¿Sabe usted de Héctor Herrera? ¿Le dice algo ese nombre? Para la mayoría de los lectores de seguro que no. Ha aparecido en algunos medios de prensa con ocasión del dictamen respecto a los asesinos del cantautor Víctor Jara. Este hombre actuó sin saberlo así o pretenderlo representando la dignidad y conciencia ética en esos momentos oscuros del golpe de Estado en Chile.
Por un lado, descubrimos el nombre y el accionar de ese valiente en la ocasión que salvó a Víctor Jara de caer en la categoría de NN y detenido-desaparecido avisándole, incluso al precio de su propia libertad y vida, a su viuda e hijas de su hallazgo en el SML, donde se agolpaban cientos de cadáveres (incluidas mujeres) como él mismo relata en entrevista para el medio argentino Página 12.
Podría haber mirado a un lado, podría haber sido presa solo del miedo de aquellas terribles horas pos golpe. Quizá lo fue todo eso al mismo tiempo, pero un destello de compasión y bondad tiene que haber cruzado su mente y haberle dado impulso para arriesgarse y avisar.
Y no sólo eso, para llevar a su viuda a la misma Morgue, hacer el reconocimiento del cadáver y después proceder a su entierro simbólico, pero entierro al fin, en solitario, con su sola viuda y él mismo llorándolo en silencio.
¿Sabe usted lector? Tenía su cuerpo maltrecho, manos quebradas y, dicen, 44 impactos de bala. Cuando sabemos que uno bien dado basta para terminar con la vida de un ser vivo. Pero no. El odio pudo más, el odio ideologizado y la saña desde un poder impune.
Pero esto no es quizá lo más importante: lo relevante es que hubo una persona –y fueron muchas y silenciosas en esos momentos a no dudarlo-que mantuvo viva la llama de una conciencia ética de compasión por el otro, mas allá de cualquier bandería; conciencia que después, lentamente, se iría apagando en la medida que se imponía el nuevo ethos cívico-militar.
Qué distinta esta actitud de rescate de la dignidad y la conciencia ética de lo que hace y dice hasta hoy el udismo nacional. La hipocresía y odiosidad de sus dirigentes ha sido la tónica , en que se permiten pagar insertos en su prensa para descalificar a otro mandatario ( ¿porqué no lo habrán hecho antes señor, cuando desaparecían compatriotas en su propio país?).
Mientras conocemos a ese héroe silencioso en el golpe de Estado, el Sr. Novoa aparece muy preocupado –cómo no-, de criticar a su propio gobierno por desviarse del camino correcto y andar tras quiméricas igualdades. No pues.
Si el Sr. Pinochet – que, como sabemos, murió tan “pobremente”-, lo dejó establecido: hay que cuidar a los ricos siempre y lo demás se os dará por añadidura.
Si esos ricos lo dejan a usted sin agua potable un día, o sin gas el otro; o sin transporte el siguiente, o sin litio y presupuesto en educación, es pura casualidad no más. Pero eso sí, ellos sí que saben cobrarnos todos sus “servicios” y con intereses, cómo no.
¿Qué fácil resulta así no? Otra más.Nuevamente los creadores y herederos señeros de la democracia protegida han votado en contra de modificar el binominal. Cómo no, este modelito le ha dado estabilidad al país, es decir, al poder de la minoría rica, nacional y extranjera.
Por último, hacen una escandalera que cae en el ridículo porque nos visita el Presidente de Cuba, y quieren hacerlo responsable de lo sucedido con J. Guzmán. Uno se pregunta: ¿habrá otras derechas en el continente más fundamentalistas y anticomunistas que ésta? Y claro,se declaran, además, de “centro-derecha”. Perdón, ¿qué será este nuevo alibi (o unicornio azul) en la ciencia política de hoy?
Pero esto no sería lo peor, si no los viéramos únicamente ocupados con aclarar la muerte de su líder, como la única muerte que vale la pena conocer y sancionar.Todas las otras que han habido, crueles e inhumanas son pues, nada más que “daños colaterales”. No hay que recordarlas.No hay que honrar sus nombres. Hay que borrarlos de toda historia.
Y estos señores y señoras (porque las hay) pretenden darnos día a día lecciones de “ética” y “moral”. Que el Señor de los cielos nos pille confesados…