06 feb 2015

Debate sobre aborto

Hace una semana la Presidenta Michelle Bachelet ha dado a conocer el proyecto gubernamental de “despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo en tres causales” que por meses se esperó tras el compromiso contenido en el Programa de Gobierno de la Nueva Mayoría y su anunció en la Primera Cuenta Pública el pasado 21 de mayo.

Pese al gran respaldo ciudadano que diversas encuestas de opinión desde hace años vienen mostrando frente a la legalización del aborto en las tres causales que el proyecto contempla, inmediatamente se alzan voces estridentes oponiéndose a lo que al Parlamento corresponde resolver, pudiendo advertirse lo complejo que resultará el debate cuando quienes se oponen al proyecto no parecen querer debatir sino más bien buscar que su posición continúe prevaleciendo.

Inadecuados e improcedentes anuncios y llamados se han conocido tras la presentación de la propuesta de ley, rayando en el límite de lo que imponen las reglas democráticas en un Estado de Derecho. Esto representa un riesgo no solo para la vigencia de los derechos humanos de las mujeres –gravemente vulnerados según han reiterado numerosos organismos de Naciones Unidas por la criminalización total del aborto que el proyecto busca al menos en tres causales corregir– sino también para la convivencia social misma, basada en el respeto a la legalidad vigente y el rol que corresponde a las distintas instituciones públicas y privadas existentes en una determinada sociedad.

La más alta autoridad de la Universidad Católica fue la primera en advertir que en los establecimientos de salud vinculados a dicha universidad no se cumpliría la ley. Señaló que en dichos recintos no se realizarán los abortos previstos en la ley y que los profesionales de la salud dispuestos a practicarlos no pueden trabajar en ellos.

Pretende el Rector que sus “principios y valores más profundos” les permitirían ubicarse por sobre la legalidad vigente y desentenderse de uno de los pilares del Estado democrático de derecho, la igualdad ante la ley. Expresado simplemente este principio determina que la ley se aplica a todas las personas sin privilegios que permitan a determinados sectores excusarse de ello y, asimismo, obliga a todas las personas más allá incluso de sus preferencias personales o creencias.

En tanto, pretendiendo desconocer la separación del Estado y la iglesia, reconocida por la Constitución Política desde hace casi un siglo, una alta autoridad católica formula un llamado a la movilización social en contra del proyecto gubernamental aun cuando admitió que a los obispos no les corresponde tal función.

Como mínimo el llamado a la movilización ciudadana de una autoridad religiosa aparece grotesco y preocupante pues excede el ámbito propio de la fe. Pero mas grave aun resulta su interferencia en asuntos propiamente civiles, como es el funcionamiento del Congreso Nacional, llamando a los congresistas a votar este proyecto en base a sus creencias religiosas.

El Parlamento es expresión de la soberanía popular y pretender se convierta en un reducto eclesial o que en lugar de observar la Constitución y las leyes se legisle en base a las sagradas escrituras es propio de estados confesionales, que no es el caso de Chile, y está fuera de las reglas democráticas que nos rigen.

De ahí que el requerimiento gubernamental a sostener un debate democrático con “respeto y tolerancia” –como señaló el Vicepresidente de la República– resulte tibio e insuficiente frente a la evidente intolerancia expresada por la jerarquía católica y su principal centro académico.

Es indudable que al Estado corresponde garantizar el respeto a la libertad de conciencia y religión de todas las personas. Pero de todas las personas y no solamente de los católicos y de quienes se oponen al aborto. Hasta ahora la legislación sobre aborto únicamente ha expresado las creencias religiosas y morales de quienes se oponen al aborto y niegan el derecho de autodeterminación de las mujeres – que ciertamente excede las tres hipótesis que el proyecto contiene –y ello no es propio de un Estado Laico en que se respetan los derechos de todas las personas sin discriminación. Por ello es tan importante este proyecto de ley que algunos sectores pretenden impedir y que la ciudadanía mayoritariamente respalda.

