27 ene 2014

Trabajo, trabajo, trabajo

Fue la orden perentoria de la Presidenta electa al dar a conocer su gabinete ministerial. Ministros y ministras designados, tendrán la responsabilidad de gobernar el país junto a ella en su segundo período presidencial, a lo menos durante cuatro años, siempre y cuando de por medio no existan las concebidas crisis que la obligue a hacer cambios en su equipo.

Categórico el slogan, impactó sobre todo porque la causa apura, los tiempos son breves y las expectativas son muchas, acrecentadas durante el fragor de la campaña para estimular a los electores a cumplir con su deber cívico.

Sobre un 50% de los y las votantes, que teniendo derecho a sufragar, no lo hizo.Tema no menor que debiera ser preocupación del Gobierno que se inicia el 11 de marzo, de los partidos políticos, sin excepción alguna y de toda la civilidad, particularmente de quienes apoyamos la Asamblea Ciudadana, para tener una nueva Constitución Política del Estado, generada por voluntad popular, sin trabas ni amarres heredados de la dictadura.

Es más, creo modestamente, junto con poner todo el empeño posible los ministros para hacer las cosas bien, será necesario recalcar a las recientes autoridades nominadas que será posible perdonar cuando por error u omisión metan literalmente “las patas” pero nunca las manos.

Los chilenos estamos cansados, por qué no decirlo claramente, hastiados de aquellos tránsfugas que abusando de la confianza otorgada, simplemente cometen una serie de delitos, fechorías y abusos reiterados, con los fondos públicos a su cargo, de todos los chilenos.

Cortar cabeza de inmediato. Sin contemplación alguna si aconteciera un hecho de corrupción, cualquiera sea el rango del funcionario público. No se puede jugar con la fe y esperanza de miles de chilenos y chilenas que volvieron a entregar su confianza a una mujer excepcional, la que encabeza un proyecto de la Nueva Mayoría cuya misión y programa es no hacer más de lo mismo.

Sería pretencioso de mi parte opinar sobre el gabinete recién nombrado, esperemos que con sus destacados antecedentes académicos y larga trayectoria al servicio de la cosa pública estén a la altura de las circunstancias.

Sólo me referiré a algunos, porque confieso me sorprendieron. Dado a su dilatada funciones en otras esferas o su actual rol en la política nacional.

Curioso al menos el nombramiento de la Senadora Ximena Rincón, una mujer de grandes cualidades, incluso pre-candidata de la DC a la presidencia, destacada legisladora cuyos aportes a los proyectos enviados por el ejecutivo, marcaron sensibilidad social con claro sentido y vigencia del humanismo cristiano. La pregunta del millón es qué hay detrás de todo esto, pronto lo sabremos, aunque muchos ya lo intuyen, a mí no me gusta especular, pero cuando el “río suena…”

Por cierto, a la luz del nombramiento bien merecido de la parlamentaria, esperamos que el enroque no sea causa de un arreglín de última hora, entre cuatro paredes, para dejar a todos felices y contentos en la DC.Sería una pésima señal, comenzando a gobernar con las malas prácticas.

Sorprendente el caso de Nicolás Eyzaguirre, amigo personal de la Mandataria, con varios puntos a favor: ex Ministro de Hacienda, fiel exponente del sistema neo-liberal, del capitalismo imperante y por sobre todo del sistema injusto en la Educación, causa de las protestas de cientos de miles de estudiantes, las que remecieron los dos últimos gobiernos.

Promulgó el Crédito con Aval del Estado, una marca imborrable, en el movimiento estudiantil, que dejó como saldo a sobre cincuenta mil niños y niñas repitiendo el año, por luchar contra el famoso sistemita, que establecía enormes diferencias socioeconómicas, en relación al colegio donde podían matricularse.

Cómo será esa vuelta de carnero, cuando, él usufructuó del sistema particular pagado, pasto de la desigualdad de la cual recién se viene a dar cuenta, a propósito de sus recientes declaraciones, en referencias a sus compañeros del Verbo Divino.

Y, también está por verse qué resultado habrá con Aurora Williams en la cartera de Minería, cuya relación con las empresas Luksic en Antofagasta, ¿no será un caso de conflicto de intereses?

Esto comienza señores como decía un destacado relator deportivo, los jugadores están ya en la cancha, sonó el silbato, el equipo tiene que funcionar armónica y coordinadamente y quien intente cometer un penal, será expulsado inmediatamente, sin más preámbulo.

Solo que en este caso no es un partido de fútbol… es Chile.

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27 ene 2014

Volvió la “U”

Sin el “Fantasma” Figueroa como DT con el debut en la banca del entrenador de las inferiores Cristian Romero y con los mismos jugadores goleó a Ñublense 5-0.

Fue otra “U” la que jugó ayer en Santa Laura ante Ñublense y ganó 5-0.Con Los mismos jugadores que usaba Marco Antonio Figueroa, el nuevo DT Cristián Romero entrenador de las inferiores del mismo club, mostró que el equipo estaba siendo mal utilizado.

