07 may 2014

El retorno de las ideologías, al fin

Durante las últimas semanas algunos han querido discutir la “sobre ideologización” de diversas iniciativas impulsadas por el gobierno de la Presidenta Bachelet, intentando ver en ello un peligro para la “estabilidad” del sistema.

En el juramento que hacemos, o hacíamos los demócratacristianos, nos comprometíamos a cambiar el sistema capitalista, en la perspectiva de construir una sociedad comunitaria, donde la persona humana fuera el centro de la preocupación del bien común, cuestión que debería estar asegurada por la participación de un Estado activo.

Durante los últimos 25 años, desde la recuperación de la democracia se han verificado importantes avances, sobre todo permitiendo que millones de chilenos que vivían en condiciones paupérrimas hayan salido de esa condición. Más discutible es si esa misma cifra ha salido de la condición de pobreza, medida con mucha laxitud por nuestras estadísticas sociales.

Sin embargo, pese a ello, las condiciones de injusticia social permanecen prácticamente intocadas.

La distribución del ingreso permanece rígida en los últimos treinta años. La inequidad espacial, que desplaza a los pobres cada vez mas fuera de las ciudades se acrecienta, por el alza desmedida del suelo urbano.

La segregación en el sistema educacional hace que se acreciente un modelo que entrega muy diferencialmente un servicio que, en vez de ser considerado un bien social, es entendido como un bien de mercado y, por lo tanto, de apropiación individual.

El acceso a la salud es completamente desigual, dependiendo del nivel de ingreso de las familias y el sistema de pensiones hace crisis, obligando a la mayoría de los jubilados a vivir sus últimos años, con ingresos muy por debajo de la línea de pobreza, asumiendo incluso que ella midiera lo que pretende.

Si lo anteriormente dicho es cierto –y en ello parece no haber discusión- entonces cabe preguntarse por qué ello se produce. Y la respuesta es simple y obvia: el país lleva cerca de cuarenta años siendo conducido sobre la base de la aplicación de una visión ideológica impuesta en dictadura y que, con escasos matices prácticos, ha acompañado la vida nacional en ese período.

Quienes han gobernado, salvo durante los cuatro años de Piñera, justificarán que esto se produjo por la imposibilidad de contar con mayorías parlamentarias que permitieran cambios mayores, que modificaran el sentido de la construcción social. Aceptémoslo completamente, pues ello, lógicamente, obliga a algo distinto, dada la composición actual del parlamento.

Entonces hoy no hay justificación para abordar una discusión ideológica que antes se negó.

La forma práctica de esa negación anidó el concepto de “política de los acuerdos” que, como lo ha enseñado la historia, solo permite avanzar de manera conservadora, donde la minoría, anclada en sus privilegios, capacidad económica o, como en este caso, en un sistema electoral profundamente antidemocrático, nacido en dictadura, impone sus criterios por sobre el de la mayoría.

Como siempre sucede, “la flota avanza a la velocidad del barco más lento”. Así ocurrió durante 25 años en nuestro país.

Bienvenida entonces la discusión ideológica, que los conservadores, de todo el espectro, rehúyen, so pretexto de mantener “lo bien que estamos”, sin querer aceptar que eso no necesariamente es así, por lo menos no lo es para la inmensa mayoría de los chilenos.

¿Pueden “estar bien” los trabajadores que, en un porcentaje de más del 50% ganan menos de 236 mil pesos?

¿O los pensionados que, en su mayoría tienen pensiones menores a 200 mil pesos?

¿O los pequeños empresarios, que son explotados por las grandes cadenas del retail, que les pagan por sus productos después de 180 días de recibidos?

¿O los estudiantes y sus familias que terminan endeudados de por vida, por estudios inconclusos o de dudosa calidad, que les frustra la esperanza de cambiar su destino?

¿Se puede conformar el Estado con tasas de tributación que no existen en ningún país con condiciones similares al nuestro y que solo permiten perpetuar la inequidad, que hace que el impuesto al trabajo sea mayor al impuesto al capital?

En fin, el glosario podría ser eterno.

Bienvenida entonces la discusión ideológica, única manera de abordar el cambio necesario, que intente cambiar un estado de cosas que atenta en contra de la construcción de una convivencia orientada por los principios de la Justicia Social, concepto que algunos prefieren olvidar, aun cuando en los discursos digan compartir.

No es posible cambiar la orientación del país sino a partir de la decisión de “cambiar el modelo”, pese a que ello irrite a los conservadores; ya lo hemos dicho, que no solo están en los partidos de derecha.

Además, ello resulta inevitable. El movimiento estudiantil; Freirina y Aysén, Calama y Chiloé, han demostrado que los ciudadanos ya no aceptan excusas para acceder de un modo muy distinto a los beneficios de un desarrollo que solo ven en las noticias de televisión.

