19 ago 2014

El odio no traiciona

Se cumple poco más de 1 mes desde el inició de la operación israelí en Gaza tendiente a poner término a los ataques terroristas del grupo islámico Hamas en contra de la población civil de Israel.

Provisionalmente las partes respetan una tregua arbitrada por Egipto cuya duración, extensión y profundidad aún está por verse, pero que al menos ha permitido disipar el humo del conflicto.

De allí que medios ingleses como la BBC y The Telegraph han reportado ahora la notoria desinformación existente en materia de víctimas civiles y la Asociación de Prensa Extranjera (AFP) ha denunciado la coerción a manos de Hamas por parte de corresponsales de prensa a los que se les vetó informar el uso de emplazamientos civiles para el lanzamiento de sus indiscriminados ataques a Israel.

Ciertamente con el paso de los días lo anterior será cada vez más evidente y las voces de muchos periodistas recuperaran el equilibrio que se pierde a veces en medio de la violencia del conflicto. No por casualidad se ha dicho que en las guerras la primera víctima suele ser la verdad.

Sin embargo no nos detengamos solo en la “estadística” de la guerra.Detrás del humo del conflicto se esconden situaciones más complejas y que muchos prefieren ignorar.Una de ellas es el verdadero pogromo contemporáneo desatado con la excusa de la operación en Gaza.

Este verdadero festín de odio ha sido deliberadamente alimentado por las dolorosas imágenes –algunas reales, y otras tantas prestadas de Siria, Irak y otros lugares del Medio Oriente- que han circulado masivamente en redes sociales y medios de comunicación.

En efecto, hemos sido testigos cómo dos pueblos –israelí y árabe palestino- son arrastrados una vez más en su historia a un enfrentamiento fratricida ante el morbo de muchos.

Presenciamos verdaderos pirómanos del odio que ven en el doloroso conflicto una oportunidad única para propagar su hasta ahora contenido o disimulado antisemitismo. Y no me digan que el concepto de antisemitismo se aplica por igual a árabes y judíos por ser ambos descendientes de Sem, el hijo de Noé. Esa es una falacia de algunos que pretenden no sólo reescribir la historia sino que como verdaderos acróbatas lingüísticos buscan minimizar o desconocer la historia de persecuciones y prejuicios de que ha sido objeto el pueblo judío.

Para que no existan dudas, el concepto de antisemitismo fue acuñado por el periodista alemán Wilhelm Marr quien lo desarrolla en su libro publicado en 1879 Zwanglose Antisemitische Hefte. Con el hacía referencia exclusivamente a la hostilidad hacia los judíos basada en una combinación de prejuicios de tipo religioso, racial, cultural y étnico, y como vemos ahora modernamente, nacional.

Así, el enfrentamiento en Gaza como toda guerra o conflicto bélico, con su trágica secuela de víctimas civiles, ha despertado el latente virus del antisemitismo que anida en la profundidad de nuestras sociedades.

Las imágenes de ataques antijudíos en París –una suerte de recreación a menor escala de la fatídica “noche de los cristales rotos” en la Alemania Nazi en que Sinagogas, Escuelas, y comercios judías fueron atacados-, o de agresiones individuales en las más diversas latitudes por el sólo hecho de ser judíos, esta vez ha sido atizado por una extraña alianza de grupos progresistas de izquierda, grupos neonazis, y quienes apoyan a los movimientos fundamentalistas islámicos que hoy desangran a Siria, Iraq y en general a todo el Medio Oriente.

De esta forma la perversión del fundamentalismo islámico en curiosa sincronía con diversas fuerzas y agrupaciones en todo el mundo hace que la tragedia de Gaza desborde los 360 kilómetros cuadrados de esa pequeña franja de tierra, para encender las llamas de un larvado antisemitismo. Lo que se esconde sin embargo detrás de ello es aún más profundo.

El brote antisemita es sólo la expresión externa de un problema mucho más grave. Da cuenta que en nuestra sociedad actual es más fácil abrazar el odio al otro en lugar de tender puentes de paz y hermandad, y evidencia que en el mundo actual –y específicamente frente al conflicto del medio oriente- hoy sólo hay dos bandos. El de los moderados y el de los extremistas.

Los primeros construyen puentes, los segundos los destruyen. Los primeros buscan la forma de apoyar una solución pacifica para un conflicto que desangra a dos pueblos hermanos, los segundos se esmeran en propagar las llamas del odio por todo el mundo.Mientras los primeros creen en una solución política al conflicto, los segundos apuestan por una solución violenta.

Los moderados apuestan por la existencia de dos estados para dos pueblos (uno judío y otro árabe palestino), los extremistas apuestan por un único Estado en el que uno de los dos pueblos no tenga cabida.

Los moderados creen en un estado al lado del otro, los extremistas creen en un estado en lugar del otro. Mientras los moderados son capaces de criticar la actuación de un gobierno sin recriminar por ello a todo un pueblo, los extremistas no diferencian a un grupo o gobierno de todo un pueblo, es más usan aquello como excusa para sembrar las semillas de un aggiornado antisemitismo.

Los extremistas endosan al pueblo judío como un todo cualquier reproche al actuar del gobierno israelí, o tildan de terroristas a todo el pueblo árabe palestino por las acciones despiadadas de Hamas y la Yihad Islamica.

Se trata de una lógica binaria que desconoce no sólo los matices de la historia, sino que simplifica a tal punto las posiciones que impide cualquier posibilidad de acercamiento entre las partes. Los extremistas se nutren del conflicto y por lo mismo aborrecen cualquier prospecto de paz real. El odio no traiciona. Amar es difícil, y odiar es fácil.

