Es increíble que desde la oligarquía criolla se estén levantando tantas candidaturas presidenciales, como si en Chile no hubiese pasado nada durante el año 2011.
Pero es una realidad que todo actor político debe considerar y, antes que el tema tome otros ribetes, permítanme elevar algunas interrogantes, dirigidas especialmente a aquellos hombres y mujeres que están dispuestos a asumir tan alta responsabilidad.
Para enfrentar la proliferación de candidaturas a la Presidencia de la República, en medio de las movilizaciones y de la grave crisis política-institucional que enfrenta el país, se hace necesario clarificar el contexto de dicho proceso que – a mi modo de ver las cosas – debería comenzar con aclarar y visibilizar las propuestas que hay detrás de cada candidatura.
Puede ser una miopía personal o tal vez una mal formación política pero, todavía no configuro una matriz de pautas, ideas fuerzas, propuestas, plataformas programáticas, o como queramos llamarlas, detrás de las diversas aspiraciones presidenciales para el 2013.
Soy uno de los convencidos de que el proceso electoral presidencial de 2013 será en un entorno de discusión, definición y debate que no se veía, en los campos y ciudades de nuestra patria, desde el año 1970, elección en la cual el centro del debate estaba señalado en el modelo de desarrollo para Chile.
Ni siquiera la elección presidencial de 1989 tuvo esa característica, pues estaba la convicción del triunfo de las fuerzas políticas que ganaron con el NO, un año antes, y la gran duda era el cómo se desarrollaría la vuelta a la democracia y la consiguiente transición.
Para entrar en terreno sobre el proceso electoral presidencial que se avecina y que se desplegará con toda su fuerza a partir de la misma noche de la elección municipal, tenemos que plantearnos cuales serán los ejes temáticos del próximo gobierno.
En lo personal, me gustaría preguntarle a los/as aspirantes a Presidente/a de la República sobre 15 interrogantes, sólo para ver si tiene sentido seguir conversando con dichas personas un proceso de mayor convergencia.
Son mis interrogantes. Usted estimado/a lector/a, está invitado/a a elaborar su propio decálogo. Estas son las mías:
1. ¿Estás dispuesto/a a impulsar una Asamblea Constituyente que elabore una Nueva Constitución?
2. ¿Te puedes responsabilizar en buscar fórmulas para Renacionalizar el cobre chileno y proteger nuestros recursos naturales como el litio y el agua?
3. ¿Te puedes comprometer por una educación pública gratuita y de calidad para todos y todas los que quieren acceder a ella?
4. ¿Puedes impulsar una reforma tributaria más equitativa, con incentivos a la pequeña y mediana empresa y una mayor carga tributaria a la gran empresa?
5. ¿Estás en condiciones de buscar políticas públicas que fortalezcan la salud pública y se regule la exagerada ganancia de las Isapres?
6. ¿Tienes la fuerza para iniciar un proceso de regionalización y descentralización, con poderes ejecutivos y legislativos regionales elegidos por votación popular?
7. ¿Puedes plantear la dictación de un Nuevo Código del Trabajo que considere la negociación colectiva interempresas, el fortalecimiento de la organización sindical y la eliminación del remplazo de las y los trabajadores después de 15 días de huelga legal?
8. ¿Puedes impulsar un nuevo trato hacia nuestros hermanos de los pueblos originarios preocupándose de su marginación cultural, considerando su autonomía organizacional y su real incorporación al desarrollo nacional?
9. ¿Puedes profundizar una reforma a nuestro sistema de AFP, en la cual sean los verdaderos dueños de los fondos, es decir las y los trabajadores, los que definan los destinos de sus ahorros y no los grandes grupos económicos, y permitiendo la creación de una AFP Estatal?
10. ¿Te puedes comprometer con verdaderas políticas de igualdad de género?
11. ¿Puedes impulsar una modernización del Estado?
12. ¿Estás dispuesto/a a cambiar la matriz energética, buscando energías alternativas y sustentables con el medio ambiente?
13. ¿Estás dispuesto/a a impulsar las reformas necesarias para terminar con el sistema monopólico de los medios de comunicación social y masivos?
14. ¿Estás disponible para realizar las modificaciones necesarias para reimpulsar una profunda participación comunitaria?
15. Finalmente ¿Estás disponible para someterte a un mecanismo de primarias abiertas para definir la o el candidato presidencial de la oposición y un proceso participativo para definir una plataforma programática?
Sólo si hay voluntad de converger en estas y otras preguntas tiene sentido continuar el diálogo político y social para construir una candidatura presidencial.
De lo contrario estaremos hablando de farándula política, discutiendo las características individuales de cada candidato/a.
Para lo cual – no sé usted – en lo personal, no estoy disponible.