Ello llevó al 62% de la Presidenta Bachelet, lo que le da legitimidad y la obliga. Y lo está haciendo, cumpliendo sus promesas de campaña.

Solo cabe aplaudir y apoyar, activamente.

Afortunadamente, “la ideología que creíste haber matado goza de buena salud”.

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07 may 2014

La depresión

En Chile medio mundo está deprimido. Un 60% de la población para más exactitud según algunas estadísticas.La depresión se traduce en descontento, agresividad, quejas cuando no en cosas mucho peores.

Para remediar esta depresión se acude a veces a médicos y farmacias, imaginando mil enfermedades, o bien se remedia el ánimo visitando psicólogos y siquiatras. Hay algunos incluso que piensan que algún curita como maestro espiritual, les podrá ayudar.

Yo no soy ni médico, ni siquiatra, tampoco me considero “maestro espiritual”, a pesar de ser curita, pero estoy informado de la doctrina de un maestro espiritual que se llamó Ignacio de Loyola. Éste fue el fundador de los jesuitas y fue maestro en temas como el resolver un problema u orientar la vida.

Más concretamente, enseñó cómo abordar situaciones como las que llamaba “desolación espiritual”. Situación que tendría alguna relación con la depresión espiritual. En todo caso, a partir de sus ideas contenidas en su obra “Los Ejercicios Espirituales” procuraré avanzar algunas sugerencias o respuestas para las situaciones de depresión.

Pero hay una diferencia muy esencial entre los “desolados” del maestro Ignacio de Loyola y los “deprimidos” de que estamos hablando. Los primeros están desolados porque al Dios que es como su centro y amor, lo sienten ausente. Nuestros deprimidos en cambio, están tristes y deprimidos porque lo que sienten como ausente no es ningún amor trascendente sino la satisfacción de su propio ego en que están centrados.Volveremos a tratar este punto.

Ahora, usando el discernimiento que nos enseñó el maestro Ignacio procuraré sugerir algunos caminos de solución para mis amigos deprimidos. El primero es que usen la razón para preguntarse por qué estamos deprimidos.

La depresión está en el ámbito de los sentimientos. Dios nos dio otra facultad, la razón, como conductor principal de nuestra vida. Usémosla pues para preguntarnos por qué estoy deprimido.

Y vamos a descubrir algo sorprendente, vamos a descubrir que estamos centrados en nosotros mismos y que la razón de nuestra depresión es porque nos falta algo, porque echamos de menos algo, porque tememos que nuestro ego no tiene todo lo que desearía tener, nos descubrimos como seres solitarios, egoístas, sin amor en esta vida, sin capacidad de sacrificarnos por otros.

No digo que todo deprimido sea un egoísta, sino que está deprimido por razones egoístas, es decir centradas en su ego.

Es natural que una desgracia personal nos cause tristeza, pero tendría que ser la ocasión para salir de nuestro pequeño mundo personal. Sentirnos parte de la sociedad, sustentados por ella. Pero, todo eso es recibido y hemos de disponernos a entregar todo lo que podríamos a los demás.

Pongamos algún ejemplo. Un deprimido podría buscar una familia más pobre que la suya, ayudar a un niño retardado a aprender sus tareas escolares, apoyar una organización popular del vecindario. Un preso superará su depresión encariñándose con un pajarito enjaulado y no porque le cante –esto sería quedarse siempre en su ego- sino por cariño… Cuidar, por ejemplo, a un pajarito con la patita rota, le abre al mundo del dolor ajeno.

Un ejercicio que el maestro Ignacio de Loyola recomendaría sería el siguiente.Recorrer el curso de mi vida viendo todo lo que he recibido de otros, beneficios de todo género, tanto individuales como colectivos… Mis padres, la sociedad en conjunto, la naturaleza misma, este país tan hermoso como es Chile.

Sentirme como centro de un conjuro de favores y cariños de la naturaleza y de la humanidad. Y, si tenemos fe, sentirnos hijos de un Dios que es padre, que nos ha acogido y nos acogerá por toda la eternidad.

En una palabra, la solución está en superar mi egocentrismo y poner amor en mi vida.

Alguno dirá, el amor ya está en mi vida, soy casado, tengo hijos, pero eso no me impide caer en la depresión. A lo que respondo que no todo amor es auténticamente un amor altruista. El mismo fenómeno del enamoramiento lleva a menudo características de una búsqueda de sí mismo. Hay que examinar la autenticidad de mi amor al otro.