Quienes abrazamos la causa de la paz y la moderación no podemos sucumbir a esta lógica.Como lo expresa estremecedoramente la obra teatral argentina Tierra del Fuego que por estos días se exhibe en Santiago, “si seguimos hablando, un día nos entenderemos; pero si seguimos matándonos, al final no habrá nadie para escucharnos”.

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19 ago 2014

Solidaridad es inclusión

Abordar la solidaridad y la inclusión como habilidades que se pueden aprender y desarrollar abre un espacio interesante en el camino de comprendernos como una sociedad que puede ir superando las limitaciones. La exclusión, las profundas desigualdades, las situaciones de conflicto y violencia con las que convivimos, pueden ser revertidas si nos ponemos en sintonía con la solidaridad y la inclusión.

Hace unos días tuve la posibilidad de visitar Arica y participar en el Seminario “Educar en Solidaridad”. En dicha instancia, al escuchar los relatos de jóvenes estudiantes, profesores y directores de colegios de la zona, llegamos a la conclusión que aun en nuestras comunidades educativas, la formación en Solidaridad y habilidades sociales para la vida en comunidad siguen siendo un discurso muy teórico.

Estos aspectos no han logrado penetrar suficientemente las distintas capas de la vida escolar y menos transformarse en una prioridad para los establecimientos educacionales.

La Escuela está todavía enfocada en los contenidos académicos que los niños deben aprender y mucho menos en las habilidades que ellos podrían desarrollar para la mejor inserción en la vida social.

Comprender que los establecimientos educacionales tienen un gran potencial para poder desarrollar estas habilidades es primordial, y puede hacer una diferencia importante en el tipo de sociedad que nuestros niños y niñas están aprendiendo a construir.

Testimonio como el de Carolina, estudiante y una de nuestras voluntarias en la Región, revela lo trascendental que ha sido para su vida poder vincularse con un “otro”, comprendiendo que las necesidades y sueños de personas que viven en pobreza y exclusión muchas veces no son tan distintos a los propios.

El reconocernos como iguales, en derechos, capacidades, potencialidades, sin duda es la base fundamental del aprendizaje de la solidaridad.

Chile necesita generar un cambio de conciencia que propicie el desarrollo de una sociedad más justa, solidaria e inclusiva.

Entender el rol que juegan los diversos establecimientos educacionales junto a las familias para lograr esta meta es prioritario, ya que es precisamente aquí donde nuestros niños, niñas y jóvenes aprenden a vincularse con los otros, dando un primer paso en pos del reconocimiento y la defensa de los derechos de un tercero sin importar sus diferencias, comenzando a desarrollar una reflexión más profunda sobre las realidades, desigualdades y vulnerabilidades que existen en una sociedad como la nuestra.

Como Fundaciones Hogar de Cristo nuestro llamado es a no dejar que las desigualdades se sigan acrecentando, a que no nos quedemos impávidos ante la realidad que diariamente afecta a millones de compatriotas, vecinos y hermanos, más aún cuando éstos viven en situación de pobreza y exclusión.

Como sociedad debemos aprender que las personas más valiosas en nuestra sociedad son quienes incluyen y se dejan incluir por los demás. Solidaridad es inclusión.

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18 ago 2014

Creyentes y no creyentes ante “temas valóricos”

Voy a abordar un problema que nos afecta particularmente en el plano político. En el Parlamento más particularmente hay creyentes y no creyentes, creyentes católicos y tal vez algún evangélico, y parlamentarios que simplemente no tienen una fe religiosa.

El problema se produce cuando tienen que discutir y decidir sobre algún problema en que los creyentes creen tener una información a través de su fe, mientras que los no cristianos no admiten esta fuente de conocimientos.

El creyente se siente obligado a pensar consecuentemente con “su verdad”, el no creyente se siente incómodo y contrariado por esta “injerencia” de la fe cristiana en una discusión que considera debe darse únicamente en un plano secular o profano.Chile es una “ciudad secular” en que la Iglesia y Estado están separados, se alega.

Vamos a indicar la posición de conjunto que me parece más adecuada, más verdadera.Esta posición es crecientemente adoptada por los teólogos que han abordado el tema, aunque parece no ser aceptada por todas las instancias magisteriales católicas.

Se profesa hoy día que no hay contradicción alguna entre la verdad afirmada por la Biblia o por Jesús o por la tradición cristiana, que se oponga a las verdades sustentadas por la razón natural. Puede por tanto el creyente discutir con el no creyente con toda tranquilidad en el plano de la razón natural seguro de que no llegarán a ninguna conclusión contraria a su fe.

Ciertamente no será pertinente que invoque sus conocimientos de fe en un alegato con participantes que no son creyentes. La conclusión sería, por tanto, la siguiente: los problemas que ha habido y que aún subsisten en estas temáticas fueron falsos o imaginarios y si persisten lo hacen sin fundamento sólido.

Es de notar que muchas veces persisten estos problemas en forma latente, por ejemplo como prejuicios políticos contra partidos o posiciones partidarias bastante más generalizadas. Por ejemplo la profesión de ateísmo atribuido al partido comunista que impediría su concertación y alianza con partidos católicos.

Se puede invocar al mismo Papa Ratzinger a favor de esta posición; la fe cristiana, las verdades captadas por la fe no alteran lo que la razón comprueba, pero sí confirman y sobre todo motivan la adhesión de nuestra voluntad como cristianos.

