy al David bíblico.

Es una obscenidad invocar el Holocausto para validar las muertes de niños palestinos en Gaza. También lo es la demagógica calificación de antisemitas a quienes condenan esos crímenes. Los horrores del pasado no pueden justificar los horrores de hoy.

¿Acaso tenemos que aceptar que los perseguidos de ayer tienen derecho a ser perseguidores hoy? ¿Es que ya no hay principios de civilización y, por lo tanto, condenamos los actos inhumanos dependiendo de quiénes sean las víctimas y quiénes sean los victimarios?

Detrás de las operaciones militares de Israel, se entrelazan varios propósitos políticos de Netanyahu. Uno de ellos es afirmar su propio liderazgo interno, amenazado por algunos socios de gobierno, como Avigdor Lieberman, que dimitió el 6 de julio como ministro de relaciones exteriores por considerar que Netanyahu no hacía lo necesario para impedir que el Estado palestino gane legitimidad en la ONU y consideraba “blanda” la acción militar contra Gaza.

Objetivo estratégico del gobierno de Israel es impedir la formación de un Estado palestino plenamente soberano, para lo cual trata de frustrar la posible unidad de Al Fatah y Hamas; algunos analistas señalan que el gobierno israelí no se propone destruir a Hamas, organización derechista-islámica, pues sus acciones resultan funcionales a Israel y sirven de pretexto para ofensivas como la que está en curso. Los estrategas israelíes buscan radicalizar a Hamas y, en lo posible, provocar un conflicto dentro de las fuerzas palestinas.

Al exhibir su poder militar, el gobierno de Israel hace pedagogía del terror en la zona, lo cual le sirve además para demostrarle al gobierno de EE.UU. que no necesita su autorización para emprender una ofensiva militar en gran escala, la que, obviamente, busca abortar cualquier plan de negociación que pueda impulsarse desde Washington.

Es obvio que el gobierno de Obama pagará un alto costo político por avalar las acciones militares en Gaza con el argumento de que “Israel tiene derecho a defenderse”. Nadie puede objetar tal principio, pero es muy difícil probarle al mundo que el ejército israelí solo se ha limitado a ejecutar acciones defensivas.

¡Hay que parar esta matanza! No es posible cruzarse de brazos frente a ella. La responsabilidad de EE.UU., Europa, China, Rusia, de la comunidad internacional en su conjunto, es buscar una vía política que permita detener la barbarie. También los países de América Latina deben alzar su voz. Hizo bien el gobierno de Chile al llamar a nuestro embajador en Tel Aviv.

Al igual que el pueblo de Israel, el pueblo palestino tiene derecho a vivir en paz en una patria con fronteras definidas y seguras, lo que implica poner término a su prolongado avasallamiento. En esta hora, millones de hombres y mujeres de todas las razas y culturas nos sentimos estrechamente hermanados con el pueblo palestino.

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04 ago 2014

¿Qué oposición?

¿Qué pretende la oposición? La respuesta parece simple: volver al gobierno. Sin embargo, el asunto se complica si se pregunta ¿para realizar cuál proyecto? ¿En nombre de qué ideas?

La derrota en la elección presidencial y parlamentaria ha hecho patente una crisis de fondo en la derecha, cuya primera manifestación es su fragmentación política. Cuando alguno de sus políticos o intelectuales clama por la “lealtad a nuestras ideas” o llama a preservar la “identidad del sector”, sus palabras resuenan como el tañido de una campana lejana.

Tampoco hay acuerdo entre ellos sobre el real significado del gobierno de Sebastián Piñera. Algunos lo acusan de haber cedido en los principios y haber gobernado con ideas ajenas; otros, de no haber impulsado con decisión el surgimiento de una “nueva derecha” libre del peso del régimen militar. Por eso – a diferencia de lo ocurrido con M. Bachelet cuando terminó su primera presidencia – no hay consenso sobre su regreso a la Moneda.Incluso hay sectores que como lo expresa J. Novoa, se oponen a esa hipótesis.

