21 ene 2016

La Nueva Mayoría y la restauración conservadora

Era un secreto a voces que el PS, a pesar de las resistencias internas, iba a terminar apoyando el acuerdo electoral y político con la DC para la elección de concejales. Hace unos meses, la idea era que la próxima municipal fuera enfrentada al interior del oficialismo en un inédito esquema de alianzas: tres listas y un nuevo eje dominante.

Los partidos del conglomerado se reagrupaban en tres listas de concejales: la DC con los radicales, el PS con el PPD y el PC con el MAS y la Izquierda Ciudadana. A su vez, se instalaba un nuevo “eje dominante”  conformado por el pacto PS-PPD que fortalecía el polo progresista del conglomerado. Sin embargo, en un par semanas el escenario cambio radicalmente.

¿Qué determina este cambio?

Tres hechos modificaron el panorama. El primero, es el voto político que aprueba la DC en el Consejo Ampliado de principios de noviembre en el sentido de pactar con el PS una lista de concejales. El segundo, tiene que ver con el hecho de que la coalición, el gobierno y su proyección más allá de esta gestión se han ido debilitando fuertemente en las últimas semanas. Y por último, los cálculos electorales que muestran cuáles son los mejores rendimientos para lograr la mayor cantidad posible de concejales.

Estos hechos que presionan y condicionan el giro político al interior del conglomerado surgen a partir de tres preguntas que la coyuntura instala.

¿Cómo hacer que la DC no se sintiera “arrinconada” y se comprometiera con el gobierno y la coalición?

¿Cómo se fortalece el gobierno en una coyuntura compleja?

¿Cuál es la fórmula electoral más adecuada para el mejor rendimiento electoral?

De este modo, en un abrir y cerrar de ojos se modificó un esquema interno de alianzas que apuntaba a que el péndulo del poder al interior de la Nueva Mayoría se instalara a la izquierda con el consiguiente debilitamiento de la DC y con los riesgos de debilitar los apoyos al gobierno y de proyectar una coalición reformista.

¿Qué implica políticamente este hecho?

Lo más relevante, no es que se compita en dos o tres listas de concejales, sino que se articula, desde el socialismo han dicho que no, el eje PS-DC que ha sido el lugar desde donde se ha conducido el programa de centro-izquierda desde los noventa. De este modo, se neutraliza el tránsito del eje dominante PS-DC al PS-PPD y, se vuelve al esquema de la moderacióny consenso que caracterizó los veinte años de concertación democrática.

Este esquema es, de algún modo, un retorno a la moderación conservadora, al progresismo neoliberal y al rol centrista de los socialistas. En efecto, este acuerdo viene a moderar las tendencias reformistas y puristas de la Nueva Mayoría. Este acuerdo viene a dar por terminado el ciclo reformista de Bachelet.Este acuerdo viene a neutralizar y a debilitar las fuerzas progresistas del socialismo y de la Falange.

Este acuerdo, en definitiva, viene a instalar los equipos políticos que van a conducir, si es que hay, la segunda fase reformista; es decir, el pacto PS-DC viene a generar las condiciones políticas, ideológicas y electorales para el retorno de la vieja concertación en la conducción de la Nueva Mayoría. El retorno de Lagos y las opciones de Insulza, Walker o Burgos son el reflejo de una tectónica del poder que ha comenzado el camino a su lugar natural: La Moneda.

¿Qué pasa con las reformas?

La situación económica y política del país genera un impulso regresivo para la agenda reformista.Es decir, luego de terminado el ciclo Bachelet comienza una fase que va estar centrada en el crecimiento, en estabilizar las reformas del primer ciclo de la Nueva Mayoría -tributaria, educacional y laboral- y en conducir el proceso constituyente.

Si bien, la agenda de transformaciones estructurales no está agotada, sobre todo  en los enclaves neoliberales del modelo, no será un tiempo para más reformas ni para más presión financiera sobre el Estado. Se abre, por tanto, un ciclo de moderación que va estar conducido por Piñera o por un socialista.

Sin embargo, la proyección de la Nueva Mayoría requiere del lubricante del cambio. De hecho, el conglomerado tiene en su ADN la voluntad transformadora de todas aquellas estructuras e instituciones que generan desigualdad y exclusión. Por ello, una segunda fase no se puede llevar adelante sin una agenda de cambios que le siga dando sentido político al proyecto reformista. En consecuencia, tendrá que existir algún tipo de transacción entre las dos almas del oficialismo como la única forma de seguir avanzando unidos.

La gran lección del período.

La gran lección de este gobierno es que una gestión que impulsa una agenda de transformaciones para la inclusión, en el marco de una sociedad neoliberal, no sólo necesita de una conducción política clara, ordenada y coordinada, sino también de mayores grados de cohesión política, ideológica y programática. Esto es, justamente, la mayor carencia y debilidad del oficialismo. Ese es, su mayor pasivo.

En consecuencia, la proyección de la Nueva Mayoría bajo la conducción de los moderados requiere para ser eficiente coherencia ideológica y un fuerte compromiso programático. Por ello, para lograr ese objetivo se requiere una depuración del conglomerado en el sentido de que no pueden seguir conviviendo en un mismo gobierno sectores conservadores, neoliberales y progresistas. Son tendencias, sin duda, incompatibles. El pacto PD-DC retarda estas definiciones.

No se trata, finalmente, de desconocer el hecho de que un proceso de cambios sociales “estructurales” como le llaman, requiere, así lo demuestra la experiencia, de la unidad política y social de la centro-izquierda. Ese, por tanto, no es el dilema; al contrario, lo que el conglomerado requiere son definiciones programáticas e ideológicas al interior de cada partido que generen un pacto político más homogéneo y que haga posible avanzar en una agenda de cambio con coherencia y fuerza política.

Ha llegado, por tanto,  el momento de la depuración de la Nueva Mayoría no sólo para defender las reformas estructurales de este gobierno, sino también para seguir impulsado los cambios que la agenda de la igualdad demanda aun cuando sea bajo dirección moderada.

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21 ene 2016

¿Qué es lo que esperas de tu pareja y de tu salud emocional?

“Donde fuego hubo, cenizas quedan”. Este dicho tradicional me hace sentido cuando priman más los buenos recuerdos que el mismo sentir y la razón. A veces la nostalgia de estar acompañados u otras razones hacen que uno se sienta atraído a estar junto a una persona, a pesar de tener caracteres incompatibles.

Las relaciones humanas son como una perla preciosa. Cuando un parásito entra en ciertos tipos de ostra, ésta a modo de defensa lo va cubriendo hasta que se forma una hermosa perla. Si uno pone lo mejor de sí ante alguna situación que pareciera ser adversa a la armonía de pareja, así como la ostra produce una perla, uno puede desarrollar una relación saludable que brinde paz y felicidad.