Veamos la aplicación de este principio de “concordia entre la razón y la fe” a la situación de creyentes y no creyentes que deben resolver problemas legales.

La moraleja a señalar es que el creyente que debe colegislar con no creyentes puede aplicarse con tranquilidad a discutir todo el tema a la luz de la razón natural, buscando únicamente el bien común seguro de que no va a conculcar sus obligaciones de fe.Dios nos ha dado la razón para que la usemos plenamente cuando corresponda.

La tarea de legislar no implica reproducir en lo posible los diez mandamientos o condenar todo lo que es “pecado” sino asegurar en lo posible el bien común de la comunidad.

Deduzcamos de lo dicho algunos corolarios de importancia. Algunos problemas se centran en la existencia de ciertas leyes de carácter penal que caracterizan como delito determinadas conductas, que para el creyente son pecaminosas estableciendo límites al ejercicio de una mayor libertad humana que según algunos es exigida por el bien común.

En Chile se aprobó el matrimonio civil disoluble. Nuestros parlamentarios pensaron que el bien común pedía que los separados tuviesen en general la posibilidad legal de volver a casarse, y hubo católicos que, como tales, se opusieron a toda legislación que permitiera nuevo matrimonio civil.

Pero como insinuamos, no es tarea del legislador reproducir en su obra legisladora todas las normas que debieran inspirar la conducta moral de las personas, sino hacer que la legislación aplicada contribuya al bien común de la nación.

No es que nuestros legisladores en estos casos profesen que el fin pueda justificar los medios, no hacen el mal sino que reconocen que el mal se hace en este mundo, que hay que contar con el y, al legislar obtener con todo, un bien común.

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18 ago 2014

Retórica y reformas, releyendo a Hirschman

Probablemente uno de los grandes economistas políticos de los últimos tiempos fue, el por años profesor de Princeton, Albert Hirschman (1915-2012). Durante toda su vida académica su obra intelectual traspasó las fronteras disciplinarias de las ciencias sociales y la lectura de sus libros debería ser imprescindible en las facultades de economía, ciencia política y sociología.

Era un activo demócrata. Combatió en defensa del bando republicano en la guerra civil española y, luego, en dos ejércitos distintos contra el nacional socialismo. En la década de 1950 debió abandonar las universidades norteamericanas debido a la persecución del macartismo.

Vivió en Colombia, donde trabajó por años en temas vinculados al desarrollo de América Latina. Fue también un amigo de intelectuales chilenos y apoyó la causa democrática en tiempos de la Dictadura de Pinochet. En su larga vida académica escribió numerosos libros, entre los que destacan, Las Pasiones y Los Intereses; La Salida, la Voz y la Lealtad y Retóricas de la Intransigencia.

En esta última obra previene cómo no argumentar en democracia y para ello rechaza los simplismos “reaccionarios” y “progresistas” frente a los procesos de cambio. Denuncia dichos simplismos como expresión similar de lo que llama, la retórica de la intransigencia.

Cinco capítulos de este libro están dedicados a identificar la retórica de la intransigencia “reaccionaria”. En ellos muestra como frente a cada proceso de reforma –desde la revolución francesa en adelante- los partidarios del status quo, han opuesto tres tesis a los reformistas. Lo notable es que el libro muestra como muchas veces se levantan estas tesis al mismo tiempo, sin considerar que empleadas conjuntamente ellas se auto anulan.

Las tres tesis.

1) La tesis del riesgo. No realice las reformas pues el costo en que se incurrirá es muy alto.

2) La tesis del efecto perverso. No realice las reformas pues, por muy bien inspiradas que ellas se encuentren, no solo no conseguirán los objetivos buscados, sino que llevarán a la sociedad a la situación opuesta.

3) La tesis de la futilidad. No realice las reformas pues la tentativa de cambio no es posible. La situación que busca alterar es inmodificable. Es la ley de la inamovilidad.

Estas tres tesis “reaccionarias” las hemos visto desplegadas durante estos meses a propósito, por ejemplo, de la reforma tributaria.

El “riesgo” de paralizar la economía por el impacto del alza tributaria en la inversión y el crecimiento.

• El “efecto perverso” de hacer perder todo lo avanzado en desarrollo material durante la democracia, incluyendo -ahora se reconoce- durante los 20 años de gobiernos de la Concertación.

La “futilidad” del cambio buscado: la reforma es inútil, fracasará en sus objetivos redistributivos, pues el alza tributaria lo pagarán la clase media y los trabajadores y no las empresas, quienes traspasarán dicha alza a mayores precios.

Pero, mientras escribía el libro, Hirschman se percató que no eran solo los “reaccionarios” los que ocupaban esquemas estereotipados de argumentación frente a las reformas.

Dedicó el sexto capítulo del libro a demostrar como también sus adversarios “progresistas” podrían incurrir en ellos. Identificó así, tres argumentos perentorios, simplistas e intransigentes expuestos, ahora, por los partidarios de la reforma.

1) Una variante más sofisticada de la tesis “reaccionaria” del riesgo, el peligro de la inacción, de no realizar las reformas. En Chile esto se ha expresado en anuncios apocalípticos si es que los cambios no se realizan a la brevedad. La economía y la estabilidad democrática estarían en crisis profunda: “el derrumbe del modelo”.

