28 may 2014

Los “modelos extranjeros” en educación parvularia que realmente inspiran

Frecuentemente las columnas de opinión y diversos rankings educacionales, dan cuenta de apreciados países extranjeros que son “modelos en educación”, resaltando sus logros e invitando a reproducirlos para obtener resultados exitosos.

De esta manera personeros de centros de investigación de Singapur, Corea del Sur, Australia, E.E.U.U. (Harvard en especial) y hasta ciertos países europeos, desfilan con sus modelos o programas, dándolos a conocer y – en muchos casos- acompañándolos de asesoramiento, capacitación y materiales específicos, para alcanzar los deseados resultados.

Estos casos dan cuenta -por lo general -de modelos muy estructurados, hechos en contextos y realidades diversas a las nuestras. En este sistema a los educadores sólo les cabe aceptar y adoptar, no dando espacio al pensamiento propio, ni al desarrollo de la creatividad nacional, ni a diferenciaciones culturales y personales de las comunidades y de los niños.

Sin desconocer que de todo conocimiento o experiencia siempre se aprende y se sacan lecciones, cabe revisar la validez de esta actitud acrítica ya tradicional en Chile.

Ello, porque una premisa básica de la educación en períodos de “posmodernidad”, época en que se supone estamos, plantea la relevancia de la contextualización de los proyectos educativos y el desarrollo de currículos “situados”.

Este criterio es básico en la educación en general, porque en el fondo lo que se señala es que se debe responder a los contextos humanos y culturales, considerando las características, necesidades, fortalezas e intereses de las comunidades educativas.

En lo que se refiere a la educación parvularia es esencial, porque los niños y niñas en su primera etapa de vida están estrechamente vinculados -mediante sus familias-a sus culturas de pertenencia, las que les ofrecen recursos y sentidos que son cruciales en esta fase.

Importantes autores extranjeros como Peter Moss, Helen Penn, GunillaDahlberg- quien estuvo en enero en Chile- y latinoaméricanos, como el gran Pablo Freire, Vital Didonet, nuestra Premio Nacional de Educación, Viola Soto, Orlando Mella, Rolando Pinto o Juan Casassus, señalan que la calidad educacional es relativa y que no puede trasplantarse indiscriminadamente de un contexto a otro. Los principios o criterios generales aportan, pero el currículo debe construirse asumiendo lo que somos y lo que aspiramos a ser, a partir de los propios actores o sujetos educativos involucrados.

Recientemente la ministra de Educación de Finlandia señaló en la Casa Central de la Universidad de Chile, que lo medular de su propuesta es la confianza en sus profesores y niños, conceptualizando a los primeros como profesionales de la educación capaces de saber qué es lo más adecuado para sus comunidades educativas, a partir de un currículo oficial amplio, flexible que deja muchos espacios de libertad y decisión a los educadores.

Acorde con ello, las propuestas más avanzadas en este campo-de tipo posmodernas- son las de los municipios europeos tales como Reggio Emilia y Pistoia en Italia, o Barcelona en España, los cuales hacen currículos a partir de sus maravillosas ciudades, en los que toda la comunidad educativa, empezando por sus niños y niñas, observan, crean e inventan desde sus contextos e intereses.

Si quisiéramos considerar modelos extranjeros para orientar nuestros trabajos, los principios y criterios de estas experiencias serían las adecuadas, pero habría que recordar que Chile ha sido referente en la región en propuestas educativas interesantes y pertinentes, potencial que se ha perdido en gran parte por esta desvalorización del saber y de la experiencia nacional.

Ojalá que en esta Reforma Educacional que se pretende, se vuelva la dignidad a nuestros educadores y valoremos la construcción de currículos autodeterminados, como se ha estado trabajando en educación parvularia en la Municipalidad de Santiago y más recientemente en la comuna de Castro.

Hacer diagnósticos, propuestas pertinentes y desafiantes, debe ser nuestro gran modelo si queremos llegar a ser un país verdaderamente desarrollado.

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  • http://cristojoven.cl Justo Valdés Manzanares

    Muy buen artículo, sobre todo el rescate que se hace a la experiencia de trabajo con la Primera Infancia en nuestro país, totalmente de acuerdo los modelos educativos deben considerar los contextos de los territorios en donde están insertos.Contar que nuestra institución tiene más de 20 años de experiencia en esta área, en sectores de alta vulnerabilidad social, durante este último tiempo hemos sistematizado el trabajo de todos estos años y construido nuestro propio modelo educativo, modelo que se ha construido con el personal que se desempeña en nuestros centros educativo, con la familia, la comunidad y la academia, partiendo de la premisa que la educación desde los inicios de la vida de la persona, es un derecho humano.

    Justo Valdés, director Corporación Educacional Cristo Joven.

  • RuizMnica

    Se han cometido errores en traer modelos desde otras latitudes , diciendo que han tenido resultados buenos pero…. porqué nosotros no podemos crear algo que se ajusta a lo nuestro y tener nuestros propios resultados? No podemos toda la vida ,mirar hacia afuera y no mirarnos entre nosotros ,y ver lo que tenemos . Ese ha sido el error hay bases importantes que se pueden destacar en otras latitudes pero no para traerlas y hacer como hacen ellos . . Nosotros tenemos vida en cuanto a educación se refiere , tener nuestras bases sólidas propias, vividas es lo que permite fortalecer la educación y generar modificaciones . No quebrar y cambiar a cada rato algo que debe ir fortaleciéndose sobre las bases propias de un País t saber aprovechar todo el potencial acumulado necesario dándole una real identidad a la educación chilena en todo lugar y rincón del País