Las personas temen y discriminan todo lo que no conocen. Un ejemplo de esto es Uganda que prohibió la homosexualidad con la pena de muerte, acto paradójico, si pensamos que ellos son un país en su mayoría de color, por lo cual sabrán y probablemente habrán vivido lo que es la discriminación racial, entonces es ilógico que se comporten de manera similar con los gay.
En Chile por suerte no sería posible vivir semejante situación porque después de la dictadura los derechos humanos están siempre presentes al momento de legislar.
Pero aún así pareciera que estos derechos en su mayoría son reservados mas bien para aquellos que viven en el convencionalismo social, porque para los homosexuales hay límites, no así con sus deberes que son los mismos de cualquier chileno.
Límites legales como el matrimonio y la adopción homoparental y digo homoparental porque en Chile es legal que un soltero gay adopte, pero no si declara querer hacerlo con su pareja gay.
El tema legal lo dejaré de lado para analizar más bien el prejuicio que existe en una parte de la sociedad con respecto a la adopción en las parejas gay.
Parto con decir que no creo que la homosexualidad de los padres sea un impedimento para el desarrollo adecuado de los hijos, ejemplos como el chico que sacó puntaje nacional en la PSU es una demostración de cuanto prejuicio y poca verdad hay en esta teoría.
Debemos comprender que la homosexualidad es una variante en la sexualidad humana, no es un defecto, ni una enfermedad mental contagiosa y que dos personas de un mismo sexo no puedan reproducirse entre pareja no quiere decir que no estén capacitados intelectualmente para ser padres.
Por otro lado, cuando se piensa en el bien de los niños y se usa el tipico razonamiento “es que un pequeño tiene el derecho a un padre y una madre” deberíamos considerar que han sido abandonados por papás y mamás biológicamente habilitados para procrear y eso no hizo diferencia alguna.
Hoy esos niños se encuentran solos y tristes, esperando que alguien los ame y dudo que para ellos haga mucha diferencia la sexualidad de quien los adopte si reciben los cuidados, afecto y atenciones que necesitan.
Algunas personas se escudan en el temor del bullying que estos niños podrían recibir en su entorno, pero ¿en ese caso no debería ser la sociedad la que respete la intimidad de las personas?
¿Acaso no es absurdo pensar que un infante deba renunciar al derecho a una familia por el que dirán? ¿Y 30 años atrás no apuntaban con el dedo los hijos fuera del matrimonio? Cosa que hasta el día de hoy sucede, basta recordar las desafortunadas palabras del Sr. Otero.
Por otra parte debemos considerar que la imagen del gay que existe en la mentalidad de las personas desinformadas está distorsionada gracias a losmedios de comunicación irresponsables, que tienden a estereotiparlos cubriendo en modo mediático solo ciertos aspectos de la vida como por ejemplo el “Gay Pride” que no representa todo el mundo gay, ni el diario vivir de una persona homosexual, es solo un espectáculo.
Se necesita educar a la población, pero de verdad, mostrando la realidad por más fome y banal que sea, dejando de lado sensacionalismo y eliminando la morbosidad “que vende” que sólo ayuda a crear prejuicios.
Un típico prejuicio hacia los homosexuales con respecto a la adopción, consiste en problemáticas que se basan solo en el sexo del progenitor, es decir, si son dos mujeres se habla de la falta de la imagen paterna, si son dos hombres se habla de que puedan ser pedófilos.
¿Cómo es posible que frente a un mismo tema los temores sean tan diferentes y en el segundo caso totalmente infundados? Probablemente sea culpa del machismo en esta sociedad, que exalta el papel del macho alfa y sataniza al hombre que no cubre ese rol “social y religiosamente designado” siendo discriminado como si su condición sexual “pasiva” o “femenina” fuera la puerta de todos los males.
¿Qué mal real hay en que un hombre tenga intimidad con otro hombre o una mujer con otra mujer? Ninguno.
Y en estas líneas debo aclarar para quienes aún no lo saben, que la pedofilia es un disturbo mental, en donde un sujeto, “hombre o mujer”, siente atracción por un menor que no ha alcanzado su desarrollo, es decir, de edad no superior a los 12 o 13 años.
Por lo cual recalco y espero quede mas que claro, que la homosexualidad, no tiene ninguna relación con la pedofilia.
La reflexión sobre este tema es fundamental y ojalá se pudiera realizar un estudio con familias homoparentales en Chile ( porque en el extranjero ya existen) para ver los efectos reales de esta convivencia que serviría como base para eliminar mitos y prejuicios que son producto de la ignorancia en este tema.