En la dirección de la UDI y de RN ha habido un cambio generacional importante. Pero todavía los nuevos dirigentes no logran perfilar una línea política renovada.La discusión sobre la nueva declaración de principios de la UDI y, en especial, sobre la forma de tratar la dictadura de Pinochet, no encuentra hasta ahora una fórmula de consenso.

Quienes quieren emitir un juicio más categórico de crítica por las violaciones a los derechos humanos y las libertades públicas, no logran vencer la resistencia de quienes quieren mantener el equilibrio entre “lo positivo y lo negativo” de su obra y herencia.

RN, por su parte, dice buscar el centro político, pero margina a Amplitud, mantiene una firme adhesión a ciertas posturas conservadoras y ha mostrado una posición bastante agresiva hacia la reforma educacional del gobierno. Incluso pareciera que A. Allamand quisiera proyectar su liderazgo convirtiéndose en el campeón de la anti reforma.

¿Cómo, entonces, podría ese partido inclinarse hacia posiciones más liberales y cumplir un papel articulador en el sistema político? Otro botón de muestra: mientras la bancada de diputados de RN interpelaba al ministro del Interior por la violencia en la Araucanía, el senador Espina dialogaba con el Intendente Huenchumilla. Nadie sabe cuál será su decisión al momento de votar el cambio al binominal.

Este desconcierto opositor ha hecho, en la práctica, que la crítica a la acción del Gobierno se haya desplazado de la esfera parlamentaria y política a la esfera social y mediática. Así sucedió con la reforma tributaria, donde la voz cantante la tuvieron los gremios empresariales y los nuevos dirigentes gremiales de la pequeña empresa.

Algo similar, pese a los esfuerzos de Allamand, está sucediendo con la reforma educacional: los sostenedores y las agrupaciones de padres y apoderados están tomando un rol protagónico.

La carencia de una dialéctica seria entre la Nueva Mayoría y la Alianza, ha redundado también en la agudización de las discrepancias al interior de la coalición de gobierno. No se trata de inhibir la deliberación democrática, pero ella debiera estar animada por la argumentación en torno a grandes ideas y no por el comidillo sobre lo que dijo o no dijo una autoridad o una reiterada apelación a principios doctrinarios demasiado generales para dar cuenta de la realidad nacional.

Todo ello desorienta a la opinión pública sobre la naturaleza y alcance de las reformas en curso y redunda en un aumento del descrédito de la política, que a todos debiera inquietar.

Así ha sucedido, por ejemplo, con el debate, un tanto hermético, sobre la llamada “política de los acuerdos”, como si la gente no fuera capaz de comprender por experiencia propia que en la vida es normal que a veces se acuerden posiciones, como también lo es que se mantengan las diferencias cuando ellas aparecen insalvables. Lo importante es que ni lo uno ni lo otro rebaje el clima político del país.

Volviendo a la derecha, ella corre el riesgo de ser sobrepasada por la dinámica de la sociedad, si no hace un esfuerzo serio por sintonizar con el Chile de hoy y con el pensamiento y los intereses de quienes tradicionalmente le han brindado su apoyo.

Al hacerlo debe elegir – y perdonen la simplificación – entre una posición conservadora cerrada como la del “tea party” en los EE.UU. o la del Partido Conservador de D. Cameron en el Reino Unido que gobierna con los liberales; y si usamos un referente regional, entre Santos y Uribe en Colombia, uno abierto a negociar la paz y el otro aferrado a una solución militar.

Esta puesta al día debe articular de un modo nuevo las tradiciones conservadora y liberal que siempre han animado a la derecha chilena. Sólo así podrá competir para volver a gobernar.

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04 ago 2014

De honorable a sinvergüenza

El independentismo catalán tiene otro problema por resolver.