Le bastó con conformar la defensa con Osvaldo González, el argentino Matías Caruzzo, la única novedad, José Rojas, Cereceda y Johnny Herrera en el arco, con el paraguayo Rojas incrustado como un defensa central más, sin abandonar su sector, a excepción de Cereceda, que tiene fuelle para ir y volver y además Pepe Rojas le cubre las espaldas.

En ataque, que no fue capaz de hacerle un gol a Palestino hace dos fechas, refugiado en su zona, la mayor novedad la constituyó el hecho que los atacantes Rubio, Díaz y Farfán, con el apoyo de Lorenzetti y Fernández, cuando perdían el balón, marcaban de inmediato a los defensas chillanejos, para recuperarlo y volver de inmediato a la ofensiva.

Además del éxito en la recuperación, la “U” aparecía en permanente ataque y el gol se veía venir, lo que recién ocurrió a los 22 minutos cuando un centro de Lorenzetti al área chica fue conectado de cabeza por Rubio para batir a Giovinni y anotar el primer gol.

Fue el único que aprovechó en el primer tiempo, porque Díaz en dos ocasiones y Farfán en otras tantas desperdiciaron propicias oportunidades de convertir.

La fortuna ayudó a la “U” en el segundo tiempo, porque dos minutos antes de finalizar el primero Ñublense quedó con diez jugadores por expulsión por doble amarilla de Cisternas.

Con superioridad numérica y trabajando igual que en el lapso inicial en ofensiva, los goles se veían venir y llegaron por mediación nuevamente de Rubio a los 48, de Cereceda a los 82, del juvenil Fabián Carmona a quién el DT se atrevió a incluir en reemplazo de Díaz y a los 87, por cuenta de Castro sustituto de Farfán.

Y pudo llegar a seis goles cuando Rodrigo Mora, uruguayo que llegó de River Plate de Argentina dio con el balón en un poste cuando Giovinni estaba batido.

Las más de 12.000 personas que gritaban en el recinto por la “U” salieron conformes con el debut del nuevo DT.

El buen rendimiento de los refuerzos Caruzzo y Mora, y el cambio de estrategia ofensiva del equipo azul, hace mirar con más confianza el comportamiento en el torneo de clausura y el debut en la Copa América ante Guaraní de Paraguay, con quien debe jugar el próximo jueves en casa.

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27 ene 2014

Patrimonio, los Backyardigans de Palacio

Mientras observo los trabajos realizados en la explanada frente al Palacio La Moneda, y no logro visualizar los cambios radicales que uno podría suponer después de tanta molestia peatonal, la primera conclusión que se viene a la cabeza es cuan mal gastados pueden ser los recursos públicos.

Mientras se quema arquitectura patrimonial valiosa, se liquidan barrios históricos en nombre de la modernización, se fomenta la instalación de malls (o al menos se hace la vista gorda), nuestras autoridades destinan el dinero de todos los chilenos en hermosear el entorno de los habitantes de Palacio, sin ningún cambio significativo a vista de los ciudadanos de a pie (como le gusta decir ahora a los progresistas) y no dejo de pensar en una de las series animadas favoritas de mi pequeño hijo, los Backyardigans.

Hago esta analogía (quizás un poco injusta para la serie) en el sentido que parece para nuestras autoridades, incluyendo la primera magistratura, el entorno del Palacio es como el patio y jardín de sus hogares, debe ser un lugar “bonito” y reluciente a vista de sus propietarios.

No importa si colapsa el tráfico peatonal y vehicular por más de tres meses, total ellos (nosotros) no son los dueños de este espacio republicano, por el contrario tras las paredes de tan magno edificio, se deben encontrar los descendientes de los fundadores de la nación, por lo tanto, se sienten con total atribución de cambiar el césped y la forma del empedrado en nombre del patrimonio, ya que recordemos esta remodelación se enmarcó en el proyecto Bicentenario.

Más allá de los años de demora, la pregunta natural que nace es ¿se justificaba ese nivel de inversión en la explanada? ¿Requería urgente remodelación?

Lo mismo se podría plantear respecto al frontis del palacio La Moneda.¿Se requería esta mano de gato millonaria? ¿Qué ganó la ciudadanía con esta inversión cuantiosa de recursos públicos?

Y aquí nos enfrentamos con uno de los elementos más característicos de la administración saliente: trabajar para el interés de unos pocos. Volviendo al argumento inicial este no es el jardín familiar, es un espacio público de todos los chilenos, por mucho que lo tengan secuestrado entre rejas los actuales moradores de Palacio.

Pero lo más preocupante, es la externalidad resultante de esta iniciativa pública.

¿No se podrían haber usado esos recursos en evitar la venta de los archivos de La Nación y que quedaran en manos del Estado?

¿No se podría realizar una intervención profunda a los sistemas eléctricos y de agua potable en el puerto patrimonial de Valparaíso?

¿No se podría fomentar una estrategia decidida en proteger los barrios populares íconos históricos de nuestra ciudad?

Son tantas las ideas que se vienen a la cabeza al hablar de patrimonio, pero no de aquél que habita en el imaginario de nuestras autoridades que piensan en lo “bonito”, o que sinceran con toda desfachatez que invertir en Museos es una idea absurda, y proponen una legislación que permita que todo edificio patrimonial pueda ser explotado comercialmente para llenarnos de fachadas vacías.