Debiera uno centrarse en el bien-estar, más que en el estar. Una mujer vanguardista, Mary Baker Eddy en su best seller Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras dice:

“Las notas mal combinadas producen disonancia… La mezquindad y los celos, que quisieran encerrar a una esposa o un esposo para siempre entre cuatro paredes, no promoverán el dulce intercambio de la confianza y el amor. Las palabras tiernas y el cuidado desinteresado por lo que promueve el bienestar y la felicidad de tu esposa comprobarán ser más beneficiosos para prolongar la salud y sus sonrisas, que la indiferencia impasible o los celos.”

Donde hay comunicación basada en honestidad, amor y respeto mutuo, la vida cotidiana se viste de hermosura, el verde del pasto se ve más intenso, la sonrisa no se despega de la cara de uno, e incluso hay estudios que han comprobado el gran beneficio del amor para la salud. Sin embargo, también es mejor estar sola o solo que estar con quien no es compatible.

Si eres de aquellas personas que buscan encontrar una pareja o si ya tienes una pareja, quizás estos tips no te sean indiferentes.

Haz una lista con las cualidades que buscas en tu pareja.

1.- Cubre cada situación con amor; un gesto, o incluso el silencio, es mejor que una respuesta dura.

2.- Conócete a ti mismo y focalízate en desarrollar cualidades que enaltecen tu carácter.

3.- Ve el vaso medio lleno, es decir, centra más tu pensamiento en las cualidades de tu pareja, no en lo quieres que ella sea.

No todo lo que brilla es oro, la atracción física o química no es lo primordial.Una buena comunicación, respeto mutuo e intereses en común permanecen y son de gran valor, tanto como lo es una perla preciosa. Cuidar lo que se tiene y desechar lo que no contribuye al progreso de ambos brinda bienestar y salud emocional.

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20 ene 2016

Sombras chinescas

Hoy observamos como el precio del cobre recorre mínimos históricos y preguntamospor qué un país que creció al 5% hoy no crece. ¿Qué hicimos, o no hicimos, durante la casi década del ciclo de expansión de los commodity? Muy poco quedó de todo eso y ahora, tal cual las sobras chinescas utilizan manos y lámparas para dramatizar una ilusión, Chile culpa a China entre otros “factores” externos.

¿Cuánto le podrá afectar a la economía chilena la desaceleración de China? Es parte de la ilusión, enfrentar la realidad es preguntar ¿qué hicimos para depender tanto de China?Una conjetura es que esto es el resultado de un país que privilegia el crecimiento sobre el desarrollo.

Crecimiento y desarrollo son dos términos diferentes. Crecer implica producir más con más recursos. Desarrollo implica cambios en las formas de producir, lograr producir más con menos, y producir nuevas productos y servicios.

Chile ha privilegiado el crecimiento sobre el desarrollo porque el cobre continúa siendo el 50% del total exportado. Además, ha definido que las áreas de crecimiento serán la minería, agricultura, pesca y turismo, desestimando la inversión en ciencia y tecnología. Y las cifras se acumulan.

Chile es el país con menor gasto público y privado en I+D. Conicyt está en crisis por la ausencia de una planificación de largo plazo y exceso de burocracia. En Chile la ciencia y la tecnología no se discuten, menos son una opción de vida para las generaciones futuras.Dedicarse a la ciencia y tecnología es una fantasía.

Se ha fraguado una cultura estática y conservadora, donde el mérito es hacer lo mismo pero mejor, resultando en una economía de materias primas altamente sensible a los ciclos económicos, donde cada vez que sube el ciclo económico,se proyecta una imagen falsa de éxito, impulsando la sobre explotación y desestimando la prioridad por crear e innovar.

Cada vez que baja el ciclo económico,creemos en la ilusión de que se debe a “factores”externos (en esta oportunidad China), las empresas recortan costos, el Estado incrementa el gasto fiscal, y confiamos en que una tasa de interés baja impulsará el crecimiento a base de un mayor consumo, y por fin pensamos en hacer cosas diferentes e innovar, pero el Estado y las empresas señalan que ya no hay recursos suficientes.

Chile entonces es el resultado de un crecimiento que en el pasado sólo se debió al gasto fiscal pos terremoto y a un precio inusual del cobre, donde nos preguntamos cómo hacer mejor lo que hacemos, donde hacer cosas diferentes basados en ciencia y tecnología que permiten depender más de nosotros mismos, no tiene espacio.

Somos entonces, el resultado de un espectáculo de sombras chinescas.

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20 ene 2016

The Revenant

Termino de haberla disfrutado hace escasamente veinte minutos, la sensación es la de haber visto algo grande…monumental, desde la espléndida fotografía de Lubezki, que te agarra de las tripas desde el primer fotograma, pasando por la implacable crudeza de las escenas (inolvidable los planos secuencia de la primera batalla y la lucha con el oso) hasta las interpretaciones, donde DiCaprio da un nuevo recital en una consecución de primeros y primerísimos planos enmarcados en panorámicas de paisajes indómitos y  verídicos…cuesta creer que en este planeta que se nos cae a pedazos puedan aun existir estas geografías gélidas, boscosas, montañosas y fluviales que quitan el aliento.

La historia que se nos presenta (seca, descarnada, realista hasta el tuétano) versa sobre dos temas ancestrales: la supervivencia y la venganza.

En este filme, al contrario que en los western clásicos, no hay blancos buenos ni indios malos; aquí, y al contrario que en los western “modernos” estilo Danza con lobos, no hay indios buenos ni blancos malos. Aquí solo hay seres humanos haciendo lo posible por  sobrevivir en un mundo áspero que los hombres se encargan de hacer más cruel con  actos que acarrean consecuencias.

No hay justicia, solo acción-reacción. No hay honor, solo una sed  desmedida por  desgarrar carne y derramar sangre. Sin embargo, en este infierno que Iñarritu nos retrata y que el propio hombre crea y gobierna, la venganza y la supervivencia son lo único que puede hermanar a un puñado de hombres heridos y fracturados mental  y  espiritualmente (como lo muestra metafóricamente la magnífica secuencia del bisonte derribado y devoradas sus entrañas a cuatro manos por quienes unos momentos antes no veían nada más en su existencia salvo muerte, silencio y hielo).

Gonzalez  Iñárritu no da ningún respiro. Al mejor estilo  Shakesperiano, es recomendable  no encariñarse con ningún personaje. Lo que pasa en la pantalla es la vida, no la idealización de la existencia o de cómo debería ser esta. En esa vida, Leonardo DiCaprio nos ofrece estrategias de supervivencia real mixturadas con estrategias actorales, su performance es totalmente física de muy  escasos textos, un actor comprometido en carne y alma con un proyecto fílmico de rasgos titánicos.

