22 nov 2014

Un minuto del mundo por los 43 de México

Jodorowsky da una conferencia en Japón. Cuenta una historia. A  un monje budista le piden dar un discurso. El monje calla, y bajo su impenetrable silencio se filtra el cantar de los pájaros. Tras unos segundos, el monje dice: listo, ya di mi discurso. Galeano dice que sólo los tontos creen que el silencio es un vacío. No está vacío nunca. Y a veces la mejor manera de comunicarse es callando.

Sí, a veces el silencio expresa más que una palabra.

Sin embargo, este mundo, jodido mundo que animamos a diario, jamás está en silencio, ni menos quieto, siempre gira en si mismo, como un trompo perforando el oscuro telón del infinito.

Ya el año 2003, Eric Schmidt, director de Google, afirmaba que en toda la historia de la humanidad se habían creado 5 Exabytes de información. En este mundo, esa misma información se crea en 2 días,¡dos días! Y seguimos sometidos por esta sobredosis de información, por esta inflación de palabrería, siempre, a cada instante, todos.

Cuando, por ejemplo, duerme una mitad de la humanidad, despierta la otra mitad, y cuando duerme esa otra mitad, despierta la otra. Y así nos turnamos para multiplicar la información, día tras día, noche tras noche. Nunca para esta vorágine, este eterno tráfico de imágenes, palabras, sonidos, números, gráficos…

Pero, ¿sirve de algo esta eterna hiperactividad?, ¿somos mejores personas creando tanta información?, ¿tenemos sueños más limpios, almas más puras? En fin, ¿hemos creado un mundo mejor a partir de toda esa información?

Bastarían un par de ejemplos para comprobar que no[1].

Y si…

Y si nos callamos, así como el monje, tan solo por un minutito.Y si dejamos los teléfonos, y soltamos los dedos, y dejamos de esclavizar a los ojos. Y si le hacemos caso a Neruda, y aceptamos su invitación “a callar”, y nos quedamos en silencio, y estamos como ausentes, mirando desde lejos…

Por una vez sobre la Tierra

no hablemos en ningún idioma,

por un segundo detengámonos,

no movamos tanto los brazos.

Quedémonos quietos, sin ensayar ningún movimiento, en las oficinas y los colegios, frente a las pantallas, en las plazas y las calles. Que hablen los pájaros y el viento, pero no nosotros. Por un minuto, sólo eso, nada más que un minutito. Y entonces así, bien quietecitos, guardamos un minuto de silencio planetario, un profundo y mágico minuto de silencio por los 43 de México.

Sería un minuto fragante,

sin prisa, sin locomotoras,

todos estaríamos juntos

en una inquietud instantánea.

Los pescadores del mar frío

no harían daño a las ballenas

y el trabajador de la sal

miraría sus manos rotas.

Los que preparan guerras verdes,

guerras de gas, guerras de fuego,

victorias sin sobrevivientes,

se pondrían un traje puro

y andarían con sus hermanos

por la sombra, sin hacer nada.

¡Pero que no se confunda este minuto de silencio con la inacción definitiva!, eso sí que no.Porque luego, ya despiertos, nos organizamos entre todos para darle una gran patada en el culo a ese asqueroso sombrero de smog que nos cubre las estrellas. Y sacamos todo el plástico de los mares, y reforestamos el mundo, y coloreamos todas las paredes, y jubilamos a unos cuantos políticos corruptos, a los desdichados por indolencia, a los fabricantes de armas y los traficantes de sueños. Que un poeta nos guie, por un solo  minutito, porque…

Si no pudimos ser unánimes

moviendo tanto nuestras vidas,

tal vez no hacer nada una vez,

tal vez un gran silencio pueda

interrumpir esta tristeza,

este no entendernos jamás

y amenazarnos con la muerte,

tal vez la tierra nos enseñe

cuando todo parece muerto

y luego todo estaba vivo.

Y ojalá así sea, que nos enseñe la tierra, y cuando todo parezca muerto, que nos sorprenda la vida, y estén vivos, los 43 estudiantes, vivos como el viento o las estrellas, vivos como la rebeldía que los reclama, vivos como el tiempo que nos atrapa, vivos como esta noche y su lámpara lunar, vivos como tú que lees y yo que escribo, vivos como sus padres que los buscan, vivos como el agua de las lágrimas que los lloran.

[1] http://www.worldometers.info/es/

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22 nov 2014

Sin comunicaciones democráticas no habrá nuevo ciclo político

Decíamos antes de que asumiera el actual Gobierno que, para construir un nuevo ciclo político en la historia de nuestro país es necesario asumir que las comunicaciones son materia de políticas sustantivas y no adjetivas, como ya lo habían sido en la mayor parte de los gobiernos de la Concertación. Y las políticas sustantivas se tratan en el “primer tiempo” del período.

Es del todo inconveniente la postergación para un “segundo tiempo” de los desafíos político-comunicacionales del “nuevo ciclo”.

Lo demuestran los recientes episodios comunicativos y políticos, los bombazos, el rechazo a la reforma educacional, el “conflicto” en La Araucanía, que le permitieron a la Derecha instalar una “sensación térmica” de una incipiente y experimental campaña del terror, puesto en la pauta por el titular “El Regreso del Temor” del tabloide matutino de El Mercurio, a propósito de la explosión en la Estación del Metro Escuela Militar.

Lo mismo ha ocurrido con las exageraciones propagandísticas de los defensores del lucro y la segregación en la educación – hago expresa excepción de posturas divergentes y propositivas, serias y atendibles, como la de la Iglesia Católica y otros sectores de responsabilidad social – y con las constantes invocaciones para aplicarle la Ley Antiterrorista a los comuneros indígenas.

