06 ago 2014

80 años, oficio jardinero

Fue noticia en casi todos los medios de comunicación, televisión incluida. Un hombre de 80 años murió de un aparente infarto al corazón en plena Plaza de la Constitución, en el llamado barrio cívico donde se define el futuro de todos y cada uno de los habitantes de este país.

Es en ese cuadrante donde se determina que los conglomerados económicos crezcan de forma desmesurada, obscena; es ahí donde desde hace más de 30 años se mira de forma indiferente a los trabajadores, quizás asumiendo de forma tácita aquella frase de Bello: “El círculo de conocimiento que se adquiere en estas escuelas erigidas para las clases menesterosas, no debe tener más extensión que la que exigen las necesidades de ellas… lo demás no sólo sería inútil, sino hasta perjudicial (…) se alejaría a la juventud demasiado de los trabajos productivos”.

Así es nomás. Don Mario Cortés, formaba parte de esa clase menesterosa, sin preparación aunque su potencial pudiera haberlo llevado a otros horizontes. Debió trabajar sin descanso, hasta morir, a sus 80 años, levantándose de madrugada para arreglar jardines.

Ese es el Chile de hoy, porque Marios Cortés hay muchos en este país.Hace tan sólo semanas una anciana que pedía limosna en las afueras de un supermercado también falleció intempestivamente. Sólo un letrero habló de su desaparición, solicitando elevar una oración por el descanso de su alma.

En los mismos días, un diario nortino ponía en portada a una profesora que debe pedir limosna también para sobrevivir.

¡Qué lindo, jaguar chileno! Condenas a tus hijos “menesterosos” a trabajar hasta morir, en medio del frío y de la indiferencia ciudadana, o los envías a la calle bajo el sol en verano o la inclemencia del frío y lluvia en invierno.

¿Por qué, un chileno a sus 80 años debe terminar sus días trabajando como jardinero, frente a La Moneda, frente al ministerio de Hacienda? Porque este país se creó con un diseño perverso, con una arquitectura social y de clases que en lo esencial no ha cambiado.

Antes los dueños de Chile eran los dueños del campo, hoy son los dueños de los bancos, del gran comercio. ¿Quién clama por la suerte de don Mario? Casi nadie, sólo sus dolientes. No hay una iglesia que acoja, ni un partido político que repare en la injusticia que fue su vida. Están en otra.

Unos defendiendo los espacios para que sus mandantes sigan haciendo elusión impositiva, otros tratando de tapar esos forados y de defender a la clase media ¿quién se acuerda de don Mario?

¿Quién defiende a los chilenos que ya en la tercera edad están condenados a la pobreza a pesar de una vida de trabajo y de contribución al crecimiento de este hermoso, pero injusto país? ¿Quién?

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  • Luis Ramos Martínez

    Además de haber muchos Mario Cortés, hay muchos que van encaminados a serlo, desgraciadamente junto con ser un país desigual, nos hemos infectado con el virus del individualismo, en que somos incapaces de ponernos en la situación de los demás, sólo interesa el surgimiento personal sin importar si en el camino de surgimiento dejas muchos heridos y algunos definitivamente muertos como personas.
    Señores como don Mario, en su situación de desamparo social, pudieron tomar el mal camino, pero algo les hizo ganar su precario sustento en forma honesta, pero condenándose al mismo tiempo a una existencia llena de carencias, personan como don Mario merecerían un reconocimiento de Chile por el aporte, con su trabajo, a un Chile mas hermoso, en este caso, pero no en el momento de su muerte, sino cuando aún pueden disfrutarlo.

  • Pac Man

    Yo veía seguido a ese señor, trabajo cerca. Lo veía temprano sacando sus materiales de trabajo desde una bodega subterránea de la plaza. Pero ya estamos acostumbrados a ver y nada más, sin realmente mirar ni observar lo que pasa. Ya ni siquiera nos asombran las injusticias que vivimos nosotros mismos, menos las que sufren los demás.
    Lo espeluznante es que la cosa seguirá igual o peor para este jaguar, nadie parece querer cambios de verdad, todos aspiran a arrimarse al árbol de los nuevos poderosos y los que cumplen el rol de liderar la disconformidad lo hacen sólo hasta que el “sistema” les abre la puerta y les ofrece un pedacito de la torta.
    A endurecer el cuero, no queda otra, y a esforzarse en tratar de hacer más justo el cada vez más pequeño espacio en que uno incide.

  • Marcelo Nuñez

    hay jubilados que siguen trabajando porque en casa tienen una nieta o nieto, que le dejo algún hijo o hija, que tienen que criar y educar, otros que dicen que en casa morirán más luego..no digo que es el caso de todos, pero estos dos ejemplos ocurren de forma regular.

  • Alejandro Faúndez Vera

    Tienes mucha razón: nadie. Menos los jóvenes, los estudiantes, que en su egoísmo prefieren gratuidad para comprar otro celular, pero nunca pensarán en los mayores y mal jubilados. Se supone que esa es idea de los legisladores, pero ellos actúan sólo por presión…

  • Jorge Alejandro Tobar Ramirez

    A lo que hemos llegado la indolencia la hemos hecho algo normal de lo cual he sido parte directa o indirectamente…( perdón)

  • Hugo Alejandro Conde Ochoa

    En primer lugar quiero felicitar a Myriam Verdugo Godoy por este reportaje en que toca un tema muy delicado respecto a la forma en que termina su vida un asalariado una vez que llega a su “merecida jubilación”. Pero con qué nos encontramos, que el Estado en vez de premiar o entregarle un buen aporte en dinero para que viva tranquilo y sin sobresaltos sus últimos años de vida, le da una miseria de dinero que ni siquiera le alcanza para sus remedios menos para comer. Esta es la triste realidad de este Chile desde que es un estado independiente. Han pasado todo tipo de gobiernos desde izquierda, centro, derecha, dictadura y ninguno ha podido hincarle el diente al problema de los jubilados. Hay tenemos a la manganada de zánganos que son los senadores y diputados que se llevan el sueldo de Chile por ir a sentarse al Congreso a chatear, leer el periódico, dormir e ir al casino a tomar cafecito. Ahora están preocupados de legislar ¡¡por la sal en la mesa!! Mientras los pobres, los jubilados, los enfermos se mueren esperando un mejor pasar por esta vida. Ahora quieren aumentar más la cantidad de zánganos y yo digo para qué si los que hay ahora no sirven para nada para qué vienen más. Estos zánganos son los que hacen las leyes y los que podrian cambiar los sistemas de jubilaciones, arreglar la salud, la educación, la justicia, etc. etc. pero no lo hacen. Han pasado 24 años que terminó la dictadura pero no se nota. Seguimos igual como si no tuviéramos diputados ni senadores. Acuerdense que en dictadura no habian diputados ni senadores y el pais funcionó mejor.

  • ReneAucapan

    Impresionante el Chile indiferente,individualista y sometido al mercado. Es el desprecio humano atroz. Los Profesores somos testigos de la crueldad por todos lados. Digo impresionante porque bien describes la situación que se da y al alcance de nuestra vista.Gracias por tu esfuerzo al poner de relieve tanto absurdo y que se debiera superar. Abrazos Myriam.