2) La ilusión sinergista. Las reformas se fortalecen unas a otras, per sé y armoniosamente. Hay que impulsar todos los cambios con rapidez y al mismo tiempo, lo otro sería continuar el “entreguismo” de la vieja Concertación.

3) La creencia de tener la historia del lado de las fuerzas reformistas. Se acabó un ciclo, las mayorías políticas y sociales quieren ahora cambios profundos.Quienes no entiendan el nuevo clima reinante en la calle serán condenados a la irrelevancia y al “basurero de la historia”. Más que traidores a las reformas, son ineptos y estúpidos.

Nosotros agregamos que esto puede ir acompañado –dado que se conoce nada menos que la ley del movimiento histórico- de actitudes presuntuosas que engendran el deseo de “hacerse el peligroso”: reformas moderadas se presentan por sus partidarios como de mayor envergadura de las que poseen. Con ello se auto gratifican como “híper progresistas”, pero facilitando la tarea de “reaccionarios” que promueven el miedo y la inseguridad para oponerse a los cambios.

El libro de Hirschman alerta contra esta manera de aproximarse a las reformas. Muestra que los procesos de cambio –nosotros agregamos que sobre todo en democracia- son mucho más complejos y que el liderazgo político de gobierno y oposición no debiera olvidar nunca el consejo de Max Weber a los estudiantes alemanes en 1919: “Poseer la educada capacidad para mirar de frente las realidades de la vida, soportarlas y estar a su altura”.

Para avanzar en lo anterior, es útil releer en Chile a Hirschman.

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18 ago 2014

Angola al Consejo de Seguridad

En su reciente gira de una semana por tres países africanos (Sudáfrica, Mozambique y Angola), la presidenta Michelle Bachelet declaró que nuestro país va a respaldar en octubre próximo la candidatura angoleña para ocupar, por el período 2015-16, uno de los puestos no permanentes en el Consejo de Seguridad.

El anuncio quedó relegado a un segundo plano de la noticia a causa de los acuerdos en materia comercial y de cooperación que se suscribieron en la gira, más unas polémicas declaraciones alusivas a las lecciones que podemos rescatar de la experiencia angoleña en materias de integración femenina a las actividades parlamentarias, siendo un país con pobres indicadores democráticos.

Sin embargo, atender el citado respaldo sirve de caso para ofrecer algunos detalles -no siempre conocidos- del procedimiento de candidaturas ante el máximo organismo del Sistema de las Naciones Unidas (ONU), encargado de velar por la paz y seguridad internacionales.

Primero, hay que recordar ciertos elementos relativos a la composición del Consejo de Seguridad. Lo más conocido es que los quince miembros que lo componen se dividen en:

a) Los cinco que gozan un puesto de carácter permanente (China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia) y con poder de veto (ninguna resolución puede ser aprobada si al menos uno de ellos vota en contrario).

b) Los diez puestos reservados para miembros no permanentes, los que duran dos años y cuya composición se renueva por mitades de manera anual a través de elecciones celebradas en la Asamblea General de la organización, donde los 193 Estados miembros tienen derecho a un voto. Para resultar elegida una candidatura, ésta debe conseguir por lo menos una mayoría de dos tercios de los sufragios.

El segundo elemento del proceso apunta a que los nuevos integrantes del Consejo son elegidos de acuerdo a criterios proporcionales de representación regional. Así tenemos que los 193 países miembros se dividen en cinco grupos geográficos –África, Asia-Pacífico, Latinoamérica y el Caribe, Europa Oriental y Europa Occidental-, los que tienen un número exclusivo de puestos no permanentes, definidos fundamentalmente en razón de la cantidad de miembros que componen el bloque.

Por ejemplo, mientras el grupo africano (54 países miembros) y de Asia-Pacífico (53) tienen derecho a elegir tres representantes no permanentes, Latinoamérica y el Caribe –al cual Chile pertenece- sólo cuentan con dos escaños.

La justificación del arreglo por grupos regionales opera para todas las elecciones de los consejos ONU, y su justificación se basa en que se asume que las mayores afinidades e intereses se dan entre aliados regionales y, conjuntamente, permite a los órganos de la ONU configurarse en torno a una cantidad más acotada de participantes, lo que en principio mejora la eficiencia sin dejar de lado la representatividad de los países miembros que se quedan fuera.

Aunque la afinidad al interior de los grupos no necesariamente es una cualidad permanente, sí define mucho del trabajo tras bambalinas en la ONU ya que es al interior de estos grupos donde se discute y negocia internamente antes de lanzar cualquier propuesta o conversación fuera del bloque, incluyendo el tema de las candidaturas.

Un tercer detalle tiene que ver con los criterios de designación de candidatos al interior de los grupos. En la evaluación de las intencionesno sólo influye que éstas se comprometan a ser un buen representante del interés regional y el asegurar que se trabajará en pos de la misión de la organización y casi al mismo nivel, se consideran factores pragmáticos tales como el compromiso de apoyos cruzados a otras candidaturas a futuro; la rotación de la mayor cantidad de miembros posibles en el puesto y/o el nivel de contribución al presupuesto de ONU.

Volvamos al caso de Angola. Este año al grupo africano sólo le toca renovar uno de sus tres asientos: el que deja Rwanda el 31 de diciembre.

De momento, el país visitado por la presidente Michelle Bachelet es el único que ha manifestado su intención en competir por el puesto del grupo y probablemente ningún contendor salga a competirle.

¿Una deficiencia del sistema? Al verlo bajo el prisma democrático es evidente que estamos ante un problema, pero a casi tres meses de la elección esta situación de igual número de candidatos y cupos es más recurrente de lo que se podría pensar.