El sistema-oposición, es decir, los conglomerados político-económicos mandantes y sus medios políticos y comunicativos ejecutantes, tuvo la ocasión de ensayar sus capacidades y recursos en la perspectiva de detener, o a lo menos bajarle la velocidad al proceso de reformas del programa de la Presidenta Bachelet, aprovechando esas carencias sistémicas y operacionales en las comunicaciones del gobierno.

Hay que hacer verbo ahora el programa de gobierno de la Presidenta electa Michelle Bachelet, cuando dice que “una ley determinará los límites a la concentración de la propiedad de los medios de comunicación social, tanto mono-medial como multimedial, así como la apertura plural del espectro radioeléctrico, y la distribución del avisaje público, de modo de garantizar el pluralismo informativo y el libre acceso a la información.”

Esta medida, por sí sola, patentiza con meridiana claridad la convicción de la Mandataria acerca de la necesidad de re-barajar los naipes en la industria de la información y la comunicación.

Muy cercanas a esa postura transformadora están las propuestas que los periodistas chilenos hemos formulado desde nuestra trayectoria gremial y profesional.

Nos parece necesario consagrar en la Nueva Constitución Política de Chile el Derecho a la Información y a la Comunicación, garantizado por el Estado y que este derecho sea regulado a través de una Ley Orgánica Constitucional de la Comunicación Social.

Proponemos que se reconozcan y se promuevan tres áreas de la comunicación social: la Pública, la Ciudadana y la Privada, con criterio de fomento y aumentando sustancialmente el Fondo de Medios Regionales, orientado a la creación de empresas ciudadanas de comunicación.

En cuanto a la Televisión Digital, proponemos construir la carretera-transportadora pública de la señal de TV Digital, administrada por Televisión Nacional o por un ente público, para que los canales ciudadanos puedan transmitir a todo Chile.

Dejemos bien claro que el nuevo ciclo político chileno sólo será posible si se democratizan las comunicaciones y se regula con sentido de bien común la industria del sector.

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22 nov 2014

Último round y final con Ampuero

Roberto Ampuero no es solo un comunista converso que terminó siendo ministro de derecha. Es también en mi caso un injuriador. Dice el ex embajador y ministro de Piñera en la página 125 de su libro “Detrás del muro”, recién publicado.

“Ismael, un chileno instalado en una señorial oficina con aire acondicionado del Comité de la Resistencia, estuvo a cargo de organizar mi salida de la isla y de justificarla ante los “compañeros cubanos”. “Siempre le agradeceré su apoyo en esa gestión”.

“Él también estaba hastiado de Cuba, pero no tenía adonde ir. Había intentado infructuosamente trasladarse a México y Venezuela, incluso a Italia, donde contaba con un familiar, pero no le había resultado. Le frustraba haber encallado en Cuba. Disfrutaba, sin embargo, de un buen pasar como funcionario pagado por los cubanos”.

“Por ello simulaba ser un revolucionario de tomo y lomo, un “comecandela”, y era capaz a la vez de criticar con gracia el socialismo y contar los mejores chistes de la isla sobre Fidel.Ante los cubanos actuaba empero como un revolucionario duro. En verdad, lo único duro de su vida era la suspensión del impecable Lada azul que los cubanos ponían a su disposición”.  Textual.

“Ismael”, a quien agradece  inmediatamente Ampuero, es Ismael Llona, es decir el periodista que escribe esta columna.

Yo era, hace 35 años, secretario del MAPU OC en Cuba y representante de ese partido chileno ante el gobierno y el Partido Comunista de Cuba.

Roberto Ampuero, que ingresó al MAPU OC el 19 de mayo de 1979 pidió su traslado a la RDA, donde había vivido antes, en 1974, y yo, como dirigente del partido en Cuba, hice lo que entendí mi obligación ante un militante exiliado que podía incluso perfeccionarse en la RDA. Nunca puse un inconveniente para ese proceso. Nunca me sentí “utilizado”, y, hoy, después de leer sus libros, aún creo que su “cambio” sólo se produjo 10 años después contra Cuba y 30 ó 35 años después contra la RDA.

A 35 años me recuerda como un  aparente “comecandela” y “revolucionario duro”; crítico al socialismo cubano y contador de chistes sobre Fidel.

Siempre, desde mis tiempos juveniles, he sido, a Marx gracias, una persona crítica, y siempre he sido un buen contador de chistes, cuestiones imborrables para un permanente oficialista de todo poder como Ampuero.

Ampuero fue complaciente y oficialista con Allende, con Honecker, con Fidel (no habría contado nunca un chiste sobre él) y con Honecker de nuevo. A ninguno de ellos ni con una broma los tocó, mientras vivió en lo que él entendía eran sus sombras. Se puso valiente 25 años después de la caída del muro y 10 o 12 años después de salir de Cuba con papeles y pasajes puestos por el Partido Comunista de Cuba. Y cuando ya se había cambiado a una derecha pudiente.

Sobre mi vida en Cuba (enero de 1978 a diciembre de 1985) conocieron y conocen mi familia, mis amigos, mis camaradas y compañeros de izquierda de otros partidos, las diferentes instituciones cubanas y hasta la CNI y el COVEMA que me secuestraron en Chile en 1985 y me acusaron (sin juez ni juzgado), según don Jaime Castillo Velasco que me defendió, de ser “un correo cubano” o “un correo del Mir”. Salí de la prisión gracias a una solidaridad que incluyó a diarios italianos, peruanos y al “Granma” de Cuba.

