16 ago 2013

No estamos solos

Hasta hace poco, la Democracia Cristiana no tenía amenazas en su espacio político. Es cierto que ha perdido votación, pero hasta el momento no había tenido una amenaza articulada como partido o movimiento político real.

Pese a sus intentos y su evidente crecimiento en los últimos años, pese a entelequias como la del centro social, la UDI sigue siendo una colectividad de ultraderecha. RN no encuentra espacios de crecimiento hacia el centro, aunque lo pregone en cada elección,y continúa jibarizándose.

Pero las primarias demostraron que el monopolio del espacio de centro por parte de la DC llegó a su fin, tanto que un independiente como Andrés Velasco nos ganó con claridad, apelando, justamente, al electorado que no se siente cómodo ni en la Izquierda ni en la Derecha.

Hoy la DC tiene compañía. No sólo está Velasco en el centro. También está Revolución Democrática que construye una opción de cambio y transformación potente. Y así muchos otros movimientos que buscan articular una opción política que sintonice con un Chile que cambió.

¿Qué hacer? Primero, necesitamos un autoanálisis descarnado, sincero sobre cómo nos ve la ciudadanía. Tengo la impresión de que los chilenos y chilenas nos ven cada vez más lejos de sus intereses, de sus anhelos y más cerca de la política que no les gusta, que pudo servir en un momento de la historia reciente de nuestro país, pero que ahora en pleno siglo XXI no parece dar cuenta de una indignación ciudadana que si no es canalizada adecuadamente, puede tener consecuencias insospechadas.

Lamentablemente, creo que hoy no estamos escuchando a la gente; no respondemos las preguntas que debemos hacernos para dar el tono con el Chile de hoy. Siempre hay excusas para no entrar en un debate necesario, profundo y doloroso. Cuando estamos en campaña, la respuesta es no, porque tenemos que movilizar; cuando perdemos, la respuesta es no, porque necesitamos unidad y cuando ganamos, menos, porque no vamos a empañar un triunfo con preguntas complejas.

Me temo que nos acostumbramos a las buenas razones para no preguntarnos y de poco, casi sin que se note, vamos aceptando el estado de las cosas

¿Cuál es ese? Serán 18 años en que ninguno de los nuestros presidirá Chile. Nuestra representación parlamentaria no es la más significativa. Si bien nuestra votación es importante, ella no está en los principales núcleos urbanos, en las comunas que dan forma a este Chile que algunos llaman emergente. Nos vamos acostumbrando. Ya no sólo no nos cuestionamos que no tengamos un presidente DC, sino que la validez de competir ¿Para qué? Si corremos el riesgo de no salir en la foto de la candidata.

En este escenario, el PDC debe ser capaz de mirar su historia y sacar las lecciones suficientes para salir de este mal momento. No podemos seguir en el relativismo, en contentarnos con todas las cosas que hicimos bien, sin abordar ni cuestionarnos aquello en que fallamos. Debemos sincerarnos, reconocer que no tuvimos la fuerza para enfrentar la larga estela de abusos que hoy nadie está dispuesto a seguir tolerando.

Hay que escavar, cuestionarse. En este momento crucial se expande entre nosotros la idea de redefinir el espacio de lo público y lo privado, de lo social y lo individual. Estamos ad portas del desarrollo, pero ha quedado en evidencia que esto requiere no de un giro a la izquierda ni a la derecha, sino que de nuestra mirada puesta en las personas. Una política entendida como acción colectiva que pone al centro a las personas como protagonistas de transformación.

Enfrentamos un momento expectante: aspiramos a un Estado Social y Democrático de Derecho, en donde los ciudadanos son sujetos de derechos que les garantizan su dignidad como personas.Pero también de un estado de obligaciones para todos y para todas.

Ciertamente veo con inquietud el futuro de nuestro partido, pero también creo que tenemos las herramientas, ideas y propuestas para reencantar a nuestros compatriotas.

Para ello, más que preocuparnos de la contienda electoral, debemos seguir trabajando y convocando a un proyecto humanista cristiano con el coraje suficiente para poner a las personas y el mercado en el lugar que les corresponde en la escala de valores.

No nos mueve una inspiración tecnocrática, sino que entendemos la política en su dimensión cultural, basada en los valores de la solidaridad y la co-responsabilidad. Esa es nuestra diferencia hoy con otras opciones en el escenario político.

No estamos solos. Nuestra tarea es salir a descubrir quién nos quiere acompañar en esta tarea.Un gran desafío

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  • Cristian

    Sra Ximena siendo un ciudadano común, el cual no pertenece a ningún partido politico,
    por años votaba por candidatos DC, pero la izquierdalizacion que sufrio
    asociados con el PPD y el PS hizo que ustedes como partido no fueran
    una opcion valida, no los veo como un partido de centro, mucho menos un
    partido que refleje acciones cristianas como lo dice el nombre. A mi
    opinión mientras no se desmarquen de los malos socios que tienen,
    seguiran sucumiendo y desapareciendo como partido de centro.

    • César

      unque nunca he votado por un candidato solo por ser DC, este argumento lo encuentro retrógrado y prejuicioso. No porque yo me junte con un evangélico, un judío, o un nazi me transformo en uno de ellos. Esto tiene sentido en la convicción que tienen ñas personas, o determinación. Por mucho tiempo ( no sólo la DC) sino todos los partidos de la concertación perdieron el norte, y se transformaron en partidos de derecha…pusieron el mercado por sobre las personas…y eso no tiene nada de cristiano…aunque te lo `pases rezando, comulgando y tengas una capilla en tu barrio o en tu casa…Por ello concuerdo en que se necesita una autocrítica descarnada de todos quienes prometieron cambiar el modelo y lo terminaron validando…
      César

  • ana

    Hola sra. Ximena! Tampoco pertenezco a ningún partido, pero no por eso puedo ser indiferente ante lo que sucede. Y no por eso, repito, puedo dejar de observar la responsabilidad y profesionalismo siempre presente en su vida . Alguien dijo: “Aprende a confiar en lo que está ocurriendo. Si hay silencio, déjalo aumentar: algo surgirá. Si hay tormenta, déjala rugir: se calmará”

  • Miguel Santos

    Estimada Senadora Ximena!, creo que lamentablemente la DC se transformo en un partido que solo se intereso por el porcentaje logrado en las elecciones y por los cupos que lograba en ellos, esta mentalidad termino alejandonlos de las necesidades de las personas y de la comunidad en general. Se necesita urgente ese cambio que usted muy bien plantea, ojala sus palabras no queden en el aire y sean un anuncio de que por fin las cosas cambiaran en su partido.

  • Sergio Terán

    Se suponía que el centro social era el nicho propio del PDC. Somos muchos los que no comulgamos con una derecha con piel de oveja que ha validado todos y cada uno de los tutelajes de la dictadura. Pero tampoco nos movió la propuesta de la izquierda totalitaria. Me siento parte de ese centro social, aunque a veces cuesta encontrar un representante genuino…