El fútbol nació en Inglaterra a mediados del Siglo XIX y tuvo un origen universitario.Sin embargo, con el paso del tiempo, se transformó en uno de los deportes más populares de ese país y luego, en el resto del mundo (conviene recordar que el Imperio Británico era la potencia mundial en ese siglo).
Por lo anterior, el ojo avizor del político profesional tomó atenta nota del desarrollo y evolución de esta sana práctica, ya que la difusión de este deporte comenzó a entusiasmar a numerosos cultores y de paso, se convirtió en un espectáculo público masivo.
Curiosamente, el Partido Comunista lo observó con suspicacia al principio, ya que distraía “a los compañeros” de sus obligaciones político-sindicales.
En este contexto, y tal como lo mencionan varios analistas, la instrumentalización de este deporte con fines políticos fue y sigue siendo una costumbre de antigua data, utilizado por distintos Gobiernos, independientes de su color político.Un clásico de este hábito fue el triunfo conseguido por la Squadra Azzurra en el Mundial de Fútbol de Italia de 1934.
Dicho triunfo se obtuvo bajo la abierta presión y amenaza de Il Duce. La frase que registró la historia fue “Vencer o Morir”.Esa fue la orden que Il Duce comunicó al Presidente del Comité Olímpico Italiano de la época.Esta misma frase se las recordaría el jerarca fascista a los jugadores italianos antes de la Final contra Checoslovaquia, invitándolos a reflexionar sobre las penurias que podría significar vivir en Abisinia (hoy Etiopía), lugar donde terminarían sus días en caso de perder dicha final.
Este singular caso no ha sido el único en la historia y por ello les sugiero lean “El Secuestro de una Pasión”, del diplomático chileno Maximiliano Jara P. Por lo mismo, quisiera destacar el Capítulo V de este libro, titulado El Partido de la Muerte.
El referido encuentro, el cual no es reconocido por la FIFA como un partido oficial, se disputó “a tablero vuelto” en el Estadio Zenit de Kiev, Ucrania, el año de 1943.Jugaron el equipo FC Start (Dynamo de Kiev) conocido como “los panaderos” versus el Flakfel del Tercer Reich( Luftwaffe).
Como ustedes sabrán, Adolf Hitler necesitaba aumentar “su espacio vital”hacia el este, considerando además al pueblo eslavo como seres infrahumanos, por lo que podrán imaginarse las condiciones de vida de la población ucraniana en 1943, en particular, Kiev. Recordemos que el Frente Oriental durante la ocupación nazi fue extremadamente duro y cruel, para ambas partes del conflicto.
En esas circunstancias, un panadero de origen alemán, Iosif Kordik, quien era fanático del Dynamo de Kiev, se encontró un día por casualidad con una de las figuras de ese cuadro, nada menos que el arquero, Nikolai Trusevich quien literalmente estaba mendigando en la calle.
Asombrado de su penosa situación, le dio refugio, alimento y trabajo. Posteriormente, le pidió que buscara al resto de los jugadores del Dynamo, para invitarlos a trabajar en su panadería.
Y así fue como logró reunir a once jugadores profesionales (la mayoría del Dynamo de Kiev), quienes en sus tardes libres jugaban en el patio de la panadería, conformando un equipo que bautizaron como FC Start( el recomienzo).
Dada la situación política imperante, las autoridades alemanas de ocupación decidieron organizar un mini torneo de fútbol para tranquilizar a la población. Se inscribieron equipos de la Wehrmacht, Luftwaffe, efectivos húngaros y rumanos, el Rukh (colaboradores de los alemanes) y el FC Start(el nombre del Dynamo de Kiev estaba prohibido).
Para sorpresa y consternación de la oficialidad alemana, el FC Start humilló a todos sus rivales, convirtiéndose en todo un suceso deportivo. Era incomprensible que un grupo de harapientos y desnutridos de panaderos vencieran al resto de los equipos. Esa situación no estaba prevista, por lo que las autoridades germanas decidieron terminar de raíz con dicho problema, ya que la población local estaba entusiasmándose con el FC Start.
Los Jerarcas nazis primero pensaron en matarlos a todos, pero eso los convertiría en mártires, por lo que prefirieron revertir esta situación trayendo al mejor equipo alemán de la época, el Flakfel, perteneciente a la Luftwaffe, el cual era integrado por varios jugadores profesionales alemanes.