Este es el mundo patrimonial de los habitantes de Palacio y sus allegados monumentales, quizás debamos agradecerles en la hora de su partida habernos dejado limpiecito los alrededores de La Moneda.

Pero no podemos permitirles que convoquen como concurso de internet a poner nombre a la explanada frente a sus balcones, porque ahí si se acuerdan de la ciudadanía, entrar a un computador para concursar a que su nombre sea el ganador, a ganarle a otros, mientras creo yo, las mentes lúcidas no deberían dudar el nombre de ese espacio público.

Debería llevar el del único Presidente que se inmoló defendiendo la Democracia, más allá de las simpatías políticas, es indudable que ese gesto es reconocido a nivel mundial, y vale la pena conservarlo como nuestro mejor patrimonio a las futuras generaciones, y no cometer el mismo error que con el aeropuerto, ya que por anteojeras ideológicas fanatizadas hoy no lleva el nombre de Pablo Neruda.

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27 ene 2014

¿Y si los liberales releen a John Rawls?

Hoy que muchos en Chile se declaran liberales, o en la búsqueda de sus valores, vale la pena releer a John Rawls, norteamericano, uno de los mayores filósofos políticos del siglo XX.

Ya en su “Una Teoría de la justicia”, en el “Liberalismo Político” y, sobretodo, “En el Derecho de Gentes y la Razón Pública” que aparece poco antes de su muerte el 2002, John Rawls colocaba las nuevas fronteras teóricas del liberalismo en términos aún más avanzados, no solo como régimen político institucionalizado, sino como realidad social donde libertad, democracia y justicia forman parte de un mismo proyecto.

Su teoría de la justicia abrió – ya en los años 70 – un debate filosófico y político apasionante sobre la idea de la “sociedad justa”.

Se trata de una teoría de la justicia como base de los derechos y obligaciones políticas de las instituciones hacia los ciudadanos en las sociedades avanzadas, pero también de una concepción moral que, superando la idea restrictiva y excluyente de la sola relación liberalismo/utilitarismo, coloca el tema del deber moral del conjunto de la sociedad hacia la prosecución de una nueva simbiosis de libertad y equidad, tendiendo a una verdadera noción pública de una concepción renovada de la justicia.

Rawls parte de la necesidad de formular principios que representen al conjunto de los seres dotados de una racionalidad capaz de establecer un compromiso de fondo y un sentido de cooperación en la búsqueda de un ideal de justicia que se sitúe en el ámbito de la “igualdad inicial”, o de la posición original con que cada individuo se encuentra al nacer.

Toda persona, indica Rawls, tiene derecho a un régimen de libertades básicas iguales en el ámbito de la compatibilidad de un sistema de libertades para todos.

Pero para que ello sea factible, es necesario que las desigualdades sociales y económicas se traten, sea en el marco de posibilidades de partidas abiertas a todos o de una equitativa igualdad de oportunidades, y a la vez, de un criterio de “discriminación”, es decir, de máximo beneficio de los miembros más débiles de la sociedad.

Contrato social y ética kantiana están en el centro de estas formulaciones. Esto consagra, de hecho, los principios de la libertad, de las oportunidades que un Estado moderno debe garantizar en el marco de una sociedad abierta, y el llamado “principio de la diferencia”, que es vital si se quiere establecer una política de equidad que reconozca la diversidad no solo de origen sino de condiciones para enfrentar la vida.

En “Liberalismo Político”, el centro es el conflicto ético; el conflicto sobre los valores, la verdad; sobre una visión del mundo indispensable para la convivencia civil y que, a diferencia del conflicto de intereses que es negociable, no es intercambiable, no tiene precio.

A partir de ello se plantea el dilema de fondo, de cómo es posible organizar equitativamente la convivencia en una sociedad que es por esencia pluralista, lo cual supone una diversidad de visiones y doctrinas morales, políticas y religiosas.

Rawls parte por considerar el pluralismo como un fruto de la libertad del razonamiento humano y, por tanto, como una característica permanente de la vida democrática; como un principio ineliminable que se afirma a través de la idea de la tolerancia.

Esto supone la aceptación de la diversidad individual y de grupos y, por ende, el surgimiento de una respuesta nueva y avanzada de organización de la vida de los hombres: la condición parcial, que da origen a la ciudadanía, de un destino político común que debe garantizar derechos y oportunidades y que impone deberes para todos como base del principio de justicia.

Al situar en la esfera de los principios políticos el acuerdo base del nuevo contrato, Rawls establece la supremacía de la política, pero – a la vez – la ubica sólo como una de las esferas de la vida social y espiritual de una sociedad.

De esta forma, fija lo que llama “I overlaping consensus”, es decir, el “consenso por sobreposición”, que permite que la legitimidad del sistema político, de sus reglas, instituciones y de la concepción de equidad que de él deriva sean respetadas y defendidas por todos a partir de sus particulares visiones éticas o religiosas.

Lo que importa es que los principios de igualdad ciudadana sean considerados como parte infranqueable de una común filosofía pública.

La ética pública requiere a partir de la “posición originaria” del sujeto, y desde este lugar construir la factibilidad de realización de los principios básicos de la justicia, entendidos en un sentido lato: respeto de los derechos fundamentales, paridad de oportunidades, respeto de las reglas y reciprocidad, que den sentido a la búsqueda de un destino común para todos los ciudadanos.

