En el Cine Arte Alameda se reestrenó recientemente el documental “Rosita: la favorita del Tercer Reich”. Mi sobrino Pablo Hayler fue a verlo y quedó impresionado por la historia de esta “diva chilena”, comentándome posteriormente, “no sabía que había sido tan famosa”.Le respondí, para los alemanes, no para nosotros, desgraciadamente.
Derivado de lo anterior, le pedí a un diplomático francés que le preguntara a su suegra – de nacionalidad alemana – si conoció a Rosita Serrano. “Por supuesto, le respondió. La fui a ver cantar a un teatro de Berlín”, no recordando si fue en el año 1939 o el 41. Luego para sorpresa de mi amigo y su propia hija, comenzó a cantar de memoria la canción “Roter Mohn”.Impresionado por este acontecimiento, me prometió recopilar artículos de prensa y fotografías de Rosita.
Por otra parte, según el maestro Valentín Trujillo, Rosita Serrano sería posiblemente la cantante chilena más famosa a nivel mundial.Sin embargo, por diversas razones, nuestro país apenas la ha reconocido, e incluso hay quienes la condenan sacando a luz su supuesta afinidad con el Tercer Reich.Sólo gracias al citado documental y a diversos artículos en los diarios se ha comenzado a “redescubrir” su legado.
En un país donde la historia no es reconocida ni apreciada, este tipo de hechos o hazañas pasa desapercibido, más aún si consideramos que era políticamente incorrecto hablar de ella, ya que se la consideraba proclive o simpatizante del Tercer Reich.
Sin embargo, la realidad era otra. Nunca se ha tomado en cuenta que fue declarada “persona non grata” por dicho régimen y que existió incluso una orden de detención de la Gestapo en su contra, por haber cantado para unos niños judíos refugiados en Suecia, en plena Segunda Guerra Mundial.
Años después, se casaría con un judío sefardita de Alejandría, Egipto, amigo personal del Rey Faruk, con quien debió huir de ese país producto de la revolución del Coronel Gamal Abdel Nasser en 1952 ¿se puede ser nazi con esos antecedentes?
Rosita Serrano se llamaba Ester Aldunate del Campo y optó por ese nombre artístico porque su familia veía con muy malos ojos su vida artística. Según mi madre, mi abuelo prohibió que su nombre fuera mencionado en su casa, y precisamente esa historia motivó mi inquietud por conocer más sobre la vida y obra de una mujer que fue excepcional para su época.
Finalmente, me alegra comprobar, a la distancia, que su nombre está siendo “redescubierto”.
Ya no seremos un puñado de personas que la escucharemos interpretando “La Paloma”,“Amapola” o “Roter Mohn“. Confío que con el tiempo, su figura pueda ser realzada, como se lo merece.