Un segundo paso en este camino de liberación del enclaustramiento en el propio ego es “hacer efectivo” este “salir del propio amor, del propio querer, del propio interés” (palabras del maestro Ignacio). No basta discernir. Es imperativo “hacer”. Por lo general somos demasiado teóricos y pasivos. Es imperativo actuar “el “agere contra” ignaciano. Reaccionar contra la depresión volviendo efectivamente a algunas de las industrias señaladas y superando las rémoras que luego indicaremos.

Hablaré de dos obstáculos que se oponen a esta liberación. El primero es la adicción de la voluntad a atractivos absorbentes y esclavizantes como son la bebida, el alcohol, la droga, el goce sexual, el juego.

Segundo obstáculo que quisiera mencionar es el odio.

Las adicciones mencionadas son difíciles de superar. Pero ayudan a comprender su vinculación con la depresión. Ahora deberían tener un desafío mayor, un cambio radical, abrirse al amor y servicio.

En cuanto a la eliminación del odio digamos lo siguiente: hay que eliminar del corazón todo deseo de venganza, todo odio, todo resentimiento, y abrirse al perdón. Nada más irracional que guardar o cultivar resentimientos. El único perjudicado con esto es uno mismo.

El perdonar, libera. Libera ante todo a uno mismo, castigar el delito es necesario para la salud pública. Pero el castigo tiene que ser sin odio, sin venganza. Se trata de un castigo medicinal. Busca la rehabilitación del delincuente, el delincuente arrepentido y rehabilitado debe ser readmitido plenamente a la sociedad. El odio y el deseo de venganza deben ser eliminados de todo corazón y habremos eliminado una de las causas de la depresión.

No son las píldoras o recetas las que nos van a mejorar sino el esfuerzo personal de reaccionar contra la depresión y buscar todo aquello que puede llevarnos al amor, al servicio, a la generosidad, a la esperanza.

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07 may 2014

Homenaje a Carlos Camus y Alfonso Baeza

El 8 de mayo el Museo de la memoria y los derechos humanos y la Vicaría de la Solidaridad rendirán un homenaje al Obispo Carlos Camus y a monseñor Alfonzo Baeza, dos destacados colaboradores del Cardenal Raúl Silva Henríquez defensores de los derechos humanos.

Alfonso Baeza tenía lo que con pleno derecho y dándole a las palabras su verdadero sentido se puede llamar vocación de servicio a los más humildes. Esta vocación le ganó el cariño de miles que, siendo o no cristianos, compartieron sus ideas y lo vieron testimoniar con consecuencia y coraje sus convicciones

Después del golpe militar participó en el Comité Pro Paz y en la Vicaría de la Solidaridad, hasta que en marzo de 1977 el cardenal lo llamó a encabezar la recién creada Vicaría de Pastoral Obrera.

Monseñor Baeza, fue llamado “cura obrero” con justa razón. Su palabra y su acción planteaban una iglesia que contribuyera a la reorganización sindical y a la defensa de los trabajadores. Al alero de la Vicaría Pastoral Obrera pudieron sobrevivir las organizaciones de los trabajadores durante la dictadura hasta reconstituir la Central Unitaria en 1988.

De Carlos Camus, monseñor Alejandro Goic dijo en su misa fúnebre que “nada de lo humano le fue ajeno”. Ciertamente fue así, Monseñor Camus dejó su impronta en la Asociación Universitaria Católica de Valparaíso, en su rol como Secretario General del Episcopado entre 1974 y 1976 y en los 27 años que estuvo en la Diócesis de Linares donde la comunidad de esa ciudad y localidades aledañas lo recuerdan día a día. Las agrupaciones de ex presos políticos han señalado en reiteradas ocasiones que muchos le deben la vida. Así fue.

Fue amenazado de muerte y su familia fue perseguida. Nada de eso impidió que su palabra fuera certera. Sus escritos y homilías destacan por su defensa constante de los derechos humanos y su juicioso análisis de la realidad. Una vez dijo que “el dolor más grande de esos años fue el dolor de los desaparecidos y de la tortura”.

Ambos sacerdotes supieron unir. Unieron ideales y causas justas, supieron defender estas ideas y plasmarlas en acción.

Alfonso Baeza era un hombre que unió a la Iglesia y al sindicalismo; Carlos Camus a la Iglesia y a su pueblo.

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06 may 2014

Chile descentralizado, más y mejor democracia

En Magallanes amanece y anochece en forma distinta al resto del país.El viento tiene su propia fuerza y velocidad, nuestra gente muy bien conoce cada guiño de la naturaleza.

En cada rincón de Chile ocurre lo mismo, donde las características geográficas y sociales hacen que cada región posea una identidad propia, que sin embargo, frente al perpetuo centralismo, pierde fuerza y presencia a la hora de plantear las demandas locales.