En el desarrollo de su teoría, Rawls incorpora dos conceptos de fondo que definen la esencia de su concepción de libertad : la idea de los “bienes primarios” y la de la “concepción moral de la persona”.

Ello le permite distinguir entre necesidades y aspiraciones, señalando que una política pública debe ocuparse de garantizar las primeras como base objetiva de una convivencia democrática, y una sociedad civil debe organizarse para que el ciudadano exprese, en las diversas intermediaciones, sus “preferencias y devociones”.

Los bienes primarios no son una “canasta de bienes tangibles”, sino un núcleo de pre requisitos que combinan bienes de calidad de vida y de derechos de ciudadanía: libertades básicas, libertad de trabajo, posibilidad de acceso real a las posiciones de poder, ingresos, bases sociales de dignidad y autorrespeto.

Esta metafísica de la justicia” de Rawls consagra un principio que está ligado, pero que va más allá del concepto de libertad del primer liberalismo.

La libertad es sobre todo autonomía, es decir, la vida no está determinada por un conjunto de fines que son establecidos de manera igual para todos; por el contrario, una sociedad justa es aquella que consagra el derecho a elegir diversas formas de vida y a establecer los medios racionales para obtener dichas expectativas.

Esto supone, como dice textualmente Rawls, que “los hombres son moralmente iguales, y esto significa que cada cual es capaz de entender la concepción pública de la justicia y colaborar con ella”

Es decir, los hombres están dotados de un sentido público del deber de la justicia, y de la potestad de perseguir sus fines particulares con absoluta libertad y legitimidad. Es, por tanto, un concepto de la búsqueda de la igualdad en la libertad, en el marco de una autonomía irrenunciable de cada cual a proyectar su vida y a cooperar con un proyecto común de justicia sin la cual esa sociedad estará expuesta a la negación de la propia libertad.

De esta forma, Rawls replantea aspectos esenciales de la teoría política, ya que se ocupa de la forma como las libertades políticas pueden garantizar la intervención de la sociedad civil en las decisiones, y, por ende, cómo disminuir la creciente apatía e indiferencia hacia la política que cruza nuestras sociedades democráticas.

Manteniendo la perspectiva del liberalismo igualitario, Rawls no plantea que para que una sociedad sea justa y estable en el tiempo se deba pedir la absoluta condivisibilidad de todos los valores, ya que esto altera la idea de fondo del respeto de las identidades, que es una parte sustancial de la libertad.

Rawls, al plantear un “consenso por sobreposición” entre el conjunto de los valores y aquellos que consideramos fundamentales para la vida en común, señala la necesidad de hacer condivisible un grupo de valores políticos y éticos de fondo, sin los cuales la propia pluralidad se transforma en conflicto permanente, tribalismo e intolerancia.

Las ideas de Rawls siguen siendo la base para una reflexión respecto de la idealidad del liberalismo y del progresismo hoy, en el segundo decenio del siglo XXI.

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26 ene 2014

Justicia con buena vista

“España fuerza una reforma exprés para archivar la causa contra la cúpula china”.

Tal es el titular del diario El País para referirse al hecho que el Partido Popular –con la venia del gobierno- presentó un proyecto de ley que recorta la jurisdicción universal en delitos de lesa humanidad a las Cortes españolas con el fin de evitar un potencial conflicto con las autoridades chinas a propósito de la investigación de violaciones a los derechos humanos en el Tibet y que afecta a parte de la cúpula del partido comunista chino.

En el fondo, la reforma legal busca limitar la acción de la justicia española sólo a los casos en que los imputados sean ciudadanos españoles, con la excepción de la tortura y la desaparición forzada de personas en que también la víctima debe ser española.

Más allá de lo controvertido que pueda resultar la llamada competencia universal que un país se arrogue, lo cierto es que el caso demuestra que en materia de justicia global no todos son iguales y la justicia no es nada de ciega.

En efecto, en el mismo diario El País, Tzvetan Todorov en febrero 2012 llamaba la atención sobre el hecho que la Corte Penal Internacional sólo se había hecho cargo de siete casos, todos vinculados a países africanos. Según él “nunca se procesará a los dirigentes rusos por los actos de violencia cometidos en Chechenia, ni a los dirigentes chinos por la represión en Tibet, ni a los estadounidenses por haber invadido Irak con un pretexto falaz”.

Los hechos parecen darle la razón. Los tribunales internacionales siempre parecen prestos a juzgar los crímenes de genocidas africanos, pero no ocurre lo mismo con los países que forman parte del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, o que tienen un peso político, militar o económico suficiente como para inhibir la acción de esta justicia con ojo de lince.

¿Debería el continente Africano agradecer a las potencias occidentales esta preocupación? No me parece tan claro.

En realidad estos procesos son una variante del sueño europeo/americano de imponer el bien al resto de la humanidad a pesar de ellos.

Esto se ha materializado de diferentes maneras a lo largo de la historia de los últimos 500 años: desde la colonización de África y América en nombre de la civilización cristiana y las guerras napoleónicas realizadas en nombre de los valores de la revolución francesa hasta la invasiones de Iraq y Afganistán para imponer la democracia, el libre mercado y los derechos humanos.