Trata también Ampuero de distinguirme de otros chilenos que vivían en Cuba, destacando que “los cubanos” me pagaban un sueldo (como si fuera raro) y habían puesto a mi disposición un  Lada azul de “dura suspensión” y una oficina con aire acondicionado en lo que llama, con interesado error, “El Comité de la Resistencia”. Se llamaba, y él lo sabe, “Comité de Solidaridad con la Resistencia Antifascista”.

La verdad es que “los cubanos” no sólo me pagaban el sueldo (como al 90% de los chilenos exiliados que trabajaban en Cuba y a casi el 100 por ciento de los habitantes que trabajaban en la isla) sino que pagaban mi usufructo de un departamentito alhajado con televisor ruso, los estudios de mis tres hijos, la atención de salud de toda mi familia, la libreta de racionamiento (en ese entonces bastante buena), los estadios de fútbol, de béisbol, de boxeo (que eran gratis), los pasajes (como a él) que utilizábamos para tramitar nuestro retorno a Chile (en consulados chilenos de Panamá o Perú), la mayor parte del precio de los libros, del teatro y del ballet, etc.

Ampuero gozaba de las mismas “granjerías”, como todos allí, salvo que no atendía en una oficina tan bella (la de una vieja casona en El Vedado) y que no usaba (nunca lo pidió) el auto rojo, no azul, y duro (¿cómo supo él que era lo único que yo tenía duro?) de nuestro partido (el suyo y el mío). Y más, tuvo pareja y un hijo con la segunda compañera de la Federación de Mujeres Cubanas, que supongo tenía Lada y en su oficina, al menos, aire acondicionado, como todas las oficinas públicas, los cines, los tencents y las oficinas del Comité Chileno de Solidaridad, que era tratado como una embajada chilena en Cuba en esa época.

Pero estos son chistes de mal gusto del escribidor.

Lo grave son las injurias.

Dice que yo había “encallado en Cuba”. Que yo no tenía adonde ir. Que estaba allí a disgusto. Que “intenté infructuosamente” salir, a México, a Venezuela, a Italia donde tenía familiar (mi hermano Eugenio estaba allí, y él recurre a ello para que su injuria aparezca con base). Y me inventa acciones, no sólo pensamientos y deseos.

“Intentar” es realizar acciones (desesperadas en este caso) para partir de nuevo, como de Chile a Perú huyendo de Pinochet, de Perú a Cuba, ahora de Cuba a cualquier parte, como escapando (con mi familia) de la opresión cubana (que años después él dice haber sufrido)

La verdad es que toda esta patraña es sólo un cúmulo de injurias con lo que trata de desprestigiarme ante todos quienes lean su libro, y de infringirme daño moral, en vida y después de ésta, en Chile y fuera de Chile, por los años que pueda leerse o se recuerde su libro.

La inquina que Ampuero me muestra (35 años después) no es excepcional. Hay organizaciones, países, partidos, personas, a los que ha injuriado y calumniado con publicidad y alevosía. Pero ¿a qué se puede deber lo mío?

Se puede deber, tal vez (si hay algo difícil de entrañar es la mente de Ampuero), a que escribí columnas muy leídas, en cooperativa.cl y elclarin.cl (reproducidas en “Rebelión” de España y “La Jornada” de México) sobre su ingreso al MAPU OC  en Cuba y su verdadera salida de Cuba a la RDA, donde fue recibido por Enrique Correa, nuestro Representante ante el gobierno de Honecker y muy bien tratado.

Ese “recordatorio” mío lo pudo hacer reescribir sus últimos días en Cuba, en “Detrás del muro”, incluyendo ahora ofensas e injurias a quienes lo ayudamos y le recordamos sus olvidos de “Nuestros años verde olivo”.

Él sabe que, estando asilado con mi familia en Perú desde fines de 1973, aceptamos, con mi compañera, la sugerencia de la dirección del MAPU OC de viajar a Cuba con nuestros hijos, vivir el exilio allí y representar al partido frente al gobierno y al partido cubanos.

Siempre pensamos, con optimismo, que volveríamos a Chile desde La Habana.

¿Volver a Chile desde La Habana?

Para una cabeza como la de Ampuero eso resultaba y resulta inverosímil. ¿Cómo? ¿Volver a Chile desde Cuba autorizado por el gobierno de Pinochet y corriendo luego los peligros y vicisitudes de opositores de izquierda en la dictadura chilena?

Yo y mi familia tenemos cabezas, afortunadamente, muy distintas a la de Ampuero.

Poco después que Ampuero viajó a la RDA, en 1979, yo salí de Cuba (diciembre de 1984) y me vine a Chile, al Chile de Pinochet (no a México ni a Venezuela ni a Italia ni a la RDA ni a ninguna otra parte) y sin que nadie me lo ordenara, sólo mi conciencia. Después  y casi inmediatamente lo hicieron uno a uno mis familiares.

En Chile, al que llegamos sin un centavo y por cierto tuvimos que trabajar y cuidarnos, fuimos encarcelados (en 1985 yo, en 1986 mi hijo menor, ambos estamos en el Informe Valech) mientras Ampuero (a quien nunca más vi) seguía cómodamente exiliado en Berlín donde estudió marxismo leninismo y comunismo científico y  cantaba el “Venceremos” y “La Internacional”, aunque, según él “tenía mala voz”.

Fui subdirector de Fortín Mapocho de 1985 a 1987, Encargado del periódico del NO en 1988, seguí militando en el MAPU semilegal y en el PPD legal, luego en el PS unificado. Toda mi familia ocupó puestos de lucha democrática en Chile.