Decimos compartir la idea de un país descentralizado, con regiones fuertes, con decisiones regionales respecto al destino de sus recursos y por cierto, con autoridades legitimadas por la voluntad popular, pero la realidad dice otra cosa.

Somos muchos los que queremos ver verdaderos Gobiernos Locales y Regionales y no simples buzones; con autoridades empoderadas y con estrategias propias que realmente sintonicen con las inquietudes y necesidades de la gente. Pero, la verdad es que se avanza a paso lento y surgen cadenas que nos traban cuando se trata de traspasar el poder desde Santiago a regiones.

Existen, se crean y se imaginan, demasiados nudos críticos que cuesta mucho desatar y demasiadas excusas para avanzar.

No es de extrañar que la Presidenta Michelle Bachelet oficializara la creación de una Comisión Asesora Presidencial para la Descentralización y el Desarrollo Regional, instancia que elaborará un informe con medidas concretas para avanzar en esta temática tan sensible para las regiones y, especialmente para nosotros, que habitamos en zonas extremas como Magallanes y Aysén. La medida responde a una demanda planteada a gritos desde varias regiones e incluso con pancartas y manifestaciones que fueron noticia y parte de la agenda pública.

Esta es una gran oportunidad para avanzar y para debatir, entre otras cosas, el financiamiento, no concursable, de actividades deportivas, sociales y culturales, por ejemplo con los recursos generados por concepto de la concesión de la zona franca o del FONDEMA, en el caso de nuestro querido Magallanes.

¿Por qué no pensar, además, en generar una propuesta alternativa al gran gasto fiscal que le implica a la nación nuestras normas de excepción vigentes, y que según todos los expertos y estudios, no cumplen con los objetivos para los cuales fueron creados?

Poblar nuestro territorio, incrementar la cantidad y calidad de los espacios laborales, promover y dinamizar la economía regional con el surgimiento de otras unidades productivas derivadas del encadenamiento. ¿No será preferible generar una nueva norma que entregue ese incentivo directamente a todos los habitantes de Magallanes?

En fin, estas reflexiones y otras deben plasmarse en el Plan de Desarrollo regional, cuyo origen y sanción no puede ser gubernamental, sino que de la sociedad civil, de la gente.

De tal forma que nos acerquemos, aunque sea tibiamente, a ese Chile descentralizado que soñamos, aquél que responda a las necesidades locales con autonomía y poder de decisión, único camino para fortalecer la democracia y la participación como la política pública más relevante de este periodo gubernamental.

¿Podrá, por ejemplo, un plebiscito o consulta regional ser la forma decisoria, donde desde nuestros jóvenes, desde la más temprana conciencia y edad, hasta nuestros adultos mayores, responsables de este Magallanes que tanto amamos y queremos nos digan cómo será el del Quinto Centenario del descubrimiento de Chile?

Desde cada rincón del país, pedimos un Chile descentralizado.

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06 may 2014

De piedras en los zapatos

Que para la Democracia Cristiana no son éstos, momentos de calma y tranquilidad es algo evidente. A la permanente interpelación de sus aliados para que adhiera a posturas pos-modernas muchas de ellas alejadas de su raíz doctrinaria, se agrega la discusión sobre necesarias reformas a un modelo económico que ha perpetuado una angustiante desigualdad y falta de equidad.

Cómo introducir modificaciones sin afectar seriamente los grados de libertad necesarios para mantener espacios propios a la persona y la familia es algo que a la DC ocupa más que a sus aliados de hoy. Y siempre ha sido así.

Un nuevo frente de mal tiempo se ha formado con la institucionalización del movimiento conducido por el ex ministro Velasco y que ha incorporado en su Consejo a militantes DC con trayectoria conocida y pública. Ya no se puede eludir el tema, el mismo Velasco ha señalado su intención de convertirse en partido político y ha anunciado para partir, una propuesta distinta a la del gobierno para eliminar el binominal. ¡Si eso no es hacer política de partido!

En lo personal creo, que se dejó innecesariamente que las cosas avanzaran hasta esta situación, cuando desde sus inicios era evidente que lo que buscaba era convertirse en actor político relevante. Hoy ya estamos una vez más ante hechos consumados.

Hace daño al Partido Demócrata Cristiano, confunde a sus militantes y relativiza sus convicciones, el que militantes y peor aún destacados militantes, aparezcan participando en la dirección de otros actores políticos como es este el caso.

Como siempre las opciones son legítimas y las decisiones son personales, quien no se encuentre a gusto en el Partido puede y debe renunciar y queda libre para acercarse a quienes mejor lo representen. Si algo queda de cariño por las ideas tanto tiempo sustentadas esperamos una decisión acorde con la gravedad del problema.