Un guión donde prima más  la forma que el contenido, pero eso no significa que estemos frente a un guión deficiente. Es una buena historia basada en hechos reales, un juego de supervivencia y venganza al estilo de la vieja escuela, con un ritmo narrativo acertado en su calma y en la simbología onírica para entender el flujo de conciencia del protagonista.

Una gran historia, una magnífica puesta en escena, alguna que otra metáfora visual acertadísima, una manera de contar el cuento que da un lugar privilegiado a las entrelineas  de un guión donde prima y se encumbra la belleza de los silencios, la narración por medio de los rostros disímiles, temerosos, rostros ansiosos, rostros vernáculos nostálgicos de una grandeza perdida. Propios tal vez  del violento encuentro de dos culturas y dos mundos. El silencio de la vastedad y la soledad en esta película son también protagonistas insuperables.

Este es un filme épico, brutal y complicado. No es un trabajo fácil de digerir pero el resultado final es intachable. Maravillosamente dirigida, bella y dolorosa. The Revenant es una poesía ensangrentada, gélida en su enfoque, pero no por ello menos intensa. Una de las mejores películas del año.

Afírmese ante esta muestra de poder de un cine sin ataduras y de un protagonista  estirando sus dotes interpretativas. Poniéndose a prueba ansioso ante el desafío. Eso es algo que no debes perderte.

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20 ene 2016

Elecciones en Taiwán, interrogantes a futuro

Por primera vez una mujer, Tsai Ing-wen es electa presidenta en Taiwán, país de poco más de 23 millones de habitantes que se encuentra en una ubicación estratégica de la región del Asia Pacífico. También por primera vez el hasta ahora opositor Partido Demócrata Progresista (PDP) obtuvo una amplia victoria electoral en todos los frentes ante el tradicional Kuomintang (KMT), que ahora y desde 1949 no contará con el control mayoritario del parlamento isleño ni con el poder ejecutivo.

Estos acontecimientos son relativamente normales en un esquema democrático, y también suelen dar cuenta de su buena salud: la alternancia en el poder, el ejemplar comportamiento del electorado, la transparencia en el proceso, entre otros aspectos.

Entonces, ¿por qué a este caso particular habría que prestarle atención? Y es que debido a sus condiciones históricas y políticas es inevitable referirse a Taiwán sin hacerlo con China, y por ello resulta valioso conocer una realidad compleja cuyas transformaciones pueden tener repercusiones considerables en una región cada vez más interconectada y relevante en lo comercial, lo que ha ocurrido en paralelo con el ascenso de China como actor de primer orden en el sistema internacional.

Dadas sus características, se puede establecer que Taiwán se presenta en el escenario internacional bajo una condición dual. Por un lado, es una de las entidades económicas y comerciales más exitosas a nivel global, logrando en unas cuantas décadas pasar de ser una economía poco avanzada, centrada en la agricultura de subsistencia, a convertirse en una de las más prósperas del Este de Asia, exportando diversos bienes de alto valor agregado que constituyen alrededor del 70% del PIB.

Sin embargo, en el aspecto político-diplomático Taiwán se encuentra marginado de organizaciones tales como la ONU, contando con el reconocimiento oficial de una cantidad limitada de Estados.

Su aislamiento como entidad política tiene sus inicios en la Guerra Civil china, cuando el gobierno de la República  China se refugió en la isla de Taiwán, escapando del avance de los comunistas liderados por Mao en el continente. El conflicto se mantiene sin resolver hasta hoy, resultando en dos gobiernos que oficialmente se denominan “China”y que no se reconocen mutuamente: los comunistas de Beijing y los nacionalistas (Kuomintang) en Taipei.

La consecuencia de aquello es que la comunidad internacional ha reconocido mayoritariamente al gobierno de Beijing como “la única China”, lo que ha hecho que Taiwán utilice mecanismos informales (a través del comercio, principalmente)para relacionarse con otros Estados.

Su condición dual (exitosa en lo económico, aislada en lo político) es única en su tipo y también se remite a la propia relación de la isla con el continente: a pesar de no reconocerse formalmente como Estado legítimo sí han cultivado una fructífera relación comercial tras bambalinas, que se potenció en la década del 2000 y se consolidó durante el mandato de Ma Ying-jeou, actual presidente taiwanés desde 2008 hasta este año.

China confía que este acercamiento comercial sea la clave de una eventual incorporación de esta “provincia rebelde” a sus dominios, bajo un esquema de “Un país, dos sistemas” similar al que mantiene con Hong Kong y Macao, mientras que para Taiwán esta relación ambigua ha sido fundamental para sostener el crecimiento económico en la última década.

Sin embargo, el modo en que ha ocurrido este acercamiento ha irritado a amplios sectores de la sociedad isleña que ven con suspicacia este acercamiento con China, especialmente debido a que este proceso estuvo marcado por diálogos poco transparentes y algunas irregularidades en los mecanismos institucionales de la isla para acelerar este proceso.

Esto último fue lo que provocó un masivo movimiento estudiantil en marzo de 2014 que reunió a miles de jóvenes que se tomaron el parlamento taiwanés en protesta por las irregularidades y el secretismo que rodea a los diálogos con Beijing.

El denominado “Movimiento Girasol” reunió a jóvenes criados en una sociedad que pudo gozar ya de los frutos del milagro económico taiwanés, dentro de un sistema político muy distinto al de China y más cercano a una democracia liberal, con alta libertad de expresión y protección a los derechos individuales.

Estos jóvenes se sienten en su gran mayoría taiwaneses y no chinos, y con manifestaciones como el Movimiento Girasol también buscan defender para sí un conjunto de valores y derechos que ven en riesgo si llegase a ocurrir una reunificación con China. Sucesos como las protestas en Hong Kong de 2014 reforzaron esas suspicacias, y todo lo anterior contribuyó enormemente a que el partido en el gobierno, el Kuomintang, se debilitara enormemente en cuanto a su respaldo ciudadano.

De este modo, el escenario se dio de manera idónea para que el opositor Partido Demócrata Progresista, conocido por sus consignas a favor de la independencia de Taiwán, pudiera obtener un éxito tan contundente en las elecciones de la semana pasada. Este panorama siembra numerosas incertidumbres respecto a qué puede pasar en el futuro con las siempre complejas relaciones Beijing-Taipei que parecían haber estado en su mejor punto hasta ahora.

La primera de ellas es si acaso el continente reconocerá al futuro partido gobernante como interlocutor válido, ya que rechaza todo intento de independencia isleña hasta el punto de llegar a las armas si fuese necesario.

Otra interrogante a propósito de este giro en la política isleña es si la presidenta electa Tsai radicalizará su discurso ya en el poder, que durante la campaña fue conciliador y favorecedor del statu-quo, pero que ya en el ejercicio de la presidencia podría ceder ante cambios a nivel interno (recrudecimiento de la crisis económica) o también por una mayor influencia de las facciones más independentistas de su partido.