Al fin de la dictadura trabajé con Enrique Correa y Carlos Montes en los primeros años, y con Michelle Bachelet (de quien fui su asesor comunicacional  en  el Ministerio de Salud) y Ricardo Lagos (que me hizo el honor de nombrarme como Embajador en Haití).

Y siempre mantuve una relación de amistad y reconocimiento a Cuba. El ex Vicepresidente Lage (con quien conversé, enviado por el gobierno chileno, para impulsar el restablecimiento de relaciones diplomáticas a nivel de embajadas), Monseñor Carlos Manuel de Céspedes, amigo de muchos años, y el actual Historiador de la Ciudad de La Habana, Eusebio Leal, me distinguieron con su permanente amistad.

A Cuba, a la que volví en 1986, 1989, 1991 y algunas veces más, le puedo decir lo mismo que la Presidenta Bachelet reiteró recién en Alemania, a la RFA y a la RDA ¡Gracias!

¿Conoce esa palabra el  ex ministro de Piñera? ¡Nunca aprendió ni de lejos lo que es una persona decente, una persona de bien. Y si alguna vez lo aprendió, lo olvidó ipso facto!

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21 nov 2014

La tragedia de Cobreloa

Es muy probable que en estas semanas se defina el descenso de Cobreloa a segunda división.Nunca había ocurrido. Desde su fundación el 7 de enero de 1977, el equipo naranja pasó directamente desde segunda  a primera división en un solo campeonato.

Es el segundo equipo más exitoso de Chile.

Colo Colo tiene 30 campeonatos en 89 años, es decir un título cada 2,9 años.Cobreloa en cambio, tiene 8 títulos nacionales en 37 años, es decir uno cada 4,6 años. Las universidades van más atrás. La U 16 campeonatos (sin sumar el de segunda división) en 87 años, es decir uno cada 5,4 años y la UC tiene 10 (sin contar los 2 de segunda división) en 77 años, es decir uno cada 7,7 años.

Sin ayuda de árbitros, ni cobertura de la prensa.

Cobreloa ha sido siempre el hueso duro de roer, el equipo de provincia que es odiado y temido por los poderosos. Respetado en el extranjero, fue el primer equipo chileno en ganar  la Libertadores en el Centenario, en Colombia y en México.

Y ahora, sin pena y sin gloria, parece encaminarse de manera inexplicable a los potreros.

Está claro que hay cosas extrañas, pues el Club ha vendido a los jugadores más importantes de nuestra selección nacional (Alexis, Vargas y Aranguiz) y esos ingresos no se ven reflejados en la composición del actual plantel. Deudas extrañas, cobros judiciales.Disputas entre dirigentes. Y un largo etcétera.

Algo ha pasado y Cobreloa, que miraba la competencia desde la altura de Chuquicamata y de la punta de los torneos, mira ahora desde el borde del abismo … y desde el fondo de la tabla.

En ese marco, llegó a mis manos un libro nuevo que se llama “Soy de Cobreloa”, del periodista deportivo Carlos Vergara Ehrenberg. Es parte de una colección de la Editorial Lolita, que ya tiene volúmenes sobre Colo Colo, la U, la Católica, la Unión Española y Santiago Wanderes.

Qué momento más duro para publicarlo.

Pero como el propio autor lo hace evidente, todo en la historia de este equipo ha sido duro. Nada ha sido fácil y siempre le ha tocado luchar contra los poderosos y la falta de reconocimiento.

Desde su nacimiento en medio del hoyo de la mina de Chuquicamata, el sol inclemente y la altura que hacía imposible el deporte.

Cuando avanzaba inexorablemente a la Copa Libertadores, y los brasileros y uruguayos consiguieron que se objetara su estadio en Calama y se llevaran las finales a Santiago, en la práctica, un escenario neutral,  Cobreloa fue obligado a jugar dos finales de Libertadores como visitante, sin defensa de la ANFP.

O como cuando el año 1983, los árbitros chilenos se negaron a arbitrarle a Cobreloa porque su entrenador (uno de los últimos caballeros del fútbol chileno) don Vicente Cantatore, reclamó por los errores arbitrales que le birlaron el campeonato nacional.

Y nunca le suspendían los partidos del campeonato nacional por tener semifinales de Libertadores, pese a que para equipos de Santiago sí se hacía.

O cuando la ANFP los declaró antipatriotas por no dejarse perder con Colo Colo y facilitar su paso en la fase de grupos de la Libertadores, allá por el año 1988.

Es la historia del cobre chileno y de sus mineros, que viven y mueren bajo la tierra. Es una historia de esfuerzo y de sacrificios.

Es la historia de esos miles de niños de Santiago, que éramos hinchas y debíamos defendernos solos ante los hinchas de los equipos grandes (a los que les ganábamos igual) y dar explicaciones, ante las preguntas hirientes de nuestros compañeros de colegio… ¿por qué eres hincha de ese equipo? (tan raro, tan anormal, tan marginal…)

El libro cuenta con fidelidad miles de anécdotas notables, como cuando los brasileros de Flamengo (dirigidos en la cancha por Junior, Zico, Moser y otros próceres de los 80)  aterrados al ver que perdían la final de la Libertadores, mandaron a un jugador sin historia (Anselmo) para que entrara solamente a lesionar al gran Mario Soto.

El gol de último minuto de Morena en el Estadio Nacional, fue el último minuto que nos privó de la Copa Libertadores el 82.

En resumen, su historia es una tragedia griega. Con triunfo, sangre y dolor. Como el trabajo del minero.