Pero las instancias formales de la Democracia Cristiana, su Directiva Nacional y su Consejo Nacional no pueden obviar los hechos y para tranquilidad y claridad de sus militantes deben enfrentar la realidad e instruir a su militancia.

Nada distingue ahora a Velasco de un movimiento como Revolución Democrática liderado por el diputado Jackson, ¿se va a aceptar que siguiendo el ejemplo de quienes hoy aparecen en el Consejo de Fuerza Pública , otros camaradas puedan ingresar a Revolución Democrática, y sentenciar la doble militancia?

Nuestras instancias oficiales tienen la palabra.

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06 may 2014

¡Otro poco más de empeño!

Desde el 2011 hay una promesa que se viene repitiendo: un poco más de empeño, salir a la calle nuevamente, y la educación chilena no se venderá, pues la defenderemos.

Quizá siempre fue muy optimista pretender que el lograr que la educación deje de ser un negocio para ser un derecho, una tarea tan titánica y con enemigos tan poderosos, requería solamente un poco de empeño.

Pero hay algo que es seguro, los estudiantes hemos demostrado mil veces nuestra convicción y disposición a seguir movilizándonos el tiempo que sea necesario, porque sabemos lo justo e importante de nuestras demandas. Pero, ¿cuál es el objetivo de volver a hacerlo este jueves?

Años de movilizaciones nos han enseñado que una educación nueva, que pueda ser el pilar de una sociedad mucho más justa y solidaria, no pasa simplemente por menos endeudamiento o por regular los excesos del mercado.

Pasa por erradicar totalmente el mercado de la experiencia educacional, para que la educación sea un espacio de igualdad, donde recuperemos soberanía sobre nuestras vidas, un espacio de construcción de ciudadanía, donde el dinero de quienes allí concurren no determine su proceso educativo.

Pero también hemos aprendido otra cosa, que solamente nuestra presencia en la definición de los contenidos de una reforma puede garantizar que los cambios sean en la dirección que queremos.

Analicemos cómo está la discusión el día de hoy. Es confuso a veces saber si marchamos “contra” el gobierno o “a favor” de éste.

Mientras el ministro va acumulando contradicciones reunión tras reunión, se van intercalando anuncios que uno quisiera celebrar, como el fin a la selección, con otros que no hacen más que meter mucha plata al saco roto que es el actual sistema, como la idea de una gratuidad mediante vouchers para cualquier Universidad a la que baste estar acreditada, como si el inmenso poder de lobby de las Universidades privadas pudiera ser contrarrestado simplemente por una ley.

¿De qué sirve, por ejemplo, que se creen nuevas Universidades Estatales si aún no está claro qué se entenderá por educación pública y cuál es el rol que ésta jugará?, tener nuevas Universidades Estatales precarizadas no mejorará un ápice nuestra educación.

Preguntas del estilo surgen en cada momento y para cada tema, porque en educación no sirve analizar medida por medida si no hay consenso en el marco general.O es democracia o es mercado, no hay espacio para medias tintas.El rol del movimiento estudiantil no es ser oficialismo ni ser oposición: somos militantes de nuestras demandas y de nuestros sueños, y solamente a ellos respondemos.

Que los estudiantes tengamos ese rol protagónico no está garantizado. Que haya instancias de conversación con el MINEDUC tampoco lo asegura, porque tales diálogos pueden ser meramente testimoniales.

Una reforma educacional construida con nosotros (y de paso, ensanchar los angostos espacios de la democracia en Chile) será consecuencia de que reconquistemos una posición de fuerza que nos convierta en un actor ineludible.

Todos queremos que haya reforma, pero no por ello vamos a legitimar cualquier cambio que aparente ser profundo para en realidad ser más de lo mismo; la reforma sólo será legítima y profunda si se construye en un espacio de trabajo en conjunto con los actores sociales del mundo de la educación.

La tarea es difícil, pero una cosa está clara, siendo miles en las calles, nuestra voz volverá a amplificarse por millones y nuestra fuerza para conquistar el derecho a la educación será muchísimo más grande. La responsabilidad es de todos nosotros. El jueves 8, levántate y marcha.

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06 may 2014

Ucrania, ¿conocerán los chilenos la verdad?

Definitivamente la casi absoluta mayoría de los medios de información en Chile tienen una obligatoria norma frente a lo que ocurre en el extranjero y, especialmente, si se trata de noticias que van en dirección a la independencia económica, la soberanía o la equidad.

Es consecuente, entonces, que respecto a Siria, Irak, Libia, Afganistán, por dar algunos ejemplos de otro continente, sólo se conozca de algunos hechos que en términos geopolíticos no son de trascendencia, silenciando lo que ocurre verdaderamente en el interior de esos países donde se libra una lucha bastante álgida.

