Cuanto más común la certeza de que así como vamos ¡ya no más!
Cuanta más certeza además de la existencia de mejores caminos.
Cuanta más claridad de que la queja no resuelve y que es la acción viva la que transforma, más poderosos, con más propiedad y menos miedo nos vamos sintiendo.
Somos nosotros, los ciudadanos, quienes mejor sabemos hacia dónde necesitamos avanzar.
Somos nosotros -los que hemos recibido ya alguna claridad de lo que ha lugar para mejor estar, mejor vivir- los responsables de mostrar y aportar.
Nos vamos juntando, ya se siente la fuerza de la unión, muchas pueden ser las causas que convocan: en salud, educación, derechos humanos esenciales, justicia, respeto a los pueblos originarios. En común, la decisión de ser protagonistas y no espectadores de las transformaciones.
Es así de simple, se trata de nuestra vida, de nuestro porvenir, de nuestro bienestar, de nuestra determinación, de nuestra naturaleza esencial más profunda, que brota resuelta y desde la certeza se afirma, se levanta.
El cambio lo lideramos nosotros, ya no es posible esperar que el “clásico poder” lo conduzca.
Mientras más capacidad desarrollada para elevarnos a encontrar el lazo común que nos une en cada causa, mientras más capacidad de trascender las diferencias (que al re-mirarse y re-ordenarse no compiten, se complementan) más fuerza iremos adquiriendo, y nada fuera de la transformación evolutiva podrá ser posible.
El Poder Ciudadano va adquiriendo cada vez más protagonismo, más capacidad de irradiación.
Seres humanos libres de espíritu estamos re-creando nuestra organización social. Y es global.
Es ahora cuando hay que dar la cara y afirmar nuestras certezas.
El pequeño cálculo: de que no se puede, de que los cambios son lentos, de que aquí y de que allá, es solo ilusión.
Mientras más seamos los valientes, los a toda prueba, disponibles incluso a simplemente no respetar leyes injustas, inconducentes, cual Gandhi, porque lo que es justo, lo que es propio de lo esencial humano, de su potencial más pleno, no podrá ser coartado bajo ningún pretexto, es de natural que brote y se imponga sobre lo oscuro y pequeño.
El Poder Ciudadano ya se siente, se está manifestando.