Dejando atrás la añeja y perjudicial costumbre de “encapsularse” en el quinto piso de Amunátegui 31, el edificio del Círculo de Periodistas, el Consejo Metropolitano de la Orden Profesional realizará su Asamblea Anual Ordinaria en la Plaza de Maipú, exactamente en la Cineteca del Teatro Municipal.
Este cambio de sede después de décadas no es un capricho pasajero. Es la decisión de sus actuales dirigentes de implantar la organización regional, que agrupa al 70 por ciento de los periodistas colegiados en Chile, en el territorio de la Región Metropolitana.
¿Para qué? Para salir a encontrar a los y las colegas en las comunas, en los medios comunitarios, en las provincias rurales, en las empresas.
Durante décadas el Colegio convocó a periodistas de grandes medios y del Estado. En épocas de “gloria”, cuando era una Corporación de Derecho Público, y se daba hasta el lujo de recaudar las cuotas por planilla. Si para su funcionamiento y financiamiento bastaban las grandes cadenas de diarios, las radios, los Ministerios y los servicios públicos.
Sus dirigencias, con tanto compromiso político y con tantas batallas por el derecho a la información y la libertad de expresión, no repararon en el futuro que se aproximaba, cuidando poco y nada el crecimiento y consolidación de la organización.
Después vino la Dictadura y le despojó su status legal, que le permitía tutelar el correcto ejercicio de la profesión a la luz de la Carta Ética que su desparecido Presidente Emilio Filippi Muratto había logrado aprobar por unanimidad en el Congreso de Arica. Perdió la potestad sobre los aranceles periodísticos que no permitían al empresario mediático y funcionario público pagar los sueldos indecentes que se ofrecen hoy.
Para más remate, la transición democrática quedó en deuda con estos profesionales, depositarios de una profesión clave en la formación cívica de nuestro pueblo. Transó, logrando pocos avances, algunos espacios concedidos por la Ley de Prensa como “preferentes” y no exclusivos para el ejercicio profesional. Es tan ridículo como que en el quirófano de una clínica pudieran intervenir “preferentemente” los médicos, abriendo la puerta al ejercicio ilegítimo de la medicina con el consiguiente daño a la salud de los ciudadanos.
Hoy el Nuevo Ciclo se está tomando su tiempo, demasiado tiempo a nuestro juicio, en hacerse cargo de los derechos informativos de las personas, y algunos compromisos programáticos, como legislar para la regulación de la industria mediática, se están diluyendo.
Pero estas vicisitudes no deben impedir que los periodistas cumplamos nuestra misión: informar veraz y oportunamente a la gente. Así de simple. Y para eso, primero queremos ordenar nuestra casa.
Estuvimos perdiendo mucho tiempo, encerrados en el Edificio del Teatro Camilo Henríquez, mirándonos los ombligos y dejándonos llevar por pasiones sectarias que a veces incluso paralizaron las más mínimas prácticas burocráticas, dejándonos al borde del desplome de nuestro Colegio.
Hoy hemos tomado nuevas fuerzas con las redes sociales y con miles de colegas que discuten, comparten y “retuitean” nuestros llamados. Hemos decidido instalarnos en nuestro territorio, donde los y las periodistas estén. En las 6 provincias de nuestra Región. Y el puntapié inicial lo daremos el sábado 20 de diciembre donde nació la Patria. El Colegio renacerá en Maipú.