Este fin de semana Chile comenzará a cambiar profundamente. La decisión que debe tomar la gente este domingo 17 a primera hora del día, es si va a ser parte o no de este cambio. Si verá cómo las cosas pasan por la televisión o si va a vivir en carne propia el curso de los hechos. La decisión es si vamos a ser protagonistas del cambio o si seremos simplemente actores pasivos donde otros tomarán decisiones por nosotros.
Yo voy a votar y lo haré con la emoción de saber que a contar del momento en que el voto caiga a la urna, habré aportado a que haya un Chile para todos, no sólo para unos pocos.Que la riqueza y enorme empuje de una nación entera, alcance para todas las familias, de norte a sur y de mar a cordillera. Nadie debe quedar fuera porque este país tiene mucho que dar, pero mucho que cambiar y corregir.
Nos dijeron que iban a ser de excelencia, nos dijeron que ahora sí se respetarían las instituciones, nos prometieron el fin de la delincuencia…Nada de eso pasó.Pero más allá de lo mala que fue la experiencia de la derecha en el Gobierno, lo verdaderamente relevante es que en estos años se ha creado un movimiento que superó a la Concertación y que se ha abierto a nuevas ideas, nuevos horizontes, nuevos desafíos.
Si esta nueva sociedad, esta nueva mayoría alcanza los votos suficientes para ganar en primera vuelta y obtener suficiente representación en el Congreso, no habrá excusas para avanzar hacia un país menos desigual, más abierto y que ofrezca un trato más humano, democrático e inclusivo a todos sus hijos e hijas.
Los que no van a votar seguirán viendo pasar la historia por la vereda de enfrente, podrán seguir reclamando por todo y contra todo, pero no habrán aportado ni siquiera una queja válida para cambiar un modelo que ciertamente ha sido agobiante.
Votar, para cobrar la palabra acerca de hacer de la educación un derecho y no un bien de consumo; votar, para avanzar en un modelo de familia más integrador que reconozca los cambios en la sociedad chilena; votar, para debatir a fondo acerca de cómo tener una vejez digna sin pensiones de miseria; votar, para que la respuesta de la sociedad a la delincuencia no sea sólo la cárcel y más policías, sino contar con políticas inteligentes de reinserción y rescate de los más jóvenes.
Votar, para decir el día lunes “yo tengo una opinión”.Votar en Chile y para que en el futuro los chilenos que están en el extranjero puedan hacerlo.
Votar para que mi voto sea representativo de verdad y no le dé el privilegio del empate a quien no interpreta de verdad a la nueva sociedad.
Eso está en juego este domingo. Son tantas las cosas que van a cambiar y que pueden ser distintas, que es imposible decirle “No” a la historia, es imposible restarse de participar en los eventos que construirán otro Chile.Es hora de ser verdaderos protagonistas.