También surgen interrogantes respecto a Estados Unidos, el principal aliado de Taiwán, que podría seguir protegiendo a la isla, estratégicamente muy bien ubicada entre medio de las redes de comercio regional, o bien mostrarse indiferente para no tener roces con una China cada vez más poderosa en todo sentido.

La última interrogante por mencionar (a pesar de que hay muchas más) es con respecto a los propios factores internos de China, que reporta su menor tasa de crecimiento en 25 años y que junto a esta adversidad también se le suman los conflictos con Japón (Islas Diaoyu/Senkaku) y con las Islas artificiales del Mar del Sur de China que está construyendo para así ganar posiciones en un área también reclamada por Filipinas, Vietnam y el mismo Taiwán.

Ante estas preguntas se configura un escenario que a priori parece estar sumamente abierto. A diferencia de otros análisis que parecen ser más bien fatalistas con respecto al destino de Taiwán (ser finalmente anexado por China), hay una serie de factores que han sucedido en el último tiempo y que mantienen un velo de duda respecto a cualquier resolución de este escenario.

Una sociedad isleña más empoderada y reticente, la ralentización del crecimiento chino y su creciente número de disputas con otros países , futuros desarrollos del “Giro a Asia” planteado por el gobierno de Barack Obama en Washington, la evolución de la economía mundial y otros elementos más hacen que este caso sea muy valioso de mantener a la vista, porque también da indicios sobre cómo el planeta se encuentra cada vez más interconectado, y que por ello las repercusiones pueden sentirse cual tsunami que viaja veloz de un rincón a otro del Océano Pacífico, y ante lo cual los tomadores de decisiones de los gobiernos aludidos (incluido el chileno) debiesen tener una preparación mínima ante los distintos escenarios que pudiese deparar el futuro.

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20 ene 2016

¿Qué ciencia, para qué modelo, para qué país?

Según el “Informe sobre la Ciencia 2010” de la Unesco, el número de científicos en América Latina y el Caribe se duplicó entre 2000 y 2007, concentrándose el 91% de los 252.000 investigadores de la región en Argentina, Brasil, Chile y México.

Ese mismo informe indicaba que el gasto interno bruto en Investigación y Desarrollo llegaba a 0,67%, muy lejos del 2,28% promedio de los países de la OCDE, estimando además que el número de investigadores de la región representaba el 3,5% del total mundial, habiéndose incrementado un 0,6% desde 2002. De ese 3,5, la mitad estaba en Brasil, país que además concentraba el 60% del gasto regional en I+D.

Un ranking de la revista Scientific  American de 2012, en producción científica de calidad los 10 mejores países del mundo son: EEUU, Alemania, China, Japón, Reino Unido, Francia, Canadá, Corea del Sur, Italia y España. Los criterios considerados en este ranking fueron el número de estudios científicos publicados en las mejores revistas del mundo, la cantidad de patentes registradas, el gasto total en I+D+i (investigación, desarrollo e innovación) y la cantidad de doctores que generan en un año.

Para el caso chileno, Conicyt informaba el 2013 que el número de artículos científicos, en que al menos un autor tiene como filiación de país Chile, crecieron de 1.691 en 1996 a 6.490 en 2010.Otros indicadores dados a conocer ese año señalaban que la participación chilena en la investigación mundial pasó del 0,15% en 1996 a un 0,31% en 2011.

Asimismo, el crecimiento promedio de la producción científica en Chile en el período 2006-2011 fue de 11,06% anual, superando en 0,3 puntos la tasa de América Latina y en 3,83 puntos la mundial. También se destacó que Chile muestra la mejor relación de documentos por población.De 134 documentos por millón de habitantes en 2001 se alcanzó a 388 en 2010.

En junio de 2015 la revista Nature destacó que Chile tuviera la tasa de patentes científicas más alta de Sudamérica, que según cifras del Banco Mundial alcanzan a 13,52 patentes por cada millón de habitantes. Cifras del Instituto Nacional de Propiedad Industrial durante 2013 ratifican este dato: ese año se recibieron 3.076 solicitudes de patentes, 2% más que el año anterior. De ellas, el 35,4% fue del área mecánica, el 25,6% del área química, el 20,9% de farmacia, el 9,9% eléctrica y el 8,2% de biotecnología.

Sin embargo, pese a todas estas cifras que pudieran parecer extremadamente positivas -y sin duda lo son- los investigadores científicos levantaron su voz en noviembre del año pasado, tras la renuncia del entonces director del Conicyt, el destacado físico Francisco Brieva.

Luego, la discusión sobre los montos comprometidos para investigación científica en el presupuesto 2016 nuevamente gatillaron la molestia de los científicos. Ya desde antes organizaciones como “Más ciencia para Chile” venían promoviendo la creación del ministerio de Ciencia y Tecnología, propuesta respaldada por un proyecto de acuerdo suscrito por 29 senadores en diciembre pasado.

Por cierto, los planteamientos de los científicos e investigadores no se reducen a la necesidad de tener una nueva institucionalidad. Sus demandas pasan por la baja de recursos para becas y fondos concursables, el cierre de centros de excelencia, la imposibilidad de postular a concursos que pesa sobre muchos científicos por haberse retrasado en las fechas de titulación, la demora y falta de participación vinculante en el consejo directo de Conicyt, la falta de contratos y largos períodos de trabajo a honorarios (con su impacto previsional y de acceso al crédito), la imposibilidad de tener pre y pos natal, y el no contar con seguros de accidentes, entre muchas otras.

Pero al igual que en muchas otras materias el problema no es solo de mayor disponibilidad de recursos. El problema de fondo es, muchas veces, la ausencia de una política nacional clara, pero también tiene que ver con el modelo político y económico dominante en el país.

Pese a ser un país con enormes riquezas y fortalezas en materia pesquera, forestal, minera y astronómica, solo por citar algunas, no tenemos grandes centros o proyectos de investigación científica asociados a ellas. En materia tecnológica ocurre algo similar: seguimos siendo colonizados por tecnologías y softwares extranjeros, pagando millonarias patentes, cuando muchas de ellas podríamos hacerlas nosotros mismos.

Para ser bien claros, lo que estamos diciendo es que tenemos un modelo económico con mucho extractivismo, pero poca investigación e innovación científica. Es decir, es un modelo que prescinde de la ciencia, que en gran medida siente que no la necesita. Pero para un país que debe, sí o sí, avanzar en darle un mayor valor agregado a sus exportaciones, como lo han hecho muchos de los países con los que nos gusta compararnos, debemos,  como dijo en su visita a Chile a fines del año pasado el secretario ejecutivo del OCDE, Miguel Angel Gurría, “pasar del cobre a la neurona”.