En el primer partido entre ambos cuadros, conocido como “el de los Panaderos contra los Pilotos”, el FC Start goleó 5 x1 al Flakfel.Cabe señalar que las camisetas, medias y zapatos de los jugadores del equipo ucraniano provinieron de donaciones de la población.
Cuenta la leyenda que el propio Hitler, enterado de la derrota de su equipo de elite, indignado habría calificado a sus oficiales a cargo como ineptos, algo que en ese tiempo significaba demasiado.
El segundo compromiso entre ambos equipos es conocido como “El Partido de la Muerte”.Antes de salir a la cancha -que estaba rodeada por tropas alemanas- , el árbitro del partido, un oficial de la Wehrmacht les recomendó a los jugadores extender el brazo y saludar al palco oficial,según el protocolo de la época, esto es gritar “Heil Hitler”.
Sin embargo, los jugadores del FC Start sólo en parte cumplirían con lo recomendado, ya que si bien extendieron sus brazos, lo hicieron gritando “a todo pulmón” ¡Fitzcult Hurra!(arriba el deporte), lo que ocasionaría la algarabía del Estadio y la justificada molestia de los alemanes.
El primer tiempo terminó 3X0 a favor de los Panaderos. En el entretiempo, bajaría otro oficial de la Wehrmacht para ordenarles (ya no recomendarles) “o se dejan ganar o los fusilamos a todos”.
¿Qué hacer? ¿Dejarse ganar? ¡Pero si eran la admiración del pueblo ucraniano! ¿Qué pasó por la cabeza de los jugadores del FC Start, en ese largo entretiempo? ¿Qué decidieron en ese camarín?
No obstante la amenaza -no velada-, el FC Start salió a la cancha y cómo en las mejores películas de Hollywood, mejoró aún más su nivel, derrotando a su rival 5 X 3.Cabe señalar que esta historia sirvió como base para algunas películas, una de las cuales es “Escape a la Victoria”.
Pero hubo una jugada muy especial, llena de fina y trágica ironía, realizada por el goleador Alexei Klimenko, la cual ha sido catalogada como “El gol invisible”. Fue una jugada mágica, una lección de vida.
¿Qué pasó después del partido? ¿Qué cree usted, señor lector?
Dos días después del partido, tocaron la puerta de la Panadería los representantes del equipo ucraniano Rukh para solicitar una revancha. Volvieron a perder frente a los panaderos, esta vez, 8 X 0.
Pero a la semana siguiente, tocó la puerta La Gestapo. Al abrirla, detuvieron ipso facto a nueve de los futbolistas, acusándolos de pertenecer al Partido Comunista Soviético. El jugador Nikolai Korotkykh fue ejecutado inmediatamente, frente a sus compañeros, por haber pertenecido a la KGB.
Posteriormente, luego de una meticulosa tortura, fueron trasladados al campo de concentración de Siretz, lugar donde se les ejecutó. Cuenta la leyenda que el arquero Nikolai Trusevich murió en el paredón con su camiseta de arquero puesta. Nadie ha podido corroborar ese hecho, pero debió haber sido así. Los que queremos al fútbol, podríamos confirmar aquello.
Sólo dos jugadores lograron escapar y sobrevivir a la ocupación de Kiev y contar esta historia :Goncharenko y Sviridovsky.
¿Y qué fue del panadero,Iosif Kordik ? No lo sé y pienso que el autor del libro, don Maximiliano Jara, tampoco.
En el fútbol, lo individual y colectivo se complementan y la pasión supera a la razón.
Lo que hizo el panadero Iosif Kordik y los jugadores del FC Start fue algo inusual e irracional, pero viene a confirmar que pese a los intentos de algunos por controlar o beneficiarse del fútbol, en los ámbitos político, económico o social, el Fútbol (con mayúscula y me tomo una pausa para gritarlo) será siempre un valor superior.
Eso lo demostraron los jugadores del FC Start( Q.E.P.D.). Prueba de ello, es que el pueblo ucraniano reconoció dicho sacrificio, levantando una escultura en su honor y rebautizó el Estadio Zenit como “FC Start”, el año 1981.