20 jun 2013

Odoardo Focherini, primer periodista beato

El 15 de junio de este año el Vaticano declaró beato por primera vez a un profesional de la información: Odoardo Focherini, periodista italiano, que murió el 24 de diciembre de 1944 a los 37 años de edad en un campo de concentración nazi en Hersbruck por haber salvado la vida a más de cien judíos, ayudándolos a cruzar la frontera italiana con documentación falsa bajo las narices de los soldados del III Reich.

Focherini, en su corta carrera periodística, colaboró con “L’Osservatore Romano”, diario oficial de la Santa Sede, y con “Avvenire”, de la Conferencia Episcopal italiana, del cual fue su Director.

Compartía con su mujer María Marchesila preocupación por trasmitir los valores cristianos, ambos eran de Acción Católica, y los valores civiles, como demostró cuando tuvo la oportunidad de ayudar a los hebreos perseguidos.En una de sus últimas misivas a María, poco antes de morir, Odoardo le escribía: “Si tú hubieras visto como yo he visto en esta cárcel como hacen sufrir a los judíos, lamentarías no haber salvado un número mayor”. *

Marco Tarquinio, actual Director de ‘Avvenire’, destacó el testimonio de vida del colega mártir escribiendo que “de la misma forma que Odoardo Focherini supo mirar a los judíos, que entonces eran los perseguidos, nosotros debemos tener la mirada atenta para descubrir a aquellos que se quedan ‘fuera de plano’. Tenemos que enfocar a quienes no se consideran de ‘interés periodístico’, como se suele decir”.

Y los ‘fuera de plano’ están en todas las dimensiones del quehacer periodístico.

Por ejemplo en lo internacional, África y su trágico devenir que sólo captura el “interés” mediático cuando los desastres humanitarios alcanzan dimensiones superlativas.

También ocurre en lo deportivo, cuando el “interés” está concentrado en el fútbol y sólo en una o al máximo dos sociedades anónimas deportivas, “tirando al papelero” el esforzado desempeño de miles de chilenos que están diseminados en centenares de clubes profesionales y disciplinas amateur.

Es la confusión de lo que se llama “interés de audiencia”, o sea una perspectiva más bien comercial, o el antiguo y olvidado “interés general” o bien común.

Y Odoardo fue un joven periodista que se comprometió, incluso más allá de su ámbito profesional, con el bien común, enfrentando a los controladores del Poder de su época.

Su beatificación resuena hoy como un toque alegre de campana no sólo para los periodistas creyentes sino que para todos los que hemos optado por servir el Derecho de Información de la ciudadanía, enfrentando todos los días los intentos de los poderes de nuestra época de controlar a la gente, a los consumidores, a los hinchas, a los electores, según sea el caso, al servicio de sus intereses comerciales, políticos o ideológicos.

Odoardo ingresa en nuestras vidas como una Buena Nueva y un camino en el que debemos perseverar.

*“Se tu avessi visto, come ho visto io in questo carcere, cosa fanno patire agli Ebrei, non rimpiangeresti se non di non averne salvati in numero maggiore”.

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