A partir de marzo el Parlamento debatirá al respecto y quedará en evidencia que no existe ningún fundamento racional –religiosos y sobrenaturales pueden abundar pero no es en base a ello que debe legislarse– para continuar obligando a las mujeres a llevar a término un embarazo que es riesgoso para ella, es resultado de la violencia sexual o si la criatura es inviable. Conviene llamar a las cosas por su nombre y reconocer que ello es tortura y que por eso debe derogarse de la legislación chilena.

Los y las congresistas han sido elegidos para representar los intereses de la ciudadanía –no del clero- y les corresponde legislar en función del bien común y el respeto a los derechos humanos, tal como indica cualquier Constitución Política incluso una no democrática como la vigente en el país.

Por ello se espera que en el debate que se avecina los y las parlamentarias estén a la altura de lo que sus deberes les imponen y legislen en resguardo de los derechos de las mujeres, pues es la vigencia del sistema democrático lo que está en juego.

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  • Francisco Ojeda Castro

    Excelente artículo de doña Camila Maturana.
    El rector de la UC peca de una soberbia obscena cuando amenaza no dar cumplimiento a una Ley de la República si esta es aprobada por el Congreso Nacional. ¿Qué clase de aporte es este a un Estado de derecho democrático? Y agrega que cualquier médico dentro de las Clinicas de la Red UC-Christus será despedido si lo hace. Se trataría de la violación de dos Leyes de la República: La recién aprobada, si se aprueba, y la Ley Antidiscriminación, porque privaría de su empleo a un profesional que, dentro de lo autorizado por la ley, obra distinto de lo que piensa el señor Rector. El rector, además, advierte que denunciará al Papa este proyecto de Ley. Está confundido el Rector. El proyecto no se presentará al Papa. Se presentará al Congreso Nacional. Y es de esperarse que los congresistas lo voten en base a sus méritos, en términos de los derechos de todas las chilenas y chilenos, y no en base a lo que piense el Papa, el Dalai Lama, el Rabi Supremo, el Ayatolah Jefe, la Reina de Inglaterra, el Estado Islámico y los Jefes de tantas otras religiones y cultos que existen en este planeta.
    En cuanto a Monseñor Ezzati, él debe tener toda la libertad de predicar ante sus devotos y en sus templos, pero no está bien que trate de intervenir en la vida civil de la República exhortando a ciudadanos y congresistas a votar en contra de un Proyecto de Ley
    que busca el bienestar de todas y todos los chilenos. Que esté tranquilo el Monseñor que esta Ley no obliga a ninguna mujer a abortar en los casos de las causales invocadas: sólo les dá opciones que las benefician. Ninguna devota de Monseñor Ezzati tendrá que practicarse un aborto si no quiere hacerlo, pero les dá opciones si su vida corre peligro o si ha sido violentada por un crimen horrible, opciones que Ezzati les niega.
    La ciencia, y la mayoría de las religiones, incluída la judía, que es de donde proviene la religión católica, sostienen que debe transcurrir un tiempo antes de que el huevo fertilizado pueda considerarse persona.
    Por tanto todo ese lenguaje desmesurado de “asesinato de niños”, de defender a personas que no tienen voz no son otra cosa que abusos demagógicos del lenguaje, que son de suyo carentes de ética, y que revelan ignorancia o fanatismo.

  • Luis Palma Tello

    ¿Un rector designado de la Universidad Católica de Chile… señala en todos los medios de comunicación que no respetará el Estado de Derecho… tanto, él y su institución en el área de Red Salud U.C. – Christus?…

    ¿Otra bravata o Campaña del terror de la Iglesia Católica Chilena…
    frente a una iniciativa de gobierno… donde el rector designado vuelve a realizar la función de parlante?..

    ¿Función de parlante?….

    Como lo hizo en la campaña contra la Reforma Educacional… que ahora es Ley… y debe respetar el como persona, ciudadano y rector designado…

    ¿Parece que a este Sr. Rector designado le gusta la política … o las bravatas… que después no cumple?

    Estimado Rector… La ley es para cumplirla… todos debemos respetar el Estado de Derecho…

    Respetuosamente…lo sugiere un egresado de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

    Afectuosamente.