Desde la Comisión Desafíos del Futuro estamos permanentemente tratando de aportar a este debate que es ineludible. Porque entendemos que sin Ciencia, Tecnología, Investigación e Innovación no hay mejores y más justos mañanas para Chile.

Por eso valoramos el anuncio de la Presidenta Bachelet de crear el ministerio de Ciencia y Tecnología. Pero para avanzar más y más rápido, primero necesitamos responder qué ciencia necesitamos, para qué modelo de desarrollo y para qué país.

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19 ene 2016

La colusión, la economía y las Pymes

Ni siquiera el prolífico prosista, ex controlador del principal grupo de retailers o supermercados, es capaz de defender la colusión; lo que él hace es echarle la culpa al gobierno de desprestigiar a los empresarios, nada sobre el fondo del asunto.

El capitalismo en el 2016 es el sistema que ordena y manda a nivel planetario. Con los cubanos creando un segmento de la economía en manos privadas, que hoy aportan al 20% de la economía, no existe proyecto de economía estatal única, base de los socialismos conocidos. La oferta y la demanda, base de la economía de Adam Smith, se impone a nivel global. La pregunta entonces es si ¿existe la posibilidad real, de la libertad en los mercados?

A la luz de los hechos en Chile, esto tiene interpretaciones. Como dijo el gerente de Pullman Bus en sus descargos ante el Tribunal de Libre Competencia- TDLC- de “ponerse de acuerdo para poder trabajar en armonía” o que la libre competencia “es para el resto, pero no para mí”, declaración del dueño de Agrosuper. Así no funciona la libre competencia. La teoría económica capitalista no permite la existencia de “agentes económicos que puedan ejercer poder de mercado sobre otros”.

Pero esta es la teoría, la práctica en éste último lugar del mundo, es distinta.

Hace ya mucho tiempo que la norma chilena es que el pescado más grande se  coma al pequeño.Y esto es considerado lícito. Esto ha permitido una concentración de la economía, única en el planeta. Según los últimos datos del S.I.I., las ventas por tamaño de empresas formalizadas es la siguiente:

Mipyme: 881.857 empresas micro, pequeñas o medianas participan del 14,6% de las ventas totales de bienes y servicios del país

Grandes: 11.912 grandes empresas participan del 15,8% de las ventas totales de bienes y servicios del país

Mega: 2.067 mega empresas originan el 69,6% de las ventas totales de bienes y servicios del país.

Las cifras señaladas precedentemente indican el grado de inmensa concentración de la economía chilena. Para que ello ocurriera, en Chile sucedieron distintos hechos que lo permitieron. El primero y principal es que las 2.067 empresas que han capturado casi el 70% de los mercados son, en su inmensa mayoría, empresas que cotizan acciones en el IPSA o subsidiarias de una empresa que, sí lo hace, y eso significa conseguir crédito a cero costo a través de los fondos de las AFP de los trabajadores chilenos.

Pero no bastaba tener plata gratis, se necesitaba trabajar la plata, producir y que la gente consumiera. Para aumentar el consumo existen dos formas principales: aumento y mejora de las condiciones de vida de los asalariados (Estados de bienestar europeos) o aumentar el crédito para el consumo. En Chile se optó, extremando esta última. Teniendo plata y clientes, necesito distribuidores dispuestos a concentrar.

Los supermercados han sido la herramienta para la colusión y son parte integral del modelo creado. Esto está en la base de la denuncia última de la FNE, al involucrar a las tres principales cadenas con los 3 productores de carne fresca de pollo. De lo señalado, queda claro que sólo hemos conocido algunos episodios de la colusión, pero todo nos hace suponer que el resto de los bienes y servicios, que más se consumen, sean parte de este modelo de negocios para la colusión y la concentración.

Ejemplos de colusión investigados o denunciados en la FNE han sido: el mercado farmacéutico, los planes de la Isapres, el mercado de los fertilizantes, los mercados del pan y de la uva, la telefonía celular y las líneas aéreas, según un estudio de FLACSO del 2009. Es evidente para cualquier chileno o chilena que compra con tarjeta en cualquiera de los retailers o supermercados que algo pasa con los tallarines (las 3 marcas más compradas son de un mismo fabricante), igual cosa con los chocolates, los detergentes, los aceites y los fiambres. En mi opinión este es el modelo de negocios que les ha permitido concentrar, sin el no hubiera sido posible.

En la economía global de hoy, capitalista sin contrapesos, el mercado debe funcionar libre, sin concentraciones o integraciones verticales de sectores productivos de bienes o servicios. En Chile se instaló una economía de mercado, extremadamente conservadora y ortodoxa.

Han tratado de disfrazar lo que hay, agregando la palabra social, para equiparar nuestro peculiar modelo, al alemán o francés o al de las socialdemocracias del norte de Europa. Pero eso na’ que ver como se decía hace algunos años.

En primer lugar, sigue siendo sólo el crecimiento económico el índice aceptado, lo demás no cuenta; la intervención pública en defensa de los consumidores entregada al SERNAC en dónde  después de escándalos cómo el de La Polar, los cortes de agua o luz, se empieza a discutir de darle mayores atribuciones.

Recién el 2013 se dotó a la FNE para utilizar métodos como las escuchas o la delación compensada para avanzar en las investigaciones. En el Parlamento todavía se discute si merecen penas de prisión quienes caen en prácticas de colusión y finalmente el rol subsidiario del Estado, consagrado constitucionalmente, que impide una mayor presencia de éste en la economía.Categóricamente en Chile no existe economía social de mercado.

La colusión en los mercados afecta a los consumidores principalmente, pero además al restringir y concentrar en pocos actores quienes producen los bienes o servicios y la distribución de los mismos, afecta a los sectores de la economía real, la de las empresas, a los Mipymes y trabajadores independientes que son los más débiles.

Característica principal de las economías sociales de mercado es la ampliación, otros hablan de la democratización en la generación de la riqueza. Eso significa una amplia y diversificada red de Pymes o empresas autónomas que participan en porcentajes mayoritarios en sus mercados nacionales y en las exportaciones. Eso de acuerdo a los números expuestos, no sucede en Chile.

Pero existe una excepción: las cifras señaladas corresponden al total de los bienes o servicios vendidos en el país. Sin embargo, la participación de las EMT (Mipyme y trabajadores independientes o autónomos) en el Mercado Público aumenta más de 4 veces y llega al 59% de los montos transados, según el portal de las compras públicas ChileCompra. Destaca principalmente el porcentaje de las micro y pequeñas empresas con el 44% del total, bien distinto al 8% del conjunto de las compras chilenas.

¿Qué es distinto en el mercado de las compras públicas, que mejoran la participación y por tanto la competitividad de las empresas menores? Aunque, sin ser perfecto, es un mercado infinitamente más transparente que el abierto, con reglas del juego claras, con protocolos establecidos para denunciar eventuales faltas; se conocen los competidores, las adjudicaciones son públicas o sea pueden ser conocidas por los participantes.