Basta con recordar la candidatura chilena el año 2013 y su exitosa campaña diplomática para persuadir a potenciales contendores para el cupo que liberaba en ese entonces Guatemala. Este año tal situación de un cupo-un candidato puede volver a ocurrir si tenemos en cuenta que Venezuela es, de momento, el único país de la región que ha indicado su interés por tomar el puesto que dejará Argentina.

Al revisar la prensa angoleña que cubrió la noticia es posible rescatar otro dato interesante.Comparado con las notas publicadas en Chile se percibe una ligera pero relevante diferencia en la manera de comunicar el mensaje entregado por Santiago: Chile no estaba anunciando nada nuevo, sino que reiteró un respaldo que habría sido entregado el año 2013, muy probablemente durante el proceso de promoción de nuestra candidatura al Consejo de Seguridad.

En aquel entonces nuestro país consiguió el exitoso endoso de los 54 países africanos, seguramente convenido a cambio de apoyos a futuras candidaturas y otros acuerdos. En materia internacional se suele decir que lo pactado obliga.

Por último, queda señalar que el apoyo chileno no ha sido el único que ha recibido Angola en el camino. El año pasado ya anunció respaldos de China, Rusia, los ocho países Comunidades de Países de Lengua Portuguesa (que incluye a Brasil y Portugal), más los quince países miembros de la Comunidad de Desarrollo de África Austral, organización que lidera Sudáfrica. Tenemos entonces un candidato convencido y que ha sabido convencer.

Esta breve revisión del caso no busca esconder los preocupantes flancos débiles del proceso, pero para solucionarlos primero hay que reconocer el campo en el que se maniobra: los organismos intergubernamentales como las Naciones Unidas y su Consejo de Seguridad son en su esencia instancias políticas.

Y cuando una institución como ONU opera bajo criterios de selección corporativa (en este caso de tipo geográfico), favorece desproporcionadamente algunos países, o asegura la nominación de otros con discutibles credenciales gracias a compromisos de apoyos cruzados, lo que hace es generar dudas de credibilidad pública.

Y eso, a la larga, afecta su capacidad para cumplir el mandato entregado por sus miembros.

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17 ago 2014

¡No más CAE!

Las deudas de los estudiantes con los bancos privados se han duplicado desde el 2009 y a fines del 2013 superaban los 3.000 millones de dólares. Según el SIES, la morosidad alcanza a poco menos de un tercio entre los egresados y a más de dos tercios de los que desertaron, en el caso del crédito con aval del Estado (CAE), que representa de lejos la mayor parte de estas deudas.

Por este motivo, las instituciones que lo recibieron y son avales del mismo están en una situación delicada, por decir lo menos.Este experimento privatizador de la Concertación fue un gran negocio para los bancos, pero desastre para la educación y representa una carga insoportable para las familias. Debe terminar ahora.

Así lo comprendió incluso Piñera, que el 2013 presentó un proyecto de ley para sacar a los bancos del esquema y restringir los pagos de dividendos a una suerte de impuesto a los profesionales, consistente en un porcentaje limitado de sus remuneraciones a lo largo de un número acotado de años. Algo bastante parecido al Crédito Solidario que está disponible para las universidades estatales.

La Nueva Mayoría desechó este proyecto el 2014, arguyendo que la reforma en curso generaría condiciones mejores, camino a la gratuidad. Ello es correcto pero no se logrará el 2015, puesto que las leyes respectivas no se han presentado aún y ciertamente no estarán aprobadas a tiempo. Evidentemente, el rechazo a la ley de Piñera no puede resultar en un perjuicio para los estudiantes, por lo cual el gobierno está obligado a terminar el CAE ahora, con o sin ley.

Ello resulta posible reasignando a becas los recursos respectivos en la Ley de Presupuesto 2015.Puesto que el fisco ya desembolsa aproximadamente la mitad del CAE, entre las denominadas “recompras y “recargas” en beneficio de los bancos, el gasto fiscal adicional se reduce a lo que hasta ahora aportan éstos, que es alrededor de la mitad del CAE. Esta cifra representa alrededor del 5 por ciento del presupuesto educacional y evidentemente ya estaba considerada de haberse aprobado la ley presentada por Piñera.

El crédito solidario también puede transformarse en becas, puesto que el desembolso fiscal es exactamente el mismo. La única diferencia para las cuentas públicas es que el primero, al igual que el CAE, no se registra como gasto sino como “inversión” fiscal, puesto que se supone que va a ser reembolsado por las familias, lo cual a estas alturas resulta una figura más bien artificiosa.

También se requiere reservar en el Presupuesto 2015, una partida adecuada para solventar el compromiso del Estado con las comunidades –estudiantes, académicos y funcionarios–, de las instituciones que han perdido o están a punto de perder su acreditación.

Éstas no pueden recibir CAE y no resultan viables ya en el esquema actual. Han disminuido su matrícula el 2014, en varios casos a la mitad o menos, lo que torna insostenible su situación. Son las de peor calidad y por lo general tienen fines de lucro.

Estas instituciones no son pocas y algunas son grandes, hasta el punto que, incluyendo las que están siendo investigadas por diversos conceptos, representan casi un tercio del alumnado de educación terciaria. Su precaria situación refleja mejor que nada el estruendoso fracaso del experimento de privatización. El Estado no puede abandonar a su suerte a sus comunidades, como ocurrió en la Universidad de Mar.

