El mercado nos muestra su lado más cruel cuando vemos lo que hace con niñas, niños y adolescentes explotados sexualmente. El 18 de mayo fue el día internacional contra la Explotación Sexual Comercial de Niños/as y Adolescentes (ESCNNA). El lanzamiento de la campaña del SENAME “No hay Excusas” y una serie de reportajes que están difundiendo los medios nos evidencian que esta vulneración extremadamente grave de los derechos de los niños está dolorosamente presente en nuestra sociedad.
Seamos claros, la prostitución infantil no existe, lo que existe es la Explotación Sexual Comercial de Niños/as y Adolescentes (ESCNNA). El uso de las palabras tiene implicancias radicales porque estamos hablando de una forma extrema de violencia y abuso de poder por parte del adulto que utiliza a un niño o niña con propósitos sexuales a cambio de dinero, favores o regalos.
El 2003 el estudio realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Servicio Nacional de Menores (SENAME), estimó que existían 3.719 niños, niñas y adolescentes utilizados en esta forma de explotación.De ellos un 80% son niñas/mujeres y tienen 12 años de edad como promedio en el inicio de esta actividad.
Los explotadores están cometiendo un delito que debe ser sancionado. Pero todos como sociedad también tenemos responsabilidades. Detrás de cada niño, niña o adolescente explotado sexualmente hay un entorno cómplice y una sociedad que minimiza no involucrándose activamente en revertirlo y denunciar esta problemática.
A pocos días del mundial sabemos que muchas alertas están instaladas en Brasil para hacer frente al probable aumento del turismo sexual y pornografía, formas modernas de exclavitud que aumentan en eventos masivos como este. Pero estas alertas no deben tener fronteras ni treguas.
No son “las niñas de Brasil” o “las niñas de Vespucio”, estamos hablando de “las niñas, niños y adolescentes de todos” a las que tenemos que proteger y garantizar sus derechos a crecer y desarrollarse en plenitud.
No culpemos a los niños, niñas y adolescentes, respetemos su privacidad, pero sobre todo reforcemos el trabajo coordinado para restituirles sus derechos.
Como Estado estamos trabajando en estrategias de prevención, apoyo y combate integral contra de la explotación sexual comercial. Asumiendo la compleja tarea de trabajar con las familias, la comunidad y con sectores claves como salud y educación para reparar el daño y sensibilizar sobre esta problemática, la Ley Integral de Garantías de derechos para niños, niñas y adolescentes que está en desarrollo, será un paso clave para lograrlo.