En el caso de Ucrania, se ha ocultado información de manera decidida de tal modo que la gente no conoce que el gobierno actual es producto de un golpe de estado, que las supuestas “protestas” fueron lideradas por Sector Derecho, una organización que profesa el nacional socialismo y cuyos líderes ideológicos son Hitler y Bandera, y que el régimen estadounidense junto a la Unión Europea financian, apoyan y estimulan la represión a las regiones del sureste.

Lo más delicado es que este 2 de mayo fueron arrinconados en un edificio de la ciudad de Odesa más de doscientas personas, por un componente de militantes nazis quienes prendieron fuego a dicha estructura con el resultado de cuarenta y ocho personas muertas, entre ellas treinta quemadas vivas al interior de éste, y las que lograron salir heridas o indemnes milagrosamente fueron detenidas por la policía.

¿Quemar personas vivas no merece ser condenado por una prensa que dice luchar por la libertad y la paz?

El mundo occidental desconoce entre otras noticias que ha sido degollado un jefe de policía en Kiev exhibiéndolo en video como lección para los federalistas (similar a lo que realiza Al Qaeda), que se ha asesinado a civiles que no portaban armas por el sólo hecho de querer su independencia, que se ha incrementado el costo de vida en más de un 30%, que el FBI y la CIA asesoran al ejército, que se tomaron presas a las personas que se escaparon de ser quemadas, que se contratan mercenarios para la milicia, que se atenta a quien no acepte dicha ideología, como lo sucedido en el atentado al alcalde de Jarkov.

Coincidentemente en los medios, tan afectos a hablar de violencia, no muestran los videos que circulan en las redes y corroboran esos hechos.

Tampoco se pregunta si no es la “visita” militar de un vicepresidente como Joseph Robinette Biden, una injerencia directa en los asuntos internos de un país.

No querer mostrar la verdad es símbolo de corrupción informativa en la medida que no se explicite qué intereses se persiguen al silenciar dichos sucesos. Por dicha razón, la constatación de un grupo de corresponsales del New York Times respecto a la inexistencia de fuerzas rusas interviniendo en el sureste de Ucrania no se hace mundialmente conocida.

Parece que en nuestro país también se da con inusitada fuerza el bloqueo informativo y ello conduce a interrogar al nuevo gobierno, identificado con la centro izquierda, si se permitirá que basado en la falsa” libertad de información” se pueda continuar ocultando la realidad.

Tal vez es el momento que, junto a la reforma tributaria, educativa y la nueva Constitución, se inicie una amplia discusión sobre la información y su importante papel como mecanismo formador de conciencia social ciudadana o moldeador del modelo personal basado en el cliente, “neutral”, superficial y temeroso de los cambios.

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06 may 2014

Entre caballeros cruzados y empresarios

Si hay un elemento relativo a la incorporación de las sociedades anónimas en Chile que ha quedado refrendado en el tiempo es sin duda el alto nivel de autoclausura que han cobrado los clubes profesionales.

Si antes se debatía en reuniones de socios e hinchas respecto de los caminos que las diferentes instituciones debían seguir (no sin problemas, aunque de índole sobretodo económicos), el paradigma ha cambiado con tal brutalidad que (como nos advierte el viejo Watzlawick) la solución parece haberse convertido en el problema.

En pos de asegurar condiciones económicas estables, se ha introducido ya de manera radical este nuevo sistema de sociedades anónimas que, justamente, lo que persigue es liberar de identidad y raigambre fundamentales aquellos recipientes de sentido que suponían los clubes de fútbol, para imponer criterios puramente económicos en los mecanismos de decisión internos y externos.En buen lenguaje de estadio, para llenarse los bolsillos de plata.

Ejemplos como los de Sebastián Piñera (hincha de la U. Católica) y Leonidas Vial (hincha de la U. de Chile) en la directiva de Colo Colo o de Rangers y San Felipe como modelos de “paraísos fiscales en el fútbol”, entre muchos otros, vienen solamente a solidificar esa imagen de que los directivos de los clubes tienen por primer objetivo velar por condiciones económicas favorables para los privados que ahí invierten, dejando por tanto idiosincracias y objetivos sociales-deportivos como elementos puramente secundarios.Y es claro, si existe ganancia, todo lo demás pierde valor.

Desde un punto de vista organizacional-general este escenario encontró su mayor expresión o corolario en lo ocurrido hace un par de años con la salida de Harold Mayne Nicholls y Marcelo Bielsa que, para suerte de los responsables, aún goza del analgésico que las victorias deportivas actuales generan.