La ley del administrador provisional actualmente en el parlamento, permite reasignarlas a otras instituciones de buena calidad, con evidente ventaja para sus actuales comunidades. Sin embargo, hay que proporcionar a las instituciones que se hagan cargo de ellas los recursos necesarios para atenderlas debidamente.

Adicionalmente, la Ley de Presupuesto 2015 debería contemplar recursos para compensar una primera rebaja de aranceles por parte de las instituciones de educación superior que señalen de este modo su voluntad de incorporarse al nuevo sistema público. No hay camino más claro y contundente para indicar el compromiso del gobierno con la gratuidad, con beneficio directo inmediato para un millón de estudiantes y sus familias.

Ya lo ha iniciado el nuevo Rector de la Universidad de Chile, congelando sus aranceles 2015. Su ejemplo debe ser imitado por todas las instituciones que se incorporen al nuevo sistema público.

El reemplazo del CAE por becas sólo debería estar disponible para las instituciones que acepten rebajar sus matrículas en una proporción determinada, igual para todas ellas. No sería aceptable que este beneficio del Estado a los estudiantes fuera aprovechado por algunas instituciones para elevar sus aranceles.

Tanto el aporte para compensar rebaja de aranceles como el reemplazo del CAE por becas, debería reservarse sólo para aquellas instituciones que cumplan adicionalmente con los requisitos de calidad –los que por ahora pueden fijarse según los años de acreditación–, no lucro, no discriminación ideológica ni religiosa, y equidad expresada en un porcentaje mínimo de alumnos de menores ingresos, que la reforma exigirá a las que conformen el nuevo sistema público gratuito.

Todos los recursos reasignados, becas y compensación de rebaja de aranceles, pueden entregarse directamente a las instituciones que se incorporen al nuevo sistema público, bajo diversas formas estables.

De este modo se avanzará gradualmente hacia la gratuidad y financiamiento mediante el presupuesto público. Éste asignará los recursos de modo mucho más eficiente que la propaganda desenfrenada de instituciones con fines de lucro, en un mercado creado artificialmente por los subsidios del Estado.

La educación no se privatizó sólo mediante las LOCE, sino principalmente mediante las sucesivas Leyes de Presupuesto, las que crecientemente reasignaron el gasto público hacia el subsidio a la demanda.

A la inversa, la desmercantilización de la educación se logrará reasignando estos recursos y los adicionales, hacia el financiamiento presupuestario directo de las instituciones que, cumpliendo los requisitos de calidad y otros, conformen el nuevo sistema de educación pública gratuita.

Ese camino empieza con la Ley de Presupuesto 2015.

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17 ago 2014

Una Reforma de largo alcance

En la Cámara de Diputados, el proyecto de reforma electoral para reemplazar el sistema binominal por uno de representación proporcional, logró esta semana un avance decisivo.Con ello, se conseguirá una más genuina presencia de la diversidad existente en el país, sea política, cultural, social o regional, en el gran objetivo de robustecer la legitimidad y credibilidad de la institucionalidad democrática, en particular, del Congreso Nacional.

De forma enteramente injustificada, algunos parlamentarios de la UDI han procedido a una campaña mediática en la que rasgan vestiduras en contra de este cambio tan trascendente. En sus declaraciones se repite airadamente la idea que este sería “un traje a la medida” del bloque de gobierno la Nueva Mayoría.

Esa frase sólo reitera la terca oposición de ese Partido político a un cambio necesario para Chile. La razón es muy simple, el sistema binominal coadyuvó finalmente (en contra de sus propios propósitos) a una unidad política-programática sin precedentes en la historia de Chile, como ocurrió en las últimas elecciones presidenciales y parlamentarias, como única alternativa para romper precisamente, la camisa de fuerza que sesga y distorsiona el ejercicio de la voluntad soberana del electorado, como determina el actual sistema electoral.

En su ceguera defensa de este enclave autoritario, este sector rígido e inflexible de la derecha, no hizo más que obligar a un entendimiento político que sin ese escenario, de un sistema electoral excluyente, hubiese sido prácticamente imposible.

Lógicamente, ahora el desafío es proyectar esta unidad a largo plazo, de modo de contar con las mayorías sociales e institucionales que hagan posible avanzar en las reformas estructurales comprometidas con el pueblo de Chile en los últimos comicios presidenciales.

En las filas de las fuerzas de gobierno hubo algunos “ruidos”, voces que rezongaban por los nuevos distritos o que incluso llegaban a pedir más dinero en asignaciones, dado la mayor extensión de los “territorios” a cubrir en la labor proselitista.

Afortunadamente, se impuso el sentido común y la disciplina de los Partidos políticos.Estos lograron que se respetara el objetivo comprometido en tantas campañas, de avanzar a un nuevo sistema electoral. Otra conducta hubiese sido definitivamente bochornosa.

De manera que se cierra la semana con un importante y significativo logro democrático, establecer una reforma electoral que permita que la representación parlamentaria esté sintonizada, más real y profundamente, con las corrientes de opinión que interpreten en su sentido más cabal a la nación chilena en su actual configuración de ideas, a fin que la democracia esté en constante evolución y pueda ser el régimen institucional que de mejor manera exprese los intereses de Chile.

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17 ago 2014

¡No más “la parvularia” por favor!

Entre los temas de mayor consenso en la actual reforma educacional, pareciera estar todo lo relativo a la Educación Parvularia y el rol que deben cumplir los docentes en el mejoramiento de la calidad. Por lo menos, así se detecta en las expresiones de todos los actores políticos que se refieren a estos importantes procesos de transformación educacional.