Obviamente, siempre esos grandes valores terminan sacrificados en el altar de los intereses económicos o geopolíticos.

Cabe preguntarse por la legitimidad de tales instituciones que aplican el garrote a los débiles y hacen la vista gorda frente a los fuertes.

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26 ene 2014

El currículum 2.0

“Salir a buscar trabajo” es una de esas frases que ya no son excusa para salir de la casa.Hoy la mayoría de los trabajos se postulan por la web.

Si sumamos entre portales de trabajos conocidos, y otros que están surgiendo en rubros más específicos, en la web deben existir aproximadamente 20 portales, los cuales deben atender a una alta rotación. Pensemos que actualmente el 23% de los chilenos está pensando en cambiar de trabajo (Estudio Randstad 2013).

Cambiar de trabajo—asumiendo que es para mejor— significa ponerse activo y decidido a encontrar las mejores formas de lograrlo. Las estrategias con el tiempo, considerando el actual nivel de desarrollo informático, han cambiado. Si antes era importante tener un CV largo, muy detallado y bien impreso, hoy ni pensarlo, pues existen mejores formas de darse a conocer.

En el 2013, 20% de las personas encontró trabajo gracias a una red social como Facebook, Twitter o LinkedIn. Este dato no es menor, considerando además que el 48% de los reclutadores han utilizado estas redes sociales —junto con Google— para observar el comportamiento de los candidatos (Trendigital 2013).

Si una persona ha decidido lograr un cambio en sus perspectivas laborales, debe considerar seriamente no solo crear un buen CV, sino que además deberá encargarse de lucir en las redes sociales de una manera que sea acorde con los perfiles requeridos en el trabajo de sus sueños.

Otro dato, que finalmente augura la muerte definitiva de los CV tal como los conocemos, es que la mayoría de los reclutadores casi no los lee.Actualmente la tecnología permite, en el momento en que la persona llena eternos formularios de sitios web laborales, realizar búsquedas en Google.

Por ejemplo, si un reclutador busca “vendedor Copiapó 10 años experiencia retail” los sistemas le permiten ordenar la información de mayor a menor, por el número de coincidencias entre quienes cumplen con esos requerimientos. Si usted no escribió bien o dejó solamente su currículum en una oficina, lo más probable es que nunca lo lean o aparezca en una búsqueda de empleo.

Es clave para una búsqueda activa de empleo que el CV 2.0 contenga términos o palabras que identifiquen con precisión lo que la persona hace o quiere hacer en sus postulaciones.Darse el tiempo de revisar todos los perfiles en la web y mantener la información actualizada es primordial.

Lo anterior es reflejo de la realidad del mundo laboral en Chile y en muchos otros países.

Las empresas ya no buscan trabajadores, sino “talento humano” y, en ese contexto, el mejor consejo para quien busca crecer profesionalmente es saber promocionar sus mejores habilidades en los espacios donde hoy se mueve el mundo, esto es, en las plataformas digitales.

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26 ene 2014

Un “Jasmin” melancólico

Cuando de Woody Allen, desde Match Point, no se esperaba más que películas simpáticonas, jugetonas, ingeniosas y livianas, irrumpe “Blue Jasmine”, como una de sus obras más profundas e inquietantes en mucho tiempo.

Luego del cinematográfico tour europeo, Woody regresa a su país y retoma los pasos perdidos para contar una historia intensa y provocativa inspirada en el clásico de la dramaturgia norteamericana “Un tranvía llamado deseo”, que nos muestra la decadencia de una dama con delirios de grandeza, refugiada en un mundo teatralmente inventado, altanera, desequilibrada y deliciosa.

Tal como en la obra original de Teneessee Williams e incluso en la versión fílmica de Elia Kazan que le valió en 1951 un Oscar por Mejor Actriz a Vivien Leigh, “Blue Jasmine” está construida desde el enfrentamiento de dos mundos culturales que se reflejan en la permanente disociación de su protagonista.

En la transposición que Allen hace desde el teatro al cine, el encantador papel de la desequilibrada Blanche Du Bois original, ahora está a cargo de una inmensa Cate Blanchett encarnando a Jasmine, una arribista millonaria caída en desgracia, al descubrirse que su marido había construido su fortuna en base a fraudes, estafas y robos financieros.

Sin un centavo, pero apegada a los lujos de su vida anterior, la protagonista desciende desde sus edénicos y refinados ambientes neoyorquinos hasta el humilde departamento de su hermana Ginger (Sally Hawkins) alojada en una modesta zona de San Francisco,que a los ojos y piel de la protagonista no es más que un descenso a los infiernos.

Woody Allen contrapone y mide en la balanza los opuestos universos de empresarios adinerados y perfumados en Manhattan con personajes de la clase trabajadora (albañiles tatuados y con peinados modernos; sentimentales y pasionales empleadas de supermercado), aunque esta vez los extremos sociales comulgan en una mirada invariablemente desoladora.

Allen retrata de una manera clara y evidente estos dos mundos opuestos otorgando humor y ligereza a los momentos más trágicos y resignificando situaciones aparentemente livianas.