En palabras del autor: “Ser hincha de Cobreloa y vivir en Santiago, como era mi caso, equivalía a tardes de soledad sin igual pegado a la radio para mendigar novedades a través de la alarma de gol, porque las emisoras ni siquiera se molestaban por esos años en transmitir todos sus partidos, o rumiar hoy porque el Canal del Fútbol no le interesa televisar sus partidos como local.Cobreloa, más que un sentimiento, era casi una enfermedad. Recuerdo noches terribles, temblando y comiéndome las uñas.” Sólo. Frente a la radio.

Es una tragedia.

Y parece que va a terminar así. Como una tragedia, con el héroe caído en la cancha, terminando en la segunda división,  donde nunca debió llegar.

Larga vida al héroe. Larga vida a Cobreloa.

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21 nov 2014

Por un sistema de transporte con equidad

El transporte menor puede progresar  y dar un salto sustantivo al futuro, con plena sustentabilidad, definiendo las bases de un sistema de transporte colectivo integrado y compatible con las transformaciones que experimentarán nuestras ciudades.Apostar al fortalecimiento del transporte menor, no sólo significa mejorar la calidad de vida de los habitantes, sino que también a través de ello, apoyar a miles de microempresarios y trabajadores del sector.

Específicamente, los taxis colectivos, pedimos hace tiempo ser parte de las políticas públicas de gobierno nacionales y locales y no seguir postergados y perjudicados con una política que sólo potencia y privilegia al transporte mayor.

No podemos ser vistos sólo como una actividad colchón de la cesantía y el autoempleo.La arrogancia, el poco compromiso y falta de voluntad política, por abordar con prontitud y diligencia estos temas centrales, no han contribuido a la unidad y consenso en un diálogo fructífero y ágil, el que considere las  diferencias y particularidades.

Nuestra integración debiese concretarse con acciones tangibles y específicas, como la aplicación de fórmulas compensatorias permanentes para quienes usan el combustible como principal insumo de trabajo, considerando tanto las bencinas como el gas vehicular, implementando  medidas de corto y mediano plazo.

Así mismo, prontamente debiese existir un subsidio al transporte público, a través de  la ley 20.696, la que permitirá que los taxis colectivos a nivel nacional puedan acceder, a través de los gobiernos regionales, a un subsidio por renovación de vehículos, con especial preocupación de las zonas extremas.

Junto a ello, es primordial contar con  programas de fomento dirigidos a la modernización del transporte menor, aplicando nuevas tecnologías e infraestructura.

Pero, no cabe la menor duda que la base de la integración es un reconocimiento efectivo,  por parte de las autoridades, de que el taxi colectivo es un actor importante del transporte público a nivel nacional por la vía de una política de descentralización, que sea justa, sin discriminación, que fomente la igualdad, el desarrollo sustentable y la dignidad de sus trabajadores.

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21 nov 2014

Proyección de la Nueva Mayoría

La exquisita ironía de la Política ha llevado a que los debates más polémicos han sido al interior de la Nueva Mayoría y al interior de la Vieja Minoría.  En la primera porque  hay quienes creen que es un nuevo acuerdo programático electoral a cuatro años plazo y otros creemos que es una proyección que viene constituyéndose desde hace 50 años en la base social y los partidos de centro-izquierda.

En la visión de muchos Demócratas Cristianos, especialmente entre los jóvenes y los trabajadores, esta combinación política de centro-izquierda, económicamente contraria al capitalismo, participativa y basada en la ética y la solidaridad es la superación de cada época hasta lograr un respaldo mayoritario social, político y parlamentario que no es  un exabrupto, sino un largo camino difícil y con altos y bajos.

Desde nuestra perspectiva, el primer paso fue el ideario falangista y su ampliación con el Partido Conservador Social Cristiano en la década del 50.  En la década siguiente fue el Gobierno de la Revolución en Libertad, cuyo programa contenía prácticamente todas las ideas que han surgido posteriormente.

Luego vino la confrontación con el mundo socialista, especialmente el cercano al MIR, y después la Dictadura que buscó borrar  todo vestigio progresista y de esos horrores y dolores surgió la Concertación que fue el conjunto pluripartidista más amplio  que había tenido Chile y cuyas insuficiencias provinieron de nuestra minoría parlamentaria en el Senado.

De esa experiencia surgió este último modelo que dio al Gobierno actual de la Presidenta Bachelet y a los partidos que la respaldan una mayoría no conocida y un bloque parlamentario nunca antes obtenido.

Lo que quiero reiterar es que hay una secuencia virtuosa y coherente  de la Democracia Cristiana hasta lograr lo que hoy tenemos y la pregunta es ¿vamos a despreciar lo que tanto nos costó lograr?

¿Vamos a tirar por la borda una coherencia de 50 años? ¿Vamos a lanzarnos al vacío desechando la Nueva Mayoría sin saber lo que viene para la DC? ¿O ya  lo saben y es lo que soterradamente  se gestiona? ¿El camino solitario que nos hizo perder las elecciones de 1946, 1958 y 1970? ¿O el camino del Centro impávido con pequeños aliados?

¿O acaso es la derecha el destino final que se esconde?

Estas tres alternativas son un salto al vacío y no podemos reemplazar con ellas lo que hoy podemos hacer en éste y otro Gobierno de la Nueva Mayoría donde la DC tiene  un lugar y una tarea inigualable.

La política es coherencia entre lo que se escribe y se hace.  Es también el cuidado de su cultura  y alma mater y en el  caso nuestro  son los documentos, los 14 puntos de la Falange el programa de 1964, el programa con que derrotamos la dictadura en 1990.