Existe un esfuerzo por mejorar generando en su Consejo la interacción con los representantes gremiales para, a través del diálogo, mejorar y perfeccionar el sistema. Sin duda que la transparencia de los mercados favorece la competitividad de los pequeños.Es necesario que los mercados dejen de ser opacos, y lo son, pues existen la colusión y la monopolización.

En Estados Unidos, sin duda la economía más abierta del planeta, campeones del libre mercado, para que éste exista impone restricciones a la participación de monopolios en la venta de bienes y servicios, limita las integraciones verticales u horizontales, regula el descuento por volumen, no acepta la integración de lo financiero con la distribución de productos (el dinero plástico es de los bancos, no de las cadenas de distribución), entre otras mucha regulaciones, que aquí son consideradas un pecado mortal.

¿Es posible cambiar? Por supuesto, pero lo dejamos para la siguiente columna.

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19 ene 2016

La historia y los cambios políticos

“Y si mañana es como ayer otra vez lo que fue hermoso será horrible después”.(Charly García “Cerca de la Revolución”)

La historia no es una trampa, no es una condena. No es una rutinaria e ineludible secuencia temporal  que, cual callejón sin salida, se nos muestre en impenetrables paredes. La historia, como el tiempo, tiene sus ritmos: se contrae, se libera, zigzaguea y muestra sus pulsos específicos en determinados momentos de la humanidad.

El pulso de la historia, su ritmo, es lo que puede favorecer un conocimiento más profundo de aquello que nos rodea como sujetos históricos en interacción con otros, como comunidad. Leer estos pulsos y entender sus ritmos nos da luces de aquello que pasó, que está pasando y lo que puede pasar.

En otras palabras, el episodio, la coyuntura o la situación histórica particular, por si sola nos puede decir bien poco de lo que hay en su interior. Sin embargo, situando el hecho en diálogo con otros similares ya pasados (hace poco, muchos años o siglos), rastrear las ondas del pulso que mantiene y que muestran los acontecimientos, nos permitiría una comprensión un poco más completa de los hechos, nos permitiría además, poder conocer cómo decantaron hechos similares en otros o en el mismo lugar que se están sucediendo.

En definitiva, poder dimensionar los tiempos y sus ritmos, la historia y sus pulsos, nos puede favorecer en sacar lecciones útiles a la hora de que el tiempo histórico parezca (solo en apariencia) mostrarnos acontecimientos ya vividos.

Lo anterior resulta interesante para analizar la situación histórica por la que atravesamos como comunidad chilena. El pulso de nuestros acontecimientos está marcando de manera latente un nuevo escenario, que comparte protagonismo con los restos de un escenario que se apaga (por lo tanto la fricción entre los restos del saliente y la energía del entrante nos tiene movidos), escenario cuyo ritmo, si atendemos con cuidado, podemos situar de manera acotada en el marco temporal de un par de décadas. La indignación ciudadana frente al espectáculo triste y patético de quienes ostentan cargos políticos, es la emergencia que desde hace algún tiempo venimos observando.

Esta indignación responde claramente a la crisis de un modelo económico específico que porfiadamente ha sido rescatado una y otra vez por las grandes potencias. Un modelo que, para el caso chileno, es defendido por los mismos que hoy aparecen altamente cuestionados al demostrarse que son una mera extensión de aquellos empresarios que se vieron favorecidos con las políticas económicas y represivas de la dictadura militar. Políticos sobre todo de la derecha pinochetista que aparecen hoy legislando normas a medida para el gran empresariado que los financia. Negocio redondo.

Este pulso histórico que viene latiendo desde hace unas décadas, nos muestra sus conexiones y sus zigzagueos. La crisis del orden neoliberal occidental que amenazó con la quiebra de varias de las economías más desarrolladas en el año 2007, pareciera ser al menos en el corto plazo, la puerta de entrada a la situación histórica en la que estamos.

La crisis, como señala Seumas Milne, empujó la elección de Obama en EE.UU., en Gran Bretaña la crisis posibilitó al gobierno de Brown girar en dirección (aunque tibia) de un modelo de políticas socialdemócratas. El año 2009 en las calles de Seattle las protestas se hicieron masivas contra el orden neoliberal encarnado en la Organización Mundial de Comercio.

En este contexto, además, es que comienzan a sucederse un sinnúmero de casos de corrupción que venían a ser el corolario de las crisis del orden neoliberal del siglo XXI. Las protestas sociales conocidas como “La Primavera Árabe” que entre 2010 y 2013 alzaron la voz pidiendo mayores derechos y más democratización solo venían a confirmar una ola rítmica de la historia que parece estar del lado de los oprimidos.

Por lo tanto, el pulso de los acontecimientos que en nuestro país se están desarrollando, forma parte de este zigzagueo sísmico de la historia. No son casos aislados del devenir político global, sino que forman parte de una crisis mayor, planetaria, que tiene que ver con el orden económico excluyente que a punta de golpes de Estado y desapariciones (al menos en lo que se refiere al Cono Sur de América Latina), se nos implantó adormeciendo la digna resistencia que pudo ofrecerse.

En este sentido, el ciclo que se abre en nuestro país, es el ciclo correspondiente al fin de la pos dictadura. Esa transición engañosa que se quiso superar en base a pactos políticos, ignoró por completo el tiempo de la historia que ahora viene a reclamar su sitial, mostrando que los cambios sociales no siempre van de la mano con los pactos políticos entre la nobleza.

El pensamiento cortoplacista de “nuestros” líderes políticos, debe tomar en cuenta los tiempos de la historia que son a su vez los tiempos de las sociedades. No pueden gobernar con una mirada episódica y localista, sino que deben situar los cambios y las políticas públicas en mirada de mediano y largo plazo, entendiendo que estamos insertos en los ritmos históricos globales y de ellos se debieran sacar lecciones. En otras palabras, debieran pensar históricamente.

Los que han entendido el giro del negocio, ya fundaron “nuevos” partidos o movimientos. Por ejemplo (citando algunos), por la derecha está Evopoli, Fuerza Pública (ciudadanos) y Chile Vamos, por el centro Revolución Democrática y el PRO de ME-O, todos intentando desmarcarse de una forma de hacer política que está desacreditada y añeja, como el sistema que la engendró.

Sin embargo, ninguno de estos nuevos actores políticos resultan una amenaza para el orden impuesto en dictadura, ninguno de estos movimientos (y los otros para qué decir) plantean la cuestión de fondo que resulta evidente: el ritmo histórico como un enjambre sísmico se multiplica y conecta con nuestro territorio, en un todo holístico que fragmentado o no, presiona ante una tozuda nobleza que se aferra al modelo económico imperante, pero que no podrá sostener por mucho tiempo este estado de las cosas.