Apoyada en un soberbio montaje, la narración de la película navega entre dos tiempos: el pasado, tan vacío como esplendoroso exteriormente, y el inestable presente de una mujer sumergida en un químico cóctel de alcohol y antidepresivos.

Los ajetreados días presentes de Jasmine, donde pasa a sobrevivir de prestado, alcohólica, inestable psicológicamente y adicta a las pastillas subsiste en medio de una angustia permanente que la lleva a eclosionar en momentos cargados de tensión.

La película tiene un momento de lucimiento para cada uno de sus personajes pero “Blue Jasmine” esencialmente está pensada y diseñada sobre el eje de la brillante Cate Blanchett para un personaje que fascina por su belleza, indigna con sus banales desplantes y conmueve al estrellarse violentamente contra el muro de la realidad, siendo ella un instrumento involuntario de su propia caída.

Su interpretación con matices que la vuelven graciosa, triste, adorable y detestable a la vez le asegura un lugar memorable en la galería de anti heroínas creadas por el gran Woody Allen y que habitan ese prototipo femenino profundo con resonancias de Bergmann y Almodovar.

La protagonista, como el jazmín de su nombre, abre sus pétalos al atardecer, irradiando una intensidad más fuerte en la oscuridad crepuscular de su drama: la actriz

Cate Blanchett pasa por todos los registros y consigue un personaje mentalmente muy complejo y pleno de sutilezas. La película es ella o mejor dicho sin ella no existiría película.

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25 ene 2014

El patrimonio cultural no se vende

Qué diferentes son las cosas en Chile dependiendo de los intereses que hay detrás.Patricio Guzmán, el más exitoso documentalista nacional y referente mundial en la materia donó su potente filmografía a la Cineteca de la Universidad de Chile.

Obra del cineasta que contiene más de una veintena de realizaciones, entre ellas, la premiada Batalla de Chile, Salvador Allende y Nostalgia de la Luz. Donativo que pretende asegurar la conservación, investigación y difusión de sus materiales históricos, entre los cuales, destaca su invaluable y detallado registro de los tres años de la Unidad Popular.

En el sentido opuesto al de Guzmán, la universidad privada Diego Portales compró el archivo del diario La Nación en un proceso de escaso conocimiento público.

Lo hizo a un precio absolutamente subvalorado cercano a los 80 millones de pesos, según confiesan los protagonistas.Y lo adquirió sin una explicación pública de parte del Directorio de ese medio, sobre la imposibilidad de la DIBAM y de la Universidad de Chile, de hacerse cargo del resguardo de este importante material histórico perteneciente a todos los chilenos.

Patricio Guzmán predicó con su ejemplo en momentos que el patrimonio cultural está en pleno debate en nuestro país. Una serie de intelectuales ligados a la conservación histórica suscribieron una crítica declaración en rechazo a la forma y al fondo de la enajenación del archivo de La Nación.

A su vez, los especialistas se oponen al proyecto enviado por el gobierno al congreso, que modifica la Ley 17.288 sobre Monumentos Nacionales.

Reforma legal que no considera a la sociedad civil y peor todavía, propone la exclusión de los especialistas y organismos técnicos del Consejo de Monumentos Nacionales. Los críticos de este cambio legal apuntan a la desprotección a la que quedará expuesto el patrimonio cultural flexibilizando una serie de filtros a favor de proyectos energéticos y otros inmobiliarios.

Los defensores del patrimonio cultural, hoy organizados en diversos espacios ciudadanos, reclaman frenar este proyecto impulsado por el Ejecutivo y al mismo tiempo, abrir un debate nacional sobre lo que el país requiere, entiende y está dispuesto a conservar su patrimonio en una nueva era global.

En los expedientes de La Nación se contienen 97 años de crónicas, ilustraciones y fotografías no sólo de la historia política del país -como erradamente lo declaran en su página oficial la UDP-, sino además, esos polvorientos estantes guardaban toda la memoria gráfica, cultural y social de Chile plasmada en crónicas de todos los ámbitos del quehacer nacional (*).

Desde ahora y a no ser que se revierta la venta del archivo, el patrimonio cultural de este diario estatal (público) quedó en manos de un establecimiento privado de educación. Universidad que no trepidó en adquirir este material histórico relegando a las instituciones estatales más prestigiosas y especialistas en conservación de archivos.

Universidad que con este gesto emitió una señal poco académica y éticamente cuestionable, de pegarle en el suelo a un grupo de trabajadores que sostiene una activa campaña para defender la continuidad del diario con un nuevo proyecto como medio público.

La venta de los archivos del diario y a su vez la compra de este material atentan contra la protección del patrimonio cultural del país. Los que lo vendieron se proponen, amparados en argumentos políticos, la liquidación de La Nación al mejor postor.

Los que compraron intentan, con argumentos de baja solidez, sostener que protegerán el acerbo histórico bajo las normas y requerimientos técnicos que impone la especializada disciplina de la conservación de documentos, fotografías, negativos y diarios.

Vendedores y compradores se unen en un garrafal error de concepto, como lo es concebir la historia cultural del país y su registro material como una mercancía transable.