A la búsqueda de legalidad para la consulta ciudadana sobre su futuro- seguir siendo parte de España o tomar su propio rumbo como nación- se añade la confesión pública del líder histórico Jordi Pujol en la que reconoce tener dinero oculto en paraísos fiscales, algo que había negado sistemáticamente.

El mea culpa del que fuera President de la Genaralitat durante veinte años ha traído como añadido un caso de corrupción- otro más- que enloda no solo a su “honorable” condición de fundador y líder de Convergencia Democrática de Catalunya sino a toda la familia. A su mujer Marta Ferrusola y a seis de sus siete hijos.

A la espera de los datos que se obtengan de las investigaciones en curso, se calcula que el clan Pujol-Ferrusola habría ocultado en Suiza, Andorra y algunos países de América mil 800 millones de euros. Demasiado dinero para un político que predicó durante sus sucesivos mandatos: austeridad, transparencia, ética y moral, y que aseguraba transmitir a los suyos esos principios.

Algo falló. O todos esos preceptos fueron incumplidos al tenor del escándalo destapado.

Hay que aclarar que una vez que Pujol reconoció el delito (ocultar a Hacienda 500 millones de euros, supuestamente origen de una herencia) , tanto algunos de sus fieles compañeros de partido como otros que nunca lo fueron, reconocen que las corruptelas del gran Jefe y de su entorno eran conocidas.

¿Por qué callaron?

Confiesan que la red que amparó al “honorable” era tan poderosa que incluso contar un chiste sobre el líder político podría significar el fin de una carrera o la pérdida de un cargo.

La pregunta que muchos se hacen es si el actual presidente de la Generalitat y heredero político de Pujol, Artur Mas, sabía lo que otros aseguran que era vox populis.

Se recuerda que en 2005, el entonces presidente de la Generaliat, el socialista Pasqual Maragall dijo en voz alta que el problema de Cataluña era “el 3 por ciento”. Referencia directa a comisiones irregulares detectadas y que apuntaban hacia los gobiernos de su antecesor, Jordi Pujol.El alboroto provocado hizo que Maragall diera marcha atrás y no hablara más del espinoso asunto. Sin embargo, los medios de comunicación tomaron nota.

Los nacionalistas ya estaban enfrascados en la pugna con el Estado español. Ya entonces algunos repetían hasta enronquecer esa frase que dice: “España roba a Cataluña”. Algún gracioso podía haber añadido al slogan la muletilla… “ Y los Pujol también”.

Empresarios han declarado a la policía que se vieron obligados a pagar al hijo mayor de presidente Pujol, Jordi Pujol Ferrusola, una comisión del 3 por ciento para que les facilitara el camino a sus negocios.

El vástago del “honorable” cumplía el papel de intermediario, en otras asesoraba o buscaba inversores. Una ex novia de Pujol hijo ha declarado en diversos medios de haber visto maletas llenas de billetes de 500 euros y de haber escuchado conversaciones en las que se pactaban comisiones- que podían variar entre 3,4 y 20 por ciento- y se amañaban concursos que eran públicos.

El revuelo mediático generado por la confesión de Jordi Pujol ha permitido conocer el lujo que rodea al clan familiar. Mansiones en las zonas más cotizadas de Barcelona, propiedades en zonas rurales de Cataluña y Francia, colecciones de autos de alta gama e intereses económicos en diferentes países.

Se ha recordado, por ejemplo, que un coche cargado con miles de euros, perteneciente a uno de los hijos del político catalán, fue interceptado hace un tiempo en la frontera chileno-argentina.

Muchas son las pistas abiertas para sacar cuentas del dinero acumulado por los Pujol-Ferrusola, a los que ahora , tras conocerse su fortuna, se les sitúa oficiosamente en el séptimo lugar de los millonarios españoles.

Los resultados de los esfuerzos del independentismo catalán para marcar distancia con su líder natural se verán en las próximas semanas. Artur Mas ha lamentado lo ocurrido pero lo transfiere a un asunto de índole personal.

Habrá que esperar. En agosto España cierra por vacaciones.