La auto-convocada funa, a los supermercados coludidos, son una expresión (eficaz o no) del cansancio ciudadano frente a la seguidilla de saqueos por parte de una elite minúscula pero enriquecida.

El historiador francés Fernand Braudel, situaba el tiempo de larga duración en el tiempo de las estructuras, como por ejemplo los cambios en la geografía, cambios en apariencia imperceptibles y que tardan hasta siglos.

Chile, país sísmico, en los últimos años ha sido testigo de movimientos telúricos de una envergadura pocas veces vista en nuestro territorio y en el mundo. Estos sismos como verdaderos latidos de un tiempo profundo, no solo parecen haber resquebrajado la corteza terrestre, sino que las demás estructuras de nuestra sociedad, en cuyas grietas dejadas por los terremotos y por las desigualdades de un modelo económico somnoliento (parido entre desapariciones y torturas) parecieran colarse las  bases necesarias de un cambio histórico.

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19 ene 2016

Indignación

“Después de matricular a mi hijo en la U con gratuidad lloré todo el camino de alegría” escribe Marcelo, inspector de colegios de Maipú. A mí también me da muchísima alegría, pero también indignación, puesto que ideologismos y mezquindad impidieron que aquella llegase junto con la democracia.

Me indigna más que por los mismos motivos esta alegría alcance hoy sólo a un cuarto de los nuevos matriculados, y a la mitad de los que ya estudian en universidades estatales, en circunstancias que con los fondos asignados en el presupuesto 2016 a becas y crédito con aval del Estado (CAE), podría alcanzar hoy a casi tres cuartos de todos los estudiantes de educación superior. No entiendo porqué no lo hacemos.

Tal como CENDA e ICAL vienen insistiendo desde el año 2014, los recursos del presupuesto público destinados a “ayudas estudiantiles” –becas, CAE y ahora por fin gratuidad– son suficientes para dar gratuidad a más del 60 por ciento de todos los estudiantes de instituciones de educación superior (IES) acreditadas.

El cálculo es simple y cualquiera lo puede entender: los recursos asignados en el presupuesto 2016 para gratuidad ($0,54 billones), becas ($0,23b) y CAE ($0,67b) suman casi $1.440.000 millones (poco menos de $1,5b), lo cual alcanza para un aporte de gratuidad de más de 2 millones de pesos en promedio para 700 mil estudiantes, que son más el 60 por ciento del total matriculado en todas las IES acreditadas.

Pues bien, el aporte que van a recibir las universidades que han optado voluntariamente por adscribirse a la gratuidad es de poco más de 2,3 millones de pesos por alumno. Pero se trata de las mejores universidades del país, las que tienen los aranceles más elevados.

Sin duda, las restantes instituciones de educación superior acreditadas, la mayor parte de las cuales son institutos profesionales (IP) y centros de formación técnica (CFT), pueden acceder con ventajas a la gratuidad con aportes mucho menores. De este modo, resulta conservador afirmar que si se termina con las becas y el CAE, y se redestinan esos recursos del presupuesto 2016 a gratuidad en todas las IES acreditadas, bien pueden alcanzar para cerca de tres cuartas partes del estudiantado, o por ahí. ¡Ahora mismo! No entiendo porqué no lo hacemos.

Es verdad que el CAE aparece hoy en el presupuesto no como un gasto sino como una “inversión”, puesto que se supone que los que reciben el beneficio lo van a reembolsar con intereses. Pero esto no es más que una ficción, puesto que de partida los fondos públicos se desembolsan hoy día, y también porque lo más probable es que nunca sean reembolsados.

Sería de lo más injusto que así se exigiera cuando al mismo tiempo se está implementando la gratuidad. Por lo tanto el mantener esta ficción no tiene el menor sentido. Hay que reasignar los recursos del CAE a gratuidad. No entiendo porqué no lo hacemos.

Lo anterior no constituye ninguna exageración, error de cálculo o medida populista incompatible con la difícil situación económica que enfrenta el país. La lógica de estas cifras es implacable. Se trata de los mismos fondos que hoy se gastan, ni un sólo peso más.

Así ha sucedido en las instituciones que ya accedieron a gratuidad, donde el dinero que antes recibían como becas, crédito solidario y CAE se les entrega mediante el nuevo mecanismo de gratuidad. El compromiso del gobierno con todas ellas fue que iban a recibir exactamente lo mismo que antes. ¿Por qué les conviene? Muy sencillo, porque se trata de recursos estables y, en el caso del CAE que son los más, no tienen que firmar avales ante los bancos, los que terminan pagando en más de la mitad de los casos por morosidad de los alumnos.

¿Qué compromisos deben adquirir? Esencialmente sólo uno, no cobrar nada a los alumnos que ameriten este beneficio.

El asunto entonces no es de dinero, sino de decisión política. La Presidenta ha declarado que lo desea, mientras visitaba a Grace París, una de las beneficiadas. No entiendo porqué no se hace.

Lo siento, pero a mí me indigna que dos tercios de las ayudas estudiantiles sigan entregándose sin control alguno a IES privadas en forma de becas y CAE. Me indigna que la alegría de los miles de estudiantes que ya han logrado acceder a la gratuidad no se haga extensiva de inmediato a todos sus compañeros que deben seguir sometidos a la indignidad de las becas —que les exigen copago y además un promedio 5.0 que no se demanda al resto— y del infame CAE ¡financiados ambos con fondos públicos! No entiendo porqué no se hace.

Confío que las federaciones estudiantiles y organizaciones políticas juveniles ahora sí se pondrán las pilas y demandarán ¡gratuidad ya! Imagino que sus principales dirigentes y ex dirigentes hoy en el Parlamento, estarán planificando ir a los lugares donde se están matriculando sus compañeros para organizarlos y  exigir de las autoridades terminar con las becas y el nefasto CAE de inmediato y que cumplan con el deseo de la Presidenta de extender la gratuidad a la mayoría de los estudiantes ¡Ahora! No entiendo porqué no se hace.

En razón de su justificada desconfianza con el sistema político en general, hasta el momento las organizaciones estudiantiles y políticas juveniles así como sus ex dirigentes, se han mantenido en buena medida al margen de este debate, a la expectativa. Nunca creyeron que era posible alcanzar este beneficio de inmediato para sus compañeros. Tampoco les gustaba, ¡como no! que accedieran al mismo IES privadas con fines de lucro y cuya calidad es muy discutible, aunque estén acreditadas.

Sin embargo, al parecer no sabían que dichas IES ya están recibiendo este dinero público, sólo que en forma de becas y CAE y no rinden cuenta a nadie por ello. Cambiarlas al mecanismo de gratuidad significa que deben rendir cuentas, como ha dicho hasta el Contralor General de la República. Tanto o más importante, significa que la educación gratuita deja de ser una mercancía, eliminando así la base del lucro, y pasa a ser un derecho, como dice la Presidenta. La gratuidad objetivamente cambia el carácter de las IES que se adscriben a ella, llámense como se llamen, sean de quién sean, aunque no lo deseen.