A la par, diversos especialistas extranjeros que han sido invitados para aportar con sus estudios ratifican lo mismo a pesar de lo obvio que estos planteamientos suponen.Considerando que la historia de la educación da cuenta de ello desde que se inició la instrucción moderna en el siglo XVII y se construyó esta ciencia que es la pedagogía.

Sin embargo a pesar de este supuesto respeto por los educadores y sus especialidades, cada cierto tiempo algunos titulares de diarios y entrevistas televisivas o radiales, recogen expresiones de diversos personeros que se refieren a los educadores de párvulos, como: “las parvularias”. Esta terminología no sólo deja afuera a los varones que también existen en este nivel, sino que tiene además otras importantes objeciones.

El término “parvularia” no existe en el diccionario de la Real Academia Española, la palabra más cercana es “parvulario”, que se refiere al “lugar donde se cuida y educa a los párvulos”.Por lo tanto no corresponde emplearla en el sentido de la persona que se desempeña con párvulos.

El título que se entrega en las universidades desde que se creó la carrera en 1944, en la Universidad de Chile, es el de Educador de Párvulos; época en que se dejó expresa constancia que el empleo de este concepto era para diferenciarlo de un profesor o instructor tradicional, refiriéndose entonces, a un profesional que desarrollaba integralmente a los niños. Un delicado proceso de formación humana.

Lo peor de todo, es el sesgo del tono un tanto peyorativo con que se dice “la parvularia”, que no da cuenta de este profesional en pedagogía de párvulos. Ello no concuerda con la importancia que supuestamente tiene, como se ha señalado en declaraciones sobre la importancia de este nivel y sus agentes educativos en los medios de comunicación.

Ya sería bueno que miráramos a este profesional con otros ojos, considerando que es el único educador que trabaja todo su tiempo de contratación frente a niños (no tiene horas no- lectivas); que puede llegar a tener 45 párvulos por sala, como aún lo permite la ley de subvenciones para el nivel de 5 a 6 años, y que está en lugares lejanos (programas alternativos en la Patagonia o zonas insulares), o en sectores peligrosos (poblaciones donde hay balas locas y/o droga que se encuentra incluso en los coches de los bebés que van a salas cunas) o en jardines infantiles que son saqueados periódicamente.

Esos son los Educadores de Párvulos, profesionales que históricamente han abierto muchos de los jardines infantiles existentes en Chile por su gestión directa en hospitales, industrias, salitreras, poblaciones o donde se necesitara y que nunca han solicitado mejores condiciones laborales por la entrega de su profesión a los niños y niñas chilenos.

Hoy se está estudiando incorporarlos al estatuto docente y mejorar sus remuneraciones.A la par, se hace necesario bajar la cantidad de niños por adulto en sala, a fin de hacer verdaderamente una educación parvularia de calidad.

También habría que cuidar sus extensos horarios y cuidar su salud mental y física (los lumbagos y desgaste de voz son frecuentes). En fin, ya sería bueno que Chile cuidara también a sus Educadores de Párvulos. En ello todos tenemos algo que hacer.

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17 ago 2014

Una “Eurostat” para medir la pobreza

Después de largos años de peticiones sobre la necesidad de actualizar el sistema de medición de la pobreza en Chile, por parte de distintas organizaciones de la sociedad civil y a partir de los cuestionamientos de validez y credibilidad en la entrega de las cifras de pobreza en el año 2011 por el gobierno del ex Presidente Piñera, éste último tomó la pertinente decisión de convocar a una “Comisión asesora presidencial de expertos para la actualización de la línea de la pobreza y la pobreza extrema”.

Dicha Comisión se abocó, en síntesis a actualizar la medición de la pobreza por ingresos, para tener una medida acorde a la realidad de las familias chilenas, proponer una medición multidimensional de pobreza, que incorpore un concepto más amplio de carencias y, por último, levantar propuestas para mejorar la institucionalidad dedicada a ejercer esta labor.

Sobre los dos primeros mandatos, trabaja actualmente el ministerio de Desarrollo Social, quien debe entregar a finales del presente año una nueva medición por ingresos, y esperamos, la primera medición multidimensional de pobreza en Chile.

Respecto a la interesante propuesta de nueva institucionalidad y como suele suceder en muchas otras áreas, el tema quedó lamentablemente pendiente. La propuesta de la Comisión en materia de institucionalidad contempla reducir el número de instituciones involucradas en el proceso, concentrando las responsabilidades en tres instituciones: el ministerio de Desarrollo Social, el Instituto Nacional de Estadísticas -con un rol de experto en materias estadísticas- y un Panel de Expertos, que cumpla un rol supervisor de todo el proceso de generación de estadísticas sobre la materia.

Al parecer, este pendiente en materia de institucionalidad es lo que ha llevado a los diputados Kast y Pacheco a proponer un Proyecto de Ley, que entrega a la Biblioteca del Congreso Nacional “el cálculo de la línea de la pobreza y de la extrema pobreza en Chile y la determinación del número de hogares en situación de pobreza; en situación de pobreza extrema; en situación de vulnerabilidad; y aquellos que no están en situación de pobreza ni de vulnerabilidad.”

Leyendo el texto del proyecto, es difícil entender por qué los diputados no tomaron en consideración la propuesta que la Comisión hizo sobre el tema, ignorando así los fundamentos técnicos de la misma y entregando una compleja actividad de cálculo estadístico a un servicio del Congreso Nacional, cuya función esencial es colaborar con los parlamentarios, pero no desarrollar tareas de mediciones.