Apelan desde la cúpula de UDP – con un sofisma y con pluma pontificadora – a confundir a la opinión pública con una entelequia que niega que lo público, por definición, tenga carácter estatal.

Actualmente el Estado posee el 69, 26% de las acciones de La Nación y sólo el 29, 52% está en manos de privados. Discusión que hace rato en la academia y también en las leyes se zanjó separando de la discusión sobre la propiedad de los medios de comunicación versus la importancia que revisten para la sociedad los contenidos informativos y culturales

Televisión Nacional es un medio público, no pertenece a privados y su garantía de independencia política –muchas veces pisoteada- se reflejó en una ley y en un reglamento pactado a comienzos de los noventa. Obviamente, las normas de TVN hasta ahora son discutibles y criticables.

Desde la UDP aseguran que garantizarán el libre acceso al archivo del diario, pero encubren con ello una movida que va contra los tiempos, pues sólo buscan dar un mal entendido valor agregado a su labor académica, por medio de una espuria apropiación de un archivo público.

No sería raro que los próximos procesos de admisión universitaria, este centro de estudios use como un gancho publicitario la posesión de la historia del diario La Nación para captar estudiantes.

Las razones de la debacle de La Nación son tan amplias como los responsables de su fracaso de uno y otro sector político.

Sus detractores ligados a la derecha -desde La Moneda y el parlamento- criticaron siempre el uso y la manipulación del diario de parte de los gobiernos concertacionistas. La receta de este sector político implica enajenar sus bienes, borrar su historia y cerrar de una vez este medio.

Desde quienes serán el nuevo gobierno no hay una posición única ni menos nítida sobre el futuro de La Nación.Mientras unos personeros hacen la autocrítica por el abandono al que condenaron a este medio estatal, otros dirigentes en la Nueva Mayoría se abren a elaborar un proyecto que implique la conservación del diario como un medio público, independiente de los gobiernos de turno y con financiamiento estatal que garantice su existencia.

En ambos sectores de la Nueva Mayoría, la sobrevivencia de La Nación no representa una prioridad política para el nuevo gobierno.

Unos y otros carecen de una lectura fina y de fondo que les permita reconocer que un medio público –no de gobierno- es vital en estos tiempos para impulsar junto a una ciudadanía activa los cambios políticos, económicos y culturales que el país exige desde 2011. Tal vez, el contenido más de fondo en esta polémica.

La Nación atraviesa por días decisivos de sobrevivencia. En noviembre de 2010 se cerró su versión en papel, desde entonces cerca de 300 trabajadores fueron cesados y se circunscribió sólo a la edición electrónica. En estos días se conocerá el nombre de quién compre las acciones en una licitación de su propiedad.

La creación de un proyecto de calidad que conciba a un medio público como factor de democratización cultural del país es urgente. La clase política, la sociedad civil y la ciudadanía organizada tienen en sus manos la oportunidad de refundar La Nación, rescatar su archivo y su historia.

Y por sobretodo, como lo hizo Patricio Guzmán con su filmografía, asegurar a las nuevas generaciones la conservación de su material histórico. Un patrimonio cultural que no se vende.

(*) Durante 5 meses de 2004 el autor de esta columna tuvo acceso gratuito al archivo de la Nación para investigar la campaña de Colo Colo a mediados de 1973. Trabajo que concluyó en el documental “Sabor a Victoria”.

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25 ene 2014

Gabinete, el movimiento se prueba andando

Apenas Michelle Bachelet dio a conocer los nombres de los miembros de su primer gabinete, se desataron las especulaciones respecto de por qué fueron esos y no otros los designados. Allí habría material suficiente para una teleserie.

Son muchos los factores que intervienen en las designaciones (calificaciones académicas, experiencia en la función pública, militancia política, el equilibrio entre los partidos asociados, etc.), pero a la hora de la verdad lo que cuenta es el criterio de la Presidenta electa acerca de cómo concibe la tarea de su gobierno y cuál es el balance que quiere dejar. El régimen presidencial no deja dudas acerca de quién manda.

Quizás el nombramiento más llamativo fue el de Rodrigo Peñailillo como ministro del Interior, un cargo que impone enormes exigencias, ya que, además de las responsabilidades específicas (por ejemplo, el orden público), tradicionalmente se asocia al rol de jefe de gabinete, una especie de primer ministro, quien en no pocas ocasiones debe desempeñarse como vicepresidente de la República cuando el jefe de Estado se ausenta del país.Se trata de una persona muy joven y que, todo parece indicarlo, cuenta con la entera confianza de la mandataria.

Otra sorpresa fue la designación de la senadora Ximena Rincón como ministra secretaria general de la Presidencia, a quien la restaban cuatro años en su cargo. O sea, tendrá que renunciar al Senado, y su partido, la DC, tendrá que nombrar a otra persona en su reemplazo.

Este procedimiento de sustitución es una anomalía constitucional, que el Presidente Piñera llevó al extremo al incorporar a su gobierno a cuatro senadores en ejercicio (Chadwick, Allamand, Longueira y Matthei), que fueron reemplazados por los designados por sus partidos.

Es una lástima que el nuevo gobierno inicie su gestión recurriendo a ese procedimiento. Una reforma que no admite espera es ponerle fin: si un parlamentario fallece, renuncia o queda impedido de ejercer el cargo, debe llamarse a una elección complementaria en la circunscripción correspondiente.