El resto de las exigencias a las IES gratuitas, calidad, no lucro efectivo, libertad de cátedra, no discriminación, exigencia de contratar a sus académicos a jornada completa, y todas las demás que corresponden a un sistema de educación pública moderno, se determinarán en la discusión en el Parlamento de la nueva Ley de Educación Superior, con protagonismo de los ex dirigentes estudiantiles que hoy felizmente son diputados. Pero muy especialmente estas exigencias se harán efectivas mediante la participación triestamental en las elecciones de sus autoridades, puesto que ésta es la única manera de alinear IES autónomas con los objetivos públicos.

Terminar con las becas y el CAE ahora es una gran batalla que será ganada sin duda y yo al menos desearía y me parece posible que se gane de inmediato. Este año 2016 no debe exigirse a ningún alumno más que se someta a las exigencias de una beca o firme un CAE, para traspasar de esa forma recursos públicos que bien se pueden entregar a su institución bajo el esquema de gratuidad.

La gratuidad se ha logrado, y su extensión se logrará, ojalá ahora mismo. Pero confieso que me llena de indignación que para ello haya debido transcurrir un cuarto de siglo, la movilización pingüina y la de los universitarios el 2011.  Esta enorme alegría para el pueblo debería haber llegado junto con la democracia.

Si no lo hizo fue por la conjunción de los “Hijos de Pinochet”, que han venido utilizando el dinero de becas y CAE para financiar sus cuadros políticos en las “universidades” que mantienen bajo su control obscurantista, con venerables instituciones nacionales y muchos especialistas que aportaron en la lucha contra la dictadura, pero se vieron envueltos en el mismo entramado de intereses mezquinos.

Todos ellos adhirieron con entusiasmo a la ideología denominada “economía de la educación”, que justifica la privatización de la misma. Algunos siguen en ello hasta ahora, con tozudez que raya en la majadería en algunos casos connotados. Es de esperar que dejen de hacerlo.

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19 ene 2016

El observador observado

Cuando una persona va al médico, tanto el protocolo técnico como el proceder de la práctica clínica, así como el imaginario social, realzado por los hechos y las costumbres, sostienen que el observado es el paciente por el médico que lo recibe y lo atiende. El profesional está entrenado para mirar, escuchar, oler ó palpar, con el único objetivo de obtener información del consultante y extraer de su cuerpo la mayor cantidad de signos que le orienten a descubrir si hay o no enfermedad y de ser así, de qué entidad nosológica se trata.

En estos tiempos y siguiendo al célebre sociólogo Luhmann [1] los sistemas sociales no están conformados por hombres ni por acciones, sino por comunicaciones, y asevera con total convicción que “el sistema es comunicación”.

Así, en el acto sistémico descrito actúan medios simbólicos como las prácticas médicas propias de la semiología clínica y la postura y actitud del consultante que busca y espera del profesional que lo explora.

Si bien el médico aplica una técnica de observación aprendida y para la cual fue cuidadosamente entrenado, el consultante (también llamado “paciente”) observa atentamente todo lo que va aconteciendo y lo va reteniendo en su memoria como si estuviera filmando y grabando cada segundo de este proceso.

El consultante es capaz de realizar auto descripciones, es decir transcribir sus observaciones o señalamientos de aquello que distinguió, generándose un conocimiento del  hecho a través de su propia experiencia y desde lo que antaño era “el paciente observado” que ahora se ha transformado en el sujeto que observa, es decir la auto referencia misma como fundamento del conocer y del actuar.

Gran parte de los reclamos en salud -referidos a la atención y en especial a la atención médica- ponen en evidencia y transparentan este fenómeno de comunicación donde lo que era antes “objeto, paciente, observado”, emerge como “sujeto, consultante y observador”.   

Esta reflexión exhorta a la deconstrucción misma de la entidad de “relación médico–paciente”.Es probable que este sea el núcleo que ha revertido y volteado todo el modelo de asistencialidad clínica y la forma de relación -comunicación- del ciudadano con el sistema de atención médica.

Los sujetos observan, distinguen, autodescriben y van generando conocimiento “y verdad” desde su propia experiencia, muy distinta y usualmente opuesta a aquella del médico. 

Así descrito el observador (el paciente) -que expone a través del reclamo tales descripciones- se ve a sí mismo como un denunciador y admonitor sin poder reflexionar dicho rol. A su vez, el observado (el médico), persevera en su rol de prestigio y autoconfianza sustentados en sus tremendos conocimientos científicos, no así en lo que sabe respecto de su “observador” ante el cual es aún ignorante y cándido como “observado”.

Siguiendo a Luhmann, las auto-observaciones y auto-descripciones de la sociedad son siempre operaciones comunicativas, por tanto existen únicamente en conexión con acontecimientos del sistema.

Deben presuponer que el sistema ya existe, por eso nunca son operaciones constitutivas sino siempre posteriores, las cuales tienen que ver con una memoria anteriormente formada de manera altamente selectiva.

El sistema no puede escapar a su propia historicidad, siempre debe partir del estado en el cual el mismo se ha colocado. Lo que antes se mostraba como un cosmos ordenado, ahora se presenta como ámbito de posibles catástrofes.

La posición de “paciente” ponía al sujeto como objeto de observación y jamás como sujeto que observa, puesto que este siempre fue un  rol atribuido al médico en su crédito y prestigio de profesional entrenado para observar y decidir respecto a su paciente.

Puesta hoy día la autonomía en el sujeto enfermo, así como el poder decisivo respecto de su cuerpo, nada tiene que decir el médico, una vez cumplida su tarea de diagnosticar y orientar con el conocimiento que posee y ostenta, y de acuerdo al principio ético de no dañar.

El desencuentro es irreversible, el cambio de roles es impactante, parece ser que si la sociedad plasmada en esta comunicación médico-“paciente”, no se cambia radicalmente a sí misma, se auto eliminará, si es que ya no lo está.

Las posibles catástrofes, evidenciadas en esta crisis de relación comunicacional, se convierten en desarrollos catastróficos en marcha. Y ante la emergencia, como puede serlo un hecho negativo dentro de la atención médica, se justifican las exageraciones, las moralizaciones, las acusaciones, los desplazamientos semánticos de lo posible a lo real, lo que exige renunciar a la reflexión.

El cuidado de nuestra sociedad apela al miramiento de todas las personas; es probable que unos tengan más herramientas para ayudar y sostener a otros, los cuales necesitan de aquéllos. Es una bidireccionalidad que demanda reciprocidad entre el observador y el observado, no siendo el uno subordinado del otro.

[1] Luhmann, Niklas. “La sociedad de la Sociedad”, 2006

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