Hemos leído recientemente en un diario, las intervenciones vertidas por el señor ministro de Justicia, Teodoro Rivera, sobre diversas materias, y en particular sobre el tema de los privados de libertad.
Nos parece muy valioso y atinado que esta autoridad tenga esta preocupación y especialmente dar soluciones a un problema que nos aqueja por decenios y lejos de disminuir, parece ser que se complejiza , se profundiza y según los últimos estudios de Paz Ciudadana aumentan las cifras en la victimización y se acercan a los máximos históricos.
Creemos que para abordar el problema de fondo y no errar en el enfoque del tratamiento del tema se precisa señalar que una metodología adecuada tiene por consecuencia, el fin de la acción delincuencial, de un sujeto, hombre o mujer, que cometió delito.
No vemos que la solución para lo anterior sea capacitar a Gendarmería en el área de la rehabilitación, a esta institución, más bien, hay que continuar capacitándola en su especificidad: la seguridad.
Es otro cuerpo, más bien civil, el que debe aparecer en el escenario de la rehabilitación, con una experticia y metodología eficiente reconocida por abordar estos temas y recuperar a quienes han delinquido.
Por otra parte echamos de menos en algunas autoridades del sector, que todavía no se conciba la alternativa de inserción social y laboral, al margen de la privación de libertad.
Para lo anterior sería necesario tener ya un catálogo de los delitos que nunca jamás deben ser considerados con penas privativas de libertad.
No olvidemos que en su inmensa mayoría la delincuencia tiene su génesis por una historia de vida miserable, y si a ello se le suma producto de la privación de libertad el deterioro psicológico, físico, moral y espiritual, podemos imaginar entonces la gran dificultad que significa para el país mantener amplios estándares de seguridad ciudadana.
Algunos especialistas han señalado que sanar la agresividad, violencia y el espíritu de venganza de un sujeto, que ha sido víctima de abandono, golpizas, abusos, etc., podría tardar entre 15 a 20 años.
Creemos de importancia fundamental que las autoridades de la cartera pertinente, así como las Jefaturas de Gendarmería y del Sename, además de ser especialistas en ciencias humanas y sociales, debieran trascender a los Gobiernos de turno, ya que así como se necesitan tantos años para levantar a un sujeto que delinquió, también se necesitan años para que los proyectos y programas planteados se mantengan fructifiquen y logren sus objetivos.
Sólo así Chile alcanzará índices superiores en materia de seguridad ciudadana…