Esta tarea, altamente cuestionada como ha sido en la última medición, requiere de una institucionalidad basada en la transparencia, independencia, suficiencia, participación y pluralismo.

Este propósito y no otro, entendemos fue el que motivó al anterior gobierno a presentar un proyecto de ley que busca crear un Sistema Estadístico Nacional (ver Boletín 8767-06), reponiendo de paso la confianza puesta dramáticamente en entredicho y gatillando así un importante debate público.

De esta manera, actualmente se discute en el parlamento un proyecto de ley de más de 40 artículos, que entre otras materias se hace cargo de la reformulación del actual INE y de las materias que serán de su competencia, donde por cierto están las estadísticas relacionadas con el área social.

Dicho proyecto, en definitiva, se hizo cargo de las palabras de Joaquín Lavín, quien sucedió en el cargo de ministro de Desarrollo Social al propio Kast: “ojalá en algunos años más, la medición de la pobreza la haga un INE autónomo”, señaló Lavín al diario El Mercurio el 8 de Septiembre de 2012.

Sin lugar a dudas, este proyecto respondía al retroceso sufrido en la credibilidad de las cifras y sin perjuicio de las adecuaciones que deben hacerse al proyecto, esto no debe dar pie para ignorar todo el trabajo, debate y aportes que se dieron en este lamentable contexto.

El actual Gobierno deberá apurar el paso para reformular el proyecto original y llegar en definitiva a la existencia de una suerte de Eurostat (Oficina de Estadísticas para la Unión Europea), que provee de todo tipo de datos a nivel del continente y también permite hacer comparaciones entre países.

Con todo y más allá del cuestionamiento al proyecto de ley de los diputados Kast y Pacheco, cualquiera que sea el organismo de la administración del Estado que el país decida para abordar estas labores, deberá asumir que las sociedades democráticas no pueden funcionar adecuadamente sin bases sólidas y sin estadísticas objetivas de calidad.

Quienes deciden las políticas, desde el gobierno central hasta los gobiernos locales, pasando también por los parlamentarios y la sociedad civil en general, necesitan datos actualizados, válidos y confiables.

Esta nueva institución debiese estar altamente capacitada, con directivos que ingresen por la Alta Dirección Pública. Pensar entonces en un sistema estadístico nacional, como un ente totalmente independiente y autónomo como el Banco Central, el CNTV o el INDH, resulta fundamental para perfeccionar aún más nuestra democracia y sin duda, el Parlamento tiene bastante que decir en su construcción, pero respetando y asumiendo el arduo camino recorrido hasta ahora entre actores muy diversos.

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16 ago 2014

Bajen las armas, que aquí sólo hay pibes comiendo

Esta es la historia de Pocho Lepratti, una historia sencilla, una de las tantas historias que desempolvan el motor del universo.Hace rato tenía ganas de contarla.Aquí va.

Claudio “Pocho” Lepratti nació en 1966, en Concepción del Uruguay, Argentina.Estudió derecho, pero abandonó la carrera. En 1990 se mudó a uno de los barrios más pobres de Rosario, ahí estaba su vocación: quería dar su vida por los pobres.

Religioso por vocación, no por acomodo. Pocho creía en el Jesús que echó a los mercaderes del templo, en ese Jesús que se arrimaba a los pobres y luchaba por la justicia. También creía lo que cree Galeano, que somos lo que hacemos para cambiar lo que somos.

Por eso organizaba a los chicos, por eso fundó un periódico, por eso fue seminarista salesiano por 5 años. Decidió hacer y no padecer la vida. Cruzaba Rosario montado en su bicicleta. Cuando le aconsejaron cambiarla por una moto, Pocho, incómodo, dijo que no, que lo dejaran así no más, que uno no tiene a las cosas, que las cosas lo tienen a uno. Quizás tenía razón. Se ganaba la vida trabajando como asistente de cocina en los comedores de una escuela de barrio.

Corría el año 2001, plena crisis.Los argentinos, hartos de estar hartos, salían a las calles a protestar. De la Rúa decretaba estado de sitio.

El 19 diciembre, Pocho Lepratti estaba al interior de la escuela en que trabajaba, ayudando en la cocina, sirviendo comida a los niños. Al escuchar el alboroto de las calles, los bombazos y los gritos, salió a la azotea de la escuela, a ver qué sucedía.Desde arriba, miró el caos, y pensó en los niños. Los policías disparaban hacía el fondo de la escuela. Y entonces, de su voz nació una frase, sólo una frase. Pocho gritó:

¡Bajen las armas, que aquí sólo hay pibes comiendo!

Pero los policías no bajaron las armas, y una de las balas le apuró la noche. Pocho murió en defensa de “sus niños” (digo “sus niños” y recuerdo a mi madre, y a tantos otros profesores que, cómo mi madre, saben que en los niños está el futuro del mundo, esos niños que encienden los ojos y avivan el alma, esos niños que son “sus niños”).

“Cambiamos ojos por cielo, cambiamos fe por lágrimas”, dice León Gieco, que cantando resucita la memoria de Pocho.

También lo recuerdan la calle y la plaza que llevan su nombre. Pero por sobre todo, a Pocho, al Pocho hormiga, lo recuerdan las paredes, las paredes que hoy gritan el eco de su última frase: “bajen las armas, que aquí sólo hay pibes comiendo”…

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