Sin importar si es que la gestión se había llevado a cabo de manera ejemplar; si los hinchas habían desarrollado fuertes lazos identitarios con lo ahí realizado (podría decirse que el 2011 la selección era la única materia que proveía de un consenso general a la sociedad chilena);o si es que los logros deportivos justificaban continuar con lo ya emprendido, un grupo de directivos de las diferentes sociedades anónimas (entre las cuales destacan por supuesto Colo Colo, U. de Chile y U. Católica) interpusieron motivos económicos (si es que no también políticos) para dar fin de manera unilateral a un proyecto que a todas luces sobrepasaba lo puramente deportivo.

Pues bien, este modelo de gestión (como les gusta llamarle a quienes generan ganancia con el) ha demostrado una vez más su alto grado de autoclausura y sordedad para lo que no tiene traduccion monetaria, con la reciente salida de Milovan Mirsosevic de U. Católica.

Y esto no debe sorprender. En una sociedad como la chilena, en la que el sistema económico y por sobretodo la semántica económica tiene tanta relevancia, cuestiones relativas a sentido de pertenencia, modelos de comportamiento a seguir (y en esto deben haber pocos como Milovan Mirosevic), perseverancia, lealtad, etc. sencillamente no tienen cabida.

Incluso el viejo discurso de los “caballeros cruzados” (que ya era altamente clasista y de religioso paternalismo), cae aún más abajo al interior de este modelo de anonimatos.

El dinero no tiene cara, y las decisiones se pierden tras los títulos gerenciales y directivos.

Bajo este esquema, parece no quedar nada más por hacer que conformarse con la sola probabilidad de ganar de vez en cuando un título deportivo (es decir abocarse solamente al afán por el éxito) y renunciar a la función social que el fútbol tenía dentro de la sociedad.

Si un jugador como Mirosevic, que llegó a U. Católica a los 9 años, es tratado como lo fue, es porque algo anda mal.

O bien buscamos transitar a un paradigma que incluya a los hinchas de manera vinculante en la toma de decisiones (para que la función social no se extinga y sucesos como estos no se repitan), o nos resignamos a la definitiva desvirtuación o desustancialización de lo que alguna vez fue el fútbol como intitución social.

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05 may 2014

Una vez más te pedimos hacerte parte

Todos los años hacemos grandes esfuerzos por visibilizar ante los ojos de miles de chilenos la realidad de pobreza, exclusión y vulnerabilidad que diariamente aqueja a casi dos millones y medio de personas; dolores y miserias que muchas veces deben esperar terremotos, tsunamis o incendios para que sean vistos por la sociedad, dejen de sernos indiferentes, y así podamos priorizarlas y atenderlas.

Año tras año como Hogar de Cristo invitamos a todos los chilenos a hacerse parte de esta gran obra que, fundada bajo la convicción del Padre Hurtado de un país justo y de una comunidad solidaria, ha acompañado el desarrollo del país en los últimos 70 años buscando incansablemente ser un lugar donde las personas en situación de pobreza y vulnerabilidad, encuentren las herramientas que le permitan enfrentar la vida y también un lugar desde donde la sociedad en su conjunto es llamada a ser consciente de los dolores e injusticias que representa esta vida.

En estos 70 años de historia hemos trabajado constantemente con aquellos que más lo necesitan, también lo hemos hecho con el Estado.

Hemos sido testigos presenciales de cómo los rostros de la pobreza han ido cambiando durante todo este tiempo.

Los niños que el Padre Hurtado recogía de debajo de los puentes en su característica camioneta verde, o los miles de chilenos que en ese entonces necesitaban pan, techo y abrigo, se han convertido hoy en niños, niñas y adolescentes en situación de pobreza que han sido expulsados del sistema escolar; en jóvenes y adultos con consumo problemático de alcohol; en adultos mayores que solos deben enfrentar la vejez sin soportes ni redes, o en personas con discapacidad mental que no sólo enfrentan a diario las dificultades propias de esa condición, sino además la pobreza y estigmatización.

Hemos sido testigos de cómo el país ha cambiado y de cómo ha avanzado en materias sociales, pero también aunque empinándose en los umbrales del desarrollo, aún tiene tareas pendientes con un segmento demasiado numeroso de la población.

El estar presentes en la vida de miles de compatriotas que tienen terremotos diarios que enfrentar, que viven en un permanente “estado de emergencia” tratando de mantener un precario equilibrio de vida, y que aún bajo estas circunstancias tienen esperanzas, fortalezas y el empuje para salir adelante, es el principal argumento que nos mueve hoy nuevamente a pedirte que te hagas parte de esta obra; ya sea como voluntario o como socio, puesto que sin ambos sería imposible lograr que los miles de chilenos con los que trabajamos superen la situación de pobreza y exclusión en la que se encuentran.

