Con la recuperación de nuestra democracia, fue el diputado demócrata cristiano, Carlos Dupré quien impulsó la primera iniciativa para que nuestros compatriotas residentes fuera de Chile pudieren ejercer en plenitud su ciudadanía emitiendo su sufragio desde el exterior.Iniciativa que obtuvo gran apoyo en la Cámara de Diputados, pero no así en el Senado de esa época, lo que no permitió avanzar en hacer efectivo este derecho humano.Manteniéndose esta lamentable situación por más de 20 años.
Nuestros conciudadanos residentes fuera de Chile exigían que se les reconociera su ser nacional y su ser ciudadano, mediante diversas acciones reconocidas por la comunidad internacional. Es así que durante todos estos años, en cada ciudad y comunidad de chilenos en el exterior, se reunieron firmas, elevaron solicitudes, realizaron votos simbólicos, entre muchas otras actividades.
Hoy, cuando vivimos en un mundo globalizado, los vínculos con nuestro país son más allá de donde vivamos; ninguna sociedad puede restarse de la necesidad de reafirmar los lazos de sus ciudadanos donde sea que residan.
Así es como quienes nos comprometimos con toda la comunidad de chilenos y chilenas en el exterior es que luego de una ardua labor y negociación, logramos un acuerdo importante entre los partidos de la Nueva Mayoría y parte de la oposición.
De igual forma se alcanzaron los votos necesarios para establecer una reforma constitucional que posibilitara sufragar en su lugar de residencia, promulgándose por la Presidenta Michelle Bachelet el 30 de abril recién pasado.
Una ley orgánica establecerá el procedimiento para el logro de ese objetivo y ya estamos elevando propuestas y trabajando en eso.
Chile, con esta histórica decisión política, se suma a otros países de la región sudamericana que han incorporado a la vida política nacional y al desarrollo de sus respectivos países de origen al otorgarles este derecho, pues este sufragio en el exterior es una nota que caracteriza a las actuales tendencias de las migraciones internacionales, que han puesto a la persona migrante como sujeto de derecho desde un enfoque de derechos humanos.
El desafío ahora para nosotros como país es colaborar en profundizar una pertenencia activa con los sueños y anhelos de un país más inclusivo, más justo y más acogedor.
Hoy comenzamos una nueva etapa, tanto para los residentes en el país – sean estos nacionales o migrantes- como para con los nacionales residentes en el exterior y debemos construirlo pensando en una sociedad más justa, más humanitaria.