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04 ago 2014

Respetar sus derechos, el mejor regalo

El primer domingo de agosto nos reunimos con un conjunto de ministros y autoridades para reforzar nuestro compromiso con los niños, niñas y adolescentes. Un compromiso con todas las personas que tienen menos de 18 años, aproximadamente el 25% de la población chilena.

Queremos recuperar el sentido inicial de la celebración del Día del Niño.Han pasado 29 años, fue en 1985, cuando un grupo de ciudadanos sensibilizados por la situación de los niños – especialmente por las altas cifras de pobreza y de maltrato infantil -tuvieron la visión de que era necesario establecer una gran alianza social para desarrollar una Campaña por los Derechos del Niño, que en Chile aún no estaban reconocidos.

Lograron comprometer al Colegio de Publicistas recién formado, quien estableció que el primer domingo de agosto se celebraría el Día del Niño, para recordar al mundo adulto que los derechos humanos universales también deben ser respetados en la niñez.

Las primeras celebraciones fueron grandes fiestas ciudadanas y acciones colectivas a favor de los niños y niños de nuestro país, cuyo eslogan era “El Día del Niño no sólo debe ser el primer domingo de agosto, sino todos los días”.

Posteriormente, por un cálculo comercial, la celebración del Día del Niño se trasladó al segundo domingo de agosto y se fue perdiendo el sentido original, quedando reducido a la sola preocupación por el regalo.

No obstante este desvío del sentido, esta campaña tuvo su fruto 5 años más tarde, el 14 de agosto de 1990, cuando Chile promulgó los derechos del Niño como Ley de la República.

En esta Ley están consagrados diversos derechos de los niños y las niñas: derecho a vivir en familia, derecho a tener una identidad, derecho a una vida segura y sana, derecho a expresarse libremente, derecho a ser protegidos contra los abusos, los peligros, las guerras, derecho a la educación, a la recreación, derecho a ser oídos.

Desde que se promulgó esta Ley de los Derechos de los Niños, hemos estado transitando lentamente en el reconocimiento de los niños y niñas como sujetos de derechos y como ciudadanos dignos y activos. Y sobre todo hemos descuidado el fortalecimiento de las capacidades de la familia para garantizar los derechos de sus niños.

Hoy queremos acelerar el paso, por ello la Presidenta Bachelet ha creado este Consejo Nacional de la Infancia y nos ha mandatado a dar cumplimiento a la Agenda de Infancia, cuyo horizonte político es la creación de un Sistema Universal de Garantías de Derechos de la Niñez y Adolescencia que tendrá como componentes una Política Nacional, una Ley de Garantías de derechos, un Defensor del Niño, el Observatorio Nacional, un Servicio Especializado de Protección Especial de derechos y un Servicio Especializado de Responsabilidad Penal Adolescentes, además del conjunto de políticas sectoriales para hacer efectivos el conjunto de derechos del niño. Todo ello sobre una base familiar y comunitaria.

Todos estos años, la ciudadanía hizo su trabajo de movilizar voluntades y crear conciencia colectiva, de que necesitamos cambiar nuestro modo de ver a los niños, que tenemos que abordar las inequidades que les afecta y terminar con la violencia con que los tratamos.

Hoy, es el Gobierno de Chile el que les convoca al gran pacto social y político para construir un país donde las nuevas generaciones vivan felices y se desarrollen en plenitud.

Este mes es una gran oportunidad para escucharlos, para valorar sus opiniones, para tomarnos en serio sus problemas, para revisar críticamente lo que pensamos y decimos de ellos y sobre todo revisar lo que hacemos con ellos.

Les instamos, no solo a los padres, madres y familiares cercanos, sino a toda la ciudadanía y a todas las instituciones, a tener presente que es obligación de todos y cada uno, respetar sus derechos y hacerlos efectivos los 365 días del año y que éste es, sin lugar a dudas, el mejor regalo que podemos hacerles.

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