El Hogar de Cristo es una obra de todos los chilenos. Son miles los socios y voluntarios los que hacen posible la delicada tarea de restaurar los derechos y ampliar las oportunidades de un grupo grande de chilenos que muchas veces son invisibles para la sociedad y para el Estado.

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05 may 2014

¿Quién gobierna a las policías?

Diversos estudios especializados coinciden en señalar que, en muchos aspectos, las policías chilenas están entre las más profesionales de América Latina. Sin embargo, durante las manifestaciones del 1º de mayo, la acción policial para mantener el control del orden público reiteró la existencia de problemas no resueltos, respecto del uso de la fuerza. Al menos, no resueltos desde la perspectiva de principios democráticos y de estándares internacionales en la materia.

A diferencia de lo que ocurría en la década de los 80, en la actualidad se dispone de miles de testimonios gráficos sobre lo que realmente ocurre en las marchas.Y las imágenes no mienten.

La pregunta, entonces, es ¿ha cambiado el uso de la fuerza policial, desde la dictadura hasta ahora?Respecto del control del orden público, pareciera que no mucho.Preguntar, entonces, quien regula el uso de la fuerza policial, equivale a preguntar quién gobierna a las policías y cuan profesional es ese gobierno.

Se trata de un interrogante que revela una doble preocupación, por un lado, cómo se controla el orden público sin violar los derechos humanos y, por otro, cómo se hace para resguardar la integridad de los policías. Esto, en el marco de una abrumadora mayoría que desea manifestarse dentro del marco de la ley y de una evidente minoría que no pretende manifestar nada, sino agredir a quien se le ponga por delante.

En este contexto, los métodos de la policía no solo deben ser eficientes para lograr que se respete la ley, sino que deben encuadrarse dentro de la ley.

Por eso es que los disparos a la muchedumbre, realizados tras la ventana de un edificio policial en Plaza Brasil, constituyen un hecho que recuerda los peores momentos de la dictadura.

Asimismo, las cargas y apaleos indiscriminados no solo evocan la represión de las llamadas “protestas sociales”, entre 1983 y 1989, sino que revelan una política ineficiente en el uso de la fuerza, entre otras cosas, porque no aportan al control del orden público desde una perspectiva democrática y constituyen, ciertamente, violaciones del derecho a la seguridad e integridad.

Al respecto, baste preguntarse dónde están, en una carga o apaleo indiscriminado, como diseño táctico, los estándares de necesidad, proporcionalidad y excepcionalidad, por citar solo algunos.

Por otro lado, ¿quién y con qué criterio define la estrategia que permite que un carabinero quede a merced de la violencia delictiva de algunos manifestantes? (precisamente, aquellos a los que sólo interesa agredir a quien se le ponga por delante).

¿No hay definiciones estratégicas y tácticas de cómo deben desplegarse las fuerzas policiales para que no ocurra esto?

No es primera vez que un carabinero queda librado a su suerte en medio de una manifestación y eso tampoco es admisible. La discusión sobre cómo debe organizarse y regularse el uso de la fuerza, debe contemplar también la protección de los policías.

Ambas situaciones hablan de la necesidad de una discusión pública y transparente sobre el control del orden público, sobre quien, por qué y cómo se toman las decisiones.

Y sobre todo, hablan de la necesidad de responsabilidad (accountability) por esas decisiones. El uso de la fuerza debe estar sujeto a transparencia y control, puesto que el manejo del orden público no es una pelea entre dos bandos que se disputan la calle.

La profesionalización del uso de la fuerza no solo debe preocupar a las policías, sino principalmente al poder civil, porque es éste quien gobierna el país.El uso legítimo de la fuerza implica, sobre todo, responsabilidad y transparencia. En democracia, eso significa erradicar la clandestinidad en el uso de la fuerza.

¿Con qué nos quedamos, entonces, después de este 1º de mayo? Por una parte, la persecución penal contra manifestantes, encapuchados o no, que cometen delitos durante una marcha, aparece como una respuesta necesaria.

Por otra, corresponde preguntarse por la reacción institucional y/o gubernamental por los disparos en Plaza Brasil, ya que el uso legítimo de la fuerza es un recurso para la defensa del estado de derecho, no compete en forma privativa a ninguna institución en particular.

Quisiera creer que no hemos asumido, como una práctica propia de nuestra democracia, que en cada marcha seguiremos siendo testigos de apaleos indiscriminados, disparos clandestinos y carabineros agredidos. El Poder Civil, así con mayúscula, tiene la obligación de ponerle el cascabel al gato.

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