Nuestro V Congreso del año 2007, el propio programa como base del triunfo de ahora y la última Junta Nacional que definió nuestra posición.  Respeto cabalmente las opiniones de cada militante, pero el Partido debe condicionarse conforme sus decisiones institucionales.  Pero tenemos dificultades con el lenguaje de algunos personeros y los ataques mordaces a la DC y eso no lo aceptaremos.  Porque la unidad es indispensable y nuestro respeto es su eslabón central.

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21 nov 2014

Embarazo y reproducción, responsabilidad social

Uno de los hechos llamativos de la evolución de la sociedad humana de las últimas décadas es la llamada transición demográfica. Disminuyen los embarazos y los nacimientos, se extiende la expectativa de vida y este fenómeno se distribuye desigualmente en la población.

Los nacimientos tienden a crecer mayormente en las mujeres muy jóvenes, menores de 20 años y mayoritariamente solteras  y de menores ingresos, por una parte y, por otra en las mujeres mayores de 30 de niveles más altos en lo socio-económico. La creciente incorporación de la mujer al mundo profesional y laboral ha llevado también a una disminución de la nupcialidad y fertilidad de las mujeres de clase media, fuerte componente del desarrollo contemporáneo.

La tendencia decreciente de la natalidad en Chile ha llevado a que algunos expresen esta preocupación como un tema de alta relevancia para el país. En la medida en que nacen menos niños la pirámide poblacional pierde armonía y se recarga a las edades  intermedias con una mayor responsabilidad en la sustentabilidad inter-generacional en muchos aspectos, particularmente en la seguridad social y la capacidad de financiar las pensiones para las personas que se retiran.

Se han propuesto incluso estímulos monetarios a la procreación de hijos siguiendo la tendencia que ocurrió en algunos países de Europa Occidental ante semejante asunto.

Por otra parte ha sido tema de intenso debate en estos meses la reforma al sistema de la previsión social en salud y muchos han sostenido que nuestros entes privados de salud previsional deberían tener mucho más evidente su pertenencia al sistema de seguridad social que al mundo financiero. Ello implica someterse a los principios de la seguridad social: universalidad, solidaridad, equidad, entre otros.

La decisión del gobierno de establecer vía circular la invalidez de discriminar como preexistencia para negar contrato a una mujer que cursa un embarazo es una medida que busca restablecer la condición natural y no patológica de la reproducción humana. Más aún, es un reconocimiento de la función natural y necesaria del crecimiento de la población y de las familias y de la obligación de la sociedad de sufragar los costos y absorber los riesgos que este proceso implica.

La medida restablece la equidad frente a las mujeres en edad fértil y obliga a los entes aseguradores a absorber solidariamente los mayores recursos necesarios para ser parte del proceso de reproducción de su población a cargo. No se entiende que esto haya ocurrido por tantos años en nuestro sistema de salud y por ello la medida ha sido bien recibida por la mayoría de las autoridades, incluyendo las jerarquías eclesiásticas.

Queda sin embargo mucho por avanzar. La discriminación por pre-existencia de enfermedades es otro elemento de inequidad en el sistema privado de salud. Nadie busca enfermarse y muchas de ellas están determinadas social o genéticamente y con su presencia obligan a las familias y las comunidades a incurrir en gastos enormes en relación a su patrimonio.

El gasto directo de los más pobres en Chile  es en salud excesivo y el mayor proporcionalmente de los países OECD. Las personas piden equidad y acceso, esa es la tarea permanente para el sistema de salud y para el país.

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21 nov 2014

México ¿será donado Peña Nieto?

En un hecho inaudito en el mundo aún no se descubre dónde están los 43 estudiantes secuestrados de modo forzado por la policía. Ello corrobora que el gobierno, pese a tener todos los recursos disponibles para encontrarlos, se encuentra en un grave dilema ya que de aceptar el asesinato su relación queda en evidencia o al demorar la verdad propicia las movilizaciones populares acrecentando la represión.

No tan escandaloso como lo anterior aunque sea un detonante, el viaje al extranjero del mandatario con su esposa, acompañado del maquillista personal, se ha agravado al conocerse que era  dueño- de una lujosa casa avaluada en siete millones de dólares, construida para mostrar su propia opulencia y desprecio por los conciudadanos.

Lo importante es que se ha seguido la pista de los  bienes de Enrique Peña conduciendo a un caso insólito: prácticamente casi todo lo que posee le ha sido donado por almas caritativas, similar a las que recibía la iglesia por su labor celestial.

Entre éstas se cuenta una casa de 150 metros cuadrados cuando era precandidato presidencial del PRI, un pequeño terreno de 2546 metros cuadrados en su calidad de gobernador del Estado de México y otro “menos amplio” de 58.657 metros cuadrados, junto a una casa de 338 metros (estos tres últimos recibidos graciosamente el mismo día).Así mismo, otra extensión de 1000 metros ofrendada a su persona cuando iniciaba su carrera política, incrementado con un “lote” de 24.000 metros en 1989.

Como se puede ver la carrera del mandatario Peña parece haber estado bendecida por la suerte y ha conseguido el primer cargo de la Nación con una gran dosis de atrevimiento.No obstante, los análisis de su vida real demuestran que se ha vinculado a sectores de dudosa reputación política ligados a sectores autoritarios y que utilizan fuerza desmedida en su accionar. El uso de las fuerzas militares en la represión continúa siendo la constante.

Las interrogantes son necesarias, ¿es éste el líder que requiere México para salir de la destrucción del tejido social en que se encuentra sumida? ¿Será Peña juzgado por su condición comercial y directiva? ¿Responderá a la sociedad por los crímenes de lesa humanidad que se perpetran día a día, afrontando con valentía su responsabilidad?