Sobre el elenco designado, sólo cabe decir que el país necesita que le vaya bien. Y eso dependerá en primer lugar del liderazgo de la Presidenta, de su visión de los problemas y las soluciones, de las prioridades que establezca.

La discusión sobre las ventajas de tener políticos o tecnócratas en las tareas de gobierno es una pérdida de tiempo.

Las sorpresas pueden ser de todo tipo. Por ejemplo, puede ocurrir que un tecnócrata despliegue habilidades políticas que nadie esperaba. Y, al revés, que un político avezado no consiga descubrir los secretos de la buena gestión.

Los diplomas sólo sirven de referencia. Lo que cuenta es cómo se desempeña la persona concreta en la función asignada, para la cual se requieren diversas aptitudes, pero sobre todo buen criterio, y eso no está garantizado por ningún diploma.

La política demanda sentido común, visión de Estado, disposición de diálogo, capacidad de conducción de equipos, etc.

¿Cuál es el ministro al que le tocó la faena más complicada? Nicolás Eyzaguirre, sin duda. Fue un gran ministro de Hacienda en el gobierno del Presidente Lagos, pero no es un especialista en los problemas de educación y tendrá que navegar en aguas turbulentas.

El próximo gobierno, parece obvio decirlo, será lo que Michelle Bachelet quiera que sea. Se escucha decir que, a partir del 11 de marzo, todos los ministros deberán actuar con rapidez frente a los asuntos de sus carteras.

¿Por qué hablar de rapidez? Más vale no copiar el atarantamiento de Piñera, que al comienzo de su mandato pedía a sus ministros que trabajaran 24 horas los 7 días de la semana, lo cual era simplemente ridículo.

Lo esencial es que el gobierno de Bachelet tenga un norte claro, que se exprese en iniciativas coherentes. No podrá hacerlo todo. Nadie puede hacerlo todo. Seguir aludiendo al compromiso con el programa vale como prueba de fidelidad con los compromisos contraídos en la campaña, pero lo que importa es gobernar fructíferamente, y eso siempre es complejo, sobre todo en una época de altas expectativas.

Esperemos que Chile potencie sus actuales fortalezas en los años que vienen, sobre todo en el plano económico, y que progrese en aquellas áreas en las que subsiste el subdesarrollo. Una de ellas es salud.

Aunque no hemos escuchado decir que la salud, por ser un derecho, tiene que ser pública, gratuita y de calidad para todos, precisamente por lo desmesurado que sería plantearlo así en esta etapa, es indudable que se requiere un gran esfuerzo del Estado en ese ámbito. Los ojos estarán puestos en lo que haga la doctora Helia Molina, nombrada como ministra de Salud.

Ojalá le vaya bien al segundo gobierno de Michelle Bachelet.

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25 ene 2014

Radios comunitarias comprometidas con la música chilena

Desde su génesis, la Sociedad Chilena del Derecho de Autor (SCD) ha luchado por los intereses de los músicos nacionales y por la difusión cultural en el país.

Asimismo, y en un afán por tener una mayor presencia en las emisoras, hemos empujado incansablemente el proyecto de ley que promueve un 20% de música chilena en la programación de radios nacionales.

Sin embargo, mientras proyectos de fomento como éste siguen su trámite legislativo a la espera de su futura aprobación, los músicos chilenos organizados seguimos avanzando en el camino de promover la música chilena sumando importantes aliados en este camino.

Así, hace pocos días hemos firmado un convenio con la Asociación Nacional de Radios Comunitarias y Ciudadanas de Chile (Anarcich), que congrega unas 300 radios a lo largo del territorio nacional, las cuales se comprometen a programar un 40% de producciones nacionales en sus diversos espacios musicales.

Esta acción sienta un precedente, y es un claro ejemplo de cómo se pueden generar más espacios para la difusión de la música chilena.

Este importante y destacable acuerdo firmado entre SCD y Anarcich, además de otorgar una mayor vitrina a los autores nacionales, compromete a nuestra agrupación a colaborar con el trabajo de las radios comunitarias y comunales, permitiendo que estas emisoras accedan a la Base de Datos de la Música Chilena, que a la fecha suma un repertorio con más de 50 mil canciones chilenas.

Con este acuerdo las radios comunitarias –que llevan más de 25 años difundiendo música local- pasan a formar parte activa de la industria cultural actual.

Como medios de comunicación además, juegan un importante rol, que nos parece vital e imprescindible, en la creación de puentes directos entre la comunidad local y la cultura, y establecen como un objetivo central dentro de sus lineamientos el promover la música nacional, respondiendo así al interés propio de las comunidades por acercarse más a sus artistas, a sus canciones.

Finalmente debemos destacar el compromiso que estas emisoras están asumiendo al proteger el derecho de autor, incluyendo en este convenio el licenciamiento activo de todas las radios asociadas.

Con esta iniciativa que se irá concretando durante la primera parte de este año, daremos un nuevo impulso a la música de nuestros artistas aumentando los estrechos lazos de comunicación con las personas de cada localidad, afianzando así, nuestra propia identidad cultural.

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