A tan sólo días de que finalice la gestión del ministro de Salud, Jaime Mañalich, nos damos cuenta de los efectos negativos que quedarán en la salud pública como legado de su administración
Este Gobierno le dio un gran énfasis al sistema de concesiones hospitalarias. Esto, a pesar de los innumerables estudios internacionales, e incluso nacionales, que cuestionan este método.
Asimismo, la Presidenta electa Michelle Bachelet también colocó en jaque esta política, ya que el Hospital de La Florida y Maipú sobrepasaron los plazos de entrega y aún peor, han excedido los costos.
A la luz de los hechos queda claro que es una pésima política pública para un país como Chile que necesita mejorar la calidad de la atención en la salud pública.
Cuando nuestras carencias son básicas como mayor infraestructura, ya que actualmente hay 2,3 camas hospitalarias por mil habitantes, cifra muy lejana a lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud.
Por ello, es hora que el Estado asuma su rol en la salud pública. Nuestro país necesita aumentar la calidad y capacidad del sector público de la salud para terminar, por ejemplo, con las listas de espera o concretar, de una vez por todas, el Fondo Nacional de Medicamentos.
Mi decisión es continuar revitalizando la salud pública, pero eso no se hace cerrando ni demoliendo hospitales, como sucederá con nuestro Félix Bulnes, sino que ejecutando políticas integrales que permitan beneficiar a los chilenos.
Mi mayor esperanza está en que el próximo 11 de marzo, cuando asuma la Presidenta Michelle Bachelet, tendremos una solución ya que el Hospital Félix Bulnes es un patrimonio de la salud pública.