Da la impresión que conociendo la mentalidad de una persona se puede saber su actitud: si un funcionario público evade la ley para no pagar lo adquirido, si ostenta por sobre la miseria, si prefiere viajar antes que resolver el asesinato de sus compatriotas, la respuesta es sencilla y se vincula a la cobardía como criterio.

El mundo solidario pide justicia por Ayotzinapa y el establecimiento de responsabilidades sobre los autores intelectuales en el país. México está en proceso, por lo cual la historia se está construyendo y nada está prefijado.

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20 nov 2014

Huelga de Profesores o “el orden afecta el producto”

En este día en que el Senado, en su Comisión de Educación, se apresta a votar “la idea de legislar” de una de las leyes que conforman la “Reforma Educacional”, mi abuela insiste en escribir cartas a diversas autoridades.

Ella está muy molesta con mi última publicación (sobre la cual, tal como lo indiqué en esa oportunidad, no le consulté su opinión). De hecho, casi no me dirige la palabra.

Igual me las arreglé para leer su última misiva, al menos el “borrador” que había dejado olvidado sobre la mesa que usa habitualmente para trabajar.

Pensé, en primera instancia, que estaba dirigida al senador Fulvio Rossi, presidente de la Comisión de Educación, mas al leerla con atención concluí que el destinatario es el ministro Eyzaguirre.

“Estimado:  a horas de que se someta a votación en la Comisión de Educación del Senado la idea de legislar del proyecto de ley sobre lucro, selección y copago, quisiera llamar la atención a usted sobre lo siguiente.

Los profesores están en huelga; hoy han anunciado una marcha por la Alameda y he podido ver fotos de una protesta frente al Congreso en Valparaíso.  Son, los huelguistas, nuestros profesores de los colegios públicos.

¿Qué origina el conflicto y la respectiva huelga?

Cinco son los puntos que los profesores señalan como los conflictivos: aumento del IDM (Ingreso Mínimo Docente); bono de retiro o jubilación; titularidad de los profesores a contrata; término del agobio laboral (tiempo de preparación de clases); pago de deuda histórica.

He escuchado todo tipo de explicaciones de la autoridad, pero el punto es que hay huelga y manifestaciones públicas del Magisterio.

¿Por qué es importante resolver esto?

Es, a mi juicio, fácil de explicar. Tal como lo ha planteado Mario en innumerables entrevistas y escritos, (me imagino que mi abuela se refiere a Mario Waissbluth, de Educación 2020), si el sistema de educación pública no es fortalecido previamente al término del sistema de copago, entonces tendremos una situación muy compleja.

Me explico, si el fin al copago comienza con un sistema público en conflicto, con sus profesores dispuestos a paralizar una vez más sus actividades, y con el agravante que plantean un petitorio que, el común de la ciudadanía, siente como justo, moderado y de larga data, entonces el resultado será muy complejo.

¿Por qué un padre mantendrá a su hijo en el colegio público si el particular subvencionado del barrio será gratis? Además este último funcionará sin huelga, con mejor infraestructura, y con la percepción instalada en la opinión pública de que imparte mejor enseñanza.

Como usted sabe, yo soy una fuerte defensora de la Reforma Educacional, la creo indispensable y justa. A todas mis viejas amigas, que aún viven, les he podido explicar con claridad el que con sólo tener gratuidad, inclusión y evitando que los dineros destinados a educación se usen en aspectos diferentes a la formación de nuestros estudiantes, se logra una mejoría en  la calidad del sistema.

Pero, entenderá usted que no puedo dejar de advertirle sobre la necesidad de resolver aspectos que pueden causar un gran desaguisado. ¿Se imagina usted que puede avanzar en el fin del copago, del lucro y de la selección sin resolver previamente los requerimientos que los profesores le plantean? Y por otra parte, ¿usted no piensa hacer ningún requerimiento a los profesores?

Mucho me parece que si esto no lo discute, si no antes, al menos en paralelo, entonces usted está metiéndose en un lío (y con ello a todos nosotros).

Los requerimientos no resueltos de los profesores a la autoridad y, peor aún los requerimientos aún no explícitos de la autoridad a los profesores, deben discutirse ahora.

El fortalecimiento del sistema de educación pública no es, como lo entienden algunos, el poner dinero sólo para mejorar infraestructura de estos establecimientos. El mejoramiento de la educación pública radica en establecer un pacto social con nuestros profesores y sin olvidar a los actuales  “sostenedores” de este sistema, es decir a los Municipios.

No quisiera imaginar que se desate un gran conflicto en este ámbito y terminemos con todos los estudiantes (a instancias de sus padres) abandonando los colegios públicos para engrosar las filas de los particulares subvencionados.

Hace unos días me comentaron que la suma de los dineros que los municipios agregan a la subvención que reciben del Estado es muy significativa (no tengo cifras exactas, pero me imagino que usted conoce de esta realidad). Esto es equivalente a un copago que proviene del Municipio (que según entiendo dejará de ser el sostenedor y, por ende, ya no aportará recursos a estos colegios públicos).

En definitiva, como decía mi nieto, “parece que estamos en un problema” y no da lo mismo partir desde la esquina del lucro, el copago y la selección, que desde la del “fortalecimiento de la educación pública”.

Yo estoy de acuerdo con Sergio (me imagino que se refiere al ex ministro Sergio Bitar) quien dijo en días pasados que “no es bueno cambiar al jinete en el medio del río”,  pero me parece inteligente no enfrentarse a un caudal torrentoso que el caballo no es capaz de soportar… Tal vez es mejor “vadear el río”.

Con mucho afecto, Carmela.

Cuídese mucho.”

Hasta aquí la carta de mi abuela… Yo estoy muy de acuerdo.

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20 nov 2014

¿Están hablando de mí?

¿De mí? ¿Qué no saben que tengo un doctorado? ¿Qué estuve en París? ¿Qué me acaban de publicar…? Perdón, pero creo que ustedes nada saben. Los veo en sus mundos menudos, girando siempre en torno a la copucha del día, hablando de mí como si no tuvieran otra cosa que hacer.

Yo los entiendo. No es fácil llegar donde yo he llegado. A la Yve League no llega cualquiera. La Penn University… ¡No tienen idea de lo que es eso! El campus lleno de esculturas, Benjamin (no Benjamín) Franklin está por todos lados y esas esculturas postmo, ese botón medio partido, perdón, poco saben de lo que es el arte.

¿Historia conocida? ¿de sobra? ¿Le ha tocado soportar conversaciones en las que la otra persona no solo ha hecho lo que usted ha hecho sino que lo ha hecho mil veces mejor?

“Estuve en el Museo de Gabriela Mistral”, se atreve a decir uno que se aventuró por el Elqui. “Sí, es interesante”, contesta el otro. “Pero … ¿no has ido a la casa de Atahualpa Yupanqui? Esa sí que es impresionante?” Y, de ahí, paciencia. Pisará las huellas de Anna Frank en su casa en Amsterdam, visitará el motel donde fue inmolado Martin Luther King, y así, hasta que el interlocutor se vea convocado por otras tareas más importantes, más urgentes, más necesarias, que estar perdiendo el tiempo con uno.

Es el narcisismo. Para muchos la enfermedad de la época. Para otros, un mal de todos los tiempos, un mal necesario quizás, pero mal al fin y al cabo. Convencidos de su valía, los próceres de sí mismos suelen ser creativos, tratan de sacar ideas que de tarde en tarde dan con algunos blancos y permiten avanzar en las ciencias o en las artes. Pero, a costa de los muchos y muchas que se ven aplastados por el imperio de su inmodestia. “Aléjense de ellos lo más pronto posible”, recomienda un experto en el tema.

¿Qué es lo patético del tiempo contemporáneo? No es el deseo – irrefrenable, a veces – de sacar adelante una idea, de inaugurar una nueva aventura tecnológica o de procurar una medicina que le lleve a uno, si no a la inmortalidad, por lo menos al Nobel. Son deseos genuinos, ¿no? Lo patético, creo, es la voracidad por ser reconocido, por demandar atención, por hacerse notar. Lo patético es tratar de hacerlo de modo irrefrenable y, en el intento, inventar credenciales y méritos que, en rigor, nunca han sido obtenidos. Lo patético es lo inauténtico.

Lo indeseable es que se impongan los hits, los like, para medir la valía de cada cuál. Que sea el número de amigos en Facebook, las respuestas que uno genere en el Twitter, o las publicaciones ISI – empresa que acaba de cumplir cincuenta años contando cuantos artículos publica cada científico – que mida el quien es uno en la vida.

Si antes nos quejamos de vivir para trabajar, hoy cabe lamentarse de vivir para puntear. El desafío es llegar a ser trendy, a marcar la escena con el nombre propio, como mi amigo que, al volver de Filadelfia, perdón de Phily, combinó sus apellidos paterno y materno, separándolos con un guión, y procuró hacérnoslo saber.

Y si ahí la historia se detuviera, tampoco habría gran problema. Lo escalofriante es que, a partir de estos deseos irrefrenables, se han creado instituciones o, más exactamente, se han creado mecanismos que erosionan los esfuerzos colectivos y los valores que a ellos pudieran asociarse.

Las universidades, por ejemplo, en algún momento concebidas, si no como la conciencia crítica de la sociedad, al menos como fuente del saber y del conocimiento, hoy no son más que grandes maquinarias que procuran puntuar unas más que otras en términos del número de hits que logran.

Y no se diferencian mucho de un Real Madrid que recluta goleadores de las periferias del mundo. Futbolistas, académicos, artistas, escritores, más que jugar a la pelota, tratar de responder preguntas, crear mundos a través de la plástica o de las ficciones, lo que hacen es acumular puntos para llegar, finalmente, al Philadelphia Sports Hall of Fame, o a donde sea.

Algo hay aquí que me recuerda el cuento de Adela Turín, “La historia de los bonobos con gafas”  que mi mujer leía a nuestras hijas. Cuatro bonobos fueron a Belfast a estudiar inglés. Al volver llegaron con maletines balbuceando palabras rarísimas: “Full! Stop! Ring! Black!” y, a quien las aprendiera, regalaban un par de gafas. Pero no a las bonobas, a quienes obligaban a usar un pañuelo, negándole las gafas aunque aprendieran las palabras. Al final, perdón por contar el final, las bonobas se aburrieron. Cambiaron de bosquecillo y  decidieron “hacer solo aquellas cosas que les gustaban de verdad”.

Instalada la marea megalómana en nuestras vidas, forzados a ganar puntos, gafas, a ir a Belfast, a Filadelfia y aprender palabras mágicas, no cabe sino emular a las bonobas, hacer lo que ellas hicieron: entregarse a lo que les gustaba de verdad.

Entretanto, permítanme gogglearme, ver como me ha ido en Academia.edu, pedir a mis estudiantes que busquen, citen, bajen y (ojalá) lean mis artículos y sancionar al colega que ose no referirme. Porque, ¿puede alguien hablar de lo